✧*:.。. Capítulo Tres .。.:*✧
⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰
Train Wreck- James Arthur
⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰
El ambiente en el complejo se volvió extrañamente silencioso, como si temieran tocar alguna fibra sensible de Natasha y Bucky sobre su hija. El matrimonio estaba concentrando todas sus energías en encontrar a la menor que había desaparecido sin dejar rastro después de haber sido desalojada. Algo que tenía bastante sentido si hablaban de una viuda que estaba genéticamente alterada. Lo extraño es que Wanda no sabía las habilidades de Talya, ya que no la dejaban usarlos, solo en las misiones, y si desobedecia le iba realmente mal
Steve suspiró viendo de forma distante la ventana. Había ofrecido su ayuda a su mejor amigo, pero este se negaba alegando que era algo que sólo ellos debían resolver, lo que sea que pasara, era demasiado grave y tenía a Bucky muy estresado y cansado.
Estaba en una pequeña cafetería que no era muy concurrida, con un estilo hogareño cerca de su departamento en Brooklyn. Desde hacía dos años que iba a la misma cafetería todas las tardes donde se perdía dibujando lo que se le ocurriera, buscando huir de su soledad. Desde la muerte de Peggy sentía un profundo hueco en el pecho, uno asfixiante, que lo iba consumiendo en silencio y sin que nadie se diera cuenta.
Podía ver a todos sus amigos, sus compañeros con su familia, siguiendo con sus vidas, teniendo un propósito más allá de ser Vengadores, disfrutando de lo que tenían con alguien a su lado. Y lo que tenía no era envidia, solo… era Soledad. Y no era una soledad cómoda, era una soledad que lo iba matando poco a poco, ahogandolo en silencio.
Había buscado algo de consuelo en el dibujo, pero este ya era algo monótono. La rutina poco a poco acababa con su inspiración. En ocasiones, cuando veía algún niño corretear, a una familia o simplemente un perro jugando con otro en el parque era una distracción natural que lo inspiraba un poco, pero era tan efímero y al final era tan vacío que luego era como una ola sobre él.
¿De qué servía dibujar sin nadie a quien enseñarle sus dibujos o contarle que fue lo que los inspiró? Una vida sin emoción es igual que un hermoso dibujo sin un espectador que lo admire. Su vida al fin y al cabo era como sus dibujos, sin quien viera a través de ellos… de él.
— Es un lindo dibujo— lo sacó de sus pensamientos una voz femenina de pronto
— ¿Uhmm? — atinó a decir viendo a una linda camarera pelirroja y de unos cálidos ojos verdes azulado, además de un peculiar acento extranjero
— Que es lindo— repitió señalando el boceto de una pareja de ancianos sentados en una banca en el parqué— ¿Más café, Capitán?
— Eh… gracias— afirmó a lo que la chica solo afirmó sirviéndole café— ¿eres nueva… eh… Lara?— leyó su identificación
— Si— sonrió ella arrugando el gesto— de verdad es un muy bonito dibujo, se ven tan… enamorados— musito la ojiverde viendo de forma embelesada el dibujo— es lindo pensar que hay amores que duran toda la vida, como la forma en que se miran no cambia a pesar de los años— susurro con cierta melancolía
Steve alternó sus ojos de la camarera a su dibujo, sonriendo de que alguien hubiera notado lo que él había querido plasmar
»— Eh… lo siento, me entretuve, ¿se le ofrece otra cosa? — habló ella antes de que él pudiera decir algo
Steve parpadeo confundido, con una extraña torpeza para pensar en algo coherente que responder.
—… No… — contestó apenas pero la verdad es que quería darle las gracias por lo dicho de su dibujo, además de notar más allá de los trazos de grafito
— Es genial aprender algo de Steve Rogers además de lo que dicen en los museos… disculpe— y se fue a atender otra mesa sintiendo la mirada del capitán encima
El rubio abrió su cuaderno dejando una lisa y blanca hoja nueva lista para ser un nuevo lienzo de su inspiración, que extrañamente había vuelto como una chispa causada por esos ojos verdes cálidos
La vio ir y venir con pedidos, trazando líneas tratando de capturar sus rasgos, que se le hacían un poco familiares. Pero lo que más quería capturar entre sus líneas era esa calidez en sus ojos.
