〖𝑪𝒂𝒛𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔〗
꧁ 〔 ⅫⅠ 〕 ꧂
"𝑃𝑜𝑟𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑚𝑎𝑟 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑠𝑖𝑔𝑛𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎 𝑡𝑒𝑚𝑒𝑟...𝑦 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛 𝑠𝑖𝑔𝑛𝑖𝑓𝑖𝑐𝑎 𝑎𝑟𝑟𝑖𝑒𝑠𝑔𝑎𝑟𝑠𝑒."
En Serenize, el amor es mal visto.
El amor volvía vulnerables a las sirenas y las arriesgaba a dar lo más preciado para su raza: Su corazón.
El corazón de una sirena es una de las fuentes más poderosas de magia, sin embargo, está muerto sin amor.
Asi que Ray sabía que estaba perdido si terminaba enamorándose, en especial si se trataba de una humana.
En el mismo instante en que _____ le sonrió de esa forma y él sintió su cosquilleo de felicidad dentro de él, Ray supo que estaba perdido.
—____...—intentó alejarse, como una forma de negar su reciente descubrimiento.
Si se alejaba de ella, tal vez podía desaparecer el rastro de sus sentimientos floreciendo. Si podía alejarse de _____ un tiempo, tal vez podría arrancar esa flor.
—¿Hm?—ella volteó, esperando a escuchar lo que sea que Ray tenga para decirle.
—Regresaré a Serenize por unos días.—dijo el azabache.
____ se desconcertó de inmediato por aquello. Ray simplemente había caído con ese aviso como si hubiera soltado un balde con agua encima de ella.
Y aunque trató de entender la mirada preocupada de su amigo, no supo descifrar la razón.
—¿Q-que?—la albina dejó el libro a un lado—¿Por que dices eso de repente?
—El cumpleaños de Emma es pasado mañana y pensábamos regresar con nuestra familia por una semana. Partiremos antes de que anochezca.—explicó el azabache, más como una excusa que podía utilizar porque era verdad.—Regresaremos a Neverland después de eso, no será por siempre.
—Oh...era solo eso.—la joven de nieve solo bajó la mirada unos segundos, luego miró a Ray cuando terminó de procesar sus palabras—¡¿El cumpleaños de Emma es pasado mañana?!
—Eh...si, pero- —fue interrumpido por un pequeño golpe de su amiga—¡Auch! ¡¿Por qué haces eso-
—¡Por no decirlo antes!
—Oh, perdóname.—respondió él, en tono sarcástico—Entre la bestia aulladora y el veneno matándome, el cumpleaños de Emma era lo primero en lo que pensaba antes de morir.
____ rodó los ojos, tomando su libro y poniéndose de pie para irse.
—Eres increíble.
—Lo sé.
—¡No lo decía en serio!
Casi como un reflejo, el azabache estaba casi preparado para levantarse e ir tras ella, pero al darse cuenta de aquello, solo frunció el ceño y decidió controlar su impulso de seguirla.
¿Desde cuando actuaba así por una simple humana?
¿Qué tenia ella de atrayente? ¿Por qué se sentía como si estuviera haciendo cosas inconscientemente solo por ella?
Ray sentía que si se hacían más cercanos, todo su plan se iría a la mierda.
No debía pasar más tiempo con ella, de lo contrario sus sentimientos podrían volverse más fuerte...y eso era lo ultimo que él quería.
Enamorarse de ____ solo le traería problemas.
Pero de pronto escuchó los pasos de la albina regresar rápidamente.
—¿Eh?—Ray sintió como ella tomaba de su mano y lo obligaba a levantarse e irse con ella—¡Oye!
—¡Shh!—susurró la peliblanca en respuesta—¡Nos podrían escuchar!
La albina lo arrastró hasta el borde del pasillo y le hizo una señal para que no haga un solo ruido.
Y Ray no entendía que pasaba, así que se asomó junto a ella a ver el pasillo principal solo para notar que no había nadie.
—¿Que estás haciendo?—preguntó él en un susurro.
—Nous y Nouma.—respondió vagamente la albina—Están aquí, podrían vernos juntos y Nouma es una gran chismosa.
—No entiendo de lo que hablas.
De pronto Ray alcanzó a escuchar un par de voces acercándose, parecía que esas personas estaban en un pasillo cercano.
—¡Por aquí!—exclamó ella, en un susurro.
El azabache fue arrastrado nuevamente, solo que esta vez se dirigieron al segundo nivel de la biblioteca. Se escabulleron silenciosamente por los escalones de marfil y apegaron sus espaldas a los libreros.
Desde arriba se podía observar a dos personas, ambos con un uniforme enteramente blanco y el hombre llevando un maletín.
—¿Quienes...?
—El medico del palacio y su enfermera.—respondió la albina, en un susurro.
—¿Haces un escándalo por eso?
—No quiero que se repita lo de la cocina ¿Okay?—____ soltó un suspiro suavemente—Ahora mismo las demás sirvientas seguro están inventando rumores sobre nosotros y no soportaría que alguien más nos viera y-
—¿Que haremos ahora?—cuestionó la mujer del primer piso.—Fallamos en la orden que nos dieron, esto es un desastre.
—¿Y?—preguntó Ray, centrándose solo en su conversación con ____—Termina lo que ibas a decir.
—Solo no quiero que los demás se hagan ideas erróneas sobre nosotros.—respondió la peliblanca.
—¿Desastre? ¡Desastre es no saber como diablos se recuperó ese estúpido príncipe!—respondió el contrario, un hombre alto y de la misma tez morena que su acompañante—Estoy seguro de que fui muy cuidadoso con el maldito veneno.
La atención de ambos fue desviada por las palabras de Nous, el dichoso medico real de la familia.
Tanto ____ como Ray se miraron mutuamente antes de decidir agacharse y no hacer ningún ruido para seguir escuchando.
—Si hubieras sido cuidadoso, no estaríamos teniendo esta conversación.—respondió Nouma.
—¡¿Insinúas que todo esto es mi culpa?!
—No lo insinúo, te lo estoy diciendo de frente: ¡Todo esto es tu maldita culpa, Nous!—exclamó la enfermera.—Teníamos una sola misión y fallamos.
—No es mi culpa, pensé que el príncipe había caído enfermo de nuevo y resulta que solo había escapado.—se justificó el hombre—Ahora que está de regreso, podemos intentarlo de nuevo.
Ray sintió como algo apretaba su mano con fuerza y bajó la mirada, encontrándose con la mano de ___ aún tomando de la suya.
Sintió un pequeño cosquilleo en su mano que se extendió por todo su cuerpo hasta llegar al corazón y hacerlo palpitar con emoción, provocando vergüenza en él.
—Ten por seguro que si volvemos a fallar, el rey nos mandará a la horca.—Nouma chasqueó la lengua con molestia y le dio un pequeño empujón al contrario.—¡Esto no es un juego, Nous! ¡¿Que no aprendiste nada desde La caza de estrellas?!
¿"La caza de estrellas"? ¿A que se refería aquella mujer?
______ se acercó a asomarse por el la baranda y ver a través de este, sin embargo, estornudó sin querer.
—¡Achú!—____ se tapó la boca y la nariz, pero ya era demasiado tarde.
—¿Eh?—Nouma volteó—¿Escuchaste eso?
—Si...—Nous miró a su alrededor—Parece que viene del segundo nivel...
—Dijiste que este lugar siempre está vacío.
—¡Porque es cierto!—respondió Nous.
Ambos observaron el segundo nivel de la biblioteca, desde abajo no se podía ver casi nada y por eso ambos decidieron ir a investigar en silencio.
—Estuvo cerca...—_____ alzó la mirada, encontrándose con el rostro de Ray demasiado cerca.
El azabache había reaccionado a tiempo para jalar de su mano y atraerla hacia él como un reflejo para ocultarla.
—Ray...¿Me podrías soltar?—susurró la albina, sintiendo sus mejillas arder contra el pecho del azabache. Incluso podía escuchar su corazón latir con rapidez—Oye...tu corazón golpea muy fuerte, ¿Te sientes bien?
En vez de solo soltarla, él la empujó al darse cuenta de que la estaba abrazando.
Pero ___ no tuvo tiempo de regañarlo, porque escuchó los pasos de Nous y Nouma subiendo las escaleras.
—Tenemos que escapar de aquí...—comenzó a buscar algo entre los estantes llenos de libros.
—____, a menos que tu plan sea tirarte por el balcón y salir corriendo, no se como piensas que huiremos de aquí.—Ray suspiró—¿Que piens-
—¡Lo tengo!—la albina se levantó del suelo, tomando rápidamente la mano de Ray mientras su otra mano inclinaba un libro del estante.
Ray casi suelta un grito del susto que le dio ver la pared girar en si misma y empujarlos hacia dentro casi automáticamente.
Ambos cayeron al otro lado del estantería de libros, uno sobre otro por accidente.
—¡Auch!—se quejó la peliblanca, abriendo los ojos después del gran golpe que había dado su cabeza contra el suelo—Eso si dolió...
Ray se quedó en silencio, sosteniendo su propio cuerpo con ambas manos para no aplastar a _____.
¿Por qué siempre terminaban en ese tipo de posiciones? ¿Por qué siempre con esa chica?
—¿Ray?—llamó ella, sin entender por qué él no se quitaba de encima.
El azabache, ignorándola por completo, dejó caer su cabeza sobre el hombro de _____ y desde ahí soltó un suspiro que terminó erizandola por completo.
—¿Q-que haces?
—____...—llamó él, en voz baja. Por un momento, su voz pareció temblar en medio del tono suave—Deja de...hacerme esto.
Las mejillas de la albina ardieron, mientras ella no entendía la razón concreta.
Tal vez por la cercanía con Ray, que le permitía sentir su aliento golpeando su piel, o su voz malditamente atractiva que le producía un cosquilleo en la oreja, pero definitivamente había algo que la ponía estúpidamente nerviosa.
Sin entender a que se refería y tratando de cortar el momento, la albina trató de apartarlo pero Ray se le adelantó.
Sentado en el suelo, a su lado, el azabache clavó su mirada en la nada.
—¿Te sientes bien?—preguntó ella, desconcertada por la expresión perdida de su amigo.
Ray no dijo nada, pero asintió vagamente con la cabeza hasta que sintió un peso sobre su hombro.
