🌼Capítulo 4

Entonces acaricia con su dedo pulgar un punto en especifico de mi mejilla, bien cerca de mis labios.

—Tenías azúcar —¡Ah, me estaba limpiando! Abro los ojos y me río un poco confundida, sintiéndome ridícula ¿En qué estaba pensando?— ¿Qué, esperabas un beso?

—¡¿Qué?! No seas presumido —seguimos comiendo en silencio, yo muerta de la vergüenza.

—¡Tahi Tahi! —nos damos vuelta enseguida y veo a una mujer en sus treinta, vestida super colorida y con una gran sonrisa.

—¡Tía! —él se levanta y la abraza con la misma alegría que ella a él— Te ves espléndida. Mira, ella es Dione...

—¡Oh que hermosa! —se agacha y me abraza— Adoro tu pelo, es reluciente.

—Muchas gracias, un gusto conocerla... —le sonrío y me levanto algo incómoda por tanto afecto.

—Soy Paula la tía de Tahi, que bonito ver que mi sobrino tiene una amiga tan guapa como tú —sonrío y me siento demasiado alagada.

—¡Tía!

—Bueno discúlpame —se ríe ella de él, que se muere de la vergüenza—. Recién vine de retocar mi vestido de boda, estará perfecto.

—Felicidades por su boda —le sonrío y ella me agradece.

—¿Estás emocionada? ¿O te retractarás en el momento de decir sí acepto y saldrás corriendo como en las películas? —le pregunta él haciéndole la burla.

—Exacto, como en las películas. No creo que pase eso en la vida real, con lo caro que sale todo, sería un delirio ¡Termínale antes si quieres! —nos reímos los tres. Es una mujer muy agradable— Dione, estás invitadísima a mi boda. Quiero verte ahí, Tahiel mándale todos los detalles —sonríe y aplaude alegre. Se ve que se casará muy feliz y eso es tan dulce.

—Oh muchas gracias por la invitación... es tan lindo de su parte.

—Es un placer, cuantos más mejor —se despide de nosotros y sigue su camino.

—Tu tía es tan dulce ¿No querrá adoptarme? —él se ríe de mí.

Sería un sueño tener una madre tan alegre y buena como ella, aunque recuerdo que ya soy mayor de edad y nadie puede adoptarme. Pequeño detalle.

—Ven, ahora sí intercambiemos números, no quiero ir acosándote donde vives solo para poder hablarte —dice sarcástico.

Lo hacemos y ya le digo que es hora que vuelva a casa, no puede ser muy de noche ya que tengo cosas que hacer en la casa antes de ir a dormir.

—Así que... te gusta dibujar —ya en el auto podemos hablar nuevamente— ¿Haces algo en tu tiempo libre además de sentarte a dibujarme en Starbucks?

Me siento mirando hacia su asiento, así puedo verlo mientras hablamos. Se ve bien, se viste con remeras de cuellos tortuga bastante seguido, y tiene unas cadenas de color dorado. Miro hacia su parte inferior y usa pantalones cargo con botas negras.

—No, para nada —se ríe—. Aunque supuestamente estudio administración de empresas.

—¿Por qué supuestamente?

—Porque me va como la mierda y no avancé casi nada.

—¿Y por qué no estudias algo que te guste? Ya que tienes la posibilidad de estudiar...

—Eso es lo que quieren mis padres que estudie, porque mi padre tiene una empresa y quiere que yo la maneje cuando crezca —suspira abrumado—. Todo lo pagan ellos así que sí, es eso, algo de la misma rama o nada; sinceramente amaría estudiar para ser un buen artista.

—Podrías publicar tus obras y quizá hacerte famoso. Tienes talento —frena el auto en la esquina de mi casa y me mira.

—Muchas gracias, algún día me encantaría pintarte.

—Ya lo hiciste.

—Me refiero en un lienzo, con pinceles, y un estilo más realista.

—Me encantaría ser tu musa —le guiño el ojo y sonreímos—. Bueno, muchas gracias por traerme y por todo...

—No hay de que, la pasé muy bien contigo... te veo el sábado en la boda —se acerca y me roba un beso en la mejilla.

Sonrío y salgo del auto embobada. Al caminar unos pasos me encuentro con Nata, mi vecina, tiene mi misma edad y fuimos juntas al liceo. Me quiso hacer mis días allí peor de lo que ya eran, no puedo ni verle la cara.