Un rayón repentino además de un ruido escandaloso lo sacó de su inspiración
— ¡Ten más cuidado, idiota! — gruñó un hombre que tenía una mancha de ketchup en la ropa
— Lo siento pero usted se levantó de repente— murmuró Lara apenada tratando de no derramar lo que le quedaba en dos bandejas
— ¡No me importa! ¡Es tu trabajo atender! ¡Y mira lo que hiciste estúpida! ¡¿Acaso esto es demasiado para tu estúpido cerebro?! — exclamó realmente molesto picando el pecho de la camarera con brusquedad
— En serio lo siento— dijo ella con una mueca apenada
— Un "lo siento" no limpiará esto, niña— ironizó con una sonrisa desagradable el sujeto de facciones duras y quijada llamativa— así que tomaré esto, para ir a la tintorería— sonrió mientras tomaba las propinas de su delantal
— ¡Oiga! — protestó la pelirroja esta vez pero fue empujada cayendo de bruces con todo y bandejas encima
— Ya estamos a mano
— ¡Lara! — exclamó una de las meseras cuando vio a la nueva ser agredida
— Deberían contratar a mejor personal— dijo el hombre contando las propinas de la mesera
— Y yo creo que debería devolverle su dinero a la señorita— habló Steve a sus espaldas causándole una risa al hombre
— Ella debe pagar la mancha que me causó
— No es una pregunta. Devuelvale su dinero y salga de aquí— insistió Steve con calma
La pelirroja se puso de pie tratando de recoger el desastre, aún demasiado avergonzada como para levantar la mirada
— Este no es tu problema— masculló el hombre girando hacia el capitán
Por un corto instante hubo algo de sorpresa, pero enseguida una sonrisa socarrona apareció en su rostro al ver al capitán
— Lo es cuando agrede a una mujer de la forma en la que lo hizo, así que por favor, devuelva el dinero y largo— demandó de nuevo con autoridad
— Ella ni siquiera es americana. Ella viene aquí, a nuestro país robando nuestros empleos y manchando este país. Tu eres el capitán América, deberías entenderlo, defiendes nuestra Patria
— Eso no es patriotismo, es racismo y fascismo, además de que estás siendo machista al agredir a una mujer, así que no lo repetiré
— ¿Y que hará capitán? ¿Agredir a un Civil?— interrogó con sorna
— El dinero a la señorita— pidió de nuevo Rogers
El hombre soltó una ligera risa para luego de forma repentina tratar de encestar un golpe al super soldado. El capitán lo esquivó de forma hábil, pero el hombre no se rindió tirando puños a diestra y siniestra sin lograr atinar ninguno, solo ganando tropezones que lo hacían ver como un imbécil que solo tenía fuerza bruta. Era como un toro enfurecido tratando de clavar los cuernos, pero solo era esquivado
En otro de sus ataques, Rogers logró hacerlo tropezar ganando un grito sorprendido de algunos clientes y las camareras cuando lo vieron golpearse con una mesa en la cabeza. El capitán lo tomó aturdido de las solapas, le quitó el dinero y lo sacó de un empujón hacia la acera, donde cayó aún bastante aturdido.
(•••)
— Esto va por la casa
— Eh… no puedo aceptarlo— dijo Steve cuando Lara le dejó un plato con pastel en frente
— En realidad, si puedes ya que te lo estoy dando y no aceptó un no como respuesta— sentenció ella con seguridad— y gracias
Steve se iba a negar de nuevo, pero solo sonrió y afirmó con algo de torpeza. ¿Pero qué le pasaba?
— ¿Estás bien? — preguntó viendo a la pelirroja tratar de quitar las manchas de comida de encima
— Oh si, solo parezco pintura abstracta— se rió restándole importancia sin dejar de tallar sobre las manchas de colores
El lugar estaba casi vacío salvó por las camareras que estaban recogiendo para irse, además del capitán. Para las trabajadoras no era extraño que él se quedará hasta el final y salía hasta que cerraban el lugar.
Lara se fue a lavar los platos. Al parecer por ser la nueva le tocaba el trabajo más desgastante, además de cerrar después de que la gerente hubiera contado y puesto bajo llave el dinero.
— ¿Te molesta si te acompaño? — preguntó ella después de haber terminado de fregar trastes con una bolsa de lo que parecía un postre
— Para nada
Lara se sentó frente al rubio dejando una rebanada de pastel al descubierto. Algo que le ayudaría a subir su azúcar en sangre al menos un poco para caminar hasta su casa
»— ¿De dónde vienés? — se atrevió a preguntar Steve para sacar conversación
— Sokovia— contestó en un suspiro que marcó las líneas bajo sus ojos en algunos recuerdos desagradables
Steve notó que había tocado un tema que tal vez no debió, además de que sabía que los Sokovianos culpaban a los Vengadores de la destrucción de su país
— Lo siento, no quería-
— No, no, está bien. No es nada— se apresuró a decir— solo vine a buscar el tan anhelado "sueño americano"
— ¿Fuiste de los que se quedó sin hogar?
