Dilema 31
Parecía que un tambor era golpeado repetidamente dentro de su pecho, asestando golpes con todas las fuerzas posibles, mientras continuaba viendo a Yugyeom directamente a los ojos, sin saber qué debería decir ante la nueva información recién digerida.
─¿Esto...?─ apenas había comenzado a formular la pregunta cuando fue cortado por la emoción de Yugyeom.
─Tiene solución, o eso es lo que escuché decir a algunas personas dentro del pueblo─ la sonrisa radiante del muchacho avivaba las esperanzas─. Pero debes romperla tú para que el lobo pueda regresar correctamente, por lo que escuché, si lo hace otra persona tu lobo podría perderse y... Se esfumaría.
Una llama se abrió paso en su interior.
─Él puede regresar a mí─ era un hecho que estaba constatando para él mismo, intentando recordar algún momento junto a su lobo, encontrándose solamente con retazos borrosos y desolación.
El entendimiento cayó con la misma fuerza que la esperanza.
─Lo único... es que debes de regresar a Rattsga por la redoma─ Yugyeom se rascó la nuca con incomodidad, sus ojos rojos esquivándolo─. Lo siento mucho, quería robarla y traerla conmigo para cuando te encontrara, pero los ancianos y tus padres me encontraron justo a tiempo─ con un suspiro, Yugyeom tomó otro trago de agua fría─. Si alguien con un lobo toca la redoma encantada, se tragará a su lobo también, por eso debes de ir tú mismo a traerla.
Y Jungkook moría de ganas porque su lobo regresara a él, para callar todas las voces innecesarias, para dejar de sentirse tan vacío y descartar el inicio de la esquizofrenia. Solo deseaba tener de regreso a su compañero de vida, al único que la vida le dejaría tener eternamente.
─Está escondida en la montaña más alta del Bosque Sagrado─ terminó por decir Yugyeom, dejándoselo caer como un balde de agua helada─. Pude verla, puedo guiarte hasta ella...
Pero el ataque de ansiedad se apoderó de su cuerpo cuando los recuerdos calaron de nuevo en su piel. La paliza, el abuso, la forma tan cruel en que lo habían desligado de su lobo, lo pequeño e inservible que se había sentido todos esos meses antes de poder huir de la manada.
Se guió para respirar, manteniendo el oxígeno unos cuantos segundos en su interior antes de expulsarlo, intentando con todas sus fuerzas mantener la calma en un lugar público. Frente a Yugyeom.
─No estoy listo para eso─ susurró cuando encontró su voz, sonando errático.
Yugyeom se levantó de su asiento con el terror pintado en sus facciones, acercándose rápidamente para ofrecerle algo de agua y abanicarle con uno de los menús.
─Calma, no estás allí, no vamos a regresar allí, estás a salvo, tus amigos te esperan en casa─ le recordó, haciendo que una imagen mental chocara contra él, avivando su temor.
Krishna, aún no le digo nada a Jimin y Taehyung sobre Yugyeom, pensó mientras su estrés subía.
Nada estaba bien en su vida en esos momentos, ni siquiera saber que podía recuperar a su lobo al precio de revivir ese tormentoso pasado que tantas heridas le había provocado.
Su teléfono comenzó a vibrar en ese momento. Casi olvidaba que lo tenía en uno de sus bolsillos del pantalón antes de salir corriendo de su casa al ver a Yugyeom. Lo sacó con un poco de temor, viendo en la pantalla aparecer un número desconocido.
Contestó porque creyó que sería algo sin mayor importancia.
─¿Buenas?─ contestó tímidamente, apartando su mente de todos sus problemas unos cuantos segundos.
─Kuko─ del otro lado de la línea cantaban dos voces sin mucha coordinación─, regresa a casa, bebé.
Frunciendo el ceño, Jungkook echa otro vistazo al número, no reconociendo ningún par de los mismos.
─Creo que se equivoca...
─No reconoce nuestras voces, Minie─ lloriqueó la voz de Taehyung, ahora siendo reconocida por oídos del muchacho─. Juguémosle una bromita.
─Sí─ la risita de Jimin también diferenciándose de la carcajada de Taehyung─. Propongámosle matrimonio.
Tomándose el asunto con un poco de gracia, Jungkook sonríe, le provocaba ternura escucharlos hacer un complot. Todo parecía bien hasta que reconoció el estado en el que ambos se encontraban.
