🌼Capítulo 13
Comí un poco, intenté ofrecerle mi ayuda a Jazmín en la casa pero me dijo que no era necesario. Me contó, y no me sorprendí en lo absoluto, que tienen un par de chicas contratadas que hacen los quehaceres; entonces podía relajarme en el cuarto o en su patio. Así que allí voy, me siento en una de las reposeras y para mi suerte hay algo de sol que me calienta. El patio está lleno de pasto totalmente natural, tienen plantas con flores hermosas y una piscina, ahora cubierta por el poco uso en invierno.
Aburrida, abro mis mensajes y tengo varios de Tania y algunos grupos que no me importan mucho. Leo los últimos de Tania y son de ayer a la noche.
Tania: Babyy ¿Cómo te sientes? Sé que estuviste acostada por varios días y si estás mejor quería invitarte a una juntada con nuestros amigos. Es en el club de siempre, mañana a la noche ¿Te apuntas? Di que sí, te extraño montones 💘
Su mañana a la noche de ayer refiere a hoy de noche... no sé, no me veo con muchos ánimos de ir a una fiesta. Aunque podría ser bueno, ver a Tania, Kevin, demás conocidos y divertirme un rato después de tantas cosas malas que pasaron. Incluso puedo invitar a Tahiel... aunque no creo que vaya a ese tipo de bailes.
Yo: Holaa ¡Estoy muy bien sí! Como te extraño lo pensaré, te confirmo más tarde. Por cierto, tengo que contarte todo desde que vivo con Tahiel 😳
—¿Qué le vas a contar de mí? —la voz de Tahiel en mi oído hace que tire mi celular al pasto y me pare de un salto de la silla.
—¡Tahiel! ¿No te dijeron que no debes leer conversaciones ajenas?
—Pero hablabas de mí ¿Qué le vas a contar? —se agacha, agarra mi celular y me lo extiende con una sonrisa inocente.
—Que casi me matas de un infarto —digo evadiendo la pregunta.
—¿Y lo de anoche? —lo miro enseguida y no tiene una mirada pervertida ni nada, se lo ve expectante.
—O sea que no fue un sueño —concluyo, él niega con la cabeza y se acerca un paso hacia mí, tomando mis manos entre las suyas.
—¿Te arrepientes? —pregunta en un susurro. Se lo ve nervioso, y mi yo interior grita de la ternura por dentro.
—La verdad que sí —suelto su agarre—, es espantoso tener un orgasmo —digo sarcástica, y me río de su cara, él se cruza de brazos indignado.
—Chistosa, dale vamos al hospital a ver tus puntos y eso —camina delante de mí y lo sigo a paso apresurado, pisando sus zapatos por la parte de atrás a cada paso que da— ¡Carrot basta!
Recuerdo que me llamó así el día que nos conocimos.
—Me gusta ese apodo.
—Pensé que no te gustaba, como no sabes inglés.
—¿Cómo que no? —preparo mi garganta para pronunciar de mala manera lo único que aprendí en las clases— Open the window, can I go to the toilet? Happy Birthday, it's sunny —ennumero como una estúpida mis grandes conocimientos y le hace gracia así que a mí también.
—Vaya, increíble, esas frases te servirán para la vida—me felicita mientras me tiende una campera para salir a la calle.
—Por cierto, mi amiga Tania me invitó a una fiesta con unos amigos de mi barrio y pensaba ir para despejarme y divertirme... —le cuento mientras vamos al hospital.
—Eso es genial, te llevo, aunque te recomiendo no tomar hasta que estés bien del todo.
—Lo sé, no pensaba hacerlo, el punto es que quería que fueras conmigo —digo algo nerviosa.
—Sí obvio, sería divertido —apoya su mano en mi muslo y tiemblo por dentro— ¿Puedo invitar a un amigo y su novia? Para que conozcan a mi futura esposa.
—Tahiel por favor —lo reprocho con mi voz y me vuelvo un tomate—. Y claro que puedes invitar a quien quieras.
Llegamos al hospital, todo sale bien, me quitan los puntos que me quedaban y definitivamente me liberan, mis heridas están cicatrizadas, no hay daño interno y puedo dejar de visitar el hospital ¡Al fin!
—Qué bueno que estás mejor —al salir del hospital Tahiel me abraza con fuerza y me acurruco en sus brazos, oliendo su deliciosa colonia.
