xxix. soulmates
29. almas gemelas
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A pesar de que los exámenes parecían agotar a los estudiantes, eso no impedía que Winifred continuará repartiendo amor y hablando de este acto por cada rincón del pasillo, por que cuando la Hufflepuff no era vista con su novio y mejores amigos, ella estaba hasta en la lechucería, compartiendo palabras con los más introvertidos para hacerles saber que pronto encontrarían a su gran amor.
—Adoro tanto el amor —confesó suspirando.
Amelia mastico su varita de regaliz y la miró extrañada.
—Muy bien, no es San Valentín, ¿qué te ocurre? —preguntó sacudiendo sus manos.
Antes de hablar, soltó una pequeña risita—. Bien, mira a la mesa de Ravenclaw y dime que ves —pidió juntando sus codos en la mesa y apoyando su barbilla en sus puños cerrados.
—Veo... veo a Lockhart peinando su cabello, a un niño comiéndose los mocos, que asco —susurró—. Veo Marlene, Black y Dorcas juntos, y no hay nada interesante, ¿por que hago esto? —preguntó con ligera desesperación.
—Continúa viendo —pidió picoteándole el brazo.
Resopló y continuó con su mirada por la mesa de las águilas.
—Oh... ¿ese es Peter? —preguntó con una sonrisa.
Winifred asintió emocionada.
—Desde que tuvieron su cita en Hogsmeade ellos dos, ¡bum! —fingió una explosión con sus manos que provoco que Amelia diera un pequeño brinco. Soltó un suspiró y sonrió sin poder evitarlo—. Almas gemelas —susurró.
—Nunca he entendido eso de las almas gemelas —confesó Amelia.
—Oh, es algo muy complejo y todas las personas piensan diferente acerca de esto —le hizo saber—. Pero por lo que he visto, tu alma gemela aparece en un momento inoportuno. Quizá nunca le has visto, pero entonces, te topas con la persona y luego vuelves a verla, y sigue apareciendo en tu vida, encajando a la perfección —aclaró.
—Entonces, ¿tu alma gemela es lo que te hace pleno? —preguntó confundida.
—No, no, uno ya nace completo —le dijo sonriendo—. Pero si es como un complemento, alguien con quien vivirás aventuras y con quien compartirás sueños e ideas, es con quien estás dispuesto a pasar el resto de tu vida.
Winifred no vio la mueca de Amelia y la joven pelinegra agradeció eso. Muchas veces, tanto amor le asqueaba.
—Bien, soy mi propia alma gemela —dijo sonriendo.
—En realidad, tu y yo somos almas gemelas —le aclaró tomando su mano—. No necesariamente tiene que ser una relación amorosa para que existan almas gemelas, en algunas ocasiones, son los mismos amigos. Tú y yo, somos almas gemelas.
—Bien, ya, suficiente, esto es mucho para mi corazón —le interrumpió Amelia fingiendo rudeza.
Antes de que Winifred pudiese decir algo, un chico de cabello castaño y mirada adormilada tomo asiento a su lado. Remus beso la mejilla de Winifred provocando que diera un brinco ante la sorpresa y al sentir que se trataba de su novio, se giro para abrazarlo.
—Buen día, amor —susurró pegando su cabeza en su hombro y cerrando sus ojos.
—Hola, cariño —saludó con emoción.
—Oh, hola Amelia. ¡Hola Remus! —dijo Amelia fingiendo una conversación al ser ignorado por el hombro lobo, quien al notar aquello soltó una risita.
—Hola Lia. ¿Cómo estás?
—Asqueada, Winifred habla mucho del amor y mi corazón de piedra no soporta tanto —confesó con muecas.
—¡Pero tu preguntaste! —le recordó en un chillido.
—Sí, bueno, no lo haré de nuevo...
—¡Amelia! ¡Mi cielo! —la joven pelinegra gruño al ver que se trataba de Sirius.
—¿Qué quieres cabeza de hisopo?
Remus y Winifred soltaron una carcajada al ver la cara de Sirius que mostraba indignación. Ambos comenzaron a pelear y la pareja decidió ignorarles.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Winifred acariciando el cabello de Remus.
—Muy cansando —susurró—. En serio, estoy... muerto.
—¡Ay! No digas eso —pidió horrorizada—. ¿Qué examen tienes hoy?
—Solo pociones...
—¡También yo! —dijo con emoción y alzando un poco su voz. Remus cerro sus ojos ante el grito que se sintió realmente fuerte—. Lo siento, no quise gritar —susurró apenada.
—Descuida, amor —susurró tomando su mano y llevándola a sus labios para darle un beso.
