CAPÍTULO 6: SOMETIMES IT DOESN'T MAKE UP TO BE SPECIAL

—— SOMETIMES IT DOESN'T MAKE UP TO BE SPECIAL ——

—Alina, Tomiris, os estábamos buscando.— Dijo una inferni mientras se agarraba del brazo de la mayor de las hermanas mientras que la otra Grisha se agarraba del brazo de Alina haciendo que ambas hermanas se mirasen confundidas.

—Todavía no nos han presentado.— Prosiguió la agitamareas. —Yo soy Nadia y ella es Marie.— Añadió mientras las dos sonreían haciendo que las hermanas las devolvieran una sonrisa llena de nerviosismo.

—¿Por qué no nos dejan salir los guardias?— Preguntó Tomiris confundida ya que de alguna forma la hacían sentir que estaba presa.

—Por que os toca entrenar.— Respondió Nadia como si fuera la cosa más normal del mundo.

—¿De verdad sois cartografa y reastreadora?— Preguntó en esta ocasión Marie con curiosidad.

—¿De verdad os atacaron los fierdanos?— Preguntó en esta ocasión Nadia.

—¿Ha cuantos fierdanos matasteis?— Intervino Marie haciendo que ambas se sintieran abrumadas por todas las preguntas que las estaban haciendo.

—¿Matar? Si apenas golpee a uno, la que lo hizo fue mi hermana.— Admitió Alina sabiendo que de las dos la única que tenía habilidades para luchar era la mayor.

—Pues hemos llegado a tiempo.— Sonrió Marie.

—Bienvenidas a vuestra primera clase de vuestro programa diario.— Afirmó Nadia mientras las cuatro llegaban a la zona donde los Grisha entrenaban de forma física. —Entrenamiento de combate.— Anuncio.

—Genial.— Murmuró Tomiris con una expresión de pocos amigos.

—Oh vamos, tu llevas ventaja.— Alegó Alina mientras la daba un codazo para a continuación dedicarla una sonrisa sabiendo que su hermana era la mejor de todos ellos.

—Las invocadoras del sol y de la noche, los enemigos de Ravka quieren mataros antes de que destruyais la sombra, es un honor tener tantos adversarios.— Afirmó el entrenador haciendo que las dos hermanas se mirasen sorprendidas por su recibimiento.

—Menuda bienvenida.— Murmuró Alina sorprendida.

—Siempre es así.— Garantizó Nadia intentando tranquilizarlas.

—Debéis de defenderos con velocidad, ¿sabéis pelear?— Quiso saber mientras miraba a las dos con curiosidad.

—Yo he entranado algo.— Admitió Alina sabiendo que sus conocimientos se basaban en lo poco que Tomiris y Mal la habían enseñado.

—¿Y tú, invocadora de la noche?— Preguntó haciendo que todas las miradas se posaran sobre ella.

—Me defiendo bastante bien.— Garantizó con orgullo en sus palabras.

—Desmuestrame lo que sabes, invocadora del sol.— La pidió haciendo que Alina diera un paso hacia adelante para a continuación mirar a todos los Grisha que estaban allí. —Escoge un oponente.— La animo haciendo que la expresión de la menor se centrará en una única persona.

—Ella.— Respondió señalando a Zoya.

—Zoya Nazalensky, la entreno desde los diez años.— Afirmó haciendo que Alina diera un paso hacia atrás.

—¿Te echas atrás?— Preguntó Zoya con superioridad.

—No se lo que es eso.— Garantizó Alina mientras Tomiris la hacía un gesto de que lo haría bien.

—Preparadas.— Ambas se pusieron en sus posiciones. —Luchar.— Sentenció haciendo que Alina fuera la primera en atacar, pero rápidamente Zoya la tiro al suelo creyendo que ya había terminado.

—Otra vez.— Sentenció Alina mientras se levantaba.

—Esa es mi chica.— Sonrió Tomiris orgullosa.

—Luchar.— Ambas volvieron a ponerse en sus posiciones pero rápidamente Zoya volvió a derribar a Alina como si fuera una simple pluma. —Déjala, Zoya.— La ordenó haciendo que Alina se levantará para a continuación dar un puñetazo a la vendaval.

