〖𝑼𝒏 𝒔𝒖𝒆𝒏̃𝒐 𝒄𝒂𝒔𝒊 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅𝒐〗

꧁ 〔Ⅱ〕 ꧂

"𝐶𝑢𝑖𝑑𝑎 𝑎 𝑙𝑜𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑠, 𝑝𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑟𝑒𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜𝑠 𝑛𝑜 𝑠𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑧𝑎𝑟"

Tal vez las cosas hubieran sido diferentes si Ray no salia del palacio ese dia, tampoco si su hermana Susan no lo hubiera chantajeado para que vaya a traer algunos ingredientes para sus extrañas mezclas de comida.

—Si no cumple con su parte del trato, la mato.—emergió desde el mar, acomodando su cabello mientras miraba alrededor—Veamos...¿Donde estaba el lago?

Habia una parte del mar que se conectaba a una laguna al borde del bosque, laguna que tenia unas extrañas algas brillantes que Susan le pidió a cambio de su silencio.

¿Por tenia que amenazarlo con decirle a su madre que sale del reino? Estaba claro que si ella se enteraba de que su hijo salia del reino para ir a Neverland eso lo meteria en serior problemas.

Apenas regresaba del reino humano, fue por las dichosas algas y tomó todas las que creia que su hermana necesitaria, colocandolos en una bolsa. Era la primera vez que visitaba ese lugar, por lo que le sorprendió ver unas caracolas brillantes. Eran pegajosas y dificiles de sacar.

—Hmm...—tomó uno para analizarlo. Brillaban gracias a las algas que se pegaban a ellas—No son las caracolas, son las algas.

De pronto escucho una voz.

—¡Traigan eso de vuelta! ¡por favor!—la voz de una chica lo puso en alerta, haciendo que se Ray vuelva a sumergirse y alejarse lo suficiente para no ser visto.

Encontró unas rocas que sobresalian del agua y se asomó desde atrás para no ser visto. Llegaron varias hadas jugando con algo entre manos.

Eran hadas de las flores, el tipo de hadas mas inocentes pero jueguetonas. Ray se preguntó a quien molestaban ahora.

—¡N-no! ¡no jueguen con eso!—exclamó algo nerviosa, se detuvo al ver que llegaba a una especie de muelle que parecia abandonado.—¿Habia un muelle aqui? 

El azabache se talló los ojos, creyendo estar alucinando.

—Se supone que los humanos no deberian estar en este lado del mundo...—susurró, sin dejar de observar a la fémina.—Aunque no soy el mejor para reprochar eso.

Tenia un cabello largo que le recordaba al color las perlas más blancas, caracteristica que recordaba de algún lado.

De pronto lo recordó cuando vió los ojos de aquella jovencita, habia visto esos mismos ojos hace unas horas en el reino humano. No habia lugar a confusión.

Reconocia esos orbes cian, tan brillantes como un par de joyas, que en su momento lo distrajeron en el pueblo.

Pero ¿Que hacia esa chica en el bosque de noche?

—No...no puedo recuperarlo si esta...—quitó rápidamente la mirada del agua, parecia estar asustada.

¿Que la asustaba? ¿El bosque lleno de criaturas? ¿La regla que habia roto y estas literalmente por su cuenta en un lugar desconocido para ella? 

—No.—alzo una mirada decidida y se limpió las lagrimas—Entonces...solo tengo que salir de aqui. No puedo quedarme más.

Las haditas se escondieron y la observaban de lejos.

—¿Que más da?—parecia estar obligandose a sonreir, aunque algunas lagrimas más se deslizaban inevitablemente por sus mejillas—Solo era el único recuerdo de mi madre, el objeto mas importante en mi vida...no importa, solo tengo que irme de este bosque. Norman seguro se preocupará si llego demasiado tarde.

Se levantó del suelo y regresó por el camino por el que habia venido. 

—¿Eso es todo?....¿Dejará su collar? —el pelinegro estaba insatisfecho con el desenlace—Tch.

Se acerco y nadó hasta donde supuestamente se había caído aquel accesorio. Encontrándolo al fondo, con un poco de arena encima y enredado entre algunas algas.

—¿Será este?—nado hasta la superficie, viendo el camino por donde la joven se había ido.—Me pregunto si...

Dejo el collar encima del muelle, donde seguro lo encontraria si es que vuelve.

Pero siendo sinceros, ¿Quien volveria al bosque peligroso luego de una experiencia así? Ella salió llorando, ¿Estaria tan loca de volver?

—Bueno...es mejor que no me quede aqui.—volvió a sumergirse, camino a su hogar. Su madre lo mataria si se enteraba que habia salido del reino para cruzar el limite prohibido para visitar Neverland.

Al llegar, Isabella parecia demasiado ocupada con los deberes del palacio y con Susan como para prestar atención al joven que acababa de llegar.

Ray le entregó las algas que recolectó a su hermana y luego se fue directamente a dormir, estaba demasiado cansado como para pensar en algo más que en dormir.

Pero estaba equivocado, su mente no dejaba de reproducir la escena de aquella chica albina en la orilla del lago.

—Hmmm...—se volteó, quedando de costado—Hay algo en ella...que me parece conocido...

Ojalá pudiera averiguar más de ella, pero seguramente ella jamás volveria.

Cruzar el limite estaba prohibido.

Aunque...hubo un tiempo en que no habia un limite prohibido,  una época donde el miedo era constante...pero la armonía no era algo imposible. Para unos, esos años fueron un tormento, para otros fueron los recuerdos mas felices de su vida.

Para Ray esa fue la epoca más feliz de su vida.

Sin preocupaciones, sin guerras, solo su familia compartiendo momentos felices entre el mar y la orilla.

Ray no sabe por que volvió al dia siguiente, pero ahi estaba, esperando a que cierta albina de ayer volviera a aparecer por su collar. 

Estuvo horas esperandola, como si aquello realmente le importara. Sabia que no era así, ella no le importaba y menos el collar, pero tenia el presentimiento de que ella podria volver por más estupido que suene.

¿Desde cuando se dejaba guiar por un presentimiento?

—¿Eh?—al escuchar la voz de la fémina, se asomó entre las rocas. La vio en la orilla, algo asombrada.—Mi...¿collar?

Si regresó, esa chica...era muy valiente o muy estupida.

—¿Acaso mi collar es mágico?—pregunto en broma para si misma, luego soltó una pequeña risa.—pff...eso seria algo extraño.

Ray notó que ___ parecia portar una mirada inquieta cada vez que miraba al lago, ¿Eso era lo que la asustaba?

¿Le tenia miedo al lago? ¿Por eso no fue por el collar en cuanto se cayó y se rindió tan rapido?

Sacó algo de su bolso que empezó a comer mientras esperaba en la orilla quien sabe qué.

—¿Por que se queda?—preguntó Ray, en un susurro.—¿Piensa quedarse en el bosque?

Definitivamente era estupida, porque cualquier persona normal se habria largado del bosque cuanto antes.

Al menos, despues de un rato, ella estaba por irse.

—Oh, espera—antes de marcharse, saco su pañuelo y envolvió algo que Ray no reconoció. Lo colocó cerca a aquella orilla, justo donde estaba el collar.—Si alguien regresa, mejor le dejo algo como agradecimiento.

Se marchó, dejando aquel...lo que sea que sea eso...envuelto ahi. 

Lo dudó unos segundos al principio, pero tomo una rápida decisión y se acercó.

—¿Que es esto?—lo examino con la mirada, tenia buen aroma y lucia apetitoso—¿Tendrá veneno?

Descartó la idea cuando recordó que la chica lo comía cuando esperaba sentada.

—Tal vez...—acerco el panecillo a su cara, olfateando mejor aquel aroma, le dio un mordisco, sorprendiéndose del exquisito sabor—No está nada mal...

Sin duda sabia mejor que las algas que su madre le obligaba a comer a él y a sus hermanas. Y definitivamente sabia mejor que los intentos de comida que hacia Susan.

—El sabor es bueno...—siguió dándole mordiscos hasta acabarlo mientras se fijaba en el pañuelo que antes envolvía el panecillo. Tenia algo escrito en el.

—"____"....—ladeo la cabeza—¿Será su nombre?

Se sacudió la cabeza...¿En que pensaba?, lo que menos podía hacer en este momento era relacionarse con humanos, tenia suficiente con visitar el pueblo y nada mas.

Pero seguro esa chica regresaria por su pañuelo.

—Que idiota, el viento lo hará volar.—se puso a pensar un poco en lo que pasaria si ella perdia su pañuelo. 

Seguramente tendria que regresar y no lo encontraria, tal vez lo encontraria todo manchado de algas pegajosas si es que caia al agua.

Ray decidió ser benevolente y dejar algo para que el pañuelo no pueda salirse volando. Colocó una caracola de las que brillaban y lo puso encima del pañuelo, con el cuidado de que el pañuelo no toque las algas pegadas a la caracola. 

Despues de eso regresó al palacio, estando tan metido en sus pensamientos sobre lo que habia pasado como para hacer caso los habituales parloteos de Emma.

