𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲 𝐋𝐢𝐧𝐞 [Extra 2]

Petición de: Chirlenruiz7

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𝐅𝐚𝐦𝐢𝐥𝐲 𝐋𝐢𝐧𝐞

Soy tan bueno diciendo mentiras
Eso vino del lado de mi madre
Dije un millón para sobrevivir

Oh, todo lo que hice para tratar de deshacerlo
Todo mi dolor y todas tus excusas
Todo mi pasado, traté de borrarlo
Pero ahora veo, ¿lo cambiaría?

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— Consideramos que se le puede sacar más provecho a las Gemas del Infinito con un buen propósito a que sean confinadas en un templo bajo protección, o en dado caso, siendo destruidas, Majestad— opinó Tanak Valt, el rey de Xandar

El Consejo presente a través de proyecciones en sus respectivas sillas alrededor de la mesa, miró a Talya, pero ella solo tenía un semblante aburrido, procurando que Sasha estuviera comiendo bien de su pecho siendo cubierta por una manta

Natasha hizo una mueca, bebiendo un trago de su vino

El silencio era tenso entre los distintos líderes de los planetas, mismos que no se atrevían a decir una palabra, algunos por respeto y otros (casi la mayoría) por miedo

— ¿No cree que esta reunión no es lugar para una niña? — pregunto Lilandra, líder del Imperio Shi'ar

— Soy la Reina y madre, mi hija estará donde yo desee— contestó Talya fríamente sumiendo nuevamente el lugar en silencio— ¿Cuál es su inquietud exactamente, Nova Prime?

— Bueno, Majestad… las Gemas del Infinito han existido desde el principio, consideró que guardarlas en cajas o destruirlas es un desperdicio. Es decir, es una cantidad enorme de poder al que se le puede sacar provecho— argumentó

— Las gemas pueden ser un medio poderoso de llegar a la paz absoluta en el universo— terció Ayesha, líder de los Soberanos— Con todo respeto, Majestad, destruir las gemas me parece poco sensato

Talya alzó levemente los ojos de su hija, viéndolos sin interés. Sasha dio indicios de llorar, así que dio palmaditas suaves, acomodandola mejor entre sus brazos ante la mirada atenta de los líderes de los planetas

— "Poco sensato"— repitió con detenimiento dándole una mirada a sus padres, que guardaban silencio escuchando todo— Poco sensato, mamá— le dijo soltando una risa irónica— ¿Les parece "poco sensato" evitar tantas muertes?

— En las manos correctas el poder puede traer grandes beneficios— insistió el Nova Prime

— Es gracioso que lo diga, ya que Thanos con una sola Gema casi acaba con todo su planeta— contestó Talya de forma cortante— Las gemas solo han traído destrucción por siglos y siglos desde el inicio de los tiempos. Mis padres lucharon contra Thanos, salvaron el universo junto a los Vengadores guardando las gemas en puntos clave y secretos… ¿y quiere tirar eso a la basura por traer "paz"?

— No lo echamos a la basura, mi Reina

— No lo parece— contestó con dureza hacia el rey de Xandar dejándolo callado

Natasha buscó su mano, tratando de hacerla bajar un poco su enojo

— Me temo que debemos insistir. Somos un consejo, tenemos voz aquí hablando por nuestros planetas— habló de nuevo la Suma Sacerdotisa Ayesha

Talya rodó los ojos, suspirando con cansancio

— La Reina ha tomado una decisión— intervino Bucky en apoyo a su hija— Las gemas casi acabaron con todo lo que conocíamos. Nosotros vimos lo cerca que estuvo Thanos de lograr su objetivo

— No todo somos genocidas— se defendió la Sacerdotisa con piel dorada

— No, solo unos estirados presumidos— comentó con veneno Talya causando una mueca indaganda en Sacerdotisa— Unos que seguramente con todo el gusto usarían las gemas para buscar quitarme del trono

— ¡¿Nos está acusando de traidores?! ¡Le juramos lealtad! — se exaltó levantándose de su lugar, sin embargo no pudo acercarse ya que estaba transmitiendo desde su planeta

— No tuvieron opción— habló tranquilamente Talya viendo sus uñas con falso interés— Todos los planetas se arrodillaron, portan el pacto de sangre en sus muñecas… ¿Creen que no se lo que murmuran? La Reina Cruel… — Talya inclinó la cabeza, notando como los labios de la Sacerdotisa temblaron de rabia— Gracias por el apodo, es lindo

— ¡Le juro que nosotros no-...!

— Sus palabras me importan un carajo— interrumpió con burla— Siéntese y cállese si no quiere que queme su planeta y lo haga de nuevo desde el núcleo— amenazó con aspereza

La mujer de inmediato lo hizo, ya que aún cuando había millones de Kilómetros de distancia, aun sentía la autoridad de la bruja someterla. Ni siquiera habían sido un grito pero sus palabras estremecieron el Consejo entero

»— Las gemas han sido acarreadoras de muerte desde siempre, provocando tentación por poseerlas. Serán traídas aquí sin objeción, y eventualmente las destruiré— explicó sin emoción

— Lo mejor es liberarnos de ellas. Si vuelven a caer en manos equivocadas podría desatar otra guerra— terció Natasha al Consejo, que de nuevo se mantenía en silencio

— ¿Y como sabemos que ustedes no las usarán para otro propósito? — buscó saber el líder Xandariano

Natasha le dio una mirada poco amigable. Tanta política la aburría, y se notaba que a Talya también

— No necesito las gemas para nada— negó Talya con una sonrisa divertida— He creado planetas vivos y plagados de vida sin las gemas, todo para los pueblos que habían sido desplazados o cuyas guerras habían dejado al borde del colapso a sus hogares, con la tierra infértil o poca agua. He traído la paz, he frenado guerras y los Celestiales ya no son los que imponen que planetas viven y cuáles mueren— enumeró tamborileando los dedos sobre la mesa— Y todo lo hice sin ningún poder de las gemas

— Y agradecemos ello, alteza— dijo de inmediato el líder Skrull— Nos dio un hogar próspero

— Pero soy la Reina Cruel— se burló de su propio título— Y como tal, he tomado una decisión, porque al final sus opiniones, sus argumentos, y sus puntos de vista no importan aquí, solo la mía. Soy la Hechicera Suprema de un Universo entero, y como tal sentenció que las gemas serán resguardadas en mi templo, y las destruiré si lo veo necesario— anunció con voz fría y dura— ¿Quedo claro?

Al Consejo no le quedó más que asentir ante sus palabras, aun conformes o no

— Si solo su decisión importa, ¿por que creo el Consejo?— quiso saber el Nova Prime

— Quería tratar de ser amable, y también de poner al tanto de mis decisiones— explicó alzándose de hombros— Pero como la Reina Cruel yo digo cuales opiniones decido escuchar… Si ya es todo, podemos dar finalizada esta reunión

Con eso dicho, las proyecciones en las sillas se fueron cortando, dejando poco a poco la mesa vacía. Los únicos que quedaron en la mesa fueron Talya y sus padres, viendo a Sasha terminar de comer.

La pequeña de seis meses se movió inquieta, sacudiendo su sonaja cuando Talya se la dió.

— Que entretenido— rio Bucky soltando una suspiro

— Son unos pesados— expresó con hastío Talya poniendo los ojos en blanco— Lo único que odio de ser Reina es tener que lidiar con tanta política

Natasha soltó una ligera risa

— ¿No crees que te pasaste al amenazar de muerte el planeta de los Soberanos? — inquirió con algo de gracia

— Es la tercera vez que lo hago desde que me juraron lealtad— negó con ligereza bebiendo jugó de su vaso— Lo más sagrado que tienen ellos es su orgullo, su afán de ser superiores. El tener una cabeza más alta a las suyas los pone de malas, por ese es planeta es el más "rebelde" por así decirlo

— Son unos presumidos— negó Bucky divertido

— ¿Ahora ven lo que tengo que soportar? — dramatizo Talya

— Si, insultar a tantos planetas a la vez y hacerlos tragarse sus palabras… que horrible carga— ironizó Natasha sin perder la sonrisa

Talya solo arrugó la nariz levemente, parando a Sasha en sus piernas, dándole un beso en su cabecita

— Me pusieron de malas cuando vi sus rostros al ver que dejaría a Sasha conmigo— suspiro sintiendo a su pequeña brincotear en su regazo

— Hicieron enojar a mamá oso— sonrió Bucky casi orgulloso

— De verdad agradezco que hayas escuchado mi petición sobre resguardar las gemas— musito Natasha sonriéndole a su pequeña nieta, que se mostraba muy hiperactiva

— No tienes que agradecer— contestó Talya tranquila— Es cierto que las gemas han traído más destrucción que algún beneficio. Además… eres la segunda mujer más poderosa, después de mí— le guiño un ojo antes de hacerle una mueca graciosa a Sasha

La menor rió antes de volver a sacudir su sonaja

— ¿La segunda?— preguntó Natasha algo sorprendida con las cejas alzadas

— Mmhm..

Bucky y Natasha se dieron una mirada fija, una que Talya no notó al estar jugando y manteniendo entretenida a Sasha.

— Eh… Cariño— llamó Bucky cuando Natasha le asintió

— ¿Si?

— Si no te molesta… quisiéramos hablarte de algo— habló el azabache titubeante, algo nervioso

— ¿Sobre qué? — pregunto sin verlos aún. Estaba muy entretenida haciéndole caras graciosas a Sasha, que reía y sacudía su sonaja

— Es importante— tercio Natasha queriendo captar toda su atención

Talya por fin los miro, acurrucando a Sasha en su pecho

— Los escucho— concedió sin entender que era tanto misterio, ya que no dejaban de verse cada tanto

— Tu… controlas la realidad— habló Natasha aún sintiendo extraño todo el poder que tenía su hija

— Si… ¿y?

— Puedes cambiar cualquier cosa, ¿no? Incluso algo que aparentemente es… irremediable— continuó Natasha tratando de encontrar las palabras adecuadas

— Sí… No traeré a nadie de la muerte— aclaró de inmediato

— ¿Puedes traer a alguien de la muerte?— preguntó Bucky casi sin aire

— Creo que sí, pero en realidad no me gusta la idea de meterme con el cuerpo de un ser querido… solo… no— aclaró con seriedad

— No queremos que traigas a nadie de la muerte— negó Natasha sacándole un suspiro de alivio a Talya

— ¿Entonces? ¿Por qué la pregunta? — miró a sus padres de hito a hito, que volvieron a compartir una mirada que no supo cómo descifrar— No me hagan penetrar su mente, ¿por qué tanto misterio?

— Bueno, tu madre y yo hemos… Estado hablando estos días— empezó a decir el mayor— La verdad es que… después de todo lo que pasó, la guerra..

Talya mordió su labio ante sus palabras. Aún le era algo extraño que ellos no recordarán todo lo que había hecho, así que pensaban que la muerte de los Vengadores había sido en una fiera guerra que casi destruyó todo el universo. Había sido su decisión pensar y recordar eso, no lo que de verdad había pasado.

»— Por fin tenemos paz… y, bueno.. — Bucky rió nervioso, carraspeando al sentir los ojos de Talya encima

— Ver tu familia creciendo nos hace desear hacer que la nuestra también lo haga— soltó Natasha al ver a Bucky incapaz de encontrar palabras

Talya alzó las cejas, alternando sus ojos de su madre a su padre varias veces

— Bueno… no se si estoy entendiendo— rió algo pérdida— ¿Quieren adoptar un perro?

— No, no, creo que ya tenemos suficiente con Fanny y las Águilas que tus hijos tienen— negó de inmediato Natasha soltando una pequeña risa— Es más… bueno… queremos un bebé— dijo por fin de forma clara, dejando a Talya muda por algunos segundos

Bucky y Natasha se tomaron de la mano con algo de nervios, esperando alguna reacción

— ¿Seguros que no quieren un perro? Son menos demandantes, ¡o tal vez un gato! — sugirió Talya arrugando el gesto

— Estamos seguros de que no queremos una mascota, no por el momento— negó Bucky aún ansioso esperando una respuesta

— Vaya… Uhm… eso… no lo esperaba— contestó riendo algo incómoda la bruja

— Bueno, solo es un anhelo que tu padre y yo hemos tenido por mucho tiempo, pero como sabes, ninguna viuda graduada se embaraza, así que… — Natasha se encogió de hombros, teniendo una sonrisa triste— esperábamos contar con… con tu apoyo

— ¿M-mi apoyo? — susurro parpadeando con lentitud aún sintiéndose extraña ante la situación

— Si, bueno, amor… — Bucky rió nervioso, buscando no verse demasiado pretencioso— tu cambias la realidad, así que esperábamos… pues…

— Esperan que yo cambie el hecho de que mi madre no tiene útero— concluyó por sí misma tragando saliva, fingiendo una sonrisa

— S-si— titubeo Natasha sin estar segura del porque— básicamente es lo que queríamos pedirte

Talya respiró hondo asintiendo con detenimiento. Beso la manita de Sasha que soltaba ruidos con la boca y asintió

— Bien… si eso quieren— accedió tragándose el nudo en su garganta— L-les deseo que tengan lo que anhelan— sonrió levantándose, llevándose a Sasha consigo

Natasha se levantó enseguida de su lugar, sin saber si eso era un sí o un no

— ¿Y eso significa… ?

Talya se detuvo, volviéndose ligeramente

— Ya me encargue— contestó con simpleza— ¿Querían ver lucecitas?

— ¿Ya te encargaste?— repitió Bucky sin entender

Talya asintió teniendo los labios fruncidos, viendo a Natasha fijamente

— Felicidades, ya tienes útero— felicito fingiendo una sonrisa antes de irse, desapareciendo del salón en un pequeño destello de luz frente a sus padres




































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— ¿Un bebé? ¿Después de más de veinticinco años? — pregunto hacia Sasha, que estaba sentada en su sillita, viendo a su madre ir y venir por la cocina— Es tan… absurdo, ¿verdad? Literalmente su bebé sería menor que tú, y solo tienes medio año

— Buuu..

— ¡¿Verdad?! ¡Es que es tan… loco! — siguió hablando Talya echando harina en un bowl antes de dejar la bolsa con el resto de harina en la encimera— No puedo creerlo. Podían pedirme un gato, uno que se hiciera enorme y lazara… rayos por los ojos si querían. ¡Pero no! ¡Querían un útero! — gruño entre dientes

— Bu, bu… ¡maaa!

— Lo sé amor— suspiro Talya dándole una sonrisa triste— Gracias por escucharme

— ¡Ahhhhh! — chilló la pequeña, llevándose algo de papilla a la boca que tomó con su mano, comiendo de forma sucia

Talya de inmediato fue a su auxilió, limpiando con una servilleta sus manitas y su boca.

Fue hacia el fregadero y se lavó las manos, viendo por la ventana a Anastasia leyendo debajo de la sombra de un frondoso árbol de cerezo con América teniendo la cabeza apoyada en su regazo, leyendo también otro libro.

Sonrió ante la imagen de sus dos hijas mayores. Se habían vuelto inseparables desde que América se había integrado a la familia, yendo a todos lados juntas, haciendo pijamadas y noches de películas, incluso hacían karaokes que mantenían la casa llena de ruido y le sacaban muchas risas. No sólo eran hermanas, prácticamente eran mejores amigas.

