05 (2/2) - Confianza.

Hange miró a todos con bastante orgullo. — Me alegra que todos hayan podido pasar por aquí, ahora, vamos a la segunda parte.

La mayoría se miraron entre ellos con extrañeza, sobre todo cuando la terapeuta les pidió pasar a la sala de espera de su consultorio a través de una puerta contigua en una parte del salón y les pidió vendarse a todos nuevamente dentro de la sala, todos menos Sasha.

— ¿Por qué Sasha siempre va primero?

Reiner respondió — ¿Quieres ir tu primero, Ymir?

Eren se unió a la conversación — ¿Creen que se enoje si nos quitamos la venda?

— Eren, no. — Mikasa buscó la mano de Eren a ciegas para poder tranquilizarlo.

— ¿Quién me agarró? — El susto de Berthold lo hizo sobresaltarse y uno de sus pies dio a parar sobre el de alguien más con bastante fuerza — ¡ah! ¿a quién pisé?

— A mí — Melissa levantó la voz

Jean también se incluyó al parloteó — Ay, Berthold...

— ¿No creen que estemos haciendo mucho escandalo?

La voz de Armin fue la última en escucharse antes de que la puerta se abriera y de que la voz de Hange los callara a todos con un ligero "shhh", después de eso cerró.

Mikasa rompió el silencio — ¿Eren, sigues aquí?

— Sí, Mikasa.

— ¿Y si decimos presente?

No mames , Ymir — la risa de Jean comenzó a escucharse en el lugar

Pocos momentos después, Hange fue a la sala a seguir tomando a más personas para la actividad; el primero en salir del cuarto después de Sasha fue Berthold, después le siguió Jean.

Cuando este salió de la habitación, Hange lo guio a través de lo que parecían ser unas escaleras, una vez arriba, recibió instrucciones.

— Jean, voy a pedirte que no te quites la venda y permanezcas donde estas. Cuando yo cuente tres, vas a dejarte caer...

— Ah no, no Hange, no. — El muchacho parecía tener la determinación de bajar, hasta que al mover uno de los pies cuesta abajo casi se va de bruces. Se tragó el miedo y volvió a su posición anterior — No sé ni a cuanta altura estoy.

— Jean, es parte del ejercicio. Vas a estar bien, confía en mí.

El muchacho puso las manos detrás de los hombros y empezó a estirar sus extremidades buscando algo de calma en sus movimientos. — Esto sería más fácil si me dejaras fumar aquí.

Ella se sonrió, una vez que Jean dejó de moverse y procedió a repetir las instrucciones —Ahora, a la cuenta de tres, te dejas caer hacia atrás, alguien va a recibirte. ¿Listo? — Jean suspiró y al finalizar el conteo, muy a su pesar, se dejó caer, siendo recibido por Berthold.

— Berthold, te juró que nunca en mi vida te había apreciado tanto como en este momento, de verdad, gracias. — Berthold se rio ante lo dicho.

Ahora era a Jean quien tendría la tarea de atrapar al siguiente. Hange caminó hacia la puerta y de la sala tomó a Melissa, quien caminaba en pánico y con la respiración agitada. La muchacha subió a la plataforma — que, a decir verdad, no era tan alta — y Jean se posicionó del lado en el que tenía que recibirla al caer.

— Bien Melissa, a la cuenta de tres te dejas caer hacia atrás, ¿entendiste? — la muchacha asintió aun sin dejar de temblar. — Una, dos, tres. — Cuando el conteo terminó no ocurrió nada — ¿Melissa? Conté hasta tres, ¿no entendiste algo o...?

— No puedo. — la voz de Melissa era increíblemente temblorosa y parecía estar a punto de quebrarse — de verdad no puedo.

— Claro que puedes, alguien va a recibirte, no te harás daño.

— Es que de verdad no puedo — algunas lágrimas pequeñas comenzaron a humedecer la venda. — No puedo, tengo demasiado miedo. Perdóname Hange, de verdad, no tengo problema en seguir una venda, pero no quiero caerme. Me asusta muchísimo.

Los cuatro espectadores de la sala parecían rendidos, al fin y al cabo, nadie podía forzarla, era su decisión y tenía que respetarla. Hange estaba a punto de permitirle bajar, hasta que Jean le hizo una seña con la mano le dijo algo en un susurro, cuando su petición fue aceptada se pronunció en voz alta.

