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LA CAZA DE MONSTRUOS


Olivia

Me despierto y bajo a desayunar. Hoy era el funeral de Will, y después de lo que descubrimos ayer no he podido parar de pensar en ello, en aquella cosa.

Al fin y al cabo todo aquello significaba que Will está vivo, y que quizás Bárbara también. Ella y yo no éramos mejores amigas, no hablaba tanto conmigo como con Nancy, pero era una buena chica y me caía bien. Los últimos días antes de su desaparición incluso la podía considerar amiga.

- ¡Cariño en veinte minutos salimos! - gritó mi madre desde la planta de abajo.

Miré mi cama, mi madre me había dejado un vestido nuevo completamente negro. No lo voy a negar era muy bonito.

- ¿Puedo pasar? - escucho desde la puerta.

- Claro, pasa - le digo.

- Vas muy guapa con el vestido hermanita - me dice con una sonrisa.

- Gracias Alan, tu tampoco vas mal.

- ¿Cómo te encuentras? Sé que esto debe ser duro para ti.

- Regular la verdad, pero bueno - digo decaída.

- Oye, sé que no te va a hacer gracia, pero Steve va a venir con nosotros en el coche.

Le miro enseguida frunciendo el ceño. No le quiero ver, y menos hoy.

- ¿Que sois lapas? Vais juntos a todos lados o qué. No me puedo librar de Harrington ni por un día.

- Vamos Olivia, no seas así, ¿Porqué te cae tan mal? - dice riéndose.

- Porque es imbécil, se hace el chulo para llamar la atención de todas las chicas - le digo.

- ¿Pero a ti no te llama la atención, no? - me pregunta curioso con una sonrisa burlona.

- Dios no, sus encantos no funcionan conmigo.

- Con que tengo mis encantos, me halagas Becket - dice una voz masculina, pero no, no es la de mi hermano.

Me giro y lo veo, Harrington estaba apoyado en la puerta con su estúpida sonrisa de superioridad.

- No es eso lo que quise decir - respondí tragando saliva -. Ya vámonos o llegaremos tarde.

Pasé por al lado de él sin mirarlo, pero noté que no apartó su mirada de mí ni un segundo. Me estaba poniendo de los nervios.

Al llegar vi a mucha gente, más de la que me esperaba a decir verdad. Si bien los Byers eran una familia estupenda, la mayoría de los que estaban aquí eran todos unos falsos. Mire a mi izquierda, Harrington y mi hermano parecían realmente tristes. Es bueno saber que a pesar de ser unos idiotas, tienen sentimientos después de todo.

Al acabar la ceremonia me acerqué a Mike, Dustin y Lucas.

- Hola chicos, ¿Cómo estáis? - les dije revolviendo el pelo de Mike.

- ¡Olivia! - Dustin me abrazó, era el más cariñoso de todos, bueno, junto con Will...

- Te echábamos de menos - me confesó Lucas -. Estamos decaídos.

- Y tristes - responde Mike.

- Bueno chicos, cualquier cosa ya sabéis dónde encontrarme, y si no - dije señalando el walkie-talkie que llevaba el pequeño de rizos -. Llamarme.

Les guiñé un ojo y me fui para buscar a mi madre.

- Alan, ¿Dónde está mamá?

- Dándole el pésame a la señora Byers, ¿Porqué?

- ¿Podrías decirle que voy a pasar el resto del día con Nancy?

- ¿Que vais a hacer? - me preguntó.

- Todo esto del funeral le ha recordado a su amiga Bárbara, ya sabes que aún no se sabe nada de su desaparición y está muy triste, prometí pasar el día con ella - respondí, cuando quería se me daba muy bien mentir - Ya sabes, para animarla.

- Bueno, se lo digo si me das tu postre durante cinco días - me respondió mi hermano.

- Vale pesado - rodé los ojos y me dispuse a irme.

- ¡Si ves a Steve dile que le estoy esperando! - me gritó.

Y efectivamente estaba con Nancy. Los vi dándose un beso, pero no estaban tan empalagosos como siempre. Y en cuánto me vieron llegar se separaron un poco.

- Perdón por interrumpir vuestro momento tortolitos - les digo riéndome -. Harrington mi hermano te busca, ya se va.

- Bueno, nos vemos luego Nance - se acercó un poco, parecía ser que se iban a besar otra vez, pero por alguna extraña razón, Nancy se apartó.

