xxv. Amory Lupin


25. Amory Lupin 


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El tiempo pasaba realmente rápido para los jóvenes que sentían que les quedaba poco tiempo para disfrutar de su sexto año, habían tenido ya clases de aparición y la primera en lograrlo sorprendentemente había sido Winifred, quien sentía que su vida comenzaba a cambiar en pequeños momentos que parecían insignificantes, sin embargo no lo eran, ya que le gustaba demasiado el camino que tomaba su relación con Remus.

Cuando antes iba sola en su encuentro de cupido con sus clientes no le molestaba del todo, pero ahora, Remus estaba ahí acompañándola en su recorrido para así poder pasar algo de tiempo juntos (y solos), cosa que hacía más ameno ese recorrido del día.

A veces el la esperaba u otras veces se encontraban una vez que ella había hecho de su magia para hablar de ese peculiar don que tiene.

—Dumbledore me da clases —comentó mientras jugueteaba con la mano de Remus.

—¿Ah sí? —preguntó ligeramente sorprendido.

—Ajá, hace dos días fue mi segunda clase —confesó—. Está muy ocupado, por todo lo que está pasando con el mago oscuro, pero aun así... me ayuda...

—¿Y te ha dicho cómo dominarlo? —preguntó curioso.

—Tengo que estar equilibrada en todos mis sentidos —respondió suspirando—. En realidad, no entiendo muy bien que es lo que tengo de especial...

—Win, cariño —habló con ternura Remus—, toda tú eres especial —las mejillas de la pelirroja hicieron juego con su cabello y soltó una risita nerviosa—. Hablo en serio —musitó con una pequeña sonrisa.

—Calla, Remus —pidió sonrojada.

Remus soltó una risilla y acarició con ternura la mejilla de Winifred, ambos se miraron por lo que se sintieron horas y el ambiente se volvió bastante cálido. Los ojos de Winifred brillaron y de sus manos salieron un par de destellos dorados.

—Perdón —se disculpó cubriendo sus manos.

—No pidas perdón, Win, no tienes porqué pedir perdón —susurró Remus tomando las manos de la joven—. No tienes que sentirte incomoda, ¿sí? —Winifred suspiró.

—A veces ya no puedo esconderlo —confesó apenada—, es como si... como si toda la magia que estuve tratando de esconder, hubiese encontrado más fuerza y a veces me da un poco de miedo —murmuró.

—Creo que tu don es increíble —dijo Remus viendo con ternura a Winifred—, y... no deberías tener miedo de algo de lo que tú eres, Win —habló con voz queda—, porque tu don es parte de ti, y es algo que tienes que aprovechar, como siempre lo has hecho, para ayudar a las demás personas —una pequeña sonrisa se formó en los labios de Winifred—, no creo que debas tenerle miedo... a mí, me parece fascinante —confesó.

—¿En serio? —preguntó algo tímida.

Remus afirmó con su cabeza—. Sí, es tan especial como lo eres tú.

—¡Basta, Rem! —dijo con voz aguda y escondiéndose en el pecho de Remus.

Remus comenzó a reír sin poder evitarlo, abrazo a Winifred para comenzar a besar la cabeza de la chica, hasta que ella dejó de esconder su rostro para hacer que los besos de Remus fueran a su rostro.

—Te quiero —susurró Remus con una pequeña sonrisa, mientras tiene en sus manos las mejillas de la chica.

—Yo te quiero más —respondió algo sonrojada Winifred.

Se acercaron un poco para unir sus labios en un tierno beso, los cuales se movieron lentamente sin prisa alguna. Olvidaron que se encontraban en los terrenos del castillo, usualmente no solían mostrar su amor por los alrededores del castillo, pero esa tarde es particularmente perfecta para mostrar lo mucho que se aman con aquel acto.

—¡Ew, están compartiendo saliva!

Se escucharon risas y un golpe seguido de un grito, al separarse se encontraron con los merodeadores y Marlene, quien está riendo fuertemente de Sirius, que está sobando su cabeza algo adolorido.

—¡No puedes golpearme, Cornamenta! —lloriqueó Sirius.

—¡Pero ni siquiera pude tomar foto! —se quejó Peter meneando la cámara.