—Estas distraido...—la pelinaranja se acercó y sacudió una mano frente a él—¿En que piensas?

—¿Hm?—por fin reaccionó—En nada, olvidalo.

Emma continuó hablando hasta que notó a su hermano dormido, penso que tal vez tuvo un largo dia, asi que lo dejó dormir y salió de la habitación.

Ultimamente Ray iba mucho al reino humano, por lo que le preocupaba un poco. Tanto él como Emma sentian una curiosidad inmensa por el mundo al otro lado del limite, pero a diferencia de ella, Ray si se atrevia a desobeder a su madre solo para ir al pueblo humano.

Su madre seguro se enojaria muchisimo con él si llega a enterarse.

Tal vez si su padre aún estuviera vivo, las cosas serian diferentes debido a lo comprensivo que solía ser él.

"—Papá....¿tu tienes algún sueño?—preguntó el pequeño, volteando a verlo.

Leslie soltó un suave suspiro y miró hacia el frente, admirando la vista hacia el bosque Moonlight.

—Ray, yo creo que...podemos crear un mundo nuevo, uno en el que podamos vivir en paz.—Leslie esbozó una calida sonrisa que resaltaban el brillo de sus ojos— Ese es mi sueño."

El azabache despertó rápidamente, sus manos temblaban un poco. Comprendió que aquellos recuerdos solo habian sido un sueño.

Era muy temprano, de hecho, era de madrugada....asi que Ray se levantó, listo para irse una vez más al reino de Neverland. Asi que, sin que su hermana se diera cuenta, salió de la habitación.

La seguridad en su hogar era muy poca, a pesar de ser un gran castillo, siempre habian guardias que se quedaban dormidos. 

—Eso fue muy facil.—susurró, con una sonrisa ladina. 

Aún se podían apreciar las estrellas y la luna. El cielo era realmente lindo, aunque no se podía apreciar tal belleza desde donde vive Ray.

Despues de todo, el mar es muy extenso, pero tambien muy profundo. Tiene sus encantos, pero el azabache quedó embelesado por el cielo nocturno desde la primera vez que lo vio.

Continuó hasta llegar al borde, donde el bosque y el mar de conectaban. Continuó caminando hasta encontrar una cascada, rápidamente se acercó.

Detrás de la cascada habia una cueva, el lugar que se habia convertido en su segundo lugar. Un espacio donde podia estar en paz y sentirse lejos de la prisión del castillo submarino.

—Hogar, dulce hogar.—sacudió su cabeza, salpicando agua. Miró a su alrededor con una sonrisa, le encantaba ver como todas sus cosas estaban organizadas.

Era una simple cueva que el azabache encontró lleno de cosas interesantes. Desde entonces, regresaba a menudo para ordenar las cosas e investigarlas o repararlas.

Encontró una pila de libros con diferentes titulos, ropa hecha para humanos y lo más curioso de todo: Una libreta con canciones terminadas y por terminar.

Esa cueva estaba llena de cosas interesantes para un tritón aburrido.

Nadie más, a excepción de su hermana menor, sabia de aquella cueva.

—¡Ray! ¡Raaay!—llamó la pelinaranja, quien estaba afuera de la cueva.

—Uhg, ¿Ya se dieron cuenta?—rodó los ojos mientras dejaba a un lado el pequeño reloj que habia preparado. Salio de la cueva, con cuidado de que no le caiga mucha agua y finalmente vio como Emma se acercaba a la orilla.—¿Ahora que pasa, antena?

—Mamá estaba buscándote, asi que venia a buscarte antes de que ella se preocupe y mande a guardias por ti.—respondió la pelinaranja.

—Tch. No entiendo por qué se preocupa tanto, ya no soy un niño.

—¿Fuiste hoy al pueblo?—preguntó la ojiverde, con una mirada curiosa.

—Planeaba  ir, pero supongo que tengo que regresar a casa.—suspiró, algo irritado.—Pero hace unos dias fui al pueblo y cambié un reloj de la tienda de empeños por un anillo que encontré cerca de un arrecife y lo limpié, asi se veria mejor.... y como es un reloj que no funciona, me lo intercambiaron de inmediato. 

—Genial...—sonrió algo emocionada. Le gustaba escuchar lo que su hermano hacia en el pueblo.

—Un tipo quiso robarme el reloj, pero me di cuenta. Al final terminamos peleando y la gente nos rodeó—Comentó el azabache—Me distraje unos segundos...pero al final, gané.

—¿Pelear?—frunció un poco el ceño, enojada con el azabache.—Ray, se supone que no debes meterte en peleas, pudo haberte pasado algo.

—Tranquila, se pelear muy bien.—contestó el pelinegro, orgulloso de si mismo—Además, mientras no me caiga mucha agua, estaré bien.

—Supongo que es cierto....—Emma comenzó a nadar un poco de forma relajada, mientras Ray se sentaba al borde de la orilla—¿Cómo es que puedes caminar bien? ¿Y ya sabes pelear? sabes que mamá se enojara si se entera que vas al mundo humano...

—Mamá solo exagera. —interrumpió él.—El mundo humano es...interesante, pero no es tan peligroso.

—Eso de estar cambiando de humano a sirena y viceversa...¿No es incomodo?

—Cuando te acostumbras, no tanto. De hecho, es divertido.—sinceró el contrario.—Además, si algún dia quieres ir al pueblo, tienes que llevar un par de piernas y no una cola de sirena a menos que quieras ser perseguida por un montón de guardias...O cazadores....cazarrecompensas, traficantes de criaturas, ¿Sabes? el mundo humano si es peligroso. Ignora lo que dije antes.

—Aún asi...me gustaría ir al mundo humano sin tener miedo de morir.—se detuvo unos segundos y luego miró a Ray—O tal vez como tú, que no tienes miedo de morir y vas al pueblo aunque mamá te prohibió a todos ir allá.

Emma se acercó a la orilla y se impulsó con sus brazos para sentarse al lado del azabache. 

—¿Sabes? me pregunto si los humanos nos tienen miedo, como nosotros a ellos.—volteó a ver a su hermano—¿Crees que hayan personas buenas?

—Supongo que si, pero no mantengo ningún vinculo con ninguno de ellos. No sabria decir si los humanos son buenos o malos en su totalidad...—se encogió de hombros.

—Papá siempre decia que somos un reflejo de ellos.

—Supongo que si.—Ray se levantó y saltó al agua.—Emma, ¿Puedes adelantarte? tengo que hacer algo primero.

—¿Vas a ese lugar de nuevo?—preguntó la pelinaranja.

—Si, ese lago es el único lugar donde estan esas caracolas que brillan en la oscuridad. Le prometí  a Susan que le llevaría algunas de recompensa por distraer a mamá el otro dia.

—Ayer tambien fuiste a esa orilla.—se cruzó de brazos—y volviste muy tarde, de nuevo.

En realidad eso fue por haber ayudado a cierta jovencita que encontró en la orilla. Ray no tiene la culpa de que su curiosidad le dijo que se quedara a ver que le pasaba a aquella chica.

Hace muchos años que no veían un solo humano en el bosque, mucho menos cerca del mar. Pero aquella fémina era la primera en siete años en adentrarse en el bosque.

¿Quién seria tan estúpido de cruzar el limite?

Pues si, esa chica albina. 

Asi que, cuando Ray regresó a ese lugar, se sorprendió al encontrar la caracola ahí junto al pañuelo.

—Supongo que al final no quiso cruzar el limite una tercera vez.—se encogió de hombros, no era su problema.

Se acercó al muelle y se lanzó al lago, tenia que buscar las caracolas que su hermana le habia pedido. 

De pronto escuchó unas voces acercarse, Ray se asomó lo suficiente para que sus ojos puedan alcanzar a divisar a la chica del pañuelo.

Rápidamente se escondió debajo del muelle.

—Un momento...—Se tapó la boca a si mismo. Su bolso se habia quedado en la superficie.

—Mmh...oh, que raro.—esa era la chica, seguramente vino por su pañuelo, ¿Por que tenia que venir justo ahora?

—¿Pasa algo?—preguntó una segunda voz—Ese es tu pañuelo, ¿verdad?

—Si, pero...¿de quien es la bolsa?—___ comenzó a ver por todos lados, no habia nadie alrededor. El bolso era simple y de color café, pero tenia un bordado en una esquina que tenia forma de estrella—¿Alguien más esta en el bosque?

—No siento nada fuera de lo común. Las otras veces que vinimos, senti las mismas energias, creo que todo está  bien.—se encogió de hombros.—Creo que...deberíamos dejar ese bolso aqui.

—Si...aunque es extraño.—recogió su pañuelo, tenia una caracola—Es lindo...¿Quién lo habrá puesto? Tal vez la persona al que le pertenece este bolso.

—Es probable.—soltó un suspiro y guardó la caracola en su bolso, asi que regresaron camino al túnel que Subaru usaba para cruzar el páramo. 

—_____, ¿puedo preguntarte algo?—la contraria asintió, asi que Subaru siguió—¿Por que le tienes miedo al mar?