Estaba por girar, pero otro peso llegó a su cabeza, luego a su otro hombro y pronto se dio cuenta que varios búhos estaban posándose sobre él como si lo consideraran su árbol.
—Tu gaviota tiene la culpa.
—No culpes a Killow de tu mala suerte con los animales.—respondió ella, acercándose a ayudarlo.
De pronto, escucharon pasos acercandose y las voces de Nous junto a Nouma quejándose.
La albina corrió rápidamente hacia la entrada, apegándose al estante para escuchar mejor.
—Tal vez solo fue tu imaginación, Nouma.
—Si fuera mi imaginación ¿Por qué tu también lo escuchaste?—cuestionó la enfermera.
—No hay nadie aquí, seguro son esos búhos del palacio rondando de nuevo.—respondió el contrario,
—Te creeré cuando vea a un búho estornudar.
Ray observó como la fémina estaba a punto de arruinar las cosas de nuevo a punto de estornudar.
—Por todos los mares, debe ser una maldita broma.—susurró él, sin ver más remedio que acercarse y tapar la boca junto a la nariz de su amiga.—Quédate quieta, podrías terminar delatándonos.
_____ no le quedó otra más que asentir con la cabeza.
Después de unos segundos, ____ pudo estornudar sin problema alguno y ambos se sintieron aliviados por no ser descubiertos.
—Agh...esto es un desastre, el medico real está cometiendo traición a la corona.—la albina se dejó caer al suelo, suspirando pesadamente—Tendré que encargarme de esto más tarde...
Ray pareció haber notado como la mirada de la fémina se ensombrecía unos segundos antes de volver a su habitual expresión.
Parecía que le era fácil ocultarlo que sea que la esté atormentando por dentro, pero no se atrevió a preguntar.
—¿Donde...estamos?—cuestionó él, recorriendo el lugar lentamente con la mirada. Habían decenas de búhos observándolos, llegando a ser escalofriante para el azabache.
El lugar era algo oscuro, a excepción de la luz que se filtraban por pequeñas ventanas en la parte más alta de una pared.
—En uno de los criaderos de búhos.—explicó _____—Hay búhos por todo el palacio, los crían en habitaciones como esta desde hace generaciones.
Ray se levantó del suelo y empezó a rondar por la habitación para observar mejor los nidos y los búhos a su alrededor.
Eran de diferentes razas y tamaños, algo impresionante considerando que seguramente estaba en un criadero de cientos que podrían haber escondidos en todo el palacio.
—¿Cómo sabias entrar aquí?
—Ah...eso es fácil.—____ suspiró, mientras abrazaba a uno de los búhos y lo acariciaba sin problema alguno—Los sirvientes más confiables del palacio saben de estos lugares, porque también sirven como refugios secretos.
—Supongo que ahora debo guardar el secreto o Norman me decapitará.—Ray sintió que otro búho se posaba en su cabeza y _____ lo bajaba rápidamente, pero el ave volvía.
—Norman no es ese tipo de persona.—se levantó del suelo para ayudarlo.—Y se que suena subjetivo porque crecí con él, pero se que él es una gran persona en el fondo.
Mientras caminaban, los búhos se le pegaban a Ray y la jovencita de nieve los quitaba amablemente entre risas.
—Te recuerdo que él tiene en mente un plan para separar ambos mundos para siempre.
—Eso no lo hace alguien malo.—dijo _____—Se que Norman solo quiere mantenernos protegidos y él solo encontró la forma más rápida y pacifica para hacerlo.
Ray soltó un suspiro, no podía decir que no lo entendía, porque claro que comprendía el plan de Norman. Comprendía sus razones y posibles motivos que lo llevaron a tomar esa decisión.
Pero pensar en nunca más ver el mundo humano, por alguna razón le provocaba un dolor en el pecho de miedo.
—¿Pensaste en que nunca más nos verías a Emma y a mi?
____ se quedó en silencio unos segundos, bajando la mirada. Por un momento, Ray notó como la jovencita apretaba sus puños contra la falda como una especie de frustración descargada.
—Es por eso que...estoy en contra de ese plan.—dijo ella—Incluso antes de conocerlos siempre estuve en contra de separar ambos mundos.
Por un momento, _____ deja de apretar sus puños y lleva una de sus manos al collar que lleva sobre el pecho.
Sus dedos se frotan contra el cristal con suavidad, como una pequeña costumbre que parecía tener ella.
—Se que ambos mundos no son diferentes al final del día.
Casi por un instinto, Ray extendió la mano hacia ella y luego...
Un búho entró desde una de las ventanas y lo derribó con fuerza.
—¡¿Killow?!—_____se acercó a cargar a su búho—Si estas aquí significa que...
La albina suspiró con cansancio y se dirigió al estante por donde entraron.
Ray la siguió, observando como la albina jalaba una palanca en la espalda del librero.
Amos jóvenes y el búho fueron expulsados al otro lado con el giro del estante, esta vez ____ cayó sobre Ray como un amortiguador.
—¡Oye!
—¡Lo siento!—se levantó rápidamente, mientras veía alrededor por si Nous y Nouma seguían ahí.—Killow, inspección.
Fue como si una palabra de ____ fuera suficiente para que el ave entendiera lo que debía hacer. Killow voló por rapidamente por toda la biblioteca y regresó en cuanto vio que todo el lugar estaba despejado.
_____ y Ray pudieron salir con tranquilidad de la biblioteca.
—¿Ahora a donde vamos?
—A tu habitación, parece que los gemelos despertaron.
—¡¿Como que no tenemos permitir salir?!—cuestionó Hyuk, alterado por la restricción—¡Hyun, haz lo tuyo!
—No voy a disparar dardos a la guardia real...¿Si te das cuenta que es como condenarnos a muerte?
—Si siguen gritando de ese modo, los voy a congelar y no es broma.—advirtió Subaru, medio moribundo desde su cama.—¡Déjenme dormir!
_____ observó la escena a cada vez más cerca a medida que caminaba por el pasillo hasta llegar con Ray junto a ella.
—¡No se vale!—exclamó Hyuk—¡¿A él si lo dejan irse?!
—Él es parte de la guardia personal del príncipe.—respondió uno de los guardias con firmeza, Oliver en especifico.—Y recibimos ordenes estrictas de la doncella.
Hyuk rápidamente volteó fulminante hacia _____, pero la fémina le devolvió una mirada igual de afilada para avanzar hacia él.
—Hyuk-joon, estas en un palacio ¿Podrías comportarte?
—¡Pero-
—Solo traje guardias para protegerlos mientras dormían. Las ordenes de no dejarlos salir se los di yo porque aún no conocen el lugar y la gente de aquí los podría tratar como intrusos si los ven caminando libremente por el pasillo.
Ray se impresionó por la rapidez con la que ____ había manejado las cosas y la forma en la que parecía controlar a Hyuk-joon a pesar de que ella realmente no imponía mucha autoridad.
—¿Feliz con eso?—preguntó la albina.
—Perdone a mi hermano.—dijo Hyun—En ocasiones es demasiado...explosivo.
La albina sentía que entrenar al par de pelirrojos sería mucho más difícil que a Subaru y Ray.
—Bueno...ya que despertaron, sería de utilidad que empecemos con su entrenamiento.
Ambos pelirrojos se observaron entre si antes de ver como ____ les hacia una seña con la mano para que la sigan.
Y ambos obedecieron, porque de alguna manera aquella doncella les empezaba a dar miedo.
Ray debatió en su mente si realmente debía seguirlos o quedarse en su habitación. Pensó que era una buena oportunidad para intentar alejarse poco a poco de ______, pero la curiosidad de lo que haría la albina empezaba a gritarle que vaya tras ella.
¿Y si alguno de los pelirrojos intentaba algo? ¿Y si...?
—Un momento, ¿En que pienso?—sacudió su propia cabeza—Ya es suficiente de esta estupidez. No voy a seguirla.
Ray decidió que era suficiente, que ya no iba a empeorar su estado tan vulnerable hacia _____.
Porque de alguna manera ella lo volvía vulnerable y eso lo aterraba.
Se supone que su raza era conocida por carecer de sentimientos y emociones, se supone que las sirenas y tritones tenían el corazón congelado al igual que cada centímetro de su cuerpo.
Se supone que su raza estaba hecha para llegar a ser tan fríos, crueles y despiadados como el océano, entonces ¿Qué le estaba pasando?
¿Acaso esto era producto de permanecer demasiado tiempo en su forma humana?
—Agh...esto es un desastre.—entró a su habitación y decidió descansar un poco para despejar su mente.
—¿A donde vamos?—preguntó Hyuk.
—Al centro de entrenamientos, es donde se preparan los soldados para servir a Neverland.—explicó la albina, entregándole su libro a Killow para que lo lleve a su habitación—Pero...ustedes recibirán entrenamiento especial porque serán parte de la guardia real del príncipe.
—Eh...señorita _____...—Hyun se acercó, hablando en un tono bajo y mucho más cohibido que su hermano—De hecho, no soy nada bueno con este tipo de cosas.
—Que mentira, recuerda que tuvimos una persecución.
—Y usted ganó por mucho.—respondió el de lentes.
—Es cierto, mi hermano solo sirve para escapar....y a veces hasta eso hace mal.
____ rodó los ojos con impaciencia, no sabia que esperar exactamente de ellos en campo de batalla.
Eran muy diferentes a Subaru, quien ya tenía una formación previa debido a que era hijo de unos nobles. Incluso Ray, siendo un tritón con poca experiencia en tierra firme, tenia mejor disciplina que el par de pelirrojos.
—Bueno...para ustedes tengo más ayuda.—_____ extendió la mano hacia el escuadrón de guardias que los habian seguido.—Él es Oliver, la mano derecha del capitán general.
El joven peliblanco dio unos pasos al frente, con la postura tan firme como su expresión. Parecía ser un caballero, debido a las partes de armadura en su vestimenta, pero era sobretodo un soldado con más experiencia.
—Bueno, adoro los retos.—Hyuk tronó sus puños uno contra el otro—¿Con que empezamos?
Hyun solo rezó internamente no morir en medio los ejercicios.