—¿Qué te parece si hacemos el examen de pociones y pasamos el resto del día juntos? —Remus ladeo una sonrisa al escuchar aquel plan.
—Suena un plan maravilloso —confesó suspirando—. Pero, Win, ¿no tendrás problemas...?
—Mi última clase es adivinación, así que podré llegar a tiempo.
—De acuerdo...
💘
En cuanto el examen de pociones dio por terminado, Winifred salió tomada de la mano de Remus, no sin antes notar como Lily esperaba a que James guardará sus cosas por que, por lo que la Hufflepuff había escuchado ambos irán a volar al campo de quidditch antes de que la siguiente clase diera inició.
—¿Notaste a James y Lily? —le preguntó Remus con una sonrisilla.
—¿Qué si los note? Amor, no dejan de hacerme cosquillas —dijo algo divertida.
—¿Sabes? No he dejado de pensar en eso que me dijiste. James y Lily y teniendo un hijo —Winifred soltó una pequeña risita emocionada.
—Lo sé, me emociona tanto. En realidad, solo estoy esperando el momento en que nos digan que se casarán —ambos comenzaron a reír y Remus paso su brazo por los hombros de Winifred para caminar abrazada de ella.
—¿No es raro? —susurró—. Lo rápido que ha pasado el tiempo... me refiero a que, ayer estabamos haciendo bromas y tu iniciabas a ser llamada Cupido, pero hoy ya tenemos 17 años, lo cual nos hace adultos, aunque no lo somos del todo —agregó—, pero... en algunas ocasiones nos comportamos como tal y, planeamos el futuro...
Hubo un silenció donde sus pisadas solo era lo que se escuchaba.
—Es algo loco —confesó Winifred—. Lo rápido que pasa el tiempo —aclaró—. Pero, creo que también estamos creciendo en un momento histórico que nos esta obligando a crecer rápido —musitó.
—¿Lo dices por ese tal Voldemort? —preguntó con una mueca Remus.
—Sí —susurró—. Imagínate, cuando Dumbledore termine con él, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos y sus hijos y así sucesivamente, estarán hablando de eso —murmuró.
—Vaya, no había pensando en eso —confesó Remus—. ¿Crees que duré mucho?
—Pues, espero que no —confesó—. Si no, tendremos que casarnos en cuanto salgamos de Hogwarts, por que ni de loca permitiré que un tonto mago oscuro me impida estar contigo.
Ambos soltaron un par de risillas, Remus mostro su mano y estiro sus dedos—. ¿Y mi anillo?
—¡Remus! —entre risas llegaron a la sala común de Gryffindor, donde Winifred saludo a Peter y Sirius que fingían estudiar mientras en realidad jugaban con gobstones y subieron a la habitación de los merodeadores.
Winifred dejo caer su túnica y se quitó su corbata para dejarse caer al lado de Remus en la cama, quien cerro sus ojos ante la comodidad que sentía.
—¿Qué es lo que sientes? —preguntó con curiosidad Winifred, mientras acaricia el cabello de Remus.
—Es... un dolor, en el pecho —susurró—. Y mi cabeza —señalo—. Sin hablar del constante ruido que incomoda...
—No debí hablar —murmuró Winifred—. A veces grito, es un mecanismo de defensa —dijo apenada.
—Oh, no, amor, créeme, tu voz nunca me lastimaría —aseguró sonriendo.
—¿Y qué es lo que te ayuda? ¿Las pociones? —Remus negó con una mueca.
—Solo por unas pocas horas, después regresa el dolor y es más intenso. Es por eso que mejor no las tomo —confesó.
—Oh, Rem —susurró Winifred acariciando su mejilla—. Debería existir alguna cura, ¿no crees? —preguntó en voz baja—. Para disminuir todos los dolores —aclaró.
—Eso sería como un sueño —confesó Remus soltando un suspiró.
—Te puedo curar con besos, ¿funcionaría? —curioseó ladeando su cabeza.
Remus soltó una risita y asintió con su cabeza—: Todo lo que venga de ti me haría sentir mejor.
Winifred se inclinó lentamente para besar los labios de Remus. Se movieron en un mismo ritmo, lento y sin prisa; con calma, pero diciéndose lo mucho que se amaban. Lentamente, Remus la tomo de la cintura y la impulsó para sentarla sobre sus caderas, haciendo de aquel beso mucho más placentero.
Las manos de Winifred tomaron con cariño el rostro de Remus y lentamente se separaron para verse a los ojos.
—Te amo tanto —susurró Remus al ver la mirada azulada de Winifred.
