〖𝑳𝒂 𝒖𝒍𝒕𝒊𝒎𝒂 𝒔𝒂𝒄𝒆𝒓𝒅𝒐𝒕𝒊𝒔𝒂 〗

꧁ 〔 Ⅻ 〕 ꧂

"¿𝑃𝑜𝑟 𝑞𝑢𝑒́ 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑚𝑎𝑠 𝑎𝑢́𝑛 𝑠𝑒 𝑏𝑢𝑠𝑐𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑑𝑎 𝑣𝑖𝑑𝑎"

Emma fue tras ellas, confundida, pero no tanto como los jóvenes que estaban dentro y esperando su regreso.

—¡Subaru, Susan!—llamó Anna, tomando su libro de vuelta y el farol—¡Vamos, regresemos al templo!

—¿Q-que?—Susan se levantó del suelo—No entiendo, ¿Lo intentaremos una vez más? ¿Por q-

—¡Creo que todo este tiempo tuvimos la clave con nosotros!—exclamó la rubia, con una sonrisa—¡Vamos, vamos! No perdamos más tiempo.

Susan estaba a punto de perder la esperanza, sus ojos estaban rojos por llorar y aún no entendía que pasaba, pero fue tras la ninfa y la albina.

—No entiendo nada...—dijo Subaru.

—Yo menos.—respondió ____.

La albina miró a su alrededor, el lugar por el que caminaban era solo un túnel oscuro que apenas era iluminado por la farola que llevaba Anna.

Continuaron avanzando y pronto aparecieron pequeños cristales que iluminaban el paso, comenzando a varias en tamaño y numero conforme avanzaban.

Pronto no necesitaron de la farola, pues los cristales eran tantos que iluminaban todo el camino.

—¿A donde vamos?—preguntó la albina.

—Al templo.—respondió Anna—Los rituales suelen hacerse en lugares como ese debido a su poder mágico.

Pronto el túnel terminó cuando llegaron a una gran caverna subterránea.

Los cristales brillaban como antorchas y todo el lugar era iluminado por un gran hueco en el techo que conectaba con la superficie y daba una vista perfecta al cielo nocturno.

—Este es uno de los templos del espíritu de la luna, el techo tiene unas puertas de piedra que suelen abrirse para rituales.—mencionó la rubia—Es uno de los pocos templos que quedan.

Continuaron su camino por el borde hasta llegar al templo y bajar unas escaleras nuevamente. Todo aún era confuso para _____, no entendía por qué Anna la había llevado con ellos.

Pero ignoró todo eso en cuanto vio a Ray justo en el centro del pequeño templo, siendo atendido por pequeñas criaturas y hadas.

Estaba inconsciente y la mayoría de su cuerpo estaba siendo consumido por el veneno, cualquiera lo notaria por las manchas negras que se expandían por toda su piel como una infección.

—Regresen con los demás, intentaremos el ritual de nuevo.—ordenó Anna, dirigiéndose a las pequeñas criaturas.

Después de irse, solo quedaron los tres jóvenes junto a Anna.

—Bien, repitamos todo justo como las veces anteriores...—Anna dejó el libro y farol a un lado—Subaru repetirá el hechizo, si esto funciona...entonces los guiaré para el resto del ritual.

La ninfa retrocedió y Subaru suspiró nerviosamente mientras sacaba su varita.

—¿_____, no?—preguntó Anna, mientras extendía su mano—Necesitamos...

—Yo lo haré.—interrumpió el castaño.

—¿Hacer que?—____ miró a su amigo, pero él le extendió la mano.

—Tu sangre. —respondió la ninfa.—¿Ves el pozo de agua al lado? Necesitamos que la derrames sobre el agua.

Subaru acercó hacia la mano de ____ una pequeña daga que Anna le entregó, él parecía más nervioso que la albina.

—Descuida, puedo hacerlo yo.—dijo la fémina, tomando la daga antes de soltar una pequeña risa para calmar a su nervioso amigo—Solo necesitan mi sangre, no la mano entera.

Rápidamente como tomó la daga, se levantó para caminar al borde del templo y bajar las escaleras que conectaban directamente al agua.

Realizó un corte fugaz en la palma de su mano y mordió su lengua para aguantar el dolor.

—¿Tu no lo harás?—preguntó la albina, mirando a la hermana de Ray.

—Todavía no es el momento.—respondió ella.

Después de dejar caer su sangre al agua, todo se quedó en un silencio incomodo. No había otro ruido que el de las respiraciones y las gotas de agua cayendo del techo de la caverna.

Solo silencio, hasta que Subaru empezó a susurrar.

—Sanguine bestiae...victimae cruore, vosmetipsos purificate et sacro sanguine secernite.—pronunció él, mientras la punta de su varita empezaba a brillar—Separabis quod separandum est...Quod sanandum est, tu sanabis.

Anna continuó observando. Las veces anteriores, no lograron pasar de este punto y la varita de Subaru se apagaba.

Pero en serio tenía esperanza de que esta vez funcione.

Subaru continuó recitando el hechizo, pero nada estaba pasando.

—Creo que...ellos se equivocaron.—susurró Anna, mientras suspiraba.

Cuando los guardianes le dijeron que aquella albina portaba la energía espiritual de una sacerdotisa, era imposible de creer y aún así ella decidió darle una oportunidad.

Tal vez ellos se equivocaron, después de todo, no quedaban sacerdotisas en el mundo.

De pronto, la caverna entera empezó a temblar.

—E-eh...Anna ¿Esto debería pasar?—preguntó Susan, mirando al pozo.

El agua ondeaba al ritmo del temblor, pero con el mismo ritmo comenzó a subir y subir como si fuera la marea del mar.

—¿De donde viene tanta agua?—preguntó la albina, retrocediendo—Si sigue así, todo se inundará.

Anna corrió al borde, observando lo que creía imposible.

—Está funcionando...—aseguró la ninfa, con una sonrisa.—¡Está funcionando!

Volteó a ver a la albina, sonriendo con emoción hacia ella.

Tomó la mano de Susan y ____, regresando al templo para observar como varios símbolos brillantes empezaban a rodearlos. El hechizo estaba funcionando.

El agua estaba por alcanzarlos, el corazón de _____ empezó a golpear contra su pecho por el pánico ante el pensamiento de que el agua termine inundando el lugar.

—No entiendo...

—Es extraño, ¿No?—Anna le sonrió dulcemente—Hay veces en las que las cosas más asombrosas parecen no tener explicación.

El agua llegó a la altura del templo y siguió subiendo de nivel.

_____ estaba consciente de que su miedo era tan grande que le pedía a gritos salir corriendo a algún lugar que no tenga la posibilidad de inundarse.

Porque así como el mar y el lago, el agua del templo podía hundirla en el miedo.

—¿Pasa algo?—preguntó Anna, notando como la mano de la albina empezaba a temblar.

—N-no.—aseguró ______, tragándose su propio pánico.

Si Ray tenia la oportunidad de salvarse, ____ estaría dispuesta a enfrentar sus miedos y los golpes asustadizos de su corazón dentro de ella.

El agua continuó subiendo y subiendo, ____ cerró los ojos a pesar de claramente sentir los movimientos del agua llegar a su rodilla.

Sanguine bestiae...victimae cruore.—repitió Subaru.

____ abrió los ojos repentinamente, observando a Ray en medio de todo.

No sabia cuando los demás se habían acomodado en un circulo ni cuando Ray había regresado a su forma de tritón, pero el veneno empezó a esparcirse tan rápido que llegó hasta su cuello.

Una ráfaga de viento empezó a rodearlos conforme Subaru alzaba la voz.

