16

Jungwon entró en la habitación, donde encontró a Sunoo concentrado en sus apuntes. A pesar de su concentración, era evidente que no había progresado mucho en los ejercicios.

—¿Sun, aún no has terminado los problemas que estábamos resolviendo? —preguntó Jungwon, acercándose al de cabello rosa.

Sunoo levantó la mirada, con un gesto de vergüenza.

—Lo siento, Jungwon. No sé cómo hacer algunos de ellos.

—¿Te expliqué mal? ¿Es mi culpa? —Jungwon se mostró curioso, buscando aclarar la situación.

—No, no es eso. Es solo que... te veías tan guapo mientras explicabas que me desconcentré un poco —admitió Sunoo, esbozando una sonrisa tímida.

Jungwon se sonrojó ante la confesión de Sunoo.

—¿En serio? Eso no tiene nada que ver con los problemas.

—Es difícil cuando estás aquí, tan cerca... —Sunoo lo miró fijamente.

—¿Demasiado cerca? —preguntó Jungwon, con un tono nervioso pero juguetón.

Sunoo se sonrojó y admitió. —Solo un poco.

La atmósfera entre ellos se volvía cada vez más íntima, sus risas y miradas cómplices ocultaban una atracción creciente. Estaban tan cerca que podían sentir el calor de sus respiraciones entrelazadas. Jungwon incluso podía percibir el dulce aroma del bálsamo en los labios de Sunoo.

Jungwon bajó el tono de su voz, preguntando suavemente. —¿No te molesta que estemos tan cerca?

Sunoo, aunque titubeante, respondió:
—No, para nada...

La tensión entre ellos aumentó, y estuvieron a punto de besarse, pero Jungwon se alejó suavemente en el último momento.

—Creo que debería explicarte las fórmulas de nuevo, ¿no crees? —dijo Jungwon con una sonrisa divertida.

Sunoo, aún aturdido por la cercanía, respondió:
—Sí, tal vez sea lo mejor.

—Hmm, Sunghoon, creo que me iré ya, mi mamá me espera. —Dijo Ni-Ki mientras se colgaba su mochila en los hombros, Jake y Sunghoon estaban algunos pasos más alejados preparando la siguiente tanda de palomitas.

Sunghoon se giró hacia él en cuanto lo escuchó hablar, después de tanto tiempo en silencio. —Oh, ¿de verdad? Creí que tenías permiso hasta las diez.

El otro se relamió los labios, vacilando. —Si... No, debiste escuchar mal, era seis, me iré ya.

—¡Ni-Ki, espera! —Jake se acercó a él a todos prisa, apurándose en recoger sus propias cosas. —Me iré contigo, ya es muy tarde.

Riki bufó una sonrisa irónica. —No, de verdad, quédate. A Sunghoon no le gustaría que te vayas. —Y sin más, cruzó la puerta, dejando a los otros dos ahí.

Sunghoon y Jake compartieron una mirada, ambos bastante incómodos.

Jake se apresuró a ir tras Ni-Ki, no lo dejaría irse solo.

Después de mucho insistir y reproches e incluso algunas lágrimas sin explicaciones de parte de Ni-Ki, él aceptó que Jake lo acompañara a su casa, siempre y cuando caminaran en silencio.

Después de casi una hora de silenciosa concentración en los libros de física, Jungwon sintió que era hora de romper el hielo. Con el corazón latiendo con fuerza y las mejillas encendidas por la anticipación, se acercó tímidamente a Sunoo, cuya atención estaba completamente centrada en sus apuntes.

—Sunoo... —murmuró Jungwon, su voz apenas un susurro en la tranquila habitación.

Sunoo levantó la mirada, sorprendido por la interrupción, y sus mejillas se tiñeron de un leve rubor al encontrarse con la mirada intensa de Jungwon.

Antes de que Sunoo pudiera decir una palabra, Jungwon, con una mezcla de nerviosismo y valentía, se inclinó hacia adelante y depositó un suave beso en los labios de Sunoo. Fue un gesto delicado, lleno de ternura y un atisbo de temor por lo desconocido.

Ambos se quedaron quietos por un momento, sus corazones latiendo en sus pechos con una mezcla de emoción y timidez.

Sunoo, con las mejillas aún más sonrojadas, se quedó atónito por la espontaneidad del gesto, pero sintió que su corazón se llenaba de una cálida sensación de cariño.

Yo... ¿Le gusto? ¿Siente lo mismo por mí?

Entonces, con un rubor igualmente intenso, Sunoo se inclinó hacia adelante y devolvió tímidamente el beso. Fue un momento de descubrimiento mutuo, de exploración de emociones y deseos que recién comenzaban a tomar forma.

Los labios de ambos se movieron con torpeza e inexperiencia, pero cada contacto era un paso hacia la comprensión mutua y la conexión emocional. Jungwon incluso sentía que había un rastro del bálsamo de Sunoo en la punta de su nariz, desconoce cómo llegó ahí.

Q onda perdidos jaja 🚬

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