「035 」
Sus cuerpos estaban unidos desde las caderas hasta los muslos. Sentía cada músculo de YoonGi. Cada delicioso centímetro de su erección, acunada entre sus muslos. YoonGi apartó algunos mechones de su rostro. A continuación, se inclino sobre él y le dio un mordisco en el lóbulo de una oreja antes de recorrerlo con la lengua y soplar con delicadeza.
JiMin se estremeció.
YoonGi se echo a reir y le susurro contra la sien.
–Voy a hacer algo. Pero llevó tanto tiempo soñando con verte desnudo, que supuse que podria darme el gusto. Aunque veo que también eres un inquieto en la cama, así que es mejor seguir con el plan.
–YoonGi...
–Ahora no JiMin. Estoy ocupado.
Lo beso en los labios y le introdujo la lengua. JiMin se arqueo con fuerza cuando sintió que el deseo lo travesaba como un rayo. Le clavó los dedos mientras se aferraba a él y le devolvía el beso, ahogándose con el sabor a Whisky y a Alfa.
El mayor separó las piernas y lo torturó con la promesa de sus manos y su miembro, hasta que él se volvio loco de deseo, hasta que ya no hubo cavidad para su orgullo o para la lógica, sino solo para la necesidad de tenerlo en su interior.
Comenzó a lamerle, succionarles y mordisqueárle los pezones. Le acarició el vientre y cadera con los dedos antes de introducir El índice bajo el encaje y comprobar su excitacion. Estaba mojadisimo y gritó pidiéndole más, siempre más.
Le quitó el encaje y lo penetro con un dedo, tras lo cual añadió un segundo. Acto seguido, comenzó a frotar sus miembros para darle un sorbito extra de placer hasta...
JiMin grito y movio las caderas al llegar al clímax. El placer hizo que se estremeciera por entero mientras él se quitaba los calzoncillos y se ponía un condón. El alfa se coloco de nuevo sobre el, entrelazo sus manos y las situó unidas, sobre la almohada.
JiMin parpadeó, aturdido por la profundidad de sus ojos, de un negro oscuro e insoluble que ocultaba un sinfín de secretos, y con un brillo tierno que no había visto hasta entonces.
Se pegó a él, intentando penetrante. JiMin sintió que su cuerpo se preparaba aún más para recibirlo y levantó las caderas. Él lo penetro un centímetro, luego otro. Se tensó a su alrededor y casi le entró el pánico al pensar que por fin le pertenecía, al pensar que nunca lo desearía como él necesitaba que lo deseara.
Como si se percatara de sus emociones, YoonGi se detuvo.
–¿Demasiado rápido?. Dime algo.
Se estremeció de deseo cuando sintió que se apartaba.
–No, es que necesito...
–Dime, bonito.
Se le llenaron los ojos de lágrimas y en su cara se reflejaron todas sus emociones descaradas para que el pelinegro pudiera verlas.
–Necesito que me desees. Solo a mí. No a...
–Por la Diosa Luna.
YoonGi cerró los ojos.
El omega vio la agonía que se reflejó en su semblante antes de que dejara de moverse y se inclinará para besarlo.
YoonGi entrelaza sus lenguas con delicadeza, acariciandolo y lamiendo sus labios hinchados con una ternura imposible de confundir. Cuando abrió los ojos para mirarlo, lo dejó sin aliento, porque por fin le permitió que entrará, por fin le permitió verlo todo y por fin le dio todo lo que él necesitaba.
La verdad.
–Siempre ha sido tú, Jimin. No deseo a nadie más. No sueño con nadie más. Solo contigo, Amor.
JiMin gritó cuando él lo penetró hasta el fondo. Su cuerpo se relajo para recibirlo en su interior, para rodearlo con fuerza y exigirle más. El Alfa apretó las manos y lo pegó con más fuerza a la almohada mientras comenzaba a moverse sobre el omega; despacio al principio dejando que él se adaptará al ritmo. El tortuoso camino hasta un nuevo orgasmo hizo que se le tensara el cuerpo, lo dejó sin aliento y lo atormentó a medida que se acercaba al clímax.
Fue una sobrecogedora combinación de anhelos, salvaje y primitivos, y se deleitó con la sinceridad de su unión mientras el sudor caía por la frente de YoonGi y él le clavaba las uñas en la espalda al llegar al orgasmo. El placer se apodero de él en oleadas, al tiempo que el alfa gritaba. En ese momento eran uno solo.
YoonGi rodó sobre El colchón de modo que él quedó encima, con la mejilla sobre su musculoso torso y el pelo cubriendole el rostro, abrazándolo por la cintura. La mezcla de aromas los relajaron a ambos.
Su cabeza estaba vacía por completo de pensamientos, de modo que atesoró la paz inmensa paz mientra se dejaba llevar, a salvo entre sus brazos. Se durmió mientras el alfa lo abrazaba con fuerza.
YoonGi salió de la cama con mucho cuidado para no despertar a su esposo y fue desnudo en busca de algo de ropa. Se puso una camiseta de los Yankees, pero, al recordar su trato, se la cambio por una negra y unos pantalones de chándal.
Sonrió al recordar lo contento que se puso cuando los Yankees perdieron en la liguilla. Bajó la escalera y se dispuso a preparar café, pero se detuvo un instante para ver la salida de sol por encima de las montañas.
Consideraba que su matrimonio estaba oficialmente consumado.
Se frotó la nuca con una mano e intento pensar con calma. Porque, desde luego, no había pensado durante la noche. Aunque no se arrepentía. Se sorprendió al darse cuenta de ese hecho. Llevaba mucho tiempo deseando a JiMin, y la noche anterior le había demostrado el motivo. Todo era distinto con él. La forma en la que su cuerpo se amoldaba al suyo, la satisfacción que el provocaba su placer.
Le encantaba como lo miraba, como lo besaba y como le arañaba la espalda mientras experimentaba múltiples orgasmos. Le encantaba como gritaba su nombre. Lo habían hecho en incontables ocasiones durante la noche, presos de un deseo insaciable. Sin embargo, no habia sido una noche alucinante solo por cuestiones físicas. Lo había sido porque habían conectado en cuerpo y alma.
Porque JiMin le había permitido ver su vulnerabilidad, lo habia acogido en su interior a pesar de no haber hecho promesa alguna.
JiMin lo asustaba.
Se sirvió una buena taza de café y se demoró un momento en la cocina para ordenar sus pensamientos. Tenían que hablar. Su relación había llegado a una encrucijada y después de las últimas horas pasadas en su compañía no sabía si podía volver atrás. Su intención de evitar el sexo estuvo motivada por el deseo de evitar las emociones.
Eso ya no era posible. Sentía algo por JiMin: en parte deseo y en parte amistad
Además de otras cosas que no terminaba de identificar.
Aún tenia la intención de alejarse de él cuando acabará el año. No le quedaba otra alternativa. Un matrimonio de verdad con niños no formaba parte de su futuro. Pero, de momento, podían disfrutar de lo que tenían en vez luchar contra la atracción. Estaba seguro de que JiMin podría soportarlo. Lo conocía, y sabía que él no era capaz de comprometerse a largo plazo; sin embargo, era consciente de que sus emociones iban más allá de un revolcón ocasional.
Asintió con la cabeza, complacido por su lógica. Sí, explorarían esa intensa atracción durante los meses siguientes. Sería una locura que no aprovecharán la oportunidad.
Satisfecho con esa decisión, le sirvió una taza de café a su esposo y subió la escalera.
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