CAPÍTULO 12: FLEEING FROM THE DEVIL
—— FLEEING FROM THE DEVIL ——
—Vamos, Alina. Date prisa.— Dijo Tomiris mientras su hermana intentaba romper la cerradura del baúl desde dentro.
—Voy tan rápido como puedo.— Se defendió en señal de queja mientras hacía uso de su poder y de una lupa para crear un punto de calor. Instantes después dio un golpe seco, haciendo que las dos bajarán del baúl con facilidad, viendo frente a ella a cuatro personas, dos hombres y dos mujeres.
—No queremos problemas.— Hablo una de las mujeres la cual llamó la atención de más dos hermanas por sus ojos de color violeta.
—Ni nosotras, así que nos iremos y punto.— Sentenció Tomiris mientras se cruzaba de brazos, sabiendo que ellos cuatro sabían quienes eran.
—Es evidente que queréis huir de Ravka oriental, podemos ayudaros a cruzar la sombra sin peligro.— Hablo en esta ocasión Jasper.
—Preferimos viajar solas.— Se limitó a decir Alina mientras ambas hermanas sabían que iban a tener que usar la fuerza bruta para marcharse.
—No seáis temerarias, quedaros con nosotros y todos saldremos ganando.— Las animo Safiye mientras se cruzaba de brazos y miraba a las dos hermanas sabiendo que no se lo iban a poner nada fácil, pero también sabía que Inej no haría nada contra ellas y muy en el fondo ella tampoco. Eran Santas.
—No volveremos a ser las prisioneras de nadie.— Garantizó la menor de las hermanas sabiendo que si habían huido de Kirigan era porque las iba a usar, y por lo que parecía ellos las querían para lo mismo o eso era lo que parecía.
—Así que apartaros y dejarnos pasar.— Añadió Tomiris mientras examinaba a los cuatro, lamentándose de no tener allí un arma. De tenerla ninguno de ellas sería rival, pero también era cierto que tenían un poder que las servia para defenderse. El problema es que debían de pasar desapercibidas.
—Me temo que no podemos permitiroslo.— Las advirtió en esta ocasión Kaz mientras ponía delante de Tomiris su bastón impidiendo que se movieran.
—Tom, todos tuyos.— Sonrió Alina mientras su hermana mayor hacia uso de su poder para cegar a Safiye, a Kaz y a Jasper, mientras que Inej levantaba las manos en señal de paz e inclinaba la cabeza, haciendo que las dos hermanas salieran corriendo evitando que ellos pudieran encontrarlas.
—Vamos, corre.— Dijo Tomiris mientras agarraba a Alina de la mano y tiraba de ella para poder salir corriendo, perdiéndose entre las calles concurridos del pueblo cercano.
—Tenemos que pasar desapercibidas.— Comentó Alina mientras recorrían las calles del marcado que había en el pequeño pueblo.
—¿Tienes hambre?— Preguntó Tomiris al escuchar como el estómago de su hermana empezaba a sonar, haciendo que recordase que se habían ido sin estar presentes en la cena. Lo que la llevaba a pensar que Kirigan ya estaría levantando cielo y tierra para dar con ellas y eso la daba verdadero pavor.
—Sí, un poco.— Admitió mientras la mayor se detenía en un puesto de fruta para poder coger una de las tantas variedades que había.
—¿Cuanto?— Preguntó mientras miraba al vendedor, el cual las miró con desprecio.
—Vuestro dinero Shu no vale aquí, niñas.— Respondió haciendo que ambas se marcharán con una expresión de pocos amigos, ya que algunas cosas no cambiaban. Pero preferían una vida donde las discriminaban por ser mestizas a una vida donde eran esclavas.
—Y volvemos a la rutina, lo echaba de menos.— Admitió la mayor con una sonrisa mientras se estiraba en señal de que las cosas nunca cambiaban.
—Tom...— La advirtió Alina al ver en la lejanía a Jasper el cual parecía estar preguntando por ellas, lo que significaba que no se habían dado por vencidos.
—Ten, cubrete con esto.— La dijo mientras robaba con cuidado un trozo de tela para que Alina se cubriera.
—¿Y tú?— Preguntó sabiendo que ambas debían de pasar desapercibidas no solo ella.
—Espera.— La tranquilizó mientras caminaba entre la gente para a continuación quitar de un puesto otro trozo de tela que se puso por encima de los hombros, cubriéndose por completo.
