O2. enchanted to meet u
capítulo dos !
❪ encantada de conocerte ❫
instagram !
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le gusta a camilabardel, paulodybala y 2,917,460 más
ramirobardel__ Que estés siempre conmigo es mi mayor premio, así de juntos para toda la vida amor mío. Feliz cumple, te amo ❤️🔥❤️🔥. @liaugartee
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sangrejaponesa Los más lindoss
francobianchi88 uno así barba 😭😭😭
liaugartee Para siempre mí amor. 💖💖
| r.aalvarez La última romántica!!
juliaanalvarez Feliz cumple Ame!! 😁🥂
| nacho_ugarte re gay
| juliaanalvarez 🙄🙄🙄
camilabardel que sola estoy. los adoro
| francobianchi88 sola porque queres amiga mía!!!
| user58 ME OFREZCO COMO VOLUNTARIO TW AMO CAMILA
user73 alexa play the other woman by lana del rey 😪😪😪😪
| user55 si no es con él es con la hermana, todavía hay chances!!!
rusherking Bellos 🥰
| user12 ay que pesado este conchudo
| user7 Más cornudo imposible
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camilabardel ha publicado en su historia:
| francobianchi88 ha respondido tu historia: tráeme un cordobés 🙏
| emiliamernes ha respondido tu historia: Cami estás en baires? Necesito hablar con vos, avísame porfa
| litkillah ha respondido tu historia: Soy Thomas, me podes desbloquear??? Te tengo que decir algo
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twitter !
real life !
Omnisciente.
―¡SOLTÁ LA JARRA que no es micrófono!
Ramiro gritó mirando a su hermana mientras charlaba con Julián, logrando ser olímpicamente ignorado por la rubia. Camila, quien claramente no tenía ni un poco de interés en los comentarios de sí hermano, hizo caso omiso a cada uno de ellos (que no había sido solo uno) y volvió a tomar un buen sorbo de Fernet sintiendo como el alcohol le quemaba la garganta. El cual para nada había sido su primer trago.
Sobrepensar era algo que sinceramente odiaba, pero algo que nunca podría dejar de hacer.
Aunque la rubia sinceramente había intentado pasarla bien, y hasta un punto se podía decir que estaba disfrutando, pero Twitter y su ambiente naturalmente tóxico la habían tirado para abajo de una manera increíble y ahora lo único en que se enfocaba era en soltar un par de lágrimas y adueñarse de la primer jarra de Fernet que encontró.
Twitter era la aplicación esencial que Amelia le había prohibido entrar. Y así había sido, después de confirmar la separación con Thomas se prohibió leer más de lo que quisiera. Aún así, el tweet de Rusher y sus declaraciones a LAM no le habían sido nada irrelevantes, y ver repetidas veces ese video donde Rusher negaba todo tipo de engaño hacia ella era el mayor causante de cada lágrima derramada esa noche.
No le jodía que Rusher lo negará, era algo que claramente haría. Un infiel jamás iba admitir que era uno, y aunque Thomas se lo hubiera admitido en persona (cosa que nunca pasó), admitirlo en público era algo que para Camila ni en sus mejores sueños pasaría. Aún así, le pareció bastante tonto que lo negara, las millones de pruebas que sacaban only bardos no habían tardado en difundirse y llegaría un momento que Thomas ya no tendría con qué defenderse.
Y, aunque Cami tampoco estaba interesada en difundir a todo el mundo que era una cornuda y lo iba a negar lo más que podía, pero decir que "no fue culpa de ninguno" o "yo di lo mejor de mí" realmente hacían crecer en ella unas inmensas ganas de aceptar sin problema la propuesta de Yanina Latorre y darle un buen rating al programa hablando del "yo no hice nada".
Echar a ambos en la misma bolsa de "ambos cometimos errores" era lavarse las manos. A ver, Camila no fue perfecta, pero tenía bien en claro y le enorgullecía saber que ella podía estar tranquila por ese lado, sabiendo que nunca lastimó o jugó con Thomas como él hizo con ella.
Y le rompía los huevos (que no tenía) estar llorando por eso. Más allá de lo que debería o no lastimarle, sufría como nunca.
Thomas la hacía sufrir, siempre lo había hecho y no caer en cuenta antes era lo que más la jodía.