—¡Muy bien, Lina!— Gritó Tomiris justamente cuando Zoya hacia uso de su poder y lanzaba a Alina hacia un montón de paja. —¡Pero de que vas, idiota!— Gritó Tomiris mientras se acercaba a Zoya de forma amenazante.

—Oh vaya, la hermana mayor sale en defensa de la hermana pequeña.— Comentó con burla al mismo tiempo que la poca luz que había empezaba a ser eclipsada por las sombras.

—Créeme que te has metido con la hermana mayor equivocada.— La advirtió mientras se preparaba para golpearla.

—¿Cómo se te ocurre? ¿Contra la invocadora del sol? ¿Y provocar a la invocadora de la noche?— Intervino el entrenador haciendo que Zoya supiera que había cometido un gravisimo error del que se iba a arrepentir.

—No se preocupe, se defenderme sola, y creo que Zoya sabe cual es su lugar en todo esto, ¿verdad, Zoya?— Sonrió Tomiris mientras se relajaba y se cruzaba de brazos sabiendo que ahora era ella la que se debía de arrepentir de sus acciones.

—Marchate.— La ordenó haciendo que Zoya se marchara al mismo tiempo que Tomiris corría para ayudar a su hermana.

—¿Alina, estas bien?— Preguntó preocupada.

—Sí, estoy bien.— Respondió mientras se sacudía la pája que se había quedado impregnada en su kefta.

—¿Qué es lo que te dijo para que respondieras así?— Quiso sabe sabiendo que su hermana no solía ser violenta, por lo que suponía que Zoya debía de haber tocado la fibra sensible de Alina y esa solía ser Mal y sus sentimientos por él.

—Nada, no te preocupes.— Respondió mientras se marchaba haciendo que Tomiris la mirase preocupada.

—Lina...— Murmuró.

—Estoy bien, no te preocupes Tomiris.— Respondió con brusquedad.

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Tras el entrenamiento, Tomiris busco a su hermana por todas partes sin éxito alguno, pero la tranquilizó saber que no había Grishas que fueran tras ella a preguntar sobre lo que había vivido, por suerte en su incesante búsqueda de Alina, la pelinegra dio con la biblioteca que había visto la mañana que las presentaron ante los reyes, lo que la avivo la curiosidad por saber que se esconderla tras aquellas baldas y tapas de cuero.

—Este le conozco, a Alina la va a encantar saber que está aquí.— Sonrió al ver que en la biblioteca se encontraba uno de los libros que ambas habían leído cuando eran pequeñas. —El paso de los huesos baja y luego vuelve a subir.— Leyó mientras sonreía al recordar las noches que ella le había leído aquel libro a Alina para que se quedara dormida.

—¿Te gustan los libros?— Preguntó una segunda voz haciendo que Tomiris se asustara para a continuación dejar el libro en su lugar. —Has leído mucho, ¿verdad? Has estudiado.— Asumió el hombre el cual de alguna forma intimidaba a Tomiris.

—La directora del orfanato decía que debía de compensar mis destrezas físicas con conocimientos.— Respondió mientras retrocedía lentamente.

—Que considerada por su parte.— Comentó sorprendido. —Soy el consejero espiritual del rey y quiero que seamos amigos, es importante que seamos amigos.— Afirmó mientras intentaba acercarse a la invocadora.

—Solo estaba investigando.— Se limitó a decir buscando una excusa para poder marcharse.

—Te interesa la mitología del ciervo, ¿verdad?— Comentó sorprendido. —Déjame recomendarte algunas lecturas.— Comentó mientras cogía un libro de la estantería y le depositaba sobre la mesa. —Mira, todo empezó con este hombre. Uno de los primeros Grisha de los que hay constancia, el forjador de huesos.— Explicó mientras Tomiris se acercaba a él para poder ver de lo que la estaba hablando. —Sabía que los Grisha serían perseguidos así que hurdió un plan para amplificar su poder.— Añadió haciendo que ella mirase el dibujo de un hombre junto a cuatro dibujos más.

