O44. you know how to ball, i know aristotle

capítulo cuarenta y cuatro !

vos sabes jugar a la pelota,
yo sé de aristoteles

recomendación: escuchar so high school en loop!!

13 DE DICIEMBRE, 2022

LA VIDA DE JULIÁN retomó color en febrero de 2021.

Julián había decidido ponerle punto final a su relación amarga y triste con María Emilia. Aquella relación que él pensaba que era lo más sano que podía existir, terminó siendo algo que le quitó años de vida y alegría. Le costó meses darse cuenta que estaba dándolo todo por una persona que no valoraba ni un mínimo de lo que él le otorgaba. Emilia solo le otorgaba una vida pintada en blanco y negro, en la cual, la única beneficiada, era ella. Porque carecía de algo sumamente importante: amor verdadero.

Por eso mismo, Julián, se armó de valor y le confesó a Emilia que la vida que ella planeaba para los dos, no era de su agrado, y que incluso estaba dispuesto a cambiar lo suficiente para que su amor no muera, como si él fuera el causante de el dolor que él mismo sentía.

Un día después de esa charla, Emilia lo dejó por otro hombre.

Él estaba convencido de que no iba a recuperarse de esa pérdida, que viviría en piloto automático el resto de su vida, pero totalmente muerto por dentro. Sabía que después de Emilia no volvería a encontrar el amor jamás, porque por ella era su todo. A ella le daba todo, incluso lo que no tenía. Pero Emilia era demasiado egoísta para darse cuenta de eso. La cara de Julián había perdido su color completamente, pero María Emilia jamás terminó de admitir que estaban padecían de una enfermedad terminal.

Julián siempre supo que eso terminaría terriblemente mal, pero la amaba tanto que no se animaba a dar el último golpe. No podía entenderlo, no podía entender como Emilia había preferido a otro por encima de él. Julián siempre le dio lo mejor de él, y aún así, sangró como el soldado más valiente de su guerra. Una guerra, en la que hace tiempo había perdido el sentido de ganar la batalla.

Meses de terapia fueron más que necesarios para que esa insuficiencia con él mismo, desapareciera. Julián nunca se habría imaginado que aquel dolor algún día se iría, pero, una vez logrado, comenzó a ver el mundo de otra manera.

Y, justo cuando Julián estaba comenzando a construir su vida de una manera diferente, y su cara comenzó a tomar color nuevamente: Camila apareció, y revolucionó su mundo por completo.

Fue como si se adentrara a una situación completamente ajena a él. Sentía que el amor que Camila le otorgaba era totalmente diferente al que estaba acostumbrado a recibir, y eso, era lo más lindo que pudo haberle pasado en la vida.

Se sentía como un adolescente cada vez que la miraba a los ojos. Esa taquicardia que sentía cuando se besaban, los sonrojos constantes ante los cumplidos, y el alivio en el pecho cada vez que sus brazos la rodeaban eran reacciones que Julián solía creer que solo sucedían en adolescentes, no a sus veintiún años de edad. No obstante, Camila pudo demostrarle que estaba completamente equivocado.

Ella le había quitado ese miedo de expresar sus sentimientos, le había dado la confianza para demostrar su amor frente a cualquiera, y le había enseñado lo que es tener una relación sana. Gracias a eso, y con casi dos años de relación, él nunca dejaba de preguntarse que era lo que había hecho tan bien para tener el placer de dormir abrazado a una mujer que lo amaba con cada atomo de su ser.

Y es que no era solo eso; Julián se sentía afortunado en cada momento que compartían, por más mínimo que sea. Desde despertar escuchando su respiración y con un brazo sosteniendo firmemente su cintura, hasta en los momentos más íntimos, en donde tenía que cubrir la boca de Camila con su mano para acallar sus gemidos, teniendo a sus hermanos jugando una partida de GTA en la habitación de al lado.

Si, se habían lastimado y habían sufrido. Cometieron errores, tuvieron que separarse para después, volver y darse cuenta que nunca nadie llenaría ese vacío como lo hacían mutuamente.

Porque así era. Camila estaba dispuesta a irse de su lado para dejarlo ser feliz, pero más predispuesto estaba Julián, quien se negaba a perderla después de amarla tanto tiempo.

El accidente que habían sufrido había sido terrible. Los había dejado en un bosque a la deriva, sumidos en lágrimas, creyendo que la posibilidad que reencontrarse era totalmente inexistente. Ninguno podía soportar el golpe, había sido tan doloroso del cual pensaban que jamás podrían recuperarse.

