¡𝐂𝐚𝐩𝐢𝐥𝐥𝐚 𝐍𝐮𝐩𝐜𝐢𝐚𝐥!
░▒▓█►─═ ¡ᴀᴅᴠᴇʀᴛᴇɴᴄɪᴀ! ═─◄█▓▒░
Desde el principio. Este fanfic no está hecho para ser tomado en serio. Si eres fanático del Rezeden, una encarecida disculpa. No busco generar bardo ni tampoco creo hacer de forma tan seguida fanfics de esta temática. Segundo. El contenido sexual será el foco principal del One-Shot, usando a dos personajes que en el canon ni se topan. Por lo que, de preferencia evitemos reportes innecesarios, los tags están puestos y se le considera un fanfic "maduro" por lo que los menores en teoría no deberían leerlo. Tercero. Es un chiste el ship o emparejamiento, fue un chiste interno que me dio risa y cuando algo me da gracia, decido volverlo realidad.
Sin más que agregar, espero que disfruten de la historia. Quienes me siguen ya conocen como escribo y bye bye.
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『Martirio』
La sangre se derramaba del rostro de un pequeño joven. Sentado en su pupitre correspondiente, tenía que soportar los abusos de sus compañeros más fuertes, un grupo de maleantes que le dificultan la vida estudiantil de Higashiyama Nobana.
El día a día del joven pasó de inspirar un cierto grado de esperanza a vivir el infierno absoluto.
Tras el incidente del demonio pistola y de la presentación pública del hombre motosierra como el héroe de Tokio, su hermana desapareció de su vida y de toda su familia. Nobana no necesitaba explicarse el por qué, los abusos y constantes demandas de sus padres con conseguir dinero para la educación de su hermano mayor le dejaba claro que Kobeni no tenía razón para obedecer sus órdenes.
Ahora le tocaba a él buscar la forma de abrirse camino para conseguir una educación competente. Para eso debía recurrir a lo peor, unirse al club de cazadores de demonios, detestaba la idea. La detestaba porque tenía miedo de morir de una forma tan aberrante que no quede cuerpo que llorar.
El chico incluso se reía mientras su sangre continuaba derramándose. Nadie lloraría por él, sus hermanos estaban lo suficientemente presionados con sus propios asuntos como para preocuparse por Nobana. Su hermana lo abandonó y sus padres querían continuar este ruin trato con él como lo hacían con ella.
—¿Y bien? ¿Me darás el puto dinero? — Sin poder reconocer su rostro, uno de los bravucones que hacían la vida imposible a Nobana exigía parte de los ahorros de nuestro protagonista.
—N-no tengo, n-nada... y-yo... me quedé sin dinero, en serio lo siento... p-po... p-por favor ya no me golpeen.
—¡Toshiya! Revisa los bolsillos de este imbécil. Seguramente está ocultando su jodido dinero y no quiere compartirlo.
—Vete a la mierda. — Respondió Toshiya. Pero continuó siguiendo la orden. — Si encuentro algo la mitad será para mí, pendejo.
Los bolsillos de Nobana eran inspeccionados, el chico sentía la incomodidad de sentir las manos de uno de sus matones. Solo encontraron un encendedor.
—Wow. No tenía idea que fumaras.
—N-no... y-yo no fumo... e-es por sí alguno de ustedes quie... — El pobre chico no pudo continuar con su respuesta.
¡ZAAAAAAZ!
—¡¿UN PUTO ENCENDEDOR ES LO ÚNICO BUENO QUE TIENES, PEQUEÑA PERRA?! — El matón perdía los estribos, dejando a Nobana en el suelo.
—Y-yo te d-dije que no tenía dinero... — Nobana lentamente se intentaba levantar del sueño.
El joven Higashiyama temblaba mientras con esfuerzo intentaba levantar, incluso con el miedo que le tenía a sus tres abusadores, el chico se vio en la necesidad de darles la espalda para poder estar de pie. Nobana estaba al borde de las lágrimas, ensangrentado y dolorido, su rostro quedó marcado con los nudillos del matón principal.
El receso del almuerzo aún no había acabado. Desde el momento que esos tres tipos malos no permitieron la salida al joven Higashiyama, Nobana solo podía esperar lo peor. Ignorado por el resto de los compañeros de clase, pasando de largo, sin observar la imagen de un pobre chico siendo molestado.
Un chico pelinegro, de complexión delgada y unos característicos seis piercings en su oreja izquierda observó la escena, quería interferir hasta que visualizó a lo lejos del pasillo de la escuela a un chico rubio, encorvado y malhumorado. Se fue sin intentar ayudar a Nobana.
Los golpes no se detuvieron. El intento para poder levantarse fue en vano, de una sola patada se derribó al pobre chico. Makoto agarró su brazo izquierdo y Toshiya aplastó su mano derecha.
—¡AAA.... (¡MMMMMMMM!) — El grito de Nobana fue interrumpido por la mano del líder del grupo, Daichi sonreía al estar sobre el cuerpo enclenque el chico.
—Bien. No nos compartirás de tu dinero, así que por este acto de rebeldía deberíamos divertirnos contigo ¡Vete preparando! — El matón preparó su puño y conectó con el rostro del chico.
Tres golpes en la cara de Nobana, solo se necesitó tres golpes en su rostro para romperlo. Sus ojos derramaban lágrimas y para su desgracia no podía gritar, quería pedir ayuda, auxiliarse en algún profesor o compañero, incluso pedirle ayuda al hombre motosierra.
No hace mucho, se había afiliado a una nueva religión en su honor. Se le enseñó unas cuantas cosas sobre él, hazañas y secretos que solo la iglesia podía proporcionar. Faltaban unos cuantos pasos para ser un devoto seguidor del hombre motosierra y ese preciado día, es hoy mismo.
—¿¡Qué se cree que están haciendo?! — Reclamó en la entrada del salón un chico de gran estatura, con un cuerpo atlético y utilizando una gorra militar. Nobana lo reconoció enseguida.
—¡¿Seigi?! — Los tres matones quedaron perplejos al ver a uno de los momentos del club de cazadores fijando su mirada en Nobana.
Ser parte del club de cazadores al igual que trabajar como cazador de seguridad pública tiene sus problemas, enfrentar a demonios puede costar un ojo de la cara... literalmente.
El compañero de club de Nobana solo contaba con un ojo sano, perdió el ojo derecho tras el ataque de una chica con ansias de poder e imitar lo que era capaz el hombre motosierra.
Seigi no se hizo esperar y apartó a Daichi del cuerpo de Nobana. Había iniciado una pelea y estaba dispuesto a terminarla. No expresó ninguna emoción al sujetar del cuello a Toshiya. La fuerza del compañero de Nobana era extraordinaria al levantar al matón sin esfuerzo con una sola mano.
—¡B-BAJ... BAJAME! — intentaba completar la orden el matón, mientras su rostro se palidecía por la falta de aire.
—Como quieras. — Seigi arrojó al matón hacia Makoto, dejando a los dos incapaces de seguir.
Solo quedaba Daichi. Sin embargo, el matón se acobardó de hacerle frente a semejante masa llena de músculos. Huyó del salón y no se volvió a saber de él por el resto del día.
—¿Necesitas una mano? — El joven cazador ofreció su ayuda para poder levantar a Nobana. — Sabes, podríamos imitar a la señorita Asa y comprar unos teléfonos móviles, así me llamarías si estos idiotas te vuelven a molestar.
—L-lo sé...
—O podríamos entrenar juntos. Después de nuestras reuniones con el presidente y arreglar los asuntos con la iglesia, sal conmigo, serviría de algo que dejes de ser un enclenque y te puedas proteger tú solo.
—M-mis padres no me dejan estar tantas horas fuera de casa.
—Cierto... ¿Entonces lo del celular es una opción?
—N-no les mentía cuando dije que no tenía dinero. Le he estado dando todo a la iglesia.
Su compañero se quedó pensativo. Tras un leve suspiro, arregló el desastre que el mismo hizo en el salón de su compañero y procedió a retirarse.
—Nobana... — Seigi pronunció el nombre de su compañero apenas saliendo del salón. — Sigues sin ser un miembro de la iglesia, se te asignará tu pareja el día de hoy.
—Cierto... es hoy. — El joven se quedó mirando al suelo, donde su sangre quedó derramada luego de los tres golpes que recibió. Buscó la forma de limpiarlo.
Nobana no comió nada durante ese día de escuela. Salvó unas cuantas monedas para donarlo a la iglesia, quería rezarle al hombre motosierra para que volviera a aparecer, que lo ayude a solucionar sus problemas de una vez por todas y quizá, hasta le ayuda a librarse de sus padres. De todos modos, los adultos son idiotas por culpa de Estados Unidos.