—¡Uy, felicidades hermosa, te conseguiste un novio millonario! ¿Tan buenas mamadas haces?

¡Qué grotesca! Simplemente sigo caminando hasta mi puerta, y mientras busco las llaves en mi bolso me vuelve a hablar.

—¿Tu madre sabe de él?

No le contesto, no vale mi tiempo ni desgaste, ya sufrí mucho en el liceo, no hace falta seguirle el juego. Abro la puerta y se la cierro antes de que siga hablando. Insoportable.

Uf, hogar... o lo que sea esto. Hay cosas tiradas por todos lados, mi madre parece una niña chica e inmadura en vez de una mujer adulta de su edad.

—Hola Didi, ya casi termino mi tarea —le doy un beso a Sue y la felicito, está haciendo algo de matemáticas, se le dan bien.

—Muy bien ¿Quieres milanesas para cenar?

—¡Sí! —voy a la cocina y también está Annabelle limpiando algo, vaya sorpresa.

—¿Dónde estabas? ¿Con amigos? —asiento y a su costado comienzo a poner las milanesas en el horno.

Me vibra el celular y me llegan unos mensajes de Tania, voy al baño mientras la cena se prepara. Le contesto y cuento que salí con Tahiel, sí que paso bien estando con él. De repente me llega un mensaje de él y lo abro al instante.

Acosador: Gracias por aceptar salir conmigo, la pasé genial viendo como tenías diez paro cardíacos en un minuto.

Yo: Aww que dulce, gracias por no raptarme ❤

Acosador: Ya quisieras ;) ¿Tienes vestido para el sábado?

Yo: Nono, no creo que vaya, tu tía solo estaba siendo cortés, ni la conozco.

Acosador: Tienes que ir, ella me llamó para que te insista, ambos queremos que vayas. Ve como mi acompañante...

Yo: Ojalá, pero no tengo vestidos que me queden. Perdón.

Acosador: Entiendo... ¿Mañana puedo verte, después de tu trabajo?🙏

Yo: Si insistes... 😉

—¡Tres horas para usar el baño, salí, necesito entrar! —Annabelle me saca de mi nube de ilusiones y salgo.

Me hubiera encantado ir a esa boda y ser su acompañante. Paula le insistió tanto a él para que vaya, demasiado buena esa mujer para este mundo. Nunca pude darme lujos de vestidos formales, el único que usé la última vez para mi graduación fue alquilado, y fue una ocasión especial; esta es la boda de una mujer que vi por dos minutos.

Al día siguiente mi rutina en el trabajo es la de siempre, algunos dramas aquí y allá con clientes, pero nada anormal. Mi corazón se acelera al ver que es mi hora de partida, me saco el uniforme en el baño, me arreglo lo mejor que puedo, lavo mi cara y en cinco minutos estoy frente a semejante hombre que me espera con una sonrisa de lado a lado.

—¿Me extrañaste? —le pregunto saludándolo con un beso en la mejilla.

—No sabes cuanto, hasta soñé contigo —me río de su sarcasmo.

—¿Y qué soñaste?

—No es algo apto para contar... —me mira con una cara pervertida pero al segundo se sonroja y me río de él.

—¡Atrevido!

—Te compré un café, y un muffin —me extiende la comida y lo miro conteniendo mis ganas de llorar.

Sí, soy sensible en el fondo, solo me hago la fuerte para intentar que todo lo que pueda llegar a doler, duela menos.

—Muchas gracias, que lindo gesto —le sonrío muy feliz y lo agarro, es un pequeño detalle, pero me encanta que sea atento, siento que no me lo merezco.

—Debes estar cansada... ven, sube —me abre la puerta del auto y entro—. Te ves... li-linda.

Me sonrojo de pies a cabeza, es el primer comentario que hace así tan directo y no sé cómo reaccionar.

—¡Ja! Chistoso, vengo de trabajar ocho horas y tú me dices eso, no te burles —intento alivianar el comentario para que el ambiente no quede incómodo.

—Hablo en serio, eres linda.

Lo miro ruborizada y él ya me estaba mirando, de a poco su rostro se acerca al mío, sus ojos verdes se cierran y cuando es entonces cuando siento su respiración sobre mis labios.

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Jajaja prometo que es la última vez que dejo estos finales así 🤭🤭

Holii ¿Cómo les va gustando la relación de ellos?

A mí Tahiel se me hace super tiernoo 🥺

Gracias por leerme y comentar <3

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