Parte 41

Al abrir los ojos, Raya no recordó nada de lo que había soñado. Lo primero que vio fue que estaba tapada con una manta blanca. Tampoco reconoció el lugar. ¿Seguía en poder de Finic? ¿Alguien se había dado cuenta de que la habían secuestrado? Movió sus manos lentamente y se alegró de ya no tenerlas atadas.

La luz que alumbraba la habitación era amarilla y provenía de una lámpara que estaba encima del buró que tenía del lado derecho. Al ver sus manos confirmó que estaba como Andraya. Se tocó el cuello. Recordaba que Finic la había despertado antes de beber su sangre. Había sido una sensación tan horrible como la que había experimentado en el hubiera con Zack.

Se alejó y regresó en su mente varias veces. No sabía qué esperar ni por cuánto tiempo. Decidió levantarse después de juntar valor. La habían cambiado de ropa, ahora tenía un camisón blanco de los años noventa, que le quedaba algo grande. Había un par de pantuflas al lado de la cama y se las puso. Una vez de pie se sintió mucho mejor.

Encendió la luz que estaba cerca de la puerta. ¿Por qué no había reconocido esa habitación en la oscuridad? ¡Estaba en el dormitorio de Zack!

Abrió la puerta y asomó su cabeza. No había nadie en el pasillo. Caminó lentamente hasta que llegó a las escaleras. Tampoco había nadie abajo. Cuando fue al jardín se alegró de encontrar a alguien. Alucar tenía en sus manos un pajarito y jugaba con él.

-Me alegra que hayas despertado -le dijo cuando la castaña lo abrazó afectuosamente.

-Estoy un poco confundida y siento que me perdí de mucho.

El sol estaba en lo alto, así que debían ser las tres de la tarde, aproximadamente. Caminaron a lo largo del hermoso jardín de la mansión.

-¿Cómo se resolvió todo? -había estado aguantando las ganas de preguntar.

-Noctua y Hubiera te encontraron y te trajeron.

Entonces Zack había regresado al país para ayudarla. Se había quedado sin palabras cuando, gracias a la ayuda de Finic, había comprendido que su ex prometido era un noctividus. Y no cualquiera, sino el que había patrullado la misma zona todas la noches con ella.

Jamás habría pensado que podría tratarse de la misma persona. Zack la trataba muy bien y Noctua no era ni siquiera amable con ella. No sabía lo que sentía, ¿cuál de los dos era el verdadero?

-Descubrí que Zack y Noctua son la misma persona. Aún me cuesta creer que estuve saliendo con un inmortal.

A continuación, Alucar le relató todo lo que había sucedido en la cabaña. Habían encontrado a Finic a unos metros del lugar. Beber la sangre de Andraya lo había matado y no había podido terminar de armar las trampas para cuando Zack intentara rescatarla.

-¿Dónde están? -quería agradecerles por salvarla.

-Hubiera regresó a su zona y Zack se encuentra en la fortaleza. La identidad de los noctividus fue revelada y tienen que cuantificar los daños. Se deberán elegir a otros seis principales -añadió después de explicar el fin de ese grupo.

No sabía si debía sentirse aliviada al saber que no tendría que enfrentarse ese día a Zack. Ni siquiera imaginaba cómo dirigirse a él. No era el hombre que ella había pensado.

-¿Cuántas lunas perdí? -aventuró cuando se sentaron en el living.

-Dos -la mujer se quedó tratando de calcular lo que su ausencia ocasionaría en su vida como mortal-. Con la ayuda de Leo y los mensajes de voz que le enviaste a Zack durante su relación, pudimos informar en tu trabajo que habías pescado un fuerte resfriado -la tranquilizó después de adivinar sus pensamientos.

-¿Leo tiene la habilidad de imitar la voz de otras personas? -se divirtió.

Alucar soltó una carcajada por la ocurrencia de su protegida.

-Leo es un experto en computadoras. Creó un programa que solo necesitaba algunas muestras para reproducir cualquier cosa que escribiera con tu voz. Incluso logró que el programa imitara tu risa.

Esa era otra prueba de que los inmortales se cuidaban entre sí. Hasta la habían ayudado a conservar su nuevo empleo, por lo que estaba más que agradecida.

-Dos lunas son dos nuevas revelaciones -entrecerró los ojos-. ¿Puedo?

-Adelante.