- A ti espero no verte Becket - dijo yéndose no muy conforme con lo que acababa de pasar.

- Lo mismo digo Harrington - respondí con una sonrisa amarga, el simplemente sonrió y se fue.

No quise preguntarle nada a Nancy, supongo que si tiene algún problema con él o le pasa algo, ya me lo contará.

Fuimos detrás de unas tumbas, donde nos esperaba Jonathan alejado del resto de la gente. Al verme me abrazó, por otro lado él y Nancy solo se sonrieron.

- He averiguado algo chicas, fijaros - dice señalando un mapa entre sus manos -. La casa de Steve está aquí.

- Esta es tu casa - digo refiriéndome a otro de los puntos.

- Y aquí donde encontraron la bici de Will - acaba él.

- Todo está muy cerca - dice Nance dándose cuenta.

- Al rededor de 1'5km.

- Sea lo que sea esa cosa, no viaja muy lejos - respondo.

- ¿Queréis ir allí? - nos pregunta Nance. Jonnhy y yo nos miramos entre nosotros, todos aquí tenemos miedo, pero de alguna manera también queremos acabar con ello.

- Puede que no encontremos nada.

- Yo encontré algo - insiste la morena -. Si lo vemos, ¿Qué hacemos?

- Lo matamos - afirma Jonathan.

《☆》

Era por la tarde, andábamos por el bosque tratando de buscar a aquella cosa gigantesca que se llevó a Will. Yo sostenía un cuchillo que realmente esperaba no tener que usarlo, Nancy en cambio llevaba un bate y Jonathan una pistola. Yo no parar de pensar si esto era una buena idea o nos estábamos asegurando la muerte los tres. Si esa cosa aparece, ¿Realmente sabremos actuar?

Salí de mis pensamientos y los vi, Jonathan y Nancy se estaban peleando por el tema de las fotos.

- Es un buen chico en realidad, solo trataba de protegerme - le gritó Nance a Byers.

- Si, claro, es una forma de verlo - respondió el moreno indiferente.

- A ver, lo que hiciste tú tampoco está bien - me metí yo.

- Tampoco he dicho eso - dice mirándome mal.

- Tenía todo el derecho a cabrearse, soy su novia - asentí, en eso tenía razón. Aunque seguía sin entender porqué era novia de ese idiota.

- ¿Y por eso me tiene que caer bien? - nos responde brusco -. No me cae bien casi nadie, solo forma parte de la mayoría.

- Heyy, frena, a mi no me cae nada bien. Al contrario no entiendo porqué estás con él - dije esto último mirando a Nance.

- ¿Pero tú de que lado estás? - me dice Nancy enfadada.

- De ninguno, ciertamente ambos tenéis la razón, y a la vez no - ambos me miraron mal y siguieron hacia delante mientras seguían peleándose.

Pasaron tres horas y la noche cayó, los tres caminábamos sin decir ni una palabra cuando derepente Nancy se quedó quieta.

- ¿Qué pasa Nance? - pregunto.

- Shhh, he oído algo.

Empezamos a caminar siguiendo aquel ruido y al llegar vimos a un ciervo herido.

- Dios, lo habrá atropellado un coche - si hay algo que no soporto ver es a un animal sufrir.

Nancy miró la pistola dispuesta a acabar con su sufrimiento, pero Jonathan se ofreció al darse cuenta de que no estaba mentalmente preparada para ello. La morena le dio el arma, pero en cuanto Jonnhy se dispuso a disparar, algo arrastró al ciervo entre los matojos.

Los tres retrocedimos asustados. El corazón me iba a mil, bajé la mirada y vi que Jonathan me había agarrado de la mano.

- Perdón - me susurró.

- ¿Qué ha sido eso? - pregunta Nancy alterada.

Seguimos el rastro de sangre que había dejado el animal, sin embargo no veíamos dónde había ido a parar. Yo y Nancy caminamos un poco alrededor, y nos dimos cuenta de un hueco enorme en un árbol. El rastro de sangre se adentraba en él, que raro...

- ¡Jonathan! - gritó Nance mientras yo inspeccionaba el agujero. Era viscoso y muy extraño.

- No le veo - me dice -. Deberíamos mirar nosotras.

- ¿Crees que es una buena idea?

- Probablemente no, pero vinimos para esto.

Miré el hueco no muy convencida, pero seguí a Nancy, no era una buena idea que entrara sola.

