003, solo el amor puede dañar así

HABÍAN PASADO DÍAS DESDE QUE me llegó la noticia de que fui seleccionada para el papel del que audicioné, junto a mí mejor amiga.

Estaba en la mesa de clase, otra vez, odiaba y odio el instituto, además de que no aprendo nada.

Había un chico, Noah, realmente me parecía guapo, ¿pero en verdad me gustaba?

Yo digo que no, solo que cuando cruzábamos miradas sentía un cosquilleo en el estómago.

Pero claro, nada podía ir bien en mi vida de mierda.

Mi amiga, Lucía, a ella le caía muy bien ese chico, pero ella no sabía que a mí me gustaba él, así que cuando nos cambiaron de sitio en clase, a Lucía le pusieron detrás de él.

Yo estaba en la última fila, lo mejor del mundo.

Pero no te creas, siempre que Noah se giraba, no me miraba, ya no cruzábamos miradas como antes, la miraba a ella...

Deseaba tanto ser mi amiga, deseaba que ese chico me prestara atención.

—¡Es la última vez que se lo digo, señorita Lewis!—me gritó el profesor, yo siempre me quedaba embobada mirando a un lugar, y no apartaba la mirada, ni hacía caso a nadie.

La mayoría del tiempo era en la pared, otras en el techo, y había veces que a la mochila de mi mejor amigo, Daniel.

El era muy bueno conmigo, siempre hablábamos, nos entendíamos mutuamente, lo que me frustraba era que la gente nos decía, "los que se pelean se desean", y no me gustaba que dijeran eso, arruinaba todo.

Pero vuelvo al tema.

—Perdón, de verdad—me disculpé, luego dirigí la mirada a Noah, que estaba hablando con Lucía, vamos, como siempre, se reían mucho.

—Estás castigada, nunca prestas atención—cuando dijo eso me quedé asombrada, aunque por dentro me la sudaba un poco, los antes mencionados dejaron de reír y me miraron, sentí una mirada del chico, pero no quería que me viera.

Realmente, ¿si estuviera en una habitación con Lucía, y tuvieran que elegir, me elegirían a mí o a ella?

Fácil, a ella, ¿por qué? Porque tiene mejor personalidad, mejor físico, más linda, no es tan pesada, más entretenida...

Incluso mi mejor amigo la elegiría, además de que yo no le importo a nadie.

Volví al mundo real después de volver a quedarme embobada en la lámpara de al lado del profesor.

—Ps...—me susurró un compañero que tenía al lado mío—, ¿te pasa algo?

Al menos se preocupaba por mí, últimamente, solo lo hacen mis hermanos.

—¿Eh?—le pregunté en bajito—, ah, si, no me pasa nada, tranquilo—le dije fingiendo una sonrisa suave, mentía, y no me hacía bien mentir, necesitaba ayuda, me sentía muy mal conmigo misma, me sentía gorda, sin personalidad, pick me girl, super bajita, que nadie me quería...

Y para colmo, tenía problemas de ira, no podía controlar nada, también me sangraba la nariz de vez en cuando, y nadie me podía ayudar, ya que no se lo decía a nadie.

Nadie me hacía feliz, nadie me hacía sentir segura ni cómoda.

A nadie le importaba...

—Ya pasó la clase, me voy con Noah a tomar algo, te esperamos en el café—dijo Lucía, esas palabras me rompieron en pedacitos un trozo de mi corazón, parezco exagerada, pero ponte en mi situación.

Asentí y me dió un beso al aire.

Yo solo lo ignoré y me puse a hacer la tarea, tenía mucha y la tenía que hacer en una hora, ya que quería echarme una siesta en mi cuarto, estaba muy cansada y no había dormido nada, absolutamente nada.

Pasaron los minutos y solamente quedaban 5 para que terminara mi castigo, solamente cinco, supongo que Lucía y Noah estarían en la cafetería, charlando, riendo.

—Menuda mierda, esto no hay quien se lo aprenda—susurré para mí misma agarrando mi pelo con las manos.

—¿Has dicho algo?—dijo un chico que tenía al lado, ¿desde cuándo lo tenía a mi lado? No me había dado cuenta.

Me giré y vi ahí parado encima de la mesa a Carlos, el mejor amigo del mío.

—No, nada—dije poniéndome en pie, nerviosa.

—Si quieres voy a tu casa y te lo explico...—me quedé mirándolo con cara confundida, no entendía—, eso—repitió señalando el libro de historia.

—Oh, claro que puedes—le dije.

Me miró entregándome un papel para que apuntara mi dirección.

—No hace falta, solamente ven conmigo—le dije—, no sé el nombre de la calle en la que vivo—me excusé.

El solo asintió y nos dirigimos hacia mi casa, me acordé de que tenía que ir a ver a Lucía y a Noah que estaban en la cafetería, así que le dije a Carlos que esperara allí.

—Espera aquí, tengo que ir a ver a Lucía, un momento—le dije disculpándome.

—No te preocupes, ve—me respondió indicando con su mano la cafetería.

❝Noah y yo estamos saliendo❞, esas palabras ardían en mi pecho, yo trataba de ocultarlo, y lo hacía muy bien.

—¿Te has enterado de algo?—me dijo indicando la hora, yo asentí leve y le di un abrazo.

—Gracias, ¿te acompaño a la salida?—le dije.

El negó y yo le abrí la puerta, cuando salió, me eché a la cama, y empecé a llorar, se que es un motivo estúpido para que cayeran lágrimas, pero la verdad que a mí sí me causaba daño.

De tanto llorar me quedé dormida, no me importó, ya que el día siguiente era festivo, qué bonito, viernes festivo.

Nere's note<3

Se que la historia es con Jenna pero me pasó algo así en la escuela y me gustó recrearlo.

Mi amiga no empezó a salir con el chocho no mucho menos, pero me apetecía meter algo triste :))