―Cami, daale ―le insistió Amelia moviendo su brazo―. No estés así. Es un pelotudo.
―¡Por eso estoy así! ―exclamó entre lágrimas―. Y porque ya me pegó el Fernet.
―O vos tenes mucho aguante o yo soy muy flojo ―comentó Rafa sentado a su lado―. ¿Cómo haces para pasarte cuatro Fernets como agua?
Camila se encogió de hombros. Desde que empezó a salir a bailar e ir a boliches, siempre le decían que tenía mucha tolerancia con el alcohol. Eso a veces le jugaba en contra ya que siempre era la encargada de manejar mientras sus amigos no se podían ni mantener en pie.
―Si te hace sentir mejor ―dijo Amelia―, hay muchas canciones de Taylor con las que te podes identificar ahora.
La rubia rió.
―Quería sentirme como una canción de Taylor, pero tenía que ser Lover y no Cardigan. ―Amelia sonrió de costado y la abrazó por los hombros, para finalmente cambiar un poco de tema y aliviar un poco el ambiente, ahora que las lágrimas de Cami habían cesado un poco y tuvo la suerte de sacarle una sonrisa.
Aunque Amelia trataba de seguir el hilo de la conversación que mantenían Rafa y Camila, a la morena le era inevitable de vez en cuando desviar su mirada hasta donde estaban Ramiro, Nacho y Julián. Su mirada siempre terminaba posandose en este último.
No le dejaba pasar ni una de las miradas que Julián le dedicaba a Camila. Quería reír cada vez que Ramiro le hablaba y Julián solo contestaba monosílabos en voz baja, con la mirada perdida en Camila. Sabía que Camila había llamado bastante la atención de su familia más que nada por su llanto, pero las miradas de Julián eran totalmente diferentes.
Sonreía cuando Camila reía. Se desconectaba de todo por unos segundos con la mirada fija en ella. Y probablemente Camila estaba muy centrada en la conversación con Rafa o era muy ciega para verlo, pero algo causaba en Julián.
Amelia no sabía exactamente qué era. De que habían ganas, habían ganas.
Obviamente Amelia (ni nadie) sabía que Julián se había estado motivando a sí mismo para finalmente sacarle charla a la rubia. Pero la motivación nunca wra suficiente y nunca terminaba de ser lo suficientemente valiente para hablarle.
Se sentía un boludo. Camila no le iba a hacer nada si le hablaba, pero parecía un reto imposible, y Julian se sintió tan nervioso como aquella final de Argentina contra Alemania en el mundial de 2014.
Activó cuando vio de reojo como Amelia se levantaba dejando la silla libre al lado de la hermana de Rama. Con el mayor disimulo posible, se desconectó por completo de la conversación de Ramiro y Nacho y caminó con tranquilidad para tomar asiento en la silla.
Al lado de Camila.
Rafael (como la mayoría) ni notó que su única intención era sentarse al lado de ella y solo hablar con ella, por lo que le sacó charla de algo en lo que Camila estaba completamente desinteresada. La rubia seguía metida en su celular sin aportar ni oír nada en ninguna conversación que se formaba en el cumpleaños, estaba literalmente encerrada en su mundo.
Camila, por su parte, al los minutos pudo darse cuenta que todos estaban conversando y ella era la única que se mantenía en silencio, literalmente pendiente de su ex. Si Rusher no era el centro de su universo, como ella decía, ¿por qué tenía que estar tan pendiente de lo que hacía? Era una tremenda pelotuda y lo sabía, pero en eso la había convertido Thomas en el último tiempo y era algo que le costaría mucho cambiar.
Decir que no le habían advertido que Thomas no tenía una buena reputación entre las mujeres era mentir. Aunque la mayoría de los comentarios venían de las redes sociales y normalmente Camila no le hacía caso a eso, lo jodido era que aquellos consejos venían de parte hasta de los propios amigos de Thomas.
Gato e infiel. Definió el cantante, Lit Killah, la primera vez que lo conoció, al principio se tomó como una joda. Pero, entre broma y broma...
El Demente, por su lado, había puesto el ejemplo de María Becerra. Y ahí fue cuando las risas cesaron y Camila ya no sabía si tomárselo tan de chiste.
