Dilema 25
La cabeza iba a estallarle en cualquier segundo, el tiempo acelerándose a su alrededor. Los ojos de Jungkook se clavan en el rostro del muchacho frente a él. La respiración se vuelve irregular, sus dedos ejerciendo presión sobre la muñeca de Taehyung, que no sabe bien cómo debería de reaccionar ante el comportamiento del Beta.
─¿Jeon...?─ su voz llega distorsionada a los oídos del muchacho y esa misma detona el hilo de gritos dentro de su mente.
Eran reclamos de su madre, gritos desaprobatorios de su hermano menor, el llanto descontrolado de su hermana y una sola palabra con la voz de su padre que golpea con fuerza el interior del muchacho, el cual no tarde en encogerse debido al terror.
Él lo recuerda con claridad en ese momento, la forma en que había sido llevado al punto céntrico del pueblo donde, por desgracia, había nacido. Rattsga, que se quedaba con varios trozos dolorosos de su pasado. Rattsga, que no hacía más que lastimar y destrozar todo a lo que intentó dar forma durante casi siete años.
Lo reconocía, él sabía que Seokjin lo haría, nadie perteneciente a Rattsga podría olvidar el escándalo que un pequeño Beta de dieciséis años había provocado por encontrarse a escondidas con un Alfa de alto rango dentro de la manda. Un Alfa que estaba destinado a un Omega de ese mismo pueblo, con su misma edad, un Alfa que había sido su mejor amigo desde la infancia.
Yugyeom...
Todas las alarmas se encienden dentro de su cabeza, callando a los gritos intermitentemente, su cuerpo se sacude violentamente sin poder evitarlo, sobrecogido por los traumas y el pánico.
Brazos intentan llegar hacia él, Jungkook intenta quitárselos de encima hasta que dos de ellos se envuelven a su alrededor, apretándolo contra un cuerpo más alto, un aroma que le recordaba al antiguo hogar.
Hogar. Como una palabra extraña que rebota en su cabeza mientras su cuerpo comienza a calmarse.
─Hiciste bien─ son las palabras pronunciadas por una voz ambigua─. Escapaste de esa maldita manada. Hiciste muy bien, Jungkook.
Es un extraño contraste que rompe con todas las voces gritando en su interior. Jungkook toma aliento, respirando como si por primera vez pudiese salir de mar donde se ahogaba. Todos sus sentidos alerta de nuevo, siendo consciente del muchacho que se encontraba abrazado contra él.
Nunca habían hablado, pero Jungkook lo reconocía, ese rostro no sería fácil de olvidar.
Tampoco su historia.
─¿Cómo te sientes? Lo lamento, no sabía que verme podría traerte todos los malos recuerdos de regreso, ¿puedes respirar, Jungkook?
Lentamente, el chico se separa del Beta, viéndolo con los ojos cristalizados, parecía ser que ese reencuentro no solo desataba los traumas de Jungkook.
─¿Jungkook?─ las voces alteradas de Taehyung y Jimin se acumulan, saturando el aire, pero resultando tranquilas para el chico.
Tenía los pies firmes sobre la tierra, las manos de sus amigos lo sostenían para no caer, y ese conocido extraño lo veía con un terror que él reconocía como suyo. Todos los sentimientos que hervían en su interior por fin se extinguían, produciendo crujidos que resonaban en la lejanía.
─Lo siento... yo─ su voz, extraña en el inicio, comienza a cobrar fuerza─. No tengo que explicarte que recordar nuestro hogar no es realmente gratificante─ intenta explicarse, su voz siendo clara, pero sus pensamientos difuminándose sobre la marcha.
Jin sonríe, la expresión en su mirada relajándose.
─No─ niega con la cabeza para enfatizarlo─. Me alegro que ese lugar quedase atrás para ambos.
─Honor y lealtad a la manada─ recita el Beta, distanciándose del muchacho para inclinarse ligeramente.
─Honor y lealtad a la manada─ prosigue, soltando una risotada por la sátira que se tiñe sobre el solemne saludo de Rattsga.
Cuando el silencio comienza a manifestarse entre ellos ambos chicos, Alfa y Omega, se lanzan a las preguntas frenéticas sobre el estado del Beta. Ni siquiera les preocupa que ellos dos se conozcan, al cabo que el mundo era tan pequeño como el pasillo de un edificio.
─Ese fue el susto más horrible que me has dado en la vida, Jeon Jungkook─ le regaña el Alfa, zarandeándolo por los hombros mientras el Beta se ríe con ligereza.
Las voces se habían calmado, simplemente desaparecieron en el momento en que las palabras de aliento de Jin resonaron en el apartamento. Nunca podría sentirse tan feliz como en ese momento.
─¿Estás escuchando, Jungkook?─ Jimin le tiene tomado de ambas manos, frotándolas con desesperación─. Vamos a llevarte al hospital, ¿bien? Mamá podrá pagarte a un médico si te sientes mal.
¿Podrían curar las heridas de su pasado en cuestión de un día? ¿Podrían curar su alma? Jimin no lo sabía, pero la preocupación comenzó a deslizarse sobre los dedos del Beta, sintiendo como la misma se extendía por sus brazos. Sobre sus hombros también se encontraba posado el sentimiento de la desesperación, como si se tratase de cuervos picoteándolo.
