𝗢𝗢𝟳. 𝗌𝗎𝗇𝗇𝗒

CAPITULO
SIETE


❝ SOLEADO ❞

• • •

Las semanas pasaron tranquilamente o al menos así se podía sentir en la Villa Foosha. Todo transcurría normalmente en la taberna, no había razón para que cambiara. 

Hoy el día estaba más soleado que cualquiera así que beber para los chicos era más refrescante. Mientras ellos bebían y hablaban entre ellos felizmente, yo me encontraba sentada en la barra mientras que Shanks estaba recargado en medio de mis piernas sentado en una silla cerrando sus ojos al recibir suaves masajes en su cabeza de mi parte. Su sombrero de paja se encontraba encima de mi cabeza, por un extraño motivo se me hacía muy familiar. 

──¡¡ANN!! ─escuche un fuerte grito.

Mi vista de inmediato cayó en mi hermano que venía corriendo desde afuera con una enorme sonrisa. 

──¿Qué sucede, Luffy? ─pregunté cuando se paró al lado nuestro. 

──Me das una manzana. ─pidió ilusionado, por mi parte, alcé mi ceja ante su repentina y extraña cosa que me pidió.

──¿Se puede saber para qué la necesitas? ─cuestione. ──. Según lo que sé, a ti no te gustan las frutas si no comes carne antes y después de comerla. ─aclaré haciendo una trenza en el cabello del pelirrojo, no era tan largo pero podía hacer una trenza pequeña.

──¡Es que Yasopp me mostrara su puntería y necesita una manzana! ─expresó y el brillo en sus ojos me hizo sonreír levemente.

──¿Solo para eso la quieres? ─pregunté con una ceja en alto. 

──¡Sí! ¡Puedes venir conmigo para verlo! ─jalo la tela de mi vestido para que me levantara de la barra, pero el pelirrojo lo impedía. ──. ¡Shanks, quítate! 

──No. ─dijo divertido mientras le enseñaba su lengua a Luffy como su muestra de madurez. 

──¡Shanks, cabrón! ─expresó molesto. ──. ¡Deja que Ann se levante! ─apretó sus puños en forma de enojo.

──No quiero. ─habló para cerrar sus ojos.

Luffy parecía que estaba por estallar de lo molesto que comenzaba a ponerse. Sin poder evitarlo, solté una pequeña risa.

──Ya, dejen de pelear. ─dije tomando el rostro de mi pelirrojo acostandolo entre mis piernas para terminar por darle un beso. ──. No tardó. ─susurré depositando otro beso en sus labios.

Tome el sombrero colocándolo nuevamente en su cabeza mientras me bajaba de la barra escuchando un bufido de su parte. Al parecer él estaba completamente cómodo entre mis piernas.

──Ahorita regreso. ─comuniqué tomando una manzana de la cocina. ──. Andando, Luffy. 

──¡¡SÍ!! ─rodé mis ojos al verlo correr afuera de la taberna. ──. ¡Yasopp ya regrese! 

──¿Trajiste la manzana? ─preguntó mirando su arma.

──Ann la tiene. ─aclaró el infante, mientras yo le mostré la fruta antes de colocarla en un banquito. 

──Espero y le aciertes a la primera, ¿eh, Yasopp? ─me detuve a un lado de Luffy retirados de la manzana por preocupación. 

──¿Quiere apostar algo, jefa? ─rodé mis ojos ante ese apodo.

──No tengo nada que apostar, así que continua. ─dije cruzando mis brazos. 

Él tomó su pistola concentrándose en la manzana, tardó unos segundos hasta que apretó el gatillo y el sonido se hizo presente. Cuando miramos la manzana, nos asombramos al verla que se encontraba hecha pedazos.

──¡Increíble! ─gritó Luffy emocionado de lo que sus ojos presenciaron. ──. ¡Fue increíble, ¿verdad, Ann?! 

──Claro que lo fue. ─le sonreí acariciando su cabeza. ──. Por algo es el francotirador. ─susurré para mi misma notando que la tripulación de mi pareja no parecía ser cualquiera.

──Eso no fue nada. ─habló Yasopp mirando al pequeño. ──. Puedo disparar a las antenas de una hormiga.

──¡¡¿De verdad?!! ─preguntó entusiasmado mientras entrábamos a la taberna. 

──Desde luego. ─le respondió sentándose en una silla con Luffy a un lado suyo.

Preferí regresar a mi antiguo lugar. Sentada encima de la barra, no pasó ni un minuto cuando sentí al pelirrojo acurrucarse entre mis piernas mientras que escuchábamos la conversación que tenía Yasopp con Luffy. 

──Me siento muy unido a ti. ─le dijo el hombre abrazando por los hombros a azabache. ──. Tengo un hijo llamado Usopp, que tiene alrededor de tu edad. 