Vosmetipsos purificate et sacro sanguine secernite!

Desde la luz de luna que entraba desde el hueco y tocaba el agua, se formó una pequeña figura sin forma y con el brillo de mil lunas.

—Separabis quod separandum est...Quod sanandum est, tu sanabis.

—Susan, la sangre.—dijo Anna.

—A-ah, claro.—la azabache volteó hacia _____—¿La daga?

La albina se la entregó, mientras su atención de enfocaba en la masa brillante que se movía por el agua y se acercaba hacia ellos.

—¿Qué es eso?

—Energía espiritual, en su forma más pura. —respondió Anna—Es tuya, ____.

La albina no dijo nada más, pues aún intentaba procesar todo lo que pasaba mientras observaba a la masa brillante acercarse hacia ella y comenzar a dar vueltas a su alrededor.

Susan se acercó unos segundos después y derramó sangre encima, algo insegura al ver que el brillo blanco empezaba a tornarse del rojo más intenso que había visto.

Subaru apuntó lo apuntó con su varita, mientras no dejaba de pronunciar el hechizo.

—Sanguis sacer, quaere fratrem tuum, purga te ab omni malo, annihilare malum!

Y como si fuera un pequeño ser viviente, la masa brillante se detuvo y se acercó rápidamente a Ray hasta entrar por su boca.

_____ casi da un salto del susto, hasta que vio como las manchas que antes invadían el cuerpo de Ray solo empezaban a retroceder y la herida de mordedura en su brazo comenzaba  a sanar.

—Funciona...—dijo Anna, con una sonrisa.

Las ráfagas de aire que antes los rodeaban, bajaron lentamente hasta rodear a Ray  y transformándose en corrientes de agua.

Algo dentro de él empezó a brillar, seguramente la energía espiritual que estaba purificando el veneno.

Y cuando menos se dio cuenta, ____ notó el nivel del agua bajar y regresar poco a poco a la altura que tenia en un principio cuando llegó.

El cuerpo de Ray se quedó en el suelo una vez más, pero él se despertó bruscamente y tomó una gran bocanada de aire antes de toser fuertemente.

El agua continuó bajando, Subaru dejó de recitar el hechizo y Anna soltó un chillido de felicidad al ver que el ritual se había logrado con éxito.

—¿Ray?—Susan ahogó un grito al ver a su hermano despierto—¡¡Ray!!

—¿Eh?...¿Susan?—el azabache no tuvo tiempo de reaccionar, solo sintió el abrazo de su hermana sobre él—Agh, había olvidado...que estarías aquí.

—"Gracias hermana, ayudaste a salvarme la vida"—dijo Susan, imitando la voz de su hermano en un tono gracioso—Si Ray, de nada.

—¡Ray! —se acercó Anna—¡Funcionó! ¡El ritual funcionó! ¡No tuvimos que sacrificar a nadie!

—¿Sacrificar?

—Bueno...larga historia.—dijo Susan, desviando la mirada y separándose del abrazo.—Lo importante es que estas de vuelta.

—¡¡Trucha amargada!!—Subaru se lanzó a abrazarlo también, pero fue rápidamente apartado por el azabache.

—¡Aléjate, idiota!

—....—Subaru se apartó del abrazo—Mejor muérete.

—A la próxima te cedo el puesto y mejor te mueres tú.

—¿En serio tienen que terminar peleando cada vez que se ven?—dijo la albina, cruzándose de brazos.

El joven azabache alzó la mirada de inmediato y la buscó, asi que sus amigos se apartaron para dejarle la vista libre hacia ella.

En cuanto la vio, solo sonrió de lado y se preparó para usar su tono burlón con ella.

—¿Ni un abrazo por sobrevivir a la muerte?

Observó como ella se quedó inmóvil, mientras una parte de su ropa aún goteaba de agua y sus ojos empezaban a derramar lagrimas antes de correr hacia él y abrazarlo.

La albina no dijo nada, solo empezó a sollozar en medio del abrazo.

—¿No le temías a las criaturas marinas?—preguntó él.

—Si.—respondió ella, con la voz temblorosa.

—Y sabes que no estoy en mi forma humana ¿Verdad?—preguntó, comenzando a acariciar su cabeza.

—Lo se.

—¿Entonces...?

—Tu no eres cualquier criatura marina, eres Ray.—respondió ella, aumentando la fuerza en su abrazo—Gracias por...regresar con nosotros.

—Bueno...me gusta estar de vuelta, copito.

Al separarse del abrazo, sintieron como sus collares se lo impedían. 

—Creo que se enredaron...—____ intentó buscar algún nudo, pero se desconcertó al ver que en realidad las piedras que colgaban en ambos collares estaban pegadas magnéticamente.—Que raro, antes brillaba...

—____...—Ray frunció el ceño, alzando su mano con lentitud hacia la mejilla de la albina—¿Quien te hizo esto?

—¿Eh?—____ sintió una punzada de dolor en cuanto Ray tocó la zona donde el guardia de antes la había golpeado—Bueno...eso no importa ahora.

Con un pequeño tirón, la albina logró separar su collar y se levantó del suelo con apuro para cambiar de tema. Anna solo se quedó observando, más al collar que a la albina.

¿De donde había sacado un cristal así?

Al regresar con todos, Emma fue la primera en correr hacia el azabache.

La albina se llevó a los demás, para dejarles a los hermanos un momento a solas.

—¡¡No vuelvas a asustarnos así!!—la pelinaranja apretó más su abrazo

—¡Emma, no me dejas respirar!

—Oh, lo siento.—se separó del abrazo, soltando una risa al ver a su hermano con el ceño fruncido—Apenas te recuperas y ya andas de amargado.

—Es que así es siempre.—respondió Susan, revolviendo los cabellos del azabache.—Fue un gusto verlos de nuevo, pero recuerden que debo regresar.

—¿Que? ¡No, quédate!—pidió Emma—podemos mostrarte algunas cosas de este mundo antes-

—Lo siento, pero sabes que mamá se preocupará y...—alzó la mirada hacia los demás jóvenes que acompañaban a Emma y Ray—Creo que ya vi todo lo que necesitaba ver.

—¿Eh?—la ojiverde ladeó la cabeza.

—Tienen amigos que preocupan por ustedes y hacen todo para poder ayudarlos incluso sabiendo su origen, eso me alivia.—explicó Susan, abrazando a la pelinaranja—Se que no tengo que preocuparme tanto.

—Estas siendo dramática, podemos cuidarnos.—dijo Ray, cruzándose de brazos.

Susan volteó a verlo burlonamente.

—¿Lo dice el que estuvo a punto de morir hace un rato?

Antes que Ray pudiera responder, Emma recordó algo y sus labios se movieron instintivamente por la curiosidad.

—Por cierto...¿Como te hiciste esa herida?

Ray se extrañó por la pregunta.

—Solo me descuidé y-

—Pfff....—Emma frunció el ceño ligeramente mientras inflaba los cachetes y luego le sacaba la lengua a su hermano como señal de burla—Eres un mentiroso.

—No entiendo a que te refieres.

—Claro que si, te hiciste esa herida cuando salvaste a _____ y-

Ray le tapó la boca a su hermana de inmediato.

—¡Eso no fue así! —exclamó él—Ya se lo que insinúas.

 —¿Insinuar?—Susan sonrió con una expresión burlona—¿Que es lo que insinúa Emma? 

—Nada. Está loca.—respondió Ray.—Está muy poco acostumbrada a la falta de agua, mejor llevatela.

—¡Mmsajkashjjkamsha!

