O21. you might have just dealt the final blow
capítulo veintiuno !
❪ tal vez solo me hayas dado el golpe final ❫
1 DE FEBRERO, 2022
Omnisciente
EL 2021 SE FUE VOLANDO. Y la relación de Julián y Camila no hizo más que avanzar.
Fue el cierre y comienzo de año más hermoso que Camila podría haberse imaginado. Y todo lo que Camila había visto como imposible que sucediera en algún momento, sucedió.
Navidad con los Bardel en Quilmes y Año Nuevo con los Álvarez en Calchín. Nada hizo más feliz a Camila y Julián que empacharse de Vittel Tone y cerrar el año amándose. Conocieron sus lugares donde crecieron, compartieron anécdotas con sus familias y celebraron otro hermoso mes de relación. Además de también celebrar la última victoria de River conseguido el 18 de diciembre.
Terminando con el internet repleto de videos de Camila y Julián bailando al compás de Agapornis en la joda con todo el plantel, y #mispapis como tendencia por más de una semana seguida.
Obviamente no todo es tan fácil como se ve. La convivencia en una relación es algo complicado, en especial para Camila y Julián. No peleaban con frecuencia, de hecho la pelea más significante que habían tenido era porque Julián tenía esa manía molesta de dejar todo tirado después de llegar de entrenar.
Pero Julián no soportaba verla enojada con él, así que siempre desistía primero, dándole un beso, pidiendo disculpas y bancandose a su novia burlándose de él por lo pollera que era. Pero soportaba todas esas cosas porque Camila era la mujer que más amaba en el mundo.
Soportaba su mal humor de lunes, sus inseguridades y su complejo de perfeccionista. Era un gran aficionado en hacer oídos sordos ante cualquier comentario ajeno a su relación, porque nadie conocía a Camila como él cuando estaban encerrados en las cuatro paredes de su habitación. Era la primera persona en quien pensaba al despertarse y se dormía pensando en cuanto la amaba. Su actividad favorita era escucharla hablar por horas sobre cualquier cosa que le apasionara y su momento favorito del día llegaba cuando en la noche su cuerpos se encontraban enredados bajos la sábanas.
Definitivamente para Julián, Camila era la mujer con la que se casaría con anillos de papel.
Camila, por su lado, nunca había imaginado que podía amar tanto a una persona como amaba a Julián. La tenía tan hipnotizada que se sentía plena y feliz con tan sólo verlo dormir con la respiración tranquila, con sus abrazos abrazando su cintura. Lo amaba tanto hasta el punto de querer soltar lágrimas por recordar que tenía ropa de él en su armario o que él tenía muchos de sus libros en la mesita de luz de su casa. Sabía que él la amaba de la misma manera (a veces llegaba a considerar que la amaba más que ella), pero incluso si él no lo hiciera; Camila creía que tenía amor suficientes para ambos.
Había obtenido finalmente la recompensa de aquel calvario por el que había atravesado. Y encontrar a una persona que la amara tan genuinamente como lo hacía Julián era la recompensa más linda de todas. No habría nadie en el mundo que la protegiera tanto y la pusiese como prioridad así como lo hacía Julián. Quizás el tiempo que llevaban juntos no era demasiado, pero habría sido lo suficiente para que Camila pudiera darse cuenta que Julián la entendía por completo y la respetaba tanto como ella nunca había experimentado antes. Sin duda era como si lo hubieran hecho a su medida, Camila podía asegurar que era la relación más increíble en la que había estado.
Aquella vida que era de un azul oscuro, Julián llegó y la pintó de dorado.
A principio del mes de enero, organizaron unas vacaciones con Paulo y Oriana. Resulta que ser que Ibiza era un lugar típico en donde los futbolistas elegían para vacacionar con sus familias, pero ni Julián ni Camila habian visitado el lugar antes. Así que pasaron dos hermosas semanas bronceandose y comiendo comidas exóticas de esa hermosa Isla española, y por supuesto, con Camila y Oriana posando para sacarse las mejores fotos en aquel jacuzzi que alquilaron (otra cosa típica de futbolistas).
