O17. his intial on a chain 'round my neck
capítulo diecisiete !
❪ quiero usar su inicial en una cadena alrededor de mí cuello
no porque le pertenezca, sino porque
realmente me conoce ❫
Camila
LAS COSAS CON JULIÁN iban de bien a mejor, y no había nada que me hiciera más feliz.
La China Suarez anunciando su separación definitiva con Benjamin Vicuña fue lo que provocó que Julián y yo dejemos, al menos por un tiempo, dejemos estar en todos los noticieros y especialmente, en la boca de todos. Aunque alguno que otro en twitter comentaba algo o me saltaba algún que otro edit en tiktok, al menos ahora los camarografos habian dejado de esperarme a la salida de mí casa o a Julián fuera del predio. Y me dejaba más aún más tranquila saber que habían dejado de acosar a mi familia por sus redes sociales para confirmar o desmentir algo.
No existía nada más tóxico que la farándula Argentina queriendo obtener más información sobre algún puterío fresco.
Me habían denominado la Taylor Swift argentina. Imagino que entienden el porqué, que no se relaciona a que mi trabajo se iguale al de ella o siquiera comparen mi talento con el suyo (el cual Taylor me gana por once mil patadas en el culo, siendo realistas). Decían que había pasado de página demasiado rápido, que seguramente no durariamos nada porque yo salía con Julián de despechada, que a lo mejor todo ese "show" que había armado de dolida por la infidelidad era solo para cubrir que tenía historia con Julián hace rato y me vino bien que Thomas me haya cagado para hacerme la víctima.
Palabras textuales que nadie pidió de parte de Lizardo Ponce en una entrevista.
En fin, como debí suponerlo, nadie se detuvo a decir o siquiera pensar que me merecía estar con alguien que me quiera y me valore como me lo merezco. Nadie consideró que quizás sané lo que tenía que sanar, y que Julián fue de gran ayuda para finalizar ese proceso. Y que por eso, y millones de razones más, lo amo y quiero estar con él toda la vida.
Pero como nadie lo entiende o me pregunta por ello, es más fácil juzgarme y desearme el mal. Todavía me cuesta, pero terminé comprendiendo que no voy a dejar de hacer cosas que me gustan o estar con personas que quiero por lo que diga la gente. No pienso dejar a Julián o deprimirme porque "@fansderusherking" dijo que soy una mierda de persona o que merecía todo lo malo que me había pasado.
Dani, mi manager, me preparó para lo que venga. Me anticipó con seguridad que ignorar o evitar preguntas con respecto a Juli sería trabajo difícil, más bien no imposible. Así que me preparé psicologicamente para recibir cualquier tipo de pregunta y desviarla por un tema totalmente diferente como una campeona.
Especialmente ahora, las grabaciones de la primera temporada de El Reino habían terminado y nos tocaba la parte de promoción y, por supuesto, prensa.
Era mi primer proyecto con Netflix, así que apesar de todo, estaba contenta. Sumándole también el hecho que por primera vez después de once años, compartía pantalla nuevamente con Peter Lanzani, quien me había visto crecer y a quien yo consideraba un hermano del alma. Era raro, y un poco chistoso, tener que trabajar juntos en una serie siniestra después que haber trabajado en una novela tan family friendly como Casi Angeles. Aún así, me alegraba mucho volver a verlo y principalmente volver a trabajar con él.
Al ser nuestros personajes los que más interactuaban en la cinta, nos tocaba tomar entrevistas juntos. Así que me sentía bastante cómoda y suelta en las entrevistas, no les miento cuando digo que Peter es la persona menos seria que podes conocer en el mundo, quizás por eso la mayoría de veces el director nos cagaba a pedo por las tentadas que nos pegabamos entre escena y escena. Literalmente mi trabajo corre en riesgo cuando me toca grabar con él y el Chino Darin, quienes tienen un humor tan roto como el mío.
Por lo que ahí estábamos, esperando a que nos dieran los últimos retoques para tomar la entrevista en su debido tiempo. Cerraríamos la semana de prensa con una breve entrevista en Corta por Lozano, así que mientras esperábamos a que nos llamaran para pasar, yo me tomaba un café con las facturas que me había llevado Peter, producto de una apuesta donde me consagré ganadora.