—¡Mira Pete! ¡La niña enfermiza de raven!

Peter soltó la cámara de golpe, Sirius soltó nuevamente una carcajada al ver como las mejillas del merodeador más joven se tornaban ligeramente rojas. Winifred negó lentamente con su cabeza mirando de mala manera a Sirius y Remus soltó una risita.

—Deja a Pete en paz, Sirius —le volvió a pegar a James.

—Esperen, ¿qué chica enfermiza de raven? —preguntó curiosa Marlene.

Los tres merodeadores y la rubia tomaron asiento al lado de Remus y Winifred, quien se miraron un tanto divertidos al ver como sus amigos y amiga habían llegado solo para interrumpirles.

—Una linda chica de Ravenclaw que todo el tiempo está estornudando —aclaró Sirius.

—¿June Miracle? —preguntó Marlene alzando una ceja.

—¿La conoces? —hablaron los cinco al mismo tiempo.

—Claro, es compañera de cuarto de Dorcas —respondió obvia.

—Uy, ¿apoco conoces el cuarto de Dorcas? —curioseo inocente Sirius.

—¿Acaso huelo envidia? —Marlene se cruzó de brazos y Sirius alzó un poco los hombros.

—Quizá sí, quizá no...

—Eso no importa —interrumpió Peter—, ¿cómo es que la conoces? Aparte de que es compañera de Dorcas...

—Bueno, compartimos Aritmancia, aunque casi no habla —dijo Marlene hurgando en su bolsa para buscar unos dulces.

Remus se enderezo un poco al ver chocolate, Marlene no tuvo que verlo para darle una barra de chocolate de Honeydukes, la cual acepto gustoso.

—... y está todo el tiempo en la biblioteca, o escondida entre los árboles —agregó—, es extraña, pero realmente agradable, demasiado tierna para mi gusto —mordió una varita de regaliz y continuó—, pero si, está muy guapa, ¿acaso te gusta Pete? —preguntó con ternura.

—¡Claro que le gusta! —respondió Sirius por él.

—No me gusta —musitó apenado.

Winifred soltó una risita y todos las miraron—. Claro que te gusta —dijo por fin.

Winifred aceptó el pedazo de chocolate que le dio Remus y le dio una pequeña mordida bajo la mirada atenta de todos.

—Escuchemos a cupido —señaló James interesado.

—Bueno, pues los he visto...

Hubo gritos de locura por parte de James, Sirius y sí, también Remus. Tanto Winifred como Marlene y Peter brincaron asustados. James se abalanzó a Peter para sacudirlo de los hombros cual padre frenético, Sirius está con los brazos alzados y Remus está gritando emocionado.

—¡Vas a hacer cosas impuras con June!

—¡Sirius, por favor! —exclamaron Remus y Winifred al mismo tiempo.

—Uy, ahora entiendo por qué salen juntos —musitó rodando los ojos.

—¡Cuenta más! —pidió Marlene a Winifred.

—¡Sí! ¡Cuenta más!

—Bueno, bueno, ya —dijo entre risitas—, por la noche me entro curiosidad la conexión que veía en ustedes...

—¿Conexión? —preguntó en voz baja y ligeramente sonrojado.

—... y decidí buscarlos en mi bola de cristal...

—¡Oh por Merlín! ¡Que emoción! —chilló James.

—¿¡Qué viste!? ¿¡Qué viste?! —preguntó desesperado Sirius.

Winifred ladeo una sonrisa y después de exhalar, hablo:

—A Peter y a June... juntos.

Volvieron los gritos y abrazos frenéticos. Peter tiene una sonrisa que ni él puede creerlo y Winifred llevó sus manos a su boca para soltar una risita inocente. Le encantaba ver como reaccionaban las personas en relación al amor y esa era una de sus favoritas.

—Pero que ternurita —dijo Marlene tirando de las mejillas de Peter.

—¡Peter! ¡Oh Peter, crece! —lloriqueo Sirius.

—¡Ya tienes tu respuesta Pete! —exclamó Remus—. ¡Ahora puedes ir a confesarle tu amor!

—Sí y dejar de stalkear por el mapa...