Para su sorpresa, el sol salió, y ahí estaban ellos, enfrente del otro, tragandose su orgullo, admitiendo que lo sentían demasiado, y que no podían dejarse ir.

Camila lo sabía mejor que nadie, Julián era el único para ella. Todos aquellos chicos con fortunas extravagantes y autos caros jamás podrían llevarla hacia donde Julián lo hacía.

Por eso, y millones de razones más, aquel 13 de diciembre, Camila tomaba asiento junto a sus hermanos en el estadio Lusail, preparada para el inicio de la semifinal entre Argentina vs Croacia.

―¡La Gwen la la la la! ―vitoreaban los barravabra bajo ellos, accion que los hacía reír.

Camila estaba por demás de nerviosa, era una semifinal del mundo, un paso más y Argentina aseguraba su lugar en la final, sabían que no era para menos. Todos los argentinos en distintas partes del mundo esperaban con ansias aquel día, desde los que solo miraban los partidos por Messi hasta los macumberos que congelaban nombres, no había argentino que no supiera lo importante que era aquel día.

Pese a estar bastante nerviosa, Camila tenía demasiada fé en el equipo, estaba escrito, la victoria tenía que ser para Argentina si o si. No era solo por el país entero, si no por aquellos guerreros que defendían la camiseta a capa y espada. La Scaloneta lo merecía. Desde los más jóvenes, como Enzo y Julián, que eran pura sangre nueva y demostraban que hasta el sueño que parecía más inalcanzable, podría alcanzarse, hasta los más grandes, como Leo y Di María, quienes le enseñaban a sus sucesores que el fútbol da revancha siempre, y que hay que aprovechar cada una de esas oportunidades al máximo.

Más allá del resultado (y, anulando todas las mufas posibles), todo el mundo sabía que los jugadores ya eran ganadores. A ese punto, ya eran incontables las veces que Camila había llorado desde las gradas: ¿El motivo? El orgullo que le provocaba Julián, una cosa tan simple como aquella.

Álvaro a su lado le cebó unos mates mientras sacaba un paquete de galletas. Obligando a su hermana y a él mismo a comer algo aunque sea antes de que empiece el partido. Camila y él eran iguales en ese sentido, no comían nada por nerviosos y después se lamentaban con las defensas por el piso.

Cómo olvidar aquel partido contra Países Bajos. Definitivamente entraba en el top de días que más veces se infartó.

―¿Amelia se sentía mejor? ―le preguntó Álvaro a Camila, entregándole el segundo mate.

―Sí, la enfermera que la atendió dijo que le había subido un poco la presión ―comentó ella―. Creo que tuvo una pelea con Ramiro en la mañana, pero no me quiso contar...

―Está para cascotearlo al pelotudo ―Álvaro bufa―. Mientras más grande más mamerto.

―¿Por?

Álvaro mira a Camila suspirando: ―. Yo te cuento pero vos... a nadie, eh ―la señala su hermano, Camila asiente, mirándolo atenta―. Amelia lo agarró a Ramiro hablándose con otra.

―¿Qué? Me jodes... ―Camila lo miró, extrañada.

―No. Se anda haciendo el loco otra vez.

―La puta madre ―se quejó Camila―. Que pendejo choto que es. Ni siquiera siendo padre va a madurar...

Si bien muchos comparaban la relación de Amelia y Ramiro con la relación de Messi y Antonella, porque la historia era prácticamente la misma, Ramiro se las había mandado varias veces en el pasado, su familia creyó que él finalmente había sentado cabeza cuando se fueron a Italia, pero al parecer, no era así.

Se sabía que Amelia era la mujer que Ramiro más amaba en el mundo, pero era hombre. Con eso, se dice todo.

―Y eso no fue lo peor... ―sigue contando Álvaro, Camila se preocupa al oír eso―. Me parece mucho que ya sé con quién se habló Ramiro.

―¿Con quien? ―Camila lo mira, inexpresiva.

―Lo hablamos con Lali y... ―suspira― Nos parece que Ramiro se está hablando con La China, hace rato ya...

―¿La China Suarez? Mentira...

―No, en serio ―él le dice―. Ella está acá con el hamburguesa... y Amelia lo agarró diciéndole que se iban a ver en no sé donde...

Camila suspiró con furia, si no fuera porque el partido estaba por comenzar, ya estaría acogotando a Ramiro a dos manos.

