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6.

La luz del sol asomaba por el ventanal de vidrio semi abierto de aquella habitación compartida, siendo cálido y relajante al estar al contacto con la piel descubierta donde no alcanzaba la sábana, otorgando buenas vibras para comenzar el nuevo día lleno de detalles que seguro tendrían al ser su primer aniversario como pareja.

Keigo abrazaba teniendo frente a frente a la entidad femenina dueña de la habitación en la que yacían acostados, envolviendola con sus fornidos y musculosos brazos llenos de cicatrices debido a sus peleas que no le quitaban el hecho de ser protectores con su amada, alcanzando a acariciar la espalda contraria con la yema de sus dedos, causándole suaves cosquillas mientras sentía la respiración caliente de su chica acariciar su rostro reiteradas ocasiones al estar tan cerca el uno del otro.

Ya era algo tan normal entre los amantes jovenes. Despertar amarañados, sabiendo que no recibiran un desprecio por como lucen. Despertándose sintiendo la piel del otro por el abrazo cariñoso, tan cálido y abrazador renegandose a separarse. Caricias mañaneras y palabras lindas, sin faltar el tierno beso de buenos días tan intenso como el trabajo que ambos ejercían, nunca faltaría. El buen desayuno que disfrutan a las afueras del departamento, en esa pequeña cafetería rústica que ya los esperaba con su buen café recargado de energía y un rico postre de preferencia. Sin duda, una buena mañana para iniciar el fin de semana.

No era la primera vez ni la última que dormían juntos y de aquella forma tan íntima en esa habitación cálida tan conocida para ambos, cómplice de los alaridos y sonidos producidos por los encuentros amorosos de la pareja enamorada, de sus múltiples cursilerías, peleas y reconciliaciones.

Tan cerca, sintiendo la respiración contraria; tranquila y continua. Tanta calidez y comodida; para Keigo, en cuanto a su amada un tanto de incomodidad en su parte baja, sintiendo un leve ardor y viscosidad por la acción del día anterior pero renegandose aún así el no querer alejarse de ese cálido y abrazador abrazo, solo disfrutando de aquél silencio y tacto, siendo relajante para ambos jovenes despiertos entre las sábanas blancas, con sus piernas cruzadas entre si y sus respiraciones mezcladas.

—Feliz Aniversario, cariño

Habló ronco y seco el rubio, con su mejilla aplastada por la fricción de su cara y la almohada, percibiendo su boca seca por el tiempo que había dormido y mantenido la boca cerrada. Con su mano  acariciaba los cabellos despeinados de la fémina adormilada, con cariño y delicadeza para no enrredar su mano y causarle dolor, abriendo paso al aroma de su shampoo que no dudo en acercarse a su rostro para apreciar ese agradable olor, depositando un tierno y casto beso en su frente como acto de cariño.

—Feliz Aniversario... ¿nos bañamos?

La enamorada acariciaba los pectorales de su amado mientras sonreía feliz, observando las marcas rojizas y moradas que había dejado con su boca la noche anterior, mientras sonreía nerviosa por lo que veía y recordaba haber hecho, volviendo a su cabeza el recuerdo del acto que habían cometido ambos, maravilloso acto. Sus mejillas se tornaron rojas, siendo peñizcadas por el embobado y enternecido joven amarañado.

—¿juntos?... —Aún adormilado hablaba Keigo, cayéndose saliva de la comisura de sus resecos y rasposos labios por la falta de agua.

La fémina observó con detenimiento los ojos lagañosos de su chico, limpiandolos con la yema de sus finos dedos sin sentir asco alguno —Pues si...

—hmm...no gracias, prefiero mantener el delicioso olor de tu flor en mi...

Besó fugazmente la frente de su igual, risueño, sabiendo bien la reacción avergonzada que había tomado la fémina por lo que le había dicho como respuesta. Fue tierno, no lo niega, pero no le quitaba lo vergonzoso. Se sentía tan contento y eufórico de estar a su lado, después de permitirse conocerse entre ambos, de tener sus encuentros amorosos y celebrar su tan dichado amor en un día tan perfecto como lo es su aniversario. Al fin, un tiempo juntos, solo ellos dos y el mundo, nada los podrá detener y menos en ese día tan lleno de amor.