O14. get your shit together

capítulo catorce !

¿es insensible de mí parte decirte
"soluciona toda tu mierda
para que pueda amarte"?

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liaugartee I've loved you three summers now, honey, but I 'em all. 💝
@ramirobardel___

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nacho ugarte
@parasito @amelia 🥰
APAREZCAN COBARDESSSS

rafa álvarez
Como que se casan los pimpollos?

paulo 💎
COMO QUE SE CASA RAMIRO
Y NO CONMIGO

ori sabatini ❤️
ENCIMA LA TIRABA ASI ????
COMO SI YO NO SUFRIERA DE LA
PRESIÓN ???

cami bardel
CON LOVER ENCIMA 😭😭
tuto para dejar de llorar

julián álvarez
Oaaa se viene fiesta

agus ulla
No si Ramiro se muere antes por
la emoción 😂

nacho ugarte
RAMIRO Y AMELIA APAREZCAN YA
ME VA A DAR UN ATAQUE

agu álvarez
Nacho tas bien vos? 🤣

nacho ugarte
SI AMIGO RE BIEN TE LO JURO

amelia oendeja de mierda tiras
una bomba así y DESAPARECES

julián álvarez
@parasito Aparece culiado
que mi vieja también quiere saber

agu álvarez
CULIADOS DEL ORTO APAREZCAN

cami bardel
LA PUTA MASRE CONTESTEN

nacho ugarte
RAMIROOOO 😭😭😭😭😭

rafa álvarez
LOS QUE NO APARECEN SON
BOSTEROS

amelia 🥰
hola gordos que pasó 😃

parásito
sorry pintó un picadito con
unos nenitos en la playa

nacho ugarte
LARGUEN TODO QUE YA SAQUÉ
TURNO CON EL CARDIOLOGO

amelia 🥰
no te mueras plis
te necesitamos para el 13 de septiembre
🤭

ori sabatini ❤️
QUEEEEEE

parásito
así es muchachos
nos casamos en septiembre

rafa álvarez
Nooo felicidades chicos!!!

paulo 💎
ME ESTÁN JODIENDO???

julián álvarez
Felicidades chicos!! ❤️❤️

cami bardel
NO PUEDE SER 😭😭😭😭

agu álvarez
SE CASA MI AMIGO
SABEN QUÉ SIGNIFICA?

agus ulla
Que viva el amorrrrr

ori sabatini ❤️
TRUINFÓ LA MONOGAMIA

paulo 💎
Nacho está vivo?

nacho ugarte
en camino al hospital
ahre
los amo pendejos, felicidades ❤️😭

parásito
jajajajaja gracias muchachos ❤️❤️

amelia 🥰
@cami bardel ME CASO EL 13
ENTENDES ????
13 POR TAYLOR

cami bardel
CUMPLISTE UN SUEÑO
TE AMOOO 😭😭😭😭

julián álvarez
Qué tiene el 13?

parásito
mientras más me la chupas más
me crece

julián álvarez
Bue

cami bardel
me quiero poner a llorar
los amo tanto

parásito
y llora enferma

cami bardel
bue que bardeas pelotudo
ojalá te dejen plantado en el altar

parásito

agu álvarez
Ahora a lo importante
Va a haber fernet?

parásito
obvio pa

agus ulla
@amelia 🥰 Se viene despedida
de soltera?

amelia 🥰
SIIIIIII
mi sueño
pasen contacto de strippers

parásito
no me causó gracia tu chiste

amelia 🥰
cual chiste

cami bardel
será q la mujer del dibu nos presta
a su hombre por una noche?

parásito
nadie la loca con 39 de fiebre
q lloró toda la noche en guardia
porque la pincharon: procede a planear
la despedida de soltera

cami bardel
bue álvaro me dijo q lo del
llanto en guardia quedaba entre nosotros

julián álvarez
Estuviste en guardia?
Estás bien?

paulo 💎
Ay más lindo él
Preocúpate así por mi Juli 😍

cami bardel

si juli estoy bien gracias

real life !

YO NO ENTIENDO como aguantaste tanto tiempo sin decirlo ―le dijo Camila a Amelia a través del teléfono.

Camila seguía sin poder creerlo. No caía en que ahora estaba hablando con su cuñada de los preparativos para su aproximada boda. Fue todo demasiado rápido, el tiempo pasaba demasiado rápido, sentía que todavía hablaba con Amelia de como Ramiro le había pedido ser novios en la esquina de su casa.