—Oh, eso...es complicado.—dijo ella—Pero es muy evidente, ¿no? ni siquiera puedo mirar al mar sin...sentir panico.

—¿Alguna vez te ahogaste? Porque...tal vez sea por eso, quiero decir, es normal que te asuste algo cuando ya tuviste una mala experiencia con eso antes.

—No lo recuerdo. Solo se que le tengo miedo desde que era niña, pero no recuerdo la razón. Mis padres jamás me lo dijeron.—se encogió de hombros, por alguna razón sintió varios pequeños ruidos a su alrededor.

—...—el castaño se detuvo.—____...

—¿Si?—tambien se detuvo, algo confundida por el comportamiento de su amigo—¿Pasa algo?

—No te separes de mi.—Atrajo a la fémina y la abrazó con una mano, mientras que con la otra sostenía una varita—¿Quiénes son? ¡Salgan ahora!

—No entiendo...—la fémina comenzaba a asustarse un poco.

Se distrajo un poco al notar que Subaru olía a rosas y algo más que no terminó de reconocer porque un ruido la sustó.

Varias criaturas los rodearon, todos eran pequeños como unos niños y con orejas puntiagudas. Vestían ropas viejas y tenían garras largas,  su cabello desordenado y tambien muy largo. 

No dejaban de murmurar en un idioma extraño mientras observaban a los dos jóvenes.

—....—el castaño los apuntó con la varita—¿Duendes? 

—¿Que?—se separó del abrazo y volteó hacia ellos, pero Subaru no soltaba su mano.

En cuanto vieron a la albina, parecieron desconcertarse mientras volvian a murmurar algo que ninguno de los dos jovenes entendió.

Bajaron la cabeza y se inclinaron ante la fémina.

—¿Eh?—retrocedió hasta Subaru, no entendia nada en ese momento.

—Será mejor que se alejen.—el ojiazul sacó una daga, al ver aquello los duendes retrocedieron.—No intentamos hacerle nada al bosque ni a las criaturas, solo queremos salir de aqui.

—Nosotros tampoco hicimos nada.—respondió uno de ellos.—Mientras no causen problemas en el bosque, pueden irse en paz.

Todos los duendes miraron a la fémina, ella no entendía que pasaba. 

Subaru, sin soltar la mano de _____, caminó hasta salir del bosque. Suspiró aliviado al ver que ningún duende los habia seguido.

Como siempre, abrió el portal y entraron en el túnel. Mientras caminaban, _____ no dejaba de pensar en lo que habia pasado.

—¿Por que tenias una daga?—preguntó ella.—Ellos no parecían peligrosos...

—Son duendes. No sabemos que tipo de duendes son ni que tan peligrosos—respondió el contrario—Además, era una daga de plata. Ellos son vulnerables a la plata.

—¿Esos no eran los hombres lobo?

—Si, pero no son los unicos. La plata se considera un "Metal santo".—dijo el ojiazul.—Además...no iba a usarlo a menos que sea necesario. 

—Parecían educados....

—No confiaría tanto en ellos. Secuestran mujeres cada cien años, asi que...tenia miedo de que te quieran como su objetivo.—contesto, en tono tranquilo, mientras iluminaba el camino.

—¿Por que dices que secuestran mujeres?—la albina pensaba que aquellos duendes no parecían ser malos.

—Para tomarla de esposa.—respondió—No tengo idea de cuando se cumplen esos cien años, pero eres una chica que visita el bosque Moonlight despues de siete años, ¿No crees que al menos hice bien al mantenerme alerta?

Subaru habia sido muy lindo al protegerla, pero ____ estaba comenzando a pensar que estaba siendo demasiado ingenua con las criaturas.

No podia darse ese lujo, debía ser tan precavida como Subaru.

—Gracias por protegerme, Subaru.—sonrió—Aunque...fue raro que se inclinaran ante nosotros.

—Ante ti.—corrigió—Solo se inclinaron cuando te vieron-

—Pensé que los duendes eran protectores del bosque....

—Existen variedad de duendes, asi que no sabemos de que clase eran.—se encogió de hombros.—De todas formas, esta fue la ultima vez que cruzamos el limite. Ya tenemos tu pañuelo y  Norman nos regañará otra vez cuando lleguemos.

—Si...—bajó un poco la cabeza, dándose cuenta de que algo en su bolso brillaba—¿Hm?

Se detuvo y sacó la caracola que habia encontrado con su pañuelo.

—Subaru....mira esto.

—¿Pasa?—se detuvo y volteó—¿Esa es la caracola que estaba con tu pañuelo?

—Si pero...¿Por que brilla?

—No lo se, nunca vi una caracola que brilla en la oscuridad.—Subaru observó las manchas brillantes.

_____ comenzó a preguntarse quien fue el que le regaló esa caracola. Seguramente no fueron las hadas, ellas no se acercarían al agua; Los duendes parecían recien percatarse de su  presencia hoy, porque si no habrían aparecido antes. Si no fueron ninguno de ellos, ¿Entonces quien?

—Tal vez...una criatura marina.—respondió el castaño—Hay muchas debido a que la laguna conecta con el mar y cruzando el mar está la tierra de las criaturas.

—...—dio un pequeño salto, se habia asustado—Al menos avisa antes de leerme la mente.

—Lo siento.—soltó una leve risa—¿Sabes? Tal vez fue una sirena.

—¿Una sirena?

—Son de las criaturas marinas que más abundan en el mar.—dijo Subaru—No se mucho sobre criaturas marinas, pero se que cerca de Neverland existe un reino marino ¿Y si hay sirenas cerca?

—Una sirena...—eso sonaba más a un cuento. Pero no seria imposible, porque se trataba de un bosque y un mar lleno de criaturas mágicas y desconocidas.

—¿Qué planeaban hacer? ancianos.—les preguntó Ray, quien habia visto la escena desde lejos.

—Solo protegíamos el bosque, tritón grosero.—les respondió uno de ellos.

—Pensé que los atacarían, porque normalmente nunca se muestran ante humanos. No seria la primera vez.—se cruzó de brazos.—Además, vi como se inclinaban ante ellos, ¿Por que lo hicieron?

—No es tu asunto, niño.—se retiraron y le dieron la espalda al azabache.

—¿En serio estan en posición de decirme "niño"?—preguntó, refiriéndose a la estatura de los contrarios.—tch.

Comenzó a caminar de regreso al mar, tomó su bolsa y volteó unos segundo hacia el bosque.

"—Ray, yo creo que...podemos crear un mundo nuevo, uno en el que podamos vivir en paz.—"

Seguramente esos dos solo habian tenido suerte. Los duendes no hacían mas que bromas inofensivas, pero jamás se mostraban ante humanos....mucho menos se inclinan ante ellos.

—Un mundo en el que podamos vivir en paz...—suspiró—Eso es imposible.

Por alguna razón, esos humanos habian visitado el bosque tres veces y nada les pasó, pero eso no significa que puedan llevarse bien con las criaturas.

Dejó su bolsa de nuevo en la cueva y regresó a su casa con varias caracolas para su hermana.

—¡Muchas gracias Ray!—exclamó Susan, con una sonrisa—Siempre me encantaron estas caracolas.

—Bien, mi parte del trato ya esta hecho.—Dijo el azabache.—Solo no abras la boca, no quiero que madre se entere que salgo a la superficie, seria problemático.

—Claro, hermanito.—respondió ella, mientras miraba las caracolas.—Mi boca está sellada.

—Gracias.—se acercó a la ventana, comenzaba a aburrirse de vivir en el mar.

—¿Por que el mundo humano te interesa tanto?

—Es menos aburrido.—respondió él.

—Hey, el palacio no es tan aburrido...

—Era mas divertido cuando podíamos ir a la superficie, aunque sea al bosque.—interrumpió el joven—Ahora no podemos hacer nada.

—Mamá solo intenta protegernos, no es tan malo...

—Si tu lo dices—rodó los ojos.

—Yo tambien quiero protegerte, eres mi hermanito. —le dijo ella—No me lo perdonaría si algo te pasa cuando sales a la superficie.

—Las cosas van bien. No te preocupes por nada.—le respondio el menor—Mejor enfócate en tus deberes, no falta mucho para que te conviertas en reina del clan.

—Quisiera pensar que falta mucho tiempo.—soltó un suspiro—Ser reina seguro es agotador,  mamá es increíble.

De pronto escucharon unos gritos, asi que fueron al lugar de donde provenía aquel alboroto.

—¡Vamos! ¡solo es un lindo tiburón!—exclamo de forma alegre—Lo llamé... ¡tiburonsin!

—¡Aleja esa cosa de mí!—exclamó Hikaru, aterrado—¡Emma!

—¡no seas un miedoso! ¡mira, no hace nada!—la pelinaranja montaba el animal, quien parecía inofensivo al mando de Emma—Tiburonsin no hace nada.

—¡Emma!—exclamaron Susan y Ray al unísono, como si la regañaran.

—oh, ¡Mira Susan!—se acerco a sus hermanos, con una sonrisa—Se llama tiburonsin ¿que te parece el nombre?

