━━❝𝗔𝗖𝗧 𝗢𝗡𝗘

Cuando las miradas se cruzan y sus almas están destinadas a estar juntos,

no hay nada, ni nadie que los pueda separar...

aunque estén separados por los siete mares



El viento soplaba con suavidad, rozando la ligera piel de un leve rosado pálido de aquella mujer azabache, quien disfrutaba de la fresca brisa jugando con sus largos y ondulados cabellos. 

Su delicada mano se encontraba hecha puño sin fuerza, procurando no enterrar sus largas uñas a su carne. Lo que apretaba entre sus dedos no era nada más que un hermoso collar plateado con un broche que sujetaba con firmeza un pequeño trozo de papel. 

Mismo que solo apuntaba a un lugar en específico, indicando que estaba lejos de aquella persona. La azabache sonrió abriendo su mano para dejar ver como el pequeño papel se levantaba apuntado a su frente. 

──10 años, ¿eh? ─una dulce y melodiosa voz salió ligeramente de sus labios. ──. Ni los senti. ─sonrió cerrando sus largas pestañas.

Lista para partir en busca de su amado. 

Mientras que un lejano lugar, al otro lado del mundo.

En un barco pirata, zarpando por el Grand Line gracias a la brisa que el viento les brindaba. Aquel barco no era cualquiera, pues en este se podía apreciar a cierto hombre de cabello rojo como la sangre, era conocido por todo el mundo como;

Akagami no Shanks. 

Todos conocían a ese capitán como uno de los más temibles y respetados piratas, no por algo era considerado uno de los cuatro Yonkou; aquellos con las fuerzas necesarias para ser nombrados emperadores, gobernando la segunda mitad del Grand Line. 

Para aquel emperador pelirrojo, no había nada ni nadie que lo hiciera intimidar, ni siquiera los otros tres.

O bueno, se cree eso. 

Pues solo existe una persona que es capaz de hacerlo temblar, más que nada en su vida. Y no es nada más que una chica pelinegra con pecas, esa mujer era la única que lograba doblegar aquel temible Yonkou. 

Tan solo bastaba una mirada de ella, y él ya estaba rogando clemencia. Tal vez piensen que exagero, pero es la simple verdad, incluso su tripulación ha sido testigo de lo que su mujer puede llegar hacer cuando se enoja o algo no le gusta, y claro que ellos no se salvan del todo. Cuando hacen algo indebido, la mujer de su capitán los castiga a todos parejos, aunque solo uno tuvo la culpa de lo que haya hecho. Ah, y si se les ocurre llevarla la contraria, será el final para ellos.

El sol se escondía entre las montañas anunciando un hermoso atardecer que con los minutos se iba apagando dejando paso a la noche con su brillante luna que se reflejaba en la calmada aguas de aquel inmenso océano. Los tripulantes del barco se encontraban dormidos, menos dos. El capitán y su mano derecha que se encontraba vigilando que todo estuviera tranquilo.

El pelirrojo no podía apartar su vista del East Blue, mientras más miraba una sonrisa traviesa se formaba en su rostro al recordar los momentos que vivió un periodo de tiempo con su amada. Aquella azabache con ojos iguales a su ondulado cabello, tan negros como la noche, le robaron el sueño desde el primer momento en que la vio. 

Aún recordaba ese día, como si hubiese sido ayer cuando la conoció. 

Que más deseaba el hombre que estar a un lado de su mujer mientras la mimaba o ella a él, como normalmente era. Lamentablemente ella decidió cuidar a su hermano hasta que él tuviera su propia aventura, una vez que se convirtiera en hombre volvería a su lado.

──¿Pensando en ella de nuevo? ─preguntó su amigo mientras se disgustaba de un cigarro sacando de su nube a su capitán.

──Siempre pienso en ella. ─confesó suspirando sin apartar la mirada de aquella dirección. ──. No hay ni día, ni hora en que no la piense. 

──El amor si que te pego. ─dijo mientras sonreía con el cigarro entre sus labios. ──. Pero siendo honesto esa mujer no tardará en llegar. ─se cruzó de brazos mirando la luna. ──. Calculo una semana cuando mucho. Solo espera un poco más y la tendrás a tu lado. ─le dio una calada al cigarro mirando ahora a su capitán, quien sonreía mirando el agua.

──Solo poco, ¿eh? ─miro la luna pensando en ella. ──. Espero y sea más pronto de lo que imagino, Ann. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top