Su sonrisa se apagó y se volvió melancólica al recordar a Darya. Había tenido eso con ella, esa cercanía, esa confianza. Darya siempre la había animado con sus locuras y también con sus consejos cuando se sentía caer, además de que no tenía miedo de darle una cachetada si era necesario para hacerla centrarse.

Ya había tenido una hermana, no sentía bien el hecho de pensar que tal vez tendría un hermano biológico.

Se sentía una mala persona al pensarlo, mucho más incluso que esclavizar a todo el universo. Se sentía egoísta por no querer que sus padres tuvieran otro hijo, y también se sentía enfadada.

La puerta abriéndose y cerrándose en la estancia la sacó de sus pensamientos, volviendo a la encimera, donde preparaba un postre.

Debía distraerse, debía evitar pensar en el hecho de que tal vez pronto habría otro integrante en la familia Barnes.

— Uhh… ¡Chocolate!— Pietro se precipitó a querer meter la mano en la mezcla, sin embargo, su esposa le dio una palmadita evitandolo

— Oh no, no le meteras la mano. Tiene huevo crudo, te sabrá feo— le advirtió mientras seguía batiendo

— ¡Pero es chocolate! Al menos déjame lamer la cuchara— pidió haciendo un puchero

— Nop— Talya le dio la espalda, mezclando con algo de fuerza y más rapidez de la normal, viendo un punto fijo con el ceño profundamente fruncido

— Bien, ¿qué te molesta? — adivinó el platinado recargándose en la encimera, aun teniendo intención de meter la mano en la deliciosa mezcla de chocolate

— ¿Que te hace creer que algo me molesta? No estoy molesta, estoy bien— expresó con rapidez fingiendo una sonrisa que le provocó dolor en las mejillas

— Cuando algo te molesta o no quieres pensar te pones a hacer postres— le señalo con una sonrisa suficiente, orgulloso de conocer tan bien a su esposa

Talya suspiro rendida, dejando el bowl en la encimera, pero la alejó cuando Pietro trato de meter la mano

»— ¿Tiene que ver con la reunión de hoy con el Consejo? — indagó notando los labios fruncidos

— No, no. Todo tranquilo ahí, solo amenace con destruir un planeta— contestó sin darle importancia, sacándole una sonrisa a Pietro

— ¿Entonces?

Talya gimió, haciendo una mueca de desagrado

— Mis padres quieren… Me pidieron un… útero— contestó dejando a Pietro con una mueca confundida— Quieren un bebé, así que le di a mi madre un útero— aclaró provocando que Pietro asistiera tratando de entender

— ¿No tenía?

— Es una viuda graduada, les quitan el útero— explicó de forma vaga volviendo a seguir con su pastel de chocolate

— Oh… entonces quieren otro hijo— proceso tratando de encontrar el problema— ¿Y lo que te molesta es imaginar a tus padres en el proceso de hacer a su nuevo bebé o… ?

— ¡¿Qué?! ¡No!... E-es… ¡Eww! ¡Necesito borrar esa imagen de mi mente! — exclamó con desagrado

No era exactamente cómodo imaginar a sus padres haciéndolo. Era bochornoso

— ¿Entonces qué te molesta tanto? — siguió preguntando Pietro

— No me molesta nada— negó con terquedad— Es su vida, ellos merecen la oportunidad de ver crecer a uno de sus hijos después de todo lo que pasamos separados… estoy… contenta… por… ellos— dijo con dificultad volviendo a fingir una dolorosa sonrisa

— No te creo— contestó Pietro con tranquilidad

— ¡¿Y por qué no me crees?!

— Lo dijiste entre dientes— obvio el mayor

— N-no lo dije entre dientes— negó atropelladamente

No sabía porque se le estaba dificultando tanto mentir.

»— Estoy… realmente… feliz por ellos— repitió con dificultad tratando de no hacer una mueca

— Taly… — sonrió Pietro deteniendo sus manos de seguir cocinando— Soy tu esposo, te conozco

Talya suspiro rendida, recargándose en la encimera con los brazos cruzados en su pecho y un mohín en sus labios

— Ellos merecen tener una familia más grande— contestó resignada— Es solo que siento raro que tal vez vaya a tener un hermano cuando tengo veinticinco

— Mmhm.. — soltó Pietro aún sin estar del todo seguro

— Además, yo ya tuve una hermana… tuve una hermana y ya no está.— musito con dolor— Que vayan a tener un hijo me da la sensación de que estoy traicionando a Darya

Pietro la rodeó de la cintura, dejando un beso en su frente

— No la estás traicionando. Tu y Darya eran incluso más cercanas que un hermano en sangre. Se amaban aún cuando no había ningún parentesco entre ustedes— dijo de forma reconfortante— Además… no creo que eso sea realmente lo que te molesta. Estas celosa

Talya alzó las cejas ante su acusación

— ¿Perdón? ¿Yo celosa?

— Si— afirmó calmadamente el mayor

— Ni siquiera me crié con mis padres— se defendió riendo como si acabará de decir una tontería

— Y es eso lo que te tiene así— obvió Pietro— Estas celosa de que tu futuro hermano podrá pasar su niñez y crianza con tus padres… algo que tu nunca tuviste— susurro acariciando su mejilla de forma reconfortante

— E-eso no es-

— Y te enoja sentir esos celos— añadió dejando a Talya con la boca abierta— Te tiene molesta no poder controlar los sentimientos que tienes

— T-tal vez… — asintió alzándose vagamente de hombros— o tal vez es mi síndrome pre-menstrual y estoy algo enojona. Hace un rato amenace al planeta de los Soberanos con ser destruido— buscó justificar haciéndose la desentendida dándole la espalda a su marido para seguir cocinando

— Te conozco amor, además… nuestro lazo no te deja mentirme, no a mi al menos— Pietro dejó un beso en su mejilla, abrazándola por detrás— A la única persona a la que le mientes, es a ti misma

Talya se giró para tratar de refutar eso cuando enfocó a Sasha, que aún sentada en su sillita tenía la bolsa de papel con el resto de la harina en su mano.

— ¿Pero cómo… ? — Miro sobre la encimera, que estaba a unos pasos de la silla de Sasha, justo donde la harina había sido dejada, y luego vio a su hija de seis meses

Había sido imposible que la alcanzará por si misma, así que entre cerró los ojos, viéndola fijamente, teniendo una leve sospecha de lo que había pasado

»— Pietro..

— ¿Uhm? — pregunto teniendo la cuchara con chocolate en los labios apenas vio la oportunidad

Talya ya ni siquiera le tomó importancia a eso, dispuesta a decir lo que acababa de pasar, cuando Sasha soltó un chillido feliz sacudiendo la harina en su mano con fuerza, regandola como una neblina blanca por toda la cocina

— … Creo que los poderes de Sasha ya están despertando— respondió apenas la neblina de harina se disipó un poco

Pietro sonrió con orgullo hacia su hija menor

— Esa es mi niña


































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Natasha gimió llevando una mano a su estómago, teniendo el ceño fruncido ante el dolor. No tenía idea de que estaba pasando, pero lo atribuyó al hecho de que tenía útero nuevamente, o eso había dicho su hija.

— ¿Tu crees que Talya está bien? Es que… bueno, la vi rara— habló Bucky pensativo, preparando algo de café

— No se… — contestó respirando hondo

Debía irse el dolor en cualquier momento. Podía soportarlo

— No crees que se sintió… ¿mal? — pregunto inseguro el azabache

— No lo se, James, tal vez viste mal— contestó con algo de dureza la rojiza, sintiendo las piernas y espalda igual de adoloridas, como si hubiera peleado y sus músculos se desgarraran— Carajo…

— ¿Estás bien, Tasha?

— De puta maravilla— contestó en un ligero gruñido ganando una mirada más que confundida de su cónyuge— Voy al baño

Bucky solo abrió la boca pero no dijo nada, siguiendo a Natasha con la mirada cuando subió las escaleras.

Natasha por su parte, sintiéndose de malas por el dolor, y creyendo que le estaba dando indigestión, se bajó el pantalón y las bragas, sentándose en el retrete, doblándose de dolor sobre él.

Respiró hondo y suspiro, sin embargo, no sintió ganas de hacer del baño, solo dolor, un dolor que se le hacía familiar pero no sabía cómo identificarlo exactamente.

Maldijo por lo bajo dispuesta a levantarse del retrete, cuando notó su ropa interior manchada de sangre, húmeda ante lo fresca que era.

Jadeo sin saber exactamente qué hacer. No sabía si llamar a James o limpiarse la sangre, hasta que entró en cuenta de una cosa; menstruación

Si tenía útero, uno funcional con todo y ovarios, también significaba tener el período, algo que se le había olvidado.

No supo si sonreír por el hecho de que podía volverse a embarazar o maldecir por el hecho de que ahora tendría que soportar de nuevo los cuatro días más molestos del més. Optó por la última, ya que su nuevo útero parecía querer hacerle sufrir el dolor que no había sentido por los últimos veinticinco años, y la sangre también parecía querer hacer lo mismo, ya que los bajones se sentían horribles.

Podía jurar que acababa de desechar un coágulo.

— ¡James! — llamó antes de tomar algo de aire— ¡James ven ahora!

Su esposo pareció alarmado, ya que escuchó sus pesados y apresurados pasos subiendo las escaleras. Prácticamente abrió la puerta del baño sin pudor o vergüenza alguna, algo que Natasha ignoró por completo

— ¿Nat? ¿Estas enferma?

— No… — bufo aún teniendo los brazos cruzados sobre su estómago— Pero Talya tenía razón, tengo un útero, y uno muy funcional

Bucky frunció el ceño, algo preocupado por la mueca de dolor de su esposa. Casi nunca la veía tener esa mueca, la única vez que la vio prácticamente retorcerse de dolor fue cuando su trabajo de parto empezó

Palideció al instante, temiendo decir alguna tontería

— ¿Qué quieres decir eso?

— ¡Me vino el período! — gruño de mal humor— Necesito toallas, muchas… Son litros

— ¿Femeninas?

— No, toallas de baño— contestó con sarcasmo— ¡Claro que toallas femeninas! ¡¿O que pensabas traerme?! ¡¿PAÑALES?! — gritó enojada— ¡RÁPIDO BARNES!

Bucky de inmediato salió del baño, aún bastante perdido con el hecho de que su esposa le estaba pidiendo algo tan… femenino. Él nunca había comprado toallas, tampoco tampones o esas cosas. No sabía cómo funcionaban, lo único que sabía es que Natasha se moría de dolor, y hervía de mal humor y hormonas.

Bajo las escaleras, tomó su chaqueta y salió de la casa sin saber realmente a donde ir. Sabía que había un lindo pueblo saliendo de los límites del páramo, pero ni siquiera sabía que debía traer.

Miró con impaciencia su alrededor lleno de árboles y césped sin saber exactamente lo que debía hacer, hasta que enfocó la casa de su hija. Prácticamente eran vecinos pero su casa estaba a casi quince minutos caminando, la de Yelena igual.

Prácticamente corrió. Ni siquiera sabía que debía hacer o como pedirlo, solo supo que corrió tan rápido que llegó en casi tres minutos.

Sin esperar tocó la puerta, casi amenazando con tirarla

Pietro abrió, ceñudo ante los golpes tan fuertes.

— Hola papá suegrito, ¿a que debo el placer? — preguntó juguetón

— No hay tiempo para esto, Pietro. Necesito a Talya— pidió mirando hacia su casa, donde Natasha esperaba en el baño— es urgente

— Entiendo. La llama-

— ¡No! ¡Espera! — detuvo teniendo de la nada una loca idea. Pietro mira a su suegro sin saber qué decir.

Casi siempre tenía un rostro intimidante y poco amigable, pero ahora se veía nervioso y agitado.

»— Necesito tu ayuda

— ¿Mia? — se señaló a sí mismo Pietro, algo sorprendido.

James casi siempre tenía una mirada estoica hacia él, ya que tenía los típicos celos de papá, y además, adoraba molestarlo diciéndole "papá suegrito"

— Escucha, no se si Talya te dijo que Natasha y yo le pedimos, pues..

— Un útero para mi suegra— terminó de decir con tranquilidad

— Exacto, y bueno… a Natasha le acaba de llegar su período como confirmación de que, si, ahora tiene un útero funcional— explicó lo más rápido y claro que pudo

Pietro hizo una mueca de espanto y pena hacia su suegro

— Ya veo el problema. Es de un humor que ni siquiera ella sola se aguanta, ¿verdad? — pregunto más como una afirmación

Bucky asintió teniendo un ligero alivio de que alguien lo entendiera

»— No se diga más. Vámonos— Pietro miró al interior de la casa— solo le avisare a Talya

— Si quiere ella puede venir. Nos vendría bien algo de ayuda femenina— pidió con algo de esperanza

Eran a las únicas personas a las que podía recurrir

— Le diré

Bucky suspiro ansioso, moviéndose en su lugar con impaciencia, imaginando a Natasha estar llamándolo vuelta loca del dolor.

— Taly— llamó Pietro viéndola sacar el pastel del horno

— ¿Si?

— Tu padre está en la puerta— señalo con su pulgar la entrada, pero Talya ni siquiera lo miro, solo dejó el pastel en la encimera

— Bien por él— fue todo lo que dijo, quitándose los guantes

— Dice que a tu madre le vino el período— contó notando su indiferencia

— Bueno, ella pidió un útero, un útero tiene su período. Ya debía haber visto venir eso— sonrió con los labios apretados, alzándose de hombros

— Tu padre no sabe qué hacer

— bueno, tú sí— abrió la alacena, buscando con que decorar el pastel apenas este estuviera frío— alguien de nosotros tiene que cuidar de que cinco niños no pongan la casa patas arriba

Pietro hizo una mueca

— Eso es un no, ¿verdad?

— hice lo que pidieron, el resto está en ellos— contestó tajante

El platinado asintió, entendiendo que para ella era duro aún cuando no lo quería admitir

— Bien, lo entiendo. ¿Quieres que me lleve a alguno de los niños?

— Anya y América fueron a dar un paseo en sus Águilas, los gemelos juegan videojuegos y Sasha duerme, todo está bien— contestó tranquila— Ve, sino mi madre cometerá homicidio sí mi padre tarda

Pietro dejó un rápido beso en sus labios antes de salir con James, quien movía su pie con ansiedad

— ¿Y Talya? — pregunto apenas vio a Pietro cerrar la puerta tras él

— Se quedará con los niños— se limitó a decir— Bien, esto no le gustara

— ¿Que no me va-...?

James ni siquiera alcanzó a terminar, solo sintió como casi su nuca se doblaba para pegar con su columna antes de sentir como se le sacudía él estómago, y de un momento a otro, estaba frente un supermercado

Hizo una mueca, sacudiendo la cabeza ante la sensación de mareo. Había sido horrible.

— Si, él latigazo es la peor parte— dijo Pietro con una mueca, tomando un carrito— Pero su esposa lo espera, así que… mejor démonos prisa

Bucky ya ni siquiera mostró él malestar que sentía aún en el estómago, siguiendo al esposo de su hija al interior del Supermercado, que en realidad ya era el Banco de abastos y productos. Algunas cosas tenían precios, sin embargo, todo lo relacionado con comida de la canasta básica era gratis

»— Si hay algo que he aprendido de tener a tres mujeres que menstrúan en casa, es que debo tenerlas cómodas, felices, y hacer su dolor más llevadero— habló Pietro con confianza, guiándo a James al área de farmacia y productos de higiene— Primero: toallas. Hay de todo tipo: con alas, sin alas, nocturnas, con aroma, sin aroma, ecológicas, flujo moderado, flujo abundante, flujo súper abundante, nocturnas, también hay tampones, copas..