Ninguno de los gemelos se esperaba que _____ liderara el entrenamiento, mucho menos que ella pareciera ser alguien con tanta autoridad como para tener bajo sus ordenes al vice capitán de la guardia real del reino.
Pasó una hora, luego dos, luego tres y con eso fue suficiente para que los gemelos se dieran cuenta de que parecían estar pagando algún pecado mientras la doncella de nieve los miraba con la sonrisa más inocente que habían visto.
—De nuevo.—ordenó la albina.
—¡¿De nuevo?!—Hyuk estaba a punto de reclamar, pero escuchó a su hermano desmayarse justo a su lado—¡Mira lo que pasó con él!
______ suspiró, mirando de soslayo como dos soldados se llevaban a Hyun como un saco de papas. Realmente era un milagro que se mantuviera de pie hasta ahora.
Agitando la mano levemente, ordenó que lleven al pelirrojo menor a la enfermería y finalmente se acercó a Hyuk con paso fuerte hasta quedar frente a él.
—Tu tienes mejor resistencia que él, ¿Verdad?—cuestionó ella—¿Crees que puedes seguir entrenando o te rendirás?
—Rendir no es una palabra que use en mi vocabulario.
—Parece que lo usarás a partir de ahora.—____ apuntó con la mirada al resto del escuadrón.
Hyuk no se molestó en voltear, sabía lo que la albina quería mostrarle.
Cada soldado estaba acostumbrado a los entrenamientos y estaban en perfectas condiciones, en cambio, él estaba casi deshecho y prácticamente se mantenía de pie a base de orgullo y terquedad.
Hyuk había sido solo un mercenario toda su vida, no iba a perder la oportunidad de vivir en el palacio y no importaba si sacrificaba su alma en el entrenamiento. Él no iba a perder ante los demás, mucho menos ante esa chica.
—Bien, algo más antes de admitirte como un soldado.—____ sonrió antes de retroceder un poco y alzar el brazo.
Oliver le lanzó una espada de la manera más precisa para que llegue a la mano de _____ y ella pueda atraparla.
Con la espada en mano, ella empezó a retroceder y todos los demás soldados se apartaron.
—¿Eh?—Hyuk no entendía lo que pasaba—¿Que están...?
Oliver se acercó a él con una espada más y se la entregó.
—Toma.—dicho esto, le dio un par de golpes en la espalda—Suerte con ella.
Hyuk sonrió incrédulo, ¿En serio se iba a enfrentar con ella?
Un golpe en la cabeza era suerte, tener una daga escondida en la almohada era trampa, esa chica no sabía de combate directo ni con quien se metía.
El escuadrón que había retrocedido, rodeando a ambos contrincantes entre susurros y miradas temerosas esperando a ver el duelo.
—¡Te lo advierto, preciosa, no seré amable solo porque eres una dama!
La albina rodó los ojos y solo se colocó en posición inicial, notó como Hyuk ni siquiera se molestaba en imitarla.
—Pareces confiado.
—Estoy seguro que tu fase valiente en el bosque fue solo porque estabas con tus amigos.—dijo él—Ahora somos uno contra uno, bella dama.
—¿Empiezas tú?
—Las damas primero.
_____ respiró hondo y solo concentró sus próximos movimientos antes de correr hacia él para atacar y lanzar la hoja hacia adelante.
Apuntaba sin temor directo a su corazón, era un tirar a matar.
Hyuk lo esquivó con facilidad saltando fuera de su camino y luego golpeó su espalda para hacerla caer.
Justo en ese momento, y como si ella hubiera recibido ese golpe de Hyuk a propósito, _____ rueda en pequeñas volteretas en el suelo antes de levantarse nuevamente y esquivar un golpe en la cabeza.
—Eres buena esquivando.—dijo el pelirrojo, sin embargo, no obtuvo más respuesta que un destello malévolo en los ojos de la albina antes de lanzar su peso en el siguiente golpe hacia el lado izquierdo de Hyuk.
Hyuk estuvo a punto de esquivarla, hasta que ella giró sobre si misma en dirección contraria tan rápido que el golpe llegó desde el otro lado.
El pelirrojo sintió como la hoja de la espada cortaba al lado de su torso y perdió el equilibrio suficiente para caer.
_____ no esperó un segundo y alzó la espada en el aire para dejarlo caer con toda su fuerza sobre él, viendo como el chico luchaba por levantar su espada lo suficientemente rápido y bloquear el ataque.
Habia sido inesperado, demasiado rápido, casi como un destello que Hyuk no pudo procesar hasta ahora mientras luchaba por mantener su espada firme y no dejar que ______ siga avanzando ni darle la oportunidad de rebanarlo por la mitad.
Se supone que ella no tenía la fuerza suficiente para competir contra él, ¿Por que le estaba ganando en un ataque tan básico y directo?
—______, es suficiente.—ordenó una voz.
Aquello fue suficiente para que ____ levantara su espada con suavidad y luego hiciera una reverencia ante su superior.
Un soldado se abrió paso entre el escuadrón y se acercó a ella para quitarle la espada con amabilidad.
—¿Planeabas matarlo?
_____ no respondió, solo se acercó a ofrecerle la mano a Hyuk para ayudarlo a levantarse.
—Supongo que ninguno ganó.—la albina bajó un poco la mirada, observando el corte que le había provocado a Hyuk—Te acompañaré a la enfermería.
Todos observaron como el pelirrojo se quedaba observándola con una expresión embobada.
—Eh...¿Te sientes bien?—preguntó ella.
El contrario solo empezó a balbucear entre susurros que nadie entendió.
—Lo lamento, ella es algo intensa cuando le dan una espada.—se disculpó el mayor—¿Me recuerdas? Soy Kazuma, capitán de la guardia real y tu superior a partir de ahora.
El adulto le sonrió amigablemente, lo que a Hyuk le importó muy poco a diferencia de saber como diablos una chica como ____ le había ganado un maldito duelo de uno contra uno.
—¿Donde aprendiste esos movimientos?—preguntó el pelirrojo.
—Es un secreto.—respondió la contraria, sin rondar más en el tema, entregándole la espada a Oliver—Ahora tenemos que ir con Hyun-joon, asi que será mejor que camines.
_____ se despidió de los soldados con una sonrisa, mientras los jóvenes se inclinaban ante ella en respuesta.
Al observar aquello, Hyuk se intrigó aún más por la doncella.
La siguió por los pasillos del palacio, notando que la fémina no decía una sola palabra
—Las mujeres en Neverland no suelen ser como tú.—comentó él—¿Vienes del extranjero? ¿Donde aprendiste a pelear?
—Fui criada por los mejores soldados de Neverland, uno de ellos fue mi padre.—respondió _____—El otro es Kazuma, lo conoces, es mi padre adoptivo.
—Se que eso explica mucho...pero no todo.
—Nací y crecí en Neverland, por si eso te preguntabas.
—No cumples el estándar de una chica de Neverland.—dijo Hyuk—Estoy seguro de que otras doncellas jamás se atreverían a desenvainar una espada en su vida, es interesante que tu si.
______ suspiró, intentando que su paciencia no se agote tan rápido.
—Eres una doncella peculiar.
La albina aceleró su paso para no tener que seguir escuchando al pelirrojo, pero parecía que a él aún le quedaban energías a pesar del reciente entrenamiento.
En cuanto llegaron a la enfermería, se encontraron a Hyun-joon siendo atendido por Nouma.
—El tocar la puerta antes no le vendría mal, lady _____.—dijo la mujer, un poco irritada.
La albina miró de pies a cabeza a la enfermera con una pequeña ira que intentaba contener hasta que llegó el doctor.
—¡Lady _____! Que sorpresa verla.—exclamó Nous animadamente, mientras entraba al lugar—¿Sucede algo?
—Nada...solo venía a ver a mi amigo.
—¿Este jovencito?—la mujer soltó una risa chillona antes de darle palmadas en la espalda a Hyun—¡Llegó muy pálido! Tal vez deban darle más de comer, está tan delgado como una rama en invierno.
Muy lejos de ser un halago, aquello puso un poco incomodo al pelirrojo.
—Eh...claro, me aseguraré de que cuide su alimentación.—_____ tomó la muñeca de su amigo y lo jaló hasta la puerta—Si me disculpan, yo me encargaré desde ahora.
—Oh...claro, claro; es todo tuyo.—respondió el doctor, con una sonrisa amigable—¡Recuerden que estamos aquí si necesitan ayuda!
—¡Claro, muchas gracias!—____ le dio empujones a ambos pelirrojos para que salgan rápidamente.
Después de cerrar la puerta, suspiró con pesadez y cerró los ojos por unos segundos.
Nous y Nouma siempre fueron amigables y sirvieron al palacio durante años...¿Por qué se convertían en traidores tan repentinamente?
Recordaba perfectamente las palabras de ese medico.
"—Estoy seguro de que fui muy cuidadoso con el maldito veneno."
Aquello explicaba mucho del porqué Norman, la ultima vez que se enfermó, no se recuperaba a pesar de tomar la medicina administrada por el medico. La dichosa medicina era, en realidad, veneno.
Y eso no era todo, Nous es el medico que atiende al rey James ¿Y si él tiene la culpa del estado tan frágil de su majestad?
—Veneno...—por un acto de reflejo, abrió los ojos y miró hacia Hyun-joon—Tú...¿No eres bueno con los venenos?
—Eh...s-si.—respondió el de lentes en un tono bajo.—De hecho...el veneno en los dardos lo creé yo.
—Perfecto.
El par de gemelos vio sonreír a la albina y ambos se preguntaron que era lo que pasaba por la mente de la doncella esta vez.
Por otro lado, en la habitación de ciertas doncellas, Emma se despertó con el ruido de leves golpes en la puerta.
—Eh...—se frotó los ojos en un intento de acostumbrarse a la iluminación que entraba desde la ventana.—¿Quien toca la puerta?
Después de un pequeño estiramiento de brazos, se levantó con dificultad y caminó hasta abrir la puerta.
La única persona que se encontró fue al príncipe albino, quien parecía sorprendido de haber sido recibido por Emma.
—¿Norman?—la ojiverde ladeó la cabeza, expresando su confusión—¿Que haces aquí?
—Yo...eh...solo buscaba a _____.—respondió él—¿Ella no está...o solo sigue enojada conmigo y no quiere verme?
