||Carolina Duran||

Después de presentarle su amor platónico a Elena, después de volver a sorprenderme con Özil con su mirada en mi, decidí salir al balcón a tomar aire y saqué un cigarro.

Suspiré de alivio y cuanto menos me lo espero, su maldita voz invade mi agradable silencio.

-Qué chingados quieres?- bufé.

-Ah...... cómo dijiste??- pregunta confundido.

-Ah...! Lo olvidé, no sabes español- me burlo y vuelvo a fumar.

Özil se acerca, me pongo alerta, pero era solo para quitarme el cigarro y apagarlo con su pie -No es saludable que una señorita fume- insiste.

-Y a ti que te importa que haga- sin dudarlo, saco otro cigarro, lo preparo y me giro para no verlo.

No lo iba a negar, se veía guapo con el conjunto que traía. De hecho, cada ropa que use, se ve guapo.

Qué?!!!!! Claro que no!!!!!

Yo no acabo de decir eso!!!!!!

Agh!!!!!!!

Özil se acerca a mi lado, adopta la misma posición en la que estoy: recargada en el barandal con mis codos y mirando más allá; -Recuerdas que en este mismo lugar fue la primera vez que nos conocimos? Solo que era un balcón en España- recuerda.

-Si lo recuerdo. Estabas feo, tenías el cabello un poco largo- bromeo.

-Pero esa no fue excusa para que te acostaras conmigo- siento como se va acercando conmigo.

Alejate Carolina!!!!! Alejate Carolina!!!! Eso decía mi subconsciente.

Pero no le hice caso.

Fumo y suspiro, aún sigo enojada con este alemán -Por qué lo hiciste?- pregunta tierno, lo que provoca que lo mire y estamos a centímetros de distancia -Por qué te acostáste conmigo?- pregunta con el mismo.

Bajo un poco mi vista, siendo más específica, hacia sus labios, el viento empezó a intensificar y helar más, pero con Mesut sentía calor, como aquella vez.

NO!! No me puede pasar de nuevo!!! Estoy con Mathieu!!!!! -Ja! Lo olvidas??? Ambos estábamos muy ebrios- me alejo.

-Gott, Carolina!!! Apuesto que eso no fue la razón!!! Digo, si tienes razón, pero sentiste algo, como ahora!!- señala.

-Nunca sentí nada!!- suelto con un tono de voz defensivo.

Es mentira, Carolina.

Oímos como la puerta se abre de golpe y un chico rubio, alto y con buen estilo entra, se veía agitado -No quiero interrumpir, pero tu amiga está algo ebria y llorando- avisa.

Elena.