James alzó las cejas impresionado de que supiera tanto, ya que las enumeró sin problema y al parecer entendía en que ayudaba cada una. Aún así, echaron un poco de todas al carrito

»— Mejor lleva muchas de las nocturnas, luego se pondrá de malas si se tiene que levantar demasiadas veces de noche— aconsejó con seriedad

Bucky asintió aún inseguro, pero sabiendo que Natasha lo necesitaba, hizo lo que Pietro dijo.

— Sabes mucho de esto— no pudo evitar decir teniendo el carrito a la mitad de únicamente toallas

— Se hasta cuando Talya debe tener su período, así estoy prevenido— contestó como si fuera lo más normal— Ahora, no sólo las toallas son lo esencial. Hay tres leyes básicas para sobrevivir a los días rojos: uno; mantenla lo menos adolorida posible, dos; apapachada todo el tiempo, y tres; si pancita llena, corazón contento; y lo más importante, nosotros seguiremos estando vivos

— No creo que sea-

— Ni siquiera termines esa frase, mucho menos frente a ellas— advirtió Pietro como si hubiera estado cerca de hacer una enorme estupidez— Jamás, _nunca_, digas que no es para tanto. Además, prácticamente sangran sin parar por días y sobreviven, sólo ellas pueden hacer eso

Bucky asintió dándole la razón

— ¿Entonces qué sigue?

— Sigue lo que llamó "la ofrenda de paz"— Pietro tomó cuatro paquetes de píldoras para el dolor menstrual y las echó al carrito— estos días serán hormonas inestables, dolor, antojos y mucha irritabilidad, así que para eso, la ofrenda de paz

Bucky miro a Pietro como si le estuviera haciendo una broma, pero el velocista se dirigió al área de dulces

— ¿Y que lleva esta ofrenda de paz?

— Dulces, muchos dulces. Sobre todo chocolate— Pietro ni siquiera dudo y echó galletas, panqués de chocolate, gomitas, frituras, jugos, cereales con chocolate, más galletas, jugos, incluso fue a la nevera y echó cerca de cuatro litros de helado y dos de yogurt

— ¿De verdad es necesario?

— ¿Quieres hacerla feliz?

— Sí— contestó sin dudas Bucky

— Entonces ni lo dudes

Bucky suspiro, pero asintió viendo el contenido de dulces que llenaba el carrito

»— Probablemente se inflamara, así que lleva también mucho té. El de manzanilla es el mejor, y entre más azúcar le eches, mejor.— aconsejó cuando registraban los productos en la caja. Bucky agradecía que los productos de salud íntima fueran gratuitos desde que su hija era Reina— Cuando se recueste envuelvela como un taco, pero sí se muestra molesta huye después de dejarle algún dulce. Si llora abrazala, pero no empalagues demasiado.

— ¿Alguna otra cosa? ¿Tal vez deba usar un casco? — pregunto un tanto divertido y nervioso

— Bueno, no está de más estar protegido en caso de que se enoje por cualquier cosa. Trata de no hacer las cosas que más detesta que hagas— advirtió seriamente Pietro, dándole una palmada en la espalda a Bucky— Te deseo suerte, la vas a necesitar

— Lo que hacemos por nuestras esposas— suspiro James viendo las bolsas de papel llenar el carrito

— Debemos hacerlas sentir amadas, más cuando sus desórdenes hormonales las hacen sentir inseguras o mal— contestó con una pequeña sonrisa— Además, lo agradecerán mucho cuando estos días pasen. Algo que es una ventaja para ti sí quieres tener un nuevo hijo— sonrió pillo

Bucky rió al principio pero luego miro a su yerno con ceño

— Hablas de mi hija

— ¿Por qué crees que tenemos cinco hijos? Bueno, América no cuenta en el número, pero es como sí lo hiciera— Pietro rió, pero al ver a Bucky no quitar su rostro severo dejó de hacerlo— Bien, creo que es todo

— Bueno, supongo que gracias— carraspeó incómodo James— Mi hija tiene suerte de tenerte… aun cuando me cueste admitirlo

— Gracias papá suegrito

— Que no me digas así

Pietro solo sonrió sin tener intenciones de hacer caso a esa demanda. Dejó a James frente a su casa y se fue, deseándole suerte de lidiar con una de las peores experiencias para las mujeres

— ¡¿POR QUÉ TARDASTE TANTO?!































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ya «kho… shu» vody

khochu— corrigió Talya con una sonrisa a América

La morena hizo una mueca.

»— Tommy: "el día de hoy hará demasiado calor"— le dijo Talya esperando que lo tradujera

— ¡Es muy largo!— protestó Tommy haciendo una mala cara

Talya le insistió con la mirada, a lo que el menor refunfuño

«Se… god.. nya» slishkom… budet «zharrrrko»

— Se que remarcamos mucho la 'r' pero tampoco somos un motor arrancando— rió Talya enternecida ante sus intentos— y es budet slishkom, lo dijiste al revés

— ¡El ruso es muy difícil! — expresó Anastasia dejándose caer en el sofá con pereza

— Si, lo admito, es difícil, pero es su lengua materna, y luego sigue el Sokoviano—sonrió apretando los labios, viendo a sus cuatro hijos quejarse

— ¿Y lo tengo que aprender también? No soy Maximoff— trató de zafarse América

— Claro que eres Máximoff, ya tienes más de un año con nosotros, así que no te quepa duda de que eres parte de esta familia— le advirtió Talya con tonó severo y ojos dulces— Y bueno... Yo aprendí español por ti, así que al menos puedes intentar saber lo básico de ruso, ¿no?— le preguntó hablando en español

América hizo un puchero pero asintió

— Pero ya sabias español

— No, sabía lo básico, pero por ti, mi cielo, lo práctico con gusto— le sonrió dejando un beso en su frente— Volviendo a las lecciones— retomó caminado alrededor de la mesa viendo a sus cuatro hijos mayores— ¿Quien me dice que significa "YA pomoyu posudu posle yedy"?

Anastasia frunció el ceño, mientras que los gemelos levantaban la mano al mismo tiempo que América

»— Tommy— concedió Talya

América y Billy bajaron la mano desanimados, pero aún así trataron de traducirlo en la mente

YA pomoyu es "voy… voy a ¿lavar? "

Talya le asintió con una sonrisa alentadora

»— "Voy a lavar…" posudu posle... "¿Platos?"

— ¡"Lavaré los platos después de comer"! — tradujo Billy de golpe

— ¡Oye! ¡Yo lo estaba traduciendo! — exclamó indignado Tommy

— ¡Pero yo pude antes!

— ¡Pero era a mí a quien mamá dejó responder! — siguió enfadado Tommy dándole una palmadita en la mano a Billy

— ¡Chicos! — regaño Talya, pero ya solo pudo ver cómo los gemelos empezaron a pelear golpeándose únicamente las manos de forma cómica, haciendo sus rostros hacia otro lado evitando las rápidas y desordenadas palmadas— ¡CHICOS BASTA!

Billy y Tommy dejaron de pegarse, pero no quitaron sus ojos fulminantes el uno del otro

»— Tommy; ibas por buen camino, y Billy; bien hecho, pero debes respetar el turno de tu hermano— le riño con ojos severos— Pero ya que los dos tradujeron, ustedes lavan los trastes

— ¡¿Eh?! — preguntaron sin entender

América y Anastasia rieron con burla a sus hermanos menores, que tenían un rostro que mostraba confusión

YA pomoyu posudu posle yedy— repitió Talya en ruso— " lavaré los platos después de comer" ustedes lo dijeron, así que les doy permiso. Laven los trastes— rió viendo las muecas casi indignadas de sus hijos

— ¡Pero-...! ¡Era algo que nos hiciste traducir! — expresó con incredulidad Tommy

— Bueno, yo supe lo que mamá decía, así que no conteste— sonrió Anya con inocencia alzándose de hombros

— Ambos tradujeron, ambos lavan los trastes— sentenció Talya

— Que feo premio— refunfuño Billy cruzándose de brazos

Talya rió arrugando la nariz

— Eso los motivará a ser más rápidos en traducir y entender ruso— aseguró sin poder evitar reír de sus caras con un puchero— Ya, ya. Ayudenme a poner la mesa para servir la comida

Los gemelos aún con muecas nada contentas, se levantaron de la mesa, ayudando a su madre aún sin dejar de verla como si hubiera cometido el peor acto de traición

Talya solo les lanzó un beso, riendo ante sus ceños profundamente fruncidos

Pietro bajo la amplia escalera, trayendo a Sasha consigo, misma que venía limpia, recién salida de darse un baño.

— Talya, creo que no es necesario que pongan la mesa— dijo Pietro dejándole cargar a la pequeña Sasha

— ¿Y por qué no?

— Por que iremos a ver a tus padres— anunció sonriendo brillantemente

— ¡Sii! ¡Hay que ir con los abuelos! — expresó feliz Tommy

— Estos días casi no han venido, ¿están bien?— quiso saber Anastasia

Talya miro a Pietro con seriedad, apretando los labios

— Si, es solo que han estado algo ocupados— contestó Pietro tratando de ignorar la mirada intensa de su esposa— Así que, ¿por qué vamos a comer con ellos? Se que los extrañan

— ¡Siii! — corearon los gemelos

— Entonces no tendremos que lavar los trastes de la abuela— susurro Billy a su hermano

— Pero lo harán aquí, no se preocupen— contestó Talya escuchando a sus hijos cuchichear

— Andando, alisten todo— pidió Pietro con entusiasmo, algo que su esposa no compartía para nada— ¿Todo bien, amorcito?

Talya asintió fingiendo una sonrisa, tomó a Pietro con su brazo libre llevándolo al pasillo que daba al jardín trasero

— ¿Por qué haces esto? — susurro moderadamente ya que tenía a Sasha en brazos

— Solo una comida en familia, ¿por qué?— preguntó fingiendo no notar su inconformidad

— ¿Y para qué? Están bien, muy ocupados en su nuevo asunto seguramente— contestó fría y sin ganas de verlos

— Son tus padres— insistió Pietro tranquilo

— ¡Pues al parecer para ellos no soy lo suficiente y quieren otro hijo después de todo lo que les he dado!— gruño dolida

Pietro alzó las cejas ante la repentina reacción de su esposa, quien contrajo los labios apenas se dio cuenta de lo que soltó sin querer hacerlo.

— Taly…-

— Mamá— llamó América frenando cuando notó los ojos cristalizados de su madre

— ¿Si, cariño? — Talya fingió una convincente sonrisa, espantando las lágrimas en sus ojos como si nada

— ¿Quieres que… echemos la comida en tuppers? — pregunto tratando de analizar la situación

— Si, gracias. Voy ahora— asintió con rostro sereno la pelirroja

América asintió pero no se fue, aún viendo a su madre adoptiva con preocupación

— ¿Estás bien, mamá?

— Claro, ahora voy— asintió sonando convencida

América aún con duda se fue, volviendo a la cocina.

— Talya… — Pietro no sabía qué decir

— Ayudaré a las niñas, la comida se enfría— evadió el hablar, dándole a Sasha sin darle la oportunidad a Pietro de contestar

Talya evitó a toda costa ver a su marido a los ojos. Podía sentir su preocupación y ganas de hablar por medio del lazo que los unía, pero siguió con rostro tranquilo, preparando la comida llevando a sus hijos a casa de sus abuelos.

Talya abrió la puerta como si fuera su casa, tratando de poner buena cara aún cuando quería volver a su casa y no pensar en ellos, no por el momento.

Aún se sentía enfadada

— ¡Mamá, papá! — llamó con voz nada entusiasmada dirigiéndose a la cocina dejando los tuppers

América y Anastasia de inmediato empezaron a poner la mesa, con ayuda de Pietro aún sosteniendo con una mano a Sasha

— ¿Dónde están los abuelos? — preguntó Tommy después de haber buscado con su súper velocidad todo el nivel inferior

— ¡Mamá Nat! — llamó Billy— ¡Papá Bucky!

— Tal vez estén arriba— opinó Pietro

— Hay que ir a llamarlos — propuso Billy siendo seguido por su hermano gemelo escaleras arriba

— Esperen, voy con ustedes— suspiro Talya, algo extrañada de que ninguno contestara

Fueron al piso de arriba, yendo directamente a la habitación que James y Natasha compartían.

»— Tommy esper-

Talya no alcanzó a terminar, ya que su hijo abrió la puerta de golpe, escuchando un par de exclamaciones de sorpresa de sus padres, ambos en la cama, desnudos, tapándose con las sábanas lo más que podían

El instinto de Talya fue cubrir los ojos de los gemelos, dándole una mirada de reproche a sus padres

— ¡Talya! ¿Q-que hacen… ? ¿Qué hacen aquí? — rió torpemente James poniendo una almohada sobre su pelvis

— ¿Qué hacen en la cama? Ya es tarde— quiso saber Tommy, más que confundido quitándose la mano de su madre de los ojos

— Uhm… bueno, es que su abuelo y yo tomábamos la siesta— mintió Natasha tratando de no cubrirse la cara de vergüenza— Estamos algo indispuestos

— ¿Podemos entrar a la cama? Mamá dice que los abrazos y mimos ayudan a hacerte sentir mejor— sugirió con entusiasmo Billy, teniendo una sonrisa inocente

— ¡No, no! — detuvo Talya de inmediato, tratando que no se notará su rostro de reproche hacia sus padres— Lo que tienen debe ser contagioso, mejor evitemos el contacto ahora— rió tratando de aparentar tranquilidad— Vayan con su padre, ayuden a servir la comida

— ¡Pero mamá!

— Andando— ordenó sin ceder, siguiendolos en su marcha hacia el piso inferior a regañadientes

Cuando los gemelos por fin salieron de la habitación, Talya miro con reproche a sus padres

— ¡¿Por qué entraron así?! — pregunto Natasha alterada en un susurro

— ¡Llamamos de abajo! ¡Gritamos desde la planta baja! ¡Pudieron ponerle seguro a la puerta, una corbata o yo qué sé! — les reprocho evitando verlos— Por suerte estaban tapados

— Talya-

— ¡No, no, no! ¡No quiero ninguna explicación, no quiero saber nada! — grito en un susurro evitando ver a sus padres— Solo… vistanse

Talya no dijo más y salió de la habitación, sintiéndose muy molesta y avergonzada sin saber por qué.

Natasha se cubrió el rostro cuando vio a su hija irse.

— Esto es tú culpa— acusó Natasha apretando la sabana contra su pecho

— ¿Mi culpa? Que yo sepa ambos estamos desnudos— se defendió con algo de gracia—  además, tu fuiste la que dijo que más me valía hacer que no te volviera a venir el período de nuevo

Natasha solo se burló, lanzándole a su esposo el pantalón

— Que vergüenza con los niños

— Los niños creen que estamos resfriados. Quien con realmente siento pena es con Talya— admitió con una mueca— Tiene veinticinco pero eso no significa que no sea traumático

Natasha asintió dándole la razón

— Mejor hay que salir de la cama. No queremos más niños curiosos en la habitación

Talya bajo las escaleras hecha una furia, pero lo disimuló bien, empezando a servir la cena con ayuda de sus hijos y Pietro, sin embargo, su esposo sintió su descontento. La miró buscando una explicación, así que ella solo le envió la imagen por su lazo y entendió todo, y así no preguntó nada al respecto. No hacía falta que los gemelos preguntarán más sobre la bochornosa escena con la que se habían encontrado.