Pero en dos meses estaría reunida con su familia, viéndolos unirse para toda la vida y haciendo a Amelia oficialmente parte de la familia. Obviamente era difícil de creer.

―Yo lo hubiera subido a todos lados apenas pasaba ―Amelia rió.

Un sueño muy escondido que Camila siempre había sido el casamiento. Una parte de ella en algún momento de su ex relación (en los primeros meses, los únicos que puede recordar sin dolor) que sería él con el que se casaría. Le dolió mucho haberse dado cuenta que estaba equivocada.

Siempre jodía con su familia que nunca se iba a casar con nadie porque ella era, por así decirlo, una mujer independiente. Sus primas más víboras siempre que querían hacerla sentir mal le decían que nadie nunca querría casarse con ella. Aunque fue una broma hasta cierto punto, nadie llegó a pensar detalladamente en que esas jodas causaron en Camila una inseguridad. No era nada lindo oír de parte de tu familia que nadie nunca iba a querer amarte como corresponde porque eras insoportable y fantasma con tan sólo 15 años, y peor aún cuando no solo veía de sus primas, si no también de sus tías que avalaban todo lo que decían sus hijas.

Esas palabras resonaron por mucho tiempo en su cabeza, e incluso ahora. Ahora de más grande ya tenía bien asegurado y en claro que nadie nunca se casaría con ella ni se quedaría con ella para siempre. Al final, todos se van y Camila solo se tiene a ella misma.

Lo más seguro era que su destino era ver como sus hermanos formaban su vida con personas maravillosas mientras ella solo observaba todo desde afuera. Lo único que la consolaba un poco era que al menos estaría cagada en guita de vieja porque trabajaría como esclava si era necesario para cumplir todas sus metas.

―No fue nada muy elaborado igual, fue charlado entre los dos una noche random ―contó la morena tomando el mate que le extendió su prometido―. Igual lloré cuando me dio el anillo ―puso su mano al lado de su cara sonriente, mostrando el anillo brillante en su dedo anular.

―Qué lindo gorda, me quiero poner a llorar otra vez ―la morocha hizo puchero.

―Maricona ―se escuchó detrás de la cámara la voz de su hermano.


―Cállate que Amelia todavía se puede arrepentir ―dijo Camila maliciosa.

Se escuchó un culiada de mierda por lo bajo que la hizo reír.

―¿Vos estas mejor?

Camila negó arrugando la nariz: ―. Me duele una banda el cuerpo, y tengo calor todavía.

―¿Te tomaste la temperatura? Si no andate a guardia otra vez―saltó Ramiro alarmado. Amelia reprimió su risa por lo bajo, era increíble como Ramiro podía pasar de insultar a su hermana a preocuparse por su salud.

Supongo que así es la mejor relación de hermanos.

―No, me tomé un paracetamol ―sonrió inocente antes de ser cagada a pedo por su hermano y cuñada―. Ni en pedo voy al hospital de nuevo para que el enfermero me pida una foto después de haberme visto medio orto.

―Bueno, pero si te sentis muy mal anda si o si, capaz te dan un antibiótico ―demandó Ramiro.

―Si si, déjame hablar con tu señora, metido.

Lo echó Camila con enojo fingido, todavía no podía creer que Amelia sería su señora oficial dentro de dos meses.

El timbre sonó por todo el departamento haciéndola sobresaltar en el momento que Camila y Amelia hablaban sobre el vestido y las decoraciones. Camila frunció el ceño extrañada, no esperaba a que nadie la visitara, mucho menos en el estado deplorable que se encontraba.

Ñoqui fue a rasgarle la puerta de la pieza, como avisándole a su dueña que había alguien detrás la puerta, eso fue lo que hizo que Camila se levantara (como pudo) de la cama.

―Bancame Ame ―la interrumpió cuando Amelia le comentaba sobre el diseño de su vestido―. Llegó alguien, no sé qué onda.

Al caminar hacia la puerta para abrir, Camila no pudo darse cuenta de la mirada cómplice que se mandaron los comprometidos en la videollamada. Y no evitaron sonreír burlones cuando vieron la reacción de la morocha al abrir la puerta.