Ya tenía planeado tratar algunos temas. Le resultaba difícil aceptar algunas cosas que había descubierto. Ella se había sentido tan confiada al ser una nueva integrante del mundo inmortal. Había pensado que las identidades que descubriría no la afectarían. Y después de todo, había estado saliendo con un inmortal.

-Bien -llevó su mano a su mentón y frunció el entrecejo mientras pensaba-. ¿Cuál es tu habilidad especial?

Él le explicó que al beber la sangre de un inmortal podía vivir una experiencia pasada de esa persona. Su habilidad no funcionaba con ella o con Zack debido a la toxicidad de sus sangres.

-¿Cuál es la de Zack? -hizo la segunda pregunta.

-Tiene un elevado grado de hipnosis. Tú también tienes un poco de esa habilidad, es por eso que él no te afecta.

No recordó sentirse víctima de una hipnosis con Zack, pero sí había unas cuantas ocasiones en que había obedecido a Noctua en contra de su voluntad sin poder explicarlo. La situación que mejor recordaba era cuando lo había encontrado alimentándose. Sus pies se habían movido como si le hubieran estirado la cuerda que tenía incrustada en la espalda. Quizá sus ojos de color lila se debían a esa habilidad.

El aroma de las margaritas y tulipanes invadió su sentido del olfato. El sol seguía estando muy fuerte por lo que se había puesto lentes de sol como lo habría hecho cualquier otro mortal. Sus zapatos se hundían en el césped a medida que avanzaba y su vestido azul se levantaba por encima de sus rodillas con la brisa ocasional de la tarde.

Se arrodilló frente a la placa de Roberto Lamas y dejó el ramo de flores encima del epitafio.

-El que te hizo esto ya no lastimará a nadie más -contó con una sonrisa melancólica-. Tuve mucha ayuda para encargarme de ello -se limpió las lágrimas que se le escaparon-. ¿Sabes algo? -aspiró con fuerza por la nariz- Empiezo a ver a los inmortales de otra forma: se apoyan entre sí cuando uno de ellos tiene algún problema -levantó la vista y miró las tumbas que había a su alrededor-. No son tan malos como pensaba, solo que nunca podré ser totalmente una de ellos.

Habían tres personas más visitando diferentes tumbas. Todas se quedaban a hablar con sus amigos o parientes fallecidos. Esa era una de las formas que utilizaban para sobrellevar una gran pérdida. Andraya lo había hecho por primera vez al visitar la tumba de sus padres cuando cumplió quince años. Se quedó toda la mañana llorando en el cementerio pensando que ya no recordaba bien a sus padres. Ese día sintió que les estaba fallando y que no merecía ser su hija. Ximena la había encontrado y se había quedado a su lado sin decir nada hasta que ella se había volteado a verla. Los ojos de Andraya habían estado demasiado rojos y su nueva madre la había llevado a una pastelería para distraerla.

Recordaba bien ese día porque de sentir tanta tristeza pasó a sentir alegría gracias a las divertidas ocurrencias de Ximena. No habría superado la muerte de sus padres de no ser por ella. Le debía demasiado.

Quizá enviarle una carta de agradecimiento a cada uno de sus salvadores había sido algo muy frío e impersonal, pero no podía ir en busca de cada uno para unas pocas palabras. Su vida como mortal le impedía ausentarse de nuevo de sus obligaciones. En TH había mucho trabajo debido a que el área de cabañas, que habían construido cerca de un lago, se inauguraría muy pronto.

Apartó su agenda y los papeles que tenía encima del escritorio. No podía concentrarse. Se soltó la cola de caballo y se revolvió el cabello. Su mente aún lidiaba con la información que le había dado Alucar la noche anterior. Tricia y Derek eran un ejemplo de un caso de aroma especial. Su amiga pelirroja había estado saliendo con un inmortal y hasta se había casado con él. Tomó su bolso y salió más temprano para ir a comprar una gelatina de fruta, ya que no quería llegar con las manos vacías al visitar a su amiga.

Suspiró aliviada cuando le abrieron el portón de la mansión Blanco. El ama de llaves le abrió la puerta, recibió la gelatina y le dijo que podía subir hasta la habitación de la señora Blanco.

Tricia estaba recostada con una revista en las manos. Una pequeña cuna celeste estaba a su lado con un pequeño bebé dentro.

-Aún no hemos elegido su nombre -comentó Tricia bajando la revista.

-Es precioso. Debes estar orgullosa -felicitó dándole un abrazo-. ¿Cómo te sientes?

-Estoy bien. Me levanto de vez en cuando.

