—No tenías que...¡Ay! No, ¡Ahora me verán como el favorito del director!–

Doyoung hizo puchero. Jaehyun lo volteó a ver y quedó embobado por la expresión del menor pero después volvió a la realidad.

—No te preocupes, callaré a todos–

Doyoung frunció el ceño y se libró del agarre del mayor.

—Creo que hubiera sido mejor que me fuera, esto no está bien, que seas el hijo del señor Jung no significa que puedes hacerme este favor tan grande. Es demasiado y seguro tú quieres algo de mi, nadie hace favores por hacerlos...–

—No quiero nada de ti, Doyoung– sonrió. Era verdad, no quería algo además de agradarle al menor, pero no conocía otra forma de hacerlo.

—Claro, ¡Por eso haces tanto!–

—Espera, iré donde la jefa y luego vuelvo, ¿Si? No te vayas por favor–

Doyoung suspiró y después asintió. Se sentó en la banca y Jaehyun se fue.

...

Luego de un rato, el mayor volvió con unos papeles para firmar.

—Solo firma–

Doyoung tomó los papeles y empezó a leer. Se sorprendió por la gran cantidad de beneficios que Jaehyun había puesto para él, no entendía porqué el mayor había hecho tal cosa pero igualmente no le parecía correcto.

—No, no voy a firmar, me voy–

Dejó los papeles en la banca pero Jaehyun los tomó y agarró a Doyoung del brazo.

—¡Hey! No te vayas, esta es una gran oportunidad para ti, Doyoung–

—No, esto no es correcto, está mal hacer esto–

—En realidad no, porque mi padre es el que decide, de igual forma yo soy heredero, tengo poder aquí–

—¡No importa! Yo solo quiero el mismo salario que los demás, no quiero tener problemas con los profesores–

—¡Oh! ¡Vamos! Firma–

Doyoung frunció el ceño y se libró del agarre del mayor y empezó a correr. Jaehyun lo empezó a perseguir.

En la mente del menor se preguntó "¿Qué le pasa? Si no quiero firmar, ¿Por qué me sigue?"

Se detuvo un poco y Jaehyun se paró y lo volvió a agarrar del brazo.

—A este paso me vas a dejar rojo el brazo, suéltame, idiota–

—¿Idiota? No pensé que me fueras a decir cosas así, con esa cara tan tierna que tienes no pareciera–

Doyoung rodó los ojos, Jaehyun soltó una risita, ya estaba coqueteando.

—Pareces un payaso, de todo te ríes y todavía me persigues como loco–

—Lo siento entonces–

—¡Déjame ir!–

—Firma–

—No quiero–

—¿Por qué?–

—Ya te lo dije–

—Solo firma...– Jaehyun hizo puchero.

Doyoung ya cansado agarró los tontos papeles y firmó.

—Ya, ¿Contento?–

—Más que contento–

—¿Por qué?–

—Porque te veré todos los días, querido maestro de literatura– sonrió. Doyoung se sonrojó ligeramente– adiós, conejito, nos vemos mañana– le dejó una hoja del contrato al menor y se llevó otra.

Doyoung se quedó parado por unos momentos mirando por donde se había ido Jaehyun y pensando sus palabras, después negó con la cabeza, no debía hacerse ideas incorrectas.