Conversando con Peter también a la vez contestaba los mensajes que Julián me mandaba. Sonriéndole como boluda al celular (acción que Peter destacó para descansarme), reaccioné con corazones a la foto que Juli me mandó: recostado en el sofá de mi casa, Ñoqui dormido en su pierna derecha y a un lado su equipo de mate, con la vista puesta en la tele, esperando a que aparezca yo ahí. Esa era una, de las infinitas, cosa que Julián tenía que me hacía replantear varias veces si este hombre existía realmente y no era producto de mí cabeza.
Era demasiado entusiasta con mí trabajo, incluso más que yo. Eso me anima de una manera increíble, creo que gracias a él, tengo más confianza en mi misma. No sólo pone toda su fé en mí en cada proyecto, si no que también me alienta como mi fan número uno. Y eso, sin exagerar, es algo que jamás sentí con una persona.
Creo que he sido bastante clara contándoles que gracias a Julián experimento cosas nuevas todos los días y nunca deja de sorprenderme. Pero igual, repetirlo en cada oportunidad que tengo no le hace daño a nadie.
Un productor de Telefe irrumpiendo nuestra charla nos avisó que estábamos apunto de salir al aire. Me arreglé por onceava vez frente al espejo, comprobando que ninguna imperfección provoque mi depresión y mis ganas de desaparecer cuando vea la entrevista. Llámenme loca de mierda, sé que lo soy.
Después de una ronda de aplausos producida por los demás conductores del programa, Vero Lozano nos anunció y recibió con abrazos con efusividad mezclada con emoción. Tímida, quizás un poco más de lo normal, recibí el abrazo de la conductora al igual que mi compañero. En cuestión de segundos, Vero ya nos citó a sentarnos en el sofá blanco a lado de una pantalla grande: o también conocido como el Diván.
Como era de esperarse, primero nos felicitó por la culminación de la serie y fue ahí donde me tocó hablar. Entre los dos compartíamos datos interesantes como descripciones de nuestros personajes, la convivencia en el set, la trama de la serie y bromeando a la vez un poco sobre nuestra amistad.
―Yo la verdad que con ella me llevaba bastante mal, pero bueno... ―Peter suspiró dramáticamente, haciendo reír a la mayoría del canal.
―Es que le debo guita, es la única manera de devolversela.
―Claro, le bajo la deuda a la mitad.
―Me baja la deuda por esto que estoy haciendo ―asentí riendo junto a mí compañero.
Seguimos respondiendo preguntas triviales con respecto a la serie, obviamente no me contuve en tirar algún comentario de lo hot que era el Chino Darín.
Que me perdone Julián pero el Chino es mi hombre soñado después de Enzo Perez y creo firmemente que nadie nunca va a poder cambiar eso.
Luego de un repaso breve tanto por la carrera de Peter como la mía que fue emitido en un video por la pantalla a nuestra derecha. Y fue justo ahí en el momento que pude darme cuenta como las preguntas fueron tomando un rumbo diferente, yendo a cierto lugar más personal de nuestra vida.
Tomé un buen trago de agua mientras Peter respondía su situación sentimental de la manera más sutil posible. No eramos muy distintos en ese sentido, ambos manteníamos nuestras relaciones personales en privado y jamás (al menos no por nuestra cuenta) decidíamos exponer más de lo necesario.
―Quiero hablarte un poco de estas declaraciones de Rusherking sobre ciertas cosas que se estuvieron viendo ―Vero miró atentamente su tablet y después su mirada se dirigió directamente hacia mí.
Me acomodé en el sofá con el perrito de la conductora en mis piernas (Ñoqui me mataba si se enteraba que estaba acariciando a otro perro) y resoplé intentando mantener la calma.
―A ver, contame... ―dije con seriedad, mientras sentía la mirada de Peter a mi lado, totalmente ajeno a lo que estaban por preguntarme.
―Pero, ¿cómo estás vos?
Respondí que bien, que en realidad, era la verdad. Estaba más que bien.
―De hace bastante ya que se está hablando de tu vida privada y de tu separación con Rusher ―asentí ante sus palabras―. Pero ahora principalmente se habla de una supuesta confirmación de relación entre vos y cierto futbolista.
Tomé una bocanada de aire para empezar a hablar.
―Sí, bueno. Primero que nada, vale aclarar que absolutamente todas las cosas que se están diciendo sobre eso es mentira ―expliqué con serenidad―. Jamás hubo ninguna infidelidad y nunca en mí vida fui infiel.
―¿Y vos por qué pensas que se terminó el amor?
Vicky Xipolitakis yo TE ADORO, pero no me hagas preguntas boludas que encima la estoy remando en dulce de leche para no exponer al pelotudo de mí ex.
