Jasper se quedó mudo, desde su aura podía sentir que estaba entre confundido y sorprendido.

—Comprendo si quieres estar enojado conmigo, puse en peligro nuestra relación por algo que probablemente no hubiese sido nada. —a este poco a poco se le fue formando una sonrisa que me reflejaba tranquilidad.

—Pero lograste comprobar algo, Diana. Sino, ahora mismo no estaríamos algo aquí porque ya pasó varios meses desde aquel incidente. ¿Y qué descubriste?

Le fui contando la historia sin omitir algún detalle, este no me interrumpió en ningún momento. Al escuchar la parte en la que no podía envejecer se alegró, hasta que dije que podía morir.

—... pero tranquilo, vuelvo a renacer. —digo restándole importancia.

—¿Y qué tal que no? —volvió a preguntar muy preocupado.

—No seas tan negativo, Jasper. —le reproché —. Pero mira el lado positivo, podré estar contigo hasta el fin de los tiempos..., aunque me veas morir un par de veces, pero eso no importa.

╰──ིੑ🍃

Jasper se fue a cazar, pero antes me dejó en la casa Cullen. Antes de que así pudiera entrar Edward llega con Bella, esta se sujetaba su mano dolida.

—¿Qué te pasó en la mano? —pregunto haciendo una mueca. Edward se fue a buscar a Carlisle.

—Golpee a Jacob. —me responde sin mirarme.

—¿El hombre lobo? —esta asiente. Carlisle llegó para después sacar una venda.

—Es solo un esguince. —dice este mientras le ponía la venda en su muñeca —. Te curarás relativamente pronto.

Me siento al lado de Rosalie quien se encontraba sentada en el sillón de la sala leyendo el periódico. A los minutos llega Emmett y Jasper, el musculoso se sienta encima de la baranda de la cocina.

—¿Intentaste caminar y masticar chicle a la misma vez? —pregunta burlón Emmett.

—Le pegué a un lobo. —le responde Bella entre risas.

—Tienes agallas. Serás una recién nacida muy brava. —le dice este mismo.

—Lo suficiente como para pelear contigo. —al decir eso Bella, Rosalie me tira el periódico (sin intención alguna) para después levantarse molestar e irse al balcón. Claramente fui detrás de ella.

—¿Estás bien? —le pregunto poniéndome al lado de ella. Antes de que me respondiera Bella entra.

—Ve a hablarle a otra sobre la felicidad de convertirte. —le dice Rosalie sin ver a Bella.

—Bien... Rosalie, Diana. No entiendo qué hice para me odiaran tanto. —Rosalie se ríe al escuchar eso.

—Odio... no te odio.

—Ah, yo sí. Tu egoísmo me irrita la existencia. —Rosalie me mira de reojo y se le forma una sonrisa que inmediatamente borra.

—No me caes bien, pero... Bella, te envidio. —miro a Rosalie sorprendida. Podía jurar que tenías mis ojos bien abiertos y mi boca en un "o". ¿Escuché bien o qué?

—¿Qué? Ridículo. —muy ridículo.

—No. Tú puedes escoger, incluso Diana lo puede hacer. —Ah no, cariño, ya es mucho para mí ser semidiosa y mitad fénix —. «Yo no pude. Ninguno de nosotros. Tú sí. Y te estás equivocando. No me importa cuán miserable sea tu vida humana.

—Mi vida no es miserable. —¡Lo es, cariño!

—No es perfecta. Nadie tiene vida perfecta. Yo sí. Absolutamente perfecta. Aún quería ciertas cosas. Casarme, una hermosa casa, un esposo cariñoso. Mi propia familia. Royce King era el caballero más deseado del pueblo. Apenas lo conocía. Pero yo era joven y estaba enamorada del concepto del amor. La última noche de mi vida, salí tarde de la casa de una amiga. No muy lejos de mi casa. Me violó ese día frente a todos sus amigos. Me dejaron en la calle, dándome por muerta. Quizá eso mismo quería yo. Carlisle me encontró. Olió la sangre. Creyó que me ayudaba.

—Lo siento. —se disculpa la humana.

—Me vengué de ellos. Uno por uno. Dejé a Royce para el final, para que supiera que venía por él. Era un poco exagerada en ese entonces. —Esta hace una pausa —. Las cosas mejoraron después de conocer a Emmett. Pero siempre seremos esto. Congelados. Jamás avanzando. Eso es lo que más extraño. Posibilidades. Sentada al frente de la casa. Emmett, canoso, a mi lado. Rodeados de nietos. Sus risas.

—Entiendo que eso es lo que tú quieres. Pero yo jamás querré nada más que a Edward. —Ay, ajam.

—Te equivocas nuevamente. Después de convertirte, habrá algo que querrás más. Algo por lo cual matarás. Sangre.