CAPÍTULO 5: NEW LIFE
—— NEW LIFE ——
—Aquí estaréis a salvo, el palacio es el edificio más seguro de todo el pais. Me he cercionado.— Las informó Kirigan a ambas mientras llegaban a la entrada, donde cuatro Grishas les esperaban.
—¿Ha donde vamos?— Quiso saber Alina sin entender a dónde las llevarían.
—Llevar a Alina a la suite Schwester, y a Tomiris la suite Sestra.— Les indicó a los cuatro Grisha, haciendo que cada hermana tomara rumbos diferentes.
—¿Somos prisioneras?— Quiso saber Tomiris mientras se soltaba del agarre de uno de los Grishas para a continuación darse la vuelta y poder mirar al general.
—Igual que toda Ravka, hasta que los tres destruyamos a la sombra.— Se limitó a decir Kirigan haciendo que la expresión de la mayor mostrará que aquellas no eran, precisamente, las palabras que hubiera querido escuchar.
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—¡Santos!— Exclamó Genya al ver a Tomiris. —¿Te has bañado alguna vez?— Preguntó sorprendida por el aspecto que la mayor de las hermanas tenía. —¿Qué te ha pasado en la cara?— Preguntó haciendo que la aludida se llevara la mano a la cara, al darse cuenta de la herida que tenía en la frente, la cual había sido a raíz del ataque de los Volkra. —Esto va a costar más de lo que imaginaba.— Admitió con pesadez. —Traer mi equipo.— Le ordenó a una de las criadas mientras otras dos obligaban a Tomiris bajar de la cama.
—Se caminar yo sola, gracias.— Las informo mientras se soltaba de ellas, para a continuación dirigirse a la habitación contigua, en la cual había una bañera. Una vez allí las criadas empezaron a desnudar a Tomiris para luego obligarla a meterla en la bañera. —Parar.— Las ordeno haciendo que estas la obedecieran. —Alto, soy perfectamente capaz de bañarme sola.— Añadió mientras dos criadas hablaban entre ellas creyendo que la pelinegra no las entendería. —Y si, huelo a caballo. He cabalgando trescientos kilómetros después de que nos intentarán matar a mi y a mi hermana, dos veces.— Respondió haciendo que ambas la mirasen sorprendidas y asustadas. —Aprendí Ravkano antiguo a los diez años, y eso ha sido muy descortés.— Las informó mientras las miraba con una expresión de pocos amigos. —Ahora, ¿alguien puede decirme donde está mi hermana?— Pidió centrando su atención en Genya la cual sonreía al ver el coraje que la chica demostraba.
—Alina esta desayunando, ya he estado con ella, cuando termine contigo podrás verla.— La respondió la Grisha haciendo que la expresión de la mayor de las hermanas se relajará al saber que su hermana estaba buen. —Ambas tenéis audiencia con el rey en breve, y el general Kirigan quiere que ambas estéis presentables.— Añadió haciendo que la expresión de la ojiazul cambiará.
—¿Alina y yo vamos a conocer al rey?— Preguntó sin creerse lo que había ducho.
—Sí, en una hora.— Aseguró Genya. —Así que empecemos ya.— Sentenció haciendo que las criadas ayudarán a Tomiris a salir de la bañera.
—Creo que es un poco exagerado, no necesito todo esto.— Afirmó la chica mientras la ponían alrededor de su cuerpo una bata de terciopelo. —Santos..., es terciopelo.— Murmuró sorprendida, ya que ella jamás había podido aspirar a tener alguna clase de tela parecida sobre su cuerpo.
—Yo empezaría con dejarla los ojos menos Shu, señorita Safin.— Sugirió una de las criadas haciendo que la expresión de la rastreadora cambiará, acto que no pasó desapercibido por parte de Genya.
—Todas fuera de aquí.— Las ordenó, haciendo que todas las criadas se fueran dejando a las dos Grishas a solas.