Aunque Camila, para molestar a Oriana (porque ella había elegido el lugar), insistía en que Mar Del Plata no tenía nada que envidiarle.
Para fin de mes, Camila y su familia visitaron Chile para alentar a la Selección en las eliminatorias la copa del mundo. El 31, volvieron todos juntos para celebrar el cumpleaños de Julián.
El cordobes no quiso algo muy extravagante, como era de esperarse. Pero de igual manera, su familia y la de su novia se empeñaron en que el queridisimo 9 de River estuviera contento en su día. Su suegro se dedicó a hacer un gran asado para el cumpleañero, Mariana y Camila se desaparecieron todo el día anterior para conseguir los mejores regalos, y su suegra le hizo una torta de sus sabores favoritos.
Además, de sorpresa, llegaron sus primas, sus tios y su abuela a quienes no veía hace mucho. Por lo que Julián recibió sus 22 acompañado de sus seres más queridos.
Entre ellos se había colado María Emilia. Camila estuvo apunto de entrar en pánico por su presencia pero para su buena suerte, Agustina le había dado una charla para que se comporte y al parecer funcionó, porque aunque tuvo la intención de tirarsele a Julián, él se rescató y no le dio mucha bola. Así que terminó rindiendose y no provocó ningún descontento.
Había sido un lindo día para el cumpleañero. Sin embargo, todo el día de su cumpleaños, e incluso antes, Julián estaba raro.
Camila no quiso parecer paranoica, mucho menos en el cumpleaños de su novio rodeada de toda su familia, pero no podía negar que había notado la inquietud de Julián a lo largo del día. Y ni hablar de que la manera en que el riverplatense estaba pendiente a su celular la tenía de los pelos.
La familia de Julián también sabía algo, eso era bastante obvio. Porque todos eran tan parecidos que ni siquiera lograban actuar diferente cuanto estaban ocultando algo. Camila odiaba tener que sentirse fuera de lugar, pero no podía negar que le causaba un dolorcito en el pecho al recordar las veces que vio a Julián y sus hermanos cambiando de tema de conversación drasticamente cada vez que ella entraba.
Cuestionandose detenidamente el comportamiento extraño de su novio, su mente empezó a reproducir momentos random de semanas antes donde también había notado a Julián raro, momentos que había dejado pasar en su momento pero ahora eran preocupantes.
Llamadas a escondidas, celular en vibrador, sembrante serio y nervioso y contacto físico reducido eran el tipo de cosas que hacían a Camila recordar heridas del pasado. Cosa que odiaba.
Aunque Camila sentía que algo en su personalidad había cambiado, que había dejado sus inseguridades atrás y que las sesiones con la psicóloga habían sido super efectivas: pero Camila Bardel no era Camila Bardel si no sobrepensaba una y otra vez sobre algo que rondaba en su cabeza. Y eso, inevitablemente, la estaba matando.
Amaba a Julián, confiaba ciegamente en él, hasta incluso llegaba a pensar que era ella el problema y ni se le pasaba por la cabeza que Julián podría estar fallandole. Pero no había tratado todos sus problemas aún, y la valentía nunca era suficiente como para preguntarle a Julián que le estaba pasando.
Ni siquiera cuando sus actitudes la lastimaban tanto.
Los rayos candentes de sol atravesaban la cortina de la habitación de Camila. Donde la actriz descansaba tranquilamente acurrucada en los fuertes brazos de su novio, muriéndose de calor pero sin soltarse porque el pecho de su novio se había convertido en su lugar favorito para dormir.
No había nadie más orgulloso de vivir en su país como Camila, pero si tuviera que cambiar un pequeño detalle de este para que sea perfecto, era extinguir el verano insoportable. Esos días de calor asfixiante, básicamente la gran mayoría del año, eran los que hacían a Camila lamentar y extrañar aquellos días donde podía taparse con mil sábanas hasta el cuello y dormir calentita.