―Te llamo después gorda ―le dijo a Amelia apunto de cortar la llamada―. ¿Por qué te apareces cuando me veo pateadisima?

―Pateadisima pero hermosa, culiada.

Julián entró al departamento contento, y cuando llegó a su lado le encajó un pico que la dejó media descolocada y boluda. Camila creyó que iba a desmayarse en cualquier momento, si no se desmayaba por la fiebre seguramente caería inconsciente por culpa del futbolista.

La actriz lo miró de brazos cruzados mientras Julián (como de costumbre) saludaba a Ñoqui. Al levantarse, él la miró tímido rascándose la nuca.

―¿Por qué me mira' así?

―¿Te mandó Ramiro? ―le preguntó molesta.

―No, pesada ―ignoró su mirada penetrante.

―¿Y entonces por qué viniste?

―Bue forra, ¿ya no soy bien recibido en tu casa? ―Julián se tocó el pecho ofendido―. Mira, encima que te traigo algo para que comas...

―¿Qué trajiste? ―a Camila se le iluminaron los ojos olvidando su supuesto enojo, hasta que se rescató―. No me respondiste.

―Qué tipa che ―el futbolista rodó los ojos dejando las cosas encima de la mesa―. Si me dijo Ramiro que te sentías mal, pero no me mandó a cuidarte. ―dijo antes de que ella reclamara―. Yo vine porque no quería que estés sola, vine a cuidarte.

Camila lo miró con ternura, demostrando lo mucho que le había causado que Julián se preocupe por ella y hasta que venga a cuidarla por su salud. Al menos ahora no tendría que dramatizar sus síntomas estando sola.

―Ahh viste, y después el malo soy yo ―la molestó, dejando un besito en su mejilla―. ¿Te tomaste la temperatura? Estás re caliente.

Camila le pegó en el pecho: ―. No me vas a coger.

―No gorda, tanta suerte no tenes hoy ―Camila puso los ojos en blanco―. ¿Dónde tenes termómetro? Sentate.

―Lo dejé en la pieza.

Julián partió a por el termómetro mientras ella se acomodaba en el grande sillón. Por lo que cuando volvió con el termómetro en mano, Camila ya estaba sentada en el sillón con Ñoqui, cargoso como siempre, recostado en sus piernas.

―Cómodo él ―se rió Julián, siempre que cualquiera de los dos se sentaba en cualquier lado, tenían que hacerle enseguida un lugarcito a Ñoqui para que se acueste con comodidad.

Esperaron dos minutos acurrucados en el sillón (según Julián para poder escuchar el termómetro más de cerca) hasta que el aparatito sonó despacio bajo las ochenta camperas que tenía Camila.

Julián le sacó el termómetro con cuidado: ―. 38,5 ―lo leyó―. Te voy a poner pañitos fríos para que te baje la temperatura.

Camila se quejó teatrera.

―No quierooo ―dijo como una nena chica―. Durmamos una siesta y ahí se me pasa.

―Sí dormis te va a hacer peor.

―¿Desde cuándo sos doctor vos? ―Camila rió haciéndole montoncito.

―La araña que pica: futbolista y doctor, me gusta eh ―se agrandó peinandose desde la puerta de la cocina―. Quédate ahí y deja que quejarte que si no te voy a poner cebolla en la planta de los pies.

Camila hizo una mueca con tan sólo imaginarlo, para ella no había cosa más horrorosa que la cebolla.

La morocha le avisó de un grito al chico en la cocina que iba a la pieza a esperarlo. Junto a su canhijo, se dirigieron nuevamente a tirarse a la cama, Ñoqui como era igual de dramática (hasta peor) que ella fingía también estar enfermo para pasar todo el día en cama, como si no lo hiciera con su dueña estando sana. Supongo que pueden imaginar de dónde sacó Ñoqui el ser tan dormilón.

Minutos después entró Julián, con una fuente con agua tibia y un par de toallas que encontró en el baño. Dejó la fuente en la mesita de luz y remojó la toalla chica para dejarla descansar en la frente de Camila.

―Está fría, conchudo.

―Y sí, boba ―dijo Julián obvio, haciendo un poco de presión sobre su frente―. ¿Cómo te enfermaste?

―Mateo andaba medio apestado y se quiso venir a dormir conmigo una noche antes de irse ―contó suspirando―. Álvaro me tuvo que acompañar a guardia cuando me sentía muy mal.