Natasha bajo casi enseguida, pero Talya no la miro, solo siguió sacando platos y sirviendo jugó

— ¿Y el abuelo? — preguntó Anya

— Se quiso dar una ducha rápida, ahora baja— Natasha se dirigió hacia su hija, queriendo eliminar la tensión

Era muy bochornoso que los hubiera encontrado así

— Siento lo que los niños casi vieron— susurro de forma discreta— No escuchamos nada, así que no nos dimos cuenta de que ya no teníamos casa sola

Talya solo soltó un sonido seco de su garganta, sacando los cubiertos del cajón

— Bueno, es su casa… Uhm… no pude evitar que los gemelos entraran sin tocar— contestó fingiendo una sonrisa— Pero bueno, supongo que todo el… "esfuerzo"… valió la pena

Natasha la miró sin entender

— ¿Esfuerzo?

— Sí. Felicidades— dijo con voz monótona

— ¿Felicidades por qué? — exigió saber Natasha sin entender, pero su corazón latía frenético

— Bueno, supongo que tú y papá no perdieron el tiempo ya que… estas esperando— contestó dándole una corta mirada al vientre plano de su madre— ¿No sabías?

— Me diste un útero apenas hace un mes— obvió aún en shock por sus palabras

— Exacto. Y resultó ser muy fértil— no pudo evitar decir

— ¿De verdad estoy embarazada? — susurro aún tratando de procesarlo

Talya asintió, sin saber porque le dolió el pecho cuando las lágrimas se reunieron en los ojos de su madre. Natasha la abrazó, algo que la tomó por sorpresa.

Dolió. El nudo que odiaba se instaló en su garganta lastimándola, dejando incluso de respirar para retener las lágrimas.

Natasha se separó radiante de felicidad, procesando el hecho que después de tanto, por fin podía volver a concebir

»— Tengo que decirle a tu padre— anunció subiendo de nuevo las escaleras

— ¿Mamá Nat estaba llorando? — preguntó Anya en un susurro discreto hacia su madre

— Esta muy feliz— fue lo único que dijo, respirando hondo tratando de enviar su dolor al fondo de su mente

Bucky que salía de la ducha y solo traía su pantalón puesto, casi cayó cuando Natasha llegó, se colgó de su cuello y los beso.

Apenas alcanzó a corresponder el necesitado beso, notando las lágrimas en los ojos de su esposa

— ¿Nat?

— Estoy embarazada— dijo en una risa

James alzó las cejas, sin saber de dónde había sacado eso

»— Talya me lo dijo, lo sabe de alguna forma, así que si, estoy embarazada— repitió casi como si hubiera leído su mente y sus dudas

Lentamente una sonrisa se fue formando en el rostro de Bucky, prácticamente alzando a Natasha de los muslos, cargándola y dando vueltas por la habitación mientras reía con ella.

— ¡Un bebé después de tanto!

Natasha asintió, teniendo los labios temblorosos, siguiendo el beso que ahora él le dió de forma sorpresiva

Cuando bajaron para dar a conocer la buena nueva, sus nietos ya devoraban la comida de su madre y se pasaban de forma desordenada trastes con comida entre risas y charlas.

— Familia, hay una noticia que Natasha y yo queremos darles— dijo Bucky sin poder contenerse llamando la atención de todos

Los niños y Pietro los vieron expectantes, menos Talya, que solo vio su plato, apretando los cubiertos en sus manos

»— Natasha y yo tendremos un bebé

Anastasia jadeo mientras que los gemelos fruncian el ceño, procesando la información

— Su madre tendrá un hermano— aclaró Natasha cuando notó el silencio

Pietro miro a Talya, pero ella sólo veía su plato, teniendo la barbilla muy tensa

— Felicidades— fue el primero en hablar

— ¡Si! Que bien por ustedes— asintió Anastasia sonriendo de forma genuinamente feliz saliendo de su estupor— Es una gran sorpresa

— ¿Mamá no es muy grande para tener un hermano? — atinó a preguntar Tommy algo perdido

Talya sonrió viendo a su hijo

— ¿Me estás diciendo vieja?

— ¡No, no! Es que, bueno… Es raro— admitió Tommy

— Sé que es algo confuso, pero si. Tendrán un tío nuevo pronto— sonrió orgulloso Bucky, rodeando a Natasha de la cintura

— Tengo que llamar a Yelena— exclamó Natasha sacando su teléfono

Talya la miró con ausencia, tragándose el nudo de su garganta al ver que la sonrisa de su madre parecía imposible de borrar

Ni siquiera prestó demasiada atención a la cena, solo se puso a Sasha en el regazo y deseo que la cena (que pasó a ser una celebración por el bebé) terminará

Odiaba la punzada de dolor en su pecho cada que mencionaban al bebé, odiaba no sentirse bien al ver a sus padres tan felices, odiaba su deseo de irse y llorar.

Suspiro cuando se sentó en el sofá de su casa, viendo el techo tratando hacer la horrible sensación en su pecho irse.

"Que egoísta soy" se regaño

Era una mala hija, era una mala persona y una mala hermana.

— Hey… — Pietro se arrodilló frente a ella, tomando su mano para llamar su atención— ¿Que tiene mi rojita?

— Creo que ya lo sabes. Nuestro lazo no me deja mentir— musitó con desgana, sonriendo con tristeza— Quieres hablar de lo que dije, ¿verdad?

— No, eso no lo tienes que hablar conmigo, tienes que hablarlo con tus padres— habló honestamente, sonriendo con cariño— Además, sé que no quieres hablar de eso conmigo

Talya soltó un sonido de garganta desganado, volviendo a ver el techo.

Esperó que Pietro la abrazara o se sentará con ella, pero solo se fue, dejándola confundida.

»— ¡Hacia mamá! — ordenó Pietro como si hubiera dado una orden a un ejército

Talya jadeo y rió cuando los gemelos al instante se lanzaron sobre ella, siendo seguidos por América y Anastasia, quienes se acurrucaron de forma desordenada y como pudieron en su regazo y a su alrededor en el sofá

— Papá dijo que estas triste— dijo Anastasia apoyando su mejilla en el hombro de su madre

— Y tu dices que los abrazos y besos todo lo curan— tercio Billy con su cabeza en el regazo de su madre junto a Tommy

— Oh, claro que lo hacen— sonrió atrayendo lo más posible a sus hijos— y si, necesito muchos, muchos abrazos y besos

— Alguien más también se quiere unir— canturreo Pietro, dejando a Sasha en el pecho de Talya, quien la recibió soltando una risa feliz y más aliviada

Su tristeza se evaporó cuando sintió a sus hijos rodearla, siendo cobijada por calidez

Ahora sabía porque sus padres deseaban tener otro hijo, querían vivir la experiencia de sentir el amor de un hijo, la admiración, la cercanía, algo que no habían tenido con ella.

El tener un hijo le daba felicidad, le daba una sensación de amor y dicha. Sabía que podía enfrentar todo si tenía a sus hijos. Sin embargo, lo único que Natasha y James habían sentido por ella era agonía, dolor, desesperación e incluso rabia por todo lo que había pasado, incluso por todo lo que ella había hecho y que ahora ellos no recordaban.

Entendía porque querían tener la oportunidad de vivir lo que no habían podido con ella, pero no dejaba de doler.

Rió disfrutando a sus hijos estar sobre ella, siendo tan cálidos y sacándole risas con sus bromas y comentarios.

Miro a Pietro, que solo los veía con una sonrisa cariñosa y dulce.

Movió los labios diciendo un silencioso "Gracias" y estiró su mano libre, pidiéndole ir a unirse a ellos.

Entendía el anhelo de sus padres, pero no podía evitar sentir dolor por ello.

Al final, como Pietro le había dicho, se sentía enojada de no poder evitar los celos, se sentía furiosa por no poder evitar sentirse insuficiente






























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Hizo una mueca de esfuerzo tratando de estirarse para alcanzar su propio pie, sin embargo, su enorme barriga de siete meses no ayudaba en nada.

Natasha gruño, suspirando cuando dejó de tratar de abrocharse sus zapatillas bajas.

Era hora de usar la artillería pesada

— ¡James! — llamó viendo sus zapatillas sin abrochar— ¡James!— volvió a llamar justo cuando su marido entró a la habitación

— ¿Si?

Natasha no contestó, simplemente estiró una de sus piernas, apoyando su peso en uno de sus brazos sosteniéndose del colchón, mientras que con la otra mano masajeaba la parte baja de su hinchada barriga.

»— Oh… papá al rescate— sonrió apoyando la suela de la zapatilla en su pierna, abrochando por fin las zapatillas de su esposa ante su mirada algo descontenta— Listo

— Olvidaba las… complicaciones de estar embarazada— bufo dejándose caer en el colchón, teniendo sus dos manos en su vientre

— Ya han pasado siete meses, ya solo faltan dos— buscó animar acariciando su vientre con cariño— Y hoy sabremos por fin que será

Una sonrisa se dibujó en el rostro de Natasha.

Aún se sentía flotar sobre nubes cada que sentía a su bebé moverse dentro de ella. Después de tantos años resignada a que no podría volverse a embarazar, el sentir a un bebé crecer dentro de ella era como magia.

Y la verdad es que ese bebé había sido concebido gracias a la magia de su hija dándole un útero.

»— No puedo creer que hace veinticinco años estábamos así, en una casa en malas condiciones y huyendo para darle una buena vida a nuestra Talya— musito con melancolía— Y míranos ahora; tenemos cinco nietos, a nuestra hija… prácticamente gobernamos junto a nuestra hija el universo entero… ya no nos escondemos— sonrió suspirando con alivio

— Pero antes de todo eso tuvimos que vivir un infierno tras otro— comentó Natasha con amargura— Me hubiera encantado que Clint estuviera aquí… Melina… hasta Alekséi por muy molesto que fuera— susurro tratando de controlar sus ganas de llorar— estúpidas hormonas— se quejó tratando de sentarse

Bucky tomó las manos de su esposa ayudándola a sentarse, sonriendo ilusionado

— Sé que donde sea que estén, están orgullosos de todo esto… de que por fin tenemos nuestra familia— aseguró tratando de hacerla sentir mejor

Natasha asintió tratando de espantar sus lágrimas, levantándose de la cama con ayuda de su esposo.

Bajaron al jardín, donde una pequeña e íntima celebración se haría. El matrimonio Barnes había deseado revelar el sexo del bebé, y también hacer un pequeño Baby Shower

Talya era quien sabía el sexo del bebé y quien le habían pedido que lo diera a conocer. Había accedido, sin embargo, Bucky había notado esos últimos meses que casi siempre se mantenía alejada, casi cortante, también algo ensimismada. Ni siquiera había tocado una sola vez el vientre de Natasha

— ¡Bubu! — grito Sasha caminando lentamente y con cuidado hacia sus abuelos, riendo y extendiendo sus bracitos pidiendo ser alzada— ¡Bubu!

— Miren nada más quien no se queda quieta ya— rió Bucky, levantando a Sasha entre sus brazos— que rápido creces

La pequeña pelirroja rió, señalando a Talya y a Anastasia decorando.

Talya había hecho un enorme arco de flores rosas y azul pastel, mientras que Anya acomodaba la mesa de postres en los mismos colores.

— Uh, eso luce bien— sonrió Natasha, tomando un pequeño cupcake con glaseado rosa

— Se supone que los postres son para cuando lleguen los invitados— sonrió Anya cubriendo el lugar en la torre de postres que su abuela dejó vacío

— Pero yo soy quien carga un bebé, así que yo no cuento— contestó la embarazada, soltando una pequeña exclamación ante lo bueno que estaba el pequeño postre— Esta rico

— Mamá los hizo. Estuvo horneado desde ayer y hoy toda la mañana— contestó América poniendo los centros de mesa con globos— No me dejó robar ninguno— añadió con un puchero

— No ha parado desde ayer— asintió Anastasia a las palabras de su hermana adoptiva

Natasha miró a su hija mayor, que ahora ponía luces alrededor de los árboles con ayuda de Billy.

Caminó hacia ella, sonriendo cuando los gemelos empezaron a discutir sobre uno de los letreros que quedó chueco

— ¡Es más a la izquierda! — alegó Tommy

— ¡No es cierto! ¡Es a la derecha! — defendió Billy, que con sus poderes acomodaba las letras

— ¡Si es a la derecha quedará más chueco!

Talya ni siquiera intervino en palabras, enderezó el cartel y siguió encendiendo luces, deteniendo la riña de los gemelos

— No he podido agradecerte por esto— habló Natasha, buscando los ojos de su hija

— No tienes que hacerlo

Talya no la miró. Después de todos esos meses seguía doliendo, así que actuó como si estuviera muy ocupada, caminando por el jardín, acomodando sillas y adornos

— Pero aún así gracias, si no fuera por tí, ni siquiera estaría embarazada otra vez— agradeció con una sonrisa acariciando su vientre

Talya por fin le dio una corta mirada, fingiendo una sonrisa

— Eres mi madre— fue todo lo que dijo, tratando de quitársela de encima para no ver su protuberante vientre

— Quería pedirte una última cosa— dijo Natasha siguiendo a Talya como si nada, sin notar para nada que trataba de evadirla

Si no fuera porque estaba tan feliz y emocionada hubiera notado la mueca de desesperación en Talya

— ¿Si, mamá?

— Me encantaria que estuvieras con nosotros cuando revelamos el sexo del bebé— confesó esperando una respuesta afirmativa

A Talya eso la tomó por sorpresa, abriendo y cerrando la boca varias veces

— ¿Por?

— Por que somos familia— obvio Natasha— y como te dije: si no fuera por tí, no sería posible que esto estuviera pasando

Talya mordió su labio, tratando de negarse con el mayor tacto posible

— Agradezco el que me quieras incluir, pero.. Yo ya sé el género de su bebé, así que no creo que estar con ustedes sea exactamente lo mejor— dijo con duda y lentamente, buscando las palabras adecuadas— Además es su momento; el tuyo y el de papá, así que… ustedes disfrutenlo— "porque yo no soy capaz de hacerlo" pensó lo que no se atrevió a decir

Natasha trató de no mostrar la decepción que le causó su respuesta negativa, pero la entendió, o al menos trató de hacerlo. De cualquier manera, Talya dio la vuelta y se fue sin darle la oportunidad de decir nada

— Uhhh… se ve lindo— silbo Yelena viendo el decorado jardín, deteniéndose a la par de su hermana— Linda blusa— le señalo Yelena a su hermana

Natasha miró su blusa blanca de maternidad

»— Pensaba que usarias de esos vestidos de dos colores

— No me gusta como se me ven los vestidos ahora. Siento que me veo gorda con ellos— admitió con una mueca

Yelena soltó una pequeña risa

— Me gusta, pero le faltan bolsillos

— Para ti todo debe tener bolsillos— rodó los ojos la rojiza

— Sinceramente, ¿que quieres que sea? ¿Niño o niña? — quiso saber curiosa la rubia, viendo a lo lejos como Anastasia y América cuidaban a Sasha junto a James, todos sentados en una mesa

— No importa lo que sea, voy a querer a mi bebé-

— ¡Oh vamos, sé sincera! — le pidió Yelena rondando los ojos

— Quiero un niño— admitió Natasha honesta

Yelena rió ante su confesión tan rápida

— ¿Y si es niña que? — quiso saber

— Bueno, también la amaré. Si, quiero un niño, pero amo a este bebé sea lo que sea— asintió acariciando su vientre

— Ugh, qué cursi— se quejo la rubia

Natasha solo negó con la cabeza, divertida de la actitud de su hermana

El lugar estuvo listo para la pequeña celebración. No era demasiado ostentosa, pero el jardín se veía precioso con flores rosas y azules pastel por todas partes, siendo acentuadas por las luces colgando entre los árboles.