La pelinaranja soltó una pequeña risa, negando con la cabeza.
—Creo que ella salió, no estaba aquí cuando desperté.
Norman bajó la mirada al escuchar aquello.
—Si te sirve de algo, creo que ella no está enojada.—dijo Emma.
—Eso espero...
—¿Fue tan grave?—preguntó la jovencita—Hablo de su discusión, se que no debería entrometerme...pero...
—Tranquila, de hecho discutimos sobre los gemelos.—sinceró el peliblanco.—Yo...solo quería aclarar las cosas, no quiero que ella piense que estoy enojado.
Al alzar la mirada hacia Emma, el albino se dio cuenta de que la pelinaranja lo observaba con una tierna sonrisa en el rostro.
Sus mejillas ardieron levemente por unos momentos.
—Es tan tierno que ambos se lleven tan bonito.—dijo ella—¿Siempre fueron tan cercanos?
Norman se quedó en silencio unos segundos, luego sonrió siendo contagiado por la pelinaranja.
—Siempre.—contestó él.—Desde que eramos niños.
Emma estaba por responder, pero un dolor punzante en su tobillo hizo que formara una mueca de dolor.
Norman bajó la mirada hacia el tobillo de su amiga, pensando en lo mucho que seguro le dolía después de haber ido a rescatar a _____ de los mercenarios en un estado así.
—Deberías descansar...
—Estoy bien, descuida.—respondió la contraria, restándole importancia al asunto.
—Claro que no, si sigues así podría empeorar.—el joven albino se apresuró a cargar a Emma hasta dejarla sentada sobre el borde de su cama.—Subaru podrá curarte con magia, hasta entonces no intentes levantarte de aquí.
—¡¿Eh?!
—Es una orden.—dijo él, para tratar de asegurarse de que Emma no lo desafíe.—Y si no funciona que te lo ordene como príncipe, entonces te lo pido como un amigo que no quiere que Ray lo mate.
—¿Ray? pfff...—comenzó reir como si aquello fuera imposible—Lo más probable es que me mate a mi por ser tan torpe.
—¿Torpe? Pero si salvaste la vida de Jemina.—respondió Norman, mientras se sentaba a su lado—Eso fue valiente, no torpe.
Algo en esas palabras removieron un cosquilleo en el pecho de la jovencita, provocándole una sonrisa inconscientemente.
—¿Sabes? Si te soy sincera, cuando me enteré de tu plan de separar ambos mundos...realmente pensé que eras alguien más frío y calculador.—dijo ella—Pero eres...eres alguien realmente amable y dulce, eso me alivia.
El príncipe no supo que decir en ese momento, su mente se enredó durante unos largos segundos mientras la jovencita de hebras atardecer le sonreía.
En el poco tiempo que llevaba conociéndola, pudo ver que Emma era realmente dulce y llena de calidez, lo más parecido a un sol que Norman había visto. Y el saber que ella lo consideraba una buena persona de alguna forma hacia feliz al príncipe.
—Yo...no voy a separar ambos mundos.—dijo el albino, bajando un poco la mirada—Decidí no seguir adelante con ese plan.
Los ojos de Emma se iluminaron en ese instante y tomó las manos de Norman sorpresivamente.
—¡¿En serio?!—preguntó ella, con una sonrisa—¡Promete que no es una broma!
—No es una broma, hablo muy en serio.—respondió el contrario—Será complicado, pero encontraré otra forma de que todos estén a salvo.
Emma soltó un chillido de felicidad y saltó a abrazarlo con una emoción desbordante.
—¡Eso es increíble, hay que decirle a los demás!
En ese momento, _____ entró junto al par de pelirrojos y todos se quedaron observando la escena.
—Eh...¿Alteza?
Lejos de que aquello se sienta vergonzoso, Emma se separó del abrazo e inmediatamente amplió su sonrisa viendo a la albina.
—¡_____!—trató de levantarse, pero el dolor en su tobillo se lo impidió y decidió quedarse sentada—¡A que no adivinas!
—¿Adivinar?—algo desconcertada, _____ se acercó a su amiga y miró de soslayo al príncipe unos segundos. No tenia idea de lo que pasaba.
—Norman cambió su plan de separar los mundos, ¡¿No es increíble?!
—Su alteza...¿Cambió el plan?
Eso era difícil de creer, Norman jamás cambiaba sus planes tan fácilmente.
¿Que lo había llevado a tomar esa decisión tan repentinamente?
—_____...—el peliblanco se puso de pie, tomando de su mano antes de mirarla a los ojos—¿Tienes un minuto? Necesito hablar contigo.
Intrigada, ____ solo asintió con la cabeza y siguió al príncipe hasta el pasillo. La puerta seguía abierta, asi que podían ver los rostros de sus amigos curiosos observando desde la habitación pero sabía que no podrían escuchar nada si hablaban en voz baja.
—¿Puedo saber que está pasando y como es que cambiaste de opinión tan repentinamente?—cuestionó la fémina.
Norman no supo por donde empezar, pero su mirada se desvió involuntariamente hacia cierta pelinaranja antes de responder.
—La verdad es que me estuve cuestionando este plan todo el tiempo que estuvimos en Goodwill Ridge.—sinceró él—Me preguntaba si realmente era lo mejor desde que conocí a Emma y Ray. Ellos...se que no son de nuestro mundo, pero arriesgaron su vida por nosotros y...
Al devolver su mirada hacia ____, Norman notó que ella empezaba a sonreír de manera ansiosa por seguir escuchando. Ella sabía que había ganado y que ella había tenido razón todo el tiempo.
—¿Y...?
—Y creo que tomé una decisión apresurada.—suspiró—Solo quería que todos estuvieran a salvo...pero eso no es algo que pueda controlar con un simple muro.
_____ sintió como el pequeño peso sobre sus hombros se desvanecía al escuchar las palabras del príncipe, parecía que al fin había entendido que un muro no resolvería nada cuando el caos podía nacer en cualquier lugar del mundo.
—Además...—añadió el albino—Creo que Emma y Ray ya son una parte fundamental del grupo que no me gustaría perder.
—Es tu forma de decir que les tomaste cariño, ¿Verdad?
El príncipe soltó una risa que delató su respuesta.
_____ estaba preparada para regresar a la habitación con los demás y saltar de emoción junto a la pelinaranja, pero Norman tomó su muñeca antes de eso.
—Sobre los gemelos...
—Creí que esa discusión nos había puesto de malas y no queríamos regresar a eso.—respondió la doncella, dejando salir un corto suspiro.
—No, en realidad quería...pedirte disculpas.—mencionó el contrario—No fue justo presionarte de esa manera cuando ni siquiera escuché tus razones de añadirlos al equipo, los únicos que deben demostrar que son confiables son ellos.
La mirada de ____ titubeó unos segundos antes de responder.
—De hecho...se que fue arriesgado, pero no tenía más opciones. Confié en mi intuición, pero debí tener en cuenta tu opinión antes de simplemente traerlos al palacio...
Norman negó con la cabeza, acercándose a abrazarla.
—____, tú eres la persona en quien más confío.—dijo él, en un tono suave que se reflejó en su mirada al separarse del abrazo—Además, si las cosas salen mal se que podremos manejar la situación juntos.
____ solo soltó una suave risa al sentirse de nuevo una niña, como cuando ella y Norman prometían enfrentar los problemas juntos. Las cosas no habían cambiado mucho, solo que ahora no eran un dúo.
Ahora eran todo un equipo y eso era más divertido.
El resto de la tarde, ____ se encargó de enseñarle a Emma todo lo que sabía sobre primeros auxilios y como tratar las heridas.
—Bueno, con eso podrás lidiar con muchas emergencias. —dijo la albina, guardando su bolso con las cosas para primeros auxilios—No soy un medico, pero saber esto es muy útil.
Emma observó su tobillo vendado, ya casi no le dolía. Era tedioso como su cuerpo se volvía tan frágil en su forma humana.
Los humanos tenían cuerpos débiles y vidas cortas, era curioso como a pesar de eso siempre estaban arriesgando su vida por diferentes motivos.
—¿Segura de que recordarás todo?—preguntó _____, sacando de sus pensamientos a la pelinaranja.
—¡Claro!—exclamó Emma en respuesta—Será fácil recordarlo, además, gracias a esto ya no me sentiré tan inútil en el equipo.
—¿Inútil?
—Bueno...Subaru sabe de magia y Norman es increíble armando planes o dirigiendo al grupo, mi hermano y tú son talentosos peleando.—mencionó la ojiverde, mientras bajaba un poco la mirada.—Incluso los gemelos son más útiles, en cambio, yo...no tengo alguna habilidad especial para ayudar en las misiones.
____ soltó una risa ante aquello.
—Creo que tú, sobre todas las personas, tienes una habilidad muy especial. Norman me contó como arriesgaste tu vida por Jemina.—aseguró la albina—Y creo que no lo recuerdas, pero fuiste tú la única que podía traer a Susan para completar el ritual y salvar la vida de Ray. Asi que siempre fuiste alguien importante para el equipo.
Con una mano, acarició el cabello de su amiga gentilmente y le dio un abrazo.
—Si vuelves a dudar de ti misma, siempre me tendrás a mi para recordarte la maravillosa persona que eres.
____ se separó del abrazo, satisfecha al ver que Emma habia recuperado su radiante sonrisa de siempre.
—Si aún quieres mejorar, puedo darte clases de combate.
—¡¿En serio?!—no fue un espejismo, los ojos de Emma se iluminaron al escuchar esas palabras.
—Bueno, tu entrenamiento será diferente al de los chicos...pero tendrás a la mejor maestra.
Por un momento, la mirada de Emma se enfocó en la vestimenta de la albina. Desde simple vista jamás se podría notar que llevaba dagas escondidas por todo su cuerpo.
Ella era diferente a los soldados de Neverland, ella solo peleaba cuando era necesario y tenia una diferente forma de enfrentarse a sus enemigos, pero de alguna manera parecía que solo se ocultaba.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Adelante.
_____ guardó su bolso en un cajón y lo cerró antes de dirigir su mirada hacia Emma.
—¿Por qué parece que siempre intentas ocultar tus habilidades de pelea?
—Oh...eso...
Era la primera vez que se lo preguntaban, pero tenía sentido cuando recordaba que Emma no estaba familiarizada con las costumbres de Neverland.