—¿Desde cuando...?— Empezó a preguntar ya que nunca había visto a su hermana robar, de hecho Tomiris no consideraba bueno hacerlo ya que sabía que el resto de personas que no eran nobles tenían las mismas dificultades que ellos tenían, o incluso más.
—La ley del superviviente, hermanita.— La recordó mientras ambas se alejaban del mercado sabiendo que debían de pasar todavía más desapercibidas, y el que tuvieran unos rasgos tan shu no las iba a ayudar.
—Mira por donde vas.— Le dijo un hombre a Alina la cual se había chocado con él por ir mirando hacia atrás, temerosa de que las siguieran.
—Perdon.— Se disculpó mientras salía detrás de su hermana intentando evitar más problemas, ya tenían suficientes.
—Estáis muy lejos de Shu Han, ¿no?— Inquirió mientras se ponía delante de las dos hermanas, interponiendose entre ellas y su camino. —¿Por qué no pasáis dentro?— Las animo haciendo que la invocadora del sol hiciera uso de su poder y le quemará las retinas.
—Así me gusta, hermanita.— Sonrió Tomiris orgullosa por la manera en la que la menor había actuado, ya que la hacía ver que podía cuidar de sí misma.
—¡Detenerlas!— Gritaron los compañeros del soldado al que habían atacado.
—Corre.— La indicó Alina mientras agarraba a Tomiris de la mano para ambas salir corriendo de nuevo.
Las dos hermanas salieron corriendo, intentando perderse entre las calles, hasta que finalmente accedieron al bosque, donde tendrían una mayor ventaja.
—¡Mal!— Exclamaron las dos en un susurro al ver al chico.
Sin decir nada, y sin esperar un reencuentro amistoso, los tres volvieron a emprender el camino, intentando poner distancia entre ellos y sus persecutores.
—Toma.— Mal la dio a Alina una cantimplora para que beberia agua.
—Eh, para. Yo también quiero.— Se quejó la mayor la cual cogió la cantimplora y dio un largo trago de agua, sorprendida de cuanto necesitaba aquello.
—¿Ya podemos hablar?— Preguntó Alina esperando que estuvieran en un lugar más seguro, lejos de todos aquellos que querían dar con ellas.
—Creo que es seguro, sí.— Admitió Mal justamente antes de que Alina le pegara sorprendiendo al chico y a su hermana con aquella acción. —¡Eh!— Exclamó sin entender por qué la había dado.
—¿Dónde estabas?— Preguntó la cartografa mostrando que de alguna forma estaba ofendida por el hecho de que él no hubiera hecho nada para buscarlas, ¿por qué no había ido antes?
—Os sigo desde que huisteis de palacio la noche de la fiesta.— Las reveló haciendo que ambas se mirasen sabiendo que no era el único que las seguía ni el único que las estaba buscando.
—¿Y ahora nos haces caso?— Preguntó sorprendida por aquel acto, ya que no le hacía ver como el Mal que ambas creían, en especial ella. —Han pasado meses, no te has molestado en respondernos ni a una carta.— Le acusó sin entender cómo es que podía ir de salvador, cuando parecía que no había mostrando ninguna clase de interés por ellas.
—¿Qué?— Inquirió sorprendido por las acusaciones que la menor la estaba haciendo. —Fui yo quien os escribió cada día y no supe nada de vosotras.— Alegó haciendo que Tomiris frunciera el ceño al escucharle, ya que aquello parecía ser extraño. Sobretodo por que parecía que alguien estaba detrás de que ninguna carta llegara.
—Ya, seguro.— Rió Alina sarcásticamente creyendo que aquella una escusa.
—Antes de que os pongáis a discutir como un matrimonio de ancianos.— Intervino la ojiazul llevándose una mala mirada por parte de ambos. —Y si alguien se ha molestado en hacer que nuestras cartas no te lleguen a ti Mal, y las tuyas a nosotras. Alguien que quería que nos alejaramos de nuestra vida anterior, Alina.— Sugirió mientras centraba su atención en su hermana, sabiendo que aquello parecía ser muy posible, sobretodo tras todos los secretos que habían salido a la luz.
—¿Desde cuando lo sabéis?— Preguntó el rastreador haciendo alusión al hecho de que ambas fueran Grisha.
—¿Qué somos Grisha?— Preguntó Alina sabiendo lo que las estaba preguntando, pero ninguna de las dos, jamás, se había llegado a imaginar que pudieran serlo. Era algo tan improbable que se había hecho posible.