—¡Cálmate, James! —dijo sin poder contener su risa Remus—. Tú el año pasado no dejabas de seguirle la pista a Lily.

Ahora fue el turno de que Marlene y Winifred soltaran carcajadas, a las cuales Sirius no tardó en unirse.

—¡Son unos enfermos! —dijo Marlene escandalizada—. Por eso me gustan las mujeres —señaló.

—Yo no le seguía la pista a Lily —murmuró James sonrojado.

—¡Claro que lo hacías! —chilló Peter.

—Bien, solo un poco.

—Eso ya no importa —dijo Sirius—, pasemos a lo realmente importante —hubo un silencio donde todos miraron al mayor de los merodeadores—, ¿cuál es tu plan de conquista?

—¿Pl-plan? —preguntó abriendo los ojos.

—Sí, plan.

Peter abrió su boca para decir algo, pero la volvió a cerrar sin saber las palabras correctas, sus mejillas se pusieron coloradas y Winifred lo miro con ternura.

—Tú no te preocupes Pete —dijo estirando su brazo para tomar la mano de Peter—, yo te ayudaré a que salgas con ella...

—¡Oh, gracias Winnie! —exclamó emocionado—. ¿Iniciamos ya? —puso su mejor sonrisa y Winifred negó con su cabeza un tanto divertida.

—Relájate Peter, mañana iremos a casa para las vacaciones, pero en cuanto regresemos me pondré a trabajar.

James hizo sonar su garganta, solo un poco celoso.

—Tu ni me mires así, que ustedes mismos ya están trabajando en eso —respondió rodando los ojos.

—¿Ah sí? —preguntó asombrado—. Espera... ¿¡qué!?

—¡Uy! ¡Mira la hora! ¡Llegó tarde a mi clase de adivinación!

Se paró de un brinco y jalo a Remus del brazo, quien casi tropezó, pero siguió a la chica para correr detrás de ella.

—¡PERO LAS CLASES YA ACABARON!


💘


En esta ocasión, la cantidad de estudiantes que bajaba del tren era en menor cantidad a los que habían salido para las vacaciones de navidad, ya que usualmente algunos deciden pasar las pascuas en el colegio, y los merodeadores por primera vez tendrían una pascua fuera de Hogwarts, ya que conocerán a una persona muy especial.

—Entonces, Win, ¿cuándo irás tú —preguntó Peter tirando de su baúl para bajar del tren.

—Para el fin de semana —respondió con una pequeña sonrisa y mirando de reojo a Remus, quien suspiro.

—¿No te veré en tres días? —preguntó en voz baja.

—Solo serán tres días —le dijo con ternura.

Remus arrugó su nariz—. Son muchos días —musitó.

—¡Ay por favor, vomitaré en cualquier segundo! —exclamó Sirius rodando los ojos.

Un hombro chocó con el de Sirius y Amelia ni siquiera se detuvo a pedirle perdón porque siguió con su caminar, Winifred ladeo una mueca algo triste y Sirius la miro con el ceño fruncido.

—¡Disfruta la pascua Bones! —exclamó Sirius.

Como respuesta obtuvo que Amelia levantará su dedo medio.

—Me ama —aseguró con una sonrisa algo incomoda.

—Eh, sí —musitó James—. ¡Ahí están nuestros padres! —señaló emocionado.

James a brincos corrió hacía las familias que se encuentran juntas, dejando atrás a sus amigos.

—¡Mamá Euphe! ¡Papá Flamont! —exclamó Sirius dando brincos—. ¡Ex suegros! —hablo a los padres de Remus.

—Ay, este idiota —Remus se dio un golpe en la frente y Winifred soltó una risita sin poder evitarlo.

—¡Win andando! —gritaron los gemelos llegando con su hermana.

—Tienes prohibido besarla frente a nosotros —señaló Gideon.

—Exacto, prohibido —recalcó Fabian.

Remus rodó los ojos en dirección a los gemelos, se inclinó para quedar a la altura de Winifred y depositó un corto beso en los labios de la chica que soltó una risita.

—Te quiero —susurró ignorando las majaderías de los gemelos.

—Yo te quiero más —respondió Winifred acariciando su mejilla—. Nos veremos en tres días —canturreó.