— Eh… no. En realidad hui de mi casa— confesó arrugando el gesto— larga y dramática historia
— Entiendo— dijo Steve sin entender realmente como esa chica de ojos dulces de pronto se veía sumida en su pasado que parecía ser doloroso
— ¿Y qué hace el gran capitán América en una cafetería como esta? Creí que el complejo de los Vengadores tenía un mejor café— bromeó la menor comiendo de su postre
— En realidad el café no es tan bueno, no se manejar del todo una cafetera, así que… — dejó la oración al aire ganando una melodiosa risa de la pelirroja
— Okay, eso no lo esperaba— admitió la camarera— Otro dato curioso de Steve Rogers
— Y tampoco lo encuentras en un museo— añadió Steve feliz de tener una conversación normal y fluida sin hablar de nada importante en realidad, solo siendo él
— Seguro que no…
Ambos se vieron a los ojos por uno segundos con una pequeña sonrisa
— ¿Y cómo te llamas? Tu nombre completo— pidió él
— Oh, que torpe de mi parte. Soy Lara Frolova— se presentó extendiendo la mano hacía Steve quien la estrechó con gusto
— me presentaría pero ya te sabes mi nombre
— Tal vez me sé tu nombre, pero conozco más del capitán América que de Steve Rogers, en realidad, y es un gusto
Por un segundo que pareció eterno para el de ojos añiles, se sintió cómodo y menos solo, de cierta forma como si volviera a ser el chico flaco y bajito de Brooklyn, pero solo siento visto por esa chica, y eso de cierta forma lo hizo sentir cálido después de haberse sentido tan frío.
— En placer es mío, Lara
— ¿Entonces lo vas a seducir? — preguntó algo crédula Darya a través de la pantalla de la laptop— ¿al menos sabes hacerlo?
— No lo voy a seducir— defendió Talya arrugando el ceño hacía su mejor amiga— solo me haré su amiga y luego lo mataré— se alzó de hombros
— Eso suena muy frío y sin escrúpulos de tu parte— rió Darya aún bastante confundida del plan de su amiga para asesinar a cuatro de los Vengadores— ¿Y por qué no solo meterte a su departamento y matarlo mientras duerme?
— ¿Y dices que yo soy la sin escrúpulos? — preguntó soltando una pequeña risa— He estado siguiendo su rutina y complementando los datos que me dieron de él. Hace exactamente lo mismo todos los días: sale a correr todas las mañanas alrededor de 15 km diarios; va a su departamento; algunas ocasiones al complejo y todas sus tardes sin falta a la misma cafetería a dibujar pidiendo lo mismo de siempre… A este pobrecito le falta una vida
— Mira quien lo dice— habló con sarcasmo Darya— ¿así que ahora acosas a Rogers? — preguntó pícara
— No lo estoy acosando, solo estoy reuniendo información de mi objetivo para matarlo de forma sorpresiva sin que nadie lo vea venir, incluso mi cliente me hizo una docena de identidades falsas— Se defendió ante las acusaciones de la castaña
— ¿Por qué no solo lo matas y ya? — preguntó bastante consternada
— ¡Es el Capitán América!— contestó como si fuera lo más obvio— personas más fuertes que yo han intentado matarlo, así que usaré la traición y doble cara a mi favor… sueno como villana de película— se quejó refregándose el rostro
— ¿No crees que te involucras demasiado emocionalmente con un objetivo? — interrogó de nuevo Darya— ¿por qué no simplemente te lo llevas a la cama?y luego ¡Bang!... ¡Y murió!