—¿Ha dicho que se llamaba el forjador se huesos?— Preguntó sorprendida y horrorizada de alguna forma por lo que había dicho.

—Hacia criaturas a partir de los huesos de sus dedos, animales mitológicos rebosantes de poder en armonía solo con los Grisha.— Explicó haciendo que ella le mirase sorprendida por lo que estaba escuchando, ya que nunca había escuchado hablar de criaturas así. —Ellos descubrieron que matando a esas bestias y uniendo partes de ellas a su propio cuerpo podían amplificar sus habilidades, a veces apenas surtia efecto. Pero con la unión adecuada su poder aumentaba sobremanera.— Prosiguió haciendo que Tomiris le mirase sin creerse que pudieran matar solo por poder.

—¿Masacraban a los animales para poder quedarse con su poder?— Preguntó sin creerse que aquello pudiera ser posible, pero lo que más la sorprendía es que aquello podía seguir teniendo lugar.

—Solo el Grisha que le quite la vida al animal se quedara con su poder.— Explicó con tranquilidad. —Un regalo, por nuestra nueva amistad.— Sonrió mientras la tendía un libro que Tomiris cogió con cierto recelo.

—La vida de los Santos.— Leyó sorprendida.

—Baghra te espera.— La informó haciendo que la chica le mirase confundida al no saber de quien estaba hablando.

—¿Baghra?— Inquirió confundida.

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—Baghra enseña a todos los Grisha a dominar sus poderes, es bastante dura. Muchos campesinos odian a los Grisha, supongo porque los Grisha no sufren, pero... tu sí has sufrido ¿verdad? Como tú hermana.— Asumió haciendo que Tomiris le mirase algo confundida por lo que había dicho. —Y creo que sufrireis más.— Añadió haciendo que la expresión de Tomiris cambiará ya que aquella advertencia sólo confirmaba que aquel no era su lugar.

—Para nada es siniestro y espeluznante.— Murmuró una vez que el consejero espiritual del rey se marcho, para a continuación dirigirse a una cueva. —¿Hola?— Su voz resonó como un eco mientras miraba a todas partes esperando que saliera alguien de entre la oscuridad. —Hola.— Volvió a decir al ver que entre las sombras se escondía alguien, puede que no la viera pero sabía que estaba allí, de alguna forma podía sentirlo.

—Llegas tarde.— Comentó Baghra con una expresión de pocos amigos. —Déjame verte bien.— Añadió mientras centraba su atención y la miraba como si su apariencia pudiera revelar su capacidad para llevar acabo aquella misión que parecía imposible. —Una invocadora de la noche que pierde el tiempo entrenando, ¿vas a abrirte paso en la sombra a puñetazos?— Comentó esperando una respuesta por parte de Tomiris, pero ella no dijo nada, de alguna forma aquella mujer la transmitía un respeto que nadie antes la había hecho sentir. —Eres poquita cosa.— Admitió mientras la miraba con decepción haciendo que ella la mirase con una expresión de pocos amigos por sus comentarios. —¿También eres muda?— Inquirió al ver que la invocadora se había quedado en silencio mirándola con sus ojos azules.

—No.— Negó con firmeza en sus palabras haciéndola ver a Baghra que ambas hermanas eran tan diferentes como parecidas, podía verlo en sus ojos.

—Algo es algo, supongo.— Admitió mientras la indicaba que se sentará en la silla que estaba frente a ella. —¿Dónde están tus padres?— Quiso saber con curiosidad.

—Muertos.— Murmuró mientras se hacía un nudo en su garganta, ya que a ella no la gustaba hablar de ellos. Por supuesto siempre les había tenido presente en sus recuerdos y en todo cuanto hacia, pero no la gustaba hablar de ellos con personas que no conocía.

—¿Dónde te criaste?— Preguntó Baghra esperando encontrar algún punto para entender porque Alina y Tomiris decidieron vivir una vida que no les pertenecía.

—En Keramzin.— Se limitó a decir, por supuesto aquel había sido el lugar donde creció, pero apenas guardaba buenos recuerdos de aquel lugar. La mayoría de ellos estaban protagonizados por Alina y Mal, gracias a ellos había aguantado tanto tiempo.