Al pasar, el ambiente era extraño y mucho más lúgubre, se te ponía la piel de gallina. Era igual que el bosque, pero diferente a la vez, mucho más frío y oscuro, con unas partículas muy peculiares que volaban por todo el aire y que dificultaban un poco la respiración.

Miré a mi alrededor inspeccionando cada detalle, y de un momento a otro nuestras linternas empezaron a fallar.

- Venga vamos - susurré yo mientras le daba pequeños golpes para que funcionara bien, pero Nance me cogió el brazo muy fuerte y me estiró de él.

Giré mi cabeza, y seguí la mirada de terror de mi amiga.

- Mierda...

Aquella cosa, aquel monstruo enorme se estaba comiendo al ciervo herido. Caminamos lentamente hacia atrás para no llamar su atención, pero sin querer pisamos una rama y un crujido bastó para que esa cosa se girara hacia nosotras. La cogí de la mano y empezamos a correr lo más rápido que pudimos.

- ¡Jonathan! - gritábamos ambas.

El miedo recorría todo mi cuerpo, me temblaban las piernas y juraba que el corazón me iba a explotar. Desde luego esto no había sido una buena idea.

- ¡Chicas dónde estáis! - nos gritaba el moreno desesperado.

Seguimos corriendo, mirando a todos lados, pero mi mejor amigo no aparecía por ninguna parte. Doblamos a la izquierda y esa cosa estaba a dos metros de nosotras, justo enfrente.

- ¡Corre Nance! - grité.

Ambas nos separamos y yo agarré un palo enorme. Si tenía que perseguir a alguien, que fuera a mí. Nancy era la que más merecía vivir de las dos.

- ¡Hey tú! - le grité tirándole el palo -. ¡Ven a por mí si tienes cojones!

Eso pareció enfadarle, desde luego hoy no tengo buenas ideas. Comencé a correr rezando porque Nancy ya se haya encontrado con Jonathan y después de un rato pareció que ya lo había despistado. Entonces divisé el hueco por el que Nancy y yo habíamos entrado. Era mi oportunidad de salir de aquí, pero escuché un ruido.

Aquella cosa apareció de nuevo, asique me escondí detrás de un árbol, a unos cinco metros de mi única salida. Ese bicho caminaba muy cerca mío, un escalofrío inundó mi cuerpo, sus garras resonaban a través de los árboles y sus leves gruñidos hacían eco por todo el lugar. Me tapé la boca para no hacer ruido y cuando estuvo lo suficientemente lejos, salí del árbol y empecé a correr a la salida. Era ahora o nunca.

Logré pasar una mano por ahí y alguien me agarró del otro lado empujándome. Caí al suelo llena de aquella baba.

- ¡Dios mío Olivia! - me abrazó Nancy enseguida -. ¡Estás loca! No me vuelvas a dar un susto así nunca más en tu vida, ¿Me oyes?

- ¿Estáis bien los dos? - les pregunté revisándolos con la mirada.

- ¿Casi mueres y nos preguntas si estamos bien nosotros? - dice Jonathan riendo un poco -. Eres increíble de verdad.

Yo me reí mientras me limpiaba las lágrimas. Agradecía que estuvieran bien y a salvo. Al menos de momento...

Después de lo sucedido nos fuimos todos a casa de Nancy y decidimos que yo sería la primera en ducharme. La señora Wheeler sabía que me quedaba a dormir por lo tanto no pasaba nada si me paseaba por la casa.

Dejé que el agua caliente recorriera mi cuerpo, tratando de relajarme después de todo lo que había pasado. Supongo que Nancy estará igual de asustada que yo. He tenido a esa cosa tan cerca mío que cada vez que cierro los ojos la escena se vuelve a repetir, las imágenes de nosotras dos en aquel lugar tan horrible, el miedo de perder a mi mejor amiga, el miedo de no poder salir de allí... Era demasiado.

Terminé de ducharme y salí con un pijama que me había prestado Nancy. Me asomé al cuarto de Mike a ver si podía saludarlo, pero no estaba. Probablemente esté en el sótano, se pasa el día entero ahí. Caminé por el pasillo y antes de entrar a la habitación observé a través de la puerta a Nancy y a Jonathan abrazados. Llevo días fijándome y sinceramente Jonnhy me tiene muy confundida, a veces parece que le gusta Nance, pero otras parece que tenga algún tipo de interés en mí. Y no lo voy a negar, es un chico atractivo, pero no sé si es para mi.