Más allá de estar impresionada de la actitud de su hermano, le impresionó que fuera con la mismísima China Suarez. Si bien siempre se supo que Eugenia tenía una cosa (sin poder decir bien qué) con los hombres casados, todo aseguraba que ella estaba perdidamente enamorada de Thomas. Si la tarotista de tiktok no le fallaba, a Rusher finalmente le estaría llegando su karma, pero Camila maldecía que su hermano sea quien estuviese involucrado en eso.

Camila decidió dejar aquel tema en segundo plano, más allá de lo importante o no que sea, cuando la Scaloneta pisaba la cancha una vez más, comenzando a formarse para entonar el himno y defender a sangre viva aquella camiseta.

Martinez al arco, Messi y Álvarez en cada extremo del mismo. Por primera vez, los argentinos sentían rivalidad sana mediante el otro equipo. Más allá de ser una semifinal del mundo, Croacia había demostrado ser un equipo que respetaba, que no chicaneaba ni intentaba dar golpes bajos para debilitar al equipo.

A los diez minutos del partido, Camila observaba como su chico corría para todos lados completamente entusiasmado, le llenaba el pecho de orgullo. Argentina mantenía el control de la pelota mientras que Croacia mantenía una muy buena barrera que impedía que la pelota llegué al arco. 20 minutos después, nada. Camila estaba con un dolor de panza terrible, sentada en el asiento, mordía sus uñas con ansiedad mientras su hermano a su lado movía su pierna de arriba a abajo. La actriz colocó su mano encima de la rodilla de Álvaro y él se la apretó con fuerza, compartiendo su sentimiento de ansiedad.

No era una semifinal de Argentina si no se sufría.

Camila y su hermano se levantaron del asiento al observar como Julián recibía un pase de Enzo, y el mismo corría con toda sus fuerzas para acercarse al arco contrincante. Parecía que corría sin nada encima, literalmente, un enfermo.

―Che, decile a tu marido que no se puede correr así desnudo. ―el comentario de Álvaro la hizo reír, pero ambos siguieron con vista puesta en Julián, quien se acercaba cada vez más al arquero.

El arquero croata se incorporó listo para enfrentarse a la araña. Y justo cuando Julián apuntó contra el arco, la pelota fue detenida por otro jugador azul. Julián se desplomó, cayendo de boca al suelo mediante un golpe seco, proporcionado por un golpe dudoso del arquero.

Y así se quedó, con las piernas y los brazos estirados, completamente tieso, a la espera de una reacción esperada por todos los argentinos.

Los millones de pares de ojos se clavaron en el árbitro. Y un grito desgarrador salió de la boca de los argentinos cuando este sonó el silbato sostenido entre sus dedos.

―¡PENAL!

Camila dejó salir un par de lágrimas mientras veía a Lionel agradeciéndole a su chico por ese penal que haría una enorme diferencia. Por ese penal, Argentina avanzaba a pasos agigantados para reivindicar cada uno de los errores cometidos en aquella final de 2014.

La actriz apretó la mano de su hermano con fuerza, mientras le rezaba a los astros, las brujas, los espíritus angelicales y a Taylor Swift para que Leo convierta ese gol. Un sueño compartido de un país entero iba a cumplirse por fin.

El mejor del mundo pateó fuerte al arco, convirtiendo ese gol que terminó siendo la alegría de millones de argentinos. Camila se aferró a los hombros de Álvaro mientras él la levantaba del suelo. En los asientos detrás de ellos, la familia de Julián festejaba a los gritos, y Camila se dio la vuelta para darle un fuerte abrazo a su suegra, que era lo más cercano que tenía de Julián en ese momento.

1 a 0. Las cosas de a poco iban acomodándose.

El partido concurrió con normalidad, aunque la victoria comenzaba a saborearse, no estaba todo cantado todavía, lo sabían. Camila observó como uno de los jugadores croatas erró uno de los remates al arco, detenido por la espalda de Julián, y la pelota siguió su rumbo a la deriva. Lionel intentó apoderarse de la pelota, pero su cuerpo chocó con uno de los jugadores de uniforme azul, dejando la pelota rodar por la cancha sin dueño.

Sin embargo, ahí estaba él. El Peter Parker argento para salvar el día.

Julián corría como nunca en su vida, estaba casi en el otro extremo de la cancha cuando agarró la pelota y siguió, siguió corriendo como si no hubiera un mañana. Faltaba para que él llegue al arco, pero Camila y Álvaro se levantaron, sorprendidos por la agilidad del chico.