―Por cosas nuestras, problemas privados que surgen en una relación, que así como nos pasó a nosotros les puede pasar a cualquiera ―carraspee, intentando demostrar lo incomoda que estaba para safar del tema.
―¿Te molestó que él se haya agarrado de esto para justificar su separación?
Preguntas boludas parte dos mil.
―Me chocó un montón que me haya vinculado con una infidelidad porque son cosas dolorosas, mucho más viniendo de alguien que quisiste mucho ―sincericé.
―Él no ratifica ni desmiente los rumores incluso estando ya separados ―acotó Nicolas Peralta a lo lejos.
―Y bue... ―me alcé de hombros, sin saber hacia donde querían llegar.
¿Qué esperaban? ¿Qué lloré, qué lo putee, qué le meta una denuncia? Thomas era un soberbio que sabía con qué darme, pero no era tan vivo para darse cuenta que yo podía ser tan viva como él.
―A mí no me queda otra opción que reírme la verdad ―se escuchó un "uuuh" por parte de Peter, que inevitablemente me hizo reír.
―¿Algo reciente en tu vida influyó en la separación?
Me quise reír por la manera en que cubrió tanto la pregunta. Muy indirectamente me estaba preguntando si había dejado a Thomas para estar con Julián.
―No, fueron cosas nuestras que no da para andar contándolas en todas partes ―hablé con seguridad―. Él sabe la verdad, los dos lo sabemos. Y con eso me alcanza y sobra para tener la conciencia tranquila.
―Y está perfecto, hermosa. Además ahora que estás soltera y encima sos joven, se inventan cada cosa...
Bueno, al menos en una cosa tenía razón.
―Tengo novios por todas partes ―me reí―. Me vinculan hasta con la abuela de Peter.
Mi comentario causó la risa de Peter, Vero y sus compañeros. Y justo cuando pensé que ya había safado con mis respuestas y que íbamos a hablar de otra cosa, la conductora tiró:
―¿Y el corazoncito cómo está?
Creo que fue muy evidente que me puse nerviosa por como el calor subió directamente a mi cara. Eso provocó gritos desenfrenados de emoción y no pude evitar reírme por los nervios que me había causado esa pregunta tan simple. Literalmente me mandé al frente sola.
Me sentí una pelotuda, no me dejé derribar por los rumores y los comentarios nefastos de mi ex pero volví a mi estado de idiota enamorada cuando la pregunta fue guiada a mí enamorado.
Lover de Taylor invadió el ambiente del panel y las jodas se incrementaron, junto a ellas, mi nerviosismo.
―¿Te pusiste nerviosa? ―Peter se burló a mi lado. Supuse que lo está tomando como venganza por haberle ganado en el chinchón y haberme premiado con esas facturas.
―¡Pero se está hiperventilando, pobre chica! ―rió Lozano.
―Me agarraste desprevenida ―volví a tomar agua y Peter, para hacerlo peor, me dio aire con sus manos―. ¿Qué cosa me preguntaste?
―¿Está enamorada la reina de Argentina? ―reí ante ese apodo boludo.
―Estoy bien, estoy contenta...
Susurré casi inaudible, deseando con todas mis fuerzas que el micrófono se rompa en ese mismo momento para safar y que mi respuesta no se escuche. No sólo estaba quedando como pelotuda frente a toda Argentina, sino que también me venía venir las jodas de parte de mí familia, mis amigos y del mismo Julián.
―¡Ayyy, mira como se pone! ―Peter estaba tentado, yo estaba en camino de estarlo.
―Pero no tengas vergüenza nena ―me animó la conductora―. Queremos saber si estás felizmente acompañada...
―Estoy feliz ―dije con rapidez, esperando que con esa respuesta se haya entendido lo que quise decir.
Sin mirar mucho a nadie, suspiré por última vez y declaré: ―. Estoy bien, estoy contenta.
(...)
El día estaba lindo y agradable, más de lo esperado. Como era todo demasiado bueno para ser verdad, terminé cayendo en cuenta que con todo el mambo de la serie sólo me quedaba una semana para estudiar para el ante último parcial que me quedaba.
Julián llevaba días con la idea de armar un "picnic" en el patio, como dije anteriormente, es muy atento con las cosas que le cuento, y, no me acuerdo muy bien, pero lo conozco tanto que sé que su insistencia es debido a que alguna vez yo le comenté que mi sueño era tener una cita al aire libre. El clima nos jugó a favor, y, aunque tenía que estudiar, Julián no lo vio como un impedimento: Es más, me obligó a sacar mis cuadernos y marcadores para afuera, y, en cuanto menos me lo esperé, ya había una mantita con cosas para comer y un equipo de mate esperando por nosotros.