— No quiero acostarme con él, solo lo voy a matar— habló algo exasperada— me haré de su confianza, y cuando nadie lo vea venir… le meteré una bala entre ceja y ceja— murmuró con su corazón hundiéndose en el ácido de su estómago— se que suena horrible pero… debo hacerlo, quieren su cabeza
— ¿Estás segura que esta es la mejor forma? Tal vez se aún más duro para tí acercarte a él y luego matarlo
— Es solo un objetivo más— afirmó Talya con seguridad— seré Lara Frolova, una chica que huyó de casa lejos de su padre alcohólico hacia América buscando una vida mejor— leyó su coartada
— ¿Y cuánto tiempo te tomará este plan maestro tuyo hasta que seas lo suficientemente cercana?— inquirió Darya atenta a su mejor amiga
— Espero que no más de un mes, ya quiero ver a Ana— suspiro Talya— quiero aprovechar el asesinato de Rogers como pantalla de humo para luego ir por el resto, si el golpe es lo suficientemente duro podré ir tras los demás Vengadores con fácilidad… o eso es lo que espero
Darya suspiro asintiendo apretando los labios, pero enseguida una sonrisa pilla apareció en su rostro
— ¿Segura que no quieres hacer nada con Rogers? ¿Aunque sea un besito?— preguntó moviendo las cejas— solo mira esos músculos y ese trasero
— Por Dios, Darya, tienes a John para hacer eso— rió Talya sin poder creer que su amiga estuviera usando su información para ver el trasero del capitán más de cerca
— Con gusto dejó a John por estar con semejante espécimen— siguió Darya sin avergonzarse— ¡oh, vamos, Taly! Estás por conocer al Capitán América, eres una chica atractiva que atrae la mirada de muchos hombres con solo verte caminar, estoy segura de que el Capitán América caería ante tus encantos si te lo propones
— No es mi forma de trabajar. Yo asesino desde las sombras o mezclándome, apegándome a una historia
— ¡Pero estás en Nueva York! — insistió Darya como si fuera lo más obvio— todo el mundo tiene la fantasía de sexo en la ciudad
— No todo el mundo, hay quienes trabajamos por nuestros hijos— contestó con algo más de dureza de la que quiso usar
— Hablas como una mojigata— se quejó Darya pero enseguida se arrepintió— Taly… lo siento, yo…
— Tranquila— negó de inmediato— este trabajo me tiene estresada, ¿Ana se durmió?
— Si… te extraña mucho— susurró Darya con una sonrisa— lleva ese oso de felpa a todas partes
— Así está mejor, dentro tiene su inhalador de emergencia— dijo la pelirroja tallandose los ojos con cansancio— por favor, me llamas si tiene algún indicio de tos o si usa su inhalador más de cinco veces, les das sus medicinas y-
— Lo sé, Taly. Me dejaste la lista con las instrucciones— trato de calmar Darya a la madre— Anastasia está bien, es una niña muy bien portada, ¿puedes creer que prefirió jugar a ser un hada a jugar con mi teléfono? ¡¿Qué clase de niña es esa?!
— Una que si usa su cerebro e imaginación para jugar y no se le seca de ver la TV todo el bendito dia— alzó la ceja con suficiencia
— Lo que amo de ser tía es que puedo consentirla, pero también te la puedo devolver cuando es cansado— arrugó el gesto la castaña— Jamás había cuidado a una niña de tiempo completo. No sé cómo le haces
— Oh, te acostumbras— sonrió ella con normalidad hacía Darya— Ana no me deja sola ni para ir al baño, de verdad. Este departamento está muy limpio, ordenado, sin raras manchas de los crayones o las pinturas, sin la brillantina o los rayones en la pared que me sacan corajes… lo odio tanto— admitió con melancolía
Extrañaba a su hija
— La verás pronto— sonrió Darya— además hablas con ella y le cuentas su historia para dormir todas las noches
— Ya sé, pero no es lo mismo
— Entre más rápido termines, más rápido volverás— habló de forma reconfortante Darya — ¿y cómo planeas acercarte a Steve Rogers?
Talya sonrió arrugando la nariz
— El perfil psicológico del capitán es bastante fácil de leer; perdió su vida de la noche a la mañana despertando en una época distinta; hace dos años vive en un departamento cerca de su antigua dirección en Brooklyn, desde entonces hace lo mismo todos los días, observando su entorno para dibujar… lo observe un par de días, tiene una mirada triste y apagada— informó haciendo una mueca— es el típico caballero de esos tiempos, así que no dudará en defender a una chica que cualquier fulano bruto. Es ahí donde entraré como la dama en apuros a la que salvará
— Astuto— admitió Darya sonriendo ante el plan bastante bueno de su amiga
— Me haré la víctima, luego él se acercará a ver que la damisela este bien y será cuando trataré de atraparlo. Tengo que saber exactamente dónde presionar y ver a través de él… tal vez atraparlo con alguna historia trágica de una chica igual de sola que él… ahí será cuando Steve Rogers conozca a su bálsamo
— Buenas noches, Lara— dijo Steve viéndola cerrar la cafetería
— Buenas noches, Capitán, y gracias por lo del tipo que me hizo quedar como dibujo de niño de preescolar— agradeció señalando su ropa manchada
— Dime Steve— pidió caminando de espaldas en dirección a su moto
— Oh… Buenas noches, Steve— regresó la pelirroja la sonrisa riendo un poco cuando el rubio chocó contra un buzón al ir caminando hacia atrás
El rubio rio apenado para luego subir a su motocicleta encendiendola dispuesto a irse, no sin antes ver a la camarera de nuevo haciendo un gesto de despedida que la ojiverde correspondió para luego caminar lejos de la cafetería.