『Caminata』
No era de extrañar que nadie le importase el estado físico de Nobana. Sus compañeros de clase lo ignoraron e incluso su profesor prefirió humillarlo en presencia de todos.
Nobana no era muy bueno en matemáticas, pasaba con lo mínimo en los exámenes y últimamente se ha sentido distraído, sus pensamientos estaban más relacionados con la iglesia, pero debía mantener su promesa con su madre. Buscar becas a través de la cacería de demonios y para eso también debía mantener sus calificaciones.
Terminando las clases. Escuchaba como sus compañeros se preparaban para salir a otros sitios, ir a jugar a las máquinas de arcade, salir a comer o incluso las parejas se ponían cariñosas y proponían buscar un lugar más privado.
Cabizbajo, era una mera ilusión pensar que Higashiyama Nobana pudiera conocer algo tan sencillo como un trato digno. Su presidente Haruka tenía aires de prepotencia y exigía que Nobana fuera alguna clase de seguidor. Seigi lo trataba de forma más digna, pero su compañero estaba más centrado en combatir con los demonios y Nobana le aterrorizaba siquiera pensar en ellos.
Sacó sus notas escritas en una libreta, tenía que memorizar nuevamente cada diálogo que tenía que decir cuando le toque trabajar como guía para la iglesia del hombre motosierra.
—Estados Unidos esto, Estados Unidos aquello. Okey... adultos idiotas, para unirte a la iglesia el hombre motosierra, debes tener... d-debes tener.... D-debes... d-debes tener se... s-s... sex... sexo.
Nobana le aterraba la idea de tener sexo con alguna mujer desconocida. Tampoco estaba convencido de la idea de casarse, pero quería formar parte de un grupo que le hacía sentir más seguro que en su escuela. Agradeció el hecho de ya no tener que hacer patrullajes tan seguido, aceptó ser guía de la iglesia a cambio de una reducción considerable en sus cacerías.
Admiraba a Mitaka Asa. Observaba sus posters y solo contemplaba esa imponente figura, con esa mirada determinante, su uniforme casi intacto de no ser por algunas manchas de sangre, su cabello oscuro y ese lindo peinado. Las dos personas que más admira compartían espacio.
Nobana quedó impresionado en la ocasión que terminó atrapado en el acuario junto con sus compañeros, ella y un chico rubio con cara de pocos amigos. De solo recordar ese momento, cuando Asa logró liberarlos del acuario infinito y enfrentar sin miedo al demonio de la eternidad con una lanza llena de la fauna marina que poseía el edificio.
Sin embargo, recordó también su comportamiento humillante, la débil fuerza de voluntad de Nobana no se comparaba a lo capaz que era su compañera. Mientras el apreciaba la imagen de una mujer fuerte y decidida, ella seguramente lo recordaría por lamer los vidrios mientras estaban en el acuario.
Incluso si lo podía recordar, ella se encontraba sonriente con el chico rubio. No le agradaba él, le daba miedo, les recordaba a los matones que siempre lo molestan, incluso le arrebató el encendedor que traía consigo y por esa razón días después algunos de los matones que fuman lo terminaron golpeando por no traer consigo ese instrumento.
De solo recordar ese día, el rostro de Nobana se puso rojo. De todos modos, esperaba que Mitaka Asa ni siquiera lo recuerde. Eso sería lo mejor para él, no quería ser recordado como el tipo que lamía vidrios por la chica que le gustaba.
Durante el camino visualizó la presencia de algunos demonios. Nobana temblaba de miedo y sudaba de forma constante. Decidió quitarse el uniforme y únicamente usar su playera blanca, de lo contrario la gente creería que él los ayudaría a matar al demonio. El chico se refugió en un callejón a la espera que algún otro cazador lo eliminara.
Cuadrúpedo y con cara de rana, era la única forma que Nobana lo podía describir. Esperaba demorarse el tiempo necesario hasta que llegase otro cazador. El chico asomó en extremo de la pared para visualizar si el demonio se había ido, pero lo que vio fue más impresionante.
La chica que se quedó admirando en los posters, estaba presente. Nobana apreciaba la espalda de la chica, el cabello negro, el uniforme escolar y esas dos coletas eran totalmente reconocibles, Mitaka Asa había salvado el día otra vez.
Una espada de extraña forma y materiales había atravesado el demonio y la chica se limpiaba el rostro con un pañuelo, Nobana Observó la figura de la chica que le gusta, sonrojado e impresionado veía como ella volteaba hacia dónde él se encontraba.
Distraído por la hermosa figura de su compañera, Nobana quedó un tanto distraído por el resto de su entorno, tropezando con una simple piedra. Cayendo y dejándose expuesto a la vista de todo público.
Las cicatrices en rostro de Asa desaparecían y con ello su comportamiento tan violento hacia otros demonios. Sentía asco por las manchas que le quedaron en el uniforme, pero no quedaba de otra más que seguir con su camino hasta que vio al chico.
—¡Hey! ¿Estás bien? — Asa se acercó lentamente hacia donde se encontraba Nobana. Tendió su mano y de forma inexpresiva esperó que el chico respondiera.
—G-gracias... — El rostro avergonzado de Nobana era evidente. Había caído y la chica que le gusta lo ayudó luego de presenciar un momento tan vergonzoso, el joven intentó ocultar con sus manos su rostro para no ser reconocido.
—¿Te hizo daño ese demonio? Déjame ver tu rostro.
—¡N-no! No es nada, solo me hizo daño la luz del sol y una pequeña caída.
Asa quedó confundida por la respuesta, el sol ya no se encontraba en su punto más alto y las nubes reinaban en el cielo. Insistió en revisar el rostro del chico.
—No quiero sentirme nuevamente culpable si alguien sufrió daños por mis acciones, solo déjame revisar si en serio te encuentras bien.
Nobana accedió a la petición de Mitaka, descubrió su rostro lentamente y Asa pudo observar la cara de su compañero. quedó distraída observando sus lunares y los pasadores de su cabello, además de moretones y algunas cicatrices recién hechas.
—¿Estás bien?
—¡Si! Solo... eh... ¡Me caí!
—¿Por lo de ahorita?
—¡No! Eh... Hace unas horas.
—Ya veo... Oye ¿Te conozco de algún lado?
Esa pregunta de cierta forma lo hirió. La respiración de Nobana se hizo más profunda y simplemente respondió con un tembloroso no.
—¿Seguro? Creo que ya te he visto antes.
—E-estoy seguro de que no nos hemos visto antes... eh... eh... Soy Nobana.
—Asa... Un momento, te recuerdo...
El rostro humillado de Nobana no se hizo esperar, no quería que le recuerden que lamió los vidrios en el acuario ni mucho menos que había llorado por no soportar estar atrapado en ese lugar. Era una dura imagen mental que él tenía, ser humillado por la chica que le gustaba. El pequeño Higashiyama estaba preparado para tal momento.
—Eres el chico que está haciendo de guía en la iglesia.
—Ah... — Nobana quedó boquiabierto, incapaz de formular otra palabra luego de algunos problemas para contestar, afirmó. — ¡Si! Soy ese, me encanta enseñar sobre nuestro señor el hombre motosierra.
—Si... toda esa cosa de Estados Unidos y los rayos. En fin, me tengo que ir...
—¡Tan rápido! Digo... ¿S-se tiene que ir ya, señorita Asa?
—Si. Tengo que reunirme con una socia de la iglesia, si me demoro probablemente mande nuevamente a una loca a buscarme.
—Entiendo... espero verla pronto allá... también voy en camino... muchas gracias por matar al demonio.
El rostro de Mitaka Asa siempre ha sido serio, los traumas del pasado y del presente no le han permitido sonreír como ella quisiera, pero al ver a un chico indefenso como Nobana, tomó una actitud tranquila y le sonrió.
—Hasta pronto. — Asa salió corriendo del lugar en dirección a la iglesia.
El chico se despidió de ella solo sacudiendo el su antebrazo. Quedó avergonzado por solo decirle un simple gracias.
—¡Tonto! ¡Tonto! Debiste hablarle más o mínimo decirle que la acompañarías a la iglesia, también vas a ahí.
Nobana tenía conflictos consigo mismo. Siguió su camino en dirección al edificio, pensativo y un tanto arrepentido, tenía la oportunidad de oro para conocer más a Asa y por su nerviosismo no pudo.
Entrando a la iglesia, observó a muchos de sus compañeros y alumnos de otras escuelas reunidos en este mismo punto. Rostros nuevos que necesitaban ser guiados por la senda del motosierra.
Nobana se arregló para ser el guía de la iglesia en los vestidores. Se colocó un pequeño pin que indicaba que él sería el guía y salió del lugar rumbo a la entrada de la iglesia del hombre motosierra.