Tenía que admitir que Julián estaba raro, paranoico y nervioso. Obviamente no sabía el porqué, pero me obligue a mí misma a no hacerme la cabeza por eso. Definitivamente la depresión sería más grande por desaprobar este parcial a que por analizar el comportamiento raro de mi... ¿¿¿¿novio????
Entenderán el porqué de los signos.
Mientras resaltaba las palabras importantes con el resaltados amarillo y Julián le tiraba la pelota a Ñoqui (porque es un intenso y nunca lo deja en paz), hablábamos de una situación en particular que nos venía atormentando hace un par de semanas: con Ramiro y Amelia de protagonistas.
Había estado tan preocupada por las cosas que estaban pasándome que no había caído que mí hermano se casaba en menos de un mes. Y eso, aunque los tenía felices y ansiosos a ambos, también los mantenía estresados. Demasiado.
Si había algo que definía a Amelia era su perfeccionismo, mientras que Ramiro era muy del "que sea lo que Dios quiera". Amelia estaba al borde de la crisis por el poco tiempo que tenían y las millones cosas que faltaban arreglar y Ramiro, no podía hacer más que intentar tranquilizarla y asegurarle que todo iba a estar bien, aunque eso no le funcionaba ni un poco.
El problema más grande no era ese, rondaba más por la parte que estaban a mitad de Premier League y Ramiro no podía estar tan presente como él quisiera. Amelia siempre fue comprensiva con eso, pero ahora era algo más grave, y necesitaba a Ramiro más que nunca.
Y aunque Ramiro intentaba estar lo más presente posible, Amelia no creía que estuviera esforzándose tanto y que no era suficiente.
Por lo que Juli y yo estábamos en el medio de todo, quien sabe porqué. Julián le hacía de psicólogo a Amelia, yo cagaba a pedo y aconsejaba a Ramiro. Y entre los dos (a escondidas) le tirábamos hate a ambos por ser tan complicados.
Aunque sé que no soy la indicada para juzgar, pero bue...
―A mí me sorprende que Amelia se caliente tanto, tipo, sabe como es la vida de Ramiro ―comenté sin levantar la vista del texto.
―Sí, que sé yo, igual es entendible, no es cualquier cosa, es el casamiento ―dijo Julián, cebandose un mate.
―Sí, es entendible por una parte ―concordé con él―. Pero creo que también es entendible lo de Ramiro. Vos sabes las cosas que conlleva ser novia de un futbolista.
―Y sí, ojalá uno pudiera manejar su estilo de trabajo ―agarró un sanguchito―. Igual encontras la forma de arreglarte, o sea, la familia siempre va a estar primero.
―Bue Toretto ―me reí y me miró mal―. Yo pienso que el trabajo es igual de importante que la familia, y si no hay como arreglarlo, te la bancas ―opiné―. Imaginate, que se yo... Algún día tenes que ir a jugar a, no sé, Inglaterra y justo ese día cae mi cumpleaños.
―Y meto alguna excusa para quedarme ―se alzó de hombros tranquilo.
―Sí, dale ―rodé los ojos, no podía estar hablando en serio.
―En serio te digo, tonta ―lo miré con incredulidad―. Da Cami, ¿Vos crees que yo quiero más al fútbol que a vos?
―Y obvio, tarado ―le tiré la oreja―. ¿Vos me amas más a mí que a River?
―Y sí amor, obvio.
―¿Y eso de "culos van y vienen pero los hinchas son para siempre"?
―Eso es algo que se inventó Agu porque no la pone nunca ―reímos a la par―. ¿Vos amas a tu trabajo más que a mí?
―No ―ni dudé en responder―. Pero ponele que me sale un trabajo en el exterior, ¿qué haríamos?
―Y no sé, conseguiría algún pase a otro equipo ―era increíble lo seguro que estaba de eso―. Si es que queres que te acompañe.
Dios, que este pibe me haga cornuda con ochenta minas diferentes si quiere, pero yo no pienso soltarlo nunca.
―Qué hermoso que sos.
Dejando de lado mis cuadernos, no pude evitar lanzarme a los brazos de mí hombre para darle un buen beso. Él me correspondió con la misma intensidad, y se terminó tirando al pasto conmigo encima.
