Dilema 10

Park Jimin era un Omega precioso, podría pasar incluso como un ángel debido a su hermosa apariencia, pero por debajo de toda la ternura e inocencia existía una capa que mantenía la balanza en perfecto equilibrio; siempre que existía la pureza a esta se sumaba todo lo perverso del mundo.

—No lo hagas difícil, pequeño— suplicaba Taehyung, tomándolo de ambos brazos mientras Jungkook intentaba cubrir lo más que pudiese de su menudo cuerpo con la mezcla tibia de jabón y agua.

No quería que se notara, realmente intentaba evitarlo colocando todo el esfuerzo posible, pero tocar pequeñas porciones de piel del Omega sobre el tacto del jabón estaba desatando en él emociones muy extrañas. Toda esa montaña de sensaciones incrementándose cuando llegó el momento de bajar más por el cuerpo de Jimin, y eso sin contar la forma en el que Omega balanceaba su cuerpo en busca de más contacto, soltando suaves y ligeros jadeos entremezclados con gemidos segundo el área en la que se encontraran las manos de Jungkook.

—Lo siento— se disculpó el Beta antes de llegar a la cadera del muchacho—. Es por tu salud.

—No hagas un drama, él ni siquiera va a recordar que le enjabonaste el pene— aunque Taehyung estaba celoso (ya no sabría explicar si se trataba de la parte humana o la lobuna; ambas tiraban dentro de él con mucha fuerza) no podía evitar apreciar lo gracioso de la situación en la que se encontraba su pequeño Beta, siendo una increíble necesidad por besarlo la que surgió de su interior cuanto más pensaba en lo avergonzado que se encontraba Jungkook por las partes bajas del candente Omega.

Lástima que su mirada también cayó sobre el rostro ruborizado de Jimin, justo en el momento en que su expresión se tornaba erótica, con los voluminosos labios humedecidos entreabiertos mientras suspiros escapaban por ellos. Sus ojos se encontraban brillosos y dilatados, mostrando con todo su esplendor como su Omega se encontraba realmente excitado por la situación.

—¿Soy solo yo o el lobo de Jimin tiene un fetiche con los tríos?— para ese momento Jungkook masajeaba las piernas del Omega con la barra de jabón, notando como las mismas temblaban mientras intentaban sostener un tercio de su propio peso.

—Deja tus fantasías y sostén bien a Jimin, está temblando— le comenta el Beta, obligando a Taehyung para que rodeara al Omega y levantarlo un poco del suelo. Jungkook levanta la cabeza entonces, topándose con la bonita vista que le daban ambos chicos, decide quitarle un poco de importancia soltando una bobada—. Pobre bebé, un Alfa podría atacarlo.

Taehyung gira los ojos, intentando ocultar su vergüenza al sentir como el desnudo trasero de Jimin quedaba justo frente a su entrepierna.

—Mi lobo no puede captar olores en este momento, pero estoy seguro de que las feromonas de Jimin están locas por tus manos— le hace ver el Alfa, sus ojos tornándose ligeramente rojos por culpa de la intensidad del lobo.

Con Jungkook de rodillas casi terminando la tarea de enjabonar los pies del Omega, es este mismo el que decide ser un poco más astuto que los otros chicos al tomar fuerza del agarre de Taehyung para colocar sus piernas sobre los hombros del Beta. Jungkook ve en cámara lenta como las piernas de Jimin lo llevan cada vez más cerca de su entrepierna, buscando el contacto que su lobo en celo desea tener. Taehyung no puede hacer nada más que tomar el peso del Omega en su totalidad para intentar alejarlo del rostro de su amigo, pero este mantiene las piernas entrelazadas firmemente detrás de la espalda de Jungkook.

—¡No, Jimin!— Taehyung lo regaña mientras el Beta sostiene las piernas abiertas del chico, intenta escapar por cualquier lugar que el astuto Omega le deje un poco libre—. Suéltalo.

Jungkook siente un alivio enorme llenar su cuerpo cuando las bonitas piernas dejan de apresarlo, cayendo a por sus costados para permanecer frente a él como en el inicio. Jimin se veía realmente frustrado por la orden que el Alfa le había impuesto usando el comando de voz.

—¿Estás bien, Jungkook?— la pregunta de Taehyung le llega con cierta lejanía al muchacho que no podía dejar de pensar en lo cerca que se había encontrado el cuerpo desnudo del Omega.

Demonios, se queja mentalmente Jungkook, esto parece una película porno.

—Creo que te equivocaste— se burla el Alfa, alejando el cuerpo de Jimin unos cuantos pasos—. Pobre bebé Beta, un Omega estuvo a punto de atacarte.