Julián y Camila se habían quedado despiertos casi toda la noche, imaginarán que no necesariamente por estar charlando. No sabían si eso era producto de que Camila con el tiempo se había vuelto más fácil de convencer o si Julián había aprendido sus puntos débiles para convencerla con más facilidad. Pero eran pocas las veces que dormían toda la noche y si así era, era porque ambos estaban muy cansados o tenían que trabajar. Por lo que aquel martes, como de costumbre, habían dormido poco y ambos tenían un insomnio terrible.
―Me hiciste mierda, culiada ―comentó Julián con la voz ronca, adolorido.
―¿Por? ―cuestionó Camila con confusión.
El futbolista se soltó de sus brazos por un segundo para darle la espalda y mostrarle esta llena de rasguños, producto de la noche anterior.
Camila disimuló su risa: ―. Perdón, amor.
―En la noche te voy a dejar peor y ahí no te vas a reír ―Julián se quejó adormilado.
Camila sintió el cuerpo de Julián tensarse bajo suyo cuando el celular del recién nombrado sonó repetidas veces. La morocha suspiró cuando su novio le dio la espalda para ver su celular.
La actriz se removió incomoda y miró atentamente cada uno de los movimientos del futbolista.
―Ju ―lo llamó, y el chico se dio la vuelta para mirarla, bloqueando su celular en el proceso―. Quiero otro perro.
El castaño se alivió al ver que su comentario no tenía que ver con su comportamiento que ni siquiera él sabía si podía explicar.
―¿Sí? ―preguntó y le sacó con su mano los pelos que le caían por la cara―. ¿Vos decis que Ñoqui lo va a querer?
―Ni en pedo ―fue realista, haciéndolo reír―. Pero a veces está solito y me da pena.
―Igual el departamento es chico para dos perros ―dijo Julián―. ¿Vos te mudarias conmigo?
La pregunta la tomó por sorpresa. Quizás Julián no era tan parecido a ella, a lo mejor él sí tenía el valor para hablar sobre las cosas que le atormentaban. Y esa pregunta era una demostración de ello.
―¿En serio? ―Juli asintió, esperando su respuesta con atención―. Si amor, obvio que si.
Pero no dijo a donde.
―¿Era eso lo que me querías preguntar?
―¿Eh?
―Te veía raro, Juli, te conozco lo suficiente para saber que te pasa algo ―respondió Camila apenada―. Tampoco te quería agobiar pero quería que sientas que podes contarme lo que sea, amor. Me sentí un poco mal porque estabas raro y no me hablabas.
―Perdón, flaquita ―le acarició el brazo con delicadeza―. Estoy medio en cualquiera.
―No pasa nada ―beso sus labios repetidas veces―. ¿Pero era eso lo que te pasaba?
Julián se quedó en silencio por unos largos y tortuosos segundos, pero al final asintió con una sonrisa tímida.
Sonrisa que desapareció cuando su celular volvió a sonar.
―Sí, era eso.
Sin que ella lo viera, Julián apretó sus ojos con fuerza. Había sido un cagon, otra vez. Y había desperdiciado la oportunidad de ser sincero, otra vez.
Ambos decidieron levantarse en busca de preparar el almuerzo. Camila se dirigió a la isla para esperar a Julián, quien se había metido al baño para darse una ducha rápida antes de almorzar.