- Nancy ya puedes ducharte - le dije con una sonrisa mientras entraba al cuarto.

Ella se levantó y salió cogiendo su toalla. Yo me acerqué a Jonathan fijándome que había sacado dos sacos de dormir.

- ¿Te quedas a dormir? - le pregunté curiosa.

- Puedo irme a mi casa, yo... Pensé que no querríais estar solas después de lo ocurrido.

- Sinceramente no - respondí -. Quédate.

Lo ayudé a acomodar los sacos de dormir y las almohadas, y nos sentamos en el suelo el uno al lado del otro.

- No debí separarme de vosotras - me dijo - Casi os pierdo.

- Pero no lo has hecho, asique no te preocupes - le dije con una pequeña sonrisa.

Él me miró y pude notar que sus ojos se desviaron a mis labios. Nerviosa me removí en mi sitio.

- No soportaría perderte, ¿Lo sabes, no?

Se giró un poco más hacia mi y se acercó, me daba miedo la corta distancia a la que estábamos. No sabía como reaccionar. Siempre ha sido mi mejor amigo, si él quisiera algo más... ¿Yo querría lo mismo? No lo sé, no estoy preparada para averiguarlo aún.

La puerta se abrió haciendo que él se separara inmediatamente de mi, como si no quisiera que Nancy nos viera en esa situación.

Después de eso me tumbé en mi respectivo saco y dejé que el sueño se apoderara de mí.

Steve

- Aún no entiendo que hacemos aquí- me dijo Carol desde el asiento trasero de mi coche -. Es evidente que no quiere hablar contigo.

- Eso no es verdad - le dije obvio.

- No me digas, porque ninguna chica dejaría tirado al rey Steve - responde sarcástica mientras Tommy y Alan se reían.

- Además, mi hermana se quedaba con ella hoy, no te tienes que preocupar - me dice Alan sin darle importancia.

- Ya, pero estaban muy raras, creo que les pasa algo, no sé.

- ¿Desde cuándo te preocupa mi hermana? - pregunta mirándome raro -. Nancy lo entiendo, pero ni que mi hermana fuera tu novia también - dice riéndose mientras los otros dos le siguen la gracia.

- Cállate, no me preocupo por tu hermana - respondo serio - Solo que quizás tiene algo que ver con Nancy.

- Ohh Steve tiene su corazoncito - se burla Carol abrazándome por detrás.

- Cállate... - le digo, pero no paraba -. ¡Cállate!

- Dios vale, perdón... Vaya humor tenemos.

Por dios como se podían pensar que yo me iba a preocupar por Becket, a mi solo me importaba Nancy.

Subí por el tejado hasta llegar a la ventana de mi novia, pero al asomarme la vi abrazada a Byers. Mi cara cambio por completo, será que él y ella... No me lo podía creer, y realmente me había preocupado.

Estaba a punto de irme cuando vi a Becket entrar al cuarto y a Nancy salir. Se veía bien con ese pijama granate, le favorecía ese color. Por algún razón, en vez de irme me quedé para ver que hacían ellos dos solos.

No lograba escuchar lo que decían, pero vi como se sentaban los dos juntos y Byers le decía algo mientras la miraba a los labios. Ella se veía un poco incómoda. Él se le acercó más y estaban a muy pocos centímetros el uno del otro. ¿Quién se creía este tío? Primero con Nance, ahora con Olivia... ¿Le gustan todas o qué?

El estómago se me revolvió al ver aquella escena, no quise seguir mirando y antes de que se besaran bajé por el tejado para volver a mi casa.
Les conté a todos lo que había pasado, omitiendo lo de Becket porque no quiero que se piensen que me importa lo que hace, porque no es así.

Llegué a mi casa y me tumbé en mi cama pensando sobre lo que había visto. Me molestó lo de Nancy, ¿Pero porqué me entró un mal sabor de boca cuando vi a Becket con Jonathan? Vaya estupidez, ella puede hacer lo que quiera, a mi me da igual...



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Holaa!! Nuevo capítulo, esta vez un capítulo muy largo, pero cargado de emociones.

Quería agradeceros todo el apoyo al fanfic, ¡Os amo!

Bueno, ¿Que opináis sobre los sentimientos de Olivia hacia Jonathan? Son algo complicados...

Hasta la próxima, xoxo

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