Su timidez hizo que no fuera solicitado en un inicio para dar guía a los aspirantes a entrar en la iglesia. Hasta que unos cuantos chicos por simple piedad le pidieron que los guíe. Los nervios de Nobana no se hicieron esperar, sudó durante toda la guía y se trababa en ciertas partes.
—¡Y-y este de aquí es el retrete del hombre motosierra! E-es un retrete normal, pero tiene diseño de nuestro héroe. — Nobana estaba casi finalizando su recorrido.
—Wow. Es impresionante, apuesto que si le jalas a la cadena debe sonar como una motosierra. — Mencionó un chico.
—D-de hecho, suena a un retrete normal, pero se ve bonito y siempre lo están l-limpiando.
—¡Asombroso! — Una de las chicas quedó maravillada por el sitio.
—¡Ya siento que desteto a los americanos!
—¡SI! ¡Qué se vayan a la mierda esos idiotas!
El recorrido continuó hasta dar con la capilla nupcial de la iglesia. Nobana explicó que era este sitio y para qué servía.
—E-este lugar es nuestra capilla nupcial. El hombre motosierra descubrió que el matrimonio en la adultez es un producto estadounidense para esclavizar a la población japonesa, el matrimonio en los jóvenes es lo más natural que existe.
—¿Entonces hay que casarse?
—Emmm. Sí, claro. Antes de eso deben entrar a... el siguiente cuarto... ¿Alguno de ustedes es pareja?
—¡Yo vine con mi novio! — Una chica del recorrido alzó la mano y la de su novio.
—Eh... Si... ustedes, claro. Si gustan unirse a la iglesia del hombre motosierra deberán tener... relaciones... sex... sexu....
—¿Debemos coger?
—S-si eso.
—¡Qué buena religión! Yo me uno. — dijo el novio. Pidió que su afiliación fuera inmediata a Nobana y el chico tuvo que llamar a un compañero para preparar la habitación, la pareja de estudiantes entró al cuarto y no volvió a salir hasta después de un rato.
Una chica alzó la mano.
—¿Si, sucede algo? — Nobana estaba obligado a responder dudas.
—Y-yo no tengo novio.... Pero estoy dispuesta a unirme y casarme así sea por el hombre motosierra ¿Qué sucede en esos casos?
—S-se te asignará una pareja disponible, no te preocupes, el hombre motosierra es muy sabio y sabe sobre compatibilidad de parejas en el... se... se... sexo.
Otra mano se alzó.
—¿C-cuál es su pregunta?
—¿Usted ya es miembro? Es decir ¿Ya tuvo sexo? Se ve muy... no quiero sonar grosero, pero muy perdedor como para tener relaciones sexuales. — un aspirante preguntó y dejó expectantes a los demás por la respuesta de Nobana.
—Y-yo... aún... eh... ¡La guía terminó! Esperen con mis compañeros a qué se les indique los siguientes pasos para unirse...
Nobana se separó del grupo. Estaba rojo de la vergüenza y aún contaba con el dolor en su rostro por culpa de los matones. Nuevamente reflexionó sobre sus acciones y se arrepintió de no tener mayor contacto con la chica que le gustaba. Estaba seguro que ella debía estar en alguna parte de la iglesia, llevó a los nuevos miembros a varios sitios que ni siquiera estaban dentro del recorrido solo para buscarla, sin éxito.
『 ¿Quién eres tú? 』
Descansando en los vestidores de la iglesia, Nobana se la pasaba cada vez más nervioso al pensar que este era el día donde debía contraer matrimonio. No sabía quién sería su esposa y ahora que lo pensaba
«¿Debo presentarla a mis padres? ¿Es legal esto que estamos haciendo? ¿Al menos será bonita? » — Nobana se inundaba de preguntas sin respuesta.
Temeroso de ser el primero de los hermanos en casarse, esperó que al menos lo que quede del día termine con rapidez. Quizá la chica con la que le asignen no quiere tener sexo y ambos puedan aparentar que si tuvieron. Nobana pensaba esa idea, pero se arrepentía porqué sentía que engañaba al hombre motosierra.
La reflexión de Nobana duró poco. El chico escuchó el andar de una persona dirigiéndose a su posición, lo que les provocó nuevamente nervios.
—Veo que ya estás preparándote para tú ingreso a la iglesia. — Reconoció uno de los fundadores de la misma mientras sujetaba el hombro de Nobana. El chico solo pudo permanecer inmóvil.
Nobana reconoció de quién se trataba. La figura de un hombre alto, con un cuerpo entrenado y cabello negro largo recogido en una cola de Caballo. El hombre siempre acompañaba su presencia con una vivaz sonrisa y unos ojos fríos. Esperó la respuesta del chico sin apartar su mano del hombro de Nobana.
—S-si, señor Varm... no puedo esperar para ser un m-miembro oficial de la iglesia.
—Tranquilo, sé que estás nervioso. Las mujeres no muerden, siéntete seguro que se te ha asignado a una pareja que te va a encantar.
—¿L-lo dice en s-serio?
—¡Claro! ¿Por qué no debería serlo?
—Me alegra escucharlo.
—Te daré una breve descripción de ella, es una mujer hermosa, se ha dedicado a la cacería de demonios como tú, así fue cómo la conocí y además salió con un chico que creo que tú conoces.
—¿Qué?
—Como dije, ella salió alguna vez con un chico rubio. Creo que llegaste a coincidir con él en alguna ocasión... en un acuario.
—¡Eh! ¿Me voy a casar con... ?
—¡Sip! Felicidades. Ve preparándote y no la hagas esperar. Ella se va a terminar enojando si te tardas mucho tiempo aquí.
Varm se retiró de los vestidores. Para desgracia de Nobana el cuarto no contaba con más vestimentas que uniformes escolares, según el hombre motosierra está fue la vestimenta que el mismo escogió cuando reveló su existencia al público.
El joven Higashiyama se preparó con un nuevo atuendo aunque sea de la escuela. Se peinó y al menos volvió a limpiar su rostro en los baños de la iglesia, el observaba los moretones y algunas pequeñas heridas abiertas que los golpes de los matones le dejaron.
Ni los aspirantes a miembros o Varm se fijaron en ese detalle, pese a ser un cazador y miembro de la iglesia seguía siendo el mismo perdedor que en el pasado. Víctima de abusos por sus compañeros más grandes, echaba de menos a Kobeni si lo pensaba bien.
Con un pequeño suspiro, el joven salió del baño y sin que nadie lo viera, agarró unas flores que formaban parte de la decoración de la iglesia. Las hizo ver presentables para dárselas a la chica que Varm le describió. Se estaba dando una idea de quién podría ser y su rostro solo podía ser descrito como vergonzoso, sonrojado hasta el límite permitido y con unas muecas incómodas.
No podía creer aún con quién fue asignado.
¿Mitaka Asa será su esposa? Ella es una mujer hermosa, se dedica a la cacería de demonios y también salió con el rubio, aunque se preguntaba el propio Nobana si las cosas salieron mal con ese sujeto, se veían felices incluso después de ser liberados del acuario.
Nobana era consciente que no podía competir con él, era más bajo, más débil y con una personalidad sumisa. Aunque Mitaka Asa haya sido amable con él antes de llegar a la iglesia, nada decía que ella esperaba que él fuera la persona con la que debía casarse. Los nervios de Nobana se incrementaron y solo pensó en esa desilusión en el rostro de Asa.
En la capilla nupcial, observó cómo la pareja a la que le dio el recorrido se encontraba contrayendo nupcias por uno de los compañeros de la iglesia, al menos vio que salió bien para ellos. Ahora le correspondía a él entrar al mismo cuarto y presenciar con sus propios ojos el encuentro con su futura esposa.
Nobana mientras sujetaba el ramo improvisado de flores, arreglaba un poco su cabello y se removió parte del sudor de su frente. Su respiración se volvió profunda con el fin de tranquilizarse y no hacer ninguna escena vergonzosa en frente de Asa.
Lamentablemente para el, los Higashiyama son personas nerviosas por naturaleza y pese a su cierto atractivo, no era popular entre sus compañeros, pero al menos sentía que la vida le sonreía por primera ocasión en tanto tiempo, volteó a ver dónde se encontraba la figura tallada de madera del propio hombre motosierra en una pose amenazante.
«¡Espero que estés orgulloso de mí, mi héroe!» — Pensó Nobana con un pulgar en alto y llenándose de determinación. Caminó rumbo al cuarto donde el acto íntimo tenía que ocurrir.
El interior parecía acogedor. Similar a una habitación de una casa grande. Nobana no conocía mucho sobre grandes habitaciones porque tenía que dormir en compañía de sus hermanos menores. Las luces tenían una iluminación tenue y oscura, haciendo que se dificulte el reconocimiento del lugar.