Jungkook le dedica una mirada de odio entrecerrando los ojos antes de levantar su mano derecha para mostrarle el esplendor de su dedo medio. Se levanta con cuidado luego de eso, dándose la vuelta para encender la regadera, dejando caer agua tibia sobre los tres, porque intentar bañar a un Omega en celo los había dejado a ambos llenos de jabón.

—De saber que íbamos a terminar así me hubiese desnudado— suelta sin pensar el Beta, sacándose de encima todo el jabón que las piernas del Omega le habían restregado.

Cuando su mirada se encuentra de nuevo con los ojos llenos de lujuria del Omega su corazón se vuelve errático dentro de su pecho, martillando furioso por la erótica vista que le ofrecía Jimin con el Alfa pegado a su espalda, el color de sus ojos mezclados con manchas rojas.

Sacude la cabeza unos segundos, sacándose todas las imágenes mentales que le estaban jugando una mala pasada; debe dejar de pensar en cualquiera de ellos dos de otra forma que no sea amistosa.

—¿Jimin ya está listo?— intenta desviar sus pensamientos—. Puedo ir a cambiarlo.

Taehyung se ríe con fuerza de eso, negándose rotundamente.

—No puedes controlar a Jimin en este estado, voy a cambiarlo yo— no se espera nada más, deslizando a un costado la puerta para conseguir la toalla donde enrolla a Jimin para sacarlo de la regadera—. Termina de bañarte, luego me toca a mí.

Cuando Taehyung y Jimin se encuentran caminando por el pasillo, dejando un camino de agua a su paso, es el momento en que Jungkook se termina de sacar la ropa con tranquilidad para terminar con su desastroso baño. No quería quedarse solo con sus pensamientos en esas circunstancias, porque la moral y las voces de sus padres se mantenían gritándole constantemente que todo lo que ocurría entre él y los lobos estaba mal.

Mal.

Mal.

Mal.

Muy mal.

Terriblemente mal.

Abriendo completamente la llave de la regadera deja que el agua congelada le cale hasta los huesos, despejando su mente de cualquier voz extraña que intente hacerle sentir mal por lo que acababa de ocurrir.

No se tarda mucho en un intento por mantener la cabeza fría, dirigiéndose velozmente a su habitación para colocarse ropa cómoda. Cuando sale listo de su habitación se topa con Taehyung saliendo del baño, solamente una toalla cubriendo sus partes nobles.

—Voy a cambiarme en tu cuarto para que Jimin no me ataque también— regresa con sus burlas el Alfa, pasando corriendo a su lado por el frío que se encontraba sintiendo.

Jungkook no puede soltar palabra antes de que su puerta sea cerrada con un fuerte golpe.

—¡Lo siento!— se disculpa con torpeza el Alfa, solo provocando que los ojos del Beta queden en blanco un par de segundos.

Para esperar a que su amigo termine de arreglarse se dirige al cuarto donde Jimin, por fin, dormía plácidamente, si se quita la frustración sexual de su lobo. Jungkook se sienta en la orilla de la cama para vigilar su sueño, maravillado con la expresión del Omega dormido. Parecía que los baños le relajaban bastante.

Unos cuantos minutos después la puerta se abre lentamente, primero Jungkook no puede ver a nadie allí, pero poco a poco, con mucho drama, el rostro del Alfa se va asomando con una expresión exageradamente pervertida dibujada en el rostro.

—Jeon Jungkook, ¿qué es esto, bebé?— una de sus grandes manos le muestra una caja que no reconoce al inicio, pero que al cabo de un rato le hace dar un salto de la cama al suelo, corriendo para intentar quitarle de las manos el regalo obsceno que su jefe le había dado ese día.

—¡No es mío!— se excusa pobremente.

—¿Se lo guardas a un amigo?— la expresión divertida solo intentaba cubrir la decepción que sentía el Alfa en su interior.

—¡No, solo déjame explicarte!— las súplicas del Beta son una delicia para los sentidos del Alfa, que lanza la caja a los pies de la cama, fijando toda su atención en el chico frente a él.

—Habla, Kook, quiero saber, ¿qué demonios haces con una caja de condones en la maleta del trabajo?

—Mi jefe me los regaló— decide irse por el camino de la verdad—, percibió el olor de un Omega en mí, por eso me dio la semana libre y esa caja de condones, te juro que yo no compré nada.

En su interior, el Alfa dentro de él se calmó un poco, bajando las llamas de los celos que ardían con anterioridad por el solo pensamiento de otra persona colocando las manos sobre su Beta. Se encontraban ambos tan absortos en el rostro del otro que no notaron el despertar de Jimin, tampoco la forma en que el Omega lentamente se sentaba para tomar la caja, abriéndola para sacar uno de los pequeños envoltorios.

No escucharon la forma en que se rasgaba el empaque, solo fueron conscientes de su alrededor cuando un agudo gemido llegó hasta sus oídos, girando al mismo tiempo para encontrarse con la escena que les ofrecía el tierno Omega.

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