La morocha le dio su alimento a Ñoqui quien dormía (qué raro él) y agarró su celular, llevándose la sorpresa que este casi explotaba de mensajes por parte de su hermano mayor. No podía negar que era raro que su hermano le escribiera tanto y tan temprano, ya que se suponía que entranaba hasta la tarde.
camila
camila
cami
camilucha
camille
CAMILA EUGENIA
contesta puta
daleeeeeeeeeeeeee
despegate del pito de julián
trola
es importante
CAMILAAAAAAAAAAA
aparece
cami
cami
cami cami
cuál te pinta
q queres insoportable
si hacete la pelotuda nomas
estúpida
te pensas q soy idiota
si
pero q te pasa enfermo
porque me bardeas
camila como queres q no
te bardee
si me ocultas algo así
encima el pelotudo de paulo
me dice
ayñññ camila va a ser botinera
internacional 🥰🥰🥰🥰🥰
tontooooooo
se piensa q me da gracia
q onda q te fumaste ramiro jaja
no tengo idea de lo q hablas
estas con julián?
si
se está bañando
por?
donde estas?
en su casa
ahora decime q te fumaste
invita
dale boluda
en serio te digo
como te cuesta
q fácil debe ser para amelia
hacerte cornudo negro
en serio en serio
no sabes de lo q te hablo?
ni siquiera si te digo
mancity
q es eso
una marca de salchichas
a
bueno
no dije nada
decile a julián q me llame
q es urgente
chau
😘
AHORA DECIMEE
RAMIRO SEBASTIAAAN
q es eso
mancity
me suena a un paty
q queres q te mande a italia?
te imaginas
se pudre
si no me decis lo gogleo
????????????
aparece puta
contestameeee
https://www.pagina12.com.ar/398767-river-oficializo-la-venta-de-julian-alvarez-al-manchester-city
que
lee eso
y después decile a julián
q me llame
Camila se quedó en blanco por un par de segundos.
El pulso le tembló bastante, y se replanteó varias veces en su cabeza si, al final, era buena idea entrar a ese link que le mandó Ramiro.
Supo, apenas leyó el título, que tendría que haberse preparado psicologicamente para lo que iba a leer.
De repente todo cobró sentido. Las llamadas, los mensajes, el comportamiento de Julián, y su comentario sobre la mudanza.
La mudanza de la que hablaba Julián era mucho más grande de lo que ella imaginaba.
Y Julián le estaba ocultando algo mucho más grande de lo que había estado pensando.
River oficializó la venta de Julián Álvarez al Manchester City.
"Julián Álvarez, delantero de 22 años, que ya ha sido internacional en cinco ocasiones con Argentina, ha llegado a un acuerdo con el Manchester City por cinco años y medio", publicó el club inglés en su sitio oficial. "River y Manchester City sellaron este lunes 31 de enero el acuerdo por la transferencia de Julián Álvarez, una de las principales figuras del fútbol argentino y pieza clave en los títulos conseguidos por el Más Grande en 2021. El goleador seguirá vistiendo la camiseta riverplatense al menos hasta julio de este año", ratificó River en la suya.
“Julián es un jugador que llevamos estudiando desde hace algún tiempo”, dijo Begiristain. “Él es capaz de asumir diferentes roles en ataque. Creemos firmemente que es uno de los mejores jóvenes atacantes de Sudamérica. Estoy muy feliz de que hayamos logrado traerlo al Manchester City. Realmente creo que podemos brindarle las condiciones adecuadas para que pueda desarrollar su potencial y convertirse en un jugador de primer nivel”, completó el dirigente español.
Camila parpadeó varias veces, como si estuviera comprobando si lo que estaba leyendo eran real.
Pero supo que era totalmente real por la manera en que su cabeza repetía una y otra vez la frase que más cautivó su atención y más la destruyó. «Acuerdo con Manchester City por cinco años y medio».
Cinco años y medio. Y Julián ni siquiera le había contado que tenía que subirse al avión e irse.
¿Por qué Julián no se lo había contado? ¿Acaso pensaba contarle un día antes, para después dejarla? ¿O su plan principal era simplemente desaparecer sin explicación alguna? No, ese no era el Julián que conocía. El Julián que conocía, su novio, compartía cada uno de sus logros, e incluso hasta le dedicaba gran parte de ellos.