─¿De dónde sacaron alcohol, par de idiotas?─ preguntó, sintiendo la necesidad de levantarse para salir corriendo en dirección al apartamento.
Casi no había tocado su comida, pero podría pedirla para llevar en el peor de los casos.
─Namjoonie confundió sus bolsas─ contestó Jimin─, o fui yo, no lo sé, todo es muy confuso ahora.
Golpeándose la frente con la palma de su mano, Jungkook comenzó a levantarse para buscar a la amable mesera que los había atendido, sorprendiéndose con que Yugyeom ya iba en dirección a las escaleras.
─Estaré allí en menos de cinco minutos─ les prometió, sintiendo que el tiempo se le iba de las manos─. Por favor no hagan otra estupidez, ¿sí? Quédense quietos en la sala.
─Sí, sí, mi amor─ cantaron a dúo, dejando a Jungkook con un sentimiento extraño esparciéndose por su pecho.
Colgaron la llamada con misteriosas risas de fondo.
─¡Yugyeom!
La ropa se encontraba desperdigada por todo el suelo de la habitación, el desorden reinando en cada pequeño rincón. Parecía ser que el alcohol corriendo por su sangre les había dado el valor suficiente para realizar aquella temida acción, pero ahora se encontraban empoderados gracias a escuchar la voz de Jungkook.
Sus cuerpos rodaban por la cama, evitando caerse de la misma hasta que un fuerte empujón por parte de Taehyung los lanzó hacia el suelo cubierto de ropa que no menguó el dolor de la caída.
─Jungkook va a matarnos─ murmuró Taehyung, enterrando su rostro en una de las prendas frente a él─, pero esto se siente demasiado bien.
─Es tan maravilloso dejar que los instintos nos controlen─ suspira Jimin a su lado─. Los lobos se calman luego de tener el control unos minutos.
Un sonido de aprobación resonó en la garganta del Alfa, provocando que el Omega ronroneara de pura satisfacción.
─En ocasiones quisiera silenciar el lobo y decirle que no podemos vivir de los impulsos estúpidos─ se queja, acercándose más a Jimin, ambos quedando de costado para poder verse el rostro mientras conversaban─. Si te soy sincero, llevo enamorado de Jungkook desde que lo conocí, lo supe unas semanas después de que se mudara conmigo, hace seis años.
─Eso es demasiado tiempo, ¿qué te detuvo a decírselo?
Un suspiro exagerado lo llevó a levantar los brazos, buscando por el suelo alguna otra prenda para abrazar mientras se confesaba.
─Pensé en decírselo, pero, justo cuando iba a hacerlo, él tuvo un... Ataque de pánico después de que le preguntara por sus padres─ su expresión preocupada─. Fue horrible, yo llevaba el corazón en la mano cuando me contó un poco de su vida en el pueblo y la regla obligatoria de sus padres de "no salir con ningún Alfa u Omega, porque él era un simple Beta diseñado para servirlos".
─¡Qué gran mierda!─ gritó el chico, sorprendido, su educación había sido más liberal y el contraste le hacía mucho ruido─. Ya nadie debería de pensar así en estos tiempos, Jungkook tiene derecho a enamorarse de cualquier persona sin importar su maldito rango.
─Le dije lo mismo─ gruñó Taehyung─, pero sé que aún le cuesta pensar así. Ya sabes que lo que se enseña en casa los primeros años de vida se queda con nosotros para siempre.
─Quiero golpear a sus padres.
─Yo quiero quemar su pueblo entero, por tener mentes tan estrechas.
─Nuestro Jungkookie se merece algo mejor que todo eso.
─Él es un ángel, se merece el cielo.
Para ese momento sus cabezas parecían haberse despejado un poco, el alcohol mermando los efectos que mantenía sobre ellos poco a poco mientras continuaban con su trabajo de marcar con sus olores toda la ropa que encontraban por el cuarto de Jungkook.
─Tenemos que ordenar esto─ al final, Jimin fue la voz de la razón, pero su momento llegaba demasiado tarde, encontrándose cuando la puerta principal se abría con un golpe fuerte.
─¡Ya estoy aquí!─dejándolos petrificados.
Taehyung clava su mirada en Jimin, tomándolo de los hombros para empujarlo con cuidado.
─Ve tú, Jungkook no te golpearía y yo puedo limpiar mientras lo distraes.
─¡Park Jimin!─ el grito del Alfa resuena por todo el apartamento, pasos ruidosos corriendo hacia ellos.