—Gracias a tus cuidados y los de tu familia —sonrío agradecida y le doy un beso en su cachete, él sonríe y me da uno en la frente.
—Es lo mínimo que podemos hacer.
Rodeo su cintura con mis brazos y apoyo mi cabeza en su pecho, descansando así unos segundos. Siento su corazón palpitar rápido, y enseguida sus brazos me rodean.
—Tahi —le llamo la atención y nos volvemos a mirar a los ojos—, te quiero.
Lo miro expectante. De verdad quiero que sepa lo mucho que lo quiero y todo lo que me hace sentir cada día con más intensidad.
—Me vas a volver loco... —pasa sus grandes manos por su cara y eleva su mirada al cielo con una sonrisa demasiado tierna— Te quiero más.
Se encorva levemente para darme un suave beso mientras sonreímos, dura un par de segundos y lleva consigo un montón de sentimientos y palabras que me cuestan decir pero las siento, y quiero que él lo sepa.
Pasamos un rato juntos, hasta que llega mi hermana e intento ayudarla con su estudio, ya que extraño compartir tiempo con ella. Luego aparecen los padres de Tahiel, Jazmín y Edwin; y arreglamos que empezaré a trabajar el lunes próximo. Así que genial, eso será bueno para mí.
—Toc toc ¿Estás lista para la fiesta? —pregunta Tahiel al otro lado de la puerta.
—Espera, en cinco me termino de maquillar y salgo —le aviso mientras aplico un labial color vino que dura 24 horas.
—Eso dijiste hace diez minutos, tortuga —me río de su enojo y sigo aplicando el labial correctamente mirándome al espejo.
Solo me aplico un poco de rimel, y estoy lista ¿Será muy atrevido el labial? Mm, creo que me gusta, y espero que a Tahi también. Miro mi atuendo y consta de unas botas, pantalón negro de cuero sintético, y una remera manga larga de color blanca que deja ver mis hombros. Estas prendas las suelo usar cuando salgo con Tania a este tipo de fiestas.
—Lista —abro la puerta con la intención de impresionarlo y me quedo impresionada yo.
Tahiel está con su celular en la mano y me mira con la boca un poco abierta mientras lo guarda en su bolsillo. Tiene unos rulitos más definidos, parece que se puso alguna crema especial en ellos, y lo hace ver fabuloso. Su camisa blanca está que arde ¡Y ay Dios! Se dejó un par de botones abiertos dejando a la vista su clavícula marcada. Tiene una cadena dorada, bajo mi mirada y sus pantalones son de seda y sus zapatos negros.
—¿Cómo que hace calor de repente, no? —digo luego de inspeccionarlo de arriba a abajo descaradamente. Él se ríe y toma mi mano.
—Estás hermosa —me hace dar una vuelta en mi lugar.
—Tú también lo estás —sonrío y siento mis mejillas arder al sentirme tan observada y alagada.
—¿Estoy hermosa?
—Muy —nos reímos y vamos rumbo a la fiesta.
—Combinamos colores y todo —dice y me percato de que estamos vestidos iguales. Blanco arriba y negro abajo.
Platicamos un poco en el camino, y al llegar entramos al salón de fiestas, hay varias personas afuera tomando aire e incluso fumando.
—¡Louis, Lia! —grita Tahiel divisando a sus invitados a lo lejos.
—¿Louis? —ese nombre me suena.
—¡Tahiel hola! —viene Lia sacudiando sus brazos con una sonrisa, pareciera que ya empezó a emborracharse.
Su novio Louis viene por detrás de ella y al mirarle a la cara definitivamente lo recuerdo. Nos besamos en una fiesta hace como cuatro meses... ay qué incómodo.
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Holii aparezco un lunes porque tuve unas vacaciones y pude escribir más 🥳🥳 ¿Cómo andann?
Siento que el tiempo está pasando muy rápido y queda muy poco para terminar el año ¡Panic attack! ¿Qué voy a hacer con mi vida, qué estudio, dónde? Aaaaa ayuda.
Jeje gracias por apoyarme, votar y comentar ¿Qué les está pareciendo la historia hasta ahora? ¿Algo que quieran que pase?
Nos vemos el jueves nuevamentee 😘😘
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