—Ray, déjala hablar.—ordenó Susan.

—Solo dirá estupideces.

—¿Como cuales?—cuestionó su hermana mayor, cruzándose de brazos—¿Como que estás enamorado de esa chica llamada _____?

—Si. Ese tipo de estupideces.—sintió como la lengua de Emma lamía su mano y la soltó por el asco—¡Puaj! ¡Eso es trampa!

—A ver, ¿Por que piensas que son estupideces?—preguntó la pelinaranja—Si te sacrificaste por ella, en tus turnos libres del trabajo siempre la buscas ¡Y la dejaste dormir en tu hombro!

Susan dejó caer su mandíbula todo lo que pudo, mirando boquiabierta al azabache. 

Ray no era alguien a quien le guste mucho el contacto físico, solía esquivar todo el tiempo las muestras de afecto de Emma y nunca hacía excepciones.

Pero incluso cuando apenas despertaba del ritual, apartó a todos menos a _____ y su abrazo.

—Parece que se llevan bien a pesar de las discusiones.—dijo la albina, observando a los tres hermanos desde lejos.

—Discutir entre ellos es su forma de interactuar.—respondió Anna, acercándose hacia ella.

_____ miró a la rubia de soslayo, era la primera vez que le prestaba tanta atención a la ninfa y se daba cuenta de lo hermosa que era. Parecía una humana de pies a cabeza, pero había algo en su ser que te daba la sensación contraria.

El solo estar cerca de ella te producía un pequeño sentimiento de calma.

—¿Puedo hablar contigo, ______?

—Si lo que quieres es hablar sobre como mi sangre hizo funcionar el ritual, te seré sincera: No tengo la menor idea.

Anna no supo que decir ante la respuesta tan directa de ______.

—A decir verdad...no creo que pueda ser de gran ayuda.—suspiró—¿En verdad...soy una sacerdotisa?

—No cualquiera, tal vez seas la ultima.—dijo Anna, con tono suave—Tal vez desciendas de alguna sacerdotisa que sobrevivió a la cacería de hace milenios.

Para _____ era difícil saber eso, pues ni siquiera sabia de su familia más allá de sus padres. Para ella no existió más familia que sus progenitores.

—Es una posibilidad...pero es probable que nunca lo sepamos.—respondió la albina—Mis padres murieron hace años y...no me queda familia a la que preguntar algo así.

Anna se acercó a tomar su mano con gentileza, para sonreirle cálidamente.

—Bueno...si hay algo de lo que estamos seguros, es que eres una sacerdotisa.—dijo la rubia—No desperdicies tus dones, podrían salvar más vidas de las que crees y...

La ninfa desvió su mirada hacia cierto azabache.

—Ray es la prueba de eso.

Por un momento, se formó un pequeño silencio mientras la peliblanca parecía reflexionar aquello.

—Si las sacerdotisas tenían la capacidad de salvar vidas...¿Por que las cazaron?

—No estuve presente en ese entonces.—sinceró la rubia— Leí en los registros de la anterior ninfa, al parecer el culpable fue el rey de los vampiros. Tal vez deberías cuidarte de su raza...son muy peligrosos.

—Vampiros...

—Norman y Ray me contaron que había un vampiro involucrado con el asunto de la bestia aulladora.—mencionó la ninfa—Nada de esto me da buena espina, será mejor que tengan mucho más cuidado de ahora en adelante. 

Algo comenzó a dar vueltas en la mente de la albina, sabiendo que había una extraña coincidencia en todo lo que estaba pasando.

La caza de las sacerdotisas fue obra del rey de los vampiros, pero la guerra de hace siete años también lo fue. Si le añadíamos el hecho de que había un vampiro ligado a las desapariciones de Goodwill Ridge y él solo era una marioneta de alguien más...

¿Y si el que organizó todo también fue el rey de los vampiros?

—Es demasiado extraño...—susurró _____—¡Anna!

La ninfa se asustó por el repentino llamado de la albina, pero rápidamente se acercó con una sonrisa en el rostro.

—¿Mhh?

—¿Que sabes de el rey de los vampiros?

—¿El rey...?—Anna se puso a pensar un poco, realmente no sabia casi nada—Nadie sabe como se ve y no hace apariciones en publico desde la guerra, pero se que es la máxima autoridad en el otro mundo.

—¿La máxima autoridad?

—Tal vez pueda investigar, te informaré en cuanto sepa más cosas sobre él.

—Eso seria de gran ayuda, gracias.—se acercó a abrazar a la ninfa.—¿Hay alguna forma de agradecerte por todo lo que hiciste?

—Solo cuiden de Emma y Ray, no, cuídense todos ustedes.—respondió la rubia.

Al separarse del abrazo, Anna se quedó mirando el collar de _____ unos segundos hasta que la contraria soltó una suave risa.

—Era el collar de mi madre...—contó la albina.

—Entiendo...—Anna acercó su mano para tocar el collar—Creí que este cristal se había perdido.

—¿Eh?

Antes de seguir con la conversación, llegaron Subaru y Norman.

—Lamento interrumpir, señoritas, pero se hace demasiado tarde.—dijo Norman.

—Debemos regresar a Neverland.—añadió Subaru.

—¿Que hay de...?—____ buscó con la mirada a Ray y Emma.

—¡Claro que regresaremos!—exclamó Emma, acercándose a ellos.

—¿Pensaban que íbamos a renunciar?—preguntó Ray, en tono burlón—Ahora somos un equipo.

—Hyun, Hyuk, ustedes volverán con nosotros.—_____ corrió hacia a ellos para jalarlos de las muñecas y acercarlos al grupo.

—¡Si!—Emma dio un salto, para luego voltear hacia cierto par de pelirrojos—Todos somos un equipo ahora.

—¿Equipo?—Ray miró al par nuevo de pelirrojos—Me perdí de mucho.

En cuanto se despidieron de Susan y Anna, todos partieron camino a Neverland. Pudieron usar los túneles subterráneos, pero decidieron regresar a caballo.

Era de noche y los vientos se volvían más salvajes a medida que aceleraban.

—¿Estas seguro de esto?—cuestionó Ray—Llamaremos mucho la atención.

—Ese es el punto.—respondió Norman.—¡Que todo el reino se entere de esto!

—¡Pero los guardias nos buscan!—exclamó Emma—¿Y si nos arrestan?

—Yo tomaré la responsabilidad por todos ustedes, cualquier castigo que imponga el rey será solo contra mi.—respondió el albino.

Mientras tanto, por falta de caballos, Hyuk fue con _____ y Hyun con Subaru.

—Bonita, no es por desalentar, pero, recuerda que mi hermano y yo somos criminales buscados...y estamos por llegar al lugar más resguardado del continente.

—Descuida, Hyuk, yo me encargaré de eso.

Pronto se acercaron a Neverland, donde las grandes murallas que resguardaban el reino solo daban la opción de cruzar por la puerta principal.

Pero ahí aguardaban varios soldados que inspeccionaban a las personas que entraban al reino en busca de _____ y los demás.

—¡No podemos-...!—____ observó como el príncipe aceleraba aún más en su caballo—Olvidenlo, parece que entraremos ilegalmente.

—¡Wuuuu!—Emma aceleró junto al albino—¡Entremos de la forma más épica posible!

—¡El ultimo en llegar es pescado podrido!—exclamó Subaru, mirando a cierto azabache—¡Te hablo a ti, trucha!

—¡¿A quien le dices trucha?!

Por otro lado, el grupo de soldados que aguardaba en la entrada vio como un par de búhos se acercaba volando con algo extraño entre sus garras.