—Es solo por las costumbres antiguas de este lugar. Las mujeres en este reino no suelen pelear, es un escándalo ver a una señorita con un arma.—explicó la albina—La mayoría piensa que eso es solo para hombres.
—Pero tú peleas y...y eres muy buena en eso.—dijo Emma, sin terminar de entender.—¿Nadie dice nada porque eres la hija del capitán?
Si tan solo eso fuera suficiente, sería maravilloso.
Pero las únicas personas que sabían sobre sus habilidades eran muy pocas y lo mantenían todo en secreto por ella, por no arriesgar más su reputación en el reino.
—En realidad....solo ustedes, el escuadrón de Kazuma y él lo saben.—respondió la albina—Oh, el rey también lo sabe, por eso eso me asignó como guardia personal del príncipe hace muchos años.
Esperó unos segundos a que Emma se diera cuenta de lo que había dicho, la señal perfecta fueron los ojos verdes de su amiga abriéndose como un par de platos.
—¡¿Hace años?!—se puso de pie por impulso, pero se volvió a sentar cuando el dolor de su tobillo le avisó que aún no se curaba completamente— ¡¿Guardia personal?! ¿No eras solo su doncella?
_____ soltó una risa, luego escucharon como alguien llamaba a la puerta.
—¡Emma, es hora de irnos!—exclamó Ray, al otro lado—¡Apúrate, zanahoria!
—Supongo que guardaré esa historia hasta que regreses.
Después de que los hermanos se fueran unos días, ____ dedicó la mayor parte de su tiempo a entrenar a los gemelos.
Desde normas básicas de etiqueta hasta técnicas de combate que se adaptaban incluso al más débil de los hermanos.
En un par de días, incluso Hyun sabía como defenderse a si mismo.
—Felicidades, ya no eres un renacuajo.—Hyuk le dio palmaditas en la espalda a su hermano en el suelo.
—No siento todo el cuerpo...—el de lentes solo tenía la cara plantada en el suelo—Ni siquiera como mercenario me esforzaba tanto, ¿En serio Ray y Subaru entrenan todos los días solo porque son guardias?
—Solo quiero que seas capaz de defenderte por ti mismo. No serás un guardaespaldas, después de todo.—respondió la albina.
Hyun-joon plantó con fuerza las manos en cesped y despegó su rostro del suelo.
—¿D-dices que....entrené todo esto y no seré el guardaespaldas de su alteza?—el pelirrojo deseaba que la tierra lo trague en ese instante—señorita ____...me está matando.
La peliblanca solo comenzó a reír ante la actitud de su amigo, acercándose a él solo para mostrarle una bolsa entre sus manos.
—¿Ves esto? Son hierbas medicinales, tu hermano me contó que te encantan las plantas.—dijo ella—Trabajarás como boticario para el príncipe, ¿Te gusta más ese puesto?
Hyun se levantó del césped completamente solo para observar a la albina con una emoción que se esforzaba por contener.
—Parece emocionado.—dijo Hyuk, para después darle un golpe amistoso en la espalda a su gemelo—Por fin trabajarás en algo que te gusta.
Hyun no decía una sola palabra, pero estaba parado en frente de _____ mientras miraba la bolsa llena de plantas medicinales y un par de brillitos en sus ojos delataban su emoción.
—¡Oye, Hyuk!—llamó Subaru—¡Zack y Nigel quieren pelear contigo a duelo!
—Lamento dejarte así, preciosa, pero el deber llama.—Hyuk se despidió de ____, con una sonrisa coqueta y un guiño antes de irse corriendo.
La albina solo se estremeció con una expresión de desagrado ante el coqueteo, Hyun reaccionó igual al ver a su gemelo portarse así.
—Cada dia está más loco.—dijo el de lentes.
—Si...¿Siempre coquetea así con todas?—preguntó la albina, empezando a caminar en dirección al palacio y haciendole una seña con la mano para que Hyun la siga.
—Eh...bueno, hay un termino que le quedaría demasiado bien a él...
—¿Mujeriego?
—Él prefiere decir que es un "romántico empedernido" .—Hyuk soltó una risa para si mismo, parecía que le resultaba divertido como sonaba el termino.
—Bueno...no hay tiempo para ese romántico empedernido ahora.—respondió la albina, intentando no reir por lo ridículo del tema. Habían asuntos más importantes que atender.—Necesito tu ayuda en algo.
Ambos caminaron bastante hasta llegar a la alcoba del rey, donde Norman visitaba a su padre.
Ambos tenían una relación muy estrecha, pero la enfermedad del rey le impedía disfrutar del tiempo junto a su hijo como se debía.
Y precisamente eso es lo que ____ deseaba investigar, la enfermedad misteriosa del rey.
—Saludos a su majestad el rey, El sol de Neverland, que la gloria del reino siempre lo acompañe.—tanto la albina como Hyun hicieron una reverencia.—Y saludos a su alteza el príncipe, el futuro y luz del reino, La estrella de Neverland.
—Oh, ____, querida ¿Qué te trae por aquí?—James sonrió amablemente—¿El joven contigo es el nuevo aprendiz de boticario que trajiste hace unos días?
—Es un placer conocerlo, majestad. —con un tono suave, el pelirrojo asintió y bajó la cabeza.—Soy Hyun-joon.
—No bajes la mirada, no soy ningún ser divino.—respondió el rey, entre suaves risas que terminaron en un poco de tos desgastada.
El rey empeoraba con el tiempo, llevaba un año postrado en una cama y con medicinas que nunca daban algún resultado.
Pero no importaba cuantos médicos hubieran en el mundo humano, ninguno lograba descifrar la causa de la enfermedad tan misteriosa que asechaba la vida del rey.
Ni siquiera la magia era efectiva, aunque no se tratara de alguna maldición.
—¿Estuvo tomando todas sus medicinas?—preguntó ____, acercándose a acomodar las almohadas del rey.
—Siempre lo hago.—aseguró James, con una suave sonrisa—Nous viene todos los días a recordarmelo.
—¿Nous?—Hyun ladeó la cabeza.
—El medico encargado de la familia real.—respondió Norman—Él y su enfermera atienden en el palacio.
—Ah...entiendo.—el pelirrojo recordó todas las veces que terminó en la enfermería estos días por el entrenamiento de _____—Los vi en varias ocasiones, pero jamás hablé con ellos.
Justo a tiempo y casi como por invocación, las puertas se abrieron y el dichoso medico entró junto a un maletín tan bien cuidado como su aspecto.
Nous era solo un hombre de tez morena y cabello tan oscuro como la noche, su mirada eran tan afilada como las facciones de su rostro. Tan alto como delgado y pulcro, un medico que llevaba años en la familia sin ser cuestionado.
¿Por qué intentaba matar al rey cuando lo tenía todo viviendo en el palacio?
—Saludos a su majestad el rey, El sol de Neverland, que la gloria del reino siempre lo acompañe.—saludó el hombre—Vine a recordarle, como todos los días, que es hora de tomar su medicina.
James resopló con irritación notable, el rey aún parecía conservar un poco de su esencia rebelde que se rehusaba a lo rutinario.
Nous no dijo una sola palabra más y abrió su maletín, lleno de frascos medicinales y objetos que cualquiera esperaría que traiga un medico.
—Ya que esta medicina no hizo mucho efecto, estoy intentando crear algo mucho más poderoso y beneficioso para usted.—mencionó Nous, abriendo el frasco de la medicina.—Tengo la esperanza de que mi siguiente creación hará el efecto esperado.
En cuestión de segundos, Hyun-joon se llevó una mano a la nariz para tapar el fuerte aroma de la medicina.
—Uhg...¿Que es eso?
—¿A que te refieres?—preguntó _____.
—Oye, Hyun...—Norman se preocupó al ver que el pelirrojo empezaba a retroceder.—¿Te sientes bien?
—S-si...es solo que...—buscó con la mirada hasta que sus ojos se enfocaron en la medicina que Nous le estaba preparando al rey en una taza.—Esa medicina...
Extrañamente parecía que nadie más estaba afectado, incluso el rey parecía desconcertado.
Pero a diferencia de todos, Nous lo miró de soslayo y frunció el ceño como si él supiera algo acerca de la reacción de Hyun.
—¿Q-que tal si sales a tomar un respiro?—sugirió la albina, apoyando sus manos en la espalda del pelirrojo. Le dio pequeños empujones para salir junto a él de la alcoba.
—¡Bonita!—exclamó una voz, acercándose desde uno de los pasillos.
Hyuk y Subaru apenas llegaban, ambos cansados y con el sudor recorriendo su frente por tanto entrenamiento.
—¿Sucede algo?—preguntó Subaru al ver la expresión preocupada de su amiga.
____ dirigió una mirada rápida a los guardias de la entrada y soltó un suspiro, asi que se alejó unos metros para hablarles a sus amigos en un tono lo suficiente bajo para que los guardias de la entrada no escuchen.
—¿Alguno de ustedes puede robarle el frasco de medicina al medico?
Los jóvenes se miraron entre si, pero solo Hyuk sonrió como si se hubiera preparado para ese momento durante toda su vida.
—¿Robar? Hablas con un mercenario profesional, bonita.
Mientras tanto, en el fondo del océano, cierto palacio estaba en una de sus fiestas más grandes: El cumpleaños de la princesa menor.
Cada pasillo estaba repleto de corales, caracolas y lujosas telas. Incluso las estatuas del gran salón brillaban más solo por la ocasión.
Todas los ciudadanos del reino estaban presentes ese día, desde sirenas y tritones hasta el más pequeño cangrejo de Serenize y el tiburón mascota de la cumpleañera.
Excepto cierto tritón, que solo se sentó en el espacio donde los tronos de los herederos estaban.
—Parece que no te diviertes, hermanito.—dijo Susan, acercándose a Ray—¿Por qué no vas a bailar con Emma?
—No es lo mio.—respondió el azabache, hundiéndose en su propio trono.
Susan soltó un suspiro y se sentó al lado de él. Todo el palacio estaba lleno de vida, música y gente nadando en el salón de baile mientras Ray solo observaba todo desde su asiento.
—¡Vamos! Es una de las pocas veces que Serenize realmente se divierte.—Susan jaló de su brazo para obligarlo a nadar hasta la pista de baile—Ya sabes que este reino es aburrido los demás días del año.
