1. FAMILIA SCAMANDER

⊱ ━━━━━ { 🍃🌼🍃 } ━━━━━ ⊰

⊱ ━━━━━ { 🍃🌼🍃 } ━━━━━ ⊰

La historia de los Scamander es bastante compleja, confusa y extensa.

Pero haré lo posible para que todos y todas podamos entenderla:

Los Scamander son una familia de magos reconocida por todo el mundo. No hay ni una sola bruja o mago que no haya escuchado el apellido Scamander mientras crecía o estudiaba, ya que entre ellos se encuentra el magizoologista más famoso de todos los tiempos: Newton Scamander y al Auror y Héroe de Guerra Theseus Scamander, quien después de un trágico amorío con Leta Lestrange, muchos años más tarde logro encontrar el amor en una brillante bruja americana; fue Carling Windstorm quien se convirtió en la esposa del mayor de los hermanos y más tarde en madre del único hijo del matrimonio: Aldrich Scamander, quien tuvo un amor impresionante por todas las criaturas y plantas mágicas, teniendo como mentor a su tío Newt.

Aldrich más tarde conoció el amor en una joven bruja rumana. Blossom Lupei vivía dentro de una manada de hombres lobos cuando Aldrich la conoció. La hermosa mujer de cabello negro como la noche cautivo al primogénito Scamander, ambos con gustos tan similares por el cuidado de las criaturas mágicas que su matrimonio fue tan apresurado para todos que les tomó por sorpresa.

La pareja se dedicó a viajar por todo el mundo en busca del cuidado, protección y restauración de los hábitats naturales de las criaturas mágicas, protegiéndolas de los muggles y de aquellos magos y brujas que irrumpían la vida de los criaturas con tal de encontrar riquezas o la inmortalidad, alterando la naturaleza en sí.

Más tarde, al adentrarse en el amazonas y conocer a una pequeña manada de hombres lobos, Blossom expresó su deseo de encontrar una cura para todos aquellos que sufrían de aquella trágica enfermedad, como su padre Harlam; un hombre honesto, leal y trabajador, que logró sacar adelante a su hija después de que su esposa falleciera. Blossom es capaz de ver a los hombres lobos no como bestias, ni como criaturas, sino como humanos, con pequeños defectos que les afectaba una vez al mes cuando la magnífica luna llena hacia su presencia en el cielo nocturno.

Mientras vivían con la pequeña comunidad, estudiando su comportamiento (el cual Blossom conocía muy bien, puesto que vivió rodeada de personas que sufrían de licantropía) el matrimonio quedó embarazado, después de estar diez años juntos, por fin regreso a ellos la esperanza de expandir su pequeña familia.

Para Theseus era un riesgo que su hijo y su nuera se encontraran en medio de la selva cuando estaban esperando a su primer bebé, pero para Aldrich y Blossom era una aventura más que estaban dispuestos a vivir y enseñarle a su primogénito de todo lo que conocían.

Fue una de las brujas mayores de la tribu la que les dijo que tendrían un hombre, haciendo que ambos se prepararán para recibir a su futuro hijo.

Una sorpresa fue la se llevaron cuando nació una hermosa bebé en la noche del veinte de septiembre de 1973. Una noche que la luna llena iluminaba el cielo nocturno y fueron los primeros rayos de luz que vieron los hermosos y grandes ojos de Mel Anuk Scamander.

Theseus, Carling e incluso Harlam, suplicaban a sus hijos que encontraran un hogar donde su hija creciera, puesto que la pequeña familia no tenía como tal un hogar; vivían en tiendas de campaña, a veces en simples sacos de dormir, estando en contacto con la naturaleza, algo bastante inapropiado para una recién nacida.