— ¡Tia Nat! — grito Lila llegando, trayendo una bolsa de regalo

Natasha sonrió brillante cuando sus sobrinos y Laura llegaron, abrazándolos feliz de verlos. James se acercó a su esposa, siendo felicitados ambos por la familia Barton.

Talya bebió su copa de vino viendo a la distancia, sintiendo la mano de Pietro unirse silenciosamente a la suya.

— ¿Estás bien? — preguntó el mayor notando los ojos fijos de su esposa en la charla de los Barton con los Barnes

— Si, ¿está lista la revelación? — pregunto tranquila, sin dejar de ver a la distancia

— Todo en orden— sonrió Pietro, cargando a Sasha que había estado paseando por el césped entre sus pasitos torpes y cortos— Pequeña traviesa, ya no paras

Sasha rió cuando su padre le beso las mejillas, aferrándose a su cuello

— Siento que su primer año pasó volando— suspiró melancólica Talya— Solo mira a Anya… Cuando nos demos cuenta estaremos viejos y solos

— No creo que estemos solos. Probablemente estemos rodeados de nietos— sonrió ilusionado— además… aun podemos tener más niños— sugirió sonriendo de forma pilla

Talya miró a su marido con ojos acusadores

— Alto ahí, Maximoff, alto ahí— rió volviendo darle un sorbo a su vino, viendo a Natasha charlar con Laura y los hijos de Clint

— Estoy seguro de que Clint estaría realmente feliz por ti— musito Laura poniendo las manos en el vientre de Natasha, justo como la rojiza había hecho con ella muchas veces años atrás— Me encantaria que estuviera aquí para verlo

— A mi igual— susurro Natasha con una sonrisa triste—... a mi igual

No eran muchos en la pequeña reunión. Eran los Barnes, los Barton, los Stark y los Maximoff, estos últimos siendo mucho más numerosos.

Talya solo veía a Pepper y Laura charlar con su madre, pero en realidad tanto a Yelena como a ella les parecían más entretenidos los juegos de sus hijos con el resto de los niños en el jardín, junto que con Pietro y James, que parecían niños pequeños.

—... Anoche tuve que pararme a ir al baño con tres veces, la última casi no llegue— admitió Natasha riendo

Laura hizo una mueca, recordando muy bien la sensación

— El último trimestre es el más duro. Lo único que haces es orinar, tratar de dormir y comer aún cuando sientes que ya no te cabe nada— comentó con gracia

— Sin mencionar que tienes que buscar una posición cómoda para estar sentada, acostada o lo que sea.. Si, es estresante— continúo Pepper

— ¿Y tú, Talya? — le llamó la atención Laura, buscando hacerla parte de la conversación

La menor dejó de ver cómo Tommy colgaba del brazo metálico de su abuelo enfocando a las cuatro mujeres. Yelena igual que ella parecía sentirse fuera del lugar con la conversación

— Yo no soy mamá… así que iré con los niños— asintió la rubia levantándose de la mesa— Vamos Fanny

Talya también deseo ir con los niños, pero ella sí era mamá, así que irse se vería descortés, y lo que menos quería era hacer sentir mal a su madre

— ¿Yo qué? — pregunto algo pérdida

— ¿Qué fue lo peor en tú embarazo? — quiso saber Laura, viéndola con dulzura

— Bueno, la verdad me gusta estar embarazada— admitió sin pena— lo único más duro en mi embarazo fue dar a luz

— Si, el parto es tal vez lo peor, ¿pero hay algo especialmente que te desagrade de estar embarazada? — insistió Laura

Talya se alzó de hombros

— Tal vez el ir al baño seguido, no sé realmente— respondió sin mucho interés volviendo a ver a lo niños

Natasha suspiro al verla tan apartada. No sabía porque le daba la impresión de que se quería alejar

— Lo más horrible son los calambres— dijo Natasha carraspeando— Me vino uno mientras dormía. James se despertó por mis gritos. Creyó que el bebé ya venía en camino— rió junto a Laura y Pepper

— Seguramente ya ni recordabas que se sentía estar embarazada— no pudo evitar decir Laura

Natasha asintió de acuerdo

»— No puedo creer que entre tu último embarazo y este hayan pasado, ¿cuantos? ¿Veinte años?

— Veinticinco— corrigió Natasha

— ¡Vaya! Es mucho tiempo— comentó sorprendida Pepper

— Si, pero creo que estoy en perfecta forma para embarazarme— aseguró Natasha tranquila— Después de todos estos años duros creo que estoy en mi mejor momento para ser madre de nuevo

Talya apretó los labios ante sus palabras.

Ahora que lo pensaba, ese bebé era deseado, ella había sido un mero accidente que pasó en un horrible momento en la vida de sus padres.

"Genial, otra razón para sentirme mal" pensó con ironía

— ¿Y tú cómo te sientes, Talya? — preguntó Pepper esta vez— ¿Nunca deseaste tener hermanos?

La menor de las rojizas las miró, sonriendo sin nada felicidad

— Yo ya tuve una hermana…— murmuró con tono levemente duro— … Murió hace años— susurro antes de levantarse, yendo hacia Pietro

Natasha abrió la boca pero no dijo nada. Si, definitivamente notó que algo andaba mal con su hija, así que acarició su vientre, tratando de no dejar que su preocupación se notará en su rostro.

Hablaría con ella después.

La noche se volvió tortuosamente lenta. Talya solo deseaba que acabará, hasta que finalmente, la revelación del género del bebé llegó.

Natasha y James tenían una bengala en la mano cada uno, escuchando la cuenta regresiva para encenderlos.

Cuando la cuenta llegó al uno, el matrimonio encendió sus bengalas, esperando que las llamas se extinguieran y dieran paso al humo de colores. Los Barnes sostenían sus manos ansiosos, esperando el resultado del género, mientras Talya los veía fijamente, sin emoción en el rostro, apretando los puños.

Cerró los ojos lentamente cuando hubo festejos a su alrededor, incluyendo el de sus padres al ver el humo azul. James abrazó a su esposa, sacudiendo la bengala dispersando aún más el espeso humo azul.

Se sintió como una nube negra, mal y triste, casi invisible. Retrocedió lentamente y se fué, sin ser notada por nadie, o eso fue lo que pensó.

Natasha si notó que de un momento ya no estaba ahí, pero ni siquiera tuvo oportunidad de decir nada ya que Yelena, Laura y Pepper la felicitaron.

Talya, ya en casa, se sentó en el porche lleno de flores, sollozando ante el dolor que había estado guardando en su pecho tanto tiempo, aparentando que no pasaba nada, fingiendo sonrisas que dolían, negando sus sentimientos y tratando de hacer como que no le dolía nada.

Se sentía rabiosa, se sentía horrible, egoísta por odiar que todos estuvieran felices por ese bebé.

Gimio sabiendo que ella había sido un error de sus padres, una niña no planeada. Había sido una niña pérdida por años, y cuando por fin se sentía capaz de entablar lazos estables con sus padres, ellos decidían tener otro bebé, uno que sí habían deseado, y al que sí verían crecer.

— ¿Mamá?

Talya limpio sus lágrimas en automático, sorbiendo su nariz al instante.

— ¿Qué pasa América? — preguntó con tono dulce, logrando disimular su voz quebrada

— ¿Por qué te fuiste? Natasha pregunto por ti— la morena se sentó a su lado en el porche, viendo con curiosidad a la pelirroja

— Estoy cansada, es todo— mintió hábilmente— Hice mucho estos dos días

América no dijo nada, solo se le quedó viendo, sabiendo que detrás de esa sonrisa y ojos dulces maternales había tristeza oculta.

Talya sonrió cuando la menor recargó su cabeza en su hombro, así que la rodeó con su brazo, sintiéndose mejor.

— ¿Sabes? Siempre he creído que las mamás tienen un súper poder— dijo de la nada América, después de un momento de silencio cómodo

— ¿Uno además de darle la vida a las cosas, doblegar la realidad y controlar el cosmos entero? — indagó divertida

— Esos son algunos de tus talentos, pero yo digo otro súper poder— aseguró convencida

— ¿Ah sí? ¿Cuál? — quiso saber interesada, viendo a América

— El poder de mostrarse fuertes ante nosotros aún cuando se sienten mal— contestó con admiración— El hacer a un lado su dolor por vernos a nosotros felices

— Suena como un interesante súper poder— sonrió Talya, riendo ante la ocurrencia de su hija adoptiva

— Se que estas triste, mamá— dijo convencida América

— No estoy triste, estoy bien— aseguró Talya tan naturalmente que América casi dudó— Es solo que las mamás también nos cansamos

— Y también les duelen cosas— añadió la menor

Talya guardó silencio, sin tener intención de confirmar o refutar sus palabras

»— Creo que se que tienes— volvió a romper el silencio

— Ilumíname— concedió Talya

— Cuando me adoptaste, me diste un lugar en tu familia… me diste un techo y me diste… amor— susurro con una sonrisa agradecida— y aún así llegué a creer que estaba de sobra

— Cariño-

— Aún no acabo— aclaró de inmediato

— Uy… perdón— susurro la rojiza, dejándola continuar

— Creo que es lo que tu sientes— murmuró algo dudosa— Tal vez con el hecho de que tus padres tendrán otro bebé, te sientes… desplazada, como si no encajaras.

Talya guardó silencio, sin saber que decir respecto a eso

»— Pero si yo encaje contigo, que tienes cuatro hijos además de mi, estoy segura de que también encajaras con tus padres— aseguró la menor, sonriendo con seguridad— Siempre serás su hija, ¿no? Aun después de años sin saber del otro, se volvieron a encontrar. Y se dieron la oportunidad después de todo lo que pasaron

Talya no comentó al respecto, meditando con profundidad las palabras de su hija adoptiva.

Sin embargo, ella no conocía su oscuro pasado, sus acciones nada morales que había ocultado de todo el mundo excepto a su marido, y que había inventado una vida falsa para que sus padres la recordarán y no a lo que de verdad había pasado.

Les había dado todo, les había abierto las puertas de su hogar después de tanto tiempo rechazandolos ante el dolor que le provocaba su presencia, y aún así, aún después de todo lo que había hecho para que no vieran lo mala persona que era en el fondo, habían querido más, habían deseado otro bebé

Sí, era su vida y era su anhelo, pero no podía evitar sentirse a rabiar de celos. Ese bebé ni siquiera había nacido y ya tendría mucho más de lo que ella había podido tener. Se sentía mal de no poderse sentir feliz como sus padres, de ver lo felices que eran sin ella, y al mismo tiempo no podía evitar estar tan enojada y triste, lo que aumentaba su furia.

Empujó de nuevo ese sentimiento al fondo de su mente y de su pecho, dejando un beso en la cabeza de América, atrayéndola más a ella.

— Quiero que me digas si te sientes fuera de lugar, ¿bien? — pidió sería viéndola a los ojos— No importa cuando, no importa donde, quiero que siempre te sientas parte de esta familia. Así que por favor, no te guardes nada

América asintió

— Si

— ¿"si" que?

— *da mama* «Sí mamá» — contestó en ruso, sacándole una sonrisa a su madre

— Eso

Ambas se quedaron en el porche, en silencio, viendo el cielo con tranquilidad. Sin embargo, aún la mente de Talya pensaba demasiado, y de nuevo los sentimientos que odiaba tener volvían, haciendo arder su sangre.
































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Un sonido de algo siendo tirado la hizo caminar con los ojos entrecerrados hacia la cocina, poniendo las manos en sus caderas.

Apenas pasó la isla de la cocina, notó a Sasha, con la alacena abierta y sacando trastes botandolos como si nada, buscando descubrir que más había ahí dentro

— Sasha— llamó Talya entornando los ojos— ¿qué haces?

— ¿Uh? — la pequeña pelirroja rió, metiendo a su boca un cucharón

Talya suspiro, fue hacia su pequeña y le quitó la cuchara, mientras que los trastes en el suelo empezaron a volver a la alacena por si solos, acomodándose impecablemente.

— Pequeña traviesa, ¿planeabas cocinar? — sonrió picando el estómago de la menor, sacándole una carcajada

El teléfono de Talya sonó, a lo que de inmediato lo sacó del bolsillo trasero de su pantalón, respondiendo sin ver la pantalla

— ¿Si?

Talya, tu madre y yo estamos en el hospital— soltó de inmediato Bucky al otro lado de la línea

— ¿Hospital? — pregunto con el ceño fruncido, preocupada

Escuchó una maldición en el fondo, seguido de una queja de su madre

Tu madre entró en labor de parto— anunció con voz nerviosa y al mismo tiempo emocionada

Talya se quedó de pie a mitad de la cocina, sin saber qué sentir o hacer. Por fin después de nueve meses tratando de pelear contra sus sentimientos, llegaba la causa de su dolor.

No culpaba al niño que estaba a nada de nacer, sus sentimientos eran causados por sus padres, pero al mismo tiempo ya tenía celos, unos ardientes celos contra lo que ese bebé tendría y ella jamás pudo vivir.

»— Tengo que dejarte, voy a entrar con ella a la sala de partos justo ahora— habló Bucky sin hacer caso al silencio de su hija— espero verte cuando el bebé ya haya nacido

James no dijo nada más y colgó, sin ser para nada consciente del montón de emociones inestables llenando los ojos de su hija.

De la nada todos los cristales de la casa se estrellaron, desde el montón de jarrones con vivas flores hasta las ventanas y las vajillas en sus vitrinas.

Sasha aplaudió cuando la cristalería quedó dispersa en todos lados, al parecer encontrando entretenido el caos

Anastasia bajo apurada las escaleras, viendo a su madre aún en shock

— ¡¿Y eso que fue?!

















(•••)
















Su pulso latía en sus oídos de forma molesta, esperando con ausencia. Ni siquiera escuchaba la charla de los gemelos, o los balbuceos de Sasha en el regazo de Anastasia, apenas y sentía la mano de Pietro sosteniendo la suya.

No sabía que sentiría apenas viera a sus padres con su bebé, pero si esos meses con solo ver su emoción se sentía horrible, no imaginaba cuánto dolor le causaría ahora que ya había nacido.

James llegó, recién salido de la Sala de partos, sonriendo demasiado radiante, tanto que Talya evitó verlo.

— Ya nació. Ambos están bien— anunció sin poder borrar su sonrisa

Talya respiro hondo, tratando de evitar el nudo en su garganta.

Laura fue la primera en levantarse a felicitar a Bucky, mientras que sus hijos fueron a acompañar a su abuelo a ver a Natasha.

Solo se quedó sentada, viendo directamente a la nada, pero Pietro no se fué, se quedó con ella sabiendo lo duro que sería

— ¿Vamos? — quiso saber suavemente el mayor

Talya respiró hondo antes de asentir, levantándose lentamente, sin bajar la mirada, preparándose para lo que seguramente sería doloroso

Escuchó risas en la habitación bastante grande en la que Natasha había sido instalada. Entraron, y tal como imagino, le dolió.