—Hey, Oliver.—llamó un soldados—¿Esos búhos no son del palacio?

El joven de mechón rojo alzó la mirada, entrecerrando sus ojos para enfocar mejor y darse cuenta que su amigo tenía razón.

—Si...pero ¿Que tienen en sus garras?

Al tratar de descifrar que era la cosa que traían lo búhos, los soldados no notaron a cierto grupo de jóvenes acercándose a toda velocidad.

Pero pronto escucharon los galopes, solo entonces bajaron la mirada y se dieron cuenta que la persona al frente del grupo era Norman.

—¡Es su alteza!—exclamó Zack.

—¡¿Su alteza?!—Pepe se asomó a ver—Oigan, vienen demasiado rápido...¿No creen?

—Creo que ya se lo que van a hacer...—susurró Oliver—¡¡A un lado todos!! 

Los soldados comenzaron a despejar el camino, haciendo retroceder y apartarse a las personas que estaban obstruyendo la entrada. Si no lo hacían a tiempo, hubiera sido una catástrofe. 

El grupo se acercó a toda velocidad y pasó la entrada sin dificultad para seguir su camino.

—¡Se dirigen al palacio!—exclamó Oliver, mientras corría a buscar su caballo—¡Zack, Pepe, vengan conmigo!

Regresando al grupo de ____, no tardaron mucho en acercarse al palacio y al puente que conectaba con la entrada principal.

Lo más extraño de todo es que no vieron tantos guardias como pensaban, solo los habituales y...

—¡Norman, mira!—____ apuntó hacia adelante.

—¿Tío Peter y...?—Norman entrecerró los ojos para ver mejor—¡¿Yukine?!

El primo de Norman, que era un mago, alzó la varita en cuanto vio al grupo acercarse.

—¡Hay que detenernos!—exclamó Subaru.

—¿No se harán a un lado como los guardias de antes?—preguntó Hyun.

Los guardias se apartaron, pero Peter Ratri se mantuvo firme en la entrada y en frente de él estaba su hijo.

Sin titubear un solo segundo, Yuki susurró un hechizo que afectó a todo el grupo y provocó que todos se detuvieran.

Unos minutos después, el capitán de la guardia real cruzó las puertas de un gran salón. Ahí estaba el rey, imponente a pesar de su frágil estado.

En el mismo salón, pero unos metros alejados del rey, estaban los lideres aristócratas del reino. Ellos pertenecían a las familias más poderosas del reino, seguramente habían conversado con el rey acerca de lo que se debía hacer con el príncipe. 

—Me informaron que llegaron a salvo, su majestad.

—Gracias, Kazuma.—James soltó un suspiro—¿Están en camino?

—Si. Dejaron los caballos en el establo y están esperando justo afuera del salón.

—Haz que entren.

Kazuma asintió y dio una señal desde su sitio a los guardias de la puerta, luego de esto las puertas se abrieron y el grupo de jóvenes entró siendo guiado por Peter y su hijo.

Ray observó a su alrededor, dándose cuenta de donde estaban: El salón del trono, el lugar más lujoso del palacio.

Habían guardias en la puerta y en lugares estratégicos para la seguridad del rey y los nobles que estaban presentes.

Todo el ambiente se volvió tan tenso que Ray salió de sus pensamientos cuando el rey tosió antes de dirigirse a ellos.

—Norman Ratri, príncipe heredero de Neverland, escapaste del palacio y del reino contra mis ordenes e hiciste lo contrario de lo que te pedí.

—Padre...

—Déjame terminar.—James respiró hondo con algo de esfuerzo. Ya parecía un milagro por si mismo que pudiera haber salido de su dormitorio—No solo pusiste tu vida en peligro, también la de tus amigos, ¿Crees que eso es lo que hace un buen príncipe?

El príncipe bajó la mirada unos segundos.

—¡Su alteza nunca nos obligó a nada!—exclamó cierta pelinaranja.

—Es cierto, fuimos con él por cuenta propia.—añadió Ray.

Norman alzó la mirada, volteando hacia sus dos amigos. Un sentimiento de culpa de hizo presente en su corazón.

¿En serio...ambos le habían respondido al rey de esa manera solo para estar de su lado?

En el mismo instante en que ellos dos le sonrieron, en el mismo momento en el que Emma y Ray le mostraron su determinación y lealtad, Norman decidió mandar al carajo su plan de separar los mundos para siempre.

El albino regresó su mirada hacia el rey y caminó unos pasos hacia él.

—Es cierto, desobedecí tus ordenes y fui hacia donde me prohibiste ir.—hizo una leve pausa—Pero no pienso dar un paso atrás y disculparme. Si tienes un castigo pensado, yo recibiré el castigo de todos.

James observó a su hijo en silencio, luego dirigió su mirada a los nobles aristócratas que esperaban su veredicto.

—Kazuma...—llamó el rey—¿Podrías repetirme tu informe?

—A sus ordenes, majestad.—el capitán de la guardia dio un paso adelante, luego una reverencia al rey para finalmente mirar hacia el frente.—"Tras el escape del príncipe, la guardia real se dirigió en una búsqueda al norte, hacia el pueblo de Goodwill Ridge."

_____ observó como Norman empezaba a tensarse con cada palabra.

"Estábamos preparados para cualquier posible amenaza, pero en su lugar solo escuchamos como su majestad y sus amigos derrotaron a la bestia aulladora."

James apretó el puño inconscientemente al escuchar el nombre de la criatura.

"Ellos llegaron al pueblo, se adentraron en el bosque y arriesgaron sus vidas para matar a la criatura. Le pusieron fin a las desapariciones y salvaron la vida de una niña. Se encargaron de una labor que dos escuadrones enteros no pudieron resolver."

Al terminar de repetir su informe, Kazuma dio un paso atrás nuevamente. 

—Norman, no bajes la mirada.—ordenó el mayor, viendo como su hijo alzó la cabeza de inmediato—Como padre, estoy enojado porque me desobedeciste y pusiste tu vida en peligro.

Hubo una pequeña pausa, mientras James tosía con dificultad.

—Como rey...estoy impresionado.

—¿Q-que?—Norman sintió como sus hombros dejaban ir la tensión cuando vio a su padre sonreír.

—Salvaste un pueblo, mostraste valentía al ir en persona y no mandar a soldados en tu nombre, fuiste responsable por tus actos al llegar aquí y hacerme frente, pero sobretodo...—dirigió la mirada hacia ____—Te preocupaste por las personas que lucharon a tu lado.

James soltó una suave risa con algo de esfuerzo.

—Siempre creí que debía protegerte para que puedas vivir una larga vida y llegar al trono sin dificultad...pero hay cosas que un monarca debe aprender por si solo.—le hizo una seña a sobrino.—Puedes traerlos, Yuki.

El menor volvió a alzar la varita, esta vez sobre su mano, para hacer aparecer una caja llena de collares con un símbolo extraño grabado en un dije.

—Den un paso adelante y arrodíllense.

Hyun y Hyuk se miraron entre si por un momento, para retroceder al mismo tiempo y colocarse a un lado.

Kazuma, el capitán de la guardia real, se acercó a colocar los collares en cada joven.

—Estas medallas son la representación del acto heroico que hicieron todos ustedes.—dijo el mayor—Quiero que entiendan que también supone una responsabilidad sobre sus hombros, una vez que obtienen la medalla deben esforzarse por mantenerla con ustedes.

Todos en el salón observaron como el grupo regresaba a estar de pie al mismo tiempo. 

—Desde ahora, necesitaré su ayuda para más situaciones como la de Goodwill Ridge.—avisó James—¿Cuento con ustedes?