—Solo tres días —suspiró Remus cerrando sus ojos.

Winifred ondeó su mano en dirección al resto de los merodeadores que le lanzaron besos, en su camino fuera de la estación, se topó con Lily quien aseguró que iría a la casa de los Lupin para conocer al nuevo integrante de la familia y tras despedirse de la mitad de los estudiantes, los gemelos lograron realizar de la Aparición para llegar a su casa.

—Merlín, ¿no te cansas de tener tantos amigos?

—¿¡Qué dices?! ¡Adoro tener amigos! —exclamó con emoción.

—¡Oh! ¡Han llegado a casa! —exclamó su madre saliendo de la cocina.

Beso y jaloneo las mejillas de los gemelos, envolvió en un fuerte abrazo a Winifred.

—Los estábamos esperando —comentó con alegría, guiándolos al comedor.

—¿Los? —preguntaron los tres confundidos.

Y al llegar al comedor, Winifred soltó un grito emocionada.

—¡Tíos! ¡Tía!

—¡Bill! ¡Charlie!

Se dejaron abrazar por sus sobrinos, a quienes los llenaron de besos y cariños, para después saludar a su hermana Molly quien les enseñó al gordito bebé Percy que ya logra sentarse por sí solo.

—¡Oh ya está más grande! —dijo con emoción Winifred—. Hola mi amor, soy tu tía favorita —canturreo acariciando las mejillas del bebé que comenzó a soltar risitas—. ¡Me ama, ya!

—Imposible no hacerlo, Winnie.


💘


Winifred estaba realmente lista para pasar el fin de semana con los Lupin. Había guardado ya toda su ropa en una mochila, así como su bola de cristal y demasiados regalos y dulces para darle a Amory. ¿Qué si estaba emocionada? Sí, realmente estaba muy emocionada.

—¿Llevas todo? —preguntó su madre al verla caminar a la sala.

—Sí, mamá —canturreo.

—¿Cepillo de dientes? —Winifred asintió con su cabeza—. ¿Suéter? —volvió a asentir, esta vez divertida—. ¿Dinero? ¿Pijama? ¿Varita?

—Sí, sí, sí —respondió sonriendo—. Llevo todo, el lunes llegaré a la hora de la cena...

—De acuerdo —respondió suspirando—. Pórtate bien, ¿sí? Ya Sirius me prometió que cuidaría de ti...

—Uy, en quien confías —murmuró caminando a la chimenea—. Nos vemos mami —dijo tomando un poco de polvos flu.

Los arrojó a la chimenea y tras brincar dijo dos palabras que constaban en «Casa Lupin» para después verse envuelta entre las llamas verdes que la hicieron pasar por los cientos de chimeneas conectadas.

Salió de golpe y tosió un poco para quitarse el hollín sacudiendo de sus mangas, saco su varita y sin decir palabra alguna (por que ha mejorado en los encantamientos no verbales), limpio toda su ropa.

—¡Winifred! —exclamó con emoción una mujer de cabellos castaño y ojos color miel.

—¡Hola señora Lupin! —saludó con emoción para después darle un fuerte abrazo.

—Me alegra que hayas llegado, Remy no deja de hablar de ti —ese comentario bastó para que las mejillas de Winifred se tornaran ligeramente rosadas.

—Oh... ¿en serio? —musitó tímida.

Hope miró con ternura a Winifred.

—Así es, todo el día, a todas horas, realmente flechaste a mi hijo —cubrió su rostro apenada y Hope comenzó a reír—. Oh vamos, no te preocupes, realmente creo que eres una mujer extraordinaria y me alegra que mi hijo salga contigo —aseguró—, así que deja la timidez de lado, ¿si Winnie?

—De acuerdo —comentó soltando risita.

—Ahora andando, que hay alguien más que también muere por conocerte.

Winifred entonces recordó que no solo estaba ahí por Remus.

¡Está por conocer a Amory! ¿O sería prudente comenzar a llamarlo cuñado?

—¡Ay sí! ¿Dónde está? —preguntó con emoción—. O más bien, ¿dónde están? —se corrigió.

—Sígueme, están el jardín.

