「002 」

-Jimin -dijo el omega- creo que no he leído bien la número diez

Jimin suspiro.

-Te aseguro que lo has leído bien.

Taehyung leyó la ultima condición en voz alta:

-Que tenga ciento cincuenta mil dólares en efectivo y disponibles -Alzó la mirada- Necesito detalles

Jimin levanto la barbilla

-Necesito un hombre a quien pueda querer y al que le sobren ciento cincuenta mil camellos . Y lo necesito ya.

-¿Para que?

-Para salvar Filter -Taehyung parpadeó.

-¿Filter, que sucede con él?

-Si, la casa de mi madre. Tae, no te he contado lo mal que han ido las cosas. Mi madre quiere vender la propiedad y yo me niego. No tienen dinero, ni tampoco a donde ir. Haré cualquier cosa con tal de ayudarlos y que se queden en su hogar, Tae.-dijo con sus ojos empañándose-

Tae lo tomo entre sus brazos, mientras cogía su teléfono, para marcarle a alguien.

-¿Qué estas haciendo?- Preguntó el castaño.

Jimin se esforzó para controlar el pánico que poco a poco lo invadió y sentir el reconfortante aroma a canela que emanaba su amigo, lo relajo. Su amigo quizás no lo entendería. Al fin y al cabo, era la primera vez que buscaba a otra persona para solucionar sus problemas.

Hasta las torres mas grandes caen.

-Estoy cancelando la cita -Informó- Creo que es mejor sentarnos a discutir este tema. Luego, llamaré a mi terapeuta, acepta pacientes en la madrugada. - El omega solto un risa.

-Eres el mejor Tae. Te amo. -dijo mientras se escondía en la curva de su cuello.

-Que remedio me queda, Mochi. También te amo, y siempre cuentas conmigo lo sabes. - dijo mientras acariciaba su cabello.

Min Yoongi tenia una fortuna en la punta de los dedos. Sin embargo, para lograr lo que deseaba necesitaba casarse.

Yoongi creía en muchas cosas. En trabajar duro para conseguir tu objetivo. En controlar la furia y recurrir al sentido común si se producía un enfrentamiento. Y en levantar edificios. Edificios y bonitos desde el punto de vista estético. En ángulos suaves y líneas rectas unidas en perfectas armonía. En ladrillos y cristal como símbolo de solidez que la gente anhelaba día a día. Las expresiones de la gente cuando veían por primera vez la creación final. Todas esa cosas le daban sentido a su vida.

Por desgracia su Tío YoonHyuk, había cambiado las reglas. Sintió un nudo en el estómago y su ácido sentido del humor estuvo a punto de arrancarle una carcajada.

Se levantó del sillón de cuero y se quito la chaqueta negra, la corbata y la camisa blanca. Tras desabrocharse el cinturón con un rápido movimiento, se quitó los pantalones y se puso unos mas cómodos de deporte, junto a una camisa a juego, se calzó sus zapatos y entro al santuario de su despacho, lleno de maquetas, folletos y fotos inspiradoras. Unas cintas de correr, algunas mancuernas y un bar muy completo. Reprodujo el MP3 y al instante la intro de People inunda la estancia.

Se subió en la cinta tratando de no pensar en el tabaco. Habían pasado 3 años desde que lo dejo, pero aun le daba ganas de fumarse esa mierda, cuando el estrés lo superaba. Molestó por semejante debilidad, comenzó a hacer ejercicio y su cuerpo se tonifico mas logrando un buen físico, dejando atrás su delgadez. Correr lo relajaba sobre todo en ese entorno tan controlado.

No había voces altas que interrumpieran su concentración, no tenia que sufrir el calor del sol que lastimaba su pálida piel, ni había piedras que dificultaran su camino. Fijo los parámetros y comenzó a correr, consiente de que encontraría una solución al problema.

Aunque comprendía las intenciones de su Tío, se sentía traicionado. Al final uno de los pocos miembros de la familia que quería lo había utilizado como si fuera un simple peón.

El pelinegro meneo la cabeza. Debería haberlo visto venir. Su Tío YoonHyuk había pasado los últimos meses de vida recalcando la importancia de la familia y le había dejado que su actitud dejaba mucho que desear.

El alfa no entendía por qué eso le resultaba sorprenderte. Al fin y al cabo, su familia debió a ver protagonizado algún anuncio de métodos anticonceptivos.

A medida que se relacionaba con distintas omegas, Yoongi había comprendido que todas buscan lo mismo: casarse y el matrimonio producía un caos. Enfrentamientos provocados por las emociones. Niños exigiendo atención. Búsqueda de espacio personal que termina en lo mismo; un divorcio y los niños como victimas.

<<No, gracias>>, pensó

Aumento la inclinación de la cinta al igual que la velocidad, con la mente convertida en un hervidero de pensamientos. El tío YoonHyuk defendió hasta su final que era el matrimonio seria la salvación para su sobrino. El infarto había sido fulminante. Cuando los abogados se presentaron en busca del dinero como si fueran Buitres atraídos por el olor a sangre, ya supuso que los pormenores legales serian sencillos. Taehyung, su hermano, había dejado claro que no quería saber nada del negocio ya que se haría cargo de la pastelería que le regalo su Tío.

El Tío YoonHyuk no tenia mas familia. De modo que por primera vez en su vida por fin creyó en la buena suerte. Por fin tenía algo que podría llamar completamente suyo.