Ray intentó regresar a su asiento, pero Susan lo detuvo a pesar de que él seguía intentando escapar.
—Vamos, ¿Por qué no intentas hablar con alguien y hacer amigos?—preguntó su hermana—Tal vez puedas encontrar una buena prometida.
El azabache se congeló en ese instante y volteó con rapidez hacia su hermana.
—¡¿Una prometida?
—Pues...claro, de eso hablaron nuestra madre y tú hace un tiempo ¿No?
—Fue hace meses y no prometí nada.—respondió el azabache.—Nunca dije que quisiera casarme.
Susan rodó los ojos con impaciencia, ¿Acaso su hermanito iba a estar soltero toda su vida?
¿De verdad Ray pensaba casarse nunca?
—Todo esto es por _____ ¿No?—cuestionó Susan, empezando a nadar en círculos alrededor de su hermano—¿En serio te gusta tanto?
—¿Q-quien dijo que me gusta?
—¡Estas rojo, mírate a ti mismo!—señaló su hermana mayor.
Ray nadó en dirección a la puerta, estaba harto de que Susan lo moleste. No necesitaba recordar lo desafortunado que era al enamorarse de una humana, no quería escuchar como ella le recordaba la razón por la que había prácticamente huido de Neverland unos días.
Se supone que olvidaría a ____ mientras la pasaba lejos de ella en Serenize y todo iba bien hasta que Susan la había mencionado.
—¿Ray? ¿Susan?—Isabella se extrañó de ver a sus hijos en medio del salón sin razón aparente—¿Que hacen aquí? Deberían disfrutar la fiesta, no todos los días se festeja en el palacio.
—S-solo hablábamos de algo....no te preocupes, madre.—dijo Susan.
—Bueno, creo que es una buena oportunidad para hablar con Ray.—Isabella les hizo una seña con la mano para que la sigan.—Hace mucho tiempo que esperaba el momento perfecto.
Los tres nadaron hasta que ella se sentó en su trono y dejó su tridente justo al lado.
Ray observó el tridente, estaba forjado con la magia más pura, era hecho de hueso y no hueso cualquiera, era de un color tan oscuro como la noche y su cabello. Incluso tenía grabados algunos patrones que en realidad eran sellos mágicos escritos por los creadores del tridente.
Y justo al centro, incrustado hace milenios, estaba el rubí que tenía el poder del océano entero junto a cada criatura viviente dentro de él.
—Saben que tengo control total sobre estos mares y su gente ¿Verdad?
—Uy, como que mejor observo de lejos....—Susan trató de irse disimuladamente.
En ese momento llegó cierta pelinaranja junto a su tiburón mascota.
—¡Hermanita, que oportuna!—exclamó mientras pasaba uno de sus brazos por encima del hombro de Emma—Huyamos, alguien seguramente está por ser regañad-
—Quédate donde estás, Susan.—ordenó Isabella, observando a su hija congelarse unos segundos antes de volver a su lugar—Y Emma, ya que estas aquí, me gustaría que escuches lo que diré.
La pelinaranja no entendía nada, pero claramente lo que estaba pasando era un asunto muy serio.
—Claro, mamá.
—Madre...estas siendo muy dramática con esto...—se quejó Ray—Ve al punto.
La reina dirigió la mirada hacia el fondo, hacia las criaturas en el gran salón danzando al ritmo de las melodías de la orquesta marina.
—Normalmente, podría elegir a alguien en esta fiesta para que sea la prometida de Ray y nadie podría negarse porque soy la reina...—devolvió la mirada a sus hijos, específicamente al azabache—Pero quiero que esto sea diferente, quiero que tú elijas con quien te casarás como Susan eligió a Hikaru.
No había que se adivino para saber que Isabella estaba desesperada porque su hijo estaba más interesado en el mundo humano que en sus deberes como príncipe, pero Ray había alcanzado la mayoría de edad y era tiempo de que piense en su futuro.
—Quiero que busques una prometida antes de que regreses a Neverland.—dijo su progenitora—No tiene que ser una candidata definitiva, pueden ser varias candidatas que solo te agradan y tal vez puedas elegir a una de ellas después, el objetivo solo es que encuentres alguna posible prometida.
—¿Encontrar...una prometida?—Ray retrocedió—No voy a casarme.
—Oh, puedes apostar a que lo harás.—respondió su madre—Encontrarás una esposa para ti antes de que tu hermana se convierta en reina, creo que ya es la hora.
—¡Pensé que habías aceptado que yo viviría en el mundo humano!
—Eso no significa que vivas soltero toda tu vida.
Ray no quería un compromiso, no deseaba que algo lo encadene a Serenize. Trató de pensar en alguna excusa para posponer la decisión de su madre, pero alguien habló antes que él.
—¡Ray ya tiene una prometida en mente!—exclamó Emma. Tanto sus hermanos como Isabella voltearon a verla con una expresión de confusión.
Emma habia dicho aquello en voz tan alta que la música se detuvo y todos dejaron de bailar.
—¿Tú...ya tienes a alguien en mente?—cuestionó Isabella, ignorando las miradas de todos sobre su familia.
Ray fulminó con la mirada a su hermana antes de voltear hacia su madre y suspirar con cansancio.
—Yo...puede que si.—mintió el azabache.
En realidad no tenía una prometida en mente, jamás le rondó alguna candidata por la cabeza. Ni siquiera conocía a sirenas del reino fuera del palacio.
Emma lo había acorralado contra la espada y la pared.
¿Ahora simplemente debía seguir con la mentira? ¿Que pasaría si su madre se llega a enterar?
—Eso si que fue inesperado, ¿Puedo saber quien es?
Ray se quedó sin responder, pensando cuidadosamente en lo que debería decir.
Pero Isabella malinterpretó ese momento de silencio y un pensamiento llegó a su mente: ¿Y si se trata de una humana?
—Es...eh...
Por un momento Isabella lo observó con una mezcla de desconfianza y curiosidad, como si estuviera esperando a una sola palabra equivocada para descubrir su mentira.
Y al ver que su hijo no respondía, se levantó del trono y tomó su tridente antes de empezar a nadar.
—Ray, sígueme.
Después de aquello, Susan dio un par de palmadas para ordenar a la orquesta seguir y que la fiesta continúe.
Isabella había traído a su hijo hacia la torre más alta y alejada del palacio.
Un lugar abandonado, oscuro y casi tan olvidado como las cosas que aguardaban dentro.
—¿Donde...estamos?
—En este lugar tengo guardadas algunas cosas.—respondió su madre—Son de cuando era joven y exploraba seguido el mundo humano.
Isabella vio de reojo como su hijo tardó en reaccionar ante aquello, unos segundos bastaron para que él abriera los ojos como un pulpo aplastado.
—¡¿Explorabas el mundo huma-
—Si, lo hice junto a tu padre cuando eramos jóvenes.—abrió la puerta y dejó que su hijo entre primero—Llegué a coleccionar cosas y las ocultaba aquí para que tu abuela no las viera.
Ray nadó por la pequeña habitación de la torre mientras el tridente de su madre se encargaba de encender los cristales en las paredes para iluminar el lugar.
Habían estantes de piedra, llenos de cosas que reconocía del mundo humano e incluso instrumentos musicales que le recordaban a su niñez.
—A mi padre le gustaba la música...—dijo él, tomando entre sus manos el viejo mandolín—Pero este era su favorito.
—¿Reconoces algo más?—preguntó su madre.
Ray frunció el ceño por el desconcierto, pero siguió observando hasta darse cuenta que varias de las cosas en la habitación eran las de su cueva.
Cuando todo había desaparecido, Ray temía que lo hubiera destruido todo ¿Estuvieron aquí todo este tiempo?
—Estas son...
—Cosas que tu padre coleccionaba en una cueva, era su guarida secreta y esa es la razón por la que sabia que te escondías ahí a pesar de que tus hermanas se negaron a delatarte. Parece que de alguna forma lo habías encontrado.—Isabella se acercó y tomó un libro para entregarlo a su hijo—Tienen un hechizo de protección, el agua no afectará a nada.
Ella tenía razón, las paginas estaban perfectamente conservadas. Todo estaba en perfectas condiciones a pesar de estar tantos metros bajo el mar.
—Aún no entiendo por qué me muestras todo esto.—dijo Ray—¿Por qué me trajiste aquí?
Un breve silencio se acumula entre madre e hijo, sin embargo, la mirada de Isabella parece suavizarse a medida que paseaba sus ojos por todo el lugar.
Por un momento, Ray reconoció emociones humanas en el rostro de su progenitora.
Tal vez, pasar tiempo en el mundo humano cambiaba los corazones poco emocionales de su especie y eso se convertía en algo irremediable.
—Tu padre amaba el mundo humano, tanto que deseaba vivir ahí...pero Serenize se lo impedía porque el reino lo necesitaba como futuro rey.—contó Isabella—Pero es diferente amar el mundo humano que amar a una humana.
Ray no lo entendió en un principio hasta que la imagen de cierta albina apareció en su mente casi automáticamente.
—¿Sabes por qué una relación entre un humano y una sirena es considerado un tabú para nuestra especie?—preguntó la mayor.
—¿Es...un tabú? Ni siquiera sabia que...
—Lo es.—interrumpió Isabella, tomando su tridente para golpear el suelo con la punta de este.—¿Sabes lo que pasa cuando un humano se apodera del corazón de una sirena?
De inmediato, dos siluetas brillantes aparecieron entre los dos. Un humano y una sirena, ambos tomados de las manos.
—Si algún humano llega a apoderarse del corazón de una sirena, se crea un vinculo inquebrantable.—sacudió un poco su tridente para manejar a las pequeñas siluetas flotantes.—Una de las consecuencias es que el humano será inmune a los efectos de su canción por siempre.
Ray arqueó una ceja con incredulidad. Pensaba que ningún ser sobre la tierra era capaz de resistir la canción de una sirena.
De pronto, las siluetas frente a él se movieron y parecieron representar una historia: La pequeña sirena era reemplazada por una princesa humana, el príncipe la abandonaba y elegía a la princesa.