Norman miró de soslayo a sus amigos antes de sonreír con determinación.

—Seria un honor, padre.

Luego de aquello, el grupo salió del salón y fue acompañado por el capitán.

—Debo admitirlo, casi me da un infarto cuando me dijeron que su alteza escapó.—sinceró el mayor—Pero me siento orgulloso, son un gran equipo.

—Gracias, Kazuma.—la albina sonrió ampliamente, notando las expresiones asustadas de Ray y Subaru—¿Eh?

—Se le dice "capitán"—susurró el azabache.

—Pff...—la fémina soltó una pequeña risa—Eso es para los soldados como ustedes, yo tengo privilegios ¿Verdad, papá?

—S-si, ____.—Kazuma casi chilla de felicidad al escuchar la palabra "papá".

—¡¿Es tu padre?! P-pero dijiste que...—preguntó Ray, mientras Emma a su lado también parecía sorprendida. Incluso los pelirrojos se alejaron un paso de ella.

—Es mi tutor legal, Kazuma es lo más parecido a un padre para mi.—dijo la peliblanca.

Realmente no había ninguna mentira en aquello, _____ había perdido a sus padres...pero Kazuma se había hecho cargo de ella desde entonces, cuidándola y educándola como un verdadero padre haría. 

—Hablando de eso...—Kazuma se detuvo en seco y volteó lentamente, mostrando su rostro notablemente molesto a pesar de forzarse a sonreír para ocultar su rabia.—¿Quien fue el imbécil que te golpeó en el rostro?

—Eh...

—¡Yo  conozco al imbécil!—Hyuk alzó la mano—Es uno de tus subordinados.

Kazuma dirigió la mirada a Subaru y Ray, ambos saltaron del susto aunque sabían que no tenían nada que ver.

—¡Hyuk!—regañó su hermano.

—Oye, el viejo preguntó.—Hyuk se encogió de hombros.

—No tiene caso.—___ suspiró—Fue el capitán de un escuadrón de novatos, me acusaron de asesinar al príncipe y....

—Entiendo, entiendo. Yo me encargaré de esto.—interrumpió Kazuma, volviendo a reanudar su caminata.—Será mejor que descansen por ahora, hicieron mucho esfuerzo y se ganaron una siesta.

—Wow...eso fue aterrador.—Subaru se dejó caer sobre su cama.—¿Ya podemos dormir? Llevamos sin dormir desde hace dos días.

—Si, ya pueden dormir.—dijo la albina, luego miró al par de gemelos—Esta es su nueva habitación, dormirán los cuatro juntos. Hay dos literas, les dejaré la repartición a ustedes.

—Genial, ahora seremos sardinas enlatadas.—se quejó Ray.

—¿No es irónico que lo digas tú?—respondió _____.

—Ordenaré una habitación más grande para ustedes, no tienen que preocuparse.—dijo Norman, mientras le echaba un ojo al saco de tela abultado que llevaba Hyuk con él—¿Que es eso?

—¡Oh! Son mis cuervos.—dejó el saco en el suelo con cuidado y de él salieron caminando cerca de diez cuervos.

—Okay...—Norman decidió no preguntar como es que consiguió tantos cuervos, solo suspiró y volteó hacia su doncella—_____, necesito hablar contigo.

—Eh...claro.

La peliblanca se hacía una idea de lo que pasaría.

—A todo esto ¿Donde están los búhos?—preguntó Emma.

—Los mandé a entregar un mensaje en cuanto llegamos al palacio.—explicó la albina.

—¿Que tipo de mensaje?—cuestionó con curiosidad la pelinaranja.

—Eh...

—Bueno...nos vamos, hasta pronto.—se despidió _____.

—¡_____!—llamó una voz—Recibí el mensaje. Traje a Zack y Pepe, el resto de mi escuadrón viene en camino.

Ray, quien estaba por dormir, se levantó de su cama al escuchar la voz de un joven dirigirse a la peliblanca.

—Gracias, Oliver.—respondió la albina, en su tono amable de siempre.—Te debo un gran favor.

—No es nada, pequeña dama.—el joven sonrió amigablemente.

______ se dio cuenta que Ray se asomó desde la puerta, con una expresión poco agradable.

—Vete a dormir, Ray.

—¿Quien es él?

—¡Hola! Soy Oliver Goldypond, soy el segundo al mando de la guardia real.—saludó el joven de mechón rojo—Tu eres el guardaespaldas de su alteza ¿No? 

—Si.

Subaru también se asomó.

—¡Vayan a dormir!—____ cerró la puerta de la habitación y suspiró—Perdónalos, Oliver. A veces...parecen niños.

El joven soldado solo soltó una risa, mientras veía a sus dos amigos llegar.

—Bueno, les dejo esta habitación a su cuidado.—____ se despidió con un ademán—¡Hasta luego!

—No entiendo...—Emma se acercó a la albina—¿Por que dejaste a guardias cuidando la habitación de ellos?

—Necesitamos vigilar a los gemelos los primeros días.—respondió ____—Se que dije que confiaría en ellos, pero necesito ser precavida.

—Ohh...Entiendo.

—Tal vez le hubiera pedido a Subaru y Ray que vigilen a los gemelos, pero ellos necesitan descansar.

—Entonces eres consciente de lo peligrosos que son esos dos.—dijo Norman.

—Claro que si, su alteza.

—¿Y...aún así vas a dejar que se queden aquí?

—Les prometí darles una oportunidad, Norman. Nunca rompo mis promesas.

Emma no dijo nada a partir de ese momento. Ella no sabia leer las situaciones muchas veces, pero claramente podía sentir el ambiente más pesado entre esos dos albinos.

Cuando llegaron y vio entrar a los peliblancos primero, ella solo decidió esperar afuera y no meterse en la discusión que se aproximaba entre sus dos amigos.

—Su alteza, debería regresar a su habitación.—dijo la albina—Si quería que lo acompañe, debió decirlo antes y-

—Detente.—interrumpió él, para luego suspirar—_____, deja de fingir que no sabes en que pienso.

La doncella desvió la mirada con cansancio, no quería discutir con Norman. Sabía que él siempre ganaba en este tipo de cosas, sabia que él podría hacer que expulsen a los pelirrojos con una sola orden.

Pero a pesar de todo, estaba intentando hablar con ella. La tomaba en cuenta.

—Es peligroso que se queden aqui, son mercenarios.

—¿Y cual es tu punto, Norman?

—¡Son asesinos!

—Por si no lo recuerdas, yo también lo soy.

—E-es cierto...pero sabes que son diferentes.—respondió—Ellos te secuestraron, perseguían a Subaru y casi nos roban cuando estuvimos en el pueblo ¿Por que les diste una oportunidad?

—¡Porque no es su culpa ser mercenarios! Era la única forma en la que sabían vivir ¿Y no era una mejor opción reclutarlos que pelear con ellos?

—¿Y como estas tan segura de que no nos traicionarán?

_____ se quedó en silencio unos largos segundos. Claro que no podía tener la certeza de eso, no podía tener la certeza de nada por ahora.

—Porque...puedo sentirlo, ¿Si?—respondió ella—Se que te gusta ser racional siempre, pero esta vez confía en mi intuición.

Norman se tomó un momento para reflexionarlo. La fémina tenia razón, él siempre era racional y prefería de ese modo las cosas porque es el camino más seguro...pero ____ siempre fue diferente a él en ese aspecto.

_____ sabía las consecuencias que podrían traer sus actos, sabía cual era el mejor camino a tomar en base a lo lógico, pero ignoraba todo eso por hacerle caso a su corazón.