Pero también, se dio cuenta que el Julián que ella pensaba conocer, le había estado ocultando todo este tiempo que había cerrado un contrato con el club inglés hace quien sabe cuánto. Y ella era la única de sus cercanos que no lo sabía. Se sintió una estúpida al darse recordar que ella, por su cuenta, había estado buscando departamentos en Capital para ella, Julián, Ñoqui y el nuevo perrito que planeaba adoptar. Hasta antes de que él se lo propusiera.
Intentó tranquilizarse, no podía pensar solo en ella y en el hecho de que Julián no se lo había dicho. Pensó en que quizás Julián recién ahora estaba enterándose, así como ella. Pero la probabilidad era poca, y era lo más lógico era que el problema era que Julián lo sabía hace mucho, y nunca encontraba el momento correcto para decírselo.
Por un momento se imaginó a Julián rompiendola en Europa, goleando y ganando copas, con ella acompañándolo, y festejando sus logros al igual que lo hacía en River. A lo mejor imaginar eso no le dolería si Juli se lo habría contado, y no teniendo que enterándose por un link de Internet.
Camila exhaló fuerte, no quería ponerse a llorar. Y pensó en la mínima posibilidad de que estaba exagerando y en realidad Julián no tendría que irse. Que Julián no iba abandonarla. Porque no sabía si había otra manera de seguir juntos, no con Julián jugando en otro país y ella quedándose así. No podrían manejar una relación a distancia, no había chance.
Y no sabía si le asustaba más que Julián la dejara ahí, o que le pidiera que vaya con él.
¿Existía la oportunidad de que lo acompañase? ¿Lo haría si él se lo pidiera? No lo veía probable. Pero, aún así, si llegara a hacerlo. ¿Sería capaz de acompañarlo? Dejar Argentina y seguir a Julián al extranjero. Que aterrador sonaba eso.
Tan aterrador, y tan realista.
Le dolía saber que si la situación fuera al revés, Julián la seguiría sin dudarlo. Pero ella... ¿Sería capaz de dejarlo todo por él?
Más le dolía saber que, la respuesta a esa pregunta tan complicada, decepcionaría y lastimaría mucho más a Julián que a ella.
Camila divisó a Ñoqui meneando su colita con emoción. Intentó no entrar en pánico, sabía que si se emocionaba así era porque Julián le estaba dando mimitos.
Intentó fingir demencia y actuar como si no acabara de leer algo que la hizo entrar en crisis. Falló.
―¿Qué queres comer, beba? ―le preguntó Julián tranquilo, acercándose a la alacena―. La verdad es que yo comería unos fideos con queso nomas, a no ser que vos quieras comer algo más elaborado...
Se dio vuelta para mirarla, y, pudo darse cuenta, que mantenía una preocupación mucho más grande que responder si quería algo más que fideos con queso.
―Eh, ¿queres comer otra cosa? No hay drama, amor... ―Julián se acercó, preocupado, ante la expresión que por más que Camila trató de disimular, no pudo―. ¿Pasó algo, amor?
Camila no pudo mirarlo a los ojos.
El tenerlo ahí en cuero y con gotas de su pelo mojado recorriendo su espalda ancha hubiera derivado a Camila a responder otra cosa. Pero solo pudo pensar era cuanto tiempo más le quedaba antes de que Julián abandone su hogar.
―Cami, ¿qué te pasa? ―la agarró de las mejillas, más preocupado todavía al ver como su novia estaba congelada―. ¿Le pasó algo a tu familia? ¿Algo con el laburo? ―la morocha negó, aún desconectada―. ¿Qué pasa, entonces? Me estás asustando, boluda.
La morocha suspiró, sacando sus manos y mirándolo, dolida.
No podía ser la que sufra siempre.
―Julián ―habló con un hilo de voz―. ¿Por qué no me lo dijiste?
El chico subió las cejas, nervioso. Esperando que no se estaba refiriendo a lo que él se imaginaba.
―Eh... ―se rascó la oreja, soltando una risa nerviosa―. ¿Qué cosa?
―No te hagas el pelotudo ―su voz sonó enojada, pero más dolida que otra cosa. Provocando más nervios en Julián―. ¿Por qué no me dijiste que te compró el Manchester City?