—Los humanos son frágiles, tienen una vida muy corta y sus corazones tienen la capacidad de cambiar con facilidad.—continuó Isabella—Ellos tienen el poder de cambiarnos porque viven poco y no les alcanza amar a un solo ser.
Hubo un breve silencio. La silueta de la pequeña sirena se derritió hasta disolverse en el agua, entonces Ray comprendió que se había hecho espuma como todas las sirenas que llegaban a morir.
—En cambio, cuando el corazón de una sirena llega a amar otro ser...no hay vuelta atrás. No dudamos. No somos capaces de olvidar. Nunca cambiamos de ser amado y nuestros corazones siempre le pertenecerán a ese ser. Es por eso que todos los matrimonios son arreglados en nuestro clan como una medida de prevención.
—Ya se que tratas de decirme.
—Ray, lo que trato de decir es que no quiero verte sufrir por algo así.
—¿Por qué asumes que se trata de una humana?
—¡Por que lo vi en tus ojos!—exclamó Isabella—Soy tu madre, te conozco mejor que nadie y vi tu rostro el día en que esa humana saltó al mar solo para perseguirte ¿Me vas a decir que no sientes nada por ella? Hiciste todo lo posible por salvarle la vida.
Isabella sacudió el tridente de nuevo, haciendo desaparecer las siluetas y, en su lugar, elevó el collar que traía su hijo alrededor del cuello.
—Conozco este cristal y su magia conecta con la mente de su portador.—golpeó el suelo con su tridente y todo el lugar se oscureció a excepción de ese cristal—Tiene la propiedad de mostrarte lo que tu corazón anhela en el fondo, ¿Alguna vez pensaste involuntariamente en ella cuando traías el collar puesto?
Ray le quitó el collar y retrocedió.
—¿Y que pasaría si de verdad me gusta?—insinuó él, desafiante—¿Me volverás a encerrar en el palacio? ¿Me vas a prohibir verla?
Hubo un breve silencio, luego Isabella nadó hasta la puerta y la abrió.
—No planeo prohibirte nada, pero...solo te advertía de las consecuencias que podría traer esto.—dijo la reina—Asegúrate de que esa humana valga la pena, porque lo único que deseo es verte feliz.
Después de ver como su madre se iba, Ray no tuvo el valor de decirle que ya era tarde. No tuvo el valor de decirle que tenía miedo y que tal vez su corazón ya le pertenecía a una humana.
En ese momento, llegaron sus hermanas con una expresión preocupada en el rostro.
—Ray...¿Que es lo que pasó?—Emma se acercó, mientras Susan miraba a su alrededor para adivinar que había ocurrido.
—¿De que hablaron mamá y tú?—preguntó Susan.
El azabache se llevó ambas manos a su rostro para frotar como señal de su frustración. Era la primera vez que él parecía tan preocupado, incluso sus ojos mostraban sentimientos difíciles de descifrar para sus hermanas.
Nunca habían visto al pelinegro en ese estado.
—Creo que aprendí de la peor manera que... el amor no es algo que podamos elegir.—Ray soltó un suspiro, sabia que estaba perdido. Estaba enamorado y no había vuelta atrás.—¿Que debo hacer?
Después de aquello, Ray dejó su collar a un lado con la esperanza de que sus pensamientos sean más que solo ___ en lo que le quedaba de tiempo antes de regresar a Neverland en unos días.
Pero incluso con el cristal fuera de su cuello, él seguía pensando en la albina.
Sin magia, sin cristal, sin hechizo alguno. Sentía que estaba volviéndose loco y aquel sentimiento lo abrumaba.
¿Acaso el amor era eso?
—¡Mira, Ray!—cierta pelinaranja le mostró un broche hecho con caracolas y un pedazo de coral.—Esta es para ____, ¿No es bonito?
Emma estaba sentada al borde de la ventana, con una bolsa llena de caracolas junto pedazos de corales y perlas de diferentes colores para hacerle un pequeño regalo a su amiga.
—Si, bonito, eso.—respondió su hermano, con la mirada perdida hacia la nada.
Emma hizo un puchero mientras tomaba la caracola más grande que tenía y se la lanzaba a su hermano, pero el azabache esquivó sin problemas el ataque.
—Dejalo, Emma, sabes que está deprimido estos días.—dijo Susan, entrando a su habitación en compañía del tiburón mascota de su hermanita—Tiene miedo de convertirse en espuma de mar.
—No voy a convertirme en espuma de mar.—respondió Ray, de mala gana.
Susan comenzó a reir y se sentó al lado de Emma para ayudarla con lo que estaba haciendo.
—Te preocupas demasiado, mamá solo quería advertirte.—mencionó Emma—Y creo que ____ es una gran chica, gracias a ella sigues vivo y tenemos un hogar en el mundo humano.
—Emma tiene razón, _____ es una linda chica e hizo todo lo posible por salvarte la vida en ese templo.—añadió Susan—Tiene mi aprobación para cuñada.
—Agh, ¿Podrían callarse las dos?—Ray tomó la caracola que habia esquivado y la lanzó hacia la nada solo para observar como el tiburón de Emma iba tras la caracola.
El problema para Ray no era realmente si _____ era una buena chica o no, porque realmente ella había cambiado sus vidas para bien y de no ser por ella tal vez Ray hubiera muerto el primer día que escapó del palacio. El problema era otro, ¿Que tal si ella no le correspondía?
¿Que tal si solo Ray había desarrollado sentimientos románticos y ella no?
¿Y si ella llegaba a enamorarse de otra persona?
El problema era ese. Ray era el único que estaba enamorado y tenía miedo de que se quede de esa manera.
O incluso peor, que ella se enamore y después lo cambie por alguien más justo como las silueta de la sirenita que su madre le mostró.
—De todas formas, no puedes escapar de esto ahora.—mencionó su hermana mayor—Volverán esta noche a Neverland, eso significa que verás a ____ de nuevo...¿Que planeas hacer?
Tal como dijo su hermana, había pasado una semana desde que Ray y Emma habían regresado a Serenize. Era hora de volver a Neverland, así que esa noche alistaron sus cosas y se despidieron de su familia.
Una vez en la superficie, ambos hermanos hicieron una parada antes de ir camino al reino.
—¿Eh?—Anna se asomó desde la entrada de su cueva—Oh...¡Son ustedes! ¿Que hacen por aquí?
—¡Anna!—la pelinaranja no se esperó más y se lanzó a abrazarla.
Ray observó como su hermana terminaba botando a la ninfa en el suelo y varias pequeñas criaturas con forma de hongos terminaban acercándose a ayudarlas.
—Se que es tarde como para visitas, pero necesitaba preguntarte algo.—dijo el azabache.
—¡Oh! justamente necesitaba hablar con ustedes.—la rubia les sonrió, luego se levantó del suelo junto a Emma para indicarles que la sigan hacia la cueva.—¡Adelante! son bienvenidos.
Una vez dentro, Anna corrió a buscar algo entre un montón de libros.
—Hice mi mejor esfuerzo para investigar acerca de las sacerdotisas y resulta que hay seres en este bosque que vivieron en esa época.—comentó la ninfa—Estaba pensando en escribir una carta y mandársela a ____, pero ya que ustedes están aquí...
No terminó de hablar, dejó que sus palabras floten un poco y les mostró un pergamino con un dibujo.
Casi como un reflejo involuntario, Ray le quitó el pergamino para observarlo. Había algo en ese dibujo que se le hacía familiar, algo que le provocaba un sentimiento de deja vú.
—¿Que es...?
—El símbolo de las antiguas sacerdotisas, lo dibujé con ayuda de los Ent que resguardan este bosque.
—¿Ent?—Emma ladeó la cabeza con desconcierto, sentía que empezaba a perderse.
—Los arboles con vida que están fuera de la cueva ¿No los recuerdas?—Ray le dio un pequeño golpe en la cabeza a su hermana—La ultima vez que estuvimos aquí, ellos también estaban.
—Si si, ya recordé.—la pelinaranja se cruzó de brazos—No soy buena recordando nombres tan raros.
—Estar fuera del agua si que te afecta, zanahoria.—el azabache rodó los ojos—Y siguiendo con lo que hablábamos, ¿Por qué ese símbolo es importante?
—Realmente no es de mucha ayuda, ellos dijeron que es lo único que recuerdan de la Caza de estrellas.—respondió la rubia.
—Espera, ¿El que cosa de que?—preguntó Emma.
—Caza de estrellas, es el nombre que le pusieron a la cacería de sacerdotisas.—aclaró Anna, apuntando hacia el pergamino—Dijeron que existen duendes al sur del bosque que saben mucho más de esa época, asi que podrían ser de ayuda.
—Al sur del bosque...
—Sus nombres son Dendrus y Paius.—Anna fue a buscar algo, desapareciendo de la vista unos segundos mientras su voz hacía eco desde algún lado escondido de la cueva—Los llevaría con ellos, pero ya saben como son las cosas para las ninfas.
Ray suspiró, sabía que sería imposible que Anna se aleje de su cueva. Las ninfas estaban atadas al lugar donde habían nacido, su territorio, su fuente de poder; Ella no podría alejarse demasiado de su cueva o perdería sus poderes temporalmente y eso era como exponerla al peligro.
—Gracias de todos modos, seguramente será de ayuda para ____.—respondió el azabache.
Anna apareció con un par de sacos medianos de tela llenos de hierbas y plantas, algunas hojas incluso sobresalían de la parte superior mal amarrada.
—¡Tomen! Recogí muchas de estas para ustedes.—la ninfa les entregó ambos sacos con una sonrisa—Seguro Subaru sabrá aprovecharlas correctamente y les será de mucha ayuda.
—¡Wow!—Emma abrazó ambos sacos y observó con curiosidad las plantas dentro—Si que son muchas hierbas ¡A los chicos les encantará!
—¿Por que no vas a acomodar los sacos con las demás cosas de nuestro equipaje?—le sugirió el azabache.
—¡Sii!
Mientras Emma se alejaba por un rato con la excusa de Ray, este ultimo solo enrolló el pergamino y se acercó a la ninfa.
—¿Puedo...preguntarte algo?
—¿Mmmh?—la ninfa se extrañó un poco, más por la expresión preocupada de Ray que por su tono serio—¿Que necesitas?
—Esto...—se llevó una mano hacia el collar, el que colgada de vuelta en su cuello.—¿Por que me diste este cristal?