—Gracias.— Murmuró mientras ambas volvían a la habitación principal.
—Es un placer despachar a esas arpías, yo no elijo a mis sirvientas, lo hace la reina. Para así poder espiarme.— La reveló mostrando que incluso allí las cosas no eran tan fáciles e idílicas como podían llegar a imaginar.
—No me cambies los ojos, es lo que comparto con mi madre.— La pidió con un tono de ruego, haciendo que Genya sonriera.
—Me da igual que seas medio Shu, pero no que estés horrible.— Afirmó mientras acercaba una de sus manos a la cabeza de Tomiris para curar una de las heridas que tenía. —Hay heridas superficiales y otras más profundas.— Comentó mientras hacía uso de sus habilidades.
—¿Eres sanadora?— Preguntó sorprendida por las capacidades que la chica tenía.
—Soy confecionadora, puedo curar y también modificar.— La reveló, sorprendiendo a Tomiris con sus palabras.
—Nunca había conocido a ninguna.— Admitió impresionada.
—Soy casi tan rara como tu y tu hermana.— Admitió con una sonrisa. —Aunque evitar que a la reina se la caigan los pechos no es tan importante como lo que hacéis vosotras, salvo para la reina, claro. Ya que no la gusta ver su porcelana agrietada.— Puntualizó observando la cicatriz que está tenía en la palma izquierda de su mano, dándose cuenta de que aquella cicatriz era más importante de lo que Alina la había hecho creer. —Tu hermana tiene una cicatriz parecida, por lo que dudo que querrás que te la quite.— Asumió haciendo que la invocadora de la noche sonriera de lado al verla.
—Tengo varias cicatrices por el cuerpo, son un recuerdo, pero esta es más... simbólica.— Admitió sabiendo que todas ellas contaban una historia, tal vez no se vieran bonitas, pero para ella lo eran. Todas ellas contaban una historia, contaban su historia.
—Que sentimentales sois las dos.— Comentó sorprendida la Grisha. —Ven, siéntate.— La pidió haciendo que Tomiris se ubicará en la silla que estaba delante del tocador. —Esto valdrá.— Garantizó mientras sacaba de su maletín un collar de piedras de color negro. —Solo te durará unos días.— Añadió después de secar el pelo de Tomiris, de rizarlo y volverlo más negro de lo que ya era.
—¿A que edad lo supiste?— Preguntó con curiosidad.
—Me hicieron la prueba a los once años, el general Kirigan me ofreció como regalo a la reina. Pero yo llevo practicando desde los tres.— La reveló haciendo que la expresión de Tomiris cambiará al escucharla, ya que aquello era sorprendente, ¿como iban a presentarse ante el rey si no sabían manejar su poder?
—¡¿Desde los tres?!— Exclamó asustada por lo que había escuchado. —Santos, no puedo ir a ver al rey. Necesito más tiempo, yo solo soy Grisha desde ayer.— Afirmó mostrando el miedo que tenía por hacer el ridículo.
—Quizá solo lo sepas desde ayer, pero llevas siendo Grisha toda la vida y ahora estás aquí para acabar con la sombra.— La recordó en señal de que su papel era mucho más importante de lo que cualquiera podría llegar a imaginar. —Tenéis los ojos muy distintos, tu y Alina.— Observó, recordando que la menor poseía los ojos castaños mientras que la mayor poseía un azul tan claro que destacaba con su piel pálida y su pelo negro como la noche.
—Yo herede el color de los de mi padre, Alina es quien más se parece a los dos.— Murmuró Tomiris mientras su expresión se oscurecia haciendo que Genya se preguntará porque decía aquello, ¿que había en ella que fuera tan diferente?
—Me ha hablado mucho de ti, de lo que hiciste para protegerla.— Comentó Genya haciendo una referencia a Alina. —Habla de ti como si fueras lo más grande para ella, un ejemplo para seguir.— Añadió haciendo que Tomiris sonriera mientras sus mejillas se teñian de color rojo. —Has cuidado de ella todo este tiempo.— Asumió viendo lo que parecía ser evidente.
