Le di una patada a un lobo mandándole lejos, agarré a otro con el látigo y lo tiré hacia un árbol. Al cansarme invoqué varios esqueletos guerreros y sombras.

Enrollé  a Edward con mi látigo impidiéndole cualquier movimiento. Puse mi mano sobre su hombros para después comenzar a caminar hacia otra parte del bosque. Al detenernos este me reclama.

—¡No te pedí que me salvaras! —me reprocha este.

—Ya lo hice. —me encojo de hombros. Este me gruñe.

—Debiste dejarme morir.

—No lo hice. Tienes una hija, Edward, ¡Una hija!,  Bella no querría que dejaras a Reneesme sola, sin un padre cuando ya perdió a la mamá —este estaba por hablar, pero me adelanté—. Tienes que salir adelante. Rosalie, literalmente, está criando a Reneesme cuando el que debería de hacerlo eres tú. Cada día, Reneesme me pregunta si tú le echas las culpa de la muerte de Bella, si en verdad la quieres por tu maldita indiferencia hacia ella. Ponte los malditos pantalones, se un hombre y enfrenta la realidad. Sé que es difícil, pero al menos haz el intento. Reneesme no tiene la culpa de nada, ¿crees que ella hubiera decidido ver cómo muere su propia madre por ella?.

Este se quedó en silencio, no esperé respuesta y me fui.

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A los días siguientes, Edward comenzó a comportarse bien con Reneesme, al parecer, lo que le dije sí valió la pena. Incluso, le ha estado enseñando a tocar el piano.

Mañana, será el gran día. El día que al fin se casaría Nico y Alice.

Estos dos estaban de lo más emocionado, claro, Nico lo dismulaba.
Jason, Hazel y Leo casi nos matan por no ser los primeros en enterarse que Nico se casaría. Pero, serán los primeros en enterarse sobre nuestros compromisos con unos vampiros. Así que, aquí estamos, en la sala de mi casa mientras esperamos al resto de nuestros amigos y aprovechando el momento para contarles.

—Bien, Nico y yo queremos contarles algo. —comienzo a decir.

—¿Estás esperando un hijo de parte de Nico? —pregunta Leo.

Nico y yo nos miramos mientras hacíamos una mueca de asco.

—¡Iugh! ¡No! —gritamos asquientos.

—¿Entonces..? —Hazel arquea una ceja.

—Sé que es difícil de analizar todo lo que le... —Nico me interrumpe.

—La familia Cullen son vampiros.

Los chicos quedaron sorprendidos ante lo que dijimos. Jason suelta una carcajada.

—Sí, vampiros. Por supuesto, solo por su piel pálida, ojos extraños, que no comen... —este poco a poco fue bajando el tono al darse cuenta que decíamos la verdad —. Oh, Santos Dioses, salen con vampiros.

—¡No, no quiero perder a mis mejores amigos! ¡Les chuparan la sangre como una rata. Los tirarán por ahí como basuras! —comienza con su drama Leo.

—Leo, si le quisieran hacer daño a Nico y a Diana. Ya lo habrían hecho. —le dice Hazel. Era la más calmada y la que mejor se lo tomó —Lo único que me importa es que los haga feliz, el resto no me importa.