Steve sonrió acelerando en su motocicleta. Estaba más animado de volver al día siguiente.
Talya, que giró hacia donde Steve se había ido, suspiró negando
— Este ya cayó— dijo mientras caminaba unos cuantos pasos más hasta detenerse frente a un callejón— gracias por tu gran actuación, pero sinceramente quiero que me pagues la tintorería
El hombre que fumaba un cigarrillo entre las sombras salió dejando el humo del tabaco invadir el ambiente
— Un trato es un trato— dijo recibiendo el dinero que la mesera le extendía— pero creo que deberías pagarme un poco más por mi silencio. No creo que al Capitán le gustaría saber que me pagaste para armar un teatro tan ridículo
— Oh… ¿más dinero? — preguntó sin mostrar expresión
— Exacto— afirmó con voz rasposa sonriendo con sorna— a menos que me quieras pagar de otra forma… preciosa..
— Uhm… creo que optare por pagarte de otra forma— concedió dando unos cuantos pasos hacia el hombre con una sonrisa ácida
El hombre no tuvo ni idea de que pasó, solo atinó a ver una cegadora luz dorada como si hubiera sido el flash de una cámara puesta directo en sus ojos y después dolor. Todo eso para después quedarse en blanco y sin ningún recuerdo de esa mujer en su mente
— Idiota— mascullo por lo bajo Talya sacudiendo sus manos con asco
Todo pasó exactamente como lo planeó. El capitán siempre se sentaba en sus mesas, y siempre se quedaba hasta que ella cerraba. Había captado su atención soltando algunos indicios sobre su pasado, haciéndole entender que había vivido con alguien violento y que no había encontrado mejor opción que huir.
El siempre se había dispuesto a escucharla si lo necesitaba, a lo que ella había agradecido pero negaba a abrirse por completo para así hacer al capitán acercarse un poco más, atrayéndolo con el papel de una chica frágil tratando de sobrellevar las dificultades de la vida. Y aunque Talya lo consideraba encantador, no sentía cariño por él… o eso le decía a Darya para que dejara de molestarla, que aseguraba que Steve Rogers sentía atracción hacia ella.
— Esta atraído por una historia que yo inventé— le había dicho a Darya con seguridad— además, es solo un cadáver más que dejaré tras de mi
Darya no se había sentido convencida. Pero sabía que Talya le había tomado cariño a Steve, pero lo negaba al saber que lo mataría.
Los días pasaron entre café, charlas, bromas muy malas, y sonrisas de apoyo en donde Talya, o donde "Lara" se había convertido en fuente de inspiración y así como había planeado; un bálsamo para Steve, quien había encontrado de nuevo una sensación que lo hacía sentir vivo e inspirado
— La lluvia no para— susurro Lara viendo la lluvia caer a cántaros a través de los cristales con una mueca
— Cierto… mal día para dejar mi motocicleta— habló de igual forma Steve a su lado— al menos mi departamento está a tres calles, puedo llegar corriendo, ¿y la tuya?
— Yo camino ocho calles para llegar al metro, y del metro a mi departamento son otras diez— confesó torciendo los labios mientras veía su reloj en su muñeca— tal vez tendré que esperar a que pase
— ¿Caminas eso todo los días?
— Si— dijo sin tomarle importancia— Tal vez deberías irte, ya es tarde
— ¿Y tú? — preguntó el rubio con cierta preocupación— ¿Te vas a quedar aquí sola?
— No tengo opción— se alzó de hombros sin mostrarse preocupada
Steve meditó un rato la situación, debatiéndose si preguntar o no. Tal vez sería demasiado atrevido, apenas eran casi dos meses desde que se conocían.
— Yo… no… no creo que deberías quedarte aquí hasta que la lluvia pase… t-tal… tal vez ya puedas… tu… — Steve suspiró ante su balbuceo— mi departamento no está tan lejos… y… caminando no es tanto… nos mojaremos pero, puedo prestarte ropa, te quedaría grande… pero en que la tuya se seca… tengo lavadora— sonrió queriendo golpearse ante su balbuceo estúpido
— ¿Me estás invitando a tu departamento en lo que la lluvia pasa? — interrogó ella entendiendo lo que había tratado de decir
— Exacto— afirmó sonriendo con algo de pena— sé que es algo extraño, pero considero que es mejor a quedarte aquí sola
La pelirroja sonrió con algo de ternura ante la timidez del capitán y del sonrojo en sus mejillas. Era una oportunidad única de terminar el trabajo
— Bueno… no suena tan mal, ¿por qué no? — aceptó la rojiza— correr bajo la lluvia es divertido
Steve asintió, tomando sus cosas mientras la pelirroja tomaba su bolso y se ponía su abrigo. Cerró con rapidez la cafetería bajo el techo que cubría parte de la acera.