Raya no pasó de largo la gran cantidad de peluches y obsequios que estaban apilonados en el sillón canapé cerca de la puerta de vidrio que daba al balcón. Reconoció el peluche verde agua con la figura de un ornitorrinco que ella había enviado días atrás.

Era muy extraño estar hablando con Tricia como si no supiera el secreto de su amiga.

-No he venido solo a visitarte-dudó un segundo-. He oído acerca de un caso de aroma especial...

-No entiendo a qué te refieres -frunció el entrecejo algo alterada.

-Sé que Derek es inmortal y que está provisoriamente como noctividus de esta zona. Lo escuché accidentalmente.

-Yo... -la pelirroja se quedó sin palabras-. ¿Cómo sabes de los inmortales? No me asustes, estoy a prueba y temo que piensen que yo te lo he dicho.

Andraya le contó el suceso del callejón y todo lo que le había llevado a enterarse de su lado inmortal. También le resumió las pruebas que había pasado para estar donde estaba: rigiéndose por las reglas de los inmortales recién convertidos.

-Me parece increíble que todo eso te hubiera pasado sin notar nada. Aunque puedo entender tu encuentro con Hilial, me pasó algo similar cuando viajé para que me hicieran la prueba. Por supuesto que a mí solo me cubrieron los ojos para llegar allí. Fue una experiencia muy perturbadora.

-Mi mente está ordenada como habitaciones de hoteles -rió al recordar.

-La mía está organizada como cajones de un gran placar.

La castaña cambió a Luna para mostrarle su transformación a su amiga.

-No parece natural -comentó al ver su cabello.

-Lo sé -rió-, pero lo es. Aunque al estar a tu lado, me siento con el pelo teñido -comentó mirando el pelirrojo natural, casi naranja, de Tricia.

Andraya se sentía aliviada de saber que no estaba sola en ese mundo sobrenatural. ¿Cuál era la probabilidad de que dos amigas ingresaran al mundo de los inmortales, por distintos motivos, casi al mismo tiempo? Era muy afortunada.

Derek pasó unos minutos antes de comenzar su guardia nocturna. Para la castaña, la pareja se veía diferente ahora que sabía la verdad acerca de ellos. No podía esperar a que convirtieran a su amiga. Podría parecer egoísta, pero quería tener una amiga que estuviera en su situación. Mientras tanto tenía algunos amigos inmortales.

Los premios Ára Ru'ã eran entregados una vez al año a las empresas más importantes del país. Las nominaciones se entregaban un día antes, lo cual era un problema para las mujeres que no prevían su asistencia al evento. Andraya había ido de compras esa mañana porque debía estar presente a pedido del señor Orlando Catebill, ya que el hotel TH estaba nominado para la categoría de Empresa Innovadora.

La premiación se realizaba en un exclusivo salón de eventos ubicado en la ciudad de Villa Elisa. A dos cuadras del local ya se podían encontrar las calles cerradas y solo podían acceder los que tenían invitación. El reloj del auto le indicó que faltaban treinta minutos para que comenzara oficialmente la premiación. Esperaba que el maquillaje y el peinado que le habían hecho en la peluquería no fueran tan excesivos. Habían llevado su flequillo hacia atrás y le había hecho "un batido" adelante, según la peluquera, y atrás le habían dejado varios rulos. El vestido que llevaba era de color rojo con detalles plateados en la falda desde la rodilla para abajo. En el asiento del copiloto estaban las sandalias negras de taco diez que la habían hipnotizado en el escaparate de su tienda favorita.

Después de entregar su invitación, se quedó unos segundos contemplando el techo. Las paredes eran tan altas que aunque varios adornos dorados y plateados estuvieran colgando verticalmente, no estaban ni cerca de tocar a los presentes. Se acercó a su lugar que estaba en la tercera fila de los sillones blancos en forma de semicírculo, que miraban hacia el escenario. En el medio había una mesa de vidrio con un centro de mesa con forma de hombre alcanzando algo alto.

Saludó a todos los que estaban en su sección y se sentó con una copa de champán en las manos. Los jueces de la premiación eran un grupo de empresarios que prácticamente controlaban la economía del país. Ellos estaban en la primera fila de la derecha. A la izquierda se encontraban la presidenta y el vicepresidente de la república como invitados de honor. Todo un despliegue de seguridad los observaba muy de cerca.

Cuando el evento empezó se encendió una gigantesca pantalla que transmitía todo lo que pasaba en el escenario, donde un hombre alto, rubio y muy atractivo comenzaba a presentar a los miembros del jurado.