—Es lo único que he sabido hacer toda mi vida, cuidar de Alina y meterme en problemas para evitar que la hicieran daño.— Afirmó sabiendo que todo ello había merecido la pena, porque al menos de esa manera se hermana no había corrido ningún peligro. —Vaya...— Murmuró impresionada al ver como sus ojos se habían vuelto mucho más brillantes de lo que ya eran antes.
—Sería un desperdicio no destacar unos ojos tan bonitos como los tuyos.— La alago Genya con una sonrisa.
—¿Cómo te llamas?— Preguntó la rastreadora con curiosidad.
—Genya.— Se presento con una sonrisa la pelirroja.
—Soy Tomiris.— Se presento la pelinegra con otra sonrisa.
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—Los uniformes del ejército no llevan velo.— Se quejó Tomiris mientras ella y Genya recorrían los pasillos del palacio.
—Estas bien así.— La tranquilizó la confecionadora como si su trabajo hubiera sido un éxito.
—¿Y si quisiera salir del pequeño palacio?— Preguntó la pelinegra con curiosidad pero también preocupada por Mal.
—Aquí tienes todo cuanto necesitas.— La tranquilizó la Grisha dando a entender que todos sus deseos y caprichos serían satisfechos.
—Me deje algunas cosas en el campamento, a lo mejor podría volver.— Empezó a decir esperando que de alguna forma aquella fuera una escusa perfectam
—No digas bobadas.— Negó la confecionadora. —Por aquí.— La indicó mientras seguían recorriendo los pasillos del pequeño palacio. —Para ya, nadie puede verte hasta que lo haga el rey Alexander.— La interrumpió al ver como la mayor quería quitarse el velo que cubría su rostro.
—Pues casi mejor, este uniforme es ridículo.— Murmuró.
—Por desgracia así es como el rey ve al primer ejército, poco le importa el barro, la sangre y los sacrificios.— Puntualizó la Grisha haciendo alusión de que debía de estar presentable pero sin exagerar.
—¿No debería de llevar una Kefta?— Asumió creyendo que sería lo más idóneo puesto que ella era una grisha.
—Oh, no. El rey espera ver a dos chicas humildes arrancadas de las filas del ejército.— Explicó haciendo que la pelinegra la mirase con una expresión de pocos amigos. —Intentará llevarse el mérito.— Añadió mientras ponía los ojos en blanco. —Ambas tendréis una Kefta cuando demostráis vuestro poder.— La tranquilizó haciendo que la expresión de la invocadora cambiará.
—Ya..., mi poder...— Murmuró sabiendo que aquello sería lo que fallaría, ella no sabía invocar su poder.
—Que yo sepa estará el rey Alexander, la reina, el príncipe Vasily y el consejero espiritual del rey, el Aparat, es como una rata.— La informó mientras ambas bajaban más escaleras pasando de largo una biblioteca que captó su atención.
—¿Eso es una biblioteca? ¿Esta abierta a todo el mundo?— Quiso saber con curiosidad.
—Todo lo que hay aquí es de todos, el general mando construir este edificio para nosotros.— La informó Genya mostrando hasta donde podía llegar el poder de Kirigan así como su influencia.
—¡Tom!— Exclamó Alina haciendo que la mayor sonriera.
—¡Alina!— Sonrió mientras ambas se abrazaban. —¿Pero que llevas puesto?— Preguntó riéndose.
—¿Te has mirado tu a un espejo?— Preguntó se vuelta la menor en señal de burla.
—Veo que las dos ya os habéis visto.— Intervino Kirigan captando la atención de las dos hermanas para a continuación los tres dirigirse al Gran Palacio.
—Santos...— Murmuró Alina impresionada ya que nunca le había visto.
—Creo que el Gran Palacio es el edificio más feo que jamás he visto.— Comentó Kirigan haciendo que ambas sonrieran ante su comentario. —¿Habéis descansado?— Preguntó preocupándose por ambas.
—No mucho, ¿y tu Tom?— Respondió Alina mientras centraba su atención en su hermana mayor.
—Después de dormir en entre ratas, dormir en una cama con seda es como estar en el paraíso.— Admitió mientras sonreía dando a entender que sí, por primera vez en toda su vida había dormido sin preocuparse de nada y eso la había hecho sentir como si estuviera en casa. —Al menos Genya ha cubierto con su magia...— Empezó a decir.
—No es magia, es ciencia.— La interrumpió Kirigan. —O más bien pequeña ciencia.— Puntualizó. —No creamos de la nada, manipulamos lo que ya existe.— Las explicó haciendo que ambas se mirasen.
—Dicho así parece muy fácil.— Comentó Alina pero no parecía ser tan sencillo como él quería hacerlas ver.
—Como el vuelo de los pájaros, para ellos es natural.— Garantizó.
—Sin tener en cuenta a los que se estrellan y se matan en el primer intento.— Puntualizó Tomiris llevándose una mala mirada por parte de Alina y sus comentarios sarcásticos.
—Pues deberéis de evitar no mataros en el intento.— Aclaró Kirigan.
—Nos está pidiendo que hagamos algo que hasta hace tres días ni imaginábamos.— Alegó Tomiris sabiendo que ni ellas ni su hermana estaban preparadas para algo como aquello, ellas jamás se habían esperado que fueran la esperanza que toda Ravka llevaba esperando desde hacía tantos años.
—¿Creéis que os he traído para dejaros en ridículo? ¿O para dejarnos a los tres?— Preguntó Kirigan en señal de que si ellas fallaban él también lo hacía, y si las estaba llevando ante el rey era porque confiaba en ellas y en sus capacidades. —Vosotras centraros en mi y confiar entre vosotras, y saldrá bien.— Las indicó sabiendo que la clave residía en ellas dos y en los que juntas eran capaces de hacer. —Cuando el rey vea vuestro potencial y tengamos su beneplácito podréis quedaros a entrenar.— Garantizó sabiendo que aquello saldría tal y como había planeado.
—¿Su beneplácito?— Preguntó Alina sin entender porque era el rey quien decidía si ellas podrían entrenar o no. —¿No lidera usted a los Grisha?— Preguntó confundida.
—Comando al segundo ejército, pero el rey es el rey.— Las recordó con obviedad dando a entender que solo el rey tenía la última palabra justamente cuando entraba en la sala del trono, la cual estaba llena de gente expectante a ver que iba a suceder.
—Santos, cuanta gente hay.— Murmuró Tomiris impresionada por toda la gente que estaba allí a la espera de verlas, mientras se quedaban frente a los dos tronos en los que estaban los reyes junto al Aparat y el príncipe.
—Las imaginaba más altas.— Comentó el rey haciendo que ambas le mirasen con una expresión de pocos amigos.
—Y yo más Shu.— Comentó la reina. —Supongo que así nos valen.— Añadió con una falsa sonrisa. —Decirlas..., no se... "Buenos dias".— Las pidió a sus sirvientas.
—En realidad no hablamos Shu, Majestad.— La informó Alina intentando mantener la calma.
—Entonces, ¿que sois?— Quiso saber con curiosidad.
—Ellas son Alina y Tomiris Starkov, las inovodadoras del sol y de la noche, Majestad.— Las presento haciendo que todos los presentes empezaran a murmurar. —Ambas cambiaran el futuro a partir de ya.— Garantizó mientras se daba la vuelta y centraba su atención en la mayor de las hermanas. —Ahora invoca a las sombras.— La indicó mientras la agarraba de la muñeca haciendo que toda la sala fuera ensombrecida por las sombras que parecían emerger de la nada, tapando de esa manera la luz que entraba por las vidrieras. —Daros de la mano e invocar al sol.— Añadió haciendo que ambas hermanas obedecieran su orden para a continuación, juntas, invocar aquel poder que compartían para después ambas brillar en todo el esplendor de su poder.
—¿Cuanto tiempo necesitan?— Quiso saber el rey.
—Destruir la sombra no será nada fácil, quizás no puedan hacerlo solas.— Admitió Kirigan una vez que la demostración de su poder había terminado. —Se quedarán conmigo en el pequeño palacio para entrenar sin distracciones.— Añadió sabiendo que ya habían conseguido convencerlo.
—Pues date prisa, las guerras han sido una noble cruzada. Sin embargo, en el oeste ya están hablando de independencia y eso tiene que acabar. Cuanto antes volvamos a ser un país unido mejor.— Sentenció el monarca.
—Coincido, Majestad.— Sonrió Kirigan mientras se inclinaba para a continuación los tres marcharse. —Ambas habéis estado perfectas.— Las alago haciendo que ambas se mirasen.
—No sabemos de donde ha salido.— Admitió Alina sorprendida de que ambas pudieran hacer algo así.
—Ha salido de todas partes, porque las dos la habéis invocado.— Las informo. —Bienvenidas ha casa, hermanas Starkov.— Añadió con una sonrisa mientras todos los Grisha se acercaban a ellas para poder saludarlas.
—Es un honor conoceros oficialmente.— Sonrió Zoya mientras se acercaba a Tomiris para abrazarla. —Apestas a orfanato, mestiza.— Dijo entre dientes haciéndola ver que las cosas no serian tan fáciles como ella y su hermana habían imaginado.
—No tientes a la suerte, Zoya, o te daré una paliza.— La advirtió Tomiris en señal de que las cosas podrían volverse más oscuras.
—Sí que sois únicas en vuestra especie, ahora todo el país va a hablar se vosotras.— Sonrió Genya mientras se agarraba de las dos hermanas y las sacaba de allí sonriendo por haber sido testigo de aquel milagro que todo el país estaba esperando.
★★★
Antes de nada quiero explicaros porque no actualice el mes pasado, y se debió a que cuando iba a hacerlo los guiones se cambiaron (a veces pasa) y apenas me daba tiempo cambiarlo, principalmente porque me pillo en exámenes finales, y quería aprovechar las horas de sueño, por lo que opte a posponerlo a este mes. Aunque creo que no ha pasado nada, aun no ha sucedido nada importante.
Finalmente Genya y Tomiris se conoces, de verdad tenía muchas ganas de hacer este capítulo, se que esta muy centrado en el episodio, pero es que amo esas escenas de Genya, porque es simplemente maravillosa.
Admito que las criadas que tiene son puras víboras, pero bueno, es lo que toca, supongo.
La escena en la que la sugieren que la cambie los rasgos, es algo que en definitiva comparte con la actriz que hace de su madre, porque ambas son similares en cuanto tono de piel, cabello y tono de ojos (y si lo hice aposta)
El traje militar con velo... no llegue a entender la necesidad de ello, pero vamos también os digo que entiendo que Kirigan quisiera ver muerto a la realeza, con una escena te caen todos mal. Menos Nikolai, él es lo único que está bien en esa familia.
La escena del encuentro de Tom y Alina, espero haber hecho una escena normal entre hermanas al verse, para mí resultó natural, ¿que opináis vosotros?
En la parte de la demostración..., ame hacerla, porque es modo POWER BITCH, pero más aún la parte en la que Zoya ataca verbalmente a Tom y esta se defiende. Es que estas dos son el mejor par se la historia y todos lo sabemos.
Y ya Kirigan..., bueno él tiene planes ocultos que van a cambiar en cuanto sepa un oscuro y brillante secreto. Jejejej.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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