Sus padres estaban sonrientes, ambos viendo con cariño al pequeño bulto azul entre los brazos de la rojiza. Deseo irse, deseo no verlo, pero apenas ella y Pietro entraron, el matrimonio Barnes vio a Talya, invitándole con la mirada a acercarse.

— Hola cariño, ¿lo quieres cargar? — quiso saber Bucky, tomando delicadamente de entre los brazos de Natasha al recién nacido

Talya quería negarse, pero los ojos expectantes de sus hijos la hicieron asentir. Lo que menos quería era que ellos vieran su dolor, sus celos o peor; su rabia. Tomó a su hermano en brazos en hizo un esfuerzo por sonreír, sin embargo, la barbilla le temblo.

El niño era un pequeño azabache, como su padre, sin embargo, notaba pequeños gestos de Natasha en el, rasgos que seguramente se acentuarían cuando creciera, como su ceño fruncido, que era igual al de Natasha.

— ¿Como se va a llamar? — pregunto Anastasia, siendo su voz un eco a oídos de su madre, que veía al pequeño recién nacido que le había causado tanto dolor sin siquiera nacer

— Vladislav— contesto Natasha en un suspiro cansado— Vladislav Grant Barnes

Talya hizo una leve mueca de desagrado que pasó desapercibida ante el "Grant". Sabía que había sido en honor a Steve Rogers, así que el segundo nombre del bebé no le era del todo agradable.

— Es un bebé hermoso— sonrió Laura conmovida, dándole cuna sonrisa dulce a Natasha— ¿Fue duro el parto?

— La verdad no tanto. En realidad todo el embarazo de Vladislav fue mucho más sencillo que el último— admitió Natasha, sin ser consciente del peso doloroso de sus palabras en su hija

Talya siguió sin despegar sus ojos del bebé, que dormía tranquilo, envuelto cálidamente entre cobijas. Tenía razón; ese niño ya tenia mucho más de lo que ella había tenido al nacer. Para empezar, había sido deseado, planeado y esperado con emoción; había nacido en un hospital, algo que ella no había tenido, ella había nacido dentro de la Habitación Roja para después ser separada de sus padres apenas unas horas de nacida. Vladislav, su hermano, representaba todo lo que ella jamás había tenido, y aunque no lo culpaba, sentía que no podía estar más cerca de él.

Lo dejó en brazos de su padre de vuelta, reteniendo las lágrimas usando todas sus fuerzas para lograrlo, no dijo nada y se fué, sin mirar a nadie.

— ¿Talya… ? — llamó James al verla irse, notando sin lugar a dudas el dolor y las lágrimas anegaron sus ojos

La sonrisa de Natasha se borró. Sabía que debía haber insistido más en hablar con ella, pero su hija la había evitado todo el tiempo, y había alegado estar muy ocupada resolviendo asuntos que tenían que ver con el resto de los planetas.

Ya no podían seguir evitando tocar el tema, así que por el bien de ella y del recién nacido, debían aclarar las cosas.

— Iré con ella— anunció Pietro, siguiendo a Talya preocupado

La buscó mediante su lazo, encontrandola en los jardines traseros del Hospital, mismos que habían sido desalojados apenas ella llegó, ya que había demandado estar sola.

Se sentó a su lado, viendo como un par de lágrimas por fin bajaron por sus mejillas en total silencio.

— Hace no mucho estuve dispuesta a matar a mis padres— confesó con la voz debil— Se que suena frío pero estaba ¡Tan… ! L-llena de dolor y resentimiento contra todo… creí que si los veía sufrir me sentiría mejor… que su dolor lo disfrutaría

Pietro no dijo nada, algo que le sacó una risa dolida a la bruja

»— Debes pensar que soy una pésima hija, un horrible-

— Jamás pensaría eso de tí— negó Pietro calmado— Estabas herida, sola… encerrada en la oscuridad

Talya lo miró, notando la empatía y cierto dolor en los ojos de su marido

»— Cuando moriste junto a mis hijos no natos y Anya, me llene de tanto odio que empecé a cazar humanos— confesó atreviendose a sacar lo que había guardado con recelo de su antigua vida

Talya lo miro con tristeza. Sabía que Pietro no había mostrado una parte de su vida, pero le había dado el tiempo para sentirse listo para hacerlo

»— Mate por diez años a quien creí que lo merecía. No me enorgullece, pero me sentía tan… enojado, tan roto por años… — susurro apretando la mandíbula para no llorar— Si los humanos nos habían dado el trato de un monstruo, me convertiría en un monstruo al que de verdad temieran— declaró con las facciones tensas y ojos sombríos

Talya apretó las manos maltratadas de su esposo entre las suyas. Ambos habían sido heridos por años, así que se entendían perfectamente.

»— El punto es: somos personas, tenemos sentimientos que no podemos controlar— volvió al tema viendo a su esposa a los ojos— No es tu culpa sentir lo que sientes

— ¡Es que es tan ridículo! — se rio en un sollozo que trato de reprimir de inmediato— Y-yo… Yo siempre desee una familia, deseaba el amor de mis padres.. L-luego, cuando Anya nació renuncié a eso, renuncié a la idea de una familia… ahora yo era la mamá, y-yo era la que debía darle el amor que nunca tuve a mi hija— expresó con dolor y una sonrisa melancólica, misma que se borró— pero.. L-luego.. Cuando mi Anya murió, ya no tenía eso… no tenía el amor de una familia, no tenía mi propio amor de madre… S-solo dolor, solo pena— volvió a sollozar tragando en seco para detenerlo

Pietro afirmó el agarre de sus manos, dejándola sacar todo

»— Y d-despues de todo lo que he hecho, de todo lo que he perdido, después de todas las mentiras que he montado creí que realmente sería feliz después de todo— susurro teniendo el ceño fruncido, viendo un punto fijo— Creí que por fin tendría lo que siempre desee… pero me equivoqué… Ni siquiera cambiar el sexo del bebé me hizo sentir mejor

Pietro fruncio el ceño, buscando los ojos de su esposa

— ¿Que?

Talya respiró hondo, cerrando los ojos un momento

— E-era niña— confesó mordiendo su labio— Mis padres deseaban un varón, ambos lo querían… C-crei que si les daba lo que querían exactamente, estarían felices, y tal vez yo podría compartir esa felicidad— justificó sintiendose avergonzada por ello— p-pero la verdad es que tenía miedo d-de… De que al ser una niña, viera una versión diferente de mi, una que si fue amada apenas nació..

— Talya…

— ¡Ya se! ¡Ya se que estuvo mal! — admitió dolida  y con culpa levantándose de la banca moviendo las manos con rabia— ¡Se que soy una mala persona, una mala hija e incluso una mal madre ante todo lo que hecho! P-pero… — no pudo seguir, simplemente nego volviendo a sentir esa sensación de repudió que tenía hacia si misma

Pietro solamente fue y la abrazo, envolviendola entre sus brazos

»— … es lo único que su nuevo bebé no me puede quitar































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— El lenguaje de las artes místicas es tan antiguo como la civilización. Los hechiceros de la antigüedad le decían hechizo al uso que le daban.— habló Talya al frente de los niños de edad de doce años que tenía al frente, todos ansiosos por aprender un nuevo hechizo o a formar un escudo— La magia tiene muchas formas, tiene alguna denominaciones distintas. Esta la Eldritch: la magia que usamos aquí, la magia natural, usada por las antiguas brujas… la magia oscura— añadió en un murmullo— Todas tienen algún tipo de… límite, por así decirlo, ¿alguien me dice que magia es la impredecible y cuyo poder rompe cualquier ley?

Varios niños alzaron la mano, dando brinquitos deseosos de contestar

— ¿Leah?

— La magia caótica— contesto la menor, sonriendo confiada

— Si, muy bien, la magia caótica— asintió Talya— ¿Y quien es la única persona que lo posee?

— ¡Usted! — corearon los niños

Talya asintió, sonriendo mientras se paseaba frente a los niños

— Muy bien, muy bien— felicito— La magia es el código fuente que moldea la realidad. Al controlar la energía que atraemos de otras dimensiones del Multiverso,— Talya formó una línea de luz en un ademán, que se convirtió en un cuadro brillante— hechizamos… — el cuadro brillante paso a será un escudo de varias capas, reluciendo ante los ojos de los niños— conjuramos escudos y armas… ¡hacemos magia!

Hubo exclamaciones y aplausos, haciendo a Talya sonreír enternecida. Se asombraban con tan poco, ansiosos por aprender más

»— Le he enseñado a crear plataformas, a darle vida a algunas plantas, ahora sigue algo que tal vez se les complique un poco— un maestro hechicero se acercó al lado de Talya, dejando ver en sus manos una caja con varios anillos que se usaban a lo largo de dos dedos—: crear Portales

Los niños de inmediato se amontonaron alrededor del hechicero, queriendo conseguir su anillo primero

»— ¡Hey, Hey! ¡En fila! ¡Hay para todos! — riño a lo que al instante hicieron una desordenada fila

Talya oculto sus manos dentro de la mangas de su larga túnica dorada con negro, sonriendo ante el entusiasmo de sus alumnos. Incluso algunos trataron de abrir el portal de una vez, echando chispas frente a ellos

— Talya— llamó Natasha junto a James.

Ambos se había quedado bajo el umbral de las columnas de los pasillos exteriores del templo, trayendo consigo a Vladislav bien envuelto y dormido

— Quisiéramos hablar— pidió Bucky casi con suplica en sus ojos

— ¿De que? Estoy dando clase— señalo con la cabeza a los niños

— Puedes envíar a otro hechicero dar clase— sugirió Natasha— Por favor, queremos hablar contigo en privado— suplico la rojiza

Talya suspiro, viendo al maestro a su lado

— Cubre el resto de la clase, por favor

— Claro, Majestad— accedió el hechicero, haciendo una reverencia de cabeza

Ni siquiera miro a sus padres y a su hermano, solo caminó directo al salón de la corte, sabiendo que sus padres venían tras ella.

Apenas entraron al amplio y majestuoso salón ornamentado, donde era protagonista el mural de la familia de Talya sólido en algo mucho más resistente que roca o metal, a espaldas de la silla principal, donde Talya tomó lugar, teniendo rostro serio y nada perturbado. La falta de emoción preocupó a sus padres.

— Pietro nos dijo que estos días has estado ocupada— habló Bucky, viendo a su hija mover entre sus dedos la copa vacía, haciéndola bailar de forma lenta sobre la superficie de la mesa

— Sí, no quiero descuidar las lecciones de los niños— se limitó a decir— Ayer vino alguien bastante interesante a hacer una petición desde muy lejos

— ¿Ah si? ¿Quien? — Natasha decidio seguirle la conversación, para romper el hielo

— El Rey de Talokan— contesto llenando su copa de vino por arte de magia, dándole un lento sorbo—; Aj k'ukulk'an

— ¿Quien? — pregunto Bucky realmente perdido

— Un tipo con alas en los tobillos que respira agua y aire.— resumió viendo bailar el vino en el interior de su copa al estar moviendola en su mano— Es rey de una ciudad submarina

— ¿Y como es que no sabíamos que existía?— pregunto Natasha casi olvidando a que iba

— Yo lo sabía— contesto Talya elevando ligeramente sus hombros— Sabía que solo era cuestión de tiempo para que viniera. En fin; el acuerdo fue realmente sencillo. Le di un lugar en mi corte siempre y cuando el se revele al mundo como potencia mundial

— ¿Que fue lo que te pidió? — susurro Bucky con algo de recelo

— Me pidió ver arder al pueblo norteamericano— rio algo divertida— Pero lo hice cambiar de parecer. Le concedi el derecho a que ninguna persona intervenga en su nación o se meta con su vibranium, y si lo hacen les daré su cabeza, sin importar si es el mismo presidente de Estados Unidos

Natasha fruncio el ceño, sentándose al lado de su hija en la amplia mesa

»— Es justo. El me da su lealtad junto a su pueblo entero y yo les doy protección— simplificó dándole un último y largo trago a su Copa antes de dejarla en la mesa— ¿Y bien? ¿De que querían hablar?

Los Barnes se vieron mutuamente, algo dudosos de como empezar a abordar el tema

— Talya… Estos meses, desde la última vez que hablos aquí— empezó a decir James— Te notamos rara

— ¿Rara?

— Si… no hemos tenido una conversación larga desde hace nueve meses. Precisamente, desde que tu madre y yo… — un quejidito de Vladislav, de solo dos días de nacido ganó la atención de Talya, sin embargo, de inmediato desvío la mirada

— Sabemos que algo te molesta— fue directo al punto Natasha— Sé que hay algo mal

— No hay nada mal— negó de inmediato Talya— Pero reconozco que ese día me fui de forma… precipitada. No les di mis felicitaciones por su nuevo hijo

— No tienes que decir que es nuestro nuevo hijo, creo que puedes llamarlo hermano, ¿no?... Porque es tu hermano— recalcó Natasha buscando los ojos de Talya

— De sangre tal vez… pero no es mi hermano como tal— negó con tono frio— los hermanos crecen juntos, se _crían_ juntos, se protegen… Para empezar ustedes ni siquiera… Me… ¡Criaron! — se burló rascando su mejilla— me crió la Habitación Roja, me crió HYDRA…

— Perdon, cariño pero eso es.. Es algo fuera de lugar, ¿no crees? — susurro algo herido su padre

— ¿Fuera de lugar?— pregunto en una risa la bruja— ¿Por que? ¿Te dolió oir la verdad? — susurro con veneno

— Talya, por favor queremos llevar esto de forma pacífica— casi suplico Natasha, manteniendo protectoramente entre sus brazos a Vladislav— No queremos pelear, queremos aclarar todo. Queremos que nos digas que te molesta, por tu bien y el de tu hermano… ¿a-acaso lo odias? — interrogó con cierto miedo

— ¡¿Perdon?! — se rio incrédula— Míralo Natasha, tiene dos malditos días de haber llegado al mundo, ¿me crees capaz de odiar a un bebé? ¿Me crees capaz de dañar a un niño?

— Jamás dije que fueras capaz de hacerle daño a tu hermano— aclaró de inmediato Natasha, algo herida de que la hubiera llamado por su nombre

— Pues casi lo sentí como una acusación— habló seca Talya

— No fue así, tus estas a la defensiva— acusó Bucky firmemente— Talya, dinos que te molesta

— No hay nada que me moleste— mintió sin dificultad

— Por favor basta de mentiras— pidió Natasha tratando de alcanzar la mano de su hija— Eres mi niña y-

Talya no supo exactamente por que lo hizo, pero rechazó de inmediato el toqué de su madre apartando su mano bruscamente, como si la hubiera tratado de tocar con algo sucio

»— .. Somos familia— terminó de decir, mostrándose herida ante el obvio rechazó de Talya

— ¿Lo somos? — susurro Talya marcando las líneas de su cuello cuando trago saliva— ¿De verdad lo somos?

— Claro que sí, eres nuestra hija— expresó algo frustrado Bucky ante la actitud tan evasiva de su hija

— La hija que conocieron cuando ya era madre— murmuro con frialdad

— ¿Que es lo que te tiene tan enojada?— pregunto Natasha tratando de tener paciencia

— Creeme Natasha, si estuviera enojada de verdad, tal vez más de un planeta estaría ardiendo justo ahora— se burló la bruja— o tal vez un universo entero…

— Solo nos estas evadiendo— obvió Natasha tranquila— Conozco esos ojos heridos, sé que te estás haciendo la dura-

— Claro que sabes cuando me hago la dura, eres experta en mentiras, ¿o no? — acusó de forma venenosa

— ¡¿A que viene esto?! — deseo saber Natasha moderando su tono cuando su bebé se quejó— Solo dinos que es lo que te tiene así

— ¡¿Asi como?!