Al inicio no fue extraño, hasta que se fijó mejor en dichos puntos, notando como los sentimientos nacían de los lugares donde era tocado por ambos muchachos.
─Estoy bien─ fue lo que su instinto le dictó como correcto pronunciar. Era su voz la que lo guiaba ahora─. No se preocupen, chicos, fue solo el impacto de encontrarme de nuevo con mi pasado ¿Bien? Estoy perfectamente bien.
Quería que la angustia en ellos cesara, lo deseaba con todas sus fuerzas, tanto que comenzó a imaginar delgados hilos de tranquilidad comenzando a trepar sobre las manos de quienes lo tocaban, contrarrestando el malestar que les había provocado.
─No hagas eso─ suplicó el Omega─. No solo te cierres, si quieres hablar con alguien puedo escucharte todo lo que quieras.
─Somos mejores amigos, no tienes por qué ocultar si te sientes mal, ¿bien?
Sus peticiones se enredaban la una con la otra, Jungkook incluso podía ver los lazos que les unían en el plano espiritual y eso le resultó impactante. Sacudió la cabeza, con intensión de borrar la imagen de la unión de los lobos interiores, intentando en vano convencerse de que debía de tratarse de su creatividad rellenando espacios vacíos, simplemente se trataba de su creatividad jugándole una mala pasada.
Pero la imagen mental no se iba.
─Creo que lo más adecuado sería que Jungkook hablase conmigo─ pidió la tranquila voz del muchacho detrás de ellos─. ¿Podría llevarlos a comer algo, señor Kim? Yo le diré a la señora Bleacker que llegaré después al hotel.
Los puntos donde Jimin y Taehyung lo tocaban comenzaron a arder, en señal de impotencia, y Jungkook no podía ni siquiera explicar a qué se debía toda la nueva horda de sentimientos. Sabía que estaban allí, pero también era consciente de que no le pertenecían, podía distinguir los suaves golpes de sentimientos de Jimin de los persistentes sentimientos de Taehyung. Uno como tintineo de lluvia y otro como claros relámpagos.
Estaba comenzando a abrumarse por tenerlos tan cerca, algo que Namjoon, callado y únicamente observando con detenimiento la escena, pudo percibir.
La voz del Alfa mayor se elevó sobre sus cabezas.
─Vamos, niños─ fue lo único que pronunció para que ambos se separaran del Beta─. Karrell quiere que los lleve a comer cerca del restaurante para verlos cuando esté libre.
Ambos chicos se movieron en dirección al Alfa, Taehyung sin inmutarse, reconociendo el rango en el que se encontraba el lobo frente a él. Los ojos verdes de Namjoon se posan sobre Jungkook, haciéndolo estremecerse por la fuerza de su presencia, inclinando levemente su cabeza para mostrar el cuello como señal de sumisión.
─No es eso lo que busco, Jungkook─ su voz ahora se suaviza, volviéndose amable y cálida─. Vendré a buscarlos en una hora, así que aprovecha tu tiempo.
─Namjoon, yo no quiero irme sin Jungkook─ la voz de Jimin apenas se percibe, pero los oídos del Beta consiguen captarla con total claridad.
Extraño, su voz murmura, en verdad que es extraño.
─No seas así, Jiminie─ la sonrisa del Alfa se estira para el chico─. Necesita un momento para esclarecer sus pensamientos y Seokjin podría ayudarle mucho.
Tomándolos a ambos de los hombros, Namjoon saca a ambos chicos, cerrando la puerta con cuidado a sus espaldas.
Solo quedan él y su pasado dentro de la habitación.
Un pasado con hermosos ojos celestes, que se tornan amigables cuando se encuentran luego del torrente de emociones.
─¿Quieres decirme qué es lo que está ocurriendo, Jeon Jungkook?
Pasaban tantas cosas en su interior en ese momento, que ni él mismo sabía a cuál de todas se refería.
─Tú estuviste presente el día del castigo, Seokjin─ de nuevo, su voz temblaba─. Te obligaron a verlo junto con los demás.
El chico asiente, dejando caer sus hombros con pesar.
─Está bien si quieres comenzar con eso.
Un gran peso comenzaba a irse de sus hombros.
¡Aquí se encuentra de nuevo Clearke! Este es un capítulo bastante difícil para mi T_T pero al fin conseguí terminar de escribirlo, por favor díganme ¿Qué les parece cómo va el fic? ¿Demasiado drama? Ya se explicará un poco mejor en el Dilema 26 por qué Jungkook quedó con tantos traumas en Rattsga.
Por cierto, no sé si les interese leer un poco los dramas de mi vida, pero les cuento lo siguiente: El pasado 26 de febrero me llevé el susto más horrible de la vida, porque me metía a buscar Dilemas de un Beta para continuar escribiéndolo y ¡No aparecí entre mis obras publicadas! Se había desvanecido T_T Había dado todo por perdido hasta que reinicié la aplicación y volvió a aparecer TuT el susto más horrible de este año.
En fin, entre proyectos y tareas raras de la Universidad, esta semana toca doble actualización porque el ayer no pude subir este capítulo ¡No desesperen, que haré todo lo posible por seguir el ritmo de publicaciones!
En fin, les dejo el fondo de pantalla por si quieren utilizar a mi lobo Beta rosa~💕
¡Clearke fuera!
∆Clearke Al Poder∆
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