Durante el camino, Nobana se tropezó con su propio pie, pero intentó mantener la calma y continuar con el rumbo que había tomado. Sujetaba con fuerza el ramo de flores y espero dárselo a Asa lo más pronto posible, en sus pensamientos, Nobana pensaba en que quizá Asa no quisiera tener sexo, pero sí intentar algo con él, después solo se insultaba a sí mismo por saber que no es el hombre que ella espera.
La superficie de la cama era extensa, Nobana nunca había visto una cama de ese tamaño. Impresionado por los detalles de la habitación que opacaba lo que tenía en su hogar, terminó ignorando el hecho que había una chica sentada en el extremo izquierdo del colchón.
Nobana al darse cuenta que estaba a punto de conocer a su futura esposa, se preparó, se paró firme y erguido, el chico sujetó las flores con fuerza y caminó hasta estar al frente de la chica.
La chica vestía un traje escolar de la misma escuela que Nobana y Mitaka Asa estaban obligados a vestir. Acompañado de esto, un velo opacaba la visión de la prometida gracias a la iluminación. La chica se encontraba inmóvil, a la espera que su prometido le removiera el velo.
Tímidamente, Nobana le hizo entrega de las flores a la chica. Las acercó hacia la mano de la mujer y ella las recibió delicadamente. La chica estaba un tanto sorprendida por el hecho de que su prometido no le removía el velo. Nobana temblaba siquiera por pensar de lo que vendría después.
—Parece que aún te acuerdas de ese día. — la chica emitió un mensaje claro para Nobana y quedó sorprendido. No era Asa.
Consternado y con mirada confundida, Nobana se dio cuenta que la chica que le describió Varm no era Asa. Era una completa desconocida al escuchar su voz, deseaba morir de vergüenza y a la vez reconocía el hecho que ella ni de chiste se casaría con alguien como él.
—¿No vas a decir nada, Denji? — preguntó la prometida, al igual que Nobana ninguno de los dos estaba contrayendo matrimonio con la persona que esperaban.
Nobana removió el velo, ya estaba desilusionado y tampoco se consideraba un mal tipo para mantener la mentira a su compañera. Cuando la mujer por fin pudo observar a su prometido, se percató que era un completo extraño.
—¡¿Qué mierda?! — frunciendo el ceño y con la boca abierta, la chica estaba siendo engañada por Varm. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la entrada del cuarto donde tenía que ocurrir el acto.
—S-señorita... en serio lo siento, y-yo... — Nobana intentaba explicar que también fue engañado.
—¡Silencio, maldito idiota! ¿Dónde está Denji? —La mujer intentó abrir la puerta de la entrada, pero le era imposible abrirla. Golpeó con fuerza y gritó con tono amenazante. — ¡VARM! ¡VARM! ¡MALDITO IMBÉCIL, ME ENGAÑASTE!
El hombre al que se le dirigía el mensaje de odio se encontraba al otro lado de la puerta, con una sonrisa y con sus brazos cruzados mientras descansaba en un asiento de la capilla. El resto de los integrantes de la iglesia se encontraban apartados del lugar y los recorridos habían terminado, nadie más que él se encontraba presente.
—¡Ábreme maldito idiota! ¿¡Quieres que reviente todo el puto edificio?!
Varm se levantó luego de oír tal amenaza. Seguía escuchando los golpes y como la chica amenazaba con destruir todo a su paso incluyendo al chico que lo acompañaba.
—Intentalo. Estoy seguro que estarás a la espera que seguridad pública, el gobierno japonés, el estadounidense, el soviético y nuestros socios se enteren que la chica bomba aún sigue con vida y siendo un peligro para la sociedad ¿O me equivoco, Reze?
La chica se encontraba sosteniendo el aro de seguridad de su cuello. Enfurecida por haber sido timada bajo la promesa que se reencontraria con el motosierra. La chica pelimorada, de complexión delgada había vuelto a la vida tras haber sido masacrada múltiples veces por el héroe del infierno y una versión debilitada de este en el cementerio.
Escapó junto con las demás armas, algunos tomaron su rumbo y otros se quedaron con la idea de fundar una iglesia en honor de su salvador, los ideales de cada miembro distaban entre ellos. Reze conocía la verdad sobre el motosierra.
『Salida』
—Hubo un cambio de planes. No lo tomes a mal, pero he encontrado una vía más segura que tú siendo la esposa del motosierra.
—¡Prometiste que volvería a verlo!
—Claro que lo harás, pero no es el momento. Por el momento, diviértete con ese chico. Es patético y débil, perfecto para que hagas lo que te plazca con él.
Nobana escuchó eso último. Lo reconocía, nunca tuvo éxito con el sexo opuesto, simplemente retachó contra la pared y se dejó caer hasta sentarse. Era imposible salir y eso le aterraba, la chica que exigía ser liberada tenía un aura amenazante.
Reze se preparó para activar su modo híbrido. A punto de arrancar el aro de seguridad se percató de la figura de Nobana, indefensa y asustada.
—¿Vas a causar la muerte de un inocente, Reze? ¿Volverás a ser lo que tanto odiabas, una jodida asesina? — Preguntaba con tono burlón el hombre detrás de esa puerta. — Hay una forma que puedas salir de esta y que te deje en paz, es más, te ayudaré a qué luego de todo, el chico que tanto ansías encontrar sea únicamente tuyo.
—¿Cuál?
—Ten sexo con Nobana.
—¿¡Qué?! — Se escuchó al unísono por Nobana y Reze. La chica volteó y miró con desprecio a su compañero de habitación. El pobre chico se quedó intimidado y apartó la mirada, prefirió mirar el suelo y hasta desear volver a ser golpeado por los matones.
—Como lo escuchaste. Ambos formarán parte de la iglesia, tenemos convenios actualmente con muchas tiendas, negocios y escuelas.
—¿Y eso a mí que me importa? — Reze entró a la defensiva.
—He oído que a los soldados soviéticos se les priva de educación, obligados a entrenar desde pequeños, abandonados en la intemperie, asesinados por rebeldía y solo unos cuantos de los más fuertes se les permite ir a misiones al extranjero. Uno de esos soldados eres tú, por algo se te concedió el corazón del demonio Bomba ¿Correcto?
Reze no respondió, seguía pensando en la forma de escapar sin ser descubierta por el mundo ni tampoco asesinando a inocentes. Quería abandonar ese pasado de una vez por todas.
—Te estoy dando la oportunidad de tu vida. Al igual que se la di a Sugō, puedes unirte a la misma escuela donde se encuentra ese chico que tanto buscas.
Reze se quedó mirando al suelo. Golpeó nuevamente la puerta y con impotencia soltó un "Bien".
—¿Eh? Señorita... n-no es necesario que... aggh... — Reze agarró a Nobana del cuello de su uniforme, lo arrastró sin dificultad y lo lanzó hacia la superficie de la cama.
Acostado boca arriba y con los nervios a tope, Nobana se quedó observando como la chica pelimorada gateaba sobre la fama hasta que ambos pudieron observar su rostro. La chica mostraba una expresión fría, cansada de la manipulación, de la jodida unión soviética, de esa perra pelirroja y ahora de Varm.
Ella seguía siendo un maldito perro a los ojos de su compañera y ahora tenía que hacer una tarea humillante para lograr su objetivo. Nobana estaba espantado, era lo más cerca que estaba de una mujer, no quería que así fuera su primera ocasión y al igual que ella estaba siendo obligado en contra de su voluntad.
—Quítate los pantalones.
—¿Disculpa?
—Dije. Quítate los pantalones. Es una orden.
—Y-ya voy. — Nobana siguió la instrucción de Reze. Desabrochó el botón y lentamente se desprendía de esa prenda, con una parada teniendo una porción del pantalón en su pie, lo tiró al suelo.
Reze se sentó sobre la entrepierna del muchacho. Se quitó el cinturón del uniforme y lo tiró al piso, cerca del pantalón de su compañero. Su uniforme consistía de una pieza completa para su falda, al removerla la chica quedó con una simple blusa y en ropa interior.
La mirada de desprecio no desaparecía del rostro de la chica pelimorada, observó como su compañero estaba mirando al techo, ignorando por completo su figura.
—¿No tienes la más mínima decencia de mirarme? — preguntó la soviética, la chica empezó a desabotonarse la blusa.
—L-lo siento señorita... e-es que...
—¿Es qué "qué"?
—E-es mi primera vez.
—Ah. Bueno, como dicen en América o en alguno de esos lugares "Siempre hay una primera vez".
La entrepierna de ambos chicos entró en contacto, la tela de sus ropas interiores era lo único que se interponía. El rostro de Nobana tenía una coloración roja. Su compañera por lo mientras había abierto su prenda superior, dejando a la vista su torso, abdomen y su sostén. Nobana intentó mirar a su compañera, aunque sea a su rostro.