— Así de celosa— dijo Natasha segura, notando como el rostro frío de Talya flaqueo al menos un segundo

— No estoy celosa— negó casi por instinto

— Bien— Natasha apretó la mandíbula, alzando la barbilla levemente— Si no lo estas, vuelvelo a decir viéndome a los ojos— pidió con voz demandante

Talya apretó apretó la quijada, inspirando hondo sin dar indicios de contestar

— No tengo por que decirte nada— susurro reteniendo las lágrimas en sus ojos

— Talya por favor-

— ¡YA CALLENSE! ¡NO QUIERO QUE NINGUNO DIGA NADA MÁS O LOS HARÉ ECHAR DE AQUÍ Y NO LOS DEJARÉ VOLVER JAMÁS! — amenazo levantándose, dando un fuerte golpe con sus palmas a la mesa

Vladislav empezó a llorar al instante, alertado por el ruido y los gritos de su hermana. Natasha empezó a arrullarlo, de forma nerviosa y algo torpe ya que no tenía tanta experiencia con bebés, además de sentir el poder de su hija imponente, desbordando autoridad, como si su orden debiera ser acatada sin opción

Talya se quedó en silencio, viendo fijamente la mesa, apretando las palmas contra la superficie de madera, teniendo el pecho agitado y los ojos llenos de lágrimas

Ninguno dijo palabra alguna. Los únicos sonidos eran el llanto de Vladislav y la respiración arritmica de Talya, que tenía el rostro tenso y sus ojos aún ardían en enojo y dolor.

Ambos padres temían hablar de verdad, pero sabían que debían tratar de saber que era lo que le dolía tanto a Talya, lo que aprisionaba en su pecho con tanto recelo

— Cariño… — susurro titubeante Bucky, pidiendo con la mirada permiso para hablar

Talya simplemente se dio la vuelta, sosteniendo sus manos jugando con sus anillos en sus dedos mientras veía el mural de su familia, con sus padres también incluidos cada uno en un costado

Bucky tomó aire antes de volver a hablar:

»— Talya, solo dinos— suplico queriendo tocarla, queriendo abrazarla, pero no se acercó, solo se levantó— No sólo nos alejes, solo hablanos, dinos que esta haciéndote esto— pidió con desesperación

— ¿De verdad quieren saberlo?— susurro sin girar a verlos

— Si— dijo Natasha primero, aferrándose a la manita de Vladislav

— U-ustedes— soltó por fin con la voz quebrada— ustedes me ¡e-estan… haciendo… esto! — susurro casi en un gruñido

— Cielo-

— ¡No! ¡¿Querian que hablará?! ¡Bien! ¡Sientate, callate, y escucha! ¡Es una orden!

Grito y James al instante tomó asiento, bajando la cabeza sin poder evitarlo ante la cantidad de poder saliendo a olas invisibles de ella

»— ¡Soy la puta Reina de un universo entero, la hechicera Suprema y la bruja más poderosa que ha existido! ¡Mi poder creció por dolor, por pena, por lágrimas que he derramado toda mi vida, y aún cuando he hecho de todo ¿aún no puedo tener lo que he deseado desde niña?!— pregunto dolida dejando las lágrimas correr por su rostro contraído en dolor

Natasha y James no encontraron que decir, solo pudieron ver, aturdidos, como la barbilla de su hija tembló

»— Por siempre he deseado una familia, un hogar y protección, pero jamás la tuve, n-nunca la sentí— susurro con pena— Siempre he protegido a mis hijos, he dado todo por ellos, ¡He matado por ellos! ¡He destruido por ellos! ¡He matado parte de mi humanidad por ellos! ¡Por que se supone que eso es lo que hace una madre! — grito lo más moderada que pudo y de forma quebrada— ¡¿Ustedes no podían hacerlo por mi?!

— Tu sabes que te llevaron lejos-

— ¡Lo se! ¡Se que ustedes no tuvieron toda la culpa! ¡Pero odio que haya resultado así! — admitió con rabia dejando a Natasha nuevamente muda— N-no odio a Vladislav… jamás podría, es mi hermano

Natasha sintió alivio de eso, pero sabía que su hija tenía mucho guardado en esos meses que habían abarcado todo su embarazo

»— Pero odio ver todo lo que tendrá él, _todo_ lo que yo no pude tener— por fin lo confeso, pero había tantas cosas encadenadas a eso— El crecerá con ustedes, tendrá s-su amor, tendrá una infancia normal… ¡Crecera feliz! — rio y sollozo al mismo tiempo— ¡Mientras que yo siempre me sentí sola, yo tuve que aprender a sobrevivir, mientras que mi infancia era robada y era violada! ¡Tenia ocho, ni siquiera sabia lo que significaba una violación, solo sabia que dolía y que lo odiaba!

Bucky apartó la mirada, limpiandose las lágrimas

»— ¡Odiaba mi vida y ustedes no estaban ahí! ¡Y sé que no es su culpa, p-pero tampoco era mia y yo fuí quien se llevó lo peor!— lloró tragando dolorosamente saliva

Guardo silencio después de eso, pasándose las mangas de su túnica por las mejillas, tratando de recuperarse un poco, resultando inútil ya que las lágrimas que había retenido por meses insistían en salir y gotear por su barbilla

»— Vladislav es afortunado, los tendrá toda la vida, y también me tendrá a mi… pero no puedo evitar sentir la rabia que me quema, los celos de todo lo que el tendrá— murmuro más calma— El será más su hijo de lo que yo jamás podre ser

— Eres nuestra hija tanto como él— exclamó de inmediato James

— No… — susurro la bruja con tono amargo y dolido— Si de verdad fuera lo suficiente para ustedes, no habrían venido a mi deseando tener otro bebé

— Eso no es-

— Se que suena egoísta— continuó con voz queda, haciendo que de alguna forma su rostro estuviera aún más desolado— pero ustedes no habrían deseado otro hijo si yo hubiera sido lo suficiente, si al fin quisieran ser mis padres

— Somos tus padres— insistió Natasha— Jamas dudes de eso

— ¿Como no voy a dudar de eso? — pregunto casi ofendida— ¡Hace unos años solo éramos extraños! ¡Yo ya era una persona independiente cuando llegaron a mi vida! ¡Yo ya no los necesitaba! — gruño pasandose una mano por la cara con frustración— o… e-eso es lo que creía..

— Estamos para tí— musito Bucky sin hacer amago de limpiarse las lágrimas

— Ahora van a estar para su hijo— negó de forma terca

— Si, porque también es nuestro hijo, debemos ser sus padres— terció Natasha en defensa

— ¡PERO SE SUPONÍA QUE IBAN A SER MIS PADRES TAMBIÉN! — bramo Talya señalandose a si misma, golpeando con algo de fuerza su propio pecho

Natasha abrió la boca pero la cerró, apretando los párpados, sintiendo sus lágrimas deslizarse silenciosamente por sus mejillas

»— ¡HE DADO TODO DE MI! ¡HE SACRIFICADO TANTO, HE HECHO TANTAS COSAS POR TRATAR DE HACER EL BIEN, DE SER CRUEL PERO TAMBIÉN JUSTA! ¡SOY UNA REINA PARA TODO EL MALDITO UNIVERSO PERO NO PUEDO TENER A MIS PADRES!— expresó rabiosa enloquecida de dolor e impotencia— ¡LES DI TODO LO QUE PODIA OFRECER; LOS DEJE ENTRAR EN MI VIDA, LES DI LA OPORTUNIDAD DE SER ABUELOS DE MIS HIJOS, LES DI UN LUGAR EN MI CORTE, LOS CONVERTÍ EN LAS SEGUNDAS PERSONAS MÁS PODEROSAS DEL UNIVERSO! ¡¿ACASO NO HE HECHO SUFICIENTE?! — deseo saber sentándose de nuevo en su silla, riendo antes de ponerse a llorar

Ya tenía más de un año y medio que no lloraba así, y se sentía horrible volverlo a hacer.

"Estoy pagando por todo lo que hice" se dijo a si misma, sintiendo que lo merecía en parte

— Claro que nos has dado _mucho_ más de lo que merecíamos— susurro Natasha buscando tomar su mano, pero no la alcanzó— Pero también queríamos la oportunidad de ser padres…

— C-crei que tendrían la oportunidad de ser padres conmigo— susurro apenas Talya, respirando hondo limpiandose las lágrimas con lentitud

Sus padres no encontraron que decir ante eso. El único que emitió ruido fue Vladislav, muy despierto por los gritos, pero no había llorado al sentir la mano de su madre

Talya solamente se levantó de la silla, caminando como si nada hacia la puerta del enorme salón, deseando volver a casa a llorar en la privacidad de su habitación

— N-no te queremos perder— Habló Bucky justo antes de que ella siquiera tocará las enormes puertas— N-no otra vez… Talya, eres… e-eres mi única hija… mi niña

Talya se sintió aún peor con sus palabras, apretando sus temblorosos labios

— No me… perdieron— negó sonriendo con dolor— Pero ahora saben lo que me duele… S-solo necesito tiempo— pidió volviendo a llenar sus pulmones de aire antes de salir, dejando a sus padres con un doloroso peso en el pecho, deseando llorar de remordimiento

Jamás había sido concientes del dolor que le habían provocado indirectamente a su hija, y odiaban que sus acciones siempre le causarán dolor a ella

Apenas llegó a casa, subió las escaleras casi arrastrando los pies, dejandose caer en la cama a sus anchas, agotada emocionalmente.

¡Era mio el último helado! ¡Yo lo aparte!— alegó Tommy desde el piso inferior

— ¡No tenía nota! — se defendió América

¡Sabes que tenías que ponerle nota, Tommy! — apoyó Anastasia a su hermana adoptiva

¡Las odio! ¡Roba helados!

— ¡NIÑOS! ¡NO HAGAN A MAMÁ BAJAR! — advirtió sin tener intención de bajar a calmar la riña

Enseguida hubo silencio, llevándose las palmas a los ojos, que los sentía arder ligeramente ante su llanto. La cabeza le dolía, también la garganta ante el nudo instalado ahí. Odiaba la sensación, odiaba que volviera después de tanto tiempo teniendo paz.

Gimio cuando sintió un brazo rodearla al mismo tiempo que un nuevo peso en la cama, sonriendo apenas ante un pequeño beso en su cuello

— Te sentí desde hace rato, ¿por fin hablaste con ellos? — susurro Pietro, buscando sus ojos enrojecidos

La pelirroja se recosto de lado, viendo a su pareja a los ojos

— Les dije todo— susurro acomodandose mejor entre los brazos de su marido— Creí que estas discusiones no volverían a pasar… creí que todo sería paz a partir de que tome el lugar que me correspondia. Fue iluso de mi parte

Pietro negó dejando un beso en su frente, limpiando los rastros de lágrimas en sus mejillas

— Así es la vida amor: por momentos tienes paz, en otros tienes sacudidas que duelen… pero creo que así es como valoramos más los momentos de paz y tranquilidad, apreciamos más el tiempo— susurro de forma cariñosa

— Creí que podía hacer la paz durar para siempre.. Creí que podía controlarlo todo— habló de forma queda y ausente viendo al techo

— Lo controlas todo— sonrió entre orgulloso y divertido

— No todo— negó con amargura— No puedo controlar mis propios sentimientos, mis propias inseguridades

Talya volvió a ver a su marido a los ojos, sonriendo ante la cercanía y su afecto.

— Y eso preciosa, es lo que te hace fuerte— aseguró el platinado— Si no fuera porque tus emociones se desbordan, nada de esto habría sido hecho, no serias lo que eres ahora

— ¿Una Reina Cruel? — se rio con burla

— Una Reina justa. Si, tienes mano dura, pero estoy seguro de que jamás ha habido tanta paz en el universo, ni en la tierra— declaro sin tener ninguna duda— Estoy segura de que algún día el universo entero será el más próspero del multiverso

Talya soltó una pequeña risa

— Solo me estas adulando

— Soy tu esposo. Si yo no lo hago ¿quien lo hará?— pregunto divertido— Además… mi esposa es una diosa

Talya soltó una risa ante sus palabras, sintiendo el agarre de Pietro volverse más firme alrededor de ella. Amaba cuando aún cuando estaba profundamente triste la hacia sentirse ligera con su simple compañia silenciosa o con mimos.

Suspiro lentamente, mirando al techo de nuevo.

Ahora que se daba cuenta, su pecho ya no estaba tan apretado como los últimos meses desde que Natasha y James le habían dicho que querían un bebé. Ahora se sentía algo más libre para respirar, como si hubiera liberado una carga al gritarle todo lo que sentía a sus padres

— Uhm… a mis padres les salen bonitos los bebés— admitió con un puchero

Pietro alzó las cejas

»— ¿Que? Vladislav es precioso. Tiene los ojos de mi madre— confesó sin sentir tanto rechazo o dolor como antes

— Oh, pero nada te supera a ti, preciosa— susurro con pilleria

Talya lo miro, arqueando una ceja

— Solo me estas coqueteando

— Pues claro, eres mi esposa— obvió Pietro dejando un corto beso en sus labios— y si, tal vez a tus padres los bebés les salgan lindos, pero a nosotros nos quedan preciosos

La rojiza entorno los ojos ante el camino que iban tomando las palabras de su marido

»— ¿Hacemos otro?

Talya mordió su labio, miró la puerta y el seguro fue puesto sin que moviera un solo dedo

»— ¿Eso es un si?

— Tal vez





























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— ¿Por que no hemos visto a los abuelos?— quiso saber Anastasia, viendo como su madre alargaba el pasillo con sus poderes.

La madera relucia como cristal, extendiendo y ampliando la casa sin problema. La casa vibro un poco, pero casi no se sintió movimiento. Poco a poco se creó una puerta y una nueva habitación junto a las de sus padres, entre la habitación de Sasha y ellos.

— Han estado ocupados con Vladislav— contestó tranquila, formando una puerta de madera, giro la perilla y entró a la vacía habitación blanca, hecha con ayuda de la dimensión espejo— ¿Es lo suficientemente grande o crees que debo ampliarla más?

— Creo que esta bien. De todos modos, los bebés no le prestaran atención a su habitación hasta que crezcan— Anastasia inclinó la cabeza lentamente, viendo atenta sus nuevos enormes lienzos que pintaría— No puedo creer que ahora seremos siete

Talya rió acariciando su vientre de cuatro meses, vientre que era muy notorio ya que eran nuevamente gemelos.

— Al final tu padre si tuvo lo que quería— suspiro con una mueca divertida

— Hablando de los bebés, ¿ya sabes que son? — indagó la menor de las rojizas

— Apenas tengo cuatro meses— habló viendola con una leve sospecha

— Mamá, literalmente sientes cuando los bebés se formaron dentro de ti— respondió con algo de gracia Anya

— Tu padre te pidió que me preguntaras, ¿verdad? — inquirió con ojos acusadores

— No, solo quería saberlo para pintar la habitación— negó de inmediato, desviando la mirada

— Anastasia Maximoff, estas mintiendome— le acusó riendo junto a ella, ya que se vio descubierta

— Okay, okay, si, papá me pidió que te preguntara— admitió la menor— fracase

Talya negó con aire divertido, sonriendo suavemente cuando Anastasia la abrazo, viendola con un puchero

»— Anda mamá, dimeeee

— No

— Son mis hermanos, quiero darles una habitación linda— insistió haciendo más grande su mohin

— Que no— contesto dejando un beso en su frente— solo pinta la habitación de colores pastel— dijo resuelta la embarazada, saliendo de la futura habitación de sus nuevos bebés

Apenas cruzó la puerta para ir al pasillo cuando la puerta principal fue abierta de golpe, escuchando unos apresurados pasos correr por todo el salón

— ¡Talya!