— ¿Lista?
La de orbes verdosos suspiro, pero antes que nada se quitó los zapatos de tacón alto
— Ahora sí
Steve soltó una pequeña risa, le ofreció su mano a la chica y ambos corrieron bajo la lluvia por las calles casi vacías, riéndose ante la extraña situación.
La pelirroja suspiro cuando llegaron bajo el techo del edificio de departamentos, escurriendo por todos lados a causa de la lluvia, agitados pero divertidos de lo que acababa de pasar.
— Eso fue divertido— rió entre pequeños jadeos la ojiverde— no recuerdo la vez en que me rei tanto
Eso había sido dicho sin pensar por Talya, que dejó de reír cuando el rubio peinó sus cabellos mojados que se le pegaban a la cara
Sé separó con una pequeña mueca incómoda. Odiaba la invasión a su espacio
— Hay que secarnos— alentó Steve abriendo su pequeño departamento bastante clásico a opinión de la femenina
— Wow… hace mucho que no veía uno de estos— dijo ella cuando vio un tocadiscos en la estancia
— Bueno, tengo gusto por lo antiguo— dijo él quitándose la chaqueta solo quedando en su camiseta empapada que se pegaba a su torso.
La menor de inmediato apartó la mirada volviendo su atención al aparato
»— soy algo anticuado
— Yo diría que tienes un lindo gusto retro. Clásico— dijo ella sacudiendo su melena rojiza y empapada
— Toma— ofreció el ojiazul una toalla para que se secara, a lo que ella agradeció— ¿quieres cambiarte?
— Uhm… no lo sé, tal vez la lluvia pase pronto. Esperare un poco
Steve afirmó sin querer invadir
»— Lo que si quiero secar en mi abrigo, pesa de tanta agua— confesó tratando de quitárselo
— Lo pondré en la secadora— se dispuso Steve recibiendo la prenda.
Fue muy desconcertante, y el ambiente cambió de forma repentina cuando Rogers vio que en lugar donde antes había estado el reloj de la pelirroja (guardado para que no se mojara) había una marca alargada y de un color distinto al de su piel, era casi imperceptible pero si notoria de cerca. La pelirroja de inmediato la cubrió con las mangas de su blusa, desviando la mirada y alejándose del rubio a pasos dudosos con los labios apretados
»— Yo… iré… pondré esto a secar— atinó a decir Steve desapareciendo por una de las puertas
Cuando regresó, ya con ropa seca, la notó sentada en la barra de la cocina en silencio con la mirada perdida. Steve no quería incomodarla, así que prefirió no tocar el tema yendo hacia la estufa poniendo a calentar un poco de leche
— ¿Segura que no quieres ponerte algo seco?
— No… no me quedaré mucho— habló despacio marcando aún más su ligero acento
— Siento si-
— Fue mi padre— Interrumpió sus palabras aún sin verlo a los ojos— él… no era una persona a la que debieras hacer enojar… si lo hacías se encargaba en dejar claro quien mandaba— musito de forma suave, con los labios un poco temblorosos— Cuando estaba ebrio era… solo me escondía y cerraba los ojos… esperando que no me viera— susurro con las lágrimas amenazando con salir— pero cuando me veía… cuando lo hacía, e-el… me hacía desear estar muerta… así que tome uno de los vidrios de la botella que reventó en mi cabeza… y busqué huir al lugar a donde no me podría alcanzar jamás
Steve se quedó sin aliento, solo viéndola con semblante tembloroso, pero negándose a llorar.
