CAPÍTULO 7: A DIFFERENT POWER
—— A DIFFERENT POWER ——
—No has bajado a cenar, ¿esta todo bien?— Preguntó Alina entrando en la habitación de su hermana, la cual estaba tumbada en su cama mirando al techo como si en él pudiera encontrar las respuestas a todas sus preguntas.
—Sí, no tenía mucha hambre.— Respondió sin apartar la mirada del techo mientras su hermana se acercaba a ella para sentarse en la cama.
—Mejor que no hayas venido. Todos esperan que de un día para otro...— Empezó a decir mostrando la frustración y la carga que en tan solo un día habían depositado sobre sus hombros, como si pudieran hacer todo tan rápido como todos querían.
—Acabemos con la sombra y todo vuelva a ser como antes, pero nadie recuerda como era Ravka antes de ella.— La interrumpió su hermana sabiendo perfectamente como se sentía, ya que ella se sentía igual. Con un deber que de alguna forma no era su responsabilidad y de serlo lo era por tener un poder que de alguna forma ella jamás había llegado a querer ni a desear.
—Más nos vale hacerlo bien, sino seremos las nuevas herejes.— Garantizó Alina mientras se tumbaba a su lado abatida por todo lo que podía suceder si llegaban a fallar en su cometido.
—¿Qué pasó esta mañana?— Preguntó Tomiris mientras se incorporaba y miraba a su hermana con inquisición. —¿Qué es lo que dijo Zoya?— Preguntó de nuevo observando con atención las facciones de su hermana, deduciendo rápidamente que era lo que la había llevado a actuar de la manera que lo había hecho. —¿Qué dijo de Mal?— Volvió a preguntar haciendo que Alina la mirase sorprendida, ya que sin decir nada su hermana había deducido lo que había pasado. —Oh, vamos, ya sabes que no la puedes ocultar nada a tu hermana mayor.— La recordó mientras soltaba una carcajada dando a entender que ella siembre iba a saber cuando estaba bien o cuando se sentía dolida.
—¿La di muy fuerte?— Preguntó la invocadora del sol con cierta curiosidad.
—Nunca antes había estado más orgullosa de ti, bueno sí ha habido más momentos, pero el de esta mañana... Me acordaré de él para el resto de mis días.— Garantizó Tomiris mientras la dedicaba una sonrisa haciendo que Alina se sonrojara ante las palabras de su hermana, ya que escucharla decir que estaba orgullosa la hacía sentir como si todo lo que había hecho estaba bien, como si tener aquel reconocimiento por parte de ella fuera suficiente.
—¿Sabes? He conseguido invocar la luz, esta mañana con Baghra..., da algo de miedo, pero ver la luz salir de mis manos ha sido... cálido.— Admitió mientras soltaba una gran sonrisa de satisfacción al ser consciente de todo el poder que había en su interior, un poder que de alguna forma la hacía sentir que estaba completa. —¿Tu que tal?— Preguntó mientras giraba la cabeza para poder mirarla, viendo que la expresión de su hermana no reflejaba el mismo entusiasmo que ella.
—No ha habido tanta suerte, no he conseguido hacer nada. De hecho me he llevado un golpe por su parte, y una revelación.— Admitió con frustración pero no se debía a que no supiera invocar su poder, sino a que todos esperaban algo que ella, de alguna forma, no esperaba. Ella no eran a quien esperaban, ellos esperaban a Alina.
—¿Cuál?— Preguntó la cartografa con curiosidad.
—El General Kirigan es un amplificador humano, por eso ambas pudimos hacer uso de nuestro poder sin haber entrenado.— Explicó haciendo que Alina la mirase sorprendida. —Pero hay más, cuando nos dijo que nos diéramos la mano no fue por que pudiéramos ser más fuertes, sino porque yo también soy un amplificador.— Añadió haciendo que la menor abriera la boca al escucharla, ya que nunca se hubiera imaginando que su hermana la fuera a decir algo como aquello.
—¿Un amplificador humano? Pero si solo existen los animales amplificadores.— Alegó creyendo que aquello podía ser imposible y eso parecía, pero al parecer estaban equivocadas.
—Eso pensaba yo, pero parece ser que estábamos equivocadas.— Murmuró mientras ponía una expresión de que todo cuanto creían parecía estar incorrecto.
—Tal vez por eso usamos a la vez la luz, tu me ayudaste y de alguna forma mi luz llamo a tu luz.— Asumió creyendo que todo se debía a ello.
—Tal vez tengas razón.— Murmuró Tomiris mientras se encogia de hombros.