Comenzó a seguir por detrás a Hope Lupin. Se adentraron por un largo pasillo que conecta con unas escaleras, pero ellas siguieron derecho dejando atrás algunas puertas, hasta llegar con una puerta que da al jardín.

Winifred sonrió al ver a cuatro adolescentes y un niño sentados formando un círculo.

Cabe mencionar, que el más pequeño se encuentra siendo abrazado por James.

—Niños —les llamó Hope.

A Winifred le encantaba escuchar como los llamaba, porque, aunque casi todos (salvo por Peter) se encontraran ya en la edad donde formaban parte de los adultos, Hope les seguía diciendo niños.

—... miren quien llegó.

Todos se giraron para ver a Winifred que ondeó su mano.

—¡Winnie!

—¡Freddie!

—¡Winnie-Freck!

—¡Winnie-Pooh!

Los cuatro se pararon de un brinco para abrazar y saludar a la chica dándole mucho amor.

—Bueno, suerte con ellos —dijo Hope saliendo del jardín entre risas.

Remus terminó opacando a los demás, cuando la tomo por la cintura y se inclinó con ella para darle un beso de completa emoción.

—¡Hay niños presentes! —exclamó Peter cubriendo los ojos del más pequeño.

Winifred se separó de Remus para ver con emoción al hermanito de Remus.

—Winnie, él es mi hermanito, Amory —señaló Remus acercándose a él.

Los ojos de la pelirroja se cristalizaron al ver la timidez del niño, tiene una tez ligeramente pálida, un cabello castaño con destellos rubios y una cicatriz algo visible en su mejilla izquierda. Winifred sonrió con ternura porque por algún motivo le recordaba a Remus cuando era un niño.

—Hola, es un placer por fin conocerte —dijo con una sonrisa adorable—. Soy Winifred, pero puedes llamarme Win o Winnie, como prefieras —él asintió con su cabeza algo tímido.

—También me da gusto conocerte, Winnie —habló por fin Amory—, soy Amory Lupin y, ansiaba conocerte porque mi hermano habla mucho de ti.

Eso le bastó a Winifred para acercarse al niño y darle un fuerte abrazo.

Fue en realidad, bastante extraño y liberador (para Amory), el haberse abrazado. Porque, aunque los ojos del niño transmitían paz y felicidad, dentro de su corazón había demasiado dolor que tenía que aprender a sanar, a curar, y el hecho de Winifred le estuviese abrazando ayudaba demasiado.

Se separaron lentamente y Winifred acarició con ternura el cabello de Amory.

Todo estará bien —susurró Winifred de forma inconsciente.

Los ojos de Amory se cristalizaron y asintió con una pequeña sonrisa.

—¿Soy yo o alguien más tiene ganas de llorar? —preguntó con voz entrecortada James.

Pero un escandaloso llanto se escuchó y todos se giraron para ver a Sirius, quien está sonando su nariz.

—¿Por qué no me sorprende? —murmuró Remus rodando los ojos, Amory soltó una risita viendo a Sirius.

—¡Uy! ¡Perdón por ser sensible! —dramatizo.

—No, tu eres dramático —aclaró Peter algo divertido. 

Winifred tomó asiento al lado de Amory quien la miro con una pequeña sonrisa.

—Entonces, ¿tú y Rem son novios? —preguntó algo confundido.

Ambos compartieron miradas y las mejillas de Winifred se pusieron realmente sonrojadas.

En realidad, ella y Remus nunca habían llegado a aclarar lo que son, pero esa era una muy buena pregunta, ya que, aunque se comportan como una pareja, no tienen el título oficial de novio y novia.

—Ah... algo así —murmuró Remus algo apenado.

—Esperen, ¿todavía no son novios? —preguntó Peter perplejo.

—Estamos aquí por Amory —señalo Winifred despeinando el cabello del niño, quien sonrió un poco—, no porque somos Rem y yo, así que no hay que desviarnos del tema —pidió mordiendo su labio inferior.

Remus ladeo su cabeza mirando con una pequeña sonrisa a Winifred.

—Entonces, Amory, ¿te gusta jugar quidditch? —curioseo con ternura.

—Sí, me gusta mucho —asintió con una pequeña sonrisa—. Soy buscador —aclaró enderezandose.

