32. FAMILY REUNION
32. REUNIÓN FAMILIAR
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En el bosque de Wistman's los arboles torcidos repletos de musgo verde brillaban con el sol de verano que pegaba en los troncos. A lo lejos, pequeños gnomos se escondían en sus madrigueras. Sobre unas ramas, había un par de bowtruckles subiendo y bajando, escondiendo cochinillas y protegiendo de los árboles. Bajo las grandes raíces, una choza bajo la tierra se encontraba una familia reunida, rodeada de tanta naturaleza e increíbles criaturas.
Solo que dentro del hogar hay un ligero problema con las criaturas que han escapado de un baúl.
—¡No Bean! —el pequeño bowtruckle tiro de los cabellos castaños de la chica, Mel chillo cuando uno de sus largo dedos le ataco en dirección a los ojos—. ¡Tío Newt! ¡Bean lo hace de nuevo! ¡Basta! ¡No me obligues a encerrarte! —le advirtió con voz firme.
Un hombre de edad avanzada, pero sonrisa amigable y ojos claros, soltó una pequeña risita al ver a su sobrina nieta tener (como siempre) una discusión con su bowtruckle.
—Bean ya deja a Anuk en paz —pidió el señor, estirando su mano logro tener el bowtruckle quien le hizo una pedorreta.
Mel le imito—. Eres un inmaduro, Bean, ¡tienes que dejar ir el pasado! ¡Yo no sabía que si te jalaba de más te podía romper! ¡Solo tenía cinco años! —dijo al bowtruckle, quien indignado se dio una vuelta y se escondió en la túnica de Newt—. Tío Newt, las criaturas que cuidas terminan teniendo un temperamento muy... delicado.
—Lo sé, lo sé, déjalos —pidió sonriendo—. Por cierto, creo que los escarbatos te han quitado un par de cosas —dijo inocentemente.
La joven en vez de verse molesta comenzó a reír.
—Ay por Merlín, uno ya está muy viejo como para bajar estas escaleras —Mel al escuchar la voz de su abuelo salió corriendo rumbo a la puerta, dando brincos subió las escaleras y tomo de la mano a su abuelo para ayudarle a bajar.
—Hola abu, ¿cómo estás? ¿Qué opinas de mi casa? —preguntó emocionada, dando brinquitos, Theseus Scamander miro con una sonrisa a su nieta—. No sé si este bien, en realidad, nunca había tenido una casa —murmuró.
—Me parece maravillosa —admitió viendo el hogar de su hija, precisamente una de las esquinas.
Una gran jaula con la rejilla abierta, donde hay un snidget dorado, revoloteando alrededor, pero sin salir de la jaula.
Atravesaron la sala para subir las escaleras y dirigirse a la cocina, Theseus observo la cocina está equipada con lo necesario, pero su mirada se poso en la pared, donde hay una gran pecera en la cual hay un Plimpy al cual le hace falta una pata.
—Idiotas, cabeza de gnomo, caca de rana con patas —Theseus frunció el ceño cuando vio a lo que parecía ser un hurón bastante peludo hablando frente a él.
—Timothy, te he dicho que dejes de ser grosero —le reprimió Mel.
—¡Tonta! —soltó lo que parecía ser una risa burlona y de un brinco bajo de labarra.
—¿Por qué el hurón habla? —preguntó Theseus señalándolo, el sigue balbuceando y diciendo palabrotas que Mel prefiere no repetir.
—Es un Jarvey —explico Aldrich llegando de la cocina, en su hombro está colgando un pequeño escarbato que le trata de quitar el arete de oro que tiene en su oreja—. No son muy inteligentes, hablan, pero puras majaderías. Timothy ha estado con nosotros por cinco años, pero siempre ha preferido a Mel —comentó.
—Timothy me ama —aseguró la joven.
—Cállate cabeza de gnomo —bramo el Jarvey haciendo que Theseus comenzara a reír.
—Que agradable animal.
—¿Animal? ¿Me llamo animal? —preguntó indignado—. No te tengo miedo viejo, te puedo romper la nariz, es más, ¡te voy a morder la nariz!
Antes de que Timothy pudiese hacer algo, Mel lo tomo de la cola, le hizo cosquillitas en la panza logrando que se retorciera de la risa y de un cajón tomo lo que parecía ser una rata muerta para dársela a Timothy.
—Ñam, ñam rica —dijo Timothy bastante feliz.
Theseus soltó un suspiro al ver como Newt, Aldrich y Mel veían con adoración a la criatura parlante.
—Ustedes están... locos —susurró.
—Bueno, ¿quién tiene hambre? —preguntó Mel con una sonrisa—. Mamá y la abuela no deben tardar en llegar, creo que habían ido al mercado del pueblo a comprar vegetales —explico tomando del brazo a su abuelo, mientras que caminaban al comedor.