Julián suspiró, rendido. Se había enterado.
No supo que responderle. Porque ni él lo sabía. Se supone que ella sería la primera en saberlo, incluso antes de su familia. Pero todo empezó a retrasarse, y terminó escondiéndole la verdad.
―Andate a la mierda.
Camila, al no obtener respuesta, olvidó eso de ser comprensiva y caminó rápido a la habitación de Julián para agarrar sus cosas e irse.
Le estaba pasando lo mismo, otra vez. ¿Y sí Ramiro no le hubiera mandado esa noticia? ¿Julián siquiera se lo habría dicho? La respuesta era obvia. Era obvio que Julián fingiria demencia todo este tiempo hasta que se borraría del mapa y la dejaría ahí, con el corazón roto, rompiendo toda esas promesas que algún día se hicieron. Para después conocer a alguien más y limpiar su historia, dejándola a ella como la loca de mierda y limpiándose las manos.
Camila ya había vivido esta historia antes, y no le había gustado como había terminado.
Siempre salía perdiendo.
―Camila, para, por favor ―Julián corrió detrás de ella―. Déjame que te explique...
―¿Qué me vas a explicar? ¿Cómo me mentiste todo este tiempo? ¿Cómo me creaste un montón de inseguridades pensando que fue lo que hice mal para que actuaras así? ―lo miró, con lágrimas en los ojos―. ¿Me vas a explicar como estas perdiendo la única cosa real que conociste en tu vida?
―No es así como pensas, amor ―él la mira, suplicante―. Yo tampoco lo sabía, de haberlo sabido antes, hubieras sido la primera en enterarte.
―Sos un mentiroso ―elevó su tono de voz―. Desde que volvimos de las vacaciones que estás raro. Me acabas de mentir en la cara, Julián. Me dejaste como una idiota en frente de tu familia todo este tiempo, ¡en tu cumpleaños! ¿Sigo? ―soltó con enojo puro―. Deja de mentirme. ¿Hace cuánto lo sabes?
―Camila...
―¡Deja de decir "Camila" como si fuera una loca de mierda, Julián! ¿Hace cuánto lo sabes?
Julián soltó un suspiro pesado.
―Desde la final de la Liga. ―contestó, avergonzado.
Camila asintió irónica, mordiendo su lengua. Y con el corazón pesando de dolor.
―Es que no encontraba el momento adecuado para decírtelo, flaquita ―admitió, tragando saliva.
―¿Y cuando iba a ser el momento adecuado? ¿Cuándo estés embarcando en el avión? Dios... ―le preguntó, rascando su pecho, intentando que ese nudo horrible que sentía desapareciera.
Se sentó apenas en el borde de la cama, acunando su cara mojada en lágrimas en la palma de su mano.
Julián se hizo de cuclillas, recargando, con miedo, sus manos en las rodillas de su novia.
―Amor... ―murmuró preocupado con los ojos llenos de lagrimas.
―No te entiendo, Julián ―la morocha le dijo, mostrando su cara nuevamente.
―Ya sé, mi amor, soy un pelotudo ―intentó agarrar su mano para acariciarla, pero ella no se lo permitió―. Tuve que habértelo dicho apenas lo supe, fui un cagón. Pero nunca supe de dónde arrancar...
―Te di un montón de oportunidades, Julián ―reclamó, y se secó rápidamente la lágrima que se deslizó por su mejilla―. ¡No hace ni quince minutos que te pregunté si era eso lo que te pasaba! ¡Y ni siquiera tuviste el valor para decirlo!
―Flaquita, te pregunté si querías mudarte conmigo... ―intentó decir.
―Te faltó un detalle bastante importante ―rió amargamente―. ¡Te vas a mudar a Manchester, Julián, no a Palermo!
Julián la miró adolorido, aún saber que decirle.
