CAPÍTULO 14: KATERINA THE MOON SUMMONER
—— KATERINA THE MOON SUMMONER ——
—¡Aleksander!— Exclamó Katerina aliviada al verle aparecer por la puerta.
—Estas bien, que alivio.— Respiro aliviado mientras se acercaba a ella para poder abrazarla, para a continuación acariciar su abultada barriga.
—Estoy bien.— Le tranquilizó mientras le dedicaba una sonrisa. —No soy tan frágil como antes.— Le recordó mostrando que no era tan vulnerable como cuando era pequeña.
—Frágil no, solo mortal.— La recordó haciendo que la expresión de la ojiazul cambiará al ser consciente de que el precio de ser la Grisha más poderosa era que no tenía la ventaja de ser inmortal. Pero era algo que tampoco la había importado, cosa que ahora sí hacía. No estaría junto a su futuro hijo tanto tiempo como lo estaría Aleksander.
—Podría vivir muchos años, con entrenamiento y un amplificador.— Garantizó con seguridad en sus palabras, como si aquello pudiera ser la solución a todos sus problemas. —Aguantaría otro siglo, tal vez más.— Añadió creyendo que de aquella forma ambos podrían tener aquella vida de paz y felicidad que siempre habían querido junto a su futuro hijo.
—Seguro que te parece una eternidad.— Sonrió Aleksander mientras acariciaba su rostro.
—Soldados, no están muy lejos.— Murmuró al escuchar los disparos, lo que les advirtió de que ambos debían de irse antes de que fuera demasiado tarde. —Ayer peinaron la aldea entera en busca de Grisha, algunos escapamos.— Le reveló haciendo que la expresión del Grisha oscuro cambiará al escucharla.
—¿Y Baghra?— Preguntó preocupado por el estado y el paradero de su madre.
—Se llevó a los demás al santuario.— Le tranquilizó mostrando que todos estaban en un lugar seguro lejos de aquellos que querían hacerles daño.
—Debemos de irnos, debemos de llevarnos todo.— Sentenció Aleksander mientras ambos empezaban a recoger todo aquello que pudiera guiar a los soldados hasta la ubicación de los demás. Lo último que Katerina quería era que los Grisha salieran heridos, pero para ella había un conflicto de intereses, ya que también había prometido proteger a los humanos, y ahora eran ellos los que les querían dar muerte. Y eso la colocaba a ella en una situación donde debía de elegir un bando, entre aquellos que eran como ella o aquellos que estaban dispuestos a matarlos y a traicionarla.
—Oscuro, luna, se que estáis ahí dentro.— Una voz procedente del exterior hizo que ambos se mirasen sabiendo que debían de actuar deprisa, porque ya habían dado con ellos.
—¿Te acuerdas de lo que planeamos?— Le preguntó Aleksander sabiendo que de los dos, Katerina era la que debía de sobrevivir.
—¿El mismo plan?— Preguntó mostrando que le recordaba a la perfección.
—Ten cuidado, invocadora de la luna.— Le pidió mientras se acercaba a la puerta, al mismo tiempo que Katerina se escondía esperando que no sucediera nada.
—El mismísimo Oscuro.— Comentó el soldado al ver como Aleksander salía de la cabaña con las manos en alto.
—No opongo resistencia.— Les informó mostrando que no tenía la intención de hacerles daño, lo último que quería era infringir daño.
—El rey te quiere con vida, podemos decir que te resitiste.— Comentó haciéndole ver que sus intenciones no era dejarle con vida, sino darle muerte. —Así que...— Empezó a decir mientras hacía una señal para que los arqueros lanzarán las flechas, haciendo que una se clavara en el pecho del Grisha.
—Por favor, no quiero haceros daño.— Les pidió sin entender porque aquellos con los que había luchado ahora le daban caza a él y a los suyos. —Tengo un mensaje para el rey, si él o cualquiera de sus hombres mata a un solo...— Empezó a decir en señal de que iba a luchar aunque fuera en contra de todo cuanto Katerina siempre le había dicho.
—Alto ahí, Grisha.— Una tercera voz atrajo la atención de todos los presentes, haciendo que todos centrarán su mirada en el hombre que llevaba a Katerina agarrada del brazo.
—Katerina.— Murmuró al verla para después el soldado obligarla a que se arrodillara frente a Aleksander.
—Aquí tenéis a la bruja que juega con la luz.— Les informó haciendo que la mujer les mirase sin entender cómo podían alardear de capturarla como si fuera un premio. Ella no era un animal extraño, era una persona, como ellos.
—Las manos a la espalda o la próxima flecha será la última.— Dijo el general mirando a Aleksander haciendo que este obedeciera.
—Tienes dos trofeos para el rey, ¿quieres que te asciendan? Llevanos a palacio.— Le ordenó creyendo que podría ganar tiempo para que ni él ni Katerina resultarán heridos.