—Podemos esperarlas, mientras preparé el postre —comentó Aldrich—. Siempre he dicho que es mejor iniciar con algo dulce.
—Me gusta tu forma de pensar —dijo Newt con una sonrisa.
—Y bien, ¿cómo te sientes al saber que no vas a viajar? —preguntó Theseus a su nieta.
—Oh, yo... estoy emocionada —admitió—. Tengo muchos planes, ya sabes que entré al Departamento de Regulación de Criaturas Mágicas —Theseus asintió emocionado—. Bueno, planeo grandes cambios para los hombres lobos.
—¿Ah sí? —preguntó una cuarta voz.
Mel soltó un grito cuando vio a un chico no mayor a quince años en la entrada al comedor.
—¡Rolf!
—¡Mi dulce miel! —exclamó emocionado.
Los primos se unieron en un fuerte abrazo completamente emocionados. La chica aprovecho para saludar a su abuela y a su madre que estaban subiendo los escalones al comedor.
—Nos encontramos a Rolf tratando de entrar a una madriguera de gnomos —explicó Blossom.
—¿Por qué? —pregunto Newt viendo a su nieto con confusión.
—Supuse que sería la casa de Mel —explicó alzando los hombros.
—Ja, ja, muy gracioso —la chica rodo los ojos y él le codeo divertido.
—Me gusta, nunca había visto una casa tan extraña como esta, pero es linda —dijo con una sonrisa.
—Gracias, cuando quieras serás bienvenido —comentó Mel sonriente.
—Entonces, ¿trabajaras en los derechos de los hombres lobos? —pregunto Rolf sentándose al lado de su abuelo, ella asintió con una sonrisa.
—Toda mi vida, he visto, estudiado, analizado el comportamiento de los hombres lobos —hablo con voz clara y firme—. Y de la nada, vengo a este lugar y me doy cuenta que es tan distinto a como lo he vivido yo. Mientras que en Brasil ya les protegen y en Francia les respetan y hacen saber sus derechos, en Congo tienen básicamente su propia ciudad y en Rumania les permiten vivir tranquilos. Pero aquí, una sociedad tan grande de magos y brujas, los reprimen, les prohíben trabajar, no les hacen valer sus derechos y los tratan como si fuesen de lo peor —Aldrich y Blossom miraron con una pequeña sonrisa de orgullo a su hija.
»Y no es justo —dijo con voz molesta—. No es justo porque... ¡por que merecen más! ¡Merecen respeto e igualdad! Su enfermedad no es una condición que les impide hacer lo que los demás... si bueno, tiene un pequeño problema una vez al mes, pero, ¿y qué? Debería haber pautas para que puedan tener un trabajo donde ganen bien y se les de su descanso el día después a la luna llena —se cruzó de brazos mientras sus mejillas se inflaron.
Rolf soltó un grito para comenzar a aplaudir—. ¡Woo! ¡Mel para Ministra! —dijo el chico aplaudiendo con fuerza. Rodó los ojos un poco sonrojada, Blossom tuvo que limpiar sus lágrimas de alegría.
—Mi amor, yo sé que lo lograras —aseguró.
—Claro que lo hará, es una Scamander y los Scamander siempre logramos lo que nos proponemos —dijo Theseus—. ¿Verdad Newt?
—Así es, hermano —asintió el hombre con una sonrisa—. Te diré algo Anuk, no permitas que nadie te diga que no lo vas a lograr. Encontrarás magos y brujas que se burlaran de ti y no tienes que permitir que ellos apaguen esa llama que tienes, ¿entendido?
—Entendido —susurró sonriendo.
—Me gusta todo ese activismo que te cargas prima, ¿desde cuándo vienes practicando ese discurso? —preguntó Rolf tomando una nuez.
—Bueno, creo que siempre lo he tenido —sus padres le dieron la razón—. Pero específicamente fue al final del curso, mi profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras es un hombre lobo y...
—Woo, woo, para el mundo...
—¿¡Un hombre lobo!?
—¡Que increíble!
—Dumbledore me sorprende cada día más.
Mel soltó una risita ante la emoción de su familia al saber que había tenido un profesor hombre lobo. La joven permitió que siguieran soltando exclamaciones y que le envidiaran por haber tenido un profesor hombre lobo, esto en caso de Rolf.
—Bueno me dejan hablar, ¿o qué?
—¿Cómo se llama? —preguntó Newt frunciendo el ceño.
—Remus, Remus Lupin —respondió sonriendo un poco. Mordió su mejilla interna para no sonreír aún más.
—¿Lupin dices? —preguntó esta vez Theseus, tratando de hacer memoria.
—¿Lo conoces? —curioseo Mel.
—A Remus no, pero a Lyall lo conozco, sí —asintió el señor—. Su padre es un experto en las apariciones espectrales no humanas —explicó, Mel alzó una ceja un tanto curiosa.
—¿Boggarts y Poltergeist? —preguntó Rolf.
—Sí. Me refiero a que cuando era joven era tan decidido que para los 30 años ya era toda una autoridad —comentó Theseus.
—¿Cómo recuerdas eso? Yo no recuerdo que hice ayer —murmuró Rolf haciendo reír a los adultos.
—No es difícil recordarlo —admitió Theseus—. Como bien dije, Lyall era bastante listo, fue uno de los seleccionados para unirse al Departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas, debían de investigar particularmente a los hombres lobos —Mel frunció el ceño, ella se acomodó en su asiento inclinándose un poco para escuchar a su abuelo—. Sí, lo recuerdo bien. Si te soy sincero, el Registro de Hombres Lobos siempre ha estado muy mal organizado. Antes era peor, con eso de que todos tratan mal a los hombres lobos eran muy pocos los que querían unirse —comentó con una mueca—. Acababa de pasar un caso particular con un hombre lobo llamado Greyback, al cual estaban investigando, mientras que el aseguraba ser un vagabundo, Lyall estaba seguro de que era un hombre lobo, él conocía la condición de los que padecían de licantropía...
—Espera, ¿Remus aún no era hombre lobo? —preguntó Rolf.
—Oh, ¿no lo mencione? —Rolf negó y Mel observo a su abuelo—. Lo siento, es la vejez... bueno, no, Remus tenía quizá cinco años, un poco más, un poco menos —dijo alzando los hombros—. Bien, entonces, ¿en qué me quedé?
—Lyall estaba seguro de que Greyback era hombre lobo —susurró Mel.
—¡Ah sí! Entonces, pidió que encarcelaran a Greyback hasta la siguiente luna llena, por lo que los demás en el comité comenzaron a burlarse de él. Lyall siempre ha sido muy apacible y amigable, pero se molestó tanto que insulto a los hombres lobos... frente a un hombre lobo —Blossom ahogo un grito y Aldrich negó lentamente.
—¿Y qué pasó? —preguntó en un hilo de voz Rolf.
Pero fue Mel quien respondió—. Greyback mordió a Remus, ¿no es así? —susurró al atar cabos.
—Ajá, por la venganza —explicó con una mueca Theseus—. Lograron salvar a Remus, pero se convirtió en hombre lobo cuando era solo un niño —Mel miro sus manos en la mesa—. Recuerdo que hable con Lyall meses después del ataque, me confesó lo que le había pasado a su hijo, estaba tan desesperado porque sabía que por su culpa habían castigado a Remus...
—Papá...
—Aldrich, seamos sinceros —dijo Theseus interrumpiendo a su hijo—. Nadie merece tener que pasar por los dolores que se sufren en la luna llena, nadie —aclaró—. Blossom, tu padre lo ha dicho —la señora asintió con una mueca—. Los hombres lobos merecen que sean respetados, pero tampoco hay que decir que ser un hombre lobo es lo mejor que puede existir, porque ellos sufren —Mel soltó un suspiro y llevo una mano a su frente un tanto frustrada
—Pero, ¿no crees que sufren más a causa del rechazo de la sociedad? Digo, sí, el sufrimiento de las lunas debe ser horrible, pero el rechazo a tener un trabajo... ¡Remus Lupin ha sido el mejor profesor que he tenido en toda mi vida! He tenido muchos profesores, lo saben y... él es increíble, tiene un gran conocimiento en todos los ámbitos, y es tan agradable y, encantador y...
—Me suena a que estás enamorada —comentó burlón Rolf.
—¡¿Qué?! ¡No! —chillo con voz aguda, haciendo que Rolf soltará una carcajada—. No, yo... es solo que... ¡era fácil hablar con él! Entendía lo que decía, y...
La conversación se vio interrumpida cuando una lechuza entro por la ventana, Mel se aventó por la carta y Rolf trato de quitársela. Bean salió en defensa de Rolf tirando de los cabellos de Mel y el snidget dorado salió de su jaula comenzando a picotear a Bean.
—¡Ay! ¡Me voy a volver loco con tantas criaturas! —exclamó Theseus, mientras que Aldrich se retorcía de la risa en su asiento.
—¡Uy es de Remus! —exclamó emocionado Rolf.
—¡Deja eso estiércol de dragón! —con un movimiento de varita, Rolf quedo petrificado y el sobre voló a sus manos.
—Así que... ¿Remus Lupin es guapo? —preguntó su abuela con una sonrisa divertida.
—¡Abuela! —chillo la joven con las mejillas sonrojadas.
—Que oportuno momento —comentó Newt un tanto divertido—. Cuando le diga a Tina se pondrá tan alegre. Ella aseguraba que terminarías casándote con un dragón...
—¡Oh basta! —pidió cubriendo su rostro con sus manos, mientras su familia seguía con las burlas.
—Entonces... ¿me puedo emocionar porque en realidad estás enamorada de un ser humano?
—¡Papá! —la chica chilló e hizo una pequeña rabieta.
A veces le era difícil ocultarle cosas a su familia. Ellos la conocían realmente bien. Básicamente, eran sus amigos, los más verdaderos que podía tener.
—Iré a mi habitación a responder la carta, se quedan en su casa y... ¡BEAN YA DEJA A GOLDY! —exclamó furiosa, viendo como el Bowtruckle trataba de pinchar al gordo pájaro dorado.
—Anda, yo cuidaré de Goldy —dijo divertida su madre,
La joven bajo las escaleras para regresar a la sala, donde camino hacia el fondo y subió unas escaleras que llevaban al segundo piso. Solo había dos puertas y camino con rapidez hacia la puerta que se mantenía abierta, la cual es su habitación.
Las paredes se encuentran pintadas de un color azul claro, hay varias cuadros y plantas colgadas en la pared y de la ventana abierta se encuentran algunas hadas revoloteando entre las flores que cuelgan. En medio de la habitación esta lo que parece ser una especie de catre, rodeado de pequeñas plantas y con un aroma a naturaleza que hace de la habitación un lugar pacifico.
Los rayos del luz provienen del techo que muestra el cielo del día verano, iluminando el escritorio tapizado de pergaminos y carboncillos, donde Mel se encontraba realizando algunos dibujo.
Hizo un espacio en el escritorio y tomo asiento un tanto nerviosa.
Querida Mel.
Hola Mel, espero estés teniendo un lindo día y que te esté yendo muy bien en el trabajo. El motivo de esta carta es para hacerte una invitación al cumpleaños de Harry, ya que Sirius tiene planeado hacer un gran fiesta (en serio, gran fiesta).
Espero que puedas asistir ya que nos gustaría verte ahí... bueno, me gustaría verte, a mi... aunque, a Harry y Sirius también, solo... solo espero que puedas venir.
Te quiere,
Remus.
Mel apretó sus puños con completa emoción, ¡Remus quiere verla ahí! Sí, claro que también Sirius y Harry, pero, ¡Remus fue quien le escribió aquella carta! Y en realidad, había estado esperando poder encontrarse con Remus, ya que debido al trabajo no había tenido el tiempo suficiente.
—Entonces... ¿te gusta? —Mel soltó un gritito y un brinco ante la voz de su madre.
—¡Por todas las manticoras del mundo! —exclamó asustada y llevando una mano a su pecho.
Su madre tuvo que reprimir una risa, viendo como las mejillas de su hija tomaban un color rosado intenso.
La señora Scamander paso a la habitación de su hija, quien aún sostiene con fuerza la carta que Remus le había mandado.
—¿Desde cuándo no me cuentas algo? —preguntó ofendía—. Aún recuerdo que fui yo quien te dio consejo para que salieras con el Jasir, ya sabes cuándo tenías 16 años —Mel carraspeo.
—Bueno, sí, pero Jasir tenía mi edad y no era 13 años más grande que yo —murmuró ligeramente sonrojada.
—Entonces... sí te gusta —confirmó su madre.
—Muchísimo —admitió soltando un suspiro romántico.
—Cuéntame sobre él —pidió con una sonrisa su madre, ambas tomaron asiento en el catre y Mel tomo las manos de su mamá.
—Es un hombre increíble. Tiene tantos conocimientos, es tan consiente, sabio y pacifico —una sonrisa se formó en su rostro—. Es bastante inteligente, tiene un cabello castaño y ojos color chocolate . Las cicatrices que tiene en su rostro le dan un plus de atractivo —musitó soltando una risita inocente—. Mami, te juro que tiene los ojos más hermosos que he visto en mi vida —susurró—. Me recuerdan a los de un Fwooper —su mamá soltó una risita ante la comparación y Mel mordió su labio—. Sabes, nunca me había pasado que sintiera esto por una persona. Me refiero a que estar con él es algo... magnifico —musitó.
—¿En que aspecto? —preguntó con cautela Blossom.
—Oh, ya sabes... en general —comentó con inocencia.
—Vaya —canturreo su madre—. Mira, crecí con hombres lobos, cariño, la noche de luna llena para ellos es un momento de adrenalina y emociones encontradas, por lo que al momento del acto sexual...
—¡Mamá! —le interrumpió Mel con voz aguda—. Yo soy una persona muy inocente —dijo con una mano en su pecho.
—Sí claro, Anuk. Bien sabes que tienes de inocente lo que tu papá de serio —ambas soltaron una risita y Mel mordió su labio—. Bueno, ahora dime... ¿tú le gustas a él?
—Pues... eso espero —musitó algo sonrojada—. Creo que tenemos buena química, y quizá pueda gustarle, o... tal vez le guste ya, no lo sé pero, hace unas semanas tuvimos una cita y fue magnifica —aseguró—. Remus es todo lo que siempre me ha gustado en un hombre —confesó—. Es honesto, inteligente, apuesto, no juzga mis gustos, mamá, ¡no los juzga! —dijo emocionada, tomando el brazo de su madre con fuerza—. El me apoyo mucho en Hogwarts y... me defendió varias veces de aquellos que se burlaban de mi por dormir en el bosque prohibido —su mamá ladeo una sonrisa tierna—. ¿Es estúpido que me haya enamorado de él en un año?
—Yo no diría estúpido —comentó su madre—. Creo que la palabra correcta sería... valiente —una sonrisa se formó en el rostro de Mel—. Anuk, mi amor, uno se enamora de las personas que nos entienden, que no nos juzgan, que nos apoyan, que alientan nuestro conocimiento —ella asintió a cada palabra que decía su madre—. No veo nada de malo que estés enamorada de él... aunque, claro que te recomendaría salir con el antes de iniciar una relación formalmente. Esto te lo digo como tu madre, al final de cuentas, te enamoraste de él mientras era tu profesor —le recordó con una ceja alzada, a lo que Mel asintió algo sonrojada—. Pero, sí aun estando fuera de Hogwarts hay ese atracción y química entre ambos... cariño tu no le tengas miedo al amor.
—Bien —murmuró con una sonrisa—, entonces, seguiré saliendo con él y que todo fluya con normalidad —dijo ladeando una sonrisa.
—Así es, esa es una excelente idea —le apoyó su madre—. Y ya sabes que no importa en que lugar me encuentre, siempre estaré para apoyarte —le hizo saber.
—Gracias mamá —murmuró con una sonrisa.
Jordan entro por la ventana abierta y dejó caer un sobre en las piernas de Mel. Lo tomó con una sonrisa y mostro el sobre a su madre.
—¡Es de Fergie! —exclamó con emoción, para abrir la carta lo más rápido posible.
—¿Qué dice Fer? —curioseo Blossom.
—¡Vendrá a Inglaterra! —chilló con emoción—. Algo del Mundial de Quidditch —murmuró confundida—. ¡Oh ya! Es cuando se juntan todos los equipos a jugar quidditch —recordó provocando que Blossom comenzará a reír.
—¿Cuándo la verás? —preguntó Blossom, acariciando a Jordan que se encontraba posado en su pierna.
—Mañana, en el callejón Diagon —respondió parandosé de un brinco—. ¡Vamos! Le diré a Rolf si quiere ir conmigo mañana, estoy segura de que le encantará el callejón —dijo con entusiasmo.
—¿Tu y Rolf en el callejón Diagon? Merlín, eso será divertido de ver.
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Blossom tenía razón en algo, y es que Rolf y Mel juntos en el callejón Diagon era algo que atraía las miradas de todos.
Parecían dos pequeños en un lugar completamente soñado, ya que no dejaban de entrar a las tiendas, comprar recuerdos (en el caso de Rolf), y ganarse miradas extrañas por parte de los magos y brujas que realizaban sus labores de trabajo.
—¿Qué es el callejón Knocturn? —cuestionó Rolf.
Mel lo tuvo que jalar de la túnica antes de que siguiera su camino por aquel peligroso lugar.
—Un lugar para magos y brujas que practican artes oscuras —le explico—. Ni se te ocurra entrar —le advirtió.
—Lo siento —dijo rodando los ojos—. Entonces, ¿Qué buscamos?
—A Fergie y un regalo para Harry —recordó con una sonrisa.
—¿Es el niño que mató el basilisco? —pregunto ladeando una sonrisa.
—Sí, ese mismo —asintió con una sonrisa Mel—. Le gusta el quidditch, y es buscador —le hizo saber—. Tu tienes casi su edad, ¿Qué te gustaría que te regalaran? —preguntó balanceándose sobre sus talones.
—Huevos de ashwinder —dijo con una sonrisa—. ¡Uy! ¡Una tentácula venenosa! —agregó dando un brinco.
Mel ladeo una mueca—. No creo que a Harry le guste eso —musito mirando por la ventana de una tienda.
—¿Qué más le gusta a Harry? —preguntó mientras daba brincos—. Mira eso —señaló.
Rolf pego su rostro a la ventana, mientras intentaba señalar lo que parecían ser un pequeño estadio de quidditch.
—Eso se ve bien —dijo ladeando una sonrisa.
—¿Qué vemos? —preguntó una tercera voz, que también tenía su rostro pegado a la vitrina.
Ambos primos dieron un brinco y Mel soltó una grito de emoción al ver que se trataba de su amiga Fergie.
—¡Fergie!
—¡Mel!
Se fundieron en un abrazo y Rolf aprovecho para acomodar su túnica y arreglar su cabello. Mostró una enorme sonrisa a la amiga de Mel quien lo vio con ternura.
—Hola Rolf —saludo dándole un abrazo al chico.
—Hola Fergie, me da gusto volverte a ver —dijo con voz propia.
Mel rodó los ojos ante el comportamiento tan extraño de su primo.
—¿Entonces que miramos? —preguntó balanceándose sobre sus talones.
—¡Oh esa maqueta! —señaló Mel—. Ven, te contaré muchas cosas que no te he contado...
—Sí, ¿sabes cuantas cartas estuve esperando? ¡Cinco! ¿Sabes cuantas recibí? ¡Ninguna! —dramatizó.
—En mi defensa, siempre olvidó responder las cartas —dijo con inocencia, tirando del brazo de Fergie para que la siguiera al interior de la tienda.
Le tuvo que contar de forma rápida lo que había pasado en su último año escolar en Hogwarts. La rompemaldiciones escuchó todo sin interrupción y con emoción ante lo que Mel decía, procurando no dejar tantas pistas debido a que Rolf mantenía su oreja en dirección a la conversación que se encontraba teniendo su prima.
—Dios, ¿por que no me pasan este tipo de cosas a mi? —preguntó soltando un suspiro dramático—. Tengo que conformarme con maldiciones y bóvedas malditas —gruño rodando los ojos.
—Oh podrías responder las cartas de Bill —dijo como inocencia.
—¿Bill quien? —preguntó confundida, mientras veía a Mel pagar la pequeña maqueta.
—¡Bill Weasley!
Fergie exclamo—. ¡William dices! —Mel la miró incrédula.
—Es lo mismo —murmuró con diversión.
—¿Mel me puedo comprar un cangrejo de fuego? —preguntó Rolf dando brincos.
Mel tomo unos galeones y lo tendió a su primo—. Ve con cuidado —pidió con una sonrisa.
Rolf salió corriendo para dejar a las amigas tener una conversación más privada.
—Ahora que Rolfie se fue —canturreó Fergie pasando su brazo por sus hombros—. Cuéntame de Lupin —pidió con una gran sonrisa—. Por que ese énfasis en el profesor Lupin —subió y bajo sus cejas un par de veces.
—Fergie, es el hombre más... perfecto del mundo —comentó soltando un pequeño suspiro.
—¡Estas enamorada! —chillo con emoción.
—Me atrae mucho —se corrigió alzando un dedo—. Bueno, si, me gusta —confesó ladeando una mueca.
—¿Cómo es? ¡Necesito detalles! —pidió con emoción.
—Es alto, realmente alto —aclaró—. Tiene un cabello castaño, algunos destellos rubios; sus ojos son color chocolate, pero estando muy cerca de él pueden verse como un color miel. Fergie, cuando te digo que tiene un rostro bellísimo, no miento —dijo abriendo sus ojos, mientras Fergie sonreía ante la emoción de su amiga—. Tiene algunas cicatrices y aunque tiene 34 años el puede aparentar 28 años —aseguró.
Fergie achino sus ojos y ladeó su cabeza.
—Bueno, su descripción concuerda con la de aquel hombre —señaló.
Mel alzó su cuello y una gran sonrisa se formó en su rostro al ver como Remus se encontraba caminando en dirección a la heladería, mientras Sirius lo impulsaba caminando del hombro.
—Es él —dijo con una ladina sonrisa.
—Que cosas, se me antojo un helado —murmuró con una sonrisa coqueta Fergie, quien tomó el brazo de Mel para guiarla al camino de la heladería.
No pudo negarse en su camino apresurado a la heladería. Aparte, todo había sido una gran coincidencia, ¿no?
—Sirius, ¿para que quieres comprar cinco litros de helado? —se encontraba cuestionándole Remus.
—Uno nunca sabe cuando necesitará helado en su vida —respondió Sirius provocando que Mel reprimiera una risa.
—¿Podemos comprar cinco litros de helado? —preguntó Fergie a Mel, ganándose un codazo.
Sirius y Remus giraron su cabeza al mismo tiempo, Mel mostró una pequeña sonrisa inocente cuando Remus se giró por completo para poder ver a la chica.
—¡Mel!
—Hola Remus —saludó con una gran sonrisa.