El chico observó a la mujer. El cabello recogido de Reze acompañado de ese mechón que impedía contemplar en su totalidad su hermoso rostro, la chica se mantenía inexpresiva. Nobana estaba presenciando algo que nunca esperaba hacerlo en toda su vida.
El joven aceptó que esto tenía que ocurrir y esperaba que fuera lo más pronto posible. Imitando a Reze, desabrochó los botones de su uniforme y con cierta dificultad se desprendió del uniforme de la escuela y lo tiró al piso. Ambos se encontraban semidesnudos, únicamente su ropa interior los acompañaba.
La chica bomba se acercó al rostro de Nobana en un acto de provocación. No sentía la erección del chico y quería acabar con este vergonzoso momento de su vida, olvidarlo para siempre y concentrarse en encontrar a Denji.
Reze observó detenidamente la cara de Nobana, se percató de los moretones y heridas que este chico tenía. Su plan era únicamente besarlo y quizá así provocarle una erección a su compañero, cuando tocó su mejilla derecha, el gesto de dolor de Nobana se hizo presente.
—¿Duele?
—S-si... y-yo... Sigh. Me golpearon antes de venir aquí, un amigo... o bueno quiero pensar que es un amigo, me ayudó.
—En la escuela, hay chicos que te molestan ¿No?
—S-si... N-no soy alguien que pueda d-defenderse sin que lo sigan golpeando.
Reze recordó un poco del pasado, su infancia siendo obligada a pelear contra otros niños y adolescentes para ser capaz de rendir cuentas a la madre patria. Destruía a todos con facilidad, rompió huesos, perforó órganos y provocó hemorragias que terminaron en la muerte de sus contrincantes.
Tenía en su poder a un chico indefenso, ella sabía lo fácil que tenía para destruirlo. Luego de un breve suspiro, se separó del rostro y mientras aún montaba a Nobana, aclaró lo siguiente.
—Esto del sexo y del matrimonio es una mierda... No te dejes engañar por lo que suceda después, incluso cuando nos casemos no somos nada.
—L-lo entiendo.
—Iré a la misma escuela a la que van Denji y tú. Prométeme algo, no te interpondrás en mi camino y yo te prometo...
—L-lo prometo, no te voy a molestar.
—Te prometo que nadie más se volverá a aprovechar de ti. Me encargaré de los idiotas que intenten golpearte. Así al menos el único capaz de hacer tu vida miserable serás tú mismo.
Nobana se había sorprendido por tal oferta, no tenía razones para negarla. Aceptaría sin rechistar. Un tanto extrañado porque no esperaba tal trato de parte de esta chica con la que había empezado con el pie izquierdo.
—Tenemos un trato... ¿Tu nombre?
—¡M-me... ¡Me llamo Nobana!
—Lindo nombre, yo me llamo Reze.
El intercambio de palabras había finalizado con la presentación formal de sus nombres. Reze seguía furiosa por el engaño que le hizo Varm.
La pelimorada decidida a continuar con este acto. Dirigió sus manos hacia donde se encontraban los ganchos de su sostén y los desabrochó. Removiendo el sostén de su pecho y dejando a la vista sus senos.
La cara de sorpresa de Nobana dejó a Reze un tanto desconcertada. No tenía la mirada de un pervertido, percibía que al igual que ella, esto era humillante. La híbrida empezó a soltarse un poco más, empezando a mover sus caderas y estimulando la entrepierna de su compañero.
—Es un tanto molesto saber que la única que sigue desnudándose soy yo.
—¡Oh! Lo siento. — Seguido de la disculpa, Nobana removió su playera blanca, dejando a la vista su físico delgado y enclenque. Pese al contraste entre el cuerpo del rubio y del pelicafe, Reze recordó un momento similar.
En ese día donde le enseñó a nadar a aquel chico motosierra. Nuevamente tendrá que ser la maestra de otro, aunque de una actividad distinta.
El miembro de Nobana empezaba a despertar y Reze lo notó de inmediato. El frío e inexpresivo rostro de la híbrida se tornó en uno más nervioso y sonrojado, no como siempre acostumbraba a otras personas con su rubor actuado, ella iba en serio.
Las nuevas sensaciones que vivía Nobana las consideró indescriptibles. Las caderas de su compañera seguían en movimiento, su miembro poco a poco se endurecía hasta que sintió esa presión por el cuerpo de Reze.
—S-señorita Reze... C-creo que y-yo...
—No hables. — La mujer mantenía el ritmo, a diferencia de Nobana y su incapacidad de describir lo que pasaba, ella percibía ese placer con solo la fricción de sus genitales. — Supongo que ya te encuentras listo.
Nobana asintió. Nervioso por aún no haber concluido con este incómodo ritual, el chico se le instruyó remover la última prenda que le faltaba, su calzón.
Reze se apartó del cuerpo de Nobana e hizo lo mismo. Removió sus bragas y quedó totalmente desnuda a la vista de su compañero, Higashiyama Nobana quedó maravillado.
La piel blanca acompañado de esa delgada figura que solo Reze podía deslumbrar, la chica realmente era hermosa en cada aspecto de su cuerpo. El frío rostro que todo el tiempo expresaba la pelimorada se tornó en uno de vergüenza. Nobana en cambio no podía presumir de su físico, al igual que el resto de sus hermanos, su complexión delgada y baja estatura lo hacía un blanco perfecto para los bravucones.
『Unión』
—Es tu primera vez ¿No?
—A-Así es... y-yo...
—No hace falta que digas más. Solo será está ocasión y nunca más volverás a dirigirme la mirada.
—S-si...
Reze se acostó primero, flexionó sus piernas y las abrió a la espera de su compañero.
—¿Te vas a quedar ahí mirando como idiota? — La mujer volvió a temple frío a la espera de su compañero. Nobana siguió la orden y se acercó a gatas hasta llegar con su "prometida".
Cambiaron la posición, en esta ocasión era Nobana quien estaba sobre la híbrida. El chico estaba abrumado por lo que tendría que hacer a continuación, su compañera estaba a la espera del acto.
—L-lo voy a... m-meter...
Reze únicamente asintió sin responder con palabras, observó detenidamente el rostro de su compañero y luego bajó hasta ver cómo su él chico sostuvo su miembro y lo dirigió al genital de su compañera.
Reze sintió el miembro de Nobana acercarse y rozar en el genital de la chica. La sensación de incomodidad al sentir el roce entre la glande de Nobana y la vulva de la chica, hizo que ella soltara unos cuantos suspiros.
—H-haz que esto s-sea rápido... p-por favor, Nobana. — el rostro sonrojado de Reze desencadenó una reacción distinta en el chico, sentía esa necesidad de penetrarla.
El chico preguntó a su compañera si se encontraba lista. Reze confirmó y esperó la iniciativa de Nobana, apretó las sábanas con su mano y esperó pacientemente. Nobana sujeto con cierto temor su miembro, lo dirigió donde se encontraba el orificio de su vagina.
—¡nghm! — La pelimorada no esperaba esta sensación. Una chica entrenada para soportar el dolor, sin embargo, lo único que sintió fue placer.
La mente de Nobana estaba en blanco. No podía creer lo que estaba viviendo este día, temprano estuvo tirando en el suelo soportando el maltrato de sus bravucones y cerca del anochecer, se encontró adentrándose en la cavidad vaginal de una hermosa mujer. Observó con detenimiento a Reze, con su antebrazo derecho cubría sus ojos y su mano izquierda apretaba las sábanas de la cama.
—¿P-por qué te detienes? — El suave tono de la voz de Reze fue una melodía para los oídos de Nobana, entrando nuevamente en razón.
—Creí qué... te dolía. — Respondió el chico.
—No seas tonto... tú... continúa para que esto acabe.
Nobana nuevamente obedeció las órdenes de su pareja. De forma torpe y lenta continuó introduciendo su miembro en el genital de Reze, la pelimorada trataba de contener los gemidos, pero poco a poco empezó a delatar que Nobana no iba mal encaminado para satisfacer a su "prometida".
—Mpfgh.
Reze soltó un gemido. Los jadeos de Nobana también ambientaron la habitación, sin embargo, escuchar a su pareja provocó algo en el joven. Quería seguir satisfaciendo a la chica, dar ciertamente lo mejor de sí. Nobana no tenía seguro si pudiera volver a tener sexo con una mujer así de hermosa como a quien tenía debajo de él.