―¿Te fuiste al hospital? ¿Por qué no llamaste? ―Camila sonrió un poco ante la preocupación de Julián por ella.

―La verdad me hubiera venido bien tu compañía porque Álvaro lo único que hacía era burlarse de mí cuando me pincharon ―hizo un pequeño puchero haciéndolo reír―. Me vieron el orto y todo.

―¿No se hizo el vivo el enfermero? Porque si no...

―No, medio bruto no más ―hizo una mueca recordando como le había dolido la inyección―. Encima después de pincharme me pidió una foto y me dijo que era fan de ATAV.

―¿Entonces alguien que no fui yo te dejó sin caminar? Cualquiera.

Camila sonrió nerviosa.
Si supiera que el enfermero no fue el único que la dejó sin caminar además de él...

―¿Te estás riendo sola? ―dijo Julián extrañado―. Me parece que la fiebre te está afectando, le voy a poner agua más fría. ―negó suspirando―. ¿De qué te reís?

―De tu cara.

Le dijo y Julián le apretó fuerte la frente en joda, Camila le pegó en la mano.

―Me duele, tarado ―se quejó―. Dedícate al fútbol no más, porque como enfermero...

―Buena, maldita que sos ―Julián se mostró ofendido―. Igual tampoco lo sería porque me caerían todas las pacientes.

―Ah bue... ―Camila mordió su labio irónica.

―Viste que feo que es cuando se agrandan, pijama de One Direction ―Julián se rió.

―Cállate envidioso, ya quisieras tener la cara de Harry Styles entre las tetas.

―Mi cara vas a tener entre tus tetas apenas te recuperes.

―Pajero del orto ―Camila le tiró del pelo.

―Dormite mejor, me tene' cansado ―pidió Julián acostándose a su lado.

―Cómodo vos ―murmuró Camila cuando el futbolista la abrazó por la cadera y entrelazó sus piernas bajo las sábanas―. No vale ahora, ya se me pasó el sueño.

―Uy, nena, sos pesada eh ―se quejó, claramente en joda―. ¿Quere' ver algo en la tele?

―Siiii ―Camila se incorporó rápido de la cama, para agarrar el control y poner Netflix.

―Te aviso noma' que no vamos a ver la de Los Juegos del Hambre para que te pajerees con el actor ―habló Julián arrebatándole el control de la mano.

Camila rió. Dios te bendiga a la madre de Josh Hutcherson por crear tremendo bombonazo.

―Bueno ―suspiró rendida―. ¿Y qué queres ver? ―como si él destino estuviera a su favor (por primera vez en mucho tiempo) la respuesta apareció en el televisor.

A Camila se le formó una sonrisa como el gato de Alicia en el país de las Maravillas cuando apareció la propaganda del documental Miss Americana en el tele. Julián la miró de reojo, sin saber lo que se le venía.

―Ponelo, pesada ―Camila aplaudió com emoción y se contuvo a no matarlo a besos―. Noma' porque estas enferma.

Pero Julián no sabía que ver ese documental era solo el inicio para ser convertido en swiftie.

―Uf, ¿te imagina' que te sigan así por todas partes? Que paja ―comentó Julián cuando el documental enseñaba a Taylor siendo acorralada por los paparazzis―. ¿Entonces el chabón ese flasheó confianza y dijo en frente de todos que la Beyoncé merecía el premio? Tremendo hijo de puta.

―¡Viste! ―exclamó Camila de acuerdo―. Encima después de eso Kanye sacó una canción diciendo literalmente que era una trola y que él la hizo famosa.

―¿Cuántos grammys tiene ese? ―rió Julián―. Es de Boca seguro.

"I walked to the door with you, the air was cold..."

―¡Esa canción está re cheta, yo la escuché! ―se emocionó Julían―. ¡Para vos, John Mayer!

―No, tarado ―se tentó Camila―. Esa es para Jake Gyllenhaal.

―Fua la Taylor ―comentó Julián hipnotizado al verla cantar Getaway car―. ¿Qué harías si te dejo por Taylor?

―Te cago a palos ―respondió con simpleza y Julián chasqueó la lengua―. Y sí boludo, es mía Taylor, yo la conocí primero. Además le gustan actores como yo.

―Le dedico un par de goles y ya la tengo escribiéndome un álbum, te lo juro.