—Seguro que dentro de nada podrás impresionar a Baghra.— La animo Alina con una sonrisa.
—No sabría que decirte, con que una de las dos pueda destruir la sombra tal vez les sirva.— Supuso creyendo que con Alina seria suficiente pero aquello distaba de ser así.
—No, de ninguna manera. Tu y yo estamos juntas en esto, ¿entendido? Tu y yo volveremos a entrar ahí y la haremos desaparecer, porque somos las invoadoras del sol y de la noche y podemos hacerlo, les haremos ver a todos de lo que somos capaces de hacer.— Sentenció la menor mientras agarraba a la mayor de la mano en señal de que juntas tendrían el poder suficiente como para erradicar aquella oscuridad que durante tanto tiempo les había amenazó y que se había cobrado tantas vidas.
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Tomiris se incorporó observando como la oscuridad que reinaba en la habitación gracias a la noche y a las cortinas corridas, era sustituida por una brillante aunque tenue luz azul, la cual la hacía sentir como en casa, como el abrazo cálido de una madre. Ante aquello, la invocadora de la noche miró asombrada a todas partes, buscando su origen, hasta que su vista se centro en sus manos, las marcas que en ellas había estaban siendo bañadas por lo que parecían ríos de luz brillantes, no había un hueco en ellas que no brillará.
Ante ello, la pelinegra abrió sus ojos, la luz de su hermana no era azul, pero la suya sí, ¿porque? A pesar de lo maravillada que estaba, algo en su pecho se contrajo de dolor, lo que genero que la joven cerrara sus manos con fuerza, ahogando de aquella manera la luz que invadía la habitación y que lentamente se fue apagando. Una vez que esta había desaparecido, la ojiazul respiro aliviada, justamente cuando alguien llamaba a su puerta.
—¿Alina?— Tomiris miró a su hermana sorprendida de verla a aquellas horas en su habitación. —¿Qué haces aquí?— Preguntó confundida esperando que ella no hubiera visto aquella luz azul.
—No se como explicarlo, pero tuve una sensación... Algo me despertó y me atraía hasta aquí.— Admitió dubitativa sin entender nada de lo que la había pasado.
—¿Ahora vas a ser mi caballero de brillante armadura?— Preguntó la mayor con burla.
—A lo mejor sí.— Sonrió la menor con orgullo. —¿Puedo pasar?— Preguntó esperando que pudiera pasar y no quedarse en la puerta.
—Oh, claro, pasa.— La indicó mientras se hacía a un lado. —¿Quieres dormir aquí conmigo?— La pregunto tras cerrar la puerta y dirigirse de nuevo a su cama.
—Claro.— Sonrió Alina mientras seguía a su hermana y ambas se tumbaban. —¿Cuando fue la última vez que dormimos juntas en una cama de verdad?— Preguntó dándose cuenta de que todo había cambiado, ya no eran aquellas niñas que estaban solas contra el mundo. Ahora eran dos mujeres frente a la sombra.
—Cuando cumpliste trece años, dejaste de tener pesadillas y a venir a mi cama para que te protegiera de tu mente.— Respondió Tomiris mostrando que ella sí recordaba la última vez que de alguna forma cuidó de su hermana por las noches, aunque ella siempre había cuidado de ella y siempre lo haría.
—¿Crees que hicimos bien? ¿Crees que hicimos bien en no hacernos la prueba?— Preguntó mostrando que de alguna forma ella se arrepentía de la decisión que ambas habían tomado para protegerse de una posible separación.
—Jamas hubiéramos imaginado que... fuéramos Grisha, y aunque nos la hubiéramos hecho tal vez solo una hubiera sido una Grisha y eso nos habría separado.— Admitió sabiendo que aquella era la mejor decisión que tomaron, y quien pensara lo contrario nunca se había encontrado en su situación.
—Permanecimos juntos, los tres, escondidos donde siempre nos encontramos, en el prado.— Murmuró Alina recordando perfectamente aquel lugar que para lo tres era su lugar seguro, al que querían regresar cuando todo estaba mal.
—¿Mal ha respondido a alguna de tus cartas?— Preguntó Tomiris preocupada, ya que aunque ambas sabían que él estaba vivo, todavía no había dado señales de vida con respecto a ellas.
—No, aunque le he invitado a venir. Se que vendrá y nos dará el consejo perfecto, nos ayudará a entender todo esto de una mejor manera.— Garantizó creyendo que de alguna forma él tendría una mejor perspectiva de la que ellas estaban teniendo, pero para la mayor aquello no parecía ser así. El pequeño palacio no era tan idílico como muchos creían.
