CAPÍTULO 2: HOPE
—— HOPE ——
—Vaya, nos honra con su presencia.— Comentó Mal al ver un carruaje de color negro, el cual era tirado por una gran cantidad de caballos del mismo color.
—El general Kirigan.— Comentó Tomiris mientras se cruzaba de brazos con algo de indiferencia.
—Pensara que será un éxito.— Garantizó su amigo esperando que de alguna forma aquello fuera así, principalmente por qué era su vida y la de Tomiris, junto a la de muchos otros, la que estaba en juego, y ninguno de los dos quería morir.
—O un fracaso estrepitoso.— Afirmó Alexeii mientras se ponía al lado de los dos amigos seguido por la pequeña de las hermanas Starkov.
—Alexeii.— Le riño Alina mientras le miraba con una expresión de pocos amigos.
—¿Qué?— Inquirió al no ser consciente de lo que había dicho, para a continuación mirar a Mal y a Tomiris, los cuales le miraban con una expresión de pocos amigos. —Perdón.— Se disculpó ya que no quería que el plan fallará, nadie quería que la misión fuera un desastre, pero para desgracia de todos tenía una alta probabilidad de que aquello fuera así.
—¿Creéis que nos acompañará?— Preguntó Tomiris con algo de curiosidad, ya que nadie había visto al general embarcarse alguna vez en alguna de las naves que se dirigían al otro lado, y nadie entendía el por qué.
—Sí lo hace, sabrás lo que piensa.— Respondió Alexeii con obviedad.
—¿Somos niños o soldados?— Gritó el general llamando la atención de todos cuantos podían escucharle. —Preparar el equipo, saldremos en veinte minutos.— Les informó mientras Mal y Tomiris intercambiaban una mirada, el fatídico momento se acercaba. —Sargento, prepare a sus hombres.— Le ordenó.
—Mal, Tomiris, vosotros conmigo.— Les indicó el sargento mientras se acercaban a sus dos rastreadores. —Alegrar esas caras, yo he cruzado tres veces sin problema.— Les intento tranquilizar mientras les mostraba las tres cicatrices que tenía en su brazo. —Pronto tendréis una de estas.— Garantizó con seguridad para después marcharse.
—Volveremos muy pronto.— Le tranquilizó Mal a Alina para después abrazarla y marcharse, dejando a las dos hermanas su momento para despedirse.
—Ten cuidado, Lina.— La pidió su hermana mayor como si fuera ella la que fuera a arriesgar su vida.
—Tenerlo vosotros.— La pidió mientras en su rostro podía verse la preocupación que sentía con el simple hecho de saber que entrarían en la sombra. —Te echare de menos, Tom.— Garantizó mientras la abrazaba con fuerza, esperando que aquel no fuera su último abrazo.
—Y yo a ti, hermanita.— Murmuró Tomiris con una media sonrisa para después depositar un beso en la frente de su hermana pequeña.
Después de despedirse de Alina, Tomiris se dirigió hacia donde había ido Mal. Por supuesto no la importaba despedirse de su hermana, muchas eran las veces que lo habían hecho, pero aquella vez había algo diferente, ya que de alguna forma existía la remota posibilidad de que no regresaran y eso la atemorizaba. Una parte de ella sentía que no podía abandonarla, pero el destino de lo que ocurriera dentro de La Sombra no estaba en su poder, por desgracia su supervivencia dependía de aquellos iguales a aquel que creó aquel horrible y mortal lugar.
—¿Lista, Tom?— Preguntó Mal al ver acercarse a su amiga, la cual se situó a su lado mientras tomaba una profunda bocanada de aire.
—Bueno, si salimos ilesos no descarto tu idea de ir a Ketterdam.— Comentó mientras le dedicaba una sonrisa, haciéndole ver que había despertado la curiosidad por ver aquello que se hallaba al otro lado de La Sombra. —Al menos podremos divertirnos.— Respondió con obviedad mostrándole que no todo sería trabajar, se merecían un descanso, sobretodo de lo que iban a presenciar en primera persona y de todos los horrores que habría dentro se aquella masa de oscuridad.
—Sabía que dejarías ver tu lado divertido.— Sonrió Mal aliviado de que Tomiris hubiera tomado la decisión de divertirse.
—Pensemos primero en sobrevivir a esto, después ya ideamos todos los planes que quieras.— Le indicó mientras los dos entraban dentro del barco, observando como los grisha ocupaban sus respectivos lugares al mismo tiempo que ambos miraban atónitos todo cuanto los rodeaban sabiendo que la travesía estaba más cerca de lo que querían admitir. —He de decir que es impresionante.— Murmuró mientras giraba sobre si misma ignorando a la sombra que se cernía sobre su espalda.
—Mal, ven aquí.— Intervino una tercera voz haciendo que el aludido se fuera al mismo tiempo que Tomiris veía enmarcar a Alina junto al resto de cartógrafos.
—¿Qué haces tú aquí?— Preguntó la mayor mientras se acercaba a su hermana y la separaba de su grupo.
—Nos vamos con vosotros.— Respondió la menor con obviedad, haciendo que la expresión de su hermana cambiará al escucharla.
—No, da media vuelta ya.— La ordenó buscando la manera de que su hermana no se viera involucrada en aquel viaje.
—Sigo órdenes.— Se limitó a decir Alina.
—¿Te disparo en un pie?— La amenazó su hermana en señal de que haría todo lo posible para sacarla de allí.
—Me gustan mis pies, gracias.— Sonrió con inocencia.
—Diles que estas enferma.— Insistió con desesperación.
—Nunca estoy tan enferma.— Puntualizó sabiendo que nadie se creería aquella mentira.
—Miente si hace falta.— La suplico con desesperación en su mirada.
—¿En qué has mentido tu?— Inquirió Alina mostrando que ella también tenía derecho a ir. —Voy contigo.— Insistió.
—Baja ya del barco o te voy a sacar yo.— La advirtió mientras su expresión se endurecia.
—Sobreviviré, prometido.— Sentenció mientras se alejaba de su hermana, haciendo que Tomiris y Mal intercambiarán una mirada de que aquello no debía de haber sucedido.
—Alina.— La llamo Tomiris al ver como su hermana se marchaba.
—Sargento, ¿que hacemos?— Preguntó Mal mientras la mayor de las Starkov se acercaba a ellos.
—Lo que diga la grisha.— Se limitó a decir mientras los dos miraban al vendaval que estaba ubicado en el mástil del barco. —Ella no.— Negó haciendo que los dos le mirasen. —La Inferne.— Aclaró señalando a una mujer que paseaba por la cubierta.
—¿Qué hace Alina aquí?— Preguntó Mal preocupado por lo que la podía pasar a su amiga.
—No lo se, pero cuando salgamos la voy a matar.— Garantizó Tomiris con frustración en su mirada, lo que siempre había buscado era la seguridad de su hermana y que está decidiera adentrarse en La Sombra para ir con ellos distaba de sus planes de evitar que saliera herida o, peor, muerta.
—El plan es el siguiente, entraremos en la sombra, estará oscuro pero nos vendrá bien para no llamar la atención.— Empezó a decir la inferne mientras captaba la atención de todos los presentes. —Así es como vamos a cruzarla, la única luz que habrá será ese azul del mástil. Es tenue, pero es segura.— Les indicó mientras señalaba un farol con una luz azul que estaba puesto a su altura en la parte baja del mástil.
—Usted es una inferne, ¿no?— Inquirió uno de los cartógrafos. —¿Qué hace aquí si tenemos que ir a oscuras?— Quiso saber sin entender cual era la función de la grisha.
—Para cuando la oscuridad venga a por ti.— Respondió esta con obviedad y superioridad, haciendo que la expresión del chico cambiará al escuchar sus palabras.
—¿Dónde está su general, Kirigan?— Quiso saber Mal al ver que el grisha no les iba a acompañar.
—Ya nos toca.— Les informó otra voz mientras las compuertas del barco se iban cerrando.
—Bien, prestarme atención cartógrafos, hasta que lleguemos a los muelles secos no os movais de vuestros puestos que os quede bien claro. Ni que se os ocurra saltar del esquifer durante la travesía.— Les informó mientras Alina se sentaba en el suelo siguiendo la petición de la grisha, pero también la mirada de su hermana que la pedía que tuviera cuidado.
—Y allá vamos.— Murmuró Tomiris justamente cuando entraban dentro de La sombra.
En el instante en el que el barco entró dentro de La Sombra, el ruido que anteriormente les rodeaba desapareció, siendo sustituido por un silencio sepulcral que daba miedo. Desde su posición, Tomiris observó los restos de algunos árboles, junto a los restos de algunos que intentaron entrar y que se quedaron para siempre en aquel lúgubre, siniestro y tenebroso lugar.
—Primer hito.— Anunció la grisha al pasar junto a los restos de un barco.
—¿Cuántos más hay?— Preguntó Tomiris con curiosidad mientras mantenía su arma cerca, al igual que la empuñadura de la espada que acostumbraba a llevar siempre.
—Treinta y siete.— Se limitó a decir mientras todos se movían asustados al percibir como algo, entre las sombras, se movía a una gran velocidad, como si les estuviera acechando.
—Atrás.— Gritó una voz haciendo que todos se pusieran en sus posiciones al saber que aquello no estaba yendo como debía.
—Algo pasa, no os movais.— Ordenó la inferne mientras los exploradores preparaban sus armas. —No...— Murmuró al ver como un cartógrafo encendía una antorcha justamente después de que el farol se apagase.. —Apaga eso, ¿pero que haces?— Indicó mientras su voz temblaba al ser consciente de lo que estaba pasando.
Antes de que alguno pudiera responder, de la oscuridad salieron aquellas criaturas que todos habían escuchado y con las que habían soñado, atacando en primer lugar a los grisha para después atacar a los cartografos. En respuesta, los grisha y los exploradores ocuparon sus respectivos lugares y empezaron abrir fuego, esperando que todos ellos pudieran salir de aquella situación con vida.
—¿Una competición?— Preguntó Tomiris a Mal mientras centraba parte de su atención en su hermana, cercionandose de que estuviera en su lugar.
—¿Cómo puedes pensar en eso ahora mismo cuando esas cosas nos están atacando?— Preguntó su mejor amigo sorprendido por el sentido del humor de la chica.
—Por que sino me paralizará el miedo.— Respondió con obviedad sabiendo que el miedo de todos ellos se había hecho realidad, y muy seguramente podía existir la posibilidad de que no salieran de allí.
—Te llevo de ventaja tres.— Respondió Mal con burla sabiendo que aquello provocaría a su amiga.
—¡Ven a por mi!— Gritó la inferne mientras intentaba hacer uso de su poder, pero aquello no fue exitoso para defenderse de aquellas criaturas, ya que en cuestión de segundos la levantaron del suelo provocando que esta se perdiera en la inmensidad de la oscuridad.
—Ocúpate de Alina.— Le indicó Mal a Tomiris al ver el estado en el que la menor de las Starkov estaba.
—¿Estas bien?— Preguntó Tomiris después de disparar a una de aquellas criaturas, para a continuación ponerse a su altura para poder mirarla.
—Están...— Empezó a decir horrorizada por todo lo que estaba presenciando.
—Lina respira por favor, concéntrate.— La pidió al ver como su hermana estaba apunto de tener un ataque de pánico, y aquel no era, precisamente, el mejor momento para que tuviera lugar.
—¡Mal!— Gritó Alina asustada haciendo que su hermana se diera la vuelta y viera como él era atacado por una de aquellas criaturas.
—Te pondrás bien.— Murmuró la mayor justamente cuando ambas se ponían delante de él creyendo que podrían hacer algo para ayudarlo.
—Nos veremos en el prado.— Murmuró mientras sonreía, haciendo que ambas empezaran a llorar. Pero aquel momento de dolor no duro mucho, ya que de pronto una de aquellas criatura agarro a Alina, haciendo que esta gritara asustada al mismo tiempo que su hermana respondía agarrándola de la mano para hacer fuerza y ayudarla, de alguna forma, a liberarse.
—No me sueles, Tom, por favor.— Suplico entre lágrimas justamente cuando Tomiris soltaba un desgarrador grito de furia, al mismo tiempo que del interior de ambas hermanas empezaba a surgir una brillante y cálida luz que iluminó todo a su alrededor, provocando que la criatura que alzaba a la menor la soltara provocando que ambas hermanas cayeran al suelo, haciendo que Alina se rompiera la clavícula mientras que Tomiris se clavaba un tablón de madera en el hombro, lo que originó que ambas quedarán inconscientes pero no muertas como muchos hubieran esperado.
❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂
Orfanato del Duke Keramsov, diez años atrás.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó Tomiris al ver que su hermana se encontraba postrada en uno de los laterales de su cama. —Si Ana Kuya te ve nos matará.— Añadió al recordar que a ella no la gustaba que la más pequeña de las hermanas durmiera con su hermana mayor.
—No podía dormir, tuve una pesadilla.— Murmuró Alina mientras la miraba con sus grandes ojos negros a la espera de que su hermana la hiciera un hueco en su cama. —¿Puedo dormir contigo?— Preguntó mientras la dedicaba una pequeña sonrisa a la espera de que su hermana dijera que sí.
—Lina, si siempre que tienes una pesadilla vienes a mi nunca podrás hacer frente a tus miedos.— La recordó su hermana mayor sabiendo que muy en el fondo su hermana debia de afrontar sus miedos por su cuenta, ya que aquello no la permitiría vivir.
—Por favor, Tom. Solo por esta noche, mañana ya les enfrentare.— La pidió mientras la ponía una gran sonrisa sabiendo que podría convencer a su hermana mayor, Alina siempre había sido la mayor debilidad de Tomiris. —Tu nunca tienes miedo a nada.— Añadió con orgullo, mostrando que estaba orgullosa de aquella cualidad por parte de su hermana.
—Claro que tengo miedo.— Afirmó su hermana mayor sabiendo que su hermana la tenía en un alto pedestal del que muy fácilmente podría caer.
—¿Así? ¿Ha que?— Preguntó con curiosidad ya que su hermana no parecía tener miedo a nada ni a nadie.
—A perderos a ti y a Mal, somos una familia.— Respondió con obviedad haciendo que Alina se acercara a su hermana para poder abrazarla.
—Nunca nos perderás, siempre estaremos juntos.— Garantizó con seguridad.
—¿Eso crees?— Inquirió su hermana sorprendida por la ingenuidad de su hermana pero también por su optimismo.
—Claro, los tres siempre nos encontraremos en el prado, donde yo os dibujo y tu le enseñas a Mal a pelear.— Sentenció orgullosa de tener aquellos momentos con ellos. —Yo le tengo miedo a la sombra.— Admitió mientras se sentaba sobre la cama de su hermana, para a continuación balancear sus piernas, las cuales colgaban. —Temo que venga a por nosotros y nos separe.— Añadió mientras agachaba la cabeza.
—Ni nada ni nadie nos separará, hermanita.— La tranquilizó su hermana mayor mientras la limpiaba una lágrima.
—¿Por qué estás segura de ello?— Preguntó con curiosidad.
—Por que quien lo intente se tendrá que ver las caras conmigo y con Mal.— Sentenció con firmeza mostrando que ellos dos la protegerian de cualquier posible peligro.
—¿Les recuerdas?— Preguntó Alina mientras se tumbaba en la cama, siendo seguida por su hermana, a la cual se aferro. —A nuestros padres.— Añadió como si la pregunta no fuera obvia.
—No tanto como quisiera.— Murmuró mientras su voz se entrecortaba. —Recuerdo que a nuestro padre le gustaba cantar, y que nuestra madre me enseñó a coger un cuchillo y a lanzarlo.— Admitió mientras sonreía al mantener con vida aquellos recuerdos. —Ambos siempre decían que debíamos de saber protegernos.— La recordó haciendo referencia a que debían de ser fuertes, ya no solo física y emocionalmente, sino que debían de saber aparentarlo. —Ahora será mejor que te duermas.— La advirtió intentando no seguir hablando de aquel tema.
★★★
Como ya sabéis, es final de mes, y eso significa capítulo de Daylight.
Antes de empezar quiero deciros que el capítulo del mes que viene será el 30 porque el 31 pocos lo leerán.
También quiero mencionar que la recogida de firmas sigue en pie, y que la histoia tendrá un final, posiblemente alternativo sino se consigue una tercera temporada (siempre me pasa que empiezo un fic y zasca le cancelan)
El caso, el capítulo en verdad no es demasiado importante, simplemente tiene lugar el ataque de los Volkra y después de saber todo, entiendo que Kirigan no fuera, osea soy un Volkra y se que mi creador y asesino está ahí y mira es que le hago papilla.
Aún así me encanta esa escena donde las dos corren a ayudar a Mal, y Alina la súplica a Tomiris que no la deje ir, esta escena es más importante de lo que creéis, porque a Tomiris la va a costar separarse de su hermana, lo entenderéis más adelante.
Por otro lado esta la escena del flashback, no puedo deciros lo mucho que me encantó, porque de verdad me imagino una Alina que siempre corre hacia su hermana mayor para que la proteja, o por lo menos así lo creo yo, pero me pareció imprescindible hablar sobre los padres de ambas, poco se sabe de ellos, entonces tuve la oportunidad de introducirlos, aun así me gusto el resultado, y el como Tomiris insiste a su hermana que debe de ser valiente.
La relación de Tom y Mal, es más de mejores amigos, evidentemente Alina y Mal tendrán su amor, pero creo que de alguna forma Tomiris solo busca lo mejor para ellos, incluso anteponiendose. Y eso lo iréis viendo en los próximos capítulos.
Y ya para terminar deciros, el próximo capítulo finalmente aparece Kirigan.
Será el villano, pero ME JODO YO, osea Ben Barnes lo hace genial, he visto muchísimas películas de él y siempre diré que su interpretación de El Oscuro es de mis favoritas sin duda. Larga vida a nuestro príncipe Caspian.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top