»— Falle… y después de intentarlo solo fue peor— musito en un susurro que apenas y podía escuchar. Era casi un pequeño silbido a nada de ser imperceptible— todos los días… solo buscaba un escondite donde no pudiera encontrarme… deseando con todas mis fuerzas… que él no volviera, y odiaba cuando no podía defenderme… solo gritando… y llorando… deseando que el monstruo se fuera
— ¿No tenías a nadie? — preguntó él tragando en seco sin saber qué más decir
— Nunca tuve a nadie— negó ella limpiándose una lágrima que había salido sin su permiso— jamás, siempre estuve sola… hasta hace no mucho…
Hizo una breve pausa pensando en los ojos más bonitos que había visto jamás, y la primera y única sensación que había tenido hacía mucho. Lastimosamente eso también se le fue arrancado
»— fue como una pequeña lucecita que se encendió en medio de la oscuridad, me aferre a ella y corrí, sin mirar atrás… fue lo único que sentí que le dio sentido a mi vida, y que valía la pena— sonrió con dolor respirando hondo mordiendo su labio— yo no tenía nada… y ahora esa pequeña luciérnaga es mi todo… mi todo después de…
No término la oración, sonriendo al recordar su primer lugar feliz
— ¿Luciernaga?
La pelirroja afirmó recomponiéndose mientras se ponía de pie, con una pequeña mueca de dolor
— Fue mi pequeña luz, y la que luchó por proteger— contestó con voz un poco más fría— y por lo que hago esto— declaró alzando un arma con silenciador quitándole el seguro
Steve retrocedió un par de pasos, con el desconcierto en sus facciones ante el arma que no tenía idea de dónde había salido
— ¿Lara?
— Mi nombre no es Lara— contestó ella limpiándose los últimos rastros de lágrimas— lo siento Capitán, no es personal
— ¿Por qué haces esto? — preguntó notablemente herido— ¿Es por Sokovia?
— No soy de Sokovia, y como dije, no es personal, ni contra tí, ni contra los Vengadores, pero este es mi trabajo. No es lo ideal pero no tuve opción— musito fría pero con sinceridad ante el hecho de que no quería hacerlo
— Siempre hay otra opción— dijo Steve sin dejar de ver el arma alzada
— Lo sé, la intenté pero no funcionó— lamentó en un suspiro dolido— esto es lo que soy, lo que me hicieron… para lo que fui hecha
— Pero no quieres hacerlo
— Lo que quiera hacer o no, no importa, solo importa el propósito. Busque opciones, busque diferentes formas de salir adelante, de luchar por mi cuenta… no resultó y esto fue lo único que se presentó
— Es un trabajo— concluyó Steve.
— Uno muy bien pagado con los gastos cubiertos— afirmó la pelirroja— y la promesa de una nueva vida
— Esta no es la salida del mundo del que quieres salir
— ¿Y tu que conoces mi mundo? — inquirió con tono amargo— no sabes nada de lo que pasé, ni lo sabrás. Eres el capitán América, tienes la admiración de un país, una vida estable, un techo— gruñó soltando una pequeña risa amarga— ¿y te lamentas de tu patética existencia? Por favor… no tienes una vida por que tienes miedo a vivirla, a buscar un propósito para que luego te lo arranquen… pero solo desperdiciaste tiempo valioso hundiéndote en tu autocompasión
— Entonces me odias— habló Steve con el pecho apretado
— No… en realidad no. Me agradas, Rogers, de verdad, creo que jamás había conocido a una persona tan genuina y moral, lo admito— habló despacio— pero este es un trabajo y tengo que terminarlo
— Pero no quieres— insistió
— Lo que yo quiero no impor-
— Si importa, por que solo te estas forzando a ser algo que no eres, sometiendote a una carga que te irá ahogando— se acercó un paso con lentitud
— Eres solo un cadáver más, ¿eso qué?
— ¿De verdad sería solo un cadáver? ¿No hay al menos algo que haya sido real en el papel de Lara? — inquirió con algo de esperanza cuando el arma bajo apenas unos centímetros
Para Talya la risa debajo de la lluvia había sido bastante real, pero eso al final no importaba. Tampoco el sentimiento de libertad que había llenado su pecho por unos instantes. Tenía una prioridad
— N-no… al final soy solo una asesina entrenada— aceptó más para sí misma— creeme, Rogers, si supieras el tipo de persona que soy, te alejarías con asco
— No juzgó a las personas por sus peores errores. Todo el mundo es capaz de redimirse, salir de su oscuridad— volvió a dar otro paso despacio— he luchado lado a lado con personas que han dejado sus demonios y fantasmas atrás… ¿por qué crees que tú no puedes hacerlo?
— Ya aprendí a vivir con ello, solo serán unas muertes más— afirmó tratando de mostrarse segura
— ¿Estás segura de ello? ¿En estos días fui solo un objetivo más?
— Si. Steven Grant Rogers es solo un montón de datos, números y habilidades en mi computadora junto a otros tres objetivos— explicó sin mostrar expresión, solo vacío en los que antes habían sido sus dulces y cálidos ojos verdes azulado
— Si los soy… ¿por qué no has disparado?