Sus ojos se cristalizaron, soltó una pequeña risita nerviosa y sintió su corazón latir con rapidez.
—Te amo mucho más —confesó Winifred, quien tomo la mano de Remus para guiarla justo a dónde se encuentra su corazón—. ¿Lo sientes? Eso lo provocas tú.
—¿Solo yo?
—Solo tú —susurró.
Se inclinó para volver a besarlo, salvo que esta vez, Winifred comenzó a besar todo el rostro de Remus, dejando pequeños besos delicados sobre sus cicatrices y bajando hasta su cuello.
—Win —susurró.
—¿Si? —preguntó entre besos.
—Uhm... la temperatura de mi cuerpo sube debido a las noches de luna llena y, y... solo puedo decir, que... que deberías dejar de hacer eso —comentó cerrando sus ojos.
Winifred dio un largo beso antes de separarse del cuello de Remus—. Espera, ¿en serio eso pasa...?
—Sí —le interrumpió apretando sus labios.
—Oh —susurró acomodándose entre las caderas de Remus—. Y... ¿no quieres que pase? —preguntó en un carraspeo.
El hombre lobo tuvo que parpadear dos veces al escuchar aquella pregunta.
—Win, ¿tu...?
—Solo si quieres —agregó rápidamente.
Se sentó pegando su espalda a la cabecera y tomo la cintura de Winifred para no dejarla ir.
—No quiero que sientas presión, o algo así —comentó Remus con una pequeña mueca.
—No sentiría presión contigo nunca Remus —aseguró abrazándose de su cuello—. Te amo, demasiado y, me siento segura contigo —admitió—. Sé que nunca me lastimarías —susurró—. Y.. quiero hacerlo —confesó ladeando una pequeña sonrisa.
Remus sonrió sin poder evitarlo, sus ojos brillaron al ver la mirada de Winifred y asintió lentamente.
—De acuerdo —susurró inclinando sobre sus labios, para darle un corto beso, antes de decir en voz muy baja y ligeramente ronca—. Hagámoslo.
💘
Winifred se había quedado dormida y se despertó con preocupación debido a su última clase del día que era adivinación y definitivamente no podía faltar.
¡Adivinación es su materia favorita!
—¿Win? —preguntó con sueño Remus.
—Voy tarde a adivinación —dijo dando brincos mientras se colocaba su falda.
—Lo siento —murmuró tallando sus ojos.
Winifred soltó una pequeña risa y tomo del suelo su túnica y corbata mientras se inclinaba para besar a Remus.
—Vendré a verte en cuanto la clase termine, ¡te amo! —salió corriendo mientras procuraba no tropezar y bajo como rayo las escaleras.
—¡Winifred! —le llamó Peter.
—¡Voy tarde Pete!
—¡Pero Win, esa no...!
No escuchó la voz del pequeño merodeador, chillo mientras se hacía el nudo sin ver, ya que procuraba no tropezar y comenzó a subir las escaleras a prisa. Dando brincos de dos en dos, se hizo una trenza debido a que su cabello se encontraba húmedo tras la ducha que había tomado y entró al aula sin tocar la puerta.
—¡Señorita Prewett! —le llamó la profesora.
—¡Perdone la tardanza profesora! Es solo que tuve un problema con...
—¿Su uniforme?
—¿Qué?
Bajo su mirada a su túnica. Sus mejillas se pusieron rojas al ver que se trataba del uniforme de la casa de Gryffindor. Hubo un par de risas por parte de sus compañeros y parpadeo varias veces.
—Yo, yo... es solo que... yo —carraspeó y asintió con su cabeza—. Lily Evans me presto su túnica —mintió tragando saliva—. Perdí... perdí mi uniforme —murmuró.
—¿Perdió su uniforme? —le cuestionó la profesora sin creerle absolutamente nada.
—Eh... si —susurró bajando su cabeza.
—Después de clase hablaremos sobre su uniforme perdido, por ahora, los quiero ver frente a las bolas de cristal.
Tomo asiento al lado de su compañera de Ravenclaw, quien procuró no reír.
—Te queda bien el uniforme de Lupin...
—Oh, calla —murmuró sonrojada.
💘
Remus cubrió su boca para evitar reír, al ver a Winifred entrar a la sala común de los leones con su túnica y corbata. Sirius soltó una plena carcajada y a la Hufflepuff no le importo darle un fuerte golpe en la cabeza.
—Amor...
—Sí, lo sé, se me ve muy bien el uniforme de Gryffindor —dijo rodando los ojos—. ¡Ya van quince personas que me lo dicen! ¡Quince! —chilló quitándose con rudeza la corbata.
