iii. There is nothing

𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 3.
𝐍𝐎 𝐇𝐀𝐘 𝐍𝐀𝐃𝐀




Me encontraba completamente sola en casa, mi madre no había llegado de trabajar. Así que me puse a ver televisión en la sala, específicamente Bunnicula: El conejo vampiro. Siempre me saca una carcajada esa serie.

Dejo mi taza de té en la mesa frente mío para volver acomodarme en el sofá. Al caer la noche procuré cerrar bien mi casa para que ningún monstruo mitológico entrase. Mi madre, al ser nieta de Minerva -Parte romana de Atenea- supo arreglársela para evitar de que los monstruos mitológicos olieran nuestras auras de semidiosas.

Estaba por quedarme dormida en el sofá, pero comencé a sentir una irritante mirada penetrante en mí. Abro los ojos de golpe y logro ver una silueta borrosa, al parpadear esta desaparece. Saco debajo de mi almohada una daga, me levanto del sofá lentamente.

¿Quién anda ahí? pregunto a la nada, volteando constantemente para cubrir mi espalda.

Por supuesto Diana, sí es un asesino te va contestar e incluso a avisarte que vino a matarte, y un ladrón a decirte que les des permiso de robar tu casa.

Después de revisar mi casa de arriba a abajo y de ver que no había nadie más que mi persona. Me volví a sentar en el sofá no muy convencida.

Hasta podría jurar que vi la silueta de una persona viéndome.

Al dar casi las once, escucho la puerta principal abrirse. Me levanto y logro ver a mi madre totalmente cansada.

¿Cómo te fue? le pregunto viendo cómo se tiraba a un lado mío en el sofá.

Ya sabes, lo mismo de siempre que cuando vivíamos en Colombia, pero me recibieron bastante bien. Al finalizar la jornada unos compañeros me llevaron a un lindo restaurante. me responde. ¿Y a ti cómo te fue? ¿No te atacó ningún monstruo?

Hice dos nuevos amigos y hasta voy aparecer en primera plana en el periódico escolar. Y no, no me atacó ningún monstruo.

Me alegro que al fin hayas hecho amigos. mira el reloj que se encontraba en la pared . Ya es tarde y mañana tienes escuela, ve a dormir.

Hago lo que me pide, pero antes de subir me robo un paquete de galletas de chocolate junto con un vaso de leche. Al terminarlas me tiro en la cama viendo a la luna que se lograba ver desde el gran ventanal.

Cuando iba a caer dormida vuelvo a sentir que me miraban.

¿Mi casa estará embrujada?

Prendo la lámpara que descansaba al lado de mi cama y esta iluminó toda mi habitación, saco de la gaveta de esta otra daga. Creo que me volví paranoica.

Apago la lámpara volviendo a la total oscuridad, pongo la daga debajo de mi almohada y al hacerlo recuesto mi cabeza en la almohada quedando dormida.

Nadie sabe a lo que se enfrenta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top