Unos días pasaron hasta que me dieron el alta, decían que podía volver a la normalidad y que cualquier problema con mis heridas casi cicatrizadas debía correr al hospital. Mi cuerpo no había demostrado ninguna falla cognitiva, me había mejorado, así que eso era una alegría y podía volver a pensar y moverme con normalidad.

Sue venía siempre después de la escuela y Tahiel se quedaba varias horas cuidándome, me charlaba, comía conmigo y me contaba alguna historia de sus libros favoritos. Pasábamos de a ratos hablando, con los medicamentos se me hacía difícil mantener conversaciones y no dormirme al rato por cansancio y un poco de dolor. Él siguió ahí, comprendiendo mi situación y cuidándome, y le agradezco demasiado por eso.

Creí que nos habíamos besado una vez, o fue parte de mi imaginación o un sueño, al estar drogada varias horas del día no podía distinguir bien muchas cosas. Y no me atrevía a preguntarle tampoco.

Los padres de Tahiel se pasaron un par de veces para desearme una pronta recuperación y me trajeron comida casera. Les agradecí un montón por cuidar de Sue mientras yo no podía y les prometí que pronto estaría fuera, no quería abusar de su amabilidad. Aunque a ellos no pareció molesrarles.

También me visitaron mis amigos Kevin y Tania, trajeron un ramo de flores y me sentí como una difunta; Tania insistió que las flores se les dan a los vivos y tenía más lógica.

Con nadie toqué el tema de Annabelle, y cuando preguntaba su paradero nadie me respondía con la excusa de que no podía preocuparme, ni pensar ni bla bla. Sinceramente ahora que estoy por irme no sé a dónde iré ¿Seguirá ella en casa? No puedo volver ahí.

—Tahi hola —lo veo entrar por la puerta, todo arreglado y su colonia me hace suspirar. Me va a llevar a mi casa, así que lo esperaba sentada en la camilla.

—Buen día ¿Estás lista?

—Sí ¿Vamos a mi... casa?

—Vamos a la mía... mis padres propusieron la idea para cuidarte a ti y a Sue ya que es menor y tu madre...

—¿Sigue en la casa?

—No, llamamos a la policía y se la llevaron presa... —hace un silencio y mira mi reacción. Simplemente asiento, supongo que eso era lo que tenía que pasar. Aunque sean duras esas palabras, nunca debió tocarme ni un pelo— Hubo un juicio donde tu hermana, vecinos y yo fuimos testigos; también recibirá ayuda psicológica. Ella no estaba bien Dione... Sue habló y no entiendo cómo jamás la denunciaste, pediste ayuda o te fuiste.

—N-no lo entenderías Tahiel, e-es complicado para mí —miro el piso brilloso y lloro por el dolor de mis malas decisiones, por aferrarme tanto al pasado y no valorar mis derechos como persona.

—Obviamente lo es, lo siento, no quiero juzgarte. Me preocupa que hayas aguantado todo eso sola —camina hasta abrazarme y darme un suave beso en la frente—. Pero ya está, ella tuvo la consecuencia de sus acciones.

—¿Cómo fue cuando me encontraste? —me separo de él para verlo a los ojos e indagar en el tema.

—Dione, fue horrible —niega con la cabeza pero le insisto. Quiero saber cómo pasó todo—. Tu hermana agarró tu celular, encontró mi número primero y llamó gritando que fuera, que creía que tu mamá te había matado ¿Entiendes cómo me sentí en ese momento? —dice caminando de un lado a otro— Llamé a la policía, y manejé a toda prisa, ya habían llegado a tu casa y tú salías en la camilla. Estabas viva y eso era un alivio, pero la escena fue... —cierra los ojos con fuerza y luego mira hacia el techo— En fin, tu madre estaba desquiciada, borracha, gritando un montón de insultos a todos. Y Sue les contó lo que pasaba día a día. Si a mí me hizo mierda escuchar eso no me quiero imaginar lo que fue para ti vivirlo desde que falleció tu padre.

—Solo quería que ella cambiara y tener a mi mamá de nuevo... —soy un mar de lágrimas, pero Tahiel se encarga de limpiarme con sus pulgares.

—Mírame —abro mis ojos acuosos—, sé que esto es difícil de asimilar, pero tu nueva vida es sin ella y todo el dolor que eso conlleva. Ahora tienes que superar eso, de a poco, tranquila, y toda esa memoria amarga desaparecerá para convertirse en felicidad por la nueva vida que llevarás; alejada de las cosas malas ¿Sí? Y quiero que vivas con mi familia aunque sea por un tiempo, para que puedas ir a trabajar en paz en la empresa de mis padres, y para que Sue esté protegida en casa con ellos que se mueren de amor por ella.

—Pero Tahiel, yo tengo mi apartamento que alquilo, no quiero que se sientan con la responsabilidad de cuidarme porque me pasó algo malo.

—No sería bueno que volvieran al mismo lugar donde tantas cosas malas pasaron... está claro que no te vamos a retener en contra de tu voluntad, así que cuando consigas otro lugar para vivir puedes irte—suspira—. Queremos ayudarte Didi, acéptalo, hay personas que quieren tu bien —lo miro frustrada y me dejo caer lentamente de espaldas en la camilla.

—Me siento tan vulnerable... no me gusta que me veas así —admito tapándome la cara.

—¿Así cómo, despeinada? —se ríe de mí y aliviana el ambiente. Me extiende la mano y me levanta— Vámonos, no soy fan de los hospitales.

Bajamos por el ascensor de la mano y en silencio. Me hace sentir cómoda conmigo y mi situación, él estuvo para mí desde el momento en que nos conocimos... lo aprecio tanto.

—Muchas gracias por todo —digo finalmente cuando entramos a su auto.

—Gracias a ti por no morirte.

—Aw, qué tierno —digo sarcástica y nos reímos de mi desgracia.

Y ahí está, el mismo chico de las bromas y sarcasmos que me hacen sacar una sonrisa cada vez que estamos juntos. El chico que apareció mágicamente y le dio mil vueltas a mi corazón, no para de sorprenderme cada día con sus acciones. No sé qué somos pero eso no importa, quiero estar con él... ¡Ay! Ya caí, y me encanta porque sé que él me atrapará en sus brazos.

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Jeje holiii

Nuestra diosa Dione se está mejorando y está super vulnerable frente a su amado rescatista🥺

Pasará a vivir con Tahiel... 😱😱 ¿Qué va a pasar ahí?

¿Qué piensan del capítulooo?

Graciias por llegar hasta aquí, bonita vida 😚✌