La torpeza con cada penetración paulatinamente se reducía, Nobana y Reze estaban encontrando su propio ritmo. El joven pasó de visualizar a lo lejos el rostro de su compañera, a acercarse lentamente. La sensación de venirse se estaba haciendo presente, sin embargo, Nobana continuó penetrando a su pareja, incrementando los gemidos, el sonido de ellos aumentaba y la respiración de Higashiyama Nobana se aceleró.
Del lado de Reze, se comportaba más proactiva. Sus piernas se estiraron y quedaron suspendidas en el aire, la pelimorada quedó sorprendida, los esfuerzos del chico por satisfacerla no eran en vano. Ella visualizó como Nobana poco a poco acercó su rostro con el de ella.
Los dos chicos quedaron frente a frente. La torpeza con la que ambos habían comenzado había desaparecido, Nobana estaba cerca de venirse, pero decidido a continuar penetrando a su pareja.
Observando los ojos de Reze. Un emocionado Nobana no pudo contener una pregunta que quería hacerle desde que comenzó a moverse dentro de ella.
—S-señorita Reze... ¿L-lo estoy haciendo bien?
Los continuos gemidos de Reze, acompañado con el hecho que ella poco a poco rodeaba con sus brazos la cabeza de su "prometido" hicieron que Nobana no pudiera soportarlo más. La calidez en el interior de Reze, su humedad y las contracciones en su miembro provocaron la primera, pero no última eyaculación dentro de la híbrida.
Reze asintió. Lo estaba haciendo correctamente. Para la desgracia de Nobana la fortuna de los Higashiyama se hizo presente y cuando sacó su pene de la cavidad de su "prometida" ya se encontraba recuperando su flacidez.
—Supongo que esto... acabo. N-no la volveré a molestar señorita, Reze. Solo quería decirle qué... — La mirada de Nobana llena de culpabilidad impactó Reze. Nobana era consciente que él no era el chico que ella esperaba y si era sincero consigo mismo, tampoco él quería que Reze fuera su primera vez. — Olvídelo.
Nobana se levantó de la cama y empezó a buscar sus prendas, estaba un tanto confundidos debido a la poca iluminación del cuarto. Estaba seguro de que Reze no quería volver a verlo y aceptaba eso, no era raro en la vida de Nobana ser un bicho raro en la vida de los demás.
—Tíralas.
—¿D-disculpe, señorita Reze?
—He dicho que tires tú ropa. L-la sesión aún no ha terminado. Solo hasta que ambos vayamos a la entrada y no creo que Varm crea que hayamos durado poco.
—P-pero... usted tiene que buscar a...
—Puedo hacer una excepción el día de hoy, solo nadie se tiene que enterar de esto y sí abres la boca, explotaras.
—H-ha... Haha... ¿Es una broma, verdad señorita Reze?
El silencio de la mujer dejó claro a Nobana que ella no estaba bromeando. El chico tiró toda la ropa que había recogido. Reze también se levantó y se aproximó al chico. Se acercó lentamente, tomó uno de sus antebrazos con tanta firmeza que a Nobana le sería imposible librarse de la fuerza de su "prometida".
La mano que se encontraba libre pasó por distintas zonas de Nobana. El chico no podía mantenerse erguido, ligeramente encorvado debido a la sensación que le producía sentir la mano de su compañera pasar por su cuerpo. El cuello, su torso y su abdomen fueron explorados lentamente por la híbrida. Estimulando poco a poco una nueva erección en el muchacho.
La diferencia de altura entre la pareja no era tan distinta. Con un poco de fuerza, Reze empujó poco a poco hasta llegar al extremo de la cama a Nobana, dejándolo acostado y con sus pies tocando el suelo. La pelimorada se agachó y acercó su rostro al miembro del chico.
Reze sin ninguna expresión, separó las piernas del joven. Dejando una abertura en la que no fueran un estorbo para ella. La mujer cerró los ojos y se tranquilizó, con su mano izquierda empezó a manosear de forma delicada los testículos de Nobana y con la mano derecha sostuvo el miembro viril. Lenta y delicadamente movió de arriba para abajo.
Nobana estaba boquiabierto y gimiendo por la estimulación que Reze hacia. La híbrida lo empezó a masturbar y el ritmo incrementaba, gracias a los fluidos de ambos chicos la mano de Reze se deslizó sin inconvenientes.
La erección del joven regresó. Reze podía jurar que no era tan grande en la primera ocasión, pero en este momento suponía que algo hizo bien. La baja estatura de Nobana fue compensada con otro aspecto físico.
Dejándose llevar. Reze agarró con cierta firmeza el miembro de Nobana quien aún seguía batallando por dejar de gemir.
Los labios de Reze se empezaron a separar y lentamente acercó su rostro al pene de Nobana. La lengua de la híbrida lamía de forma delicada la punta, explorando cada punto sensible del chico. Nobana batallaba por no estremecerse, temía que algún movimiento brusco enojara a la pelimorada.
La lengua fue reemplazada por la cavidad bucal. Cubriendo la punta de forma inicial y profundizando poco a poco, la emoción hizo que Reze se estimulará así misma y los gemidos de Nobana la emocionaran más.
Higashiyama escuchó algunas cuantas arcadas y con valentía, decidió mirar lo que sucedía en su entrepierna, contemplando la belleza de Reze mientras ella introducía su miembro en la boca.
Sentándose, Nobana tenía una sensación distinta y nunca antes conocida. Cierto dominio sobre alguien más, la posición que se encontraba observando por encima a Reze quien estaba concentrada estimulando el miembro de Nobana.
«Es tan hermosa. Dios, ojalá este día no acabe nunca» — En los pensamientos más profundos del chico, había reconocido que disfrutaba del momento.
El chico intentó acercar su mano a la cabeza de la híbrida y aunque ella se comportó hostil en un inicio apartándolo, poco a poco dejó qué él acaricie su cabello y la ayude a profundizar en la mamada que ella se encontraba dando.
Nobana no se contuvo y soltó otra eyaculación sin previo aviso a su compañera. Ella sacó su miembro de la boca y empezó a escupir.
—¡¿Qué te pasa?! Tenías que avisar cuando eso debía ocurrir.
—Y-yo... En serio lo lamento.
—Imbécil. — Reze se levantó y empujó nuevamente a Nobana, el chico quedó boca arriba. Por su lado la híbrida empezó a gatear sobre el cuerpo de Nobana, juntando su entrepierna y con la cabeza del chico.
Reze se encontraba soportando su propio peso mientras el rostro de Nobana estaba a milímetros de la vulva de su compañera.
—Fue tu culpa y tienes que arreglarlo. Es tu turno de hacerme sentir bien. — Lentamente la entrepierna de Reze descendía hasta entrar en contacto con la boca de Nobana. — ¿Y qué estás esperando, lame?
—S-si... ya voy.
Un mal chiste. Un pésimo chiste en la venganza de Reze por tal acto tan ruin de Nobana. Sin embargo, el mejor aliado del chico no era su miembro o sus manos, su lengua poseía ese privilegio.
Nobana inicio de forma torpe, sin conocer en donde debía entrar en contacto. Sus lengüetazos iniciaron largos y duros, recorriendo el genital de Reze.
—¿A-a...athi... zzeñodita ddeze...? — preguntó de forma un poco inteligible a su compañero, Reze puso su mano sobre la cabeza Nobana, dirigió la lengua del muchacho al lugar correcto y empezó a coincidir con el clítoris de la mujer.
—¡Ahh... ahhh... ahhh! ¡Sí... ahí... justo ahí!
El sexo entre Nobana y Reze era un festín de fluidos corporales, el sudor abundaba en los cuerpos de los dos chicos, quiénes aún no daban por terminado su ritual. Aun negándolo, los fluidos vaginales de Reze escurrían en dirección al rostro de Nobana.
El pene del chico nuevamente hacia recuperado su erección, añadiendo algo que no conocía Nobana. Confianza.
Sujetando las dos piernas de Reze quien seguía concentrada en disfrutar los estímulos que la lengua de su compañera le proporcionaba. De forma atrevida, Nobana giró el asunto de forma literal, tirando a Reze y siendo su turno de estar boca arriba.
Nobana no se apartó del genital de su pareja. Un nuevo gusto fue adquirido, Nobana estaba fascinado con el sexo oral y su acompañante lo notaba. Reze no paraba de gemir, mantenía los párpados cerrados y agitaba su respiración. Oprimió con sus propias manos la cabeza de Nobana, no estaba dispuesta a que su acompañante se desprendiera de ella.
—Mmhmhmhmh. N-no te detengas, Nobana.
No se podía imaginar que la misma persona que llamó idiota y despreció, le estaba dando la mejor noche en mucho tiempo. Nobana no estaba dispuesto a abandonar su posición, pero algo lo forzaba a hacerlo. Su lengua se separó del genital de Reze y no de contuvo más. Dejando perpleja a la híbrida al observar cómo el rostro del chico se aproximaba peligrosamente al suyo.