Emilia Mernes fue quien retó a ambos varones, diciéndole a Camila que no les hiciera caso y que Thomas no era así. No nombró lo de María, pero sutilmente comentó que la culpa no era toda de él, dando entender que María también tenía sus mambos contra él.
Emilia siempre había sido la mayor defensora de Rusher, y ahora, seguramente era ella quien decía que la propia Camila tenía sus mambos contra él y no dejaba que Rusher sea el único culpable. Ella misma había salido a defenderlo en las historias de Instagram después de que todo saliera a la luz.
―Él le hizo mierda a la Mari ―le dijo Mauro, ambos alejados del grupito, sentados en la barra del boliche―. Emi lo re defiende porque son amigos hace banda, pero él la cagó y todos lo sabemos ―resaltó el "todos"―. No digo que te va a cagar a vos también, pero Thomas tiene eso, le gusta hacerse la víctima.
Hacerse la víctima ahora le sonaba muy familiar.
No había hablado con nadie de Los del Espacio desde lo sucedido. Con nadie además de Lit Killah, con él se podía decir que había creado una linda amistad fuera de su relación con Thomas y fuera de la amistad que él tiene (o tenía) con su ex. Cosa que, obviamente, a Thomas no le tenía nada contento. Camila ahora podía darse cuenta que la gente no se equivocaba cuando decía que era hueca y cornuda.
Bardel dejó caer su celular sobre la mesa sin cuidado. Bebió más del fernet que tenía su jarra mirando a un punto fijo del suelo con mucha concentración. Sin darse cuenta que ni se molestó en bloquear la pantalla de su celular.
A Julian se le desvió la mirada a la pantalla del celular de Camila, poco chusma por suerte. Pero se le hizo trabajo imposible no mirar a la pantalla, específicamente a su fondo, donde se encontraba una foto de ella, Ramiro y un chico rubio (quien Julian supuso que se trataba del hijo mayor de los Bardel) con sonrisas enormes y ojos brillando de la emoción; mientras posaban al lado del mismísimo Lionel Messi.
A Julian le brillaron los ojos de igual manera. Cuando pensaba que no podía ser más linda resultaba ser amante de Messi. Aunque no le impresionaba, quien no amaba a Messi siendo argentino era vivir una vida sin sentido.
Alvarez se dio cuenta que nadie se había dado cuenta de su fondo. Por lo que, sacó fuerzas (sin saber de donde) para preguntar:
―¿Ese es Messi? ―disparó la pregunta, haciendo que Camila lo mirase al instante.
―¿Eh? ―el futbolista le señaló su fondo―. Ah, sí ―sonrió mirando el recuerdo, agarrando el celular para que vea la foto con más cercanía―. En el mundial de 2014.
Julian la miró impresionado.
―¿Fueron a Brasil?
Cami asintió: ―. Mis viejos, mis abuelos, Rama, mi otro hermano Álvaro y yo ―contó, sonriendo genuinamente―. Fue un viaje hermoso, aunque bueno, viste...
―Qué garrón ―dijo Julian resentido por aquella final.
―Nunca había llorado tanto en mi vida ―recordó la rubia―. Encima después nos cruzamos a Leo en el aeropuerto, te juro que tenía muchas ganas de abrazarlo y no soltarlo más.
―Yo me llegaba a cruzar a Messi después del mundial de 2014 y no la contaba ―habló el jugador con sinceridad―. Una vez lo conocí, estaba con su mamá y después de sacarnos la foto le dije "Gracias Anto" ―contó, causando risas en ambos―. Fui el descanso de mis hermanos por años.
Camila le miró riendo.
No sabían exactamente como, pero las horas pasaban y pasaban y ninguno de los dos habían dejado la charla de lado. Tenían varias cosas en común y era como si se hubieran conocido hace años. Teniendo en cuenta el poco tiempo que habían estado conversando, Julian aprendió a memorizar rápidamente las repetitivas facciones de Camila; Cómo su nariz se arrugaba cuando se esforzaba en recordar un momento exacto, la manera en que sus ojos se achinaban cuando reía y la profundidad de sus ojos cuando le prestaba atención.
Camila era muy buena escuchando, ya sea sobre temas sensibles o lo más irrelevante del mundo, siempre había tenido aquella virtud que le encantaba escuchar a las personas, pero pocas veces ella había sido escuchada. En la secundaria recordaba ser la consejera y psicóloga personal de su grupo de amigas, y aún así, su papá tenía que pagarle una psicóloga profesional a ella.