—Demuestra que puedo confiar en ellos.—dijo el príncipe, más como una orden que como un pedido.—Puedo confiar en ti, pero no en ellos. Quiero que muestren que no solo yo, sino todo el equipo, puede confiar en ellos dos.

Después de aquello, el joven albino se retiró. 

Al cruzar por la puerta, cruzó miradas sin querer con Emma y sintió un cosquilleo en el pecho que lo hizo caminar más rápido por los nervios. Eso había sido raro, pero trató de no pensar mucho en eso.

—Agh...no entiendo como espera que haga eso.—____ se asomó y tomó la mano de Emma para que entre a la habitación—¡Vamos, ven! Necesitas descansar, recuerda que tu tobillo está mal aún.

Emma se sorprendió de la normalidad con la que ____ actuaba a pesar de lo tenso que se sintió el ambiente hace un momento.

—Ahora que lo dices, cuando fui a buscar a Susan en el mar...

—¿Tu cola de sirena te dolía como tu tobillo?—completó la albina—Creo que es lógico, ambos son lo mismo...¿No?

Emma se encogió de hombros, tirándose directamente hacia su cama.

—Por cierto, Emma, tú me pediste que te enseñara a curar heridas y....—al voltear, notó que su amiga ya estaba dormida—Bueno, creo que será mañana.

____ tomó una manta y cubrió a la pelinaranja, asegurándose de que ella no pudiera sentir frío.

Luego de eso, solo se sentó al borde de su cama con cansancio. No dormía bien desde habían salido de viaje y, peor aún, no había dormido nada los últimos dos días.

Hace tiempo no sentía un cansancio así, no desde sus entrenamientos para ser la doncella del príncipe.

—Entrenamientos...—ella suspiró, dejando que su espalda caiga sobre el colchón—Tal vez los gemelos deban pasar por entrenamiento, si logro darles una vida lo suficientemente feliz...no nos traicionarán ¿No?

Cerró los ojos lentamente, mientras se dejaba llevar por miles de pensamientos hasta caer dormida.

"—Adele, mi pequeña, yo...en serio te extrañaré.—susurró su voz—Prometo protegerte aunque no me recuerdes."

_____ se despertó de golpe, sudando frío y con una sensación de presión en el pecho. Parecía que había tenido otra pesadilla.

Se tomó un tiempo para calmarse y cuando su respiración volvió a la normalidad solo se levantó de su cama. 

—Solo fue una de esas pesadillas...—se dijo a si misma—De nuevo.

Desvió la mirada hacia la otra mitad de la habitación, donde Emma dormía tranquilamente sobre su cama. No quería despertarla, asi que salió con sigilo de la habitación.

Realmente no sabia cuanto tiempo había dormido, pero al caminar por los pasillos y ver los rayos del sol iluminar el cielo débilmente solo dedujo que era apenas de mañana.

Habían llegado en la noche de ayer, si era de mañana entonces solo habían pasado algunas horas desde su regreso al reino.

—Supongo que dormir unas horas es mejor que nada...—se encogió de hombros, dirigiéndose hacia la cocina.

Al llegar a las puertas de la cocina, escuchó como alguien ya estaba dentro y pensó que tal vez era alguna sirvienta que se habia levantado más temprano de lo normal.

Pero al abrir las puertas encontró a Ray, cocinando algo que al gusto de _____ tenia un aroma delicioso. No sabia si preguntar por la comida o la razón de que Ray también esté despierto.

—¿Te quedarás en la puerta?—preguntó el joven, sacando a la albina de sus pensamientos.

____ pasó y dejó que las puertas se cierren solas detrás de ella, caminando a observar con curiosidad lo que había cocinado Ray.

Ella se acercó a una de las mesas de la cocina y se sentó en una de las sillas mientras aún observaba al azabache.

—¿Que haces despierta?—interrogó él, mientras terminaba de freír huevo y tocinos.

—Creo que eso debería preguntarlo yo.— ___ se cruzó de brazos, mirándolo con desaprobación—Casi te mueres ayer, ¿No deberías descansar mucho más?

—No realmente.—contestó, sirviendo lo que había cocinado sobre un plato que ya tenía pan cortado—El ritual que hicieron me hizo sentir mejor, incluso desapareció mi cansancio, tengo energía de sobra ahora mismo.

—Mmh...supongo que tienes suerte.—respondió ella, bajando un poco la mirada.

Ray miró con extrañeza a su amiga, sintiendo que algo andaba mal con ella y sintiendo curiosidad aunque sabia que no era de su incumbencia.

Y aunque no quería preguntar, porque él no era alguien a quien le importen los problemas de otros, había algo que lo dejaba intranquilo cuando veía que la albina no estaba del todo bien.

—¿No dormiste bien?—preguntó, mientras se levantaba de su asiento e iba hacia los estantes.

—Algo así.—respondió la fémina, desviando la mirada hacia un lado—Tuve pesadillas, pero no es algo nuevo. 

—Entonces tienes pesadillas seguido.

—N-no tan seguido.—dijo ella—No tuve pesadillas la vez en el pueblo que me dormí en...bueno, ya sabes, tu hombro.

Eso sonaba aún peor para Ray, porque significaba que el resto de días si tuvo pesadillas. Tal vez era algo diario para ella, pero cualquiera sabría que no era nada bueno.

—Toma.—dijo él, dejando una taza con té recién hecho.—¿Tienes hambre?

Sin esperar una respuesta, le dio el pedazo de pan que ya había cortado y se lo entregó con una porción de huevo y tocinos de su plato. 

—N-no era necesario.

—Es mejor que lo comas, si no duermes bien al menos aliméntate adecuadamente.

_____ sintió aquello como un regaño, asi que empezó a comer junto a él. Lo miraba de soslayo en ocasiones, preguntándose si Ray siempre era así de amable o solo sentía lastima por haber escuchado que no dormía bien.

Sea como sea, la albina estaba feliz de ver el lado amable del pelinegro.

—¿Por que...sonríes? 

—¿Eh?

—Estas sonriendo, tonta.

—Oh...—ella ni siquiera se había dado cuenta, pero no le importó y amplió su gesto—Es que...solo estoy feliz.

Ray no pareció entender, solo ladeó la cabeza con una expresión de desconcierto.

—_____...

—¿Si?

—Mis hermanas me contaron sobre el ritual.—mencionó él—¿De verdad...eras una sacerdotisa?

Ante el cambio de tema, la albina soltó un suspiro mientras su sonrisa desaparecía. 

—Eso parece, pero no se nada al respecto. —sinceró la joven de nieve—Ella dijo que todas las sacerdotisas habían sido cazadas hace un gran tiempo por el rey de los vampiros.

Ray sintió un escalofrío al escuchar lo ultimo, tuvo un extraño presentimiento.

—¿No crees que es peligroso?—cuestionó él—Si tu eres la ultima sacerdotisa...¿No estarías en peligro?

____ cayó en cuenta de aquel factor: Si era una sacerdotisa, tarde o temprano la buscarían.

—De todas formas...—dijo Ray, mientras terminaba de comer su desayuno—no sabemos nada acerca del tema.

—Le pedí a Anna que se comunique conmigo en cuanto sepa algo.—respondió la albina—De todas formas...esto no cambiará mucho. Sigo siendo la misma ____ de siempre.

—Solo que ahora tienes poderes espirituales.—añadió el pelinegro—¿No te emociona? Siendo sincero, esperaba otra reacción de ti.

____ tomó un sorbo de su té en lo que pensaba aquello. Negó con la cabeza suavemente, dejando la taza sobre la mesa de nuevo.