Peter no pudo evitar esconder más tiempo su risa—. ¡Trate de decírtelo! —dijo el animago.
—¡Ay soy una tonta! —chilló.
—No eres una tonta —le dijo Remus guiándola a sentarla en su regazo—. Saliste con prisa y no lo notaste. A cualquiera le hubiera pasado —intento animarle.
Winifred se acurruco en el pecho de Remus escondiendo su rostro sintiéndose apenada. El joven la arrulló dándole un beso en la frente.
—Son muy cursis, vomito —resoplo Sirius.
—Son lindos, déjalos —le reprimió Peter.
Winifred soltó una pequeña risita y preguntó—: ¿Dónde esta James?
Sirius, con notorios celos, respondió—: Pregúntaselo a tu amiga pelirroja roba mejores amigos...
—¡Sirius! —le regaño Peter procurando no reír muy fuerte.
—¿Que? Ella preguntó, yo respondí —dijo inocente—. A ver, déjenme ver si entiendo —apoyo sus brazos en sus rodillas, inclinándose. Winifred se acomodo para verlo y escuchar bien lo que está por decir—: Ustedes dos, bueno, ustedes dos ya están planeando boda, lo sabemos —dijo rodando los ojos, Winifred y Remus se miraron con una pequeña sonrisa—. Pet y la estornudos...
—June —le interrumpió entre dientes.
—Si, bueno, Pete y Junio están en eso...
A Peter no le importo soltar una patada a las rodillas de Sirius, provocando que mayor comenzará a reír con algo de burla.
Oh, Sirius realmente disfruta de molestar a sus amigos.
—Sirius, compórtate —le pidió Remus rodando sus ojos.
—Ash, no me dejan ser —se quejó cruzándose de brazos e inflando sus mejillas—. Entonces, continuando, James y la ratita de biblioteca ya deben estar procreando chiquillos...
—¡Sirius! —exclamó Winifred con ligero cansancio.
—¡Ah! Mentira, esos son ustedes dos.
—Muy bien, suficiente.
Sirius grito al ver como Winifred se bajada de Remus y comenzó a correr en círculos mientras soltaba gritos.
—¡Ven acá animal! —bramó Winifred.
—¡Rómpele la cabeza! —pidió Peter.
—¡Vamos amor! —le animó Remus sacando un chocolate del bolsillo de su pantalón.
—¡Perdón! ¡Perdón! —se disculpó entre lágrimas.
Winifred dejo de golpearle, sacudió sus manos y llevó su cabello hacia atrás mientras escuchaba la risa de los leones que se sentían agradecidos por el usual espectáculo semanal que Sirius Black daba.
—Bien, ahora iré a mi sala común —dijo Winifred a su novio y amigos—. Y tú, descansa —pidió a Remus inclinándose para besar sus labios.
—Pero Win...
—Nada, la luna llena es mañana —le recordó sobre su oído—. Te amo.
—Yo te amo más —respondió tomando su mano.
💘
Una vez en su habitación, Winifred se dejó caer en su cama de un brinco. Tamara dejó de leer para ver a su amiga pelirroja y sintió ternura al verla abrazada de su almohada con forma de corazón.
—¿Todo bien? —preguntó cerrando su libro.
—Estoy muy, muy, muy enamorada de Remus —dijo soltando un suspiro.
—Dime algo que no sepa —pidió caminando hasta su cama.
Tamara se acostó a su lado y Winifred la tomo del brazo soltando un chillido.
—¡Es que no lo entiendes! —dijo con voz aguda—. Yo... creo que puedo explotar de tanto amor —dramatizo.
—Y yo creo que tú deberías dejar de juntarte con Sirius —murmuró con diversión.
—Ay Tam, ¿qué hago? ¿Lloro? —Tamara soltó una carcajada al ver el puchero de Winifred.
—Dios, quiero protegerte y guardarte en una cajita por siempre —tiro de la mejilla de Winifred con cuidado—. Si quieres llorar hazlo, si quieres gritarlo, hazlo. Solo, no reprimas tus sentimientos, deja que salgan, aquí nadie te juzgara —un pequeño puchero se formó en el rostro de Winifred quien cubrió su rostro, algo apenada.
—Amo tanto a Remus Lupin.
Por otra parte, en el dormitorio de los chicos de sexto año de Gryffindor, mientras que Sirius peinaba su cabello y Peter cambiaba su uniforme por ropa casual, Remus se encontraba sentado en su cama, mirando la fotografía donde él y Winifred salían juntos.