—¿Acaso esto se puede entender? Siento que de alguna forma todos esperan que fracasemos y quienes no lo esperan, quieren que la hagamos desaparecer de hoy para mañana.— La recordó sabiendo que ellas no podían cumplir con las expectativas de todos, y el saber que las tenían tal vez era lo peor para ambas.
—La presión es algo que no soporto, el como nos juzgan...— Empezó a decir mientras se tapaba la cara con la almohada en señal de frustración.
—¿Alguna vez... leíste algo sobre otro tipo de Grisha?— Preguntó Tomiris mientras centraba su mirada en el techo de la cama, mientras jugaba con un mechón de pelo.
—¿A que te refieres?— Preguntó Alina mientras se quitaba la almohada de la cara y la miraba confundida.
—No creo que sea la invocadora de la noche.— Murmuró mientras la miraba.
—¿Por qué dices eso? Invocaste las sombras y la luz, dos veces. Y no me digas que no, porque lo he visto, cuando Zoya te estaba provocando vi como la luz empezaba a desaparecer.— Afirmó sin entender porque su hermana pensaba que no era la invocadora de la noche cuando todas las señales apuntaban a que era ella.
—Antes de que llamaras a la puerta..., de mis manos salía una luz azul, un azul... como el de la luna cuando ilumina el mar. Era algo extraño. Todo lo que nos han dicho es que podíamos o no haber nacido juntas, pero ¿y si están equivocados? ¿Y si en realidad sí debíamos de estar ligadas la una a la otra?— Alegó mientras se incorporaba y la miraba en señal de que tal vez todos ellos estaban equivocados, tal vez ella no fuera la invocadora de la noche, tal vez era otra clase de Grisha, una que tal vez nadie conocía todavía o que habían terminado olvidando.
—Como el sol y la luna, dos polos opuestos que siempre están unidos.— Murmuró al entender lo que estaba queriendo decir. —Como nosotras.— Añadió con una amplia sonrisa en su rostro.
—Exacto.— Respondió viendo que la había entendido.
—Venga vamos.— Sentenció Alina mientras se levantaba de la cama. —Sí tu teoría es cierta el único lugar donde puede haber respuestas es en la biblioteca.— Respondió con obviedad haciéndola ver que iban a investigar y a dar con la verdad, las dos necesitaban saber cual era, en especial Tomiris.
—¿Crees que ahí habrá algo sobre un invocador que me acabo de inventar?— Preguntó la mayor creyendo que aquello podría ser imposible, porque de haber un libro que hablará de ello no se habrían equivocado con deducir quien era ella.
—Bueno, yo no tengo sueño y creo que tu tampoco.— Respondió Alina mientras se dirigía a la puerta en señal de que iban a ir a descubrir la verdad.
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—¿Has encontrado algo?— Preguntó Tomiris mientras cerraba un libro y soltaba un suspiró de desesperación.
—Aparte de que las estanterías más altas no las limpian y que están llenas de polvo, no. ¿Y tu?— Respondió Alina mientras seguía revisando las más altas, viendo que aquellas no solían ser de interés para nadie.
—Negativo.— Murmuró Tomiris mientras se apoyaba en la estantería y se cruzaba de brazos.
—He encontrado algo sobre los Grisha, un libro muy viejo. Parece anterior a la sombra porque sale un mapa sin ella.— Murmuró Alina mientras bajaba las escaleras para poder mostrárselo a su hermana.
—Vaya, eso debe de ser una reliquia.— Garantizó mientras se acercaba a ella expectante. —¿Y que pone?— Preguntó con curiosidad.
—No gran cosa, pero hablan de que todos los Grisha tienen como un opuesto, y que los invocadores de las sombras no eran la excepción. Se cree que también existían dos tipos de Grisha, el invocador del sol y el de la luna.— Leyó haciendo que ambas se mirasen al darse cuenta de lo que eso significaba.
—Entonces no nos hemos equivocado.— Murmuró con una sonrisa. —¿Pero entonces porque han supuesto que yo era la invocadora de la noche?— Inquirió sin entender cómo es que podían haberse equivocado de aquella manera.
—Por que el hereje negro uso a la única invocadora de la luna para crear a la sombra, era un amplificador y la mató para usar su poder en su beneficio.— Leyó haciendo que la expresión de Tomiris cambiará al darse cuenta de que su antecesora había muerto a manos del hereje negro para crear aquella monstruosidad.