—Es...¿tierno?—respondió la mayor, algo nerviosa—¿Donde...lo conseguiste?

—Lo encontré camino aquí. Seguro se perdió.—respondió con una sonrisa—¿verdad que es lindo?

—Por un demonio, lo que faltaba.—Ray era mucho más directo—Emma...¿Cómo carajos criaremos a un tiburón?

—Oh, vamos, no seas tan pesimista Ray.—la de orbes esmeralda bajó, nadando frente hasta Quedar frente a Ray—Es muy tierno, ¿no lo creen?

Se acerco al animal y lo abrazó.

—....—Hikaru temblaba en una esquina. No le gustó para nada que Emma lo sorprendiera con un tiburón

—¡Buenos días! ¡chicos! ¡despierten!—exclamo alegre—¡Ya amaneció!

—Estamos en el fondo del mar...Ni siquiera los rayos del sol llegan aqui.—Dijo Ray, levantándose de mala gana.

Emma se levantaba antes que todos, siempre con una sonrisa y sus gritos mañaneros que funcionan como alarma despertadora para Ray.

El mar estaba lleno de criaturas, cada una tenia una zona donde habitaban los de su raza. Entre ellos estaban las sirenas y tritones, siendo liderados por Isabella. Anteriormente habia un Rey, pero falleció en la guerra de hace siete años.

Desde entonces, Isabella  hace todo lo posible para cuidar a los suyos, en especial a sus hijos.

—Buenos dias, madre.—el pelinegro se sentó en la mesa, junto a sus hermanas.

—Buenos dias.—ella les sonrió a sus hijos.

Ray sabia perfectamente lo que su madre pensaba del mundo humano. 

Para Isabella, los humanos no eran mas que asesinos. Eran bestias ambiciosas y egoistas que con la oportunidad necesaria no dudarian en traicionar a los suyos.

No les importaba traicionar a otros humanos, mucho menos les importaria traicionar a las criaturas.

—Siento como si hubieran pasado meses  desde nuestro ultimo desayuno juntos.—dijo la mayor—Normalmente estoy ocupada desde mañana y jamás los encuentro.

—Bueno...ya sabes, somos jovenes que necesitan salir del palacio de vez en cuando ¿No?—dijo Susan.—Visitar el reino no es tan malo.

—Pero si salir del reino.—respondió Isabella, luego dirijiendo su mirada hacia Ray—Los guardias te vieron salir de los limites de la ciudad, ¿Puedo saber por que?

—No.—recibió un golpe con el codo de Susan—¡auch!

—Verás, mamá, le pedí a Ray que busque algunas cosas.—interrumpió ella—Ya sabes, para mis intentos de cocinar.

—Si, necesita intentar muchisimo si quiere llegar a cocinar algo decente.—el azabache recibió otro golpe de su hermana.—¡Auch!

Tal vez su madre algún dia se entere sobre todas las veces que Ray escapó hacia el mundo humano.

Y tal vez lo castigue el resto de su vida.

Pero hasta entonces, seguirá aprovechando cualquier oportunidad para visitar el reino Neverland y saber más sobre ese otro mundo al que tanto se le prohibe ir.

—Ray, ¿de nuevo irás al pueblo?—preguntó la pelinaranja, en un susurro, mientras nadaban por los pasillos del palacio.

—Si, hay algo que quiero hace un tiempo.—respondió él, preparándose para salir del palacio.

Hay muchos caminos para ir del bosque al pueblo y viceversa, aunque eran secretos. Ray descubrió uno de esos caminos en la cueva, un túnel subterráneo que llevaba hacia una parte del bosque donde pasaban muchos comerciantes que iban rumbo al reino Neverland.

Es facil subirse y esconderse en las carretas llenas de animales o llenos de heno. Nadie se daba cuenta de su entrada o de su salida del reino.

—....—se escondió unos segundos, esperando el momento perfecto.

Unos minutos despues, una carretilla que llevaba heno pasaba tranquilamente, asi que el azabache solo se subió en la parte de atrás y esperó a llegar hasta el reino.

La entrada estaba siendo constantemente vigilada por guardias reales, aunque el reino ya esté suficientemente protegido por unos grandes muros rodeandolo.

Aquel lugar no dejaba de sorprenderlo como aquella primera vez que habia llegado. Aún se acostumbraba a tanto ruido y cosas desconocidas, al calor que golpeaba su piel y los diferentes aromas en todos lados.

Tantas personas en el pueblo, tantas cosas, todos tenían ropas de diferentes tipo y claramente no eran iguales que utilizaba su raza.

Hombres, mujeres y niños ¡Todos caminaban por todos lados! era un desorden, varios tenían ropas mas bonitas que otros, otros andaban en grupos y también habían quienes caminaban solos.

—¿Hm?—se detuvo al pasar por una tienda, al percibir un olor familiar—Un momento...

Al entrar al lugar, habian muchos tipos de...sea lo que sean esos, pero eran parecidos a la comida que le habia dejado esa chica albina con el pañuelo.

¿Qué era eso? ¿Cómo se llamaba? ¿Por que se le hacia agua la boca de solo ver lo apetecible que veia todo en esa tienda?

—...—sacudió su cabeza, no podía distraerse.

Salió de la tienda, notó que tenia un cartel que decia "panadería". Siguió caminando hasta la tienda de empeños, no podía distraerse.

—Dijo que se llamaba....¿Caja musical?—ladeó la cabeza, sin dejar de ver el artefacto.

—Si, pero esta malogrado y no funciona, asi que puedes llevártelo por diez monedas de plata.

—Oye, eso es un robo. La ultima vez me dijo que solo costaba siete monedas de plata ¿cree que soy un imbécil?—preguntó, irritado.—Esta cosa está descompuesta ¿En serio cree que alguien le pagará diez monedas de plata por eso?

—Escúchame niño, si no puedes pagarlo entonces vete.—con una mirada de enojo, dejó en claro que no iba a cambiar de parecer.

En ese momento, la campana de la puerta sonó y cierta jovencita entró a la tienda.

—¡Buenas tardes, señor Bayon!— exclamó la albina, con una sonrisa. Caminó hasta el mostrador, al lado de un chico azabache.—Vine por un encargo de Vincent.

—oh, eras...tú.—el vendedor la miró de pies a cabeza, con algo de desdén. No parecia feliz de ver a la fémina.—Espera aqui, traeré el encargo.

El hombre cruzó una puerta, donde estaba el almacén. 

Ray se cubrió con la capucha, para que la chica no vea su rostro. Seria un problema llamar su atención.

—....—A ____ le dio curiosidad el chico de la capucha, sus ojos se enfocaron en el bolso que él llevaba.—¿Hm?

Era el mismo bolso que encontró con Subaru en el bosque, era facil saberlo por el bordado de una nota musical en una esquina. 

Pero...si es asi, entonces ¿Quién es ese chico?

—Disculpa...—iba a tocar  su hombro, pero alguien la interrumpió.

—Bien, aqui está.—Bayon dejó una caja sobre el mostrador, parecia algo pesada.—¿Segura que podrás cargar con algo asi tu sola?

—Claro que puedo.—respondió la menor.—Por cierto...¿Que es?

—Creo que es mejor que no lo sepas, niña.—se encogió de  hombros, luego miró a Ray—Oye, chico, ¿Vas a llevar la caja musical o no?

—...—el pelinegro necesitaba ese artefacto, pero no tenia el dinero suficiente.—Le daré seis monedas de plata.

—Diez o no hay trato.—se cruzó de brazos.

—¡Esto es un robo!

Por otro lado, ____ escuchaba sin querer la conversación mientras intentaba cargar la caja pesada.

—Seis monedas de plata.

—Diez o nada, niño.

—Seis monedas de plata.

—¿Sabes lo que son los negocios?

—Solo se que esto es un robo.

—Disculpe, señor Bayon ¿Podria darme un saco?—preguntó la fémina—Tal vez asi se me haga mas facil llevarla.

—Claro, ahora vuelvo.—suspiró como si estuviera cansado y regresó al almacen.

_____ volteó hacia el azabache, notando como él evitaba su mirada.

—Ejem...¿Que es lo que quieres?—preguntó, en voz baja.

—Tienes razón con el precio de esa caja musical, es un robo.—mencionó la jovencita—Puedo hacer que el señor Bayon baje el precio a seis monedas de plata.

Cuando Ray volteó a verla, sintió que por alguna razón ya la habia visto antes.

Y no se referia a hace unos dias o semanas, sino hace un gran tiempo. Pero eso es absurdo, asi que Ray ignoró ese deja vú.

—Pff...claro que no, si yo no pude ¿Que te hace creer que tu si?—preguntó él, en un tono burlón.

—Si lo hago, ¿Me ayudarias a llevar esta caja?

—Lo haré, pero no podrás bajar el precio de la caja musical—se cruzó de brazos—Ese viejo es un aváro.

—¡Aqui está!—Bayon salió, dejando el saco en el mostrador—Ahora vete ___, este no es lugar para una niña y menos para ti.