—El rey sólo te necesitaba a ti, pero tener a la otra también será de agrado para su Majestad.— Garantizó con una maliciosa sonrisa. —¿Qué?— Preguntó al ver el gesto de rabia que él había hecho. —¿Creíais que podríais entrenar brujos a nuestras espaldas?— Preguntó con burla haciendo que Katerina viera cuales parecían ser las intenciones del Grisha oscuro.
—Aleksander no lo hagas.— Le pidió en un tono de súplica esperando que no hiciera ninguna locura de la que pudiera arrepentirse.
—Dime, ¿aún tienes un mensaje para él?— Preguntó el soldado ajeno a cuál era el destino que les deparaba a él y al resto de sus compañeros.
—¡Sí!— Respondió Aleksander mientras rompía el trozo de madera que habían colocado a su espalda para evitar que hiciera uso de las sombras. —¡Este!— Gritó mientras invocaba el corte haciendo que todos los humanos cayeran al suelo decapitados.
—¿Qué has hecho?— Preguntó Katerina horrorizada por lo que estaba viendo.
—Iban a matarnos.— Se defendió Aleksander como si aquella fuera la única solución que existiera.
—No matamos.— Le recordó en señal de que no podían hacer lo mismo que les hacían a ellos.
—¿Pero ellos a nosotros sí?— Preguntó el pelinegro con molestia.
—Debemos de ir al santuario antes de que sepan lo que has hecho, debemos de reagruparnos.— Murmuró Katerina sabiendo que discutir en aquellos momentos sólo les retrasaría y lo que menos les convenía era perder más tiempo, aquel ya no era un lugar seguro y muy seguramente no existiera un lugar seguro para los Grisha.
❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂
—Katerina.— La saludo un Grisha al verla aparecer haciendo que la aludida sonriera intentando ocultar el miedo que tenía tras lo que había pasado.
—Tenemos que hablar con Baghra.— Le reveló mostrando en el tono de su voz que no traían buenas noticias.
—¿Dónde está?— Preguntó Aleksander en esta ocasión.
—En su habitación.— Se limitó a decir la Grisha, haciendo que ambos de forma inmediata se dirigieran hacia allí. Debían de buscar una solución para detener aquella caza de Grishas.
—Hijo mío.— Sonrió Baghra aliviada de ver que ambos estaban bien. —Katerina.— Sonrió al ver a la chica, la cual la dedico una sonrisa.
—Madre, ya estamos aquí.— La tranquilizó mientras se acercaba a ella mientras que Katerina se quedaba en un segundo plano. —Tenemos que irnos, los soldados avanzan hacia el oeste. Nos castigan solo por ser Grisha.— La reveló haciéndola ver que debían de alejarse cuanto antes o todos ellos morirían.
—Te castigan a ti, le asustaste. Ahora quiere que le temas tu.— Le recordó su madre haciéndole ver que todo aquello era por demostrar todo el poder que albergaba en su interior.
—Gane una guerra por él.— Respondió con brusquedad mientras se levantaba.
—Y entonces él nos la declaró a nosotros.— Puntualizó con obviedad, sabiendo que les consideraban peligrosos por lo que eran capaces de hacer. —Katerina, ¿dónde están los Grisha que entrenabas?— Preguntó preocupada.
—Muertos, cazados como animales.— Murmuró con dolor e impotencia en sus palabras.
—No son tan fuertes como nosotros lo somos.— Murmuró Baghra sabiendo que todos los Grisha eran vulnerables, unos más que otros y aquello suponía que la gran mayoría fueran mortales.
—Fuiste tu la que me enseño a matar, madre. Tienes las manos tan manchadas como yo.— La acusó Aleksander.
—Te lo enseñe para que te protegieras tu, no a ellos.— Le recordó. —Ya te lo dije, pero eres tan tozudo que no hiciste caso.— Añadió con frustración en sus palabras. —Veremos esta vez.— Suspiró esperando que su hijo por una vez hiciera caso a sus consejos. —Corre, huye hacia el oeste. Vete a Karch. Espera a que muera el rey y regresa con otro nombre, el de un noble. Espera a que haya un problema que sólo los Grisha puedan resolver, así el reino nos aceptará.— Le pidió sabiendo que si su hijo desaparecia la caza de Grisha acabaría.
—¿Y que pasa con quienes peligran ahora?— Preguntó Katerina sabiendo que aunque Aleksander se fuera, aquella masacre no terminaría, al contrario, se intensificaria.
—Katerina tiene razón, tenemos que proteger a todos los Grisha, tenemos que enseñarlos a luchar.— Alegó Aleksander creyendo que si aprendían a defenderse nadie más, nunca, se atrevería a hacerles daño.
—Los Grisha no son luchadores, arreglan cosas, crean cosas.— Le recordó su madre preocupada por aquellas ideas que su hijo estaba mostrando.