―Tiene novio igual, mira esta parte ―le pegó para que preste atención al momento de Taylor y Joe―. Ese es mi papá, Joe.

Shoe ―repitió el jugador.

―Él es de los mejores novios que tuvo Taylor, porque la amó en su peor momento y la acompañó cuando lo necesitaba ―le contó. (recuerden que es 2021 y taylor tenía you're losing me escondido 😿).

Maaaaaii loveeeer.

Cantó Julián haciéndola reír.

Cuando había pasado más de la mitad del documental a Camila le bajó el sueño (porque era la novena vez que lo veía y se lo sabía de memoria) y Julián estaba tan enganchado que ni se dio cuenta que en un momento la actriz se quedó dormida.

Julián siempre había sido un chico sensible, incluso cuando intentaba no demostrarlo. Se sentía un boludo al ver la manera en que una artista random hablaba de lo bien que le hacía su pareja lo había dejado pensando. Teniendo a Camila durmiendo a su lado lo había hecho reflexionar un poco las cosas.

Tenía que admitir que le dolía mucho la situación, le dolía que Camila le ponga tantas trabas para poder amarla. La inseguridad en él se incrementaba cada vez más cuando Camila lo alejaba y ni hablar de la confusión que le hacía sentir. Se sentía, de alguna manera, usado. ¿Por qué Camila no lo dejaba amarla? ¿Por qué se negaba tanto a estar con él? Una parte de él comenzó a cuestionarse si realmente lo que Camila le había dicho de sus sentimientos era verdad, esa parte traicionera le estaba haciendo creer que no quería estar con él porque no lo quiere, solo le gusta su compañía y no sabe como decirle que no ve su relación a largo plazo.

Cuando para él era todo lo contrario, cada día que pasaba se esforzaba más en que Camila lo ame y soñaba con un futuro junto a ella.

Por otro lado, de inmediato recordaba el año que le habían hecho anteriormente y lo egoísta que estaría siendo ignorando en que Camila lo estaba intentando todo por él. Eran esos los momentos en que tenía ganas de rogarle que lo siga intentando, que él iba a estar ahí siempre hasta que ella se sienta segura, porque ella parecía no tenerlo en cuenta o hasta ignorarlo. Y eso le dolía.

La veía dormir a su lado y pensaba como es que hacía que la quiera tanto... Y a la vez como no podía demostrarlo para no asustarla.

Pero la quería tanto que esperaría por ella años si era necesario. Así que terminó dándose cuenta de lo mismo de siempre, tenía que esperar. Viéndola dormir tan plácidamente a su lado, supo que la espera quizás sería tortuosamente larga y dolorosa, valdría la pena cada segundo cuando estén juntos. Porque cada vez que la veía reír de lo que decía, que la besaba, y que la abrazaba, se aseguraba que ella era todo lo que buscaba en su vida. Y capaz por eso era tan larga la espera, porque algunos dicen que lo bueno se hace esperar.

Apurarla era lo último que podría hacer en el peor de los casos, pero...

¿Sería insensible de su parte decirle que arregle sus problemas lo antes posible para que puedan amarse?

(...)

La morocha se despertó medio desconcertada ante la soledad de la habitación. Juraba que Julián y Ñoqui se habían dormido con ella y que no había sido producto de la fiebre, que ahora había bajado gracias a los pañitos que le había puesto Julián en la frente.

El riquísimo olorcito proveniente de la cocina la hizo levantarse. Quizás su mamá había caído de imprevisto para hacerle algo rico y por eso Julián se había ido, y ahora iba a tener que bancarse el cuestionario de que su mamá que encima parecía no terminar nunca, porque después de responderle las preguntas necesarias, pasaba a darle consejos que siempre escuchaba y nunca era nada realmente nuevo. Eran tantas veces que la había "aconsejado" (que era más o menos una cagada a pedo camuflada) que se las sabía de memoria, casi siempre terminaba escuchando lo mismo con distintas palabras.

Fue hacia la cocina con toda la pereza del mundo, Ñoqui ya estaba durmiendo tranquilo en su camita panza para arriba y eso era raro, porque sí estaba su abuela en casa nunca la dejaba tranquila. Así que cuando se adentró a la cocina, pudo darse cuenta que la encargada de la cena de la noche no era su mamá.

Camila lo miró atentamente a Julián concentradisimo amasando, no pudo evitar morderse el labio ante tal vista.