Ahí va el pibe, y galope, y galope.

Julián siguió manejando la pelota a un ritmo impresionante, sin dejar que nadie se la saque, ni siquiera Molina, quien estaba corriendo incluso a una velocidad más alta que la de la araña, predispuesto a que Julián lo vea y listo para recibir el pase. Pero Julián no desistió, ya que no lo veía como una jugada segura, por lo que mantuvo la pelota delante de sus pies. Batalló contra más de un croata frente al arco, pero parecía que sus piernas mantenían un control impresionante sobre la pelota y no iba a dejar que nadie se la sacara, haciendo un gran honor a su apodo.

Iba cagado de risa, ni siquiera él sabía el por qué. Pero, dando un salto en el aire, antes de chocar con el arquero croata, le dio un pequeño empuje a la pelota, haciendo que esta choque directamente contra el arco.

39' gol(azo) de Julián Álvarez.

Julián se levantó efusivamente del césped, y vio como Lionel Messi iba de manera casi instantánea a abrazarlo.

―¡LA RE CONCHA DE TU MADRE ARAÑA TE AMOOOOOO! -exclamaba Álvaro, rompiéndose las cuerdas vocales. A diferencia de su hermana, que ni siquiera podía gritar, porque lloraba desconsoladamente.

Las lágrimas caían desesperadas por los ojos de Camila mientras observaba desde arriba como Enzo abrazaba a Julián con todas sus fuerzas. No le entraba más orgullo en el cuerpo. No podía creer que ese era su Julián. Aquel Julián que había conocido por un par de partidos en River Plate, que ahora haya convertido, sin exagerar, el que quizás podría ser el mejor gol en la cancha más importante del mundo.

El brillo en los ojos de Julián era inmenso, al igual que el de un niño al cumplir su más grande sueño. Con la diferencia, que ahora no festejaba sus goles en la canchita de Calchin. Y los que vitoreaban su nombre o apodo, no eran sus compañeros del clubcito. Ahora tenía a más de 40 millones de personas celebrandolo a él.

Julián buscó rápidamente el palco de su familia con la mirada. Y sonrió a encontrarla a ella, específicamente a ella. Su felicidad se incrementaba a un cien por ciento al verla a ella, festejando sus logros. La manera en que lloraba como una exagerada, como sonreía, como gritaba su nombre con todas sus fuerzas, como abrazaba a su familia, manteniendolos conectados de alguna manera. Camila lo era todo para él. Julián lo sabía. No estaría parado en esa esquina del Lusail sin ella. Ni la felicidad ni su vida serían lo mismo sin ella.

Nunca se había sentido tan amado, tan querido. Nunca nadie había demostrado tanta felicidad de estar con él como se lo demostraba Camila, y sabía que nunca nadie jamás lo haría como ella. Lo hacía sentir el hombre más importante y afortunado del mundo. Esa sensación se sentirse invencible solo la sentía sabiendo que ella estaba presente.

Quería gritarle a los cuatro vientos que todo era hermoso por ella. Que la vida tenía un sentido completamente diferente a su lado.

Julián levantó su mano y formó una letra C con sus dedos. Quizás no significaba mucho y no le estaba devolviendo ni la mitad de felicidad que Camila tenía para entregarle. Pero para ella, incluso el detalle más mínimo que él le ofrecía, era más que especial. Quizás por eso su amor era tan resistente.

El orgullo del argentino. El tímido cordobes que dejaba la vida en la cancha. El que hacía llorar a los hinchas de emoción y hacía suspirar a las más jóvenes enamoradas. Julián Álvarez, que terminaba de festejar con sus compañeros, le dedicó su gol, a ella.

-Es tuyo. Te lo dedicó a vos, hijita. -le decía Mariana a Camila, mientras miraba con orgullo como su hijo, aparte de estar cumpliendo el sueño más grande de su vida, se lo dedicaba a su amada.

Dios, no podía más. Lo amaba tanto.

Llegó el cierre del primer tiempo y eso le dio chance a Camila para pedirle más pañuelitos a Gustavo para sonarse los mocos de tanto llanto. En el tramo del entretiempo, se encontró con Oriana y Camila, con quienes saltó y gritó apenas la vieron. Como amaba a esas mujeres.

El segundo tiempo comenzó, dentro de todo más tranquilo. Argentina iba más adelantado más allá de que el equipo croata estaba teniendo más posesión de la pelota.