— ¿Si? — pregunto tranquila bajando las escaleras, frunciendo el ceño cuando vio a su padre buscarla desesperado

El azabache estaba por soltarle todo lo que lo tenía así de anguistiado cuando quedó levemente mudó al ver lo avanzado de su embarazo.

»— ¿Que pasa? Te ves terrible— no pudo evitar decir notando el cansancio en sus ojos

— Y tu te vez muy embarazada, ¿no tenias cuatro meses apenas? — indagó algo extrañado— Bueno, eso no importa ahora. Necesito ayuda, por favor— casi suplico, haciendo más notable el cansancio

— ¿Todo está bien con mamá? ¿Con Vladislav?— susurro algo alarmada por su pequeño hermano de seis meses

— Si y no. Bueno, estos meses han sido los más agotadores de mi vida, y tu madre y yo tratamos de poder con esto solos pero… ¡ya no puedo! — admitió tan agotado que parecía caería dormido en cualquier momento— Vladislav ha estado llorando casi dos días sin parar, ¡¿Como puede llorar tanto?!

— Lo hace porque es llanto de cólico— obvió calmada— Solo denle una infusión de manzanilla, un baño tibio y un masaje de digestión y probablemente caerá dormido

James tomó ansiosamente las manos de su hija

— Pero el problema no es tu hermano, somos nosotros. Jamás hemos lidiado con un bebé tanto tiempo y es agotador— expresó frustrado— ayúdanos. Te juro que creo que voy a llorar si escucho llorando más a tu hermano

Talya alzó las cejas ante sus palabras. Jamás había creido ver al Soldado del Invierno tan derrotado y cansado

Anastasia también tenía su misma expresión, frotando el brazo humano de su abuelo afectuosamente

— Ve mamá. Yo cuido a Sasha— le alentó Ana viendo a la pequeña niña en su corral, atrapada y con la parte superior cubierta con tablas de madera y algunas cosas pesadas encima

La pequeña pelirroja había resultado ser muy hiperactiva, además de que le encantaba teletransportarse, dándoles bastantes sustos a sus padres

— ¿Segura? Sabes que Sasha aún no controla muy bien sus poderes. Ayer casi incendió la cocina con un estornudo— habló algo preocupada ignorando la cara espantada de James

— Segura. Además, papá fue a entranar a los niños en combate, los gemelos están estudiando en la biblioteca del templo y América y yo somos las únicas disponibles— enumeró mostrando que era la única opción— Sasha esta viendo caricaturas, no pasará nada

Talya tarareo, aún dudando, pero el rostro sumamente agotado de su padre la hizo aceptar.

— No se como le haces— habló casi derrotado James yendo en dirección a su casa vuelta un caos

— ¿Que cosa?

— ¡Cuidar a todos tus hijos! — exclamó sorprendido— ¡Hijos que tienen poderes y pueden destruir la casa con estornudar!

Talya soltó una risa

— Tengo práctica. Soy mamá desde que era una niña, ya no es tan demandante— murmuro con tranquilidad

— Y me duele el hecho de que tuviste que aprenderlo por ti misma tan joven— susurro con remordimiento y dolor por ella

Talya negó sin borrar su sonrisa

— Si no lo hubiera aprendido, ahora no podría ayudarlos— musito con voz suave

Bucky sonrió conmovido y agradecido

— No tienes idea de lo mucho que lo agradezco, sobre todo después de lo que has sentido por esto

— Sentía— corrigió ella— Después de hablar con ustedes me sentí algo más liberada… pero desde que supe que sería mamá de nuevo, mi mente ha dejado de pensar en ello. Me siento entre nubes rosas otra vez

— Pues yo en medio de una tormenta eléctrica con probabilidad de tornado— bromeó ligeramente, acentuando las líneas bajo sus ojos

Talya rió, divisando la casa cada vez más cerca

Ni siquiera había entrado y ya escuchaba el incontrolable llanto de Vladislav y los inútiles arrullos de Natasha

La casa estaba hecha un desastre. Había cobijas dispersas en la sala, pañales usados amontonados en una esquina, biberones vacíos con leche agria, incluso juguetes en el suelo

Talya hizo una mueca al ver a Natasha, que tenía la blusa con manchas blancas de la leche de su hijo vomitadas encima de ella, sus ojeras la hacían ver terrible y su cabello estaba lleno de nudos.

— Carajo, de verdad están… mal— comentó sin poder evitarlo

No supo si Natasha la miro con rostro asesino o con suplica, tratando de no dejar de mover entre sus brazos a su hijo

— ¡No deja de llorar!— exclamó al parecer a nada de colapsar

— Haber, damelo. Papá, ¿puedes ir por té de manzanilla? También creo que hay que darle un baño, incluyendote mamá, hueles a leche agria— susurro teniendo intenciones de tomar al bebé entre sus brazos

— Puedo manejarlo— alegó Natasha con algo de terquedad aún en su cansado cuerpo— James, haz lo que ella te pidió

— Mamá-

— ¡PUEDO HACERLO! — gritó Natasha

Bucky decidió solo ir a la cocina, pero la verdad solo quería alejarse de una explosión de su esposa furiosa

— Mamá, estas agotada. Estarlo te pone irritable y-

— ¡Si tu pudiste ser madre a los doce años yo también puedo! — defendió furiosa y demasiado terca como para ceder

Talya solo alzó las manos, haciendo una mueca ante la supuesta edad en la que había sido madre. Había tenido que ajustar la fecha que sus padres recordaban para que la edad de Anya se ajustará a la fecha de ese universo, ya que el universo de donde venía su hija originalmente estaba algo adelantado a ese por unos cuantos años.

Miro a Natasha tratar de arrullar a Vladislav, pero no daba resultado. Gritaba, pataleaba un poco y de su garganta salían gritos agudos, mismos que le sacaban suspiros cansados a su madre.

— Mamá-

— ¡DIJE QUE PUEDO! — grito de nuevo

Justo cuando lo dijo, Vladislav abrió de nuevo la boca, como si fuera a proferir un grito fuerte, sin embargo, de su garganta no salió nada, ni siquiera aire, perdiendo la capacidad de respirar

»— ¿Vladislav? — susurro notando como se puso rígido y tenía su boca abierta sin respirar para nada— ¡Hey! ¡Hey amor, vamos! ¡No está respirando! ¡No lo hace!

Talya de inmediato se lo quitó de los brazos cuando noto el pánico apoderarse de su madre

»— ¡¿POR QUE NO RESPIRA?!

— ¡Esta bien! ¡Estara bien! — trato de calmar Talya, dándole palmaditas en la espalda del pequeño azabache— ¡Hey Vladislav! ¡Hey cariño! ¡Respira! — alentó sin mostrarse alterada, soplando en su cara

Natasha sollozo, también perdiendo la capacidad de respirar

— ¡Esta perdiendo el color! ¡Algo esta mal!

— ¡Va a estar bien! — dijo Talya segura

— ¡¿Que esta pasando?! — grito James creyendo que el alma abandonaba su cuerpo cuando noto a su hijo pasar de pálido a color violáceo

— ¡No respira!

Talya ignoro los gritos llenos de terror de sus padres, moviendo el pecho de bebé y luego dándole palmaditas en la espalda, sin dejar de soplar

— ¡Vamos cielo! ¡Esta bien, respira! ¡Respira! — alentó alzando la voz sobre la de sus padres, pero su tono era calmado y suave en comparación al de ellos— ¡Respira bebé!

Entonces el bebé por fin pudo soltar un grito al mismo tiempo que atrajo aire a sus pulmones, recuperando el color, sin embargo, se desmayó.

»— ¡Eso! ¡Eso, eso! ¡Ya estas bien! ¡Estaras bien! — suspiro Talya, aferrando a su pecho al niño que estaba inconciente— Estas bien

Natasha estaba en shock al igual que su marido. Esos habían sido por mucho, los segundos más angustiantes de sus vidas

— ¿E-esta respirando?— habló sin voz teniendo las manos en el rostro

— Si— sonrió Talya teniendo protectoramente aferrado a su pecho al bebé, que respiraba inconciente— Se llama "espasmo del sollozo"

— ¿Eh? — salió apenas de la garganta de Bucky, como un sonido ronco y roto, incluso parecía no parpadear aún del miedo

— Es cuando los bebés no pueden procesar tantas emociones a la vez, así que es como si se bloquearán— explicó calmada, y justo en ese momento, Vladislav volvió en si, parpadeando lentamente aturdido— Hola cariño, hola… ya estas bien, ya estas perfecto— susurro afectuosamente, limpiando las lágrimas de sus mejillas ya rosas y gorditas

Natasha sollozo sin poder retenerlo, tomando a su pequeño varón de entre los brazos de su hija

— ¡Oh gracias! ¡Gracias, gracias! — exclamó en un sollozo, besando la frente del bebé aún agotado y algo aturdido, pero sin duda mejor— ¡Si no hubieras estado aquí se hubiera muerto!

— No, claro que no— aclaró con calma— El hubiera estado bien en unos segundos, pero si es un horrible susto. ¿La manzanilla esta en la estufa? — pregunto en dirección a su padre, que aún estaba tan rígido como tronco

El mayor asintió con ausencia, así que Talya le dio una palmadita afectuosa

»— Tu también ya puedes respirar— le susurro antes de ir a la cocina

Apenas volvió en sí, fue y abrazó a su esposa y beso a su hijo. Había creido que lo perdería, pero ahí estaba y se sentía tan vulnerable ahora, viendo lo delicado que era un bebé.

Talya le dio a Natasha un biberón con té de manzanilla, y preparó el baño del bebé, siendo ella misma quien lo aseo, le hizo un pequeño masaje en la panza y lo fue a acostar, poniendole una pequeña melodía relajante en su teléfono.

Natasha y Bucky solo la habían visto en silencio, pero aún estaban tan angustiados que apenas notaron el trato cálido y dulce de su hija hacia su pequeño hermano.

Dejó dos tazas de té frente a sus padres en la ahora impecable cocina, sonriendo de forma dulce al ver sus cansados ojos.

— ¿Como es que lo hiciste? — susurro Natasha aún tratando de procesar todo— No entraste en pánico

— No es mi primera vez lidiando con ello— admitió Talya, dándole un sorbo a su té

— ¿T-te pasó antes? — habló apenas Bucky, como si aún no recuperará la voz

— Sí, con Anya— murmuro sonriendo apenas— Fue horrible porque entre en pánico, pero aprendí a lidiar con ello, moviendo su pecho y tratando de hacerla respirar. Cuando por fin respiro fui al médico, me dijeron que era el "espasmo del sollozo", algo que era normal en bebés y niños pequeños después de rabiertas, un golpe o un regaño— narró sin darle mucha importancia

Natasha relamio sus labios, teniendo lágrimas brillando en sus ojos

— Tuviste que pasar eso sola— sollozo cubriéndose el rostro— ¡creí que iba a morir si Vladislav se moría y tu lo pasaste siendo una niña! — grito en un susurro— ¡Pudiste salir adelante con un bebé siendo una niña! ¡Tu y Pietro pudieron siendo unos críos y tu padre y yo no podemos con esto! — exclamó con dolor y desesperación

— ¡Mamá, mamá! ¡Esta bien!— susurro tomando su mano— Mírame, respira, esta bien

Natasha solo sollozo, negando con la cabeza ante lo horrible que se sentía

— Siempre quise tener la oportunidad de ser madre, pero cuando te vi con tus hijos… cuando te vi manejar la maternidad tan bien… tan fácil, con tanta paciencia, quise hacerlo, quise convertirme en una madre como tú— susurro tratando de dejar de llorar— Lo hiciste parecer tan fácil…

— No es fácil— terció James en apoyo a su esposa— Fue más demandante de lo que esperábamos

— Es demandante— afirmó Talya segura— Se necesita mucha paciencia, amor y trabajo en equipo..

— No estamos hechos para esto. Fuimos entrenados para asesinar, no para cuidar a un bebé— expresó con dolor Natasha— Solo mirame; a-apesto, estoy agotada, ni siquiera puedo mantener la casa limpia y a veces creo que me voy a desmayar

Talya rió entre enternecida y divertida, negando con aire dulce y consolador, tomando las manos de sus padres

— Siestas— habló segura— No están tomando siestas

— ¿Siestas? — pregunto Natasha confundida

— Siestas— repitió sin dejar de sonreír— Tienen que dormir ambos cuando el bebé duerme, o darse un baño mientras duerme también, y luego ir a dormir. En cuanto el cuidado de la casa, ese puede esperar— contestó sin darle importancia— deberían ver mi casa todas las mañanas. Los gemelos siempre dejan juguetes en la Sala, Sasha aprendió a teletransportar cosas, así que la mayoría de mis trastes salen volando todo el tiempo. América odia recoger su habitación, y Anastasia tiene un desastre de pinturas, lienzos y cuadernos en su cuarto

— Pero todo siempre está limpio— habló confundido James

— Tengo poderes— alzó sus hombros riendo— no tengo que moverme para limpiar, además, Pietro corre a la velocidad de la luz

Natasha abrió y cerró la boca sin saber que decir

— No tengo idea de cómo haces todo— negó aún teniendo ganas de llorar— ¡Por Dios! ¡Tendras otro bebé!

Talya rió de nuevo, pasando su mano por su vientre

— Amo cuidar niños— asintió con calma y cariño— Pero si, me cansó, pero tengo un esposo que me ama, mis hijas mayores ya son una ayuda, tengo poderes… — enumeró dándole una caricia a la mano de su madre— Ser madre es lo que sé hacer

— Lo que tuviste que aprender a hacer— puntualizó James

— Lo sé, pero de verdad es algo que aprendí a amar también. Y sí, también llegué a sentir que me iba a desmayar de cansancio, pero no todo sobre la maternidad es de color de rosa— habló con paciencia sin perder la sonrisa— Hay días en los que te dará pereza todo, otros creerás que te volverás loca, pero sabes que todo valdra la pena por tu hijo… todo valdrá la pena cuando estés agotada y aún así estés viendo al pie de la cuna a tu hijo dormir

Natasha sollozo otra vez, siendo abrazada por James

— No tenía idea de en que me metía— rió antes de volver a llorar

— Pues lastima… los bebés ya no se devuelven— rió la embarazada sacándole una risa a sus padres— Deben descansar, están agotados— Alentó levantándose de la mesa

Natasha se limpio las lágrimas, dándole un sorbo a su té

— Eres una increíble mamá— susurro Bucky con cariño a su hija

— Y ustedes serán unos increíbles papás, solo necesitan algo de práctica— aseguró, bajando sus ojos cuando su padre poso sus manos en su vientre

— Ahora tendré seis nietos— habló Natasha viendo su vientre

— En realidad… — Talya hizo una mueca algo nerviosa— son gemelos… otra vez

Sus padres abrieron la boca casi sincronizados

— ¡¿Que?!






























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¡Segundo extra!
Una petición especial, para una personita especial

La familia Barnes y Maximoff crece mucho~






















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