—Crear la sombra.— Murmuró encajando las piezas como si de un rompecabezas infantil se tratará.
—Pero de esa muerte salio una luz tan potente que hirió al hereje, él jamás podría ver la luz de la invocadora de la luna.— Añadió Alina desconcertado a Tomiris con aquella última información.
—Eso no responde a mi pregunta, Alina.— La informó en señal de queja.
—La invocadora de la noche es solo una leyenda.— Respondió con obviedad.
—¿Qué quieres decir?— Preguntó sin entender porque decía aquello, ya que más que una leyenda parecía una mentira que todos se habían creído, como días atrás lo había sido la invocadora del sol.
—Ellos la cambiaron el nombre para protegerla.— Respondió con obviedad. —Nadie puede saber esto, sí descubren que la invocadora de la luna sí existe y que eres tu, que la invocadora de la noche es una mera mentira para protegerla te mataran quien sea que quiera matarnos. O te usarán en contra de los Grisha o del general.— La advirtió sabiendo que ambas debían de mantener a salvo aquel secreto de cualquiera que quisiera hacerlas daño.
—¿Dice algo más?— Preguntó Tomiris sabiendo que aquel libro era mucho más revelador de lo que alguna vez podría haber imaginado.
—¿Recuerdas lo que nos explicó el general respecto a que tu naturaleza se inclinaría por un lado u otro?— Ante la pregunta de su hermana, Tomiris asintió, ¿como iba a olvidarse de algo así? —Se equivocaba, técnicamente no deberías de invocar a las sombras, sino a la luz de la luna, una luz más pura que la que yo puedo invocar.— La reveló haciendo que la mayor la mirada confundida al no entender porque entonces podía invocar a la oscuridad.
—¿Entonces como es posible que invoque a las sombras también?— Preguntó dándose cuenta de que ese factor era algo con lo que nadie contaba, por eso la habían confundido con la Grisha que no existía.
—No lo se, tal vez... Tal vez fuera por lo que sucedió cuando el hereje negro mató a la invocadora de la luna, él la robo algo y tal vez ella también. No lo se, no lo pone.— Admitió mientras cerraba el libro para a continuación mirar a su hermana, la cual tenía una expresión de seriedad, igual a cuando debía de hacer frente a algo que iba en contra de sus principios, de sus ideales y de sus valores.
—Esta bien, será mejor que dejemos el libro donde estaba y no hablemos de ello con nadie. Este lugar es como una bolsa de cobras y en la única persona en quien confío es en ti.— Murmuró Tomiris sabiendo que lo mejor para ambas era esconder aquel secreto hasta que llegara el momento de desvelar la verdad, el problema residía era que en aquel lugar no podían confiar en nadie. Todos se presentaban con una cálida y amigable sonrisa de amistad, pero a veces estas ocultaban la más oscura y macabra de las intenciones.
★★★
Antes de nada, deciros que este capítulo es extremadamente importante por todo lo que revela, pero también por las preguntas que presenta.
La escena del principio es algo que me encanta siempre escribir, amo mostrar la relación de Tomiris y Alina y mostrar lo mucho que confian entre ellas, ya que las cosas se van a ir poniendo más tensas conforme vaya avanzando la trama. Porque os aseguro que hay muchos secretos que van a ver la luz.
Además de que cuando planeaba la historia, siempre me las imagine confiando en la otra hasta el nivel de que se contarán todo. A fin de cuentas son hermanas, y creo que es algo hermoso de los hermanos el que se puedan leer como libros abiertos.
La escena de la luz azul, bueno, sin duda es algo muy importante. Porque muestra que el poder de Tomiris es diferente al que ambas habían imaginado o lo que se ha pensado. ¿Pero porque Tomiris piensa que no es la invocadora de la noche? Por la luz azul. Porque no la menciona la historia.
La parte de la búsqueda me encanto, pero más aún revelar que la invocadora de la noche no existe, a fin de cuentas hay un equilibrio, y con la luz y la oscuridad era igual, e incluso la luz tiene su opuesto.
La historia de la anterior invocadora de la luna la conoceréis en próximos capítulos, es una historia muy importante para el futuro, porque trae las pistas a la figura de Tomiris en la historia. Aun así, en pocos capítulos tendrá lugar la presentación de la invocadora que murió a manos del hereje negro.
Pero, acaso no os preguntáis, ¿por qué entonces Tomiris controla las sombras cuando eso no podía hacerlo la anterior invicadora de la luna? Me gustaría saber vuestras teorías, aunque os diré que la primera pista estará en los próximos capítulos.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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