Messi evitó con éxito a la defensa croata, en especial a aquel hombre raro con una máscara en la cara. El jugador la tenía servida, listo para que otro reciba la asistencia y meta el gol.

¿Cuál otro? La Araña. ¿Quién más si no?

Julián corrió rápidamente, y con una suave patada en la pelota con su pie, la pelota entró en el arco. Álvaro pegó un grito de festejo, despegando a Camila del suelo y saltando con ella en sus abrazos, mientras Camila parecía estar totalmente tiesa por las jugadas de su chico.

Argentina le ganaba 3-0 a Croacia. Con no sólo uno, sino dos goles de Julián, y uno de Leo.

Una vez sonó el silbato que daba por finalizado el partido, se vio como los jugadores suplentes corrían a abrazar a aquellos once héroes que dejaron todo en la cancha.

Julián abrazó a sus amigos. Desde Enzo hasta Messi. No podía creer. Ni siquiera era consciente que esa felicidad irradiada en la cara de sus compañeros, era por él. La hinchada estaba enloquecida, los jugadores lloraban de la emoción. La vida les estaba dando revancha. Estaban en una final del mundo, otra vez. Lo habían logrado.

Camila bajó las escaleras corriendo, intentando no chocar con el gentío ni tropezar por como Agustín la tironeaba al bajar. El corazón le latía tan fuerte que sentía que se le iba a salir del pecho.

-¡Julián!

El goleador se dio la vuelta y sus ojos se encontraron con la mujer que más amaba en todo el mundo. Julián abrió sus brazos, mientras Camila corría a envolverlo en un abrazo, colgándose de su cuello. Parte de esa victoria era por y para ella. Su amor y la confianza que ella le ejercía en sí mismo le dio la fuerza para hacer lo que hizo. Él se sentía totalmente invencible sabiendo que tendría siempre a esa morocha de ojos marrones, no importa si buscaba consuelo o era para festejar, sabía que Camila siempre estaría ahí, cuidandole la espalda.

Aún rodeándola de la cintura y levantándola del suelo, con ella llorando en su hombro, la besó. Unió sus labios en un beso que incluso siendo el más hermoso de la historia, ni siquiera alcanzaba para demostrarle todo el amor que le tenía y lo mucho que le agradecía por estar ahi, por haber vuelto a él, incluso cuando él pensaba que todo estaba perdido.

Y entonces, lo supieron, supieron que el amor que se tenían era tan grande como para enfrentarse a cualquier monstruo que los atormentara. Que nada ni nadie podía volver a separarlos, porque estarían atados para siempre mediante ese hilo invisible, que los llevó a unir pistas hasta llegar a ese momento.

Y, al final de todo, los monstruos que parecían rodearlos, terminaron siendo solo árboles. Salió el sol. Y cuando el sol salió, Camila estaba mirando a Julián. Sólo a él.

Aquella Camila que abrazaba a su chico llena de orgullo no era solo la mujer de 22 años que lo amaba con todo su ser. También lo abrazaba la Camila de 21, quien aún tenía miedos de amarlo con libertad. Y no menos importante, lo abrazaba la Camila de 18 años, en aquella final de Libertadores en Madrid, quien le preguntaba a su hermano con curiosidad quien era ese chico que entraba en los últimos siete minutos del alargue.

―Flaquita... ―Julián rió un poco, acariciandole la cintura con todo el amor del mundo―. Mi amor, no llores...

―Te amo, te amo tanto, Julián. ―sollozó Camila, separándose un poco para mirarlo a los ojos. Detrás de todas esas lágrimas de orgullo, Julián encontró ese brillo que la caracterizaba a ella. Su mirada era mágica. Era amor puro.

―Te amo con mi vida, Camila. ―él le murmuró, como si fuera lo único que existiera en su mundo―. Todo esto es por vos. Te amo un mundo entero.

Camila deseaba poder guardarse aquella mirada toda su vida. Era todo lo que ella necesitaba. Todo lo que Julián le daba, era todo lo que ella buscaba.

La familia de Julián llegó a la cancha, uniéndose al abrazo de la pareja. Y ahí estaban los Álvarez, abrazando a su mas grande orgullo. Camila sintió que se desbordaba del amor que le proporcionaba la familia, y, de alguna forma, sentía que también era para ella. Una parte de ella, sabía que ella también había elegido a los Álvarez como su familia, asi como ellos la habían elegido a ella. Y ahora veía a los hermanos de Julián como los suyos.