Con delicadeza, Nobana acarició el rostro de Reze. Sintió su piel perfecta y acercó sus dedos para sentir su cabello. Los ojos de Reze lo miraban con asombro, Nobana se encontraba excitado y su expresión voluble había desaparecido.
—¿Cree que pueda? — preguntó sin titubear. Reze sabía a qué se refería y solo asintió.
Los labios de Nobana no tuvieron paciencia y se aproximaron a los de Reze. No era convencional ni un hecho a presumir que el primer beso de Nobana fue durante el sexo con su prometida, mucho menos que primero perdió su virginidad antes que besar.
Los brazos de la pelimorada rodearon nuevamente a Nobana, en distintas direcciones sus manos exploraron la espalda, nuca y cabello de su pareja. Nobana no se contuvo y nuevamente introdujo su pene en su vagina.
Embistiendo a la híbrida, escuchando sus gemidos y jadeos. Nobana y Reze no se detuvieron en ningún segundo. Disfrutaron de un momento inimaginable, ambos esperaban distintas personas, una desilusión los llevó a un problema mayor y su solución fue intimidar con la persona que no querían.
La ironía en la vida de los dos jóvenes los dejó en un momento lleno de placer, llenando el ambiente con sonidos de placer y lujuria. Era una extraña competencia entre un chico tímido y una mujer encantadora.
La mente de los dos seguía dispersa, sus lenguas jugaban mientras continuaban con sus besos. Higashiyama Nobana no detenía sus caderas y Reze tampoco quería que eso pasara, usando sus piernas atrapó al chico impidiendo siquiera la idea de eyacular afuera.
El útero de Reze recibió toda la carga de su acompañante. El cansancio del joven se hizo evidente. Se intentó separar de Reze, pero la chica aún lo mantenía atrapado.
Sin ningún esfuerzo, Reze dio vuelta en sus posiciones. Derribando a Nobana y ella sentándose en su genital. La posición de un inicio sería con la que finalicen su encuentro o eso creía el chico. Intentó respirar y aceptó que quizá ella tenía más energía que él.
—Lo hiciste bien, Nobana... ahora déjamelo a mí. — la pelimorada se acercó al oído de su pareja y le susurró esas palabras, seguido mordió con gentileza el lóbulo de la oreja del chico.
Introduciendo nuevamente el miembro de Nobana en su interior, Reze empezó a mover sus caderas y retomando el dominio durante el acto. Los gemidos de los dos se hicieron más fuertes. Aunque Varm no lo quisiera aceptar, los podía escuchar desde su posición.
Nobana no soportó que su compañera fuera la única moviéndose. Levantó un poco su cadera y con sus manos agarró las de su pareja, entre los dos se movían y los gemidos eran más escandalosos.
—¡No pares, no pares!
—¡Está más a-apretada, señorita re... — la boca de Nobana había sido tapada con las manos de Reze.
—Solo dime Reze... — Nobana no se detenía en penetrar a su pareja, la pelimorada se le complicaba continuar con su mensaje hasta que dijo. — O esposa.
Las neuronas del cerebro de Nobana estaban en su momento de mayor actividad, escuchar que Reze lo había aceptado como su marido hizo que él no quisiera detenerse. Por el contrario, tomó más iniciativa, agarrando con sus dos manos los glúteos de su esposa y penetrando con más fuerza.
Los gritos de placer de Reze no se hicieron de esperar.
『Votos matrimoniales』
—¿Q-qué hay del chico que buscas? — preguntó Nobana.
—E-el... ¡Mmhm! P-pue... puede esperar. T-tu s-sigue te-... ¡Uh-uhh! T-Teniendo sexo con tu esposa.
La sesión que Varm creía que sería corta y solo para molestar a Reze se había alargado. No esperaba que tanto tiempo les tome fingir teniendo relaciones sexuales.
«Estos idiotas deben ser buenos actores, ya se metieron mucho en el papel» — Pensó aún con los brazos cruzados.
El escepticismo del híbrido del Lanzallamas hizo que se pusiera de pie. No podía creer que realmente Reze tuviera sexo con alguien tan patético como Nobana. Mientras más lo pensaba menos sentido tenía que ambos chicos duren tanto tiempo dentro.
Quería que ambos entraran en desesperación. Los dos tenían ansias de conocer a una persona distinta y quedar atrapados en un cuarto tan incómodo como ese debía haberlos hecho entrar en desesperación, implorando porque los dejen salir. Si no se dirigían a Varm, iban a rendir cuentas a un demonio aún más peligroso que él.
Pero no salió como lo esperado.
El Lanzallamas observó de reojo al resto de la iglesia, los jóvenes estaban dispersos e ignorando la posición del hombre. Con cautela quitó los múltiples seguros ocultos de la puerta y procedió a abrirla.
Mmmfffp! Unnf. Mmm-ahh. A-aahh... Ahn... Mngh-ph! Uhmn. Ah. Nnnf. A-a-ahhmmn. Ah. Ah. Nnhg. Haahhh. Mmmm-mmh. Nnmm...
Los ojos de Varm se abrieron. Cerró la puerta con sigilo una vez entró al cuarto donde el encuentro sexual se debía dar. Escuchaba con cada vez más fuerza los gemidos de la chica bomba. El impacto entre ambas pelvis y algunas palabras.
—¡No te detengas, муж! (Esposo)
Cuando Varm se logró asomar sin que lo detectaran, presenció una horrible imagen que lo acompañaría hasta el final de la segunda parte.
Sobre la cama se encontraban la pareja. Reze en cuatro y por detrás Nobana, el chico no se detenía en embestir a la híbrida, cada vez más fuerte mientras la hibrida exigía más duro.
No iba acorde al plan. Incluso entre las ideas más retorcidas que se le podía ocurrir al híbrido, en ninguna estaba que un maldito enclenque como Nobana estuviera teniendo sexo con una pieza clave de la operación.
El Lanzallamas se retiró del cuarto. Nuevamente se sentó en uno de los asientos de la capilla y tapó su rostro con sus manos, incrédulo de la imagen que vio.
¿Cómo se lo explicaría a los demás? Y por sobre todo ¿Cómo podría aclarar esto con Kiga?
Una hora más tarde.
Los dos chicos salieron de la habitación. A diferencia de lo que sucedió en un comienzo, ambos se encontraban hablando de forma amable. Reze le contó algunas vivencias que tuvo durante su vida en la unión soviética y Nobana contó sus tragedias personales siendo miembro de la familia Higashiyama.
Varm seguía descansando en el mismo lugar. Disperso, buscando las palabras correctas cuando le toque discutir lo sucedido con Kiga.
—¡Oye tú, maldito idiota! — el tono hostil de Reze hacia el Lanzallamas no se hizo esperar. — Acabamos con lo que pediste, sigue la otra parte.
—Si... el matrimonio. Eso tiene que continuar. — respondió Varm aún incrédulo, de la vergüenza se rascó su cabeza.
El hombre Lanzallamas hizo un llamado, presionó un botón que informaba a los miembros que aún se encontraban dentro de la iglesia a asistir en el sagrado matrimonio de Higashiyama Nobana y Reze.
—Estoy seguro de que... incluso con el documento no puedes adoptar mi apellido. — Dijo Nobana seguido de una risa nerviosa.
—No hace falta. Conservaré el mío.
—¿Y cuál es?
Reze retornó a una mirada coqueta y una sonrisa cálida. El sonrojo en su rostro no podía distinguirse entre uno falso y uno real. Simplemente sostuvo la mejilla menos lastimada de Nobana y se acercó hasta darle un beso en los labios.
En el fondo se escuchó un "¡Aaaawww!" De parte de los demás miembros de la iglesia. Aunque también se escucharon algunas quejas "¡Maldita sea, a ese perdedor le asignaron una completa hermosura!", "Mierda, ahora te deberé 5000 yenes. Ese idiota no era virgen".
Los asientos de la capilla se llenaron. La pareja estaba obligada a pararse en frente de la imagen del hombre motosierra y delante de ellos se encontraba Varm dando un pequeño discurso. Discurso que aburrió a Reze, pero que motivó a Nobana, había logrado algo que imaginaba imposible. Conseguir una pareja.
La vergüenza en el rostro de Reze fue exhibida al intentar observar esa figura del hombre motosierra, sentía culpa y un poco de arrepentimiento de lo ocurrido en ese cuarto.
Nobana observó a su pareja esa expresión de cierta tristeza, lo sabía bien, él no era el hombre por el que ella esperó. Mientras Varm emocionado con sus palabras, bendecía este extraño matrimonio.