La velada estaba siendo muy agradable. Los mozos se encargaban de repartir deliciosos bocadillos, que por la cantidad y variedad debían constituir la cena. El champán y el vino corrían por las mesas libremente y todos parecían satisfechos.

-Ahora vamos con la categoría de Desarrollo Corporativo -los nombres de las empresas nacionales nominadas se mostraron en la pantalla-. Y el ganador del Ára Ru'ã es... -hizo una pausa dramática-. Hoteles HBale, para la cadena principal de Asunción.

Andraya aplaudió acompañando a todo el salón. Miró atentamente como un hombre se levantaba de la segunda fila del lado derecho y, después de saludar a las personas cercanas, se encaminó por el pasillo central a recibir el premio.

Así que Phill Calvis obtuvo lo que siempre quiso, pensó al reconocer al hombre.

Mientras Phill daba el discurso de agradecimiento, el señor Cattebill le dio una palmadita en la pierna.

-¿Sabes algo? El periodo que el jurado tiene en cuenta para las nominaciones de este año terminó justo cuando dejaste tu cargo en HBale.

La castaña abrió los ojos de par en par.

-¿Qué quieres decir?

-El Ára Ru'ã lo tiene HBale gracias a ti. Uno de los jueces es amigo mío y me comentó que la categoría inicialmente tenía nominados con nombre y apellido. El problema fue que no quedaría bien que ganarás tú por HBale cuando estás trabajando para TH.

-Gracias por contármelo -bebió un trago de champán deseando sentir el efecto del alcohol.

Las demás categorías tuvieron competidores muy fuertes. Con cada anuncio la sala estallaba en aplausos y los flashes iluminaban aún más el escenario. Había tres periodistas de prensa escrita; incluso dos canales de televisión nacional transmitían en vivo la premiación.

Orlando Catebill subió a recibir el premio de Empresa Innovadora muy orgulloso de su equipo de trabajo. Cuando se entregaron todos los premios, empezaron las secciones de fotos en grupo y se sirvieron los postres.

Hubo un gran alboroto cuando le tocó al grupo de TH porque Zack Liam Bale había llegado recién y el equipo de HBale debía volver a tomarse una foto. Andraya se mantuvo lo más alejada posible del azabache. Se sintió incómoda al darse cuenta que todos los presentes esperaban ver la reacción de ambos al reencontrarse.

-Vaya, Vaya. ¿Es curioso cómo el mundo no tarda en acomodar bien las cosas? -Phill Calvis la encontró sola cuando fue a buscar un vaso con agua.

-Muchas felicidades -dijo al ver que el hombre no pensaba soltar su premio.

-Dime algo. ¿Qué se siente trabajar para un hotelucho? -preguntó tratando de molestarla.

Raya sabía que no le caía bien a Phill, pero ¿qué quería lograr molestándola? ¿Acaso esa era su forma de vengarse porque en el pasado ella había rechazado sus insinuaciones?

-La respuesta a esa pregunta no la tengo. TH es una cadena en crecimiento y tiene muy buenos clientes. Además, también recibimos un premio esta noche. Disfruta tu premio mientras te dure ya que tendrás que entregárselo a Zack -fingió sentir lástima.

Dejó la educación de lado y se escabulló del lugar. No estaba dispuesta a cometer algún error y que el país entero se enterase. El valet parking le trajo su auto con eficiencia y en diez minutos ya estaba camino a su departamento. Sintió algo de pena al ver que algunas personas seguían intentando entrar al lugar que ella dejaba atrás. ¿Tendría que huir siempre que Zack se encontrara cerca?

Las luces parpadeando del auto de atrás la distrajeron y se detuvo en el semáforo en rojo. El convertible negro que estaba atrás paró a su lado izquierdo. La mujer maldijo después de descubrir que Zack la miraba fijamente desde su auto.

-Tenemos que hablar. Por favor sígueme -le pidió en latín.

Raya asintió sin protestar. No tenía ganas de seguir huyendo porque de esa forma Zack podía tener la impresión de que ella seguía sintiendo algo por él. Y eso era lo que debía evitar. Le siguió a una distancia de un auto. Él eligió las carreteras poco transitadas sin que la mujer pudiera adivinar el destino.

¿Qué sucederá? ¿Dónde irán? ¿De qué hablarán?
Todo esto en el siguiente capítulo, gracias por estar del otro lado 😍😙😙

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