Al final de cuentas, Aldrich y Blossom no hicieron caso a las súplicas de sus respectivos padres y en realidad no hubo un momento en que Mel se quejara por estar rodeada de tierra y naturaleza. Desde pequeña, siempre se sintió atraída por las criaturas, haciendo que sus padres se enorgullecieran de su pequeño rayo de luna que iba creciendo rodeada de aventuras y peligros de los cuales siempre salían victoriosos.

No hay un lugar en el mundo que Mel no conozca (bueno, sí, pero le gusta exagerar), eso es lo que más le fascina de su vida.

Muchos considerarían que sus padres fueron imprudentes al hacer que su bebé naciera en medio de la selva, rodeada de hombres y mujeres lobos, y peligros entre criaturas como manticoras, dragones, acromántulas, gente del agua, snallygasters, y muchas otras más que Mel tiene guardadas en su bestiario, el cual inicio a sus cinco años cuando se topó por primera vez con una acromántula que quería comérsela mientras estaba en la selva de borneo.

Quedó tan fascinada con la acromántula que para su cumpleaños número seis cuido de un huevo hasta que logró llevar a la acromántula a un bosque boreal.

Desde entonces, Aldrich y Blossom sabían que su hija viviría y gozaría cada una de las aventuras junto con ellos, su pequeña compañera de vida que nunca se quedaba atrás y quien conforme iba creciendo comenzaba a experimentar cada vez más y más magia.

Así que mientras sus padres se encontraban en la selva de Irati, en España, Mel logró entrar a la Academia Mágica de Beauxbatons tan solo a sus ocho años. Los padres de la chica estaban entre la selva protegiendo a una Quimera que había sido llevada por un mago incompetente mientras que su hija aprendía en Beauxbatons, escuela que permitía los estudios en las brujas y magos desde muy temprana edad.

Desde que la joven Mel tomo sus primeros cursos básicos de magia en Francia sabía una cosa: ella quería estudiar como los demás niños, pero también quería vivir de las aventuras y cuidar de los animales como lo hacían sus padres.

Logrando pues, que la joven continuara sus estudios, recorriendo cada escuela mágica del mundo en el cual era bienvenida gracias a la reputación del apellido Scamander y a la gran dedicación de la niña por aprender.

Muchos podían jurar que Mel estaba enferma o dañada debido a su aspecto físico, ya que siempre ha sido muy delgada y su piel es demasiado blanca, mientras que sus ojos portan ojeras debido a la falta de sueño; otros juraban que es una mujer lobo y por esos sus padres buscaban la cura para tal enfermedad. Pero en realidad, Mel es tan sana que nunca llego a enfermarse.

Ella simplemente es realmente delgada (dice que es genética), su falta de sueño es debido a lo incómodo que son para ella las camas en donde tiene que dormir al asistir a los internados de magia (ya que no hay mejor cama que la tierra). Pese a eso, se alimenta muy bien (aunque trata de evitar comer carnes porque no le parece lindo saber que esta comiéndose un animal que ha sufrido), practica ejercicio (una o dos veces a la semana) y toma agua suficiente.

Mel fue en realidad (y todavía) una niña muy feliz, la cual creció rodeada de naturaleza, tribus, junto con otros niños y niñas e incluso licántropos que le dejaron mucho que aprender.

Cuando regresó a Brasil cursó su primer año en Castelobruxo, donde hizo muchos amigos y destacó en las materias de herbología y magizoología. Sabía que no debía encariñarse mucho con las personas, ya que sus padres eran unos aventureros que viajaban por todo el mundo y ella no duraría mucho en los lugares; así que cuando le dijeron que irían a Boston para ayudar a un hombre lobo no se molestó ni mucho menos se decepciono. Logró entrar al Instituto de las Brujas de Salem en donde le enseñaron a defender sus derechos como bruja y aunque no tenía magizoología como materia, podía salir todos los fines de semana a visitar a sus padres.