Julián le entregaba su corazón completamente. Se había equivocado y de sus errores había aprendido, y ahora, más que nunca, sabía que nunca dejaría que se vaya de su lado de nuevo, y ahora estaba completamente dispuesto a dárselo todo para que se quedara. Le entregaba todo su amor y devoción a Camila, sin miedo ni restricciones. Y todo lo que él le daba, Camila se lo devolvía. Se amaban la misma cantidad. Y eso los hacía coincidir más que nunca.

Él supo lo que quería desde el primer momento, y lo obtuvo. Estaba completamente orgulloso de demostrar que esa mujer maravillosa era suya, y que nada podría cambiar eso, jamás.

(...)

15 DE DICIEMBRE, 2022

―Mm, a ver... ―Camila pensó detenidamente, como si estuviera apunto de tomar la decisión más difícil de su vida―. Ya está... escuchen: Me caso con Messi, le doy un beso al Dibu, y mato a Julián.

―¡No podés hacer eso! ―se rió Vicky Paredes, por la audacia de la mayor―. ¡Juli es tu novio!

El dia siguiente al partido, las familias de los jugadores se reunieron en el predio para felicitar a los finalistas. Si bien Camila había pasado bastante tiempo con Julián, su momento de distracción no se esfumó cuando los hijos de Paredes y Di María las invitaron a ella y a Ori a hacer pulseritas de la amistad, porque se habían aburrido. Así que mientras Camila terminaba de atar la pulserita que le estaba haciendo a Mía, se pusieron a jugar el casar, besar o matar.

―¡Ya no quiero jugar a este juego! ―se quejó Giovanni Paredes―. ¡Vos Vicky no dejás elegir nada!

Camila y Oriana se miraron entre sí, intentando ocultar su risa. La verdad era que la pequeña Paredes era bastante tramposa y la hacía cambiar de parecer cuando a ella no le gustaba la respuesta, incluso cuando no estaban compitiendo.

―¿Alguien tiene la S por ahí? ―Camila preguntó, mientras se decidía a hacerle una pulserita a Julián con spider boy.

La actriz se dio la vuelta cuando alguien le tocó el hombro, y ahí estaba Thiago Messi, quien estaba alejado de los niños y Oriana y Camila, quizás por vergüenza.

―Hola Thiago. ―Camila le sonrió amable―. ¿Queres hacer pulseras?

El niño Messi negó con la cabeza, muy avergonzado y con un sonrojo notable en sus mejillas. No le respondió de manera verbal, solo se dedicó a extenderle la cuenta de la letra S con la palma de su mano.

―Se... se te había caído. ―comentó Thiago, de manera tímida.

Camila le sonrió, tomando la cuentita con cuidado para no volver a perderla.

―Gracias, me salvaste. ―Camila volvió a sonreírle de manera tierna―. ¿Seguro que no queres venir con nosotros? Si no sabés hacer pulseras te enseñamos.

Thiago negó con la cabeza, algo cabizbajo, y se rascó la nuca antes de volver a refugiarse con su madre.

Mateo Messi observó con atención la secuencia de las actitudes de su hermano Thiago, por lo que se incorporó rápidamente hacia la mesa donde estaba Julián, charlando con sus hermanos y con Paulo sobre las jugadas del partido. Mariana le sonrió con dulzura al ver al niño, y Mateo fue directo la estirarle la camisa a Julián.

―Eh, Juli, Juli... ―lo llamó Mateo, estirándole la camiseta al nueve con una sonrisa maliciosa.

Julián esbozó una sonrisa genuina al ver al pequeño Messi, y le extendió el puño para saludarlo: ―. ¿Todo bien, Mateo?

―Sí, todo bien, araña. ―sonrió Mateo, recibiendole el choque de puños―. Te tengo que contar algo...

―¿Si? ¿Que pasa? Decime... ―Julián miró al niño con atención, y Mateo le hizo una seña con su mano para que se acerque, como si estuviera apunto de contarle algo super secreto.

―A Thiago le re gusta tu novia. ―le susurró el niño, soltando risitas traviesas.

Julián alzó las cejas con sorpresa y gracia. Quien diría que Thiago Messi había caído completamente en los encantos de su novia.

―Uy... no me digas eso, amigo. ―el cordobes se pasó una mano por la cara, simulando estrés―. ¿Estás seguro?

Mateo asintió con seguridad, como si esperaba que Julián actue frente a la situación: ―. ¡Te lo juro! Recién fue y se puso re nervioso. Para mi que le gusta.