—¡Eso es increíble! —dijo con emoción.

—Ya le dije a Amory que si queda en Gryffindor me encargaré de que entre al equipo —James le guiño un ojo y una enorme sonrisa se formó en los labios del pequeño—. Será el jugador de quidditch más joven como en mil años —dramatizo.

—No les hagas caso, solo intenta sobornarte —murmuró Winifred—, aquí entre nos, la sala común de los leones no es tan genial como la de nosotros, los Hufflepuff —dijo con bastante orgullo.

—Disculpa, ¿qué? —preguntó ofendido Sirius.

—En la de Hufflepuff hay plantas que bailan y cantan —le contó a Amory con una sonrisa.

—¿En serio las hay? —preguntó asombrando.

—No, no, no le hagas caso —dijo Remus rápidamente.

—Y estamos al lado de las cocinas —prosiguió.

—En Gryffindor tenemos... —Peter se quedó pensando—. Oigan, ¿qué tenemos? —murmuró.

Winifred soltó una carcajada y tomó la mano de Amory—. Hufflepuff es la mejor casa, no lo digo yo, lo dice... bien, si, lo digo yo —se corrigió al saber que no decir.

—No le hagas caso, en Gryffindor hacemos las mejores fiestas —aseguró James—, y me tienen a mi —puso su mejor sonrisa y Amory comenzó a reír al ver la competitividad que había entre las casas.

—En realidad, Hufflepuff me gusta mucho —confesó Amory ladeando una sonrisa.

Winifred aplaudió emocionada.

—¡La traición! —exclamó Sirius realmente ofendido.

—Pero, Amory, en Gryffindor podemos ver a los terrenos y nuestra sala común es muy cálida —aseguró Remus con una pequeña sonrisa.

—En Hufflepuff tenemos los primeros rayos del sol —informó Winifred sonriendo.

Peter se cruzó de brazos resoplando y James gruñó.

—Ya entendimos, la sala de Hufflepuff es mil veces mejor que la de Gryffindor, ¿puedes dejar de presumir? —pidió James cruzándose de brazos, haciendo que Amory soltará una risita y Winifred riera de una forma peculiarmente aguda que distrajo a Remus por completo.


💘


—¿Mi cabello se ve bien? —preguntó por quinta ocasión James.

Los merodeadores se encuentran en el cuarto del pequeño Lupin, quien está sentado en la cama mientras Winifred le está peinando su cabello enmarañado ya que habían estado volando en escoba la última hora.

—¿Qué tiene que ver su cabello? —susurró Amory a Winifred, haciendo que Remus soltará una risita mientras veía a su hermanito acompañado de Winifred.

—Oh, es que viene Lily Evans, es la niña que le gusta —susurró de la misma manera Winifred.

Amory exclamó—. Eso de que te guste alguien suena... complicado.

Peter, Sirius y James se giraron para ver a Amory con los ojos abiertos, Remus apretó sus labios viendo a Winifred quien dejó de cepillar el cabello del niño. En realidad, no mostró confusión ante su comentario, sino que soltó una risita y se sentó frente a él.

—Algunas veces se escucha realmente complicado, pero aun eres muy pequeño Amory, como para entender por qué se siente de esa forma —dijo señalando a James con su cabeza.

—Mi hermano dice que tienes un poder del amor, ¿es cierto? —ella asintió con su cabeza y se giró para ver a Remus quien se apoyó en el marco de la ventana.

—Así es —susurró acomodando el cabello de Amory.

—¿Cómo funciona? —preguntó curioso.

—Es... complicado —confesó suspirando—, pero tengo una bola de cristal en donde puedo ver a las parejas que merecen estar juntas y... hago lo posible para ayudarles —aclaró.

—Genial —susurró—, entonces, ¿es por eso que tú y Rem deben estar juntos?

Remus se inclinó un poco para escuchar mejor, Sirius y Peter compartieron miradas burlonas y James dejó de peinar su cabello para verla con ternura.

—Bueno, en realidad nunca he visto a Remus en la bola de cristal —confesó dándole un golpecito en la nariz—, pero supongo que tiene sentido ya que hubiese sido trampa, ¿no crees? —él asintió con una sonrisa.