―Vos no sabes lo contenta que me pongo por vos, Julián ―hizo el intento de sonreír, pero solo se le formó una mueca―. Sé que siempre fue tu sueño y es un paso importantisimo para tu carrera. Sólo me hubiera gustado que me tuvieras la confianza suficiente para contármelo.
―Camila, escúchame...
―Es una oportunidad que no podes desperdiciar y si eso involucra sacrificar nuestra relación, créeme que yo lo entiendo, por mucho que me duela...
El futbolista tomó una gran bocanada de aire para juntar valor suficiente e interrumpir el vomito verbal que soltaba su novia.
―Sos el mejor de todos y te voy a apoyar incondicionalmente ―aseguró, aun con lágrimas―. Pero me da bronca que no estés haciendo nada, Julián.
―¿Qué estás esperando que haga, Camila? ―cuestionó, tembloroso.
―¡Que te arriesgues! ―golpeó sus manos contra sus muslos, exasperada―. ¡Necesito que digas algo! ¡Estoy esperando que me elijas tanto como yo te elijo a vos! ―respiró entrecortada―. ¡Me estás perdiendo y no estás haciendo nada!
―¡No te lo dije porque me asusté, Camila! ¡Tengo miedo de que me dejes, que no quieras venirte conmigo! ―soltó, ahora fue su turno de alzar la voz. Camila lo miró por unos segundos, en tortuoso silencio―. Por eso no te lo dije, Camila. Quería decirte que te vengas conmigo, que me acompañes, pero me asustaba escuchar una respuesta que no me iba a gustar.
La morocha lo miró asintiendo. Intentando pensar si había comprendido bien sus palabras.
Julián no la creía capaz de dejar todo por él.
Y saber que tenía razón, era mucho más doloroso.
Camila asintió, con lágrimas desesperadas. Se levantó de un salto de la cama y empezó a agarrar sus pertenencias para irse.
―Bebé... ―hizo el intento de agarrar su cintura, pero Camila lo empujó con fuerza.
―¡No me llames así, Julián! ¡Deja de tratarme como si fuera una nena estúpida! ―exclamó, ahogada en sus lágrimas―. ¡Y ni se te ocurra tocarme!
Le dolió mirar a Ñoqui de soslayo, pero más le dolió ver como Julián no la siguió, no insistió, no peleó.
Le mintió, le lloró, la llamó cobarde, la estaba perdiendo y ni siquiera fue capaz de insistirle.
Salió del departamento de Julián, encontrándose un Uber que la miraba raro de la esquina, pero le importó poco y nada y se dirigió a su casa lo más rápido que pudo. Evitó cada una de las miradas confusas que le enviaban las demás personas al llegar al edificio, incluso la mirada preocupante de Juan al pedirle la llave.
Apenas abrió la puerta, se dirigió a su habitación corriendo, casi ciega por la iluminación de esta. La favorita de Julián, porque solía decir que la luz que entraba por la ventana resaltaba su sonrisa de una manera increíble.
Cerró las cortinas y apagó la luz, sentándose en la cama, extrañada por su oscuridad. Preguntándose si todo lo que había pasado era real, si todo estaba apunto de terminarse y no era un sueño o un universo alternativo y en cualquier momento despertaría, para después ir hacia Julián y decirle "no sabes lo que soñé".
Se sintió estúpida al pensar eso. Pero era la única forma de olvidar, aunque sea por un segundo, la dolorosa realidad que caía cada vez más pesada sobre sus hombros.
Una realidad donde Julián se iba, y ella, se quedaba.
☆☆☆
2/2
loool dos caps seguidos pero a qué costo 😍 perdón es que estoy en mi poeta torturada era
sé q dije tres capítulos pero eso era si anunciaba rep tv y como fue álbum nuevo (premio o premio?) al final fueron dos 🤭 pero no se preocupen no las voy a hacer sufrir (o si?)
70 votos, 30 comentarios y veamos en q quedan los gordos
una vez más, gracias por leer 💞💞
yo si le cae hate a julián por este cap:
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