Julián fingió frustrarse, mientras suspiraba, Paulo a su lado, oía con diversión la conversación de Julián y Mateo Messi.

―Bueno, gracias por decirme, pa. ―Julián le palmeó la espalda al niño―. Voy a tener que estar atento.

Mateo esbozó una sonrisa, orgulloso de sí mismo por haberle ayudado a Julián con su relación. Y minutos después, volvió, dando saltitos para regresar hacia la mesita de los Messi.

―Uy boluo', te voy a cortar la mano. ―Agustín rodó los ojos, quien era el encargado de cebar el mate, cuando Julián insistió en saltear la ronda para que le toque nuevamente a él.

―No le podés negar un mate a un finalista del mundo.

―¿Por que no me chupas bien la-

―Ey, ojito como le hablás a mi señora. ―llegó Camila, interrumpiendo lo que decía Agustín mediante un suave golpe en la nuca―. Qué falta de caballerismo, che. ―Julián sonrió al verla, mientras su novia se sentaba a su lado, él le pasó un brazo por los hombros.

Pesada, ¿queres un mate? ―Agustín le ofreció el mate a Camila, quien lo tomó gustosa. Los mates de Agustín eran otra cosa.

―Ah bueeeeno, mirá como ni disimulamos el favoritismo, qué feo, eh. ―Julián no tardó en quejarse, al ver como su hermano no tardaba en cebarle un mate a Camila, pese a saltear la ronda―. Fallecieron los lazos familiares, feneció la hermandad.

Después de un rato conversando con los Álvarez, (jodiendo, más que nada), Camila se levantó hacía el dispenser de agua para tomar un poco y recargar energías por lo seca que se sentía su boca de tanto reir y joder.

La actriz intentó disimular que se atragantó con el agua cuando Lionel Messi se colocó detrás de ella, portando una sonrisa amable y una camiseta en su mano izquierda.

―Perdón Leo, ¿queres agua? ―Camila le sonrió amable a Lionel, intentando que él no se dé cuenta que le temblaba la mano de los nervios. Ella jamás podria aceptarlo, podría convivir mil millones de veces con Leo, pero nunca podría acostumbrarse al hecho de tener al más grande del mundo frente a ella.

―Eh, no, no, tranqui. Quería darte algo... ―Lionel le sonrió, extendiéndole la camiseta con su mano izquierda―. Capa' que ni te acorda' vo', porque era' ma' chica... pero yo te había prometido una camiseta una ve', hace mucho...

Camila se sorprendió al escucharlo. Por supuesto que lo recordaba. Jamás podria olvidar la primera vez vez conoció a Messi, en el aeropuerto de Brasil, después del mundial en 2014.

Recordaba salir a buscar a la Selección por todo Brasil si era necesario junto a sus hermanos, no podían perderse la oportunidad de conocer a la Selección, mas allá de su dolorosa derrota. Y así lo hicieron, Camila primero se encontró a Lionel, y recordaba que, de los nervios que tenía en ese momento, se había olvidado su camiseta para que se la firme, y como Leo tampoco llevaba ninguna a mano en su momento, le firmó solo en su cuaderno, prometiendole, que, algún día, él le iba a regalar la camiseta que le debía.

Quién diría que ese momento llegaría ocho años después. Y, lo más irónico de todo, es que habían coincidido porque Camila ahora era novia de quien estaba ayudando a su ídolo a cumplir ese gran sueño.

―Muchísimas gracias, Leo. ―Camila le recibió la camiseta con nerviosismo, que le costó disimular, pero pudo―. En realidad... gracias por todo. Por todo esto, Leo... nada hubiera sido lo mismo sin vos.

Lionel esbozó una sonrisa amable y nerviosa, mientras se rascaba la barba riendo un poco.

―No... no e' nada, de verdad. Para mí también e' un sueño que... que ojalá se pueda cumplir. ―aseguró el capitán, con una sonrisa tranquila.

―Y así va a ser, Leo. ―Camila sonrió.

Una sonrisa tranquila iluminó la cara de Lionel, y después de asentir con la cabeza, se devolvió con su familia. Camila observó la camiseta entre sus manos, lo sentía como lo mas preciado del mundo. Porque nunca, ni en sus más grandes sueños, se hubiera imaginado que Leo le hubiera regalado una camiseta a ella, o que siquiera se hubiera acordado de aquella vez que se conocieron.

―¿Qué hacías hablando con Leo? Me puse celoso. ―Julián apareció, rodeando la cintura de su novia de manera cariñosa.