—¿Y cómo sabes que debes estar junto a él? —indagó ladeando la cabeza.

Ladeo una sonrisa y alzó sus hombros—. Es algo... es algo que simplemente se —susurró—, porque lo siento —confesó—, siento un cosquilleo recorrer todos mis brazos —pasó sus dedos por los brazos de Amory haciéndolo soltar una risita—, y siento mi corazón latir muy, muy rápido —aclaró—, y... me siento bien —susurró—, con él —lanzó una pequeña mirada a Remus quien tiene sus ojos cristalizados.

—Entonces... ¿es posible que algún día me enamore?, ¿cuándo sea grande? —curioseo.

—¡Claro que sí! —aseguró sonriendo.

—¿Sin importar que sea un hombre lobo? —preguntó en voz baja.

La mirada de Winifred se enterneció, Remus se paró rápidamente para caminar a Amory y le ganó la palabra a Winifred.

—Escucha esto, hermanito —hablo tomando asiento al lado de él—, tienes que recordar muy bien estas palabras, ¿de acuerdo? —Amory asintió lentamente con su cabeza—. No importa que seas un hombre lobo, tú mereces la misma felicidad que las demás personas —Winifred mordió su labio viendo a Remus.

Sirius, Peter y James caminaron para acercarse a ellos y James tomó asiento al lado de Amory, mientras que Peter se posicionaba al lado de Remus y Sirius detrás de Winifred.

—Nuestra condición no nos impide ser menos que las demás personas —aclaró—, lamentablemente, la sociedad cree que por que nos convertimos en bestias una vez al mes nos hace ser malos, pero, ¿qué crees? —preguntó susurró.

—¿Qué?

—Tú y yo estamos aquí para probarles lo contrario —aclaró.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Amory.

—Les podemos probar a las personas que ser un hombre lobo no significa que tenemos que ser malos, porque no lo somos —aclaró—, y al igual que ellos merecemos... amigos —susurró, miró a los chicos con una pequeña sonrisa—, merecemos divertirnos, estudiar, trabajar, merecemos... —sin poder evitarlo miro a Winifred—, amor —susurró—, darlo y recibirnos y... merecemos amarnos, tal y como somos.

Winifred limpió sus lágrimas al escuchar aquello y miró con orgullo y emoción a Remus.

—Así que, sí... es, es jodidamente difícil ser un hombre lobo —comentó soltando una pequeña risita—, pero verás que encontrarás personas que lo harán mucho más divertido —dijo acariciando el cabello de Amory.

—Y-y.... ¿y si no las encuentro? —preguntó en voz baja.

—Nos tienes a nosotros —hablo James poniendo una mano en el hombro de Amory—, nunca te vamos a dejar —aseguró.

—¿Nunca? —preguntó en voz baja.

A coro, todos respondieron—. Nunca.

Una sonrisa se formó en los labios de Amory y con ojos cristalizados miró a su nueva familia. 


💖


James, Peter y Sirius salieron corriendo detrás de Amory mientras soltaban gritos por que Hope había anunciado que la cena estaba lista y no solo eso, sino que los Potter y Pettigrew habían llegado también para unirse, pero lo que más le emocionada a James es que Lily no debía tardar en llegar. 

Antes de que Winnifred saliera de la habitación, Remus la tomó del brazo para hacerla girar y tomarla con delicadeza por la cintura, una pequeña sonrisa se formó en los labios de Winifred al ver a Remus sonreirle y estiró su mano para cerrar la puerta.

—¿Qué crees que haces, Lupin? —preguntó con una pequeña sonrisa.

—Solo quiero estar contigo, Prewett —susurró.

Sus narices se rozaron y sonrieron sin poder contenerse. Remus terminó por inclinarse mientras que Winifred se aferraba al cuello del chico para poder besarse sin prisa alguna.

—Winifred —susurró.

—¿Sí? —parpadeo un par de veces y Remus acarició la mejilla de la chica suspirando.

—Te quiero, muchísimo —confesó.

—También te quiero, Remus —murmuró con una enorme sonrisa—, demasiado —aclaró.

Winifred llevó su mano a la mejilla de Remus para acariciar con ternura la gran cicatriz que tiene en su rostro. 