Anna bajó la mirada hacia el collar, dejando escapar una pequeña sonrisa.
—Oh, esos cristales son mágicos. La magia con la que fueron creadas es muy antigua, pero las crearon con el propósito de guiar a su portador.
—¿Guiar? Mi madre me dijo algo muy diferente.
—Mmhh...es que, como dije, es magia muy antigua y complicada.—se encogió de hombros—Conectan con su portador, con su mente y corazón.
—¿Que hay...del corazón?
—Te muestra lo que más anhelas, luego te guía hacia él.
Un grupo de hadas se acercó hacia Anna y le entregaron varios cristales más, uno de ellos estaba partido en dos.
—Vi como tu collar y el de ___ se pegaban, tal vez sea porque fueron parte de un mismo cristal que se quebró.—la rubia tomó ambos pedazos del cristal roto.—No tengo idea de donde ____ consiguió su cristal, pero tal vez es la mitad faltante del tuyo.
Anna acercó los pedazos de cristal rotos entre si para demostrarle al azabache como se atraían entre ellos, casi como un par de imanes.
—¿Ves?—sonrió dulcemente—De todas formas, ¿Por qué querías saber sobre los cristales?
—....—soltó un suspiro—Nada en especial.
La ninfa trató de examinar la mirada de su amigo, no lo conocía tan bien como deseaba pero sabía distinguir cuando él estaba preocupado por algo.
Quería ayudarlo, preguntarle que era lo que atormentaba al azabache y consolarlo, pero cuando iba a intentarlo solo vio como Ray suspiraba y se daba la vuelta.
Y como siempre, solo se limitó a despedir a Ray con una sonrisa.
—¡Hasta pronto!—exclamó desde la entrada de su cueva—¡Siempre serán bienvenidos en este bosque!
—¿Y dicen que todo es obra de Nous y Nouma?
Tanto _____ como Subaru asintieron con la cabeza, esperando que el príncipe tenga algún plan en mente para el siguiente movimiento.
Los tres estaban en la alcoba de Norman, mientras todos en el palacio dormían y la luna colgaba en lo alto del cielo.
Después de haber robado la medicina del doctor, _____ le encargó a Subaru y Hyun la tarea de analizar el contenido.
Pero incluso dedicándole días completos a esa misión, habían algunos ingredientes que no habían podido identificar. Ni siquiera el pelirrojo experto en venenos pudo hallarlo, así que ____ decidió informarle al príncipe de todo lo que sabían hasta ahora.
—Lamento decirlo, pero no podemos arrestar a nadie hasta que comprobemos su culpabilidad.—dijo el albino.
—Lo sabemos, pero Ray y yo escuchamos lo que dijeron ese día.
—_____, no creo que un par de testigos sean suficientes.—respondió el príncipe—Culparlos de envenenar el a rey e intentar lo mismo conmigo es traición a la corona....y se necesitan pruebas irrefutables que Nous y Nouma no puedan negar.
Era claro que no tenían pruebas, ni siquiera sabían el contenido exacto de la medicina ni que ingrediente venenoso tenía ¿Como iban a acusar al medico y su enferma si no tenían las evidencias suficientes?
—Escuchen, por ahora solo podemos seguir con la investigación del veneno hasta que encontremos más pruebas contra ellos.
—Pero Su majestad...
—Evitemos de siga tomando ese veneno, es lo único que podemos hacer hasta ahora.
—¿Que hay del Veritaserum?—preguntó Subaru—Es un suero de la verdad, si se lo damos a...
—Su uso está estrictamente prohibido en los juicios.—respondió el príncipe—Aunque, siendo sincero, sería de gran ayuda tener un-
El castaño no lo dejó terminar de hablar cuando, de repente, sacó una pequeña botella de vidrio que sostuvo entre los dedos con una sonrisa orgullosa.
—¿E-ese es el suero?—____ se acercó a observarlo. El contenido parecía no tener color, era más parecido a un poco de agua común y corriente.
—¿De donde lo conseguiste?—cuestionó el impresionado albino—Dime que no lo robaste de la torre de magos.
Subaru rodó los ojos, guardando la pequeña botella en su bolsillo de nuevo.
—Lo traje conmigo cuando escapé de casa.—explicó el castaño—Soy hijo de una gran familia de magos, hay todo tipo de pociones en casa y pensé que tal vez me sería de utilidad algún dia.
Mientras Subaru y Norman empezaban a debatir sobre como usar el suero, ____ notó como una sombra pasaba por la ventana demasiado rápido como para que los demás se dieran cuenta.
Tal vez hubiera pensado que eran solo los búhos del palacio, pero la sombra era muy grande como para que sea un simple animal.
—Yo...tengo algo urgente que hacer.
—¿Ya te vas?—Norman enarcó una ceja, parecía tratar de sacar sus propias conclusiones sobre el por qué su doncella parecía tan apurada en retirarse—Estaba por hablar algo importante.
La sombra pasó de nuevo, esta vez Subaru se dio cuenta.
Pero Norman volteó demasiado tarde. No se dio cuenta de nada.
—¿Es demasiado importante?
—Bueno...es sobre una nueva misión del rey para nosotros, parece que está vinculado con criaturas.—mencionó el príncipe—Incluso hay testigos.
—B-bueno, sea lo que sea, puede esperar un poco.—_____ hizo una rápida reverencia y se dirigió hacia la puerta.
—¡Espera!—Subaru corrió tras ella para tomar su muñeca.—Yo voy contigo.
La albina alzó la mirada hacia él, luego miró a Norman unos segundos. Si la sombra se trataba de algún intruso, el príncipe debe tener un guardia cerca y Subaru era el unico cerca.
Hyuk estaba terminando de cenar en el comedor, junto a su hermano. A ____ no le quedó otra alternativa, asi que usó la habilidad de Subaru para leer mentes.
<<Necesito que te quedes cuidando a Su alteza real hasta que lleguen los gemelos.>>
En cuanto terminó su pensamiento, Subaru soltó un suspiro y la dejó ir.
Por otro lado, Emma y Ray estaban por llegar al palacio.
Habían usado los túneles, la ruta más segura considerando que era de noche.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Llevas parloteando desde que salimos del Bosque Moonlight .Si después de eso dejas de hablar en lo que resta del camino, esta bien.
Emma le dio un pequeño golpe en el brazo.
—Es sobre Anna y tú, me preguntaba de que hablaron mientras no estaba. No soy tonta, me apartaste a propósito para hablar a solas con ella.
—No fue nada importante.
Emma frunció el ceño, sabiendo lo mentiroso que sonaba su hermano. No habia manera de que solo hablaran de algo "nada importante".
—Sabes que puedes hablar conmigo de lo que quieras.—dijo ella, relajando su expresión mientras seguía caminando a la altura del azabache—Se que no compartimos lazos sanguíneos...pero siempre puedes contar conmigo.
Ray soltó un suspiro, con una mano revolvió los cabellos atardeceres de su hermanita y con la otra siguió sosteniendo la lampara para iluminar el camino.
—Solo le pregunté algo sobre el cristal de mi collar, no debes preocuparte de nada.
—¿De verdad?
—Si, Antena, de verdad.
Ambos llegaron hasta el final del túnel, donde unas escaleras de piedra llevaban hasta una puerta en parte de arriba que daría con el exterior, justo en el jardín secreto del príncipe.
—¿No crees que es raro? Un túnel que lleva exactamente al ese jardín secreto.—mencionó Emma, mientras observaba a su hermano abrir la puerta y observar con cautela si había alguien alrededor.
—Realmente nunca lo cuestioné, es un túnel demasiado viejo.
Pronto escucharon algo arrastrándose a por el pasto, por lo que ambos se pusieron alerta y Ray se puso al frente para proteger a su hermana. Llevó su dedo indice sobre sus labios al voltear a verla, indicándole que se mantenga en silencio.
Caminaron sigilosamente sobre el césped para acercarse al origen de ese ruido, pero se detuvieron cuando escucharon el tarareo de una melodía.
Y reconocieron la voz de inmediato.
Pero ambos cambiaron su expresión rápidamente en cuanto la luz de la luna dio contra la albina.
—Parece que fueron más problemáticos de lo que pensé.—dijo la jovencita de nieve, quien parecía hablar con alguien—¿Que debería hacer con ustedes?
Su ropa estaba manchada en sangre, incluso ella tenia un poco de ese liquido resaltando sobre su pálida piel.
No era fácil de ignorar, pero si era fácil deducir que la sangre no era de ella. Habían un par de cadáveres a sus pies que delataban aquello.
—Ella...—Emma tapó su propia boca para no hablar demasiado alto.
—Ella los asesinó.—completó el azabache.
ღ࿐*:・゚ ¡Hihi! Aqui su escritora desaparecida por meses, espero que les haya gustado el cap ♡ ♡ ♡ (Se me fue el wifi como más de una semana y no pude terminar de escribir el cap antes)
୨୧࿐*:・゚ Dato: El Veritaserum, el suero de la verdad que menciona Subaru, es sacado de Harry Potter, asi que créditos a esa saga y su creadora.
౨ৎ࿐*:・゚ Gracias por leer este capitulo y perdonen las faltas ortográficas (a veces mi mente es mas rápida que mi mano cuando escribo TT ) No saben cuanto agradezco la paciencia que me tienen, los amo demasiado ♥
ꕤ࿐*:・゚ Eso fue todo por hoy, cuídense, no olviden tomar agua y alimentarse bien para aguantar la vida y la escuela. No olviden que su salud mental está primero, bye bye ♡♡♡
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「PRÓXIMO CAPITULO」
•| 『𝑬𝒍 𝒂𝒕𝒂𝒒𝒖𝒆 𝒂 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒅 𝑽𝒂𝒍𝒍𝒆𝒚』|•
—...—Subaru alzó la varita, como si estuviera a punto de conjurar algún hechizo—My lady, ¿recuerdas cuando dije que los magos podemos diferenciar entre humanos y criaturas por su energía?
—Eh...si, eso lo recuerdo bien.
Subaru se mostró un poco más inquieto, mientras no dejaba de mirar a su alrededor con preocupación.
—Ahora mismo siento que hay muchas criaturas.
—¿Criaturas?—_____ buscó con la mirada—¿D-donde?
—En todos lados.
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