—Te escaqueaste para quedarte en un lugar donde no te correspondía, ¿cuál es tu sitio?— La recordó esperando que ella la diera una respuesta, una respuesta que confundía a Tomiris más de lo que llegaba a confundir a Alina, porque de no ser por Mal y su hermana ella siempre habría estado sola.

—Estar con mis amigos y con mi hermana, en el ejército.— Respondió con seguridad creyendo que aquel era su lugar, pero ella nunca había tenido su lugar. Ella nunca había llegado a encajar en ningún lugar, y el pequeño Palacio parecía alejarse de aquel hogar por el que años había llorado y con el que siempre había soñado.

—¿Metiéndote en peleas y rastreando? ¿Este no es tu sitio?— Inquirió Baghra haciendo que la expresión de la pelinegra mostrará que de alguna forma parecía serlo, pero ella no estaba del todo seguirá.

—Me dicen que sí.— Murmuró sin creerse que aquello pudiera ser posible.

—¿Necesitas que te digan algo para creerlo?— Preguntó sorprendida ya que no parecía ser la clase de mujer que a priori la habían hecho creer.

—No siempre.— Negó.

—¿Entonces quien eres?— Preguntó Baghra al ver que de alguna forma la chica no sabía quien era.

—La invocadora de la noche.— Respondió con seguridad en sus palabras con una seguridad que nunca antes había sentido.

—Y puedes invocar al sol y a las sombras sin que el general te agarre la muñeca.— Garantizó la anciana recordándola que ella era más poderosa de lo que ella o cualquiera podía llegar a imaginar. —Su sangre y sus huesos, así como los tuyos, amplifican a otros Grisha, ¿lo sabías?— La informó haciendo que Tomiris bajará la vista a sus manos sin creerse que ella pudiera hacer algo así.

—Los amplificadores humanos no existen.— Negó sin creerse que eso pudiera ser posible, los únicos amplificadores de los que había escuchado hablar eran animales, no seres humanos.

—Se me olvidaba que eras una experta.— Comentó sarcásticamente. —¿Puedes invocar al poder tu sola?— Preguntó haciendo que Tomiris centrará su atención en sus manos con la esperanza de que pudiera hacerlo, pero no salió de ella nada, solo decepción.

—No puedo.— Murmuró avergonzada.

—A ver ahora.— Comentó Baghra mientras la daba con su bastón en el brazo, haciendo que la expresión de Tomiris se endureciera, pero no dio el resultado que la mentora buscaba. —Todos creen que tu y tu hermana sois las elegidas, vuelve cuando tu también lo creas.— La informó haciendo que la chica se levantará para después marcharse sabiendo que las cosas no iban a ser tan sencillas como Kirigan o Genya las habían hecho creer, aquel lugar era como una bolsa de cobras venenosas las cuales estaban deseando morderlas con sus venenosos dientes para verlas caer y fracasar.

★★★

Empiezan los domingos de Daylight.

Como ya sabréis ahora la historia se actualizará semanalmente, y tendremos trama para unos largos meses.

Dicho esto quiero informar de dos cosas.

La primera que por tiempo y acontecimientos está temporada será más corta, también es porque me gusta menos.

La segunda, es que toda la historia está escrita por lo que no voy a ojos cerrados.

Dicho con esto, empezamos con el capítulo.

Ambas escenas están bastante centradas en el episodio. La primera escena me replantee que fuera Tomiris quien agrede a Zoya, pero quería mostrar ciertos puntos en la personalidad de la mayor, ya que quería mostrar que su poder está presente pero de una forma volátil.

Por otro lado, la escena con el aparat, ese señor daba miedo y no se que sería de él, pero me recordaba a Rasputin, no puedo decir porque pero me daba esas vibras.

Finalmente, la escena con Baghra, una escena muy importante a pesar de que este centrada en el episodio. Y diréis, ¿porque es importante? ESA ES LA GINDA DEL PASTEL.

Hay misterios y preguntas que tendrán su respuesta antes o después, pero algunas preguntas no vais a saber haceroslas hasta que lleguen determinados capítulos.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ♥️

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