Se dieron un fuerte abrazo y al separarse, Mel arreglo un poco su desaliñado cabello.
—¡Hola Mel! —saludó con efusión Sirius, quien ya había notado a la joven que acompañaba Mel.
—Hola Sirius, ¿cómo estás?
—Excelente —murmuró ladeando una sonrisa.
—Oh, ella es Fergie Ferreira —presentó—. Viene de Portugal y es rompemaldiciones —dijo con una gran sonrisa—. Ellos son Sirius Black y Remus Lupin —señaló.
—Un placer conocerles —dijo mientras estrechaba su mano con la de Remus y después con la de Sirius.
—El placer es nuestro —respondió Remus al ver la mirada coqueta de Sirius.
—Oh, ¿quieren helado? La casa invita y por eso me refiero a mi —señaló Sirius guiñando un ojo.
—Cinco litros —respondió Fergie provocando que Remus y Mel soltaran una risita.
—¿Lo ves Remus? Ella lo comprende —dijo con una gran sonrisa.
Remus negó con su cabeza lentamente, retrocedió un poco para quedar al lado de Mel y Fergie aprovecho para quedar al lado de Sirius, quien guiñó un ojo en dirección a Mel y Remus.
—¿Qué te trae por aquí? —curioseó Remus.
—Compre un regalo para Harry —señaló mostrando la bolsa, la cual Remus noto—. Y bueno, Fergie va a quedarse en mi casa unos días, por lo que quedamos de encontrarnos aquí —explicó con una sonrisa—. ¿Y a ustedes?
—Bueno, cuando te dije que Sirius planea una gran fiesta no mentía —comentó—. Ni siquiera entiendo por que hará algo tan grande cuando solo seremos nosotros y algunos de los Weasley.
Mel soltó una risita—. Es Sirius, es demasiado extra —le recordó.
—Vaya, ya sabes que es extra y solo llevas unos pocos meses de conocerlo —noto con diversión Remus.
—Tiene ese aire —aclaró algo divertido—. Y tan bien es coqueto —señaló sin poder evitar soltar una risita.
—No te imaginas cuanto —le dijo Remus negando lentamente, puesto que era claro que Sirius se había sentido atraído por Fergie.
Sus respectivos amigos se acercaron nuevamente a ellos. Sirius tendió un vaso con helado de chocolate para Remus y Fergie entrego uno rosado para Mel.
—Es de fresa con nuez y chocolate —le dijo mientras ella se llevaba una cucharada de helado a su boca.
Ambos agradecieron para después salir los cuatro juntos de la heladería.
—Entonces, ¿qué harán ahora señoritas? —preguntó Sirius.
—Ir a casa, supongo —dijo Mel mirando su helado con una gran sonrisa.
—Eh, Mel, ¿y Rolf? —los ojos de la joven se abrieron de golpe.
—Oh Merlín, Rolf —dijo con ligera preocupación.
—¿Quién es Rolf? —preguntó confundido Sirius.
Mel comenzó a caminar alzando su cuello y mirando a todos lados. Su primo Rolf (al igual que ella) es realmente curioso, y temió por unos momentos que hubiese salido del callejón Diagon, o peor aún, que hubiese entrado al callejón Knocturn.
No había sido prudente haber dejado a un chico de apenas 15 años estar en un lugar que nunca había estado.
Alguien tomó su mano y se giró con sus ojos bien abiertos para ver a Remus.
—Creo que perdí a mi primo —dijo con preocupación.
—Descuida, no debió ir lejos —intento calmarle—. ¿Dónde estaba por última vez?
—Quería un cangrejo de fuego.
Remus asintió ante aquello, le tomó la mano y la guio a la tienda de mascotas, deseando encontrar a Rolf.
Pero no había más que diversas criaturas en espera de ir a un nuevo hogar.
—Un joven compro un cangrejo de fuego —dijo la empleada—. Salió hace cinco minutos, quizá.
—Gracias —Remus volvió a tomar la mano de Mel para salir de la tienda—. No debió ir muy lejos, ¿si?
—Me matará el abuelo —susurró mientras caminaba al lado de Remus—. Y la abuela, y mis tíos, Merlín, mi tío Basil puede ser tan peligroso como un basilisco —jadeo cerrando sus ojos.
—Hey, descuida, debe estar aquí —intento animarle Remus—. ¿Ha venido antes al callejón?
—Cuando era niño —respondió alzando su cuello—. Pero es olvidadizo, se orienta mejor en el aire libre.
—Bien, piensa como él, ¿a donde irías si estuvieras en su lugar?
Mel ladeo una mueca—. Me iría a casa mediante la aparición, pero Rolf tiene quince años y, ¿cómo piensa un joven de quince años? —preguntó con desesperación.