Su espalda tan ancha y fuerte... Que bendición.

―Me vas a ojear ―Julián dijo fingiendo voz aguda, hace rato se había dado cuenta que lo estaba mirando como loquita pero eso a él le encantaba.

―¿Qué estás haciendo? ―Camila se acercó a él, mirando curiosa el contenido de las ollas.

Juira chusma ―el futbolista la agarró de la cintura y la llevó lejos de las hornallas―. De la cena me encargo yo.

―Dios me cuide ―Camila juntó sus palmas mirando al cielo―. Dale estúpido, ¿qué estás haciendo?

―Comida ―le respondió lo que su mamá siempre le responde―. Anda pa' allá.

―¿Puedo mojar el pan en la salsa?

―No ―la empujó pero Camila puso fuerza contra él, aunque era medio difícil que le gane. Julián, al ver como ponía resistencia contra su cuerpo, le pasó la lengua por la cara para debilitarla.

―¡Asqueroso! ―gritó Camila en desesperacion―. ¡El que me chupa la cara es de Boca!

El jugador detuvo sus movimientos de repente, y la empujó de vuelta alejándola definitivamente de la cocina.

―Quédate allá y no seas pesada ―le indicó con el dedo―. Yo te llamo para comer.

Y se volvió a la cocina, esperanzado a que la morocha no se vuelva a aparecer. Camila, rendida, se vio obligada a ir a recostarse en el sillón mientras prendía la tele en busca de algo que acortara la espera.

Se topó finalmente con LAM, por primera vez en su vida decidió dejar el canal ahí, al menos era un poco reconfortante ver como no hablaban de ella y de su vida privada, y además no había nada más interesante para ver en la tele. Así se soltó un suspiro exagerado mientras veía como Yanina Latorre se peleaba con Angel de Brito por quien sabe que quilombo.

Mientras seguía esperando a que Julián la llamara, escuchó como un celular vibraba con escándalo encima de la mesa. Con paja, Camila se levantó del sillón pensando que el celular que vibraba era el suyo.

Se dio cuenta que no era así cuando en la pantalla del celular de Julián mostraba una llamada entrada de Emilia F. O al menos así lo reflejaba el aparato.

Incomoda, volvió al sillón sigilosamente, esperando que Julián no se haya dado cuenta que había visto quien lo había llamado. El jugador se acercó a la mesa de repente y agarró el celular para hablar en la cocina. A Camila eso le molestó, ¿por qué se iba como si estuviera escondiendo algo? ¿O como si anhelara tener una conversación ultra mega privada con su ex?

Esa actitud fue la que la llevó nuevamente al lugar de la duda y el miedo. No había considerado a la ex de Julián como una amenaza hasta ahora, al menos él le había dicho que no tenía intenciones de volver con ella por como terminaron las cosas, pero también se contradecía después llevándola a cenar cuando estuvieron ese lapso "separados". Julián la confundía, y por un segundo se permitía sentirse levemente ofendida por la extraña relación de Emilia y Julián, hasta que su mente le recordaba de la nada que ella, en cierta parte, tampoco había superado el daño que Thomas dejó en ella y, para empeorar su humor, no estaba en su derecho de reclamarle porque ella también había hecho de las suyas en su momento.

Después de sobrepensar demasiado, algo a lo que estaba acostumbrada, optó por quedarse en silencio aunque un nudo le atravesaba la garganta, mientras seguía mirando el canal de chimentos hasta la cena.

Julián, por su parte, sí se había dado cuenta del cambio de actitud en Camila mientras la veía por la ventanita de la cocina. Si bien entendía su descontento, no podía culparla, ella no sabía que Emilia solo lo llamaba para provocar ese tipo de incomodidad entre ellos. Julián creía haber sido bastante claro con ella en que no insistiera en llamarlo e intentó de la mejor manera posible hacerle entender que Camila era la única que le interesaba.

Quizás él no usó las palabras correctas o a Emilia no le entraba en la cabeza, pero alguna razón debía existir para que la cordobesa lo siquiera buscando. Emilia siempre se caracterizó por ser intensa, en sus años de relación esa actitud llegaba a fatigar a Julián, mucho más siendo él tan tranquilo. El futbolista también se echaba un poco la culpa, jamás tuvo que aceptarle esa cena donde lo único que hacía Emilia era hablarle de ropa y cosas que poco le interesaban. En su defensa, la relación del papá de Julián con el papá de Emilia siempre había sido buena, y como otra cualidad destacable de Emilia era la manipulación; Julián terminaría mostrándose como una horrible persona ante Elvio Ferrero si no aceptaba la cena preparada por su hija.