Una vez su misión con el hombre lobo terminó, viajaron a Escandinavia para tratar con un basilisco que se salió de control. Claramente, Mel tenía 13 años y era algo muy peligroso para una niña al ver tal criatura (una de sus favoritas, en realidad), por lo que entró al Instituto de Durmstrang, donde tuvo que recusar su segundo año porque para Durmstrang, el Instituto de las Brujas de Salem no es una escuela real. Mel no se molestó al saber que tendría que retrasarse un año y aunque sus padres le dijeron que no era necesario, ella cursó nuevamente un segundo año donde aprendió demasiado de las Artes Oscuras.

Donde descubrió que, en realidad, no le gustaban para nada.

Durmstrang fue un lugar que le dejó tan malos momentos que solo los reprimió en su memoria.

Regreso nuevamente a Beauxbatons para su tercer año, donde encontró a sus antiguos amigos con los que hablaba por correspondencia, salvo que ellos ya iban un año más adelante. A sus quince años se sintió bastante agotada de la escuela como para cursar lo que sería su cuarto año por lo que a sus padres no les molesto que pausara sus estudios para que se internara con ellos en la Selva del Congo y vivieran entre una manada de licántropos, para continuar con su búsqueda de la cura de la enfermedad.

Y aunque fue un año extraordinario, donde también visitó a sus abuelos, Mel tenía ese sentimiento de regresar a la escuela. Era lo que quería, no importaba si llegaba a tener veinte y aún estaba cursándola, ella quería concluir eso que se había propuesto a los ocho años: terminar sus estudios.

Así que cuando se enteró que la Escuela de Magia Uagadou invitaba a los magos y brujas a formar parte de sus instalaciones mediante sueños, comenzó todas las noches a pensar en la escuela, a nombrarla en voz alta, hasta que una noche, un sueño mensajero le indico que había sido aceptada a pertenecer a la escuela de magia. No hubo mucho problema en que tuviese dieciséis años y se encontrará cursando su cuarto año recibieron a Mel con los brazos abiertos, en donde por fin obtuvo un rumbo "algo normal" ya que curso también su quinto año en la escuela de magia africana.

Claro que Mel se había enamorado de Uagadou por que era bastante distinta a las demás escuelas en donde había estado. Aunque el fuerte la escuela era la Alquimia, Astronomía y Transformaciones, Mel logró destacar y para finales de su cuarto año logró convertirse en animago; y aunque Mel sabía que no debía encariñarse mucho con sus compañeros no funcionó, ya que incluso tuvo a su primer novio, conociendo por primera vez a sus 16 años lo que se suponía que era el amor.

Sus padres veían tan felices a su hija que tenían miedo de decirle que tendrían que regresar a América, específicamente a Nueva York, para salir en defensa de los Centauros que estaban siendo atacados por la comunidad mágica debido a que los consideraban una potencial amenaza. Mel les hizo saber que estaban los tres juntos en cualquier aventura a la que se enfrentarán, así que cuando terminó su quinto año, armó sus maletas y se internó en el bosque de Minnesota, donde vio como sus padres junto con magos entraban en un conflicto por la defensa de las bestias.

Mel nunca se había sentido tan furiosa cuando vio cómo los americanos se expresaban con horror y repugnancia hacia los centauros, sabía que esa disputa tomaría tiempo y más cuando vio cómo su tío abuelo Newt Scamander aparecía también para hacer frente en defensa de los centauros.

—Tu tío Newt propone que estudies en Ilvermorny —le dijo con cariño su madre, tendiéndole una carta con el logo del colegio.

—Me parece perfecto —aseguró poniendo una hermosa sonrisa en su rostro—. ¿Crees que pueda asistir a Hogwarts para mi próximo año? —preguntó en un susurró y con algo de pena.

Oh, el increíble y famoso Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Mel ya había cursado la mitad de las escuelas que existen en el mundo mágico, pero no había podido pasar por la mejor escuela de magia y hechicería. Su padre estudió ahí, al igual que su abuelo y su tío abuelo, quienes le contaban historias de aquel mágico castillo que guardaba tantos secretos y se encontraba cerca de un bosque prohibido el cual albergaba todo tipo de criaturas.

