xxii. excess of emotions and truth




22. exceso de emociones y verdad

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Los parpados de Winifred nunca se habían sentido tan pesados como en ese momento. Por más que trataba de abrirlos, simplemente parecían volverse a cerrar. Se removió incómoda e hizo sonar su garganta un tanto agotada.

—¿Winnie? —hablaron dos voces al mismo tiempo.

Con incomodidad debido a la luz, abrió sus ojos para ver a dos chicos pelirrojos con el mismo rostro y misma expresión de preocupación.

—¡Oh, estás viva! —lloriqueo Fabian lanzándose a su hermanita.

—¡Señor Prewett, si no la suelta usted será el motivo de muerte! —exagero la sanadora.

—Perdón, perdón —musitó separándose.

—¿Qué pasó? —preguntó en voz baja y haciendo sonar su garganta.

—Te desmayaste hermanita —explicó Gideon.

Se sentó con cuidado y con ayuda de sus hermanos para mirar la enfermería. Sus ojos se posaron en las distintas canastas repletas de dulces, chocolates, bombones y flores de parte de sus amigos y amigas. Madame Pomfrey se puso frente a ella para comenzar a revisarla.

—¿No lo recuerdas? —preguntó Fabian.

—Estaba en la biblioteca —murmuró.

—Exacto y te desmayaste ahí, creemos que es por tanto leer, te hace daño —aseguró Gideon quien se ganó una mirada de odio por parte de la sanadora.

—No les haga caso a sus hermanos, señorita Prewett —pidió la sanadora—. Bien, iré por Dumbledore...

—¿Dumbledore? —preguntaron los gemelos.

—Así es. Me pidió que le avisará en cuanto Winifred despertará, ahora... ¿no deberían estar en clase? —preguntó con una ceja alzada.

—Periodo libre —respondieron ambos sonriendo.

Sin estar muy convencida la sanadora salió de ahí dejándolos con su hermanita.

—¿Cómo te sientes? —preguntó Fabian acariciando la mano de Winifred.

—Confundida —murmuró mirando a Gideon y luego a Fabian.

—Remus te trajo —explicó Gideon—. Hace dos días...

—¿Dure dos días inconsciente? —susurró Winifred.

—Sí, nos contó que estabas en la biblioteca y... que... empezaste a temblar y... te desmayaste —murmuró Gideon.

—¿Estás comiendo bien? —preguntó Fabian realmente preocupado. La chica asintió con su cabeza—. ¿Duermes tus ocho horas? ¿Estás tomando agua? En serio hermanita, cualquier cosa puedes decirnos —aseguró.

—Lo sé —murmuró—, yo... creo que quiero descansar un poco más.

—Sí, hazlo, le diremos a los merodeadores que ya estás bien. A Sirius casi le da un patatús —aseguró Gideon.

Ambos besaron la frente de Winifred con cariño.

—Vendremos a la hora de la cena —dijo Gideon.

—De acuerdo —murmuró.

Winifred cerro sus ojos y soltó un suspiro para tratar de hacer memoria.

Sí, estaba en la biblioteca, estaba ahí porque tenía que encontrar información acerca de la maldición que carga su mejor amiga, maldición que le tiene su fecha de muerte.

—¿Señorita Winifred? —abrió sus ojos de golpe y con cuidado se sentó en la cama para encontrarse con el director Dumbledore.

—Hola, profesor —saludó en voz baja.

—¿Cómo se encuentra? —indago ladeando un poco su cabeza.

—Ligeramente confundida —susurró—. No entiendo por qué me he desmayado...

—Exceso de emociones —respondió con calma.

—¿Qué? —preguntó con voz aguda.

—Así es, al parecer está reteniéndolas señorita Winifred...

—Imposible. Yo no las retengo. Si yo quiero llorar lo hago, si quiero reír rio...

—¿Y si quiere enojarse? —indagó.

Winifred apretó su mandíbula—. Bueno casi no me gusta enojarme, porque si me enojo entonces golpeó y cuando golpeo lastimo —susurró recordando la última vez que se había enojado y había iniciado una pelea con los Slytherin.