—Pues creemos un ejército, como hizo Morozova.— Sugirió haciendo que ambas le mirasen horrorizadas por lo que estaba sugiriendo. —Creemos vida para aumentar nuestro poder, somos de su linaje. También nos hizo a nosotros.— Añadió como si aquello fuera la mejor solución a todos los problemas.
—¿Quieres usar Merzost?— Preguntó Katerina sin creerse lo que estaba escuchando, ya que nadie en su sano juicio se le ocurriría algo tan horrible como aquello.
—Practicamos pequeña ciencia, no la magia.— Le recordó su madre en señal de que aquella era una terrible idea.
—Sus diarios están aquí, están en los archivos.— Sentenció haciendo que Baghra le mirase asustada.
—No, no, no. No puedes controlarlo.— Negó su madre mientras se acercaba a su hijo.
—Puedo crearlo como hizo él.— Garantizó creyendo que sería capaz de hacerlo.
—Pues morirás, como hizo él.— Le recordó esperando que fuera consciente del alto precio que había. —Es impredecible, inestables. La pequeña ciencia nos nutre, el Merzost se nutre de nosotros. Te lo prohíbo.— Sentenció esperando que de alguna forma su autoridad pudiera hacer rectificar a su hijo. —¿Me has oído?— Inquirió pero Aleksander estaba convencido de que el Merzost era su única solución.
—Va a hacerlo...— Murmuró Katerina una vez que él se había marchado.
—Debes de detenerlo, Aleksander no escuchara a nadie, y está empeñado en hacerlo. Yo no tengo el poder de enfrentarme a él, pero tu sí, Katerina. Si usa el Merzost creara algo monstruoso, algo que nos hará tener una sentencia de muerte mayor que la que ahora existe. Tú eres la única que le puede parar, hazlo antes de que sea tarde, por favor.— La pidió Baghra sabiendo que la estaba pidiendo mucho, pero también sabía que Katerina era capaz de dejar a un lado sus sentimientos por el bien de todas las personas, todos aquellos que eran inocentes y que no eran responsables de aquellos que se odiaban.
❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂❂
—¡Aleksander!— Le llamo haciendo que este alzará la cabeza para poder mirarla. —No lo hagas, detente antes de que sea demasiado tarde. Aún hay tiempo para buscar una solución.— Le pidió mientras le miraba con preocupación en sus ojos.
—No la hay, debemos de luchar, debemos de defender nuestras vidas.— Sentenció mostrando que estaba completamente convencido de todo cuanto estaba haciendo.
—Los Grisha no matamos, ayudamos.— Le recordó mostrando cual era la gran diferencia que existía.
—Pero ellos nos matan, y debemos de contraatacar.— Sentenció justamente cuando empezaban a escucharse campanas, señalando que los soldados ya estaban allí.
—Están aquí.— Murmuró Aleksander mientras ambos salían corriendo.
—Han llegado los soldados.— Les informó una Grisha que iba corriendo por el pasillo.
—¿Cuántos hay?— La pregunto Katerina mientras Aleksander seguía su camino.
—Demasiados.— Garantizó alarmando a la invocadora de la luna, la cual salió detrás de los pasos de Aleksander sabiendo que tendría que mantener la mente fría. En aquellos momentos debía de actuar como esperaban de ella sus iguales y sus antepasadas.
—Oscuro, estas rodeado.— Le informó un general mientras Aleksander salía del santuario viendo a todos los soldados que le estaban apuntando con sus armas. —Si me partes en dos he dado órdenes de masacrar a los que estén dentro, los matarás a todos. Incluida a tu madre y a la mujer que amas, junto a la criatura que lleva en su vientre.— Le recordó esperando que de alguna forma él pudiera tener sentimientos por todas aquellas personas. —El rey te quiere preso, separa bien los brazos.— Le indicó haciendo que él hiciera caso a su petición. —Se como funciona la pequeña ciencia, las manos tienen que tocarse.— Le informó mostrando que no era un ignorante. —Si mueve los brazos dispararle.— Les ordenó a los soldados mientras Aleksander empezaba a susurrar una serie de palabras para invocar al Merzost.
—¡Atrás todos o os matará!— Les grito Katerina mientras se ponía frente a Aleksander en señal de que no iba a permitir que les hiciera daño.
—Es la Santa de la luna...— Murmuraron sorprendidos por el hecho de que ella estuviera desafiando a la persona que amaba.
—Retroceder.— Les volvió a indicar.
—¿Les proteges?— Preguntó Aleksander sorprendido. —¿Me traicionas?— Preguntó de nuevo sin creerse que ella fuera capaz de enfrentarse a él en defensa de aquellos que les daban muerte.
—Aleksander no lo hagas, no quiero matarte.— Le pidió mostrando que aquello a ella también la dolía, más de los que él imaginaba.
—¿Me matarias por ellos?— Inquirió mientras encarnaba una ceja.
—Hice una promesa a todos los Grisha y a los humanos, protegerlos. Y si eso significa protegerlos de ti lo haré.— Sentenció con firmeza en sus palabras. —Sabes que soy más fuerte que tu.— Le recordó mientras adquiría una postura defensiva.
—No tengo un ejército que pueda plantarte cara a ti o a todos esos asesinos. Por lo que créare uno con todos ellos.— Sentenció con firmeza en sus palabras. —¡Someteros a mi!— Gritó mientras cerraba sus puños haciendo que todos los soldados se empezarán a retorcer de dolor.
Del interior de Aleksander salió una gran oscuridad que los envolvió, ante ello Katerina creo una bolsa de luz que la protegió tanto a ella como a Aleksander, el cual estaba arrodillado dejando que toda aquella oscuridad saliera de él.
Ante su acción, Katerina respondió debía de hacerlo, no podía permitir que más personas sufrieran, no podía dejar que su futuro hijo creciera con aquella oscuridad allí.
—¿Qué has hecho?— Murmuró horrorizada por lo que había hecho.
—Lo que tenía que hacer.— Sentenció mientras se levantaba, haciendo que la joven viera que en su mirada había algo vacío, algo había muerto.
—Entonces sabes lo que yo tengo que hacer.— Comentó mientras su expresión se endurecia y se preparaba para atacarlo.
Antes de que cualquiera de los dos pudiera reaccionar, ambos estaban enfrascados en una batalla entre la luz y la oscuridad, donde aquellos que anteriormente se habían amado ahora luchaban por distintos motivos. Pero la fuerza de Aleksander y su conocimiento fue mayor, y lo confirmó en el momento en el que ella cayó al suelo debido al ataque que la había lanzado.
—Katerina...— Murmuró mientras corría hacia ella.
—¿P-por que?— Preguntó con decepción en su mirada.
—Lo siento mucho, buscaremos a un sanador, podrá curarte.— Garantizó viendo la gran herida que ella tenía en su costado.
—Vendrá el día...— Empezó a decir mientras ponía una mueca de dolor. —El día en el que aparezca un invocador de luz y-y otro de la luna.— Garantizó haciendo que Aleksander la mirase confundido. —Cuando..., cuando eso pase, morirás.— Sentenció.
—Perdoname, amor mio.— La suplicó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
—Morirás de l-la misma forma que t-tu me has matado.— Le informó haciendo que Aleksander viera que en aquellos momentos había ganado un arma, pero al mismo tiempo había perdido al amor de su vida y se había vuelto no sólo en su asesino sino en la persona que ella odiaría en aquellos últimos momentos de su vida. —Espero que... merezca la pena el sacrificio... que has... hecho.— Terminó de decir mientras su voz iba bajando de volumen, mientras su respiración se iba relajando y sus ojos empezaban cerrarse, para finalmente cerrarse por completo, su pecho detenerse y la mano que tenía en su costado caer a un lado como un peso muerto.
★★★
Antes de nada vengo a decir que el gif me encanta. Osea era mi oportunidad de presentar a Katerina con drama y era el mejor capitulo para hacerlo.
Realmente no tengo nada que analizar del capítulo, únicamente que me encanto que mostrarán como de creo la sombra. Porque como dice la frase "los villanos no nacen, se hacen", y creo que Kirigan es de esos personajes donde entiendes por qué se volvió así.
Se que en la serie hay bastantes diferencias, pero tenía que introducir a Katerina de alguna manera. Y espero que en este punto de la historia ya hayáis atado algunos cavos, porque más pistas de las que he dejado aquí... imposible.
La escena de Baghra modo indefensa me encanto, pero también quería mostrar un lado humano y bueno, un lado que mostraría a quienes más quieren, que en este caso serían su hijo y su mujer, la cual llevaba a su nieto dentro.
La muerte de Katerina se que no llega a cuadrar con lo que mencione en capítulos anteriores, pero ese es el otro misterio. Quería mantener un poco de incongruencia por el hecho de que en la historia algunos datos cambian, y quería que este dato cambiará.
También consideraba oportuno para la destrucción de Aleksander Morozova, que viera morir entre sus brazos a la mujer que amaba mientras está no sólo le lanzaba una profecía sino que le odiaba. Esos hechos le mataron.
De alguna forma lo interpretó como un paralelismo con Anakin/Darth Vader. Aleksander Morozova sería Anakin y Kirigan sería Darth Vader. Algo poético teniendo en cuenta que se parecen en todos los sentidos, ambos pierden a la mujer que aman por su culpa, ambas embarazadas...
NO OS PUEDO DAR MAS PISTAS DESPUES DE ESTA REFERENCIA.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top