El chico movió un poco su brazo en dirección a su pareja. Su intención era rozar su mano con la de él. La mente ocupada de Reze se volvió a despejar al sentir a Nobana intentar ayudarla. Ambos se observaron y una pequeña sonrisa salió de ambos, Nobana alzó los hombros con un mensaje claro "Tal vez no es lo que buscas" y Reze respondió con el mismo movimiento.
—Es lo que hay. — Las manos de ambos chicos se entrelazó y escucharon atentamente.
—¡Con el poder que el hombre motosierra me concede! Maldiciendo a los Estados Unidos y sus planes de sabotear a nuestra nación, yo los declaró marido y mujer.
Unos aplausos fueron el sonido de fondo en la capilla. Algunos silbidos y gritos eufóricos.
—¡Guía perdedor! ¡Guía perdedor! ¡Ese es nuestro guía! ¡Pero sigues siendo un perdedor!
—Puede besar a la novia. — Varm miró con cansancio la escena. — Me largo, ni puta idea de cómo le voy a explicar esto a Kiga.
Reze y Nobana compartieron un lindo momento, su primer beso como marido y mujer. Era extraño, eran jóvenes, no había ningún documento legal y primero vino la luna de miel antes que el matrimonio.
¡Qué más da!
Cuando ambos chicos dieron la vuelta y caminaron por el pasillo del centro de capilla, Nobana visualizó a Mitaka Asa aplaudiendo junto con la multitud. La representante de la iglesia reconoció con cierta confusión a Nobana y pese a todo, le mandó un pulgar arriba y con una sonrisa pese a tener un rostro desconcertado.
Al siguiente día.
Reze con su nuevo uniforme de la escuela se presentó a sus nuevos compañeros de clase. No dio muchos detalles de sí misma, pero explicó que ella es una estudiante de intercambio. Para sorpresa de Nobana, coincidió en la misma aula. El chico quedó nervioso porque su pupitre asignado para Reze estaba a la izquierda del de Nobana.
Nobana cumplió su promesa. No volvería a interferir en la vida de Reze ni mirarla directamente, con sudor en su rostro y fingiendo que leía una libreta vacía, solo presenció cómo Reze se acomodaba en su asiento.
La clase transcurrió con normalidad. Cuando el profesor se despidió, los únicos que quedaron fueron Reze y Nobana.
—¿No me vas a saludar, муж?
—¿Eh? ¿Disculpa, no sé a lo que te refieres señorita?
—No te hagas el tonto. Tú bien sabes lo que quise decir, estabas tan emocionado el día de ayer. — De forma atrevida, Reze se acercó al asiento de Nobana.
—¿N-no vas a buscar al chico?
—Claro. Eh... sí, ya lo estaba empezando a buscar.
—Espero que te vaya bien con él... me alegra haber vivido eso contigo.
Las manos de Reze atraparon el rostro aún lastimado de Higashiyama Nobana. Ambos se miraron fijamente y Nobana se percató de la tonalidad verdosa en los ojos de su aparente esposa.
—Me terminaste agradando. También me encantó lo que vivimos y... — Una de las manos bajó en dirección de la entrepierna del chico, frotando el miembro de Nobana. — Quizá no sea la única vez. ¿Qué dices?
—Y-yo... eh...
El ambiente que Reze había iniciado peligraba. Se escuchó como de la entrada tres sujetos, los mismos que habían golpeado sin misericordia a Nobana entraron al aula.
—¡Hasta que te encontramos, maldito idiota! — Pronunció Daichi. — Convencimos a unas chicas que mantuvieran distraído al gorila de tu amigo ¿Qué te parece un ajuste de cuentas?
—Y-yo... En serio no tengo dinero. — cuando Nobana quiso seguir buscando las palabras adecuadas, uno de sus hombros fue apretado ligeramente por la mano de su compañera.
—¿Estos son los idiotas que te molestan?
Nobana afirmó. Temeroso por lo que le ocurriese, le pidió a su nueva compañera de escuela que saliera del salón, no quería que ella fuera lastimada por su culpa ni mucho menos lo viera ser humillado por los tres matones.
—Será mejor que cierres los ojos, муж.
La petición fue seguida por Nobana. Pese a todo, seguía obedeciendo sin oponerse a las órdenes de su compañera.
Reze se levantó de su asiento y se dirigió hacia los matones. Se interpuso en el camino de Daichi y los dos se miraron de forma hostil.
—¿Eres nueva y ya te hiciste amiga de él? Deberías olvidarte de ese perdedor, mejor sal conmigo, créeme que te haré pasar un buen... — Un simple puñetazo al rostro hizo que Daichi cayera al suelo.
Reze observó a los otros dos matones y sin problemas continuó con su objetivo. La chica se aproximó a Makoto y con un salto conectó un rodillazo en su mentón, fracturando algunas piezas dentales y su maxilar inferior.
Toshiya observó como su compañera actuaba con violencia y huyó. Reze simplemente respiró hondo, quería abandonar la violencia, pero no permitiría que Nobana volviera a ser molestado.
—Ya puedes abrirlos. — Reze luego de estás palabras, observó la figura de un chico que le interesaba.
Nobana presenció el resultado de Reze confrontando a los matones. Ni Seigi se había sobrepasado como ella lo hizo. Cuando se quiso acercar a su compañera para agradecerle, Reze le pidió que se encuentren en otro momento, tenía un asunto que arreglar justo ahora.
Ser la nueva de la escuela tenía sus inconvenientes, algunos nuevos compañeros querían entablar conversación con ella y eso la retrasó para alcanzar a su objetivo. Apartando a cada persona y preguntando por un chico de nombre Denji, escuchó hacia dónde se dirige y también algunas malas referencias de él. Ella se negaba a creerlo.
Llegando a la azotea, se percató que Denji no se encontraba solo. Estaba en compañía de otras dos personas, una la reconoció sin problemas, el idiota de Sugō y otra chica, una que se encontraba descansando utilizando al hombre motosierra como una simple silla.
Escuchó vagamente la discusión. Sugō le ofrecía entrar a la iglesia del hombre motosierra, el papel que a ella le correspondía. Maldijo a Varm y a Kiga por eso. Escuchó la negativa de Denji para entrar y pese a los intentos de convencer del hombre espada, la chica que descansaba sobre el rubio llegó a una sencilla conclusión.
—¿¡Espera?! ¿Te tuvieron que transferir de otra escuela para que simplemente le des un discurso de reclutamiento a este tonto? Deberías reconsiderar si estás siendo controlado.
Reze entró en razón. Ella tampoco se podía considerar libre, la propuesta que le hicieron a ella no era distinta a la de Sugō para atraer al motosierra.
Escuchó un poco más, como a Denji solo parecía gustarle ser una simple silla y sentir el calor de los traseros. Una sensación un tanto distinta a la persona que conoció tiempo atrás. La chica se apresuró y desapareció de las escaleras.
Caminó por los pasillos y volvió a dar con Nobana.
—Reze... ¿Encontraste al chico?
—Y-yo... creo que no era él después de todo, supongo que me equivoqué de persona.
—Lo siento mucho. Si hay algo que pueda para... — Nobana se vio interrumpido al ver cómo su brazo derecho era rodeado por Reze.
—Claro que hay algo que puedas hacer.
—¡Eh! ¿Q-qué cosa?
—Vámonos de aquí.
—¿¡Eh?! Reze, aún tenemos clases.
—Ya sé... pero... ¿No quieres que te enseñe a nadar? Busquemos un lugar con una piscina.
La mirada cautivadora y rubor en el rostro de Reze hicieron que Nobana también se sonrojara y el nerviosismo aumentó. No pudo responder ante la propuesta de la pelimorada.
—¡Vamos! Tienes que hacer feliz a tu esposa.
—¿E-esposa? — preguntó confundido.
—El idiota de Varm nos casó. Así que somos esposa y муж.
—Claro... es cierto, eres mi esposa ahora... — Nobana recordó que tenía que trabajar en la iglesia nuevamente. — Si quieres, vamos después de mi turno en la iglesia.
—No vayas. Tus únicas opciones son ir a la piscina o a un motel, ambas con tú esposa.
—S-supongo que te lo debo. Sigh. La iglesia puede esperar.
Nobana no asistió ese día a la iglesia del hombre motosierra. Una mujer le dio el recorrido a Denji y mojó el churro. El mundo se condenó.
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¡Y así concluye mi primer One-Shot! No espero recibir muchos votos ni comentarios, quizá algún comentario sobre que profané a una Waifu, las posibilidades son infinitas.
Espero que haya sido del agrado de quien haya leído esto, en algún futuro volveré a escribir fanfics de un solo capitulo, aunque ya no con contenido explicito, temas más relajados y quizá que alimenten el ship favorito de alguno de ustedes. O del Kobenji que por alguna razón me sigue gustando.
Lindo fin de semana. Los amo.
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