Irónico, Emilia había elegido el lugar, la cena, las bebidas y hasta el postre. Pero todo eso fue costeado gracias al bolsillo del nueve de River.

Julián llegó a la conclusión que ni el vino más caro ni el corte más sabroso de la parrilla lo hacían tan feliz como comer un buen plato de ñoquis con coca en la casa de su mujer, acompañado de su hijo con nombre en honor a ese plato del bien.

Y ahí es donde te das cuenta que no es el lugar, es la persona.

Al menos media hora después, Julián llamó a Camila para poner la mesa una vez la cena estaba lista. Rió al ver como la morocha corría feliz a poner la mesa, emocionada para disgustar la comida que le había preparado el jugador. Quiso reír aún más fuerte cuando le brillaron los ojos cuando Julián puso la fuente de ñoquis con salsa en el medio de la mesa.

―Qué Dios te tenga en su gloria ―le dijo Camila besando su mejilla obsesivamente.

―¿Hace cuánto no comías? ―se burló Julián sirviéndole en el plato.

Camila no le respondió, solo recibió gustosa el plato que le ofrecía su amado. La verdad es que hace bastante tiempo se le antojaba un buen plato de comida casera, si fuera por ella viviría a base de maruchan y mates, y la paja por cocinar se incrementaba aún más cuando estaba enferma, por lo que últimamente lo único que hacía era recurrir al delivery.

―Uf, tenes la cara nomas ―Camila le sonrió con la boca llena―. Te voy a traer a vivir para acá.

―Matame si no te sirvo. ―el futbolista sonrió como ganador.

Mientras los dos comían charlando y riéndose de las cosas que inventaba LAM, Camila no pudo evitar pensar en que nunca se había sentido tan cómoda con alguien.

Darse cuenta que Julián era el único que provocaba esas cosas en ella era terriblemente aterrador, pero, siendo sincera, ver como la había tratado estos días, verlo no rendirse nunca sabiendo que seguía siendo difícil para ella, y, no menos importante, ver como había respetado su decisión hacía que ella se sintiera cada vez mejor.

Tenía que esforzarse en dejar de negar sus sentimientos por Julián, fingir que no era todo lo que buscaba y que la manera en que la hacía sentir era de otro mundo, se había convertido en tarea imposible.

Lo amaba, lo quería para siempre a su lado. Él se había encargado que encender la llama que Camila había perdido producto del dolor que Thomas causó en ella. Y ahora, la hacía darse cuenta que todo era distinto, y que, aunque su corazón seguía en ese proceso largo de sanar, Julián también ayudaría para que ese proceso avanzara más rápido. Todos sus pensamientos giraban en torno a él, Thomas ya no existía en su cabeza, y lo amaba por haber logrado eso gracias a él.

Julián la miró atentamente por unos segundos. Algo en ella había cambiado.

El futbolista agarró su mano por encima de la mesa, y dejó un beso corto, pero cariñoso, en sus nudillos.

―¿Existe la posibilidad que reconsideres las cosas?

Preguntó sonriendo nervioso por la respuesta que iba a escuchar, pero, a la espera que esa respuesta sea el milagro que le devolviese la felicidad y, de la esperanza que su amor sea finalmente correspondido de la forma que él lo anhelaba hace tiempo.

Camila sonrió en respuesta. Al mirarlo se sintió segura, en casa.

―Creo que sí. ―respondió tímida, haciendo que la sonrisa de Julián se agrande por completo.

El alivio volvió al pecho de Julián. Por una vez en su vida, las cosas comenzaban a sentirse bien sin ser forzadas, todo comenzaba a tomar orden.

―Te quiero un montón, ¿sabías? ―dijo él, ansioso.

Camila sonrió.

―Sí, ya lo sabía ―habló ella, egocéntrica, provocando que Julián le pellizcara la mano despacito―. Yo te quiero más, Juli.

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| beltranlucass ha respondido a tu historia: Estás en tu casa? Te llevo el postre 😄

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aww mis papis

qué piensan? les va gustando?

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