—¿Rolf tiene el cabello castaño y con forma de brócoli? —preguntó alzando una ceja.
—¡Sí! —chillo Mel.
—Creo que está ahí.
Sentado en unas escaleras se encuentra Rolf, con su codo apoyado en su rodilla y descansando su rostro en su puño cerrado. Tiene su mirada en el cangrejo de fuego, el cual se encuentra en una jaula de tamaño adecuado.
—¡Rolf! —le llamo.
—¡Hasta que te encuentro! ¡Te estuve buscando por todos lados! —dramatizó.
—Sí, se nota —comentó mientras lo envolvía en un fuerte abrazo—. Oh, creía que me matarían si llegaba a casa sin ti —confesó suspirando.
—Le dire al abuelo que me perdiste..
—¡No puedes! —dijo con voz firme—. Te regale un cangrejo de fuego —señaló.
Rolf ladeo una mueca—. Bien, pero si me vuelves a perder entonces llegaré a la conclusión que te quieres deshacer de mi para quedarte con mi herencia —dramatizo.
Mel rodó los ojos. Rolf iba a continuar hablando hasta que el chico noto al hombre detrás de Mel.
—Oh, ¿y tú quien eres? —preguntó empujando a Mel para abrirse al paso—. Soy Rolf Scamander, hola.
Remus sonrío ante la confianza del chico—. Remus Lupin, un placer.
—¡Ah Lupin!
Mel empujó a Rolf impidiendo que hablara, quien por accidente terminó tropezando y si no hubiese apoyado sus manos al piso muy probablemente lo hubiese besado.
—¡Estoy bien! —dijo parándose de un brinco.
—Es un poco torpe —comentó Mel ladeando una sonrisa. Remus tuvo que reprimir una risa.
—Sí, un poco —masculló Rolf fulminando con la mirada a su prima—. Entonces, ¿tu eres el novio de Mel?
Mel miró con odio a Rolf quien mostró una sonrisa inocente.
—Ah... no —respondió algo nervioso. Llevo una mano detrás de su nuca y sonrió con algo de pena.
—Oh, me alegro, es realmente rara, no muchos tienen el placer de soportarla...
—Rolf por que no tomas tu cangrejo y nos vamos a casa —le interrumpió Mel con notoria molesta.
—Pero Remus me agrada —señaló con una sonrisa.
—Sí bueno, nos vamos —murmuro tomándolo de la mano.
—¿Que hay de Fergie? —preguntó tomando su jaula—. ¿Nos veremos para tomar té Remus? —Remus apretó sus labios e inclinó su cabeza.
—Ella tiene mi dirección —dijo rodando los ojos, luciendo claramente molesta ante el comentario de su primo, quien de forma notoria quería molestar a su prima.
—Un placer conocerte, Remus —se despidió con una gran sonrisa.
—El placer ha sido mío, y Rolf, ser amigo de Mel es en realidad un privilegio.
Las mejillas de Mel tomaron un color carmesí, por otra parte, una enorme sonrisa se formó en el rostro de Rolf.
—Lo es, de hecho si lo es —dijo con una sonrisa.
—Nos vemos Remus —se despidió Mel besando su mejilla.
—Vayan con cuidado.
Mel le dedico una última sonrisa antes de tomar el brazo de su primo para caminar fuera del callejón x
—Eres un idiota —se quejó Mel rodando los ojos.
—Un poco si, ¿pero acaso no escuchaste lo que dijo de ti? ¡Es un privilegio ser tu amigo! Mel, esos hombres son los que valen la pena —le codeo con una gran sonrisa.
—Ah si, ¿y tú como sabes eso?
—Soy un experto en cosas del amor —aseguró guiñando un ojo.
Mel soltó una risita y negó con una sonrisa.
—Anda experto del amor, vamos a enseñarle este cangrejo al abuelo Newt.
—¡Sí! ¡Y también les contaré que conocí a tu novio! —dijo dando un brinco para comenzar a correr.
—¡No te atrevas! —exclamó para después correr detrás de él.
Remus por su parte, fue capaz de ver el momento en el que Mel tomaba a su primo por los hombros y en un torbellino desaparecían del callejón Diagon, sonrió llevando una mano al interior de su bolsillo y suspiró sin poder evitarlo.
En realidad, poder estar con Mel era todo un privilegio y compartir momentos con ella era algo de lo que nunca se arrepentiría.
Nota de autora:
Quedé clown al pensar que podría actualizar ayer por el cumpleaños de mi hombre remus, pero como siempre 🤡
Anyways, espero les haya gustado este capítulo en donde vimos un poco más de la relación que tiene Mel con su fam, y pues como nuevos personajes irán apareciendo <3
Lots of love, Cici x
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