—Claro, pero antes de eso...—la albina tuvo una idea, asi que interrumpió—Yo pagaré esas diez monedas por la caja musical.

—¿Que?—tanto el hombre como el pelinegro voltearon a verla.

Ella aseguraba poder bajar el precio a seis monedas de plata y lo primero que hacia era ofrecer las diez monedas. Ray cada vez entendia menos.

—Pero...oh, rayos, solo tengo siete monedas de plata.—se hizo la triste.

—_____, vete, no haré excepciones. 

—No dije que los hagas, pero...—le quitó la caja musical al chico—Esta caja musical está rota y sus partes están sin acomodar, por lo tanto....ni siquiera puede tocar la melodía que deberia tocar.

—¿A donde quieres llegar?—alzó una ceja.

—Tienes suerte de que ese chico quiera comprar la caja musical que no tiene musica, ¿No lo crees?—sacudió el objeto, se escuchaban las partes de adentro saltando al no estar en su lugar.—Ahora que lo pienso, te daré solo dos monedas de plata.

—¡¿Que?! ¡Claro que no!

—Una moneda de plata.—ella sonrió.

—¡Diez o nada! no estoy para juegos.

—Tres o nada.

—....—esto le iba a sacar de sus casillas—Nueve  y te lo llevas.

—Ahora que él sabe el pésimo estado de la cajita musical, ¿Crees que pagará solo seis monedas de plata como te ofreció?—preguntó ella—Deberia darte unos cuatro y deberías estar feliz.

—Ocho monedas de plata, ¿Con eso dejarás de molestar?

—Cinco monedas y cerramos el trato.

Ray no entendía como es que la fémina estaba consiguiendo bajar el precio de ese artefacto, pero era algo gracioso como el hombre parecia algo desesperado por mantenerse firme.

El lado malo es que si ella lograba rebajar el precio como lo prometió, Ray debia cumplir su parte del trato y cargar esa pesada caja a donde sea que quiera esa chica.

—Ocho monedas.

—Cinco monedas.

—Te dije que ocho.

—Cinco o no hay trato.—insistió la albina.

—Ocho monedas.

—Podria ser su ultima oportunidad, señor Bayon.—sacudió de nuevo la cajita musical, haciendo sonar los engranajes sueltos dentro.—Cinco monedas.

—Ocho.

—Cinco.

—Ocho.

—Cinco.

—¡Ocho!—exclamó Bayon.

—¡insisto, solo ocho!—respondió ella.

—¿Que?—Ray acababa de  confundirse más.

—¡Olvidalo, niña!—exclamó Bayon.—¡Solo cinco!

—¡Gracias!—ella sonrió, le dio las monedas y miró al azabache.—Cumple tu parte del trato y corre.

Al pelinegro no le quedó otra opción al ver que la fémina salía de la tienda con la caja musical.

Lo habia logrado, esa chica habia logrado rebajar el precio de la caja musical que el mezquino de Bayon se negaba a cambiar.

—¡Oye, mocosa! ¡regresa! — Bayon se dio cuenta de lo que habia hecho ____.—¡Vuelve aqui!

—Y asi es como se hacen negocios.—sonrió orgullosa, mientras caminaba.

—¿Como hiciste eso?—preguntó el azabache.

—Se nota que no eres de aqui.—soltó una pequeña risa—Para sobrevivir en un reino como este, debes saber como manejar las cosas a tu favor. En especial si eres yo.

Continuaron caminando , mientras Ray observaba a su alrededor. Por alguna razón, sentia la mirada de mucha gente sobre él.

¿Habia hecho algo que terminó llamando la atención?

¿Por que toda esa gente...?

—Un momento...—susurró, casi inaudible.

No estaban viendolo a él, estaban mirando a ____.

Y nadie parecia mirarla de forma amigable, era más como...¿Desprecio? ¿Enojo? ¿Asco? Tal vez todo eso combinado.

—¿Tu tambien me vas a observar todo el camino?—preguntó la peliblanca.

—¿Eh?—cambió de dirección y clavó sus ojos al frente.—No estaba-

—Si, estabas mirandome.—interrumpió ella, luego sonriendo.—¿Sabes como supe que no eras de aqui?

—¿Por que no se negociar?—alzó una ceja.

—No, eso no.—soltó otra pequeña risa—Fue por que no me miraste como ellos.

Ray queria preguntarle la razón por la que todos la miren de esa forma y ella esté tan acostumbrada, pero sabia que no era de su incumbencia.

Y no debia establecer vinculos de afecto con los humanos, se lo habia prometido a si mismo.

—Llegamos.—____ se detuvo frente a una gran entrada.

—Jamas habia llegado aqui...

—Es la entrada a la capital.—respondió ella—El reino tiene un muro que separa la capital del pueblo, al otro lado solo viven miembros de la nobleza y burocracia. 

—Entonces...¿Aqui solo viven los pobres?

—Si lo dices así, suena menos lindo...—rodó los ojos—Ven, vamos. Debo llevar esto al palacio. Esa caja es muy pesada, incluso para mi.

—Creo que tu eres la debilucha.—miró a la fémina, tenia el cuerpo tan delgado que podria romperse un hueso con una minima caida.—Odio deber favores, asi que terminemos esto de una vez....espera, dijiste...¿Palacio?

—Si, esta algo lejos, por eso necesitaba ayuda.

Esa chica iba al palacio para dejar un encargo que alguien le pidió, asi que probablemente se trataba de una sirvienta, ¿Una sirvienta del castillo?

—Por cierto...aún no sé tu nombre, ¿Cómo te llamas?—preguntó la fémina.

—Creo que no nos volveremos a ver.—desvió la mirada.

—oh, vamos. Solo trato de ser amable.—dijo ella.

—Me viste peleando hace unos dias con un hombre, creo que ya sabes que no soy igual de amable que tú.

—Pero si lo suficiente para ayudarme.—sonrió de forma burlona.—Por cierto, ¿de donde eres?

—Emm...de  un lugar lejano.—comenzó a evitar contacto visual.

—Oohh,  entonces eres de otro reino o tal vez un pueblo de las afueras ¿Verdad? —volteó a verlo.

—Algo asi.—respondió él—De un pueblo algo lejos, pero vine por unos dias a Neverland.

—Genial, te encantará el reino.—dijo ella, con una amplia sonrisa—Yo soy _____ Izumi, encantada. Si necesitas ayuda para algo, puedes buscarme.

—¿Por que buscaría tu ayuda?

—¿Por que no? es mejor contar con ayuda en un lugar desconocido. 

Ray comenzaba a pensar que esa chica era más rara de lo que pensó. Era amable y simpática, cuando se suponía que los humanos eran egoístas y peligrosos.

Recordaba perfectamente como su madre le decia todo el tiempo que nunca confíe en los humanos, pero se trataba de la misma Isabella que lo sobreprotegía y lo mantuvo encerrado en el mar.

Ambos siguieron caminando, Ray veía asombrado todo a su alrededor. Las calles eran menos ruidosas, pero si más hermosas. Habia gente con vestidos y trajes, habian sirvientes con diferentes uniformes y vendedores mucho menos ruidosos que los del pueblo.

Incluso habian carrozas más elegantes con caballos de mejor aspecto. Parecia un mundo nuevo dentro de otro.

—Desde aqui se ve el palacio, ¿Lo logras ver?

—Con esas torres tan altas, seria un milagro si no lo viera.

El palacio era lo mas impactante, muy grande y elegante, jardines hermosos con fuentes de agua que eran preciosas. Era muy diferente al palacio marino en el que vive.

—....—____ se dio cuenta de que el azabache parecia encantado al ver lugar.

—Este...es el castillo de Neverland...—susurró para si mismo.

—Es muy lindo ¿verdad?

—¿Trabajas aqui?

—Si, sirvo a la familia real desde que era una niña. —respondió ella—Mis padres tambien trabajaban aqui.

—¡____!—exclamó un chico, acercándose. Ray reconoció esa voz, era de la persona que acompañaba a la albina ayer en el bosque.—Se acerca una tormenta, asi que Norman estaba preocupado por ti.

—¿Una tormenta?—ladeó la cabeza.

—¿Una...tormenta?—eso era malo para el pelinegro.

—Si, una...—se detuvo y miró a Ray—¿Quién eres tú?

—¿Quién eres tú?—repitió la pregunta, a la defensiva.

—Subaru, él me ayudó a traer la caja. —interrumpió la fémina—Si no me ayudaba, probablemente aún estaría a mitad de camino.

—Es porque eres una debilucha.—sintió como la contraria lo pisaba fuertemente en el pie—¡Oye! ¡Eso fue a proposito!

—Ups...pensé que no te doleria, porque soy una debilucha.

El azabache, como tritón perfectamente capaz de perdonar...decidió tomar venganza soltando la caja que llevaba entre sus brazos.

—¡Oye! ¡Podria haber algo fragil ahí dentro!

—Ups...supongo que tambien soy un debilucho.—sonrió de forma burlona.

—....—de su bolso sacó la caja musical que aún estaba en su poder.—¿Y si soy tan debilucha que dejo caer tu preciada caja musical?