Rodé mis ojos ante eso, no era un secreto que Yasopp tiene un hijo. Todo el tiempo se encarga de hablar de él y a Luffy se lo mencionaba cada cinco minutos, día con día llegando al punto de hartar al azabache.

──¡No me importa! ¡Estoy cansado de esa historia! ─Luffy lo empujó lejos de él.

──¿Qué dijiste? ─me reí al ver cómo coloco una jarra en la cabeza de Luffy. ──. ¡Todavía no he terminado! ¡Escuchen todos! ─llamó, sus mejillas se encontraban rojas de tanto sake que había bebido. Subió un pie a la barra mirando a todos los demás. ──. Me he separado de mi hijo, ¿pero qué puedo hacer? ¡Sólo tengo una meta en mi vida, ésa es ser un pirata! 

Todos gritaron mientras alzaban su bebida, en cambio yo, ayudé a Luffy a quitarse la jarra de la cabeza. 

──Ya estoy harto de ese tan Usopp. ─expresó mi hermano por lo bajo.

──No puedes hablar mal de alguien a quien todavía no conoces. ─le aclaré pellizcando su nariz. ──. Tal vez algún día lo conozcas y termine siendo tu amigo, ¿eh?

──Eso jamás pasará. ─aseguró cruzando sus brazos mientras miraba a otro lado. 

Solté una leve risa.

──Ya lo veremos. 









[ • • • ]









El calor que hacía este día era más que en cualquier otro. Hoy solo estuve unas pocas horas en la taberna de Makino por el simple hecho de que la calor me pegaba a mi peor que los demás, al ser una usuaria del tipo Zoan, el bochorno que siente más pesado en algunos animales, es peor que de lo que un humano ordinario soportaría.

Con tan solo colocar un pie en mi casa fui directo a el cuarto del baño quitando mi ropa de "trabajo" dejándola en el cesto. Hoy había regresado de una de las villas a las que iba cada dos semanas. Una vez que mi cuerpo quedó al descubierto, me metí al baño dándome una refrescante ducha que duró aproximadamente media hora. Quería quedarme más tiempo en la rica agua fresca, pero me acordé que deje a Luffy solo sin decirle nada. 

Envuelta en una toalla en mi cuerpo y otra en mi cabeza salí del baño directo a mi habitación. No había llevado ropa para cambiarme ya que fui directo a la ducha. Me coloque mi ropa interior, antes de vestirme me seque y peine mi cabello para no mojar la ropa. 

Sin embargo, al momento de entrar a mi habitación no me percate de la presencia de cierto pelirrojo que estaba acostado en mi cama. Fue entonces que en acto de reflejo mire sobre mi hombro al hombre que no hacía nada más que observarme escondiendo la mirada y una pequeña sonrisa debajo de su sombrero. 

No me molesto, lo conocía para saber que él no es alguien irrespetuoso. Era estúpido, pero con modales para algunas cosas.  

──¿Disfrutando la vista, Akagami? ─pregunte con una sonrisa ladeada mientras terminaba de cepillar mi larga cabellera azabache que me llegaba a la cintura.

──Bastante, no te he de engañar. ─hizo a un lado su sombrero dejando ver su lado derecho del rostro. 

──¿En qué minuto llegaste? ─pregunte caminando a él después de haberme colocado mi vestido. 

──Hace unos cinco minutos llegué. Escuché el agua caer y supuse que estabas bañándote. ─dijo dejando encima de la mesa de medianoche el sombrero. 

──¿Y Luffy? ─me senté a horcajadas de él, apoyando mis manos alrededor de su cuello. 

──Makino le dio de comer y él no tardó en caer rendido ante la carne. ─sus brazos no tardaron en tomar mi cintura por debajo del vestido dando suaves caricias. 

──La debilidad de Luffy es la carne. ─solté una pequeña risa recordando como ama comerla.

──¿En serio? ¿Y cuál es la tuya? ─preguntó mirándome a los ojos. 

──No sé si es mi debilidad, pero me enoja que se metan con las personas queridas para mi. ─pegue mi frente con la suya. ──. Tú eres uno de ellos. Pero se de antemano que puedes protegerte por cuenta propia. 

──Lo mismo es mi caso. Eres una mujer fuerte y no necesito preocuparme por ello. Pero eso no quita el hecho de que no lo haga. ─cerré mis ojos unos segundos al sentir su cercanía. ──. Te quiero demasiado, linda. 

──Yo igual te quiero. ─sonreí mirando sus ojos. 

Sin decir más, acortamos toda la distancia que nos separaba en un dulce beso.

En un movimiento me acostó a su lado acomodando su cabeza en mis pechos mientras que yo acariciaba su cabello. Cerré mis ojos disfrutando de la presencia del hombre, sentí su respiración más ligera dando a entender que se iba quedando dormido entre mis brazos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top