—De niñas hicisteis trampa en la prueba, os cortasteis la mano.— Las recordó sin entender cómo es que aquello podía haber evitado que se supiera que ellas eran la esperanza que Ravka esperaba, y las armas que Kirigan necesitaba para hacerse con todo el país.
—No por qué supiéramos que éramos Grisha, sino porque sabíamos lo que ocurriría si alguna de las dos pasaba la prueba.— Intervino en esta ocasión Tomiris, ninguna de las dos se arrepentía de su decisión. Al contrario, estaban felices por la decisión que tomaron, por que habían podido vivir como personas normales. Algo que no muchos podían decir. —Nos habrian llevado de allí.— Añadió sabiendo que el orfanato era un mejor lugar.
—A un palacio, chicas.— Las recordó dando a entender que aquello era mucho mejor que el orfanato, porque hubieran estado rodeadas de lujos y las habrían consentido todos y cada uno de sus caprichos.
—Sí, y nos habrían separado.— Añadió Alina mostrando que ninguna de las dos querían correr el riesgo de perder lo que tenían, no querían perder a aquella pequeña familia que tenían.
—No he dejado de buscaros todo este tiempo.— Las reveló mientras miraba a ambas con sinceridad. —Encontré al ciervo.— Añadió haciendo que la expresión de Tomiris cambiará, ya que aquello significaba que existía, que sus sueños eran más que sueños. —Kirigan nos ordenó rastrearlo por los dibujos de Alina, creía que me estabas guiando hacia vosotras.— Explicó haciendo que las dos hermanas se mirasen al entender todo lo que estaba pasando.
—Él los robo de mi cuaderno.— Garantizó sorprendida por todo lo que el general era capaz de hacer para conseguir todo cuanto había planeado.
—Baghra decía la verdad, esta obsesionado con encontrarlo.— Murmuró Tomiris sin creerse que hubiera podido estar ciega. —Es el único amplificador que haría sombra a su poder si lo reclamase otro Grisha, es de aquellos animales que creo Morozova.— Les explico haciéndoles ver que los intereses de Kirigan con respecto a aquel animal era para hacerse más poderoso o para hacer a alguien más poderoso a alguien.
—Gracias por encontrarnos.— Añadió Alina sabiendo que sin Mal tal vez hubieran dado con ellas.
—Siempre.— Respondió con una sonrisa.
—Será mejor que encontremos algún refugio.— Les advirtió Tomiris observando que estaba empezando a oscurecer, y no podían quedarse tan desprotegidos, sin comida y sin un fuego para pasar aquella noche.
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—Ves, te dije que Mal no nos abandonaría.— Dijo Tomiris mientras hacía fuego a la par que el rastreador iba en busca de algo para cenar.
—Callate.— Dijo Alina sabiendo que su hermana alardearia de tener razón. —Lo del ciervo..., como pude ser tan idiota.— Murmuró sabiendo que había sido por su culpa.
—Es una señal, yo he soñado con él varias veces. Así que sabe que una de las dos podría eclipsarlo, aunque temía que fueras tu.— Aseguró sabiendo que si las dos se hacían más poderosas de lo que ya eran las cosas para Kirigan se alejarían de aquellos planes que durante tanto tiempo había estado llevando acabo. —Ya me teme a mi, si tu me igualabas en poder sabe que no tendría oportunidad. Sabe que nos vamos a proteger entre nosotras e iba a usar eso en su beneficio.— Añadió mostrando cuáles eran sus intenciones y eso hacía que se llenara de rabia por haber sido tan ciega.
—¿Baghra te dijo algo más? ¿Tal vez alguna pista para destruirlo?— Preguntó Alina esperando que la mentora hubiera sido algo más clara por primera vez.
—No, pero me dijo lo que la paso a Katerina.— Murmuró mientras echaba más ramitas secas a la hoguera.
—¿Quien es Katerina?— Preguntó Alina con curiosidad.
—La anterior invocadora de la luna, ella solo tenía el poder que básicamente tendría que tener. Intento parar a Kirigan, pero en el enfrentamiento ella le hirió y le robo parte de su poder; pero no sirvió de nada. Él la mató, uso el corte.— Explicó mientras la miraba con terror en sus ojos, una mirada que Alina jamás había visto y eso la aterrorizada. Su hermana jamás tenía miedo a nada.