Un ligero relampagueo de duda llenó los ojos de la viuda, qué solo trago grueso con los labios tensos a punto de temblar
— Voy a disparar
— Pero no quieres— dijo Steve dando otro paso
— ¡Deja de decir que no quiero! — siseó tensando la mano sobre el arma
— Puedo ver que te sientes atrapada, sin salida… puedo ayudarte
— No, no es cierto. No me conoces, y no sabes lo que he vivido, ni como me han roto, así que ahórrate tus discursos heroicos— susurró frustrada ante la duda de apretar el gatillo
— Tal vez no lo sé, pero sé que si hay duda en ti, es porque no han logrado doblegarte del todo— otro paso más dió, pero aún estaba a una distancia considerable del cañón del arma con un silenciador— aun hay algo dentro de ti que puede ser salvado
— ¿Y se supone que tú lo harás? ¿O tu grupo de héroes en mallas?
— No es tarde para tratar de sanar, ni para salir de la oscuridad. Podemos ayudarte
— ¿Como? ¿Se puede hacer que las cenizas sean lo de antes de ser consumidas por el fuego? ¿Puedes reparar las cosas hechas añicos una y otra vez? ¿Ah?— inquirió con acidez y dolor— No, no puedes… en mi mundo, en el mundo en que crecí; no te define un traje, o las palabras bonitas sobre la esperanza. No, te definen tus acciones, tus actos… eso es lo que de verdad eres… esto es lo que de verdad soy
— ¿Y qué soy yo para ti? — pregunto de nuevo
— Eres mi misión… yo siempre acabo con ellas— dijo respirando hondo alzando su arma a la altura de la cabeza del rubio aún con los labios tensos
— Bien, acaba con ella entonces— alentó Steve— pero entonces piensa en todo lo que conlleva ser un asesino; huirás, tendrás una carga de conciencia, no pensarás que eres una persona, te creerás una máquina hecha para eso… y cuando menos te des cuenta, no soportaras el silencio. Mi mejor amigo lo pasó, y luchó por perdonarse. Así que adelante, dispara, se la traicionera a la que entrenaron, se el monstruo que yo sé que no quieres ser…
Los ojos verdes de Talya brillaron ante las lágrimas en sus ojos. El arma temblaba entre sus manos, queriendo disparar pero las dudas la embargaba
»— Hazlo— alentó de nuevo cortando las distancia entre el arma y el poniéndola directo en su frente
Ella sollozó limpiando sus lágrimas de forma rápida, sin embargo, bajo poco a poco aún con los ojos turbios
— Tengo que hacerlo… — susurro tratando de ordenarse disparar
— Puedes disparar… o tomar mi mano y buscar una solución a lo que sea que te tenga atrapada— ofreció con esperanza cuando ella bajó poco a poco el arma— es una oportunidad… pero tuvo decides si corres el riesgo
Talya trago grueso, sintiéndose tentada a tomar su mano. Pero no debía correr riesgos, debía proteger a su hija, era su todo y eso no cambiaba. No podía correr el riesgo por nadie, porque siempre había tenido una prioridad, y no la cambiaba por nada o nadie.
— Lo siento— susurró ella aún llorosa— de verdad, no lo hago por mi, yo jamás quise esta vida
Steve creyó que se disculpaba al verla bajar el arma poco a poco, quedando a la altura de su pecho
»— Pero esta es mi decisión, y aunque sé que tal vez moriré por dentro, vale la pena…
El desconcierto llenó de nuevo los ojos azules de Steve cuando vio sus ojos verdes ser gélidos, como los de un asesino sin compasión. Los mismos ojos fríos que había visto en su mejor amigo cuando era controlado. Ya era muy tarde para intentar hacer algo
»— Todo es por ella…
Dicho eso, cuatro silbidos surcaron el aire, al mismo tiempo que cuatro balas salían del cañón con silenciador dando al pecho de Steve. La mano que le había extendido hacía ella se llenó de sangre, para luego caer en un ruido seco al piso, con cuatro manchas oscuras extendiéndose en su camiseta blanca
☽ ═════ ✧.༺ 𝓓𝓪𝓻𝓴𝓼𝓲𝓭𝓮 ༻.✧ ═════ ☾
⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰
Drown- Seafret
⊱ ────── {.⋅ ♫ ⋅.} ───── ⊰
Ya cayó el primero
De aquí en adelante es más emocionante y dramático
¿Hasta donde es capaz de llegar Talya por su hija?
Bueno, lo sabremos pronto
Hay algunos mensajes entre líneas, ¿los notaron?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top