Hogwarts es un sueño para Mel y espera que lo pueda cursar para su próximo (y espera que último) año de estudios. Sería como cerrar su estudios con una túnica de oro.

—Crucemos los dedos para que puedas cursarlo en Hogwarts —le dijo su madre besando su frente.

—Lo haré —dijo soltando un suspiro con una pequeña sonrisa.

Mientras que sus padres armaban una tienda, ella simplemente saco un saco de dormir y lo puso en la tierra, recostándose entre las ramas de los árboles, mirando con una pequeña sonrisa el cielo estrellado.

—Nunca habíamos tenido ayuda de humanos —se giró un poco para ver como el centauro estiraba su mano para estrecharla con la de su padre—. Ustedes no son malos...

—Ni los seremos nunca —aseguró su padre con humildad.

Mel sonrió antes de volver a mirar el cielo, ella en serio quería ser como ellos. Quería amar a todas las criaturas, proteger de las plantas, darle buen uso, salir a defender a los que eran silenciados y causar hasta una revolución si era necesario.

Lo tenía en la sangre, lo veía en sus padres y quería ser (si es que era posible) mejor que ellos.

Así que se esforzó para sobresalir en Ilvermorny, llegando temprano a sus clases, ayudando a la profesora de Criaturas Mágicas en sus tiempos libros, pintando en lienzos los paisajes que veían sus ojos y esforzándose el doble (como siempre) con la materia de Defensa Contra las Artes Oscuras, que es la que más trabajo le cuesta, aun cuando todos le dicen que debería ser tan buena en esa materia teniendo como abuelo a Theseus.

Y cuando el verano dio inicio y las clases se vieron por terminadas, se llevó una sorpresa al ver como su abuelo Theseus y su abuela Carling la esperaba fuera del castillo Ilvermorny.

—¿¡Iré a Londres?! —exclamó con emoción cuando les vio tan alegres.

—Así es pequeña, tus padres están en Rumania, pero nos verán dentro de poco.

—Esperemos no te moleste estar con dos viejos...

—¡Oh, por favor es maravilloso! —se abrazó de sus abuelos soltando risitas y ambos se vieron con una sonrisa—. Pero... no tendré que vestir tan refinada como... ustedes... ¿verdad? —murmuró algo apenada.

Ambos portan túnicas elegantes y se ven bastante pulcros, a diferencia de su nieta, quien tiene su cabello enmarañado, con algunas plantitas como adornos, y ligeras cortadas en sus brazos, provocadas por caídas y criaturas a lo largo de sus años.

—Claro que no —aseguró su abuela un tanto divertida—. Ahora, andando, el Traslador nos espera.

Cuando Mel vio a sus abuelos supo que todo había sido idea de sus padres, estaba claro que por fin su sueño de estudiar en Hogwarts se cumpliría para su último año en aquel maravilloso castillo del cual han salido grandes, poderosos e memorables magos y brujas.

La mansión Scamander recibió a su nieta con un banquete. Los elfos se inclinaban ante la joven que les rogaba que dejaran de hacer eso, sintiendo demasiada empatía por los seres que servían de grandes magos y brujas. Contó las historias a sus abuelos sobre ese año escolar tan maravilloso y también recordó cómo había pasado la navidad en el bosque internada con los centauros, que solo hablaban sobre el movimiento de los planetas causando curiosidad en Mel, quien no es muy creyente de la adivinación, pero en ningún momento les juzgo o se burló de ellos.

—Entonces, ¿creen que entre a Hogwarts? —preguntó tratando de esconder su emoción.

No funcionó, sus abuelos conocen muy bien a su nieta, quien está apretando con fuerza la copa de oro con una enorme sonrisa.

—Quizá —dijo Theseus tratando de esconder una sonrisa.