—No lo harias...

—Oh, ¿Eso crees?

Ambos comenzaron a discutir mientras Subaru no dejaba de observar al pelinegro. Habia algo en ese chico que se le hacia familiar.

No su apariencia, su energia. Tenia la seguridad de que habia sentido esa energia antes.

—No tiene la energía de un humano...—ladeó la cabeza, algo confundido. Se acercó y recogió la caja, mientras miraba al azabache.—¿Qué eres?

—¿Eh?—dejo de discutir para ver al castaño.

—Tú no eres humano.—frunció levemente el ceño.

—¿Subaru?—la peliblanca no entendía que pasaba.

—Como sea, tuve suficiente por hoy.—Ray pensaba que esos chicos eran raros.

Antes de que Subaru le respondiera, un guardia se acercaba a toda prisa.

—¡Señorita ______!—se detuvo, hizo un saludo y continuó—Es sobre su alteza Yukine, hubo un accidente con el carruaje  y corre peligro por la tormenta.

Cuando menos se habian dado cuenta, Ray se habia ido. 

—Desapareció cuando estabas preocupada por lo de Yukine.—dijo el castaño.

—uhg, déjalo asi, de todos modos...no creo que volvamos a toparnos y ya tiene su caja musical, se la di mientras discutiamos.

—¿En serio ese tipo te ayudó? Parece grosero.

—Necesitaba ayuda de alguien y...él era el unico que aceptaria en todo el pueblo.—soltó un suspiro, mientras se miraba al espejo y terminaba de amarrar su cabello—Olvidalo, hay algo más importante que hacer.

—¿Por que...tengo la sensación de que harás algo peligroso?—preguntó Subaru.

—Porque tal vez es cierto.—sonrió, colocandose su capa.

—¿Qué piensas hacer?—preguntó el castaño, algo preocupado.

—Los guardias demorarán mucho en buscarlo, yo tengo una forma de saber donde está el príncipe.—ella parecia muy confiada.

—¿Cómo harás eso exactamente?—ambos corrían por los pasillos.

—El búho mensajero que trajo las noticias sobre Yuki seguro sabe donde ocurrió el accidente.—respondió ella—Seguro podemos usarlo para ubicar al príncipe.

—Yo tambien iré.—dijo el ojiazul.

—Tranquilo, puedo ir sola.

—No, podrias correr peligro.—insistió él.—Iré contigo.

—¿Sabes...andar en caballo?—preguntó ella—Y no me refiero a un tranquilo paseo.

—Participé en carreras, creo que los simples paseos no son lo mio.—sonrió con un toque de altaneria en la mirada.

Esa fue suficiente respuesta para dirigirse a los establos y tomar dos caballos cualquiera. Con ayuda de Killow y el búho mensajero de Yuki, pudieron tener una dirección que seguir.

Estaba lloviendo cada vez más fuerte, las calles estaban cada vez más desoladas. 

Atravesaron toda la capital y luego el pueblo hasta llegar a la entrada principal del reino.

—¡Hey, no pueden salir del reino!—exclamó  uno de los guardián en la entrada del gran muro—¡Habrá una gran tormenta y es peligroso si piensan pasar por el camino del bosque!

Sin hacerle caso a ninguna de las advertencias, ambos jóvenes siguieron cabalgando mientras seguían a las aves en medio de la lluvia. Las nubes cubrian el cielo y le dieron un toque opaco a todo.

El aroma a preticor aumentaba a medida que la tierra se volvia barro. 

—¡____, debemos ir mas despacio! ¡Los caballos podrían no ver mucho con la lluvia y podrian resbalar!—exclamó el castaño.

—¡No, no podemos perder tiempo!—respondió ella, manteniendo su mirada entre el camino y las aves guiandolos.—¡No quiero que algo le pase a Yuki!

Los caballos galopaban lo mas rapido que podían por el camino lleno de barro, el fuerte viendo provocó que la capucha de ____ se cayera y su cabello se viera.

Subaru se quedó observandola unos segundos.

____ era la primera chica que veia cabalgar de esa manera, sin otro miedo que salvar a un amigo suyo y arriesgando todo por eso.

En toda su vida, jamás conoció a alguien así. Parecia un alma que brillaba por si sola y lo sentia en el tipo de energia que ella emanaba desde que la conoció: Una energia refrescante que daba la sensación de libertad y tranquilidad.

Comenzaban a escucharse truenos, pero ____ sonrió al ver a lo lejos un carruaje.

—¡Yukine!—exclamó, bajando la velocidad del galope.

—¿_____...?—el rubio se sorprendió de ver a la albina llegar en un caballo.

—¡Yuki, estas aqui!—se bajó rápidamente del caballo, casi tropezando, y corrió hacia el contrario—¿Estas bien?

—¿Eh? si...estoy bien.—respondió el de lentes.—El carruaje se volcó, pero el cochero está inconsciente y nadie sabe lo que pasó. 

—Tenemos que regresar al palacio, la tormenta puede empeorar.—dijo ella, mientras ambos regresaban hacia el caballo.—Subaru, ¿Puedes ayudarme y traer al cochero con nosotros?

—Claro....—fue en busca del cochero.

—¿Qué hay de los guardias que venían conmigo?—preguntó Yuki.

—¡Nosotros nos quedaremos, alteza!—exclamó uno de ellos—Su salud es lo mas importante.

—Si. Esperaremos  a la guardia real de Neverland.—dijo otro—Además, no podemos dejar a los caballos aqui y con posibles heridas. Nos encargaremos de todo.

El menor dudó un poco, pero ____ se acercó con el caballo.

—Tienes que subir.—Sacó una manzana de su bolsillo y se la dió al caballo con esperanza de que el animal recupere un poco de su energia—La guardia real seguro está en camino.

—Si era así ¿Por que viniste?—preguntó, desconcertado.

—Porque me preocupaba tu estado y la guardia real se demoraria.—terminó de darle la manzana al segundo caballo—Si venia yo sola seria todo mucho más rapido. 

Otro trueno se escuchó, seguido de un rayo.

—______, debemos irnos ahora.—dijo Subaru.

—¿Y quien es él?—preguntó Yuki, subiendo al caballo.

—Es un amigo, pero te explicaré todo en el palacio.

—¡Yukine!—su padre lo esperaba impaciente en la entrada y corrió a abrazarlo.

—Estoy bien, padre.—soltó un suspiro.

—No sabia que Lord Peter pudiera preocuparse tanto por alguien.—dijo Subaru, algo sorprendido.

Peter Ratri tenia la fama de ser un hombre frio, despiadado y cruel con todos, pues incluso no es muy cercano a su propio hermano. Era raro verlo tan preocupado por su hijo.

—Es una muy buena persona cuando lo conoces.—respondió la albina.

—Si eso dices.—el castaño se encogió de hombros.

—Eso fue arriesgado, ____.—dijo Norman, como si estuviera a punto de regañarla.

—...—bajó la cabeza, esperando no ver la expresión enojada de Norman.

—Pero fue asombroso.—sonrió y acarició la cabeza de la contraria—No te lastimaste, ¿No?

—¿Que?—lo asombroso es que Norman no la haya regañado como siempre.—No, no me pasó nada.

—Subaru, gracias por acompañarla.—dijo el peliblanco.

—No fue nada.—contestó el contrario— Ella pudo arreglárselas sola, me sorprende que sepa cabalgar tan bien a caballo.

Un gran rato despues, llegaron los guardias del reino con los guardias que habian quedado con los carruajes. Los caballos estaban siendo revisados, pero aun quedaba algo sin resolver.

¿Cómo habia surgido el accidente?

—Todo estaba bien, pero los caballos se alteraron y el carruaje se volcó repentinamente.—comentó Yukine—Ni siquiera pude reaccionar y cuando salí...el cochero estaba inconsciente. 

—Eso es extraño. Hace un gran tiempo no ocurren cosas así en los viajes.—dijo Norman.—De haber sido ladrones, Yuki no estaría ileso. 

—¿Sugieres que fueron criaturas?—preguntó ____, cruzándose de brazos.

—Solo es una suposición, ya que el accidente fue muy misterioso.—dijo el peliblanco—Además, parece que podrias ofenderte si acuso a las criaturas, ¿Ahora las defiendes?

—No es eso, es solo que....es solo que no podemos acusarlas sin una buena razón.—dijo ella—Además, no conocemos mucho sobre ellas y hay muchas clases de criaturas ¿Que podriamos hacer?

—Investigar sobre ellas. El lugar del accidente fue en el camino cerca del bosque, no hay heridos y solo el cochero esta inconsciente  ¿Cómo explicamos algo tan extraño si no fue una criatura?—preguntó Norman.

—Ya  basta de discutir, no podemos hacer mucho aunque fuera una criatura o un humano.—interrumpió Yuki, mientras acomodaba sus lentes.—Porque ni siquiera sabemos que criatura o que persona causó esto, ni siquiera el número. No tenemos pistas.

—¿Y si...fue solo una broma?—preguntó Subaru, llamando la atención de todos.

—Por cierto, ¿Quién es él?—preguntó Yukine.

—Oh, él es Subaru, es mi nuevo guardia personal.—respondió Norman—Tambien estudió magia.

Yukine casi se atora con el té que estaba bebiendo. Sabia perfectamente que en el reino de Astraea, Subaru era buscado por todas partes.

—Eh...—al escuchar ese pensamiento del rubio, Subaru comenzó a preocuparse—Yukine...¿Vienes...de Astraea?

—Si, fui de intercambio a su escuela de magia,  pero vine de visita unos dias a Neverland.—respondió el de lentes—Casualmente...hubo un gran rumor en el reino de Astraea sobre un joven duque desaparecido. 

—¿Si? wow, los rumores corren rapido en estos dias...—Subaru desvió la mirada.

Hubo un silencio general, mientras todos miraban al castaño.

—¿Subaru?—___ alzó una ceja—Tú vienes de Astraea, ¿No es una casualidad?

—Que pequeño es el mundo, ¿Verdad, _____?—comenzó a evitar contacto visual.

—Si...el mundo es muy pequeño, joven duque.—respondió ella. Subaru soltó un suspiro, rendido.

—Supongo que no debo entrometerme mucho, asi que dejemos el tema ahi.—dijo el rubio—Regresando a lo que Subaru dijo, ¿Dijiste "Broma"?

—Es que...algunas criaturas son conocidas por jugarle bromas a los viajeros.—dijo el ojiazul.—Tal vez solo fue una broma que le jugaron unas criaturas que andaban cerca en ese momento.

—¿Cómo cuales criaturas?

—Pixies...o tal vez duendes.—se encogió de hombros—Incluso podria ser una criatura desconocida.

—¿Cuál es el punto de investigar esto?—preguntó  _____.

—El punto es que, esas criaturas estan atacando a los humanos y eso es algo que deberia evitar en el territorio de Neverland.—respondió Norman—Hubo un trato entre humanos  y criaturas, pero el limite no mantiene seguro a ninguna persona.

—El trato fue que las criaturas y los humanos no podían cruzar sus limites.—dijo _____— Pero hablas como si solo los humanos fueramos las victimas.

—___...¿Te estas escuchando? Estas defendiendo a seres de los que no tienes idea de como son.

—....—Yukine miró a ambos albinos—¿Acaso estan...peleando?

—Solo no concuerdan con la opinión.—respondió Subaru.—Aunque...no creo que lleguen aun acuerdo pronto.

—Uhg, la tormenta hace que el mar esté agitado.—dijo Emma, mientras veía por la ventana de su habitación.—Por cierto, ¿Cómo te fue hoy, Ray?

—Pésimo, una chica molesta casi rompe la caja musical que compré.—la verdad es que Ray no dejaba de pensar en ese asunto.—Pero al menos lo conseguí antes de que empiece la tormenta.

—¿Una chica?—se acercó a su hermano—¿Viste a una chica humana? ¿Cómo es? ¿Te gusta?

—¿Que? claro que no.—alejó a la pelinaranja con una mano —Para mi sorpresa, es más molesta que tú.

—Deja de ser tan cascarrabias y dime como es.—hizo un puchero y se sentó al lado del contrario—¿Dónde la conociste?

—En la tienda de empeños.

—¿Cómo se veía?

—Traía un vestido y tenia el cabello blanco, parecia un copo de nieve andante.

—¿Qué pasó despues?

—Esto parece un interrogatorio.—rodó los ojos.

—Es que me da curiosidad, porque pareces estar concentrado todo el dia en algo, ¿Es por ella?

—Deja de decir estupideces, antena.

Ella suspiró, no entendía como su hermano podía ser tan grosero y amargado. Extrañaba los tiempos cuando Ray no era así...

No, esperen, Ray siempre fue asi de amargado.

—....—la ojiverde se quedó observando a su hermano.—Ray, pronto será mi cumpleaños...¿Puedo decirte que es lo que deseé?

—hm...claro, supongo.—Se encogió de hombros. Hubo un pequeño silencio.

—Quiero que nuestra familia sea feliz de nuevo, como cuando eramos niños.—dijo ella, mientras sonreía levemente—Solíamos ir al bosque con la familia, jugábamos en la orilla del mar mientras mamá estaba sentada en una roca y papá tocaba musica, Susan y nosotros podíamos explorar el mar.

Ray bajó la mirada, sabia que eso era imposible.

—Las cosas no son como antes. Ya ni siquiera  podemos salir del palacio o de la ciudad, ¿Cómo planeas que regresemos a como todo era antes?—volteó a verla, pero ella parecia muy segura de su deseo—El mundo cambió, las criaturas no podemos ser libres simplemente porque lo deseas.

—Entonces hagamos algo, cambiemos el mundo a uno en el que podamos ser libres y felices.—dijo ella, ampliando su sonrisa.

—Estas loca, antena.—negó con la cabeza.

—Se que tu tambien quieres eso en el fondo.—contestó la fémina—Quieres ir al mundo humano y explorarlo, lo sé porque cada vez que ves un artefacto de los humanos o hablas de lo asombroso que es el pueblo....sueles sonreír inconscientemente. 

—Un par de criaturas no cambiarán nada...

—Seguro no somos los únicos, habrán más que querrán ayudarnos. Nunca lo sabremos si no lo intentamos.—dijo ella—¡Hallaremos la forma, aunque sea dificil!

—Enloqueciste...

Por un momento, la sonrisa de Emma le recordó a la expresión que su padre habia hecho cuando le contó sobre su sueño. La pelinaranja tiene ese mismo brillo en sus ojos.

"—Ray, yo creo que...podemos crear un mundo nuevo, uno en el que podamos vivir en paz.—Leslie esbozó una calida sonrisa que resaltaban el brillo de sus ojos— Ese es mi sueño."

—Entonces dices que...¿Planeas cambiar toda una sociedad solo para que todo vuelva a ser como antes?—preguntó Anna.

—Basicamente, si.

—Emma te convenció, ¿No es asi?—preguntó la rubia.

—Basicamente...si.—repitió el azabache. Ella soltó una leve risa al escuchar eso.—Esperaba que me ayudaras, ¿Hay algun consejo que puedas decirme?

—Ray, soy una ninfa, no una santa.—suspiró.—Hago magia, no milagros. Hacer algo como cambiar las reglas de toda una sociedad solo para vivir mejor suena....a algo imposible, considerando que ni siquiera conoces mucho a los humanos.

—Pero tú si. Viviste en este bosque durante muchos años, al menos conoces a los humanos de hace siete años ¿no es asi?

—Los humanos cambian con el pasar del tiempo.—dijo ella, mientras se sentaba en medio de la hierba.— Además, solo soy una aprendiz, aún no vivo ni siquiera un milenio.

—Aprendiz o no, conoces este bosque mejor que nadie.—respondió Ray, mientras se quitaba a las hadas que se pagaban a él como polillas a un foco—Antes de la guerra, ¿Los humanos solían entrar al bosque?

—El bosque Moonlight es muy grande, hubo un tiempo en que los humanos y las criaturas vivían en paz. —miró a la hierba e hizo crecer flores a su alrededor—Un tiempo despues, los humanos descubrieron que las criaturas tenían un poder mágico mayor que los magos o brujas....y eso causó que comenzaran a cazarnos para su beneficio. 

La rubia observó unos segundos las flores que habia hecho crecer a su alrededor y arrancó una de ellas.

—Cuando te gusta algo, solo lo tomas.—acercó su mano al tallo roto e hizo que volviera a crecer una hermosa flor nuevamente—Si amas algo y lo respetas, lo cuidarás porque es importante para ti. A los humanos solos les importaba conseguir más poder y magia para fortalecerse, sin importar a cuantos salgan heridos.

Anna miró a Ray, algo preocupada. Sabia que Ray iba al pueblo muchas veces solo por curiosidad y por haberse hartado de vivir encerrado en el mar. Le preocupaba que él salga herido.

—Creo que...es algo estúpido creer que puedo cambiar a los humanos. Son egoístas y ambiciosos, pero...yo tambien lo soy.—sonrió de lado—Quiero ser egoísta y cambiar el mundo para que mi familia viva sin miedo.

Anna entendió que su amigo tenia un objetivo mucho más complejo de lo que creía. Mucho mas complicado y ambicioso que solo alimentar su curiosidad.

—¿Qué es lo que esperas lograr?—preguntó la rubia.

—Es como creía mi padre.—Estiró una mano hacia la fémina—"Podemos crear un mundo nuevo, uno en el que podamos vivir en paz". Entonces ...¿Tenemos un trato? ¿me ayudaras?

—....—se levantó del suelo y se acercó al pelinegro, ambos estrecharon sus manos—Pero...¿puedes prometerme que nadie saldrá herido?

—Soy un tritón, no un santo.—se encogió de hombros.—Pero haré lo posible.

Las ninfas suelen ser protectoras de bosques, lagos, ríos y océanos. Curan animales heridos, reparan flores y árboles rotos. Asi que Ray entendía la preocupación de Anna, ella no queria que nadie salga herido.