Me tatuaría cada uno de sus besos en todo mi cuerpo.
El romántico momento se vio interrumpido por el pajero de turno (Julián) cuando sentí como las dulces caricias que me daba en la espalda se convirtieron en algo más en cuanto esa mano subió por mi remera y me apretó una teta.
―Ya la cagaste, pelotudo ―me quise salir de encima para volver a leer pero me abrazó fuerte para que no lo hiciera.
―Bueno cochina, ponete corpiño si sabes como me pongo ―sacó la mano de mi remera y esta fue directamente a mi culo, dejó a ambas descansando ahí.
―Éstas se usan así, vos sos el pajero.
―Así se usan decía ―me molestó, pegándome despacio en la cola.
―Y bue hermano, que vas a saber vos si te vestis como fan de Anuel.
No se me vayan a ofender.
―Pero callate ―no le veía la cara, pero podía imaginar que estaba ofendido. Una notificación en su celular hizo que nuestra pelea ridícula se detenga―. A ver, culona. Déjame ver.
A penas me salí de encima, Julián se incorporó con rapidez para salir disparado hacia la puerta de entrada, con Ñoqui siguiéndolo detrás de él. Algo confundida, volví a mi estudio y supuse que se había pedido algo más para comer, porque ya se había comido los pebetes solo.
Oí la puerta cerrarse y un auto alejarse por completo de la calle, seguí leyendo tranquila, esperando a que Julián se vuelva a aparecer. Pasaron un par de minutos hasta que lo escuché volver al patio, mientras calmaba a Ñoqui, quien quería olfatear desesperado lo que traía en sus manos.
Me sorprendió al ver que no eran pebetes ni ninguna otra cosa para comer ahora. Era algo más misterioso, una caja de color blanco, que, sinceramente, emanaba un olor riquísimo. Me hice la desinteresada para no mostrarme como una angurrienta (aunque sí lo soy) y vi por encima de mi frente a Julián tembloroso, sentándose frente a mí.
―Dale tonta, mirá ―pidió, y se escuchó ansioso. Levante la visa y lo vi, extendiendome le caja frente a mi―. No preguntes que es y abrilo noma'. ―me senté como indio y recibí la caja de tamaño mediano. No sabía porqué, pero estaba un poco nerviosa, me temblaban las manos.
Abrí la caja con máximo cuidado para que su contenido no se rompa. Y, apenas levanté la tapa, el corazón se me paró por un momento, mientras Julián, casi muerto de los nervios, me miraba expectante.
Era una torta chica, decorada con un collage de tonos azules, rosas y violetas, haciendo alusión la Lover era. Y en el medio de la torta, escrito con letra cursiva de color rosado, decía;
"¿Would you like to be my girlfriend?"
Miré a Julián a los ojos con rapidez, intentando que no note las ganas que tenía de gritar de la emoción ahí mismo.
―No sé inglés ―me hice la desentendida, Julián bufó frustrado, si había algo que me encantaba, era ponerlo nervioso―. ¿Qué dice?
―No sé ―me desafió―. Yo tampoco sé inglés.
No pasó ni un segundo que me tiré, con cuidado de no dañar la torta, a darle un beso con cariño. Sentí a Julián desestresarse bajo mi tacto y correspondió el beso agarrándome de la cara.
―¿Eso es un yes? ―me miró feliz al separarnos.
―Es un maybe ―frunció el ceño y, vi sus intenciones de chuparme la cara, así que me arrepentí―. Yes, tarado.
Me dio un último beso, y, de su bolsillo, sacó una cajita negra.
Llámenme delulu pero si me pide casamiento ahora mismo yo acepto encantada.
No dijo nada, solo me la entregó, y exactamente en el momento que pensé que Julián Álvarez no podía enamorarme y sorprenderme más, observé con los ojos llorosos el collar de la letra J dentro de la caja.
―No quiero que lo uses porque seas mía ―lo miré negando, no lo podía creer―. Si no porque realmente te conozco.
Y justo como Taylor lo describió en esa canción: Cometo lo mismos errores todo el tiempo y nunca aprendo, pero al menos hice una cosa bien.
Y esa cosa bien, era él, era mi novio.
🕸
AT LEAST I DID ONE THING RIGHT 😭
call it what you want te sueño todos los días 🙏
ya son oficialmente nuestros padres!! me impresionó haber llegado a la meta tan rápido así que se lo merecen
40 votos, 25 comentarios y se viene el siguiente !!!
gracias por leer <3
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