—¡Vamos abue! ¡Puedes decirme! —aseguró con confianza.

—El tiempo lo dirá solo —Mel hizo una mueca ante la respuesta de su abuela.

—Ahora, será mejor que tomes una ducha y salgas al jardín...

—Newt trajo unos mooncalf el mes pasado... —la chica soltó un grito de emoción haciendo que sus abuelos cubrieran sus oídos.

—¡Amo los mooncalf! —comentó parándose de un brinco.

—Con cuidado, dos de ellos están lastimados, los otros tres son crías —le explicó su abuelo.

—Sí, muy bien... ¡iré a esperar a que salgan! ¡La luna no debe tardar en salir!

—¿¡No vas a tomar un baño?!

—¡Eso puede esperar! —Carling ladeo una sonrisa al ver como su nieta atravesaba el salón para salir por el jardín.

—Algo me dice, que esa niña va a causar un par de problemas en Hogwarts cuando se entere de todas las criaturas que habitan en el bosque prohibido —murmuró Theseus, haciendo que su esposa soltara una risita.

—No tienes nada de qué preocuparte... todas las criaturas adoran a Mel, ¿lo olvidas? Incluso las acromántulas.

—No me lo recuerdes, aun sigo molesto con Aldrich por que le dio un huevo de acromántula, ¿quién en su sano juicio le da un huevo de acromántula a su hija de seis años?

Y mientras el matrimonio platicaba sobre los peligros que vivió Mel, la joven se encuentra recostada en la tierra, donde hay una gran madriguera. Alzó su cabeza al cielo para ver como la luna comenzaba a salir y de la guarida, salió una criatura de pelaje gris y grandes ojos color violeta, el mooncalf olfateo a Mel y ella saco pequeño alimento de su túnica.

—Hola lindo, ¿cómo te llamas? —preguntó hincándose.

El mooncalf realizó un pequeño sonido que hizo que Mel soltará una risita.

—Bien, serás Misha —dijo sonriendo.

Dos Mooncalfs salieron de la madriguera, al encontrarse con Misha, comenzaron a realizar un gracioso baile que hizo a Mel sonreír. Dos más parecían estar intentando salir, pero no lo lograron del todo bien, así que, con cuidado, ella les ayudó a salir para que pudiesen estar bajo los rayos de la luna llena. No lograron bailar como los mooncalf más jóvenes, puesto que ambos tenían sus patas lastimadas.

—Oh cuánto lo siento —susurró Mel acariciando el suave pelaje del animal—. ¿Duele mucho? —preguntó en voz baja, el mooncalf se acercó más a Mel—. Descuida, estarás bien, lo prometo —aseguró—. Para la siguiente luna llena podrás bailar —beso la cabeza del mooncalf con una sonrisa.

Hablo con los mooncalf durante un buen rato, soltando risitas y tratando de imitar su extraño baile. Atrajo su bestiario y se dedicó a dibujarlos mientras que la luz de la luna le proporcionaba la luz necesaria. Soltó un bostezo cuando la luna parecía más grande que nunca y se volvió a recostar en la tierra, mirando a lo lejos como los Bowtruckles protegían unos árboles y escuchando el aletear de los murciélagos Mel quedó completamente dormida, hecha un ovillo, mientras que las luciérnagas flotaban a su alrededor.
















Nota de autora:

Lo prometido es deuda auuuu.

La verdad, espero que hayan logrado comprender este capítulo, trate de hacerlo lo más claro posible, pero es que mis ideas están hechas bolas y ando deshilando todavía, jeje salu3.

Bueno, espero les haya gustado, no olviden votar y dejar sus comentarios para ver qué les parece.

Saludos, Cici 🍑

ps: iré aclarando todo más adelante, como pueden ver Mel no tiene 17 años (espero que se haya entendido, igual ustedes dejenme en los comentarios cualquier duda ejeje)