—¿Qué dices si mañana nos escapamos? —susurró.

Los ojos azules de la pelirroja se abrieron con asombro—. ¿A dónde? —preguntó con cierta emoción.

—A un lugar que solo tu y yo conozcamos —Winifred ladeo su cabeza y sonrió.

—Me interesa —canturreo.

—Bien, entonces —le dio un corto beso—, mañana —una vez más la beso—, nos —la hizo soltar una risita al volverla a besar—, escaparemos —repartió cientos de besos por el rostro de la chica y Winifred se aferró al cuello de Remus soltando risitas.

—¡Hey! —ambos giraron a la puerta para ver a Sirius con las manos en su cadera—. ¿Qué hacen encerrados en una habitación? ¡Amory esta esperandolos! —informó.

—Uy, perdón papá —murmuró Remus rodando los ojos.

—¡Andando! ¡Andando! —aplaudió.

Le dio una nalgada a Remus al salir, haciéndolo brincar y Winifred cubrió su boca para no carcajearse. Se encontraron en la sala con James quien tiene a Amory de los hombros mientras le presenta a una hermosa pelirroja que viste un lindo vestido amarillo de tirantes con flores.

—¡Lily!

—¡Winnie! 

Ambas amigas se dieron un fuerte abrazo y Winifred dio brincos emocionada—. ¿Ya te presentaron a Amory?

—Lo han hecho, ya —respondió mientras saludaba a Remus—, me recuerda a Rem...

—¿¡Verdad que sí?! —exclamaron los merodeadores y Winifred haciendo que Remus y Amory se mirarán con una pequeña sonrisa.

—Bueno, bueno, es por algo que ahora somos hermanos —Remus despeinó el cabello de Amory y pasó una mano por sus hombros.

—¡La comida está lista jovenes! —exclamó Lyall pasando con una bandeja en sus manos.

—¡Comida! —chillo Winifred dando un brinco y salió corriendo rumbo al jardín con Sirius pisándole los talones, hasta llegar con los señores Potter.

—¡Hola Winifred! —saludaron con emoción  Euphemia y Fleamont. 

—Hola Euphe, hola Fleamont —saludó con un beso en la mejilla.

El resto de los jóvenes llegó con ellos y James miró nervioso a sus padres, mientras hacía señas a Lily quien se encuentra delante de ella.

—Euphe, Fleamont, ella es Lily Evans —la presentó Remus por James—, una de mis mejores amigas.

—Un placer conocerles, señor y señora Potter —saludó con una pequeña sonrisa nerviosa.

—Oh el placer es nuestro, Lily —respondió Fleamont con notoria alegría.

—Nuestro hijo James, nos ha hablado muchísimo de ti —agregó Euphemia.

El mencionado se dió un golpe en la frente causando que Peter y Amory soltaran carcajadas, mientras que las mejillas de Lily tomaban un ligero color carmesí.

—Eh sí, ¿quién tiene hambre? —preguntó James interrumpiendo a su madre quien parecía que quería agregar más.

—Uy, muero de hambre —dijo Amory alzando su mano y salvando el pellejo de James.

Tomaron asiento todos mientras saludaban a Kristine y Miles Pettigrew y una vez reunidos en la mesa, Sirius hizo un escandaloso sonido con su copa.

—Sí, sí, ya te vimos, ¿qué quieres? —preguntó James causando risas en los adultos.

—Yo propongo que hagamos un brindis —dijo dando brincos en su asiento—, por que mis ex suegros...

—¡SIRIUS! —exclamó Remus causando que todos soltaran carcajadas. 

—... agrandaron esta hermosa familia —continuó ignorando a Remus. 

Alzaron sus vasos y copas mientras que Amory miraba a todos con alegría y ojos cristalizados. 

—Por Amory Lupin —dijeron al unisón Hope y Lyall.

—Por Amory Lupin. 




Nota de autora:

Yo le lloró a Amory Lupin todos los días porque déjenme decirles que él tendrá su propia historia y no se imaginan quién será su interés amoroso. 💖

Bueno, la verdad es que ya creo que saben quién será su interés amoroso, anyways, yo le lloró al Amory 💖

Lots of love, Cici x

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