—¿Y éste que tiene? —preguntó Sirius en voz baja a Peter.
El rubio, hizo sonar su garganta y deletreo—. W-i-n-i-f-r-e-d.
Sirius frunció el ceño mirando a Peter—. ¿Quién Wifred?
La mirada de Peter preocupo a Sirius, quien pareció reaccionar.
—¡Oh, ya! —dijo chasqueado—. ¿Tan pendejo pone el amor a las personas?
—Merlín, Sirius —murmuró Peter rodando los ojos.
—¿Si saben que los escucho?
La mirada de ambos fue a dar en Remus, quien pegó su espalda en la cabecera.
—Y no es que el amor ponga pendejos a las personas, no lo entiendes aún, Sirius —continuó Remus.
—Aún dice —susurró burlón.
—Pues, tengo mis esperanzas en que algún día encontraras a una persona, a la que más de llamar tu pareja, puedas llamarla tú alma gemela.
—¿Alma gemela? —preguntó sin entender muy bien.
—Ya sabes, aquella persona con la que tienes un sentimientos profundo, es con quien compartes similitudes, y te hace sentir que has encontrado tu lugar en el mundo. Es a quien tocas y sabes que es esa persona, sabes que es tu alma gemela —Sirius y Peter compartieron miradas y luego regresaron su vista a Remus—. Dicen que cuando dos almas gemelas se encuentran, el universo se confabula para que no puedan separarse.
—Que romántico —susurró Peter.
Sirius pareció pensarlo por unos segundos, parpadeo un par de veces y tras rascar su nuca, hablo:
—¿Me estás diciendo que James es mi alma gemela? —preguntó sorprendido—. ¡Déjame voy por el antes de que me lo quite Evans!
Peter soltó una carcajada. Remus negó lentamente al ver como Sirius brincaba por ponerse sus botas de cuero.
—¡Voy por ti Jamesie! —gritó a la ventana.
—Eres un idiota —murmuró Remus—. Mira, un amigo también puede ser tu alma gemela, pero después, esta ese alma gemela superior, ¿sabes? Aquella alma gemela romántica, con quien compartes una visión al futuro y con quien a pesar de que puedes estar separado, prefieren estar juntos...
—Sí, sí. El superior es Jamesie, ahora cierra el pico...
La puerta se abrió dejando ver a un James con un ligero capa de sudor sobre su frente. Su escoba de último modelo se encuentra en su mano y tiene una sonrisa encantadora.
—¡Oh ahí está mi alma gemela! —exclamó Sirius.
—¿Que al...?
James no pudo terminar por que Sirius le robó muchos besos. Provocando que Remus y Peter comenzarán a carcajearse. Hasta que, James separó a Sirius de sus labios.
—¿¡POR QUE ME BESAS?! —exclamó confundido y con los ojos bien abiertos.
—¡POR QUE SOMOS ALMAS GEMELAS! —le respondió de la misma manera Sirius, tirando de su mano.
Peter y Remus, no podían dejar de reír.
—¡ERES UN IDIOTA! ¡ACABO DE BESAR A EVANS Y AHORA TENGO TUS PUTAS BABAS EN MI BOCA!
Hubo un silencio en el que los tres amigos procesaron esa información y una vez comprendido aquello, los tres gritaron.
—¿¡BESASTE A LILY?! ¡GRAN PASO! ¡GRAN PASO!
—¡ESO ES MAGNÍFICO JAMES!
—¡AY MI HOMBRE BESO A LILY! ¡QUE EMOCIÓN!
Las mejillas de James se pusieron rojas y camino a su cama mientras sus amigos seguían gritando y festejando aquel tan esperado momento.
—Espera, espera... —detuvo Sirius el festejo—. ¿Estás diciendo que ahora tengo babas de Lily? —preguntó con sus ojos bien abiertos.
—Eh... ¿si?
—¡Woo! ¡Bese a Lily sin haberla besado! —exclamó Sirius alzando sus brazos—. ¿Debería pedirle un beso formal? —curioseó llevando su mano a su barbilla.
—No dijiste eso —gruño James.
—¡Mierda! ¡Siempre pensando en voz alta! —se regañó.
A James no le importo taclear Sirius.
—¡Aléjate de ella perro pervertido!
Nota de autora:
Que vivan los besos pa reforzar la amistad!!!
¡Feliz día del amor y la amistad! Este día no podía no subir fanfic de nuestra adorable cupido.
Espero les haya gustado el cap, quiero empezar a poner mas cosa de los merodeadores cuando no esté win, so, espero no les moleste 😔👊🏽
Lots of love, Cici x
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