Anna vivia en una hermosa cueva subterránea junto a varias  criaturas y animales, la cueva era realmente hermosa con plantas preciosas creciendo por todos lados. Más que una cueva, parecia un bosque encantado oculto.

—Oigan, aléjense.—El azabache no dejaba de quitarse a las pequeñas hadas de encima. Siempre que encontraban a ray, se le pegaban solo por querer molestarlo.

—Por cierto...ellas me dijeron que entraron unos humanos al bosque, ¿Sabes algo al respecto?—preguntó la rubia.

—¿Yo? nada...—comenzó a silbar.

—Las hadas me dijeron que la ayudaste —se cruzó de brazos.

—¡Moscas chismosas!—miró a las hadas, enojado. Luego regresó su mirada a la ninfa—¿Y tus pequeñas mocosas no te dijeron que dejaron caer el collar de esa chica a la  laguna?

Anna, quien se sentía como una madre mientras sus hijos se echan la culpa entre si, volteó a ver a las hadas.

Despues de una discusión entre un joven tritón de apenas 19 años y unas pequeñas hadas que amaban molestarlo, Anna regañó a ambos.

—Se supone que debo saber todo lo que pasa en el bosque para poder protegerlo. Debieron avisarme antes...y contarme toda la historia, sin omisiones.—soltó un suspiro.—¿Saben como ingresaron? 

—En realidad no, el único camino que conozco es complicado y ella parecia perdida...entonces ¿Cruzó directamente el páramo sin que las guardias la vean?

—Mmmhh...—Anna se llevó una mano al mentón, luego entendió—Tal vez descubrió uno de los túneles subterráneos al bosque.

—¿Túneles subterráneos?

—Si, como los que usas desde tu cueva.—dijo ella—Hay muchos más ocultos por el bosque y algunos conducen al reino de Neverland.

—¿Por que conducen al reino?

—No lo se, estan ahi mucho más tiempo que yo. —respondió la rubia.—Sin embargo, hay una magia que protege los túneles, asi que jamás fueron destruidos a pesar de su antigüedad.

—Tal vez usaron uno de los túneles y no sabían que llegaba al bosque.

—Antes usábamos esos túneles para escapar de los cazadores o de los humanos en la guerra de hace siete años. Pero no usábamos los que llevaban al reino por el peligro.—comentó la ninfa—Desde antes de la guerra, los humanos le tenían un poco de miedo al bosque por los rumores que se creaban...

—Pero regresaron y no parecían tener miedo de estar en el bosque.—interrumpió Ray—¿Qué clase de lunáticos no le tienen miedo al bosque prohibido?

La noche habia caído, asi que Ray regresó al mar tranquilamente.  Tenia un extraño presentimiento. Tanto Emma como Susan lo recibieron algo preocupadas.

—¡Mamá estaba buscándote!—exclamó Susan—¿Dónde estabas?

—Con Anna.—respondió el azabache—¿Por que mamá nos buscaba?

—Nadie lo sabe, pero no creo que sea para algo bueno.—dijo Emma.

—...Quédense aqui.—rodó los ojos y fue a buscar a su madre.

—...—Emma estaba muy preocupada.—¿Y si lo descubrió?

—¿Descubrir que? —preguntó Susan, quien solo sabia que si hermano escapaba del mar pero no sabia a donde—Emma, ¿A donde va Ray siempre que escapa?

—¿Me buscabas, madre?—preguntó el azabache.

Isabella estaba sentada en el trono, con un tridente en una de sus manos mientras miraba a su hijo acercarse hasta posicionarse frente a ella.

El poderoso tridente de la reina, el que traia una piedra magica y le otorgaba grandes poderes a su portadora. 

Poderes que Isabella nunca usó desde la guerra.

—¿Dónde estuviste?—preguntó la mayor—Llevaba horas buscándote, nadie te encontró en el palacio y tampoco en la ciudad.

—¿Por que me buscabas?—preguntó él, mientras miraba fijamente a su madre. Rogaba internamente que ella no se de cuenta de nada.

—Estaba pensando en...tu futuro.—se levantó del trono y comenzó a rondar cerca del azabache, como si lo examinara—Deberías buscar una pareja, ¿No lo crees?

—¡¿Que?!—volteó a ver a su madre, confundido—¿Una pareja?

—Susan ascenderá al trono y naturalmente se casará con su prometido, Hikaru.—dijo la de orbes violeta—Pero tú y Emma deberían buscar una pareja con la cual casarse, asi podré estar tranquila.

—¿Estarías tranquila si me caso?

—Ray, estas en una buena edad para casarte y yo estaría tranquila si encuentras a alguien con que ames y pases el resto de tu vida.—dijo la mayor, con una sonrisa—Igualmente con Emma, pero ella es menor que tú....asi que esperaré un año más si no consigue pareja por si misma.

—No quiero casarme, menos si me presionas para eso—se cruzó de brazos—Tengo mejores cosas que hacer.

—Ray, no hay muchas cosas que hacer. El reino está tranquilo, seguro y feliz desde que la guerra acabó. Pronto Susan será coronada como la reina, espero que Emma y tú tambien sean felices y formen sus propias familias.

—Entiendo tu punto. Pero no pienso casarme. —contestó él—Deja ese tema, ya tengo mucho con estar encerrado en este lugar.

—¿Qué tiene de malo nuestro hogar?—preguntó Isabella, mientras se sentaba de nuevo en el trono—Todos son amables y tú vives en este gran palacio.

—Este gran palacio es lo que odio.—respondió él,  frunciendo el ceño—Odio estar encerrado en el palacio y en este reino. Hay muchas más cosas afuera, ¿Acaso tu reino es solo nuestro clan?

—Si. Y no dejaré que nada les pase, por eso les prohibí salir del reino.—Isabella comenzaba a enojarse por los reclamos de su hijo, porque hacia todo por protegerlo a él y a todo el clan. —¿Podrias ser mas considerado? solo trato de protegerte.

—¿Protegerme de que? ni siquiera nos dejas nadar libremente por el mar, ni siquiera visitar el bosque. —le contestó Ray—Estamos encerrados en este jodido reino porque tienes miedo. Mi padre adoraba ir al bosque-

—¡Ya basta!—ordenó su progenitora.—No hables de tu padre ahora.

—Tal vez deberías dejar de ser tan miedosa, el exterior no es tan peligroso como mantener a todo un clan sobreprotegido. 

Ray regresó a su habitación y se tiró de espaldas a su cama, tenia sueño, pero seguía pensando en la discusión con su madre. Era frustrante pensar que ella solo piensa en ver a sus hijos casados, con una familia y viviendo para siempre en el mar.

—...—no hacia nada más que mirar al techo, con la mirada perdida.

Él estaba harto de siempre sentirse enjaulado. Ese sentimiento lo llevó a la superficie y finalmente lo animó a ir al pueblo, pero aún asi habia algo que lo mantenía insatisfecho. 

—Tal vez...deberia ir a más lugares...—susurró para si mismo.

Por otro lado, Emma estaba con su hermana,  mientras esta ultima trataba de procesar lo que le dijo la pelinaranja.

—¿Al pueblo? ¿Por que él iria al pueblo?—preguntó, preocupada—¡Ray sabe lo peligroso que es!

—Ray sabe muy bien eso, pero no le dijo a nadie más porque sabe que se preocuparían demasiado.—respondió la ojiverde—¿Crees que mamá se enteró?

—Es por eso que salía muy seguido...—se llevó una mano al cabello, jugueteando algo nerviosa.—¿Y no le pasó nada? ¿Por qué no me lo contó? seguro estaba harto de estar encerrado...

La puerta de la habitación de abrió, Isabella entró y no parecia exactamente feliz.

—¿M-Mamá?—preguntó Susan, sintiendo que se le saldría el alma—¿Que haces en mi habitación?

Emma comenzó a tener un horrible presentimiento.  

ღ࿐*:・゚Segundo capitulo editado, espero que les haya gustado. Aqui casi no hubieron muchos cambios jksajk

ღ࿐*:・゚ Gracias por leer este capitulo y perdonen las faltas ortograficas (a veces mi mente es mas rapida que mi mano cuando escribo TT ) No saben cuanto agradezco la paciencia que me tienen, los amo ♥

ღ࿐*:・゚Eso fue todo por hoy, cuídense, no olviden tomar agua y alimentarse bien para aguantar la vida y la escuela. No olviden que su salud mental está primero, cuídense ♡♡♡

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「PRÓXIMO CAPITULO」

•| 『𝑬𝒍 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒑𝒆 𝒅𝒆𝒍 𝒑𝒓𝒊𝒏𝒄𝒊𝒑𝒆』|•

Esto iba de mal en peor: sin casa, sin comida y lo que era mucho peor, su madre  seguro lo perseguiría hasta encontrarlo.

—Pero...—Alzó la mirada, a lo lejos y cruzando el páramo, estaba el reino de Neverland. Isabella jamás se atrevería a ir al pueblo .

Ray decidió que escapar hacia el mundo humano seria su salida, al menos por ahora.



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