─Madre Luna, protégeme─ se santiguó Jimin, corriendo a esconderse detrás de Taehyung.
La puerta de la habitación se abre en ese momento, entrando Kim Namjoon secundado por Jeon Jungkook, este último viéndose más molesto que el primero. El silencio gobernó un pequeño lapso de tiempo, el suficiente para que las oraciones de Jimin y Taehyung fuesen escuchadas.
─¿Qué demonios se supone que hacen ustedes dos con mi ropa?─ con voz de hielo, el Beta se adelanta a preguntar.
─Deja de esconderte detrás del Alfa, Jimin, Karrell te enseñó a afrontar tus errores─ sin hacer uso de la voz de mando, Namjoon consiguió que el chico saliese de su escondite─. Quiero saber qué demonios hiciste o llamaré a tu mamá.
Taehyung dejó escapar una pequeña risa, menos de un segundo, pero suficientemente larga para que el Alfa la escuchara.
─También llamaré a tu madre, Kim Taehyung─ amenaza, consiguiendo que la preocupación se apodere del chico y que su amigo se ría abiertamente de ambos─. Puede que me equivocara de bolsa, de bebida, pero eso no quiere decir que ustedes no conozcan cómo huele el licor─ las aletas de su nariz dilatándose al captar la mezcla de los aromas─. ¿Qué carajo creen que hacen marcando con su aroma toda la ropa de Jungkook?
Rojos hasta las orejas, los tres chicos evitan mirarse entre ellos.
Mío.
Míos.
Nuestro.
Luego de eso Jungkook salió de la habitación para despedirse de buena forma de Yugyeom, que continuaba petrificado en la sala del apartamento, esperando para intercambiar números telefónicos y partir. Verlo subir al elevador solo sacó a flote sentimientos extraños.
Namjoon se tomó la tarea de regañar a los dos chicos, meterles la cabeza bajo el agua helada de la regadera, secarlos y apurarlos a limpiar y ordenar todo el cuarto de Jungkook. Ni siquiera tocaron el tema cuando se encontraron de regreso en el comedor, el ambiente más calmado de lo que se podría esperar.
Las disculpas fueron dadas y recibidas de buena manera, el Beta comenzaba a tomárselo con algo de gracia.
─Siento mucho los inconvenientes, Jungkook─ se disculpó de nuevo Namjoon, sonriéndole apenado─. Al parecer sí fui yo quien cometió el error, más sabiendo que Jimin y Taehyung son solo unos niños.
La malicia recorriéndolo, el Beta le sonrió de vuelta, como una madre apenada.
─No te preocupes, son solo niños y yo no debí dejarlos solos─ Jungkook le tendió la mano al Alfa, estrechándola como cómplices─. Es un gusto tenerlo de visita, señor, sin importar las circunstancias.
Los verdes del Alfa centellearon rojos unos cuantos segundos mientras se alejaba del chico.
─En realidad, vengo como mensajero de Karrell también─ confiesa─. Los ancianos escogieron el otro viernes a las 6 de la tarde para la reunión.
Con la boca abierta por la impresión, Jungkook se gira en dirección a Taehyung.
─¿Puedes pedir salir antes del trabajo?
─Yoongi está cubriéndome, lo bueno de que mi jefe sea mi amigo─ suspira─. ¿Tú podrás?
─Hablaré con mi jefe, si termino uno de los proyectos seguro que me deja salir antes.
Las pequeñas manos de Jimin envuelven una de las de Jungkook, apretándola con afecto. Jungkook le observa con fascinación sin poder evitarlo, el chico era en verdad precioso desde cualquier ángulo y seguía sin poder hacerle una sola foto.
─Nos veremos el viernes entonces─ promete, sonriendo mientras sus ojos desaparecían.
Alguna parte en su interior se agitó de forma brusca, llenándole de euforia instantánea. El pasillo dentro de su mente brillando por todos los recovecos.
¡Aquí está Clearke con el Dilema 31! ¿Qué les parece?
¿Qué creen? ¿Jungkook regresará a ese bosque por su lobo? ¿Podrá recuperarlo? ¿Qué les parece la reacción de los lobos por marcar toda la ropa de Jungkook? ¿Alguien sabe por qué lo hicieron? ¿Alguna teoría?
Y, una última pregunta: ¿Qué les parece que suba el Dilema 32 este domingo?
Muchas gracias por todo el apoyo y el amor que le dan a esta historia
ヾ(❀╹◡╹)ノ゙♡
∆Clearke Al Poder∆
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