—Ser sacerdotisa no suena tan emocionante si escuchas que hace siglos las perseguían para asesinarlas.

Ella se levantó de la mesa en cuanto vio que ambos habían terminado de comer, mientras tomaba todos los platos y cubiertos vacíos para llevarlos a lavar.

—Tienes un buen punto.—dijo Ray, levantándose de su asiento para seguirla—Pero no me vas a decir que tener poderes no te emociona.

—¿Tú no tienes?

—...—el azabache pareció reflexionarlo bien—En lo que me consta, la mayoría de nuestras habilidades no son tan "magicas" como piensas.

____ soltó una pequeña risa, mientras terminaba de enjuagar las tazas. Ray se subió a la mesa justo al lado y se sentó para observarla a ella, sin saber que sus ojos apuntando dire.

—Pensé que las sirenas tenían poderes mágicos...

—En cuanto tomamos la forma de humanos, la mayoría de poderes desaparecen.—contó Ray—Además, solo las sirenas pueden encantar con la voz. Los tritones...somos diferentes.

—¿En serio? 

—Si.

—A ver, canta para mi y tal vez puedas encantarme.—bromeó la peliblanca—Seguro tienes una gran voz, señor trucha.

Ray acercó su mano hacia ella para darle un golpecito en la frente.

—¡Auch!—le salpicó un poco del agua con el que lavaba los platos.

—¡No me salpiques agua!

—¡Pues tú lo buscaste!

—¡Tu empezaste, idiota!—respondió él.

—¿"Idiota"?—_____ tomó un poco de agua entre sus manos para empezar a acercarse a Ray.

El azabache empezó a retroceder lentamente, notando el pequeño brillo travieso en los ojos de la albina.

—¿Que piensas hacer?—buscó con la mirada algo para defenderse o protegerse, pero era inútil.—_____, mira, podemos arreglar las cosas hablando o...

Ella le lanzó el agua, pero Ray lo esquivó a tiempo y corrió hacia ella para tomarla de las muñecas.

La hizo retroceder hasta la mesa y posó una mano en cada costado de ella, acorralándola para asegurarse de que no vuelva a intentar arrojarle agua.

—¡O-oye! ¿Que haces?—_____ intentó liberar sus muñecas, pero estaban atrapadas debajo de las manos de Ray.—Suéltame.

—¿Por que lo haría?—cuestionó él, formando una sonrisa arrogante—Fuiste tú la que empezó. 

—Lo sé, pero si alguien entra a la cocina y nos ve de esta manera seguro se formará un escándalo.

—¿Un escándalo?

Ray ladeó la cabeza ligeramente, con una expresión confundida que hizo a ____ rodar los ojos con impaciencia.

—Hay reglas y normas en este mundo ¿Si?—dijo ella, tratando de mirarlo a los ojos a pesar de lo nerviosa que empezaba a ponerle la cercanía del pelinegro—Un joven y una señorita no pueden estar solos en un lugar sin una carabina.

—¿Una...carabina?

_____ suspiró, intentando tener paciencia con Ray solo porque era de un mundo con diferentes costumbres. Tal vez debía darles clases de las normas básicas de este mundo a Emma y Ray o tal vez en algún momento podrían meterse en problemas.

—Una señorita...no puede estar a solas con un hombre a menos que esté comprometida con él. —explicó ella, tratando de liberar sus muñecas sin éxito.—Una...una carabina es una mujer de edad mayor que acompaña a las señoritas en su edad de cortejo.

—Eso no tiene sentido, Norman y tú pueden estar a solas.

—Yo soy su doncella real, es mi trabajo.

—Nunca te vi con una carabina.

—¡Nunca fue necesaria!—respondió ella—No hay hombres cortejandome, todos saben que nadie se interesaría en salir con la doncella maldita.

La verdad es que aquello no era totalmente cierto. Si hubieron hombres dispuestos a olvidarse de su titulo maldito, pero todos se interesaban en su apariencia o su conexión con el príncipe. No había amor, nunca lo hubo para esos pretendientes.

—No quiero hombres interesados en mi apariencia o mi amistad con el príncipe, quiero que alguien me corteje por amor. Por amor genuino.—dijo ella—Pero eso...es imposible para alguien que no puede asomarse por el pueblo sin que la gente le lance sus peores insultos.

El azabache arrugó un poco la nariz, forman una mueca de desagrado ante las palabras de _____. No entendía nada, las reglas de ese mundo eran muy complicadas.

En Serenize las cosas son más simples: los matrimonios eran arreglados por la reina, todos y cada uno. No existía el cortejo ni las "salidas", solo le dedicabas tu vida a ese alguien escogido para ti.

—Te quitas mucho crédito solo por un estúpido apodo.—dijo él—Creí que no te importaban los demás.

—Trato de ser yo misma, no cambiaré de opinión en eso.—respondió la albina, bajando la cabeza lentamente—Pero no puedo juzgar a los que siguen las normas de aqui. Y si las normas provocan que los hombres piensen que soy una mala candidata a pareja...

—Entonces ellos no valen la pena, copito.

Ray se inclinó un poco hacia ella, observando como sus pálidas mejillas se sonrosaban ligeramente. Su piel era tan blanca que el mínimo rastro de sonrojo podía notarse fácilmente, cosa que causó una ternura escondida en el azabache.

—Que el pueblo se vaya a la mierda. Tú tienes amigos y familia que te quieren.—dijo el joven—Me tienes a mi.

Él la miró firmemente, sosteniendo  sus ojos sobre los de ella como si se estuviera mostrando sincero. 

Las manos que antes atrapaban las muñecas de ____, se deslizaron suavemente hasta atrapar sus pálidas manos. Estaba tentándola, quien sabe si a propósito o sin querer, pero estaba tentándola peligrosamente. 

Y no solo a ella, tal vez y solo tal vez, también tentaba al destino.

Cuando menos se dieron cuenta, sus rostros quedaban escandalosamente cerca y sus respiraciones se hacían más lentas.

—Ray....—la albina trató de retroceder, pero la mesa detrás de ella no la dejaba y sus manos aún estaban atrapadas por las del azabache—Creo que deberíamos...

El pelinegro borró todo rastro de sonrisa en su rostro, quedándose a observar detenidamente a la fémina. Atento a sus palabras, curioso de lo que ____ diría estando a centímetros de él.

—¿Deberíamos...?—susurró él.

Sin querer, el chico dejó de mirar los ojos de ____ solo para bajar unos cuantos centímetros y clavar su mirada en los labios de la fémina. Rosáceos, delicados, tentadores; era la primera vez que sentía algo así.

Varios pasos se escucharon acercarse rápidamente, alertando a _____ y sus reflejos.

—¿Quien está-

Ray ni siquiera terminó de formular su pregunta cuando su cabeza fue chocada con la de la albina.

—¡Que carajos...!—por reflejo, llevó ambas manos—¡¿Por que hiciste eso?!

—¡Que buen día para...!—alguien abrió las puertas bruscamente—¿Eh? ¿_____? ¿Ray?

—¡Oh, barbara!—_____ se acercó a saludarla  con un abrazo—¡Buenos días! ¿Vienen a preparar el desayuno de su alteza?

Varias empleadas del palacio habían llegado, pero una de ellas se abrió paso entre el grupo solo para mirar a ____ de pies a cabeza.

—¿Que hace él aquí?—preguntó la ama de llaves, volteando hacia el azabache—¿Ambos estaban solos?

_____ solo deseaba que la tierra la trague en ese momento. No quería que se armen rumores innecesarios por todo el palacio, pero la ama de llaves del palacio era una mujer chismosa y muy apegada a las reglas sociales.