Julian, por su parte, eran pocas las personas con las que podía ser charlatán. Pero, por alguna razón, al sentirse realmente escuchado, no había dejado de hablar en ningún momento, reía de vez en cuando y siempre respondía las preguntas que Camila le hacía. Estaba bien claro que entre ellos había crecido algún tipo de complicidad y era difícil que el tema de conversación se acabara.
La pregunta en la cabeza de Camila que surgía era: ¿Dónde había estado Julian Álvarez todo ese tiempo?
―¿Y vos hace cuánto actuas? ―preguntó el número 9 con intriga―. Yo vi una novela tuya. Una que Lali es como... ¿una monja...?
―Esperanza Mía. Esa es de hace varios años ya ―Camila asintió sonriendo―. Cuando tenía tipo cinco me metían para hacer propagandas, pero de actuar actuar, desde 2007, con Cris Morena ―explicó―. Me imagino que no viste Casi Angeles.
―Si no miraba Ben 10, me trataban de puto ―dijo el jugador riendo.
―Me imagino. ―Camila rió también―. ¿Y vos hace cuánto jugas?
―Desde chiquito, empecé en el club de acá ―contó―. Cuando era chiquito decían que corría tan rápido que parecía que tenía muchas piernas. De ahí salió el Araña.
La rubia asintió: ―. La araña que pica. Mírala vos ―sonrió con sorna―. Creo que nunca te vi jugar.
―¿Posta?
―No miro mucho fútbol cuando estoy sola, no más cuando estoy en Quilmes o Ramiro está en mi casa.
―¿Pero sos gallina? ―Alvarez rió con burla.
―Gallina obligada. Si no, me sacan el apellido. ―respondió. Eso era cierto. No había más fan de River que su papá―. ¿Juegan en estas fechas?
―¿Por? ¿Me queres ir a ver?
―A Enzo Perez, no a vos.
―Bueno, hay lugar en el palco donde está mi familia ―propuso tímidamente el futbolista―. Capaz te invite ―quiso cancherearla, eso la hizo reír.
―Capaz vaya.
Sonrieron.
La conversación se vio forzada a detenerse, no porque ambos quisieran, si no porque la hora del baile había llegado y eso comenzaba a hacer que todos los invitados se levantaran hacia el costado de las mesas, donde había un espacio libre para bailar.
La Cabaña de La Konga sonó por toda la casa e hizo que Ramiro se acercara bailando al ritmo de la música a su hermana, para tomar su mano y sacarla a bailar. No sin antes mandarle una mirada cómplice a Julian, obviamente no había dejado pasar la larga conversación que su amigo y su hermana habían tenido, y obviamente sería tema de conversación con Julian más tarde.
Camila bailaba cagada de risa entre el grupo de Amelia, Rama y Nacho, mientras que Rafael, Agustín y Agus (mujer de Rafael) bailaban aparte. Al terminar la canción, surgieron los aplausos con puteadas para seguir bailando, y fue cuando Soy Cordobés sonó y todo se descontroló de manera radical.
Oigan, señores, yo les quiero así contar
Con muchísima emoción donde nació mi canto
Camila caminó, no, más bien corrió hacia Julian para tomarlo de las manos y comenzar a bailar al compás de la música. Ahí fue cuando descubrió otra cosa que había llamado su atención sobre él, como buen cordobés, un gran bailador de cuarteto.
Los silbidos en joda no tardaron en llegar cuando vieron a la pareja bailar. El fernet llegó y junto a ellos, el desafinado canto al ritmo y letra de la canción.
Soy cordobés, me gusta el vino y la joda
Y lo tomo sin soda porque así pega más, pega más, pega más
Julian volvió a girar a Camila al ritmo de la canción, y una vez que sus miradas se encontraron cuando ya estaban frente a frente, el futbolista le sonrió ampliamente y se acercó a su oído, entre todo el bullicio, le dijo:
―No te lo dije porque me daba vergüenza ―dijo lo suficientemente alto para que solo ella escuchara―. Pero me encanta como te queda ese vestido.
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camilabardel ha publicado en su historia
| juliaanalvarez ha respondido tu historia: Fue buenaa 😄🥂
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