— Melissa, ¿recuerdas lo que te dije el otro día? — la muchacha reconoció la voz y parecía que su llanto se detenía progresivamente — Creo que eres valiente. Lo pienso de verdad. Es decisión tuya si crees en lo que digo o no — Jean no pronunció nada más.

Melissa, por su parte, reconoció las palabras de su compañero. Vino hacia su mente la primera interacción medianamente cotidiana que tuvo con alguien de su edad desde hacía tiempo, y sobre todo con esas palabras recibió un sentimiento valioso por sobremanera: no sentirse juzgada, por el contrario, se sentía validada. Aunque la interacción con Ymir le había otorgado un poco de confianza del tipo de volver a confiar en alguien que te dañó, la voz de Jean se pronunciaba no pidiéndole confiar en un desconocido, ni dándole no valor. Le daba oportunidad de confiar en que el fondo de sí misma, aun podía haber un poco de valentía.

Su respiración se calmó y el cuerpo dejó de temblarle. Al notarlo, Hange arrojó la indicación.

— Melissa, a la cuenta de tres, vas a dejarte caer hacia atrás, ¿de acuerdo? — la muchacha asintió — una, dos, tres.

El cuerpecito se dejó ir, siendo recibida por los brazos de Jean, quien le sonreía con orgullo. Este le ayudó a sacarse la venda de la cabeza y la miró a los ojos con una sonrisa ladeada. Al hacer ademán de abrazarla, ella se sobresaltó un poco, moviéndose hacia atrás. Cerró los ojos, respiró, y al final le rodeó el torso con los brazos, aún temerosa y con algo de torpeza al tocarle la espalda. Jean correspondió el agarre.

...

Todos fueron pasando de apoco, Melissa recibió a Mikasa, quien también necesito un poco de aliento y tiempo para poder soltarse al vacío, enseguida ella atrapó a Ymir, quien lejos de mostrar miedo, daba a notar cierta reticencia a caer, aunque al final logró irse. Ymir sostuvo a Eren mientras Mikasa observaba con detenimiento que esta no lo dejara caer. Eren recibió a Reiner, y este último recibió a Armin.

Una vez terminada la dinámica, todos reintegraron el circulo, esta vez la diferencia era notable, en lugar de dividirse en secciones, todas las sillas se ocupaban de manera contigua, había charlas entre la mayoría de las personas.

— Bueno... — Hange interrumpió las charlas animosas que ahora existían entre todos — mi propósito con todo esto no es que confíen en las personas de la nada, ni que cambien la percepción de todo el mundo porque fueron capaces de dejarse caer hacia atrás, mejor que nadie conozco muchas de las cosas que no les permiten sentirse cómodos y confiados hacia el mundo, incluso desconfiando de ustedes mismos. Pero me gustaría que reconozcan este lugar como siempre se los he presentado: un lugar seguro, donde pueden ser ustedes mismos, y como una red de apoyo en la que pueden aterrizar cuando sientan que caen, sabiendo que en este grupo siempre encontrarán una mano amiga a su lado. — respiró, y se movió hacia el frente sin levantarse del asiento — yo sé que vivir y confiar en este mundo no es tan fácil como dejarte guiar a ciegas en un rango de 10 metros, o caer de una plataforma, pero eso no significa que tengan que estar quietos siempre, o que no va a existir nadie que te atrape al final. Siempre, siempre va a haber alguien que los escuche, alguien que los quiera y valore su compañía, son personas que siempre van a estar ahí para escucharlos, y apoyarlos. Siempre.

Buenos días, el outfit de hoy es actualizar temprano ;)

La nota de autor de hoy es solo para decirles que voy a estar subiendo este fic ya en horario fijo que van a ser los martes y jueves, aún tengo muchos capítulos adelantados a este pero no me gustaría estar escribiendo a las prisas o sobre la marcha, entonces el tiempo me da chance de ir escribiendo más.

Les aviso que tengo un twitter en el que subo burradas y simpeos a Jean (BonelyLones) y un tiktok en donde hago lo mismo (fri.yay13), entonces, sip. Espero que todo les siga gustando mucho y si tienen alguna duda, queja o sugerencia es bien recibido. Lxs tqm. <3

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