Si esa mujer se escandalizaba cada vez que _____ no se comportaba como la sociedad indicaba, tal vez le de un infarto saber que la albina y Ray estaban a solas.

—Eh....verá...—___ trató de pensar en algo rápido.—¡Ray se golpeó la cabeza! S-si, eso, se golpeó la cabeza y solo le decía por donde quedaba la enfermería del palacio  ¿Hay algo de malo en eso?

La anciana frunció el ceño con desconfianza en el rostro, pero solo soltó un suspiro que indicaba solo una cosa: Habia caído en la mentira de ____.

—Si es grave, entonces llévalo a la enfermería y deja que el medico lo atienda.—ordenó la mujer.

—E-eh si, es buena idea.—la albina comenzó a darle empujones a Ray con la espalda—¡Hasta luego a todas, nos vemos después!

Caminaron hasta la puerta, entre susurros que suponían cosas equivocadas sobre lo que pasaba. Parecía que ____ tendría que lidiar con los rumores después.

—Agh, bien hecho Ray, ahora las sirvientas irán con los rumores por todo el palacio.—le dio una pequeña patada.—¿Tienes idea de lo problemático que es esto?

—Esta exagerando, copito.

—¡Claro que no!—exclamó ella.—Ya tengo una mala reputación en todo el reino, el palacio era el único lugar de paz ¿Okay?

Ray soltó un suspiro, poniendo la suficiente fuerza en sus pies para plantarse por un momento y provocar que ____ choque contra su espalda y deje de empujarlo.

Antes de darle la oportunidad a la albina de preguntar que pasaba con él, Ray solo tomó su muñeca y cambió de dirección.

—¿Qué haces?—cuestionó la peliblanca.

—Quieres un lugar tranquilo, ¿No?—dijo él, tomando la delantera del camino mientras casi arrastraba a la jovencita.

Cuando _____ se dio cuenta, ambos habían llegado a la biblioteca del palacio.

Ray soltó su muñeca mientras le abría la puerta y la dejaba entrar primero. 

—¿Este no es el lugar más tranquilo?—dijo él, cerrando la puerta cuidadosamente detrás de él—Sin ruido, sin mucha gente, sin distracciones...solo paz y silencio. 

—Bueno...tienes razón, pero...

—¿Pero...?—él rodó los ojos y empezó a caminar—Si quieres puedes regresar, no te obligaré.

_____ frunció el ceño, ofendida por el hecho de su amigo que la creía capaz de abandonar la oportunidad de disfrutar su tiempo libre en la biblioteca.

—¿Regresar? Yo no dije que regresaría, cíclope.

Pero claro que él no sabia que ____ amaba la biblioteca del palacio, el único lugar donde realmente se sentía tan pequeña como una hormiga en medio de esos enormes pasillos y gigantes estanterías que hacían desaparecer sus preocupaciones diarias.

Conocía la biblioteca real como la palma de su mano. Además, aqui no importaba que ambos estén a solas porque nadie entraba a la biblioteca además de ellos.

Asi que buscó un libro y en cuanto encontró el ideal, se acercó a Ray para sentarse a su lado.

"Océano, criaturas y leyendas"—Ray alzó una ceja al leer el titulo del libro que había tomado su amiga—¿Estas segura que quieres leerlo?

—¿Por que lo dices?

—Porque la ultima vez que leíste sobre una criatura marina, cerraste el libro porque te asustó su dibujo.

______ miró la portada del viejo libro, comenzando a dudar en abrirlo.

Pero luego alzó la mirada hacia Ray, ¿No era él una criatura del mar como las de ese libro? ¿No era el dichoso príncipe de un reino bajo el océano?

—Yo...—la fémina de nieve bajó un poco la mirada—Quiero saber más sobre el océano y sus criaturas, quiero...entenderte a ti y a Emma. Quiero superar este miedo por ustedes.

—¿Superar tu miedo?

—¡Si!—respondió ella, con un pequeño brillo en su mirar. Parecía muy decidida.—Prometo que algún día superaré esto, por ustedes.

Algo en el pecho de Ray golpeteó con fuerza al escuchar esas palabras, el corazón que presumiblemente estaba congelado para las sirenas ahora palpitaba nerviosamente dentro de él.

El azabache se sentía más humano que nunca y todo por la chica que estaba frente a él.

Y aunque había notado que últimamente actuaba extraño cuando estaba ella, siempre trató de ignorarlo porque sabia que sea lo que sea...nunca podría tratarse de amor. 

Porque una criatura nunca se enamoraría de un humano.

Porque ambas especies nunca se debían mezclar.

Porque, para empezar, Ray no conocía el amor romántico como tal y no deseaba que un sentimiento tan destructivo y complicado interfiera con su plan.

—¿Ray?—llamó ella, por tercera vez, sacando al azabache de sus pensamientos—¿Pasó algo?

—N-no, estoy bien.—respondió vagamente.

La miró a los ojos en un intento de comprobar si eso causaba algo en él, en un intento de saber si realmente era posible el hecho de que estuviera desarrollando sentimientos por esa humana.

—¿Seguro que te sientes bien?—preguntó ella, ladeando la cabeza.

Después de dudar un poco, ella solo le sonrió y continuó con su lectura.

En el mismo instante en que _____ le sonrió de esa forma y él sintió su cosquilleo de felicidad dentro de él, Ray supo que estaba perdido.

—____...—intentó alejarse, como una forma de negar su reciente descubrimiento. 

Si se alejaba de ella, tal vez podía desaparecer el rastro de sus sentimientos floreciendo. Si podía alejarse de _____ un tiempo, tal vez podía arrancar esa flor.

—¿Hm?—ella volteó, esperando a escuchar lo que sea que Ray tenga para decirle.

—Regresaré a Serenize por unos días.—dijo el azabache.

ღ࿐*:・゚ ¡Hihi! Aqui su escritora después de desaparecer por meses, espero que les haya gustado el cap ♡ ♡ ♡ (Wattpad y sus politicas me cambiaron los horarios, pero ustedes tranqui porque este libro no incumple nada)

୨୧࿐*:・゚ La imagen de multimedia es una referencia para que se imaginen el reino de Neverland, es lo más parecido que encontré JKASSJK La otra imagen del templo lo hice con Ia, me gustó el resultado y lo coloqué.

౨ৎ࿐*:・゚ Gracias por leer este capitulo y perdonen las faltas ortográficas (a veces mi mente es mas rápida que mi mano cuando escribo TT ) No saben cuanto agradezco la paciencia que me tienen, los amo demasiado ♥

ꕤ࿐*:・゚ Eso fue todo por hoy, cuídense, no olviden tomar agua y alimentarse bien para aguantar la vida y la escuela. No olviden que su salud mental está primero, bye bye ♡♡♡

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「PRÓXIMO CAPITULO」

•| 『𝑪𝒂𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 』|•

—¿Encontrar...una prometida?—Ray retrocedió—No voy a casarme.

—Oh, puedes apostar a que lo harás.—respondió su madre—Encontrarás una esposa para ti antes de que tu hermana se convierta en reina, creo que ya es la hora.

—¡Pensé que habías aceptado que yo viviría en el mundo humano!

—Eso no significa que vivas soltero toda tu vida.

Ray no quería un compromiso, no deseaba que algo lo encadene a Serenize. Trató de pensar en alguna excusa para posponer la decisión de su madre, pero alguien habló antes que él.

—¡Ray ya tiene una prometida en mente!—exclamó Emma. Tanto sus hermanos como Isabella voltearon a verla con una expresión de confusión.






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