Camila puso los ojos en blanco, jodiendo: ―. No seas envidioso, nene. Todo porque a vos Leo no te regaló ninguna camiseta.

―¿Leo te la regaló? ―Julián bufó, fingiendo celos―. No vale así, vos ya tenes a Taylor.

―¿Me vas a seguir peleando o vamos a pegarnos una escapadita a los baños para felicitarte por tus goles? ―Camila formuló una sonrisa juguetona, Julián reaccionó casi de la misma manera, pero un poco más nervioso.

―¿Te... te gustaron los goles, beba? ―Camila se murió de ternura cuando Julián se ruborizó levemente―. Fueron para vos.

Camila sonrió. Como lo amaba a este hijo de puta.

―Sí, mi amor... sos mi más grande orgullo. ―la actriz dijo, evitando llorar esta vez, mientras le besaba los labios a su amada.

―Ah, que cagada, porque fueron por el cumple de la Taylor. ―bromeó Julián, recibiendo cada uno de sus besos.

Camila rió un poco: ―. Es a la única que le permito que le dediques goles a parte de mí.

―A nadie mas en el mundo querría dedicarle mis goles, amor. Son todos para vos. ―rió Julián, dejando besitos cortos en su cuello―. Te amo, mi reina.

―Yo te amo más, goleador. ―Camila sonrió, acariciando su nuca entre risitas tontas. Hasta que sintió como Julián, de manera disimulada, le apretó un cachete del culo―. Bue, pensé que estabamos teniendo un momento romántico, ¿sabés?

Julián soltó una sonora risa.

―Todos nuestros momentos son románticos, gorda. ―dijo él, dejandole una pequeña palmadita en el culo―. No me eches la culpa, vos empezaste con este culo que tenes...

Camila se rió, tirandole de la oreja por el comentario desubicado.

―Sí, si, como digas vos, pajin.

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le gusta a taylorswift, beltranlucass y 876,222 más.

camilabardel karma es mí chico finalista en honor al cumpleaños de @taylorswift 🤍🇦🇷

Ver los 12,040 comentarios.

juliaanalvarez Ayyy mi preciosa 😍❤️
Un pasito más mi amor, yo te voy a traer la tercera. 🤍
| camilabardel TE AMO 😭😭😭😭
| agusaguilar MIREN LO QUE LE DICE COMO VAS A SER ASI DE TIENRO JULIANNN 🥺🥺🥺🥺🥺
| user0 Sí yo quería ser esa mujer
| user88 MIS PAPIS LOS AMO ADEOPTENME OUEDO SERNLA ALFOMBRA

orianasabatini FINALISTAS AMIGA TE AMOOOOOOO

camimayan Vamosss amigaaaaaaa

a.bardel ARAÑAME TODO ARAÑA
| camilabardel 😟

ramirobardel Ese hombre creó el sexo

antonelaroccuzzo Vamosss! 🥰
| camilabardel vamos antoooo 💕💕💕

user1 fua mira el orto q tiene esta cristiana te entiendo julian vos le dedicas goles pero yo le dedico pajas

carocalvagni Lo tuyo no es real amigaaaa😍
| camilabardel t amo caritoooo

riverplate Nuestra Gwen en modo finalista 🤍❤️🕸

agualvarez3 Podraaan ser finalista del mundooooooo?

user333 El novio mete dos golazos en una semifinal del mundo y esta lo único que hace es etiquetar a teilor suift ? Vergüenza !! 🤦‍♀️🤦‍♀️
| camilabardel tranqui a mi novio lo felicité bien x sus goles

nicoochiatto Vamoss finalistaaaa 👏👏👏

taylorswift Congratulations! ❤️
| martibenza ariana what are you doing here
| camilabardel WTF TAYLORNEKFWIBWKKNFKRKQNCKQIFBWKFKNWNFIWKD

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nonono chicas es VERGONZOSO lo desaparecida q estuve.

literal somos bicampeones de america y yo sigo escribiendo la final DDEL MUNDIAL soy una fracasada ahrw

les pido mildis es que estuve con mil cosas y en las vacaciones no tuve tiempo 😭😭😭 espero no me dejen en banda porque no queda NADA para q se termine

muchísimas gracias por seguir bancandome apesar de todo y me alegra que hayan extrañado tanto a julián y camila como yo 🥺💕 prometo mantenerme activa en especial ahora que falta poquito para el final.

muchas gracias por leer
les amo ❤️❤️❤️

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