—Me alegra saber que estás bien, con una pierna rota pero bien. —me siento en el sofá sin despegar de la vista a Bella.

—Sí. Gracias por tratar de salvarme. Debió de dolerte estrellarte contra varias columnas.

—Sí, dolió mucho. Pero más debió de doler tener veneno de vampiro en tu sangre, y que te rompieran la pierna de una forma tan... brusca. —Hago una mueca al recordar los gritos de dolor de esta cuando James le rompió la pierna —. Pero, me dolió más perder unas de mis preciadas botas.

—Le hizo un funeral e hizo que fuera. —suelta Jasper entre carcajadas. Este se encontraba en un rincón, apartado, y tratando de controlarse.

—Veo que tus botas son lo más preciado para ti.

—Por supuesto que lo son, aparte de hacerme ver fabulosa, hacen que me vea más alta. —muevo mi cabello como toda una diva que soy. Los tres soltamos unas carcajadas antes de que el silencio gobernara. En ese momento la madre de Bella entra, ganando toda nuestra atención.

—Oh, no sabía que Bella tenía visitas. —dice mirando a Jasper y a mí.

—Tranquila, ya nos íbamos. —cojo mi bolso y camino hacia la salida.

—Soy Renée, la madre de Bella. —esta me estira la mano.

—Diana Clifford, amiga de Bella. —acepto su mano —. Y él es Jasper, mi novio.

Esta suelta mi mano para después estrechar la mano con Jasper. Los dos salimos del hospital para después subir al auto y arrancar.

—En dos días es el baile de graduación. Y sé que no has comprado el vestido, ¿quieres que te acompañe a comprarlo?

—En realidad, tengo pensado no ir. —Jasper enseguida comprendió, sabía que eso no era lo mío, al menos, no ahora. Después de todo lo que había pasado, preferiría no ir.

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Era el día del baile, y me encontraba en el sofá viendo una película de Barbie, específicamente Una moda mágica en París, puede que tenga ya mis diecinueve años, pero Barbie jamás pasa de moda. Era de mañana por lo que estaba desayunando. Nico prefería ver Rápidos y Furiosos, pero hoy era el día que yo tenía el televisor. Aunque, me gusta esa película, pero lo vería más tarde.

Tocan el timbre y mi madre se levanta para ir abrir, a los segundos ella me llama.

—¡Diana! —me levanto con pesadez y voy a la puerta, me sorprendo al ver a Jasper viéndome divertida. Pues, estaba en pijama y con el cabello despeinado.

—¡Jasper! —me sonrojo—. ¿Qué haces aquí?

Me oculto detrás de la puerta, evitando de que me viera, al menos, solo la pijama.

—Vine a traerte esto. —me extiende una bolsa. Lo miro extrañada —. Y vendré por ti a las seis y cuarenta. Ponte más hermosa de lo que ya eres.

Dice antes de irse con su velocidad inhumana. Cierro la puerta y dejo la bolsa sobre la mesa del comedor.

—Me vió en pijama. —murmuré. Fue la cosa más vergonzosa que pudo haberme pasado.

Estaría normal si fuese un pijama más decente, pero, la que tenía puesta estaba desordenada y no estaba muy decente que digamos. Y el cabello, ni me colabora.

Puede que Jasper me haya visto ya en pijama, pero en pijamas decentes. La noche anterior, él no había llegado por lo que me puse la primera pijama que ví.