—¿El corte?— Inquirió sorprendida ya que ella había sido testigo de lo que hacia aquella arma. —Santos.— Murmuró. —Eso significa...— Empezó a decir sabiendo de lo que era capaz de hacer, de lo que las podría hacer a ellas.
—Que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere.— La interrumpió su hermana mientras centraba su atención en las hoguera. —Lo principal es esconderte a ti, sin ti sabe que a mi no me podrá doblegar, no puedo usar un amplificador al ser uno. Pero contigo..., a saber cuales son sus planes.— Explicó sabiendo que debía de cuidar de su hermana y alejarla de cualquier posible peligro. —Si te encuentra sabrá que podrá dar conmigo, te usará para usarme a mi.— Garantizó temiendo que a su hermana la pasara algo por su culpa, eso jamás se lo perdonaría.
—No le dejaré.— Sentenció la invocadora del sol.
—Creo que no tenemos opción, Alina.— Admitió mientras soltaba un pequeño suspiró. —Kirigan es más poderoso, más fuerte y más viejo. Es inmortal o por lo menos eso parece, pero puede morir. Si Katerina lo intento eso significa que es vulnerable, por eso nos tiene miedo. Por eso quería que estuviéramos de su lado, por eso nos manipulaba.— Añadió mostrando que ella consideraba que ellas tenían el poder para destruirlo, la pregunta era como iban a poder destruirlo.
—A ti te manupulo más.— Aseguró Alina sabiendo que Kirigan había usado en su beneficio la necesidad de Tomiris de estar a la altura de las expectativas y de querer proteger a su hermana.
—Sí cree que le voy a ayudar, no sabe con quien se ha metido. Vamos a huir, Alina, vamos a ser libres y vamos a poder empezar de nuevo. Podremos alejarnos de este mundo, aprender a usar este poder y a defendernos.— Sentenció mientras alzaba la cabeza y la miraba con seriedad.
—¿Estas segura de que podremos hacerlo?— Preguntó preocupada.
—No tengo la menor duda, hermana.— Sentenció con seguridad. —Tu confia en mi.— La pidió sabiendo que podrían hacerlo, podrían conseguir ser libres y salir ilesas de aquel problema en el que se habían metido sin saber de la oscuridad que había en aquel mundo.
★★★
Finalmente ha entrado en escena Safiye, un personaje muy importante y relevante en la historia, y que espero, (en algún momento de mi pereza escritora), escribir su historia como cuervo.
Dejando a un lado la importancia de esta misteriosa mujer, vamos a pasar a analizar el capítulo.
Finalmente puedo decir que estamos en la recta final de esta primera temporada, y me muero de ganas de terminarla, porque la temporada 2 tiene más chicha en cuanto a todo.
El capítulo..., bueno se que me centro demasiado en la serie, pero en este caso no había margen de actuar.
He amado escribiendo a Alina y a Tomiris, porque ambas se protegen y se motivan.
Hay una cosa en la serie que parece chocar y es el racismo que hay hacía Alina en la serie por ser medio Shu, me hace gracia en el sentido de que pensamos que es algo lejano en nuestra realidad, pero es algo tan del día que... Bueno solo diré que espero que nadie haga comentarios racistas ni machistas apropósito, por supuesto es inevitable hacerlos de forma indirecta pero para eso hay que aprender que esta bien y que esta mal. Y si alguno de vosotros ha recibido alguna vez alguna clase de comentario te animo a plantar la cara a esas personas y a enorgullecerte por ser tal y como eres, porque así eres hermosa.
Al margen de mi monólogo, retomo el capítulo.
La aparición de Mal, mira chico eres más inoportuno que... yo en una escena spacy y mira que to hago escenas inoportunas, pero lo de él... se lleva la palma.
Me encantó escribir la pullita que les lanza Tom, porque es como VENGA COMEROS LA BOCA. Ella la primera en shippearlos y en amenazar a Mal de muerte.
La escena del final...
Si es cierto que al principio pensé que Kirigan intentara algo con Tom, pero no soy fan del incesto, por lo que vi más apropiado que él la hiciera sentir segura, de una manera de seguridad. Al final es su padre y también quiere protegerla a su manera.
Ahora que empezamos la temporada de terror, puedo deciros una cosa, y es que para Noviembre empezaremos la temporada 2 si mis cálculos y mi organización no falla.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥️
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