Hasta que el testamento cayo del cielo.

Y comprendió que todo era una broma pesada.

Heredaría la mayoría de las acciones de Genius en cuando se casara. Su matrimonio debía durar mínimo un año con una persona de su elección. También se aceptaría acuerdos prematrimoniales. Si Yoongi decidía no cumplir los deseos de su Tío, heredaría el cincuenta y un porciento de las acciones, pero el control se repartiría entre los miembros del consejo de administración. y el se convertiría en una pieza decorativa. Su vida consistiría en no crear edificios, si no que a asistir en reuniones y en implicarse en la política de la empresa. Justo lo que no quería.

Y su Tío lo sabia muy bien.

Así que Yoongi tenia que encontrar un omega para casarse.

Pulso el botón para disminuir la inclinación de la cinta y la velocidad. Su respiración se hizo calmada tras bajar de la cinta, cogió una botella de agua y se dirigió a su sillón, apartando su vacío emocional. Espero unos minutos mientras acomodaba sus ideas y cogió un bolígrafo.

Una vez que se dispuso a escribir, tuvo la impresión de que cada palabra era un clavo que cerraba la tapa de su ataúd.

Encontrar esposa.

Una mujer era lo mejor, pero sería lo que venga.

Había decidido hacer una lista que detallara las cualidades que necesitaba en un omega, para intentar averiguar si conocía a algún o alguna omega con esas características.

Inmediatamente, recordó a Hoseok, pero no tardo en alejarlo de sus pensamientos.

El despampanante super modelo con el que salía en estos momentos era perfecto para lucirlo en eventos sociales y también era genial en la cama, pero no podía considerarlo como un esposo. Hoseok era un gran conversador, energético y una luz andante con un leve olor a Nuez, disfrutaba mucho de la compañía del beta, pero mucho temía que se estuviera enamorando de él. Ya le había insinuado su deseo de tener hijos más bien de adoptarlos, un detalle que sentenciaba la relación. Si tenia algo claro con respecto al matrimonio, era que las emociones terminarían por arruinarlos. Si Hoseok se enamoraba de él, terminaría siendo victima de celos y se convertiría en alguien exigente, pidiendo mimos y atención.

Ningún acuerdo prematrimonial sobreviviría a su avaricia en cuanto se sintiera traicionado.

El pelinegro le dio otro sorbo a su botella de agua. En una ocasión había leído que si hacia una lista con las cualidades que se buscaban en una pareja, aparecerá de repente. Frunció el ceño mientras analizaba la idea. Estaba casi seguro de que la teoría afirmaba algo del universo. Algo metafísico que él no creía

Sin embargo a estas alturas estaba desesperado.

Así que comenzó a escribir:

Una Pareja que no me quiera.

Una pareja con la que no desee acostarme.

Una pareja que no tenga familia.

Una pareja que no tenga animales.

Una pareja que no quiera tener hijos.

Una pareja con carrera profesional independiente.

Una pareja que se plantee el matrimonio como un proyecto empresarial.

Una pareja que no sea demasiado sensible ni impulsivo.

Una pareja en el que pueda confiar.

Releyó lo que había escrito. Sabia que se había dejado llevar y añadió algunas cualidades que el deseaba en su pareja, pero si la teoría del universo funcionaba, era mejor especificar bien lo que quería.

Necesitaba una pareja que se planteara el matrimonio entre ellos como una oportunidad desde el punto de vista empresarial. Quizás alguien que necesitara dinero en abundancia. Tenia la intención de ofrecerle buenos beneficios, pero quería que el matrimonio fuera simplemente un papel firmado. Sin sexo no había celos. Sin una pareja sensible no había amor.

Si no había caos, el matrimonio seria perfecto.

Repasó la lista de personas con los que había salido en le pasado, así como el nombre de todos los amigos betas y omegas que tenía y de todas las mujeres con quien se había relacionado en el ámbito profesional.

No encontró lo que buscaba.

La frustración amenazaba con apoderarse de él. Era un hombre de 28 años bastante atractivo, inteligente y con una posición económica estable. Sin embargo, no conocía a ninguna persona con la que pudiera casarme.

Tenia una semana para encontrar una pareja y casarse.

En ese momento llamaron al móvil.

-Habla Yoongi-dijo al contestar

-Gigi, soy yo. Tae -Su hermano guardo silencio- ¿Ya haz encontrado una pareja?

El mayor estuvo a punto de reír entre dientes. Su hermano era la única persona en el mundo que lograba hacerlo reír. Aunque a veces fuera de él mismo.

-Estoy en ello ahora mismo, Tae.

-Creo que lo he encontrado

-¿Quien es? -dijo con el pulso acelerado

Otra pausa por parte de su hermano.

-Tendrás que escuchar sus condiciones, pero no creo te supongan problema alguno. Debes ser de mente abierta. Aunque se que no es tu fuerte. Eso si, puedes confiar plenamente en esa persona.

Yoongi le echó un vistazo a la ultima frase de su lista. De repente un zumbido en los oídos lo puso en alerta.

-¿Quien es, Tae?

El silencio se prolongo durante unos segundos.

-Jimin -Contestó por fin el omega

La estancia comenzó a dar vueltas a su alrededor nada mas escuchar ese nombre, sacado de su pasado. Su mente embozó un único pensamiento, que comenzó a parpadear una y otra vez como si se tratara de un cartel neón:

Ni en broma.

Mientras su lobo movía la cola emocionado.

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