—Y el enojo también es una emoción y es completamente válida —aseguró—. Así que, ¿por qué no comparte su coraje?, puede decirlo y puede golpear su almohada si así lo desea, entonces nadie saldrá lastimado —junto sus manos viendo a Winifred.

Winifred negó con su cabeza—. No puedo hacerlo —susurró.

—¿No puede?

—No, no puedo porque es algo que nadie más lo sabe —susurró—, solo mi amiga y yo y prometí no decirle a nadie... —Winifred bajo su mirada—, no quiero golpear una almohada —concluyó.

Dumbledore miro con curiosidad a la joven pelirroja.

—Winifred, ¿recuerdas lo que hablamos en mi despacho? —preguntó con voz queda.

Los sentimientos son la fuente de energía para nuestro bienestar, para nuestra calma, para nuestra salud mental —citó al director que asintió con un movimiento.

—Y tú tienes un poder que funciona al ritmo de tus sentimientos —explicó—. Ese es el motivo por el cual tu magia hizo de las suyas en la biblioteca. Por eso te has desmayado —Winifred soltó un suspiró y desvió su mirada a la puerta de la enfermería.

Hay cuatro chicos parados, se ven agitados y emocionados de ver a la chica pelirroja.

—Ah, señores Black, Potter, Pettigrew y Lupin, adelante no es como si fuese a regañarlos por venir a ver a su gran amiga —dijo el director haciendo un ademán de manos.

No lo tuvo que repetir por que corrieron rápidamente hacia la camilla, Sirius se lanzó a los brazos de Winifred en busca de refugio y James la tomó de las mejillas para verificar que estuviera bien.

—Me apachurran —susurró en un hilo de voz y soltando una pequeña risita.

—Bien, quizá terminaremos esta charla luego señorita Prewett —informó el director.

—De acuerdo —respondió ladeando una sonrisa.

—Recuerde lo que le he dicho —pidió llevando un dedo a su sien y dando dos golpecitos.

—Lo recordaré siempre, profesor —aseguró Winifred.

Dumbledore ladeo una sonrisa y caminó fuera de la enfermería, para dejar a los merodeadores con Winifred.

—Winifred me asusté mucho —lloriqueo Sirius.

Peter brinco a la cama, Winifred pasó un brazo por los hombros del chico para pegar su cabeza en el hombro de Winifred.

—Te dije que tenía que llevarte a la enfermería —le regaño Sirius.

—Descuida, ya estoy bien —murmuró Winifred.

—Pero, ¿no es raro que cuando te empezaste a sentir mal las cosas se pusieron extrañas en la biblioteca? —indagó Sirius.

—Escuche que fueron unos Slytherin de séptimo —dijo Remus rápidamente, cubriendo a Winifred y sus poderes extraordinarios.

—¿Ah sí? ¿Por qué lo hicieron? —indagó Peter.

—Están loquitos —respondió James sin saber que decir y alzando los hombros. 

—Extraño —murmuró Sirius mirando a James y luego a Remus.

—Pero hey, ya estoy mejor —puso una sonrisa encantadora cuando se escucharon pasos apresurados.

—¡Oh Winnie-Pie estás bien! —exclamó Tamara entrando al lado de Amelia.

Ambas corrieron a abrazar a su amiga, empujando a los merodeadores para ellas también poder darle amor.

—Lily fue entretenida por Slughorn, pero no deb...

—¡Winnie! —Lily interrumpió la explicación de Tamara al entrar corriendo a la enfermería, viene con unas flores en mano y su cabello pelirrojo nunca se había visto tan despeinado—. ¡Te traje flores! Oh cariño, qué bueno que estas bien —dijo con ternura.

—Winnie, nos asustaste muchísimo —susurró Amelia tomando la mano de su amiga.

—Si Win, ¿qué fue todo eso? —preguntó Lily que miro a los merodeadores.

—Solo... le dio fiebre y... estaba muy alta —murmuró Remus.

—¿Ah sí? ¿Cuándo te lo dijeron? —curioseo Sirius.

—Cuando la traje —respondió bastante seguro—. Poppy dijo que la traje a tiempo...

—Lo bueno es que ya está bien —dijo suspirando Tamara.

—Remus reaccionó a tiempo —hablo Lily mirando al chico con una pequeña sonrisa.

—Ah, bueno y-yo solo...

—La abrazaste —susurró Sirius ladeando una sonrisa—. Cuando la abrazaste pareció... relajarse —murmuró.

—Es que estabas temblando y no sabía qué hacer —musitó bastante sonrojado.

—Bueno yo creo qu...

Amelia se vio interrumpida cuando una chica entró cubriendo su boca mientras soltaba estornudo tras estornudo. Le restaron importancia salvo por Winifred, quien siguió con su mirada a la chica de Ravenclaw de color blanca y cabello rubio bastante hermoso.

Ladeo su cabeza al verla continuar teniendo los estornudos y y la vio sentarse en la cama donde sus piernas colgaban debido a su corta estatura.

—¿Win? ¿Nos sigues? —preguntó Peter confundido.

—Hable para nada maldita sea —gruño Amelia haciendo que Winifred soltará una risita.

—Perdón no escuche, me distraje —admitió sonriendo.

—¿Cuándo? —preguntó James.

—Ahorita...

—...cuando no —James se ganó un golpe por parte de Remus e hizo un puchero.

—¡Cuánta gente! —exclamó Pomfrey entrando—. Solo se pueden seis personas de visita —señaló.

—Pero...

—¡Pero nada joven Black!

—No se preocupen, tengo que ir a encontrarme con Polly —informó con una sonrisa Tamara—, me da gusto verte bien, Winnie-Pie —beso la frente de su amiga con ternura y Winifred sonrió.

—Ah... yo también me iré tengo... que estudiar —murmuró Amelia frunciendo un poco el ceño.

—Bones tienes que dejar tu cerebro enfriar o se sobrecalentara —dijo burlón Sirius.

—Sirius vete a la mierda y quédate ahí por favor —resopló rodando los ojos.

—¿Estarás conmigo? —preguntó burlón.

Amelia levantó su dedo medio a Sirius—. Vendré más tarde —susurró a Winifred que asintió con una sonrisa triste.

—Supongo que quieren estar con Winnie —carraspeo Lily.

—Bueno, podemos compartirla —murmuró James viendo a Lily mientras se balancea sobre sus talones.

—¿Acaso soy una tarta que comparten o algo así? —preguntó Winifred divertida.

Sirius la tomó del brazo y le dio una ligera mordida haciéndola soltar un chillido.

—¡Imbécil! —le reprimió al verlo como escupía.

—Wácala, no sabes a tarta —musitó.

—Eres un pendejo —susurró Remus negando lentamente con su cabeza.

—Hey, podemos continuar con la conversación que habíamos dejado a medias en la habitación —recordó Sirius.

—¿Quieres continuar la pelea? —preguntó Lily cruzándose de brazos.

—Hablo en serio ratoncito —dijo burlón.

Se ganó un golpe por parte de Winifred quien está muy seria.

—Basta Sirius, tienes que aprender a ser amable. Es admirable que Lily tenga un gusto por la lectura y que tenga gran conocimiento en cosas que quizá nosotros no —le reprimió cual madre a su hijo.

Las mejillas de Lily se pusieron tan rojas como su cabello que inclinó la cabeza debido a eso, sin poder contener una pequeña sonrisa.

—Ay mamá, siempre dándome lecciones de buena moral —resopló Sirius cruzándose de brazos.

—Bueno, alguien tiene que hacerlo —respondió alzando los hombros.

Remus tomó asiento en la camilla para alcanzar a entrelazar su mano con la de Winifred, acaricio lentamente los dedos de la joven y alzó su cabeza para ver a Lily.

—¿Nos juntamos mañana? —preguntó el chico.

—Si eso te parece bien... —susurró Lily moviendo su pie.

—Lils, son mis dos mejores amigas —dijo sonriendo, Winifred entrelazo con fuerza su mano en la de Remus al notar su expresión de tristeza.

—Tú lo has dicho Rem —dijo con una sonrisa ladeada—. Somos tus mejores amigas, y los amigos no se abandonan —susurró sonriendo para después guiñar un ojo—. Bueno, si me disculpan tengo que ir a una reunión de Slug —murmuró haciendo una mueca.

La chica lanzó un beso a Winifred quien simuló atraparlo para después irse de la enfermería bajo la atenta mirada del chico con gafas.

—Merlín bendito estoy tan enamorado de Lily —susurró soltando un suspiro y dejándose caer en el hombro de Peter.

—Bueno, ¿quién tiene hambre?


💖


Para la desgracia de Winifred, había tenido que pasar la noche en la enfermería solo para estar bajo la vigilancia de las sanadoras y que estuvieran seguras de que la chica se encontraba con sus emociones niveladas, o así es como el director Albus Dumbledore les había dicho. Por fortuna con la visita de todos sus amigos y personas que se preocuparon por la joven Cupido, logró nivelar sus emociones al recibir tantas palabras de apoyo, así como tarjetas, flores y dulces.

Así que para la mañana de sábado podría regresar a la normalidad.

—¡Winnie! —exclamó Peter al verla entrar al Gran Comedor.

—¡Hola chicos! —saludó con su usual voz soñadora y romántica.

Los cuatro se dejaron abrazar y besar por Winifred.

—¿Se dan cuenta de lo afortunados que somos al tener a Winifred? —dijo Sirius pinchando con su cubierto un panqueque—, me refiero a que... ¿qué sería de los merodeadores sin ti? —preguntó para después llevarse el panqueque a la boca.

—Uy, no quiero ni imaginarlo —susurró Peter.

—Siento que seríamos más cabrones —confesó James achinando un poco sus ojos.

—Definitivamente —agregó Sirius con comida en la boca, haciendo que Winifred soltará una risita.

—Gracias por aparecer en nuestra vida, Winnie, no quiero ni imaginarme como sería si solo yo estuviese tratando de mantenerlos —admitió Remus haciendo que los ojos de Winifred se cristalizaran.

—Oh, me van a hacer llorar —susurró.

—Es que eres un angelito Winifred —dijo Peter tomando su mano.

Winifred sollozo con una pequeña sonrisa mientras las lágrimas recorren sus mejillas.

—Oh preciosa, no llores —suplicó James acariciando su brazo.

—Los amo mucho, enserio, los amo —dijo con una sonrisa mientras acepta la servilleta que le está dando Peter.

—Oye, oye, no intentes hacerme llorar por que Sirius Black no llora, n-no... ¡Peter deja de llorar!

Algunos miraron extrañado a los merodeadores y a la Hufflepuff. Era bastante común verlos reír y gritar, pero para nada llorar. No, las lágrimas solían dejarlas para cuando estaban en privado no frente a toda la escuela.

Alguien fingió un exagerado llanto al lado de Winifred y giraron su cabeza para ver a Marlene.

—Ayyy —lloriqueó cual niña pequeña, pero al ver que ya no había lágrimas dejó de hacerlo—, oh, ¿ya paramos de llorar? —preguntó confundida.

—¿Tú por qué llorabas? —preguntó James levantando sus gafas para limpiar sus lágrimas.

—Pues los vi llorando y decidí unírmeles —puso su mejor sonrisa y Sirius fue el primero en soltar una carcajada.

—Eres una estúpida, Marlene.

—Entonces, ¿por qué lloramos y por qué Winifred está brillando? —preguntó confundida.

Todos vieron como del pecho de la chica, salía una pequeña luz blanca gracias al collar que Remus le regalo.

—Oh, son mis recuerdos —explicó sonriendo—, se están guardando —dijo tomando el collar.

—Hey, Remus... eso, eso es lo que estabas haciendo, ¿no? —señaló Peter.

Las mejillas de Remus se pusieron ligeramente coloradas.

—Sí —musitó.

—Pero... ¿cuándo lo terminaste? —preguntó nuevamente.

—Más bien cuando le empezaste, seguro tardaste meses en lograrlo —señaló Marlene sorprendida—, creo que ahora me siento ligeramente atraída por Remus...

—¡Oye! —se quejó Sirius haciendo que los chicos soltaran risas—. Dejen de verlo, es mío —gruñó cruzándose de brazos. 

—Nos vemos en el dormitorio, no traje mi chocolate —murmuró parándose mientras ve como Winifred mira su collar con algo de curiosidad.

—¿Cuánto tiempo tardo en hacerlo? —preguntó en voz baja a los tres chicos que quedaron.

—Pues... —James, Sirius y Peter compartieron miradas.

—Creo que llegando de vacaciones ya tenía la luna iniciada...

—¿Desde diciembre? —preguntó sorprendida.

—Antes de diciembre a mi me había dicho ya estaba trabajando en tu regalo —comentó James.

—Dices que... ¿le demoró más de dos meses tenerlo listo?

—Escucha a papá —Sirius se señaló a él mismo—, estoy seguro de que inició a hacerlo en septiembre —aseguró.

El corazón de Winifred comenzó a latir rápidamente de tan solo imaginar a Remus trabajando en el hermoso collar que está segura que va a portar hasta en su último día de vida.

Sirius chasqueo—. Fue en octubre —recordó con una sonrisa—, una lechuza llegó con un pedido de plata, ¿lo recuerdan?

—¡Claro! —agregó Peter—. Fue que dijo que era para un regalo...

Los tres miraron a Winifred con una sonrisa, la chica tuvo que parpadear varias veces y observo nuevamente el hermoso dije.

—Y dices que no te ama...


💖


Winifred movió sus piernas que se encuentran elevadas de un lado a otro mientras está recostada en la cama de Sirius, se supone que tienen que encontrarse con Lily, pero la pelirroja no ha mostrado indicios de llegada. 

—Quizá se durmió...

—O quizá se ahogó en libros.

—¡Sirius ya basta! —exclamó molesto James.

—Tu futura novia es una nerd, tu futura novia es una nerd —canturreo Sirius bailando alrededor de James.

—¡Bueno que envidioso! —exclamó irritado.

—¿Envidioso? Yo no soy envidioso —exclamó ofendido y llevando una mano a su pecho.

—Ya cállense —suplicó Peter.

—Sí ya me...

Remus se vio interrumpido cuando la puerta se escuchó dos veces. Sirius empujo a James haciendo que cayera a la cama y abrió la puerta.

—Buenas Lily-Flor —saludó haciendo una reverencia—. ¿Motivo de tardanza? —preguntó pomposamente.

—Oh... fui por dulces —mostró una bolsa con una sonrisa. James se sentó en la cama y acomodó sus anteojos para ver a Lily con una pequeña sonrisa.

—¡Nos trajo dulces! —exclamó alegre Peter—. Quítate Sirius, déjala pasar —dijo empujándolo y tomando del brazo a Lily.

—Siéntete como en tu casa —dijo Sirius abriendo los brazos.

Pero Lily decidió recargarse en la pared y cruzarse de brazos mientras toma una gomita y la lleva a la boca.

—'Ira se ve sexy —susurró Sirius ganándose un golpe por parte de Winifred y que James lo mirara con el ceño fruncido y las mejillas rojas.

—Bueno —hablo Remus jugueteando con sus manos.

—Estamos reunidos aquí, para presenciar la boda entre Sirius Black y James Charlus Potter —dijo con voz grave Sirius haciendo que Winifred soltará una carcajada y Peter se ahogara con las grageas.

—Eres un pendejo —gruñó James con una sonrisa en su rostro para darle un zape.

—Y me amas así —lanzó besitos a James quien le dio un manotazo y vio de reojo a Lily que está soltando pequeñas risitas.

—¿Me van a dejar hablar o no? —pregunto Remus dejando caer sus hombros.

Winifred se sentó correctamente en la cama para fijar su mirada en Remus quien hizo sonar su garganta.

—Yo... —relamió sus labios y miro sus manos—, en realidad no me sorprende que sepan ya lo que les voy a decir por qué... es algo... obvio —musitó—, y bueno, ustedes son muy inteligentes —agregó—, y ellos son unos pendejos —dijo señalando a James, Peter y Sirius.

—Buenas, ese soy yo —Sirius guiño un ojo con una sonrisa.

Remus trago saliva y soltó aire—. Yo... bueno... —hubo un silencio en la habitación, incluso Peter dejo de comer y Lily se quedó con su gusano de gomita en la mano.

—¡Somos animagos! —exclamó Sirius parándose de un brinco.

—¿¡Qué!? —gritaron Lily y Winifred.

—¡Sirius! —chillaron James, Peter y Remus.

—¿Animagos? —preguntó perpleja Lily—, los...

—Sí, sí, los cuatro —aseguró Sirius. Winifred achino sus ojos al ver como movía sus manos nerviosos.

—Bien, enséñenos —pidió Lily sonriendo.

Hubo un silencio en la habitación, Remus soltó un gruñido a lo bajo para mirar a Sirius con completa molestia. Peter y James suspiraron frustrados y Sirius les dedicó una forzada sonrisa a sus amigos.

—Vas Pete —le codeo James al ver como Winnifred y Lily los miraban esperando a que algo sucediera.

Peter miro a Remus como si de un hijo buscando la aprobación de un padre se tratara. Remus asintió con su cabeza mientras acaricia su sien y pronto se convirtió en una rata.

—¡Mira qué bonita ratita! —señalo Winifred con emoción.

—Colagusano —susurró Lily achinando los ojos, su mirada se encontró con la de James.

—Sí, tiene cola de gusano —explicó llevando una mano a su nuca.

—Bueno, mi turno —Sirius brinco para después convertirse en un gran perro negro.

—¿Es un oso o un perro? —preguntó perpleja Lily causando que James soltara una carcajada.

—¡Canuto! —exclamó con emoción Winifred señalando al perro que soltó un ladrido—. ¡Oh yo siempre he querido un perrito! ¿Puedo adoptarte, Sirius? —Remus fue el primero en soltar una carcajada, el perro ladró y meneó su cola emocionado.

—¿Y tú James? —curioseo Lily mirando con una pizca de emoción al chico.

—Ah... bueno no hay mucho espacio —murmuró con una mano en su nuca.

Con ayuda de sus varitas movieron las camas. Canuto esperaba sentado al lado de Winifred y Lily, mientras que en su cabeza se encontraba Colagusano.

James se convirtió en un gran ciervo haciendo que ambas pelirrojas exclamaran sorprendidas.

—¡Eres hermoso hasta en tu forma animaga! —exclamó con emoción Winifred acercándose a James para acariciar su cabeza.

—Increíble —admitió Lily perpleja viendo al ciervo—. Amo los ciervos —susurró pensando que nadie había escuchado.

Pero los perros tienen buen oído.

James movió de sus cornamentas en dirección a Lily, indicándole que podía acercarse. Lentamente acarició con cariño del rostro del ciervo, quien cerró los ojos ante aquella caricia.

—Qué lindo —susurró Lily soltando una risita.

—Ahora todo tiene sentido —dijo Winifred—. Cornamenta, Colagusano, Canuto y... Lunático —los chicos volvieron a transformarse en humanos y Sirius rasco su cabeza sintiendo un escalofrió.

—Esos somos nosotros —dijo Sirius—, bueno, ya saben el secreto, favor de guardarlo, no queremos pasar diez años en Azkaban por ser animagos ilegales —aplaudió dos veces, pero Lily y Winifred no se movieron—. ¿Qué? —gruño.

—Bueno... él es lunático —susurró Winifred con voz tierna.

Remus trago saliva.

—Y no es un animago —continuó la chica de ojos azules.

—Solo dilo —susurró Lily con voz queda y una sonrisa tierna.

—Soy un hombre lobo.

Sirius tosió dos veces y Winifred se paró de un brinco.

—¡Lo sabía! —dio brinquitos haciendo que Remus parpadeará dos veces algo confundido—. ¡Yo lo sabía! —repitió para después señalarlo—. ¡Eres un hombre lobo! ¿Quieres salir conmigo y tener bebés lobitos? Te aseguro que saldrían hermosos.

Winifred cubrió rápidamente su boca al darse cuenta de lo que había dicho. Sirius fue el primero en soltar una sonora carcajada dando aplausos como si fuese una morsa y Remus tomó un color tan rojo que podía hacer juego con el cabello de ambas chicas.

—¡AUU! —aulló Sirius sin contener sus carcajadas—. ¡Me huele a boda! —olfateo emocionado.

—A-ah y-yo no qui-qui... y-yo —Winifred bacilo.

Si Remus estaba sonrojado, Winifred sentía que pronto se iba a desmayar de nuevo. ¿Cómo había sido tan tonta al decir aquello? ¡Básicamente había confesado que quería tener un hijo con Remus!

Bueno, en realidad espera casarse con Remus y tener cinco hijos y quizá dos lobitos, suena un gran plan, ¡pero no tenía que decirlo!

—Iré por agua —dijo sin siquiera mirar a Remus para salir corriendo de la habitación mientras Sirius sigue pataleando de la risa.

—Rem... Winnie y yo lo sabíamos —dijo Lily con una sonrisa y sin poder contener una risita—... hum, bueno, supongo que en nombre de las dos te digo que... eres un gran chico y eso no lo cambia nada —aseguró sonriendo—, siempre serás nuestro amigo... bueno, mi amigo, no sé si después tú y Winnie... ¿tengo que explicarlo? —preguntó achinando los ojos con una sonrisilla haciendo que James comenzara a reír por ver el rostro de su amigo—. El punto es que... te queremos, el que seas hombre lobo no cambiará nada —comentó con ternura—, así que... iré a buscar a Winnie que debe estar escondida debajo de su cama o algo así —murmuró para después salir de la habitación.

—¿¡Escuchaste eso Rem?! —grito Peter parándose en su cama y comenzando a brincar—. ¡WINNIE QUIERES HIJITOS TUYOS!

—Oh, Merlín basta —suplicó cubriendo su rostro.

—¡Quiero ser padrino! —grito James parándose de un brinco.

—¡Ah no! ¡Ese seré yo! —lloriqueó Sirius dando patadas—. ¡Winnie es mi mejor amiga! ¡Yo seré el padrino!

Los tres comenzaron a pelear, Remus vio a sus amigos sin poder creer el motivo de su pelea, el acababa de confesarle a su mejor amiga y al amor de su vida que es un hombre lobo y sus tres mejores amigos están ahí, peleándose por ser padrinos de un bebé que no existe.

—¡SILENCIO! —exclamó parándose de un brinco y haciendo que los tres dejarán de hablar—. ¿Acaso están escuchándome? ¡Es una locura! ¡Es... demente! —negó con su cabeza rápidamente—. Miren... hay solo un dos por ciento de probabilidad que Winifred hable en serio —los tres amigos compartieron miradas—, y aparte, ¿quién en su sano juicio quiere salir con un hombre lobo? —Sirius levantó su brazo—. ¿Qué?

—Yo quiero salir con un hombre lobo, ¡te lo llevo diciendo desde tercero imbécil! —exclamó ofendido.

—¡Sirius! —grito desesperado.

—Remus, déjate de payasadas —hablo frustrado James—. ¡Estás enamorado de Winnie!

—¡Claro que no estoy enamorado de Win! —dijo con voz aguda—. ¡Sirius no me mires así! 

—¡La amas, idiota! ¡Admítelo! —exclamó Sirius.

—¡Admítelo! —gritaron los tres al mismo tiempo haciendo desesperar a Remus.

—¡No es tan fácil! —exclamó por fin causando un silencio.

—¡Lunático deja de pensarlo tanto! —hablo Peter esta vez—. Se nota a mil kilómetros de distancia que babeas por ella y... ¡ella también babea por ti!

—Literal, babea —aseguró Sirius—. ¿Sabes que?, yo propongo que le digas que harás algo estúpido y luego la besas.

—Cliché —susurró Peter negando con su cabeza y rodando los ojos—. ¡Estamos hablando de Cupido! ¡El amor personificado! ¡Remus tú puedes hacerlo!

El chico se dejó caer en su cama llevando sus manos a su cabeza.

—No puedo.

—¡Sí puedes!

—No puedo...

—¡James ya le pasaste tu pesimismo! —lloriqueó Peter.

—Hey —susurró Sirius inclinándose, tomó el brazo de Remus y se encontró con su mirada—, Rem, sé que puedes hacerlo —le dio un leve apretón en el hombro y sonrió—, amas a Winifred, ella te ama a ti, te ama aun con tu pequeño problema peludo —dijo con ternura—, y créeme que a Winifred eso es lo que menos le importa. Ella ve lo que hay aquí —llevo su dedo al pecho de Remus, justo donde se encuentra su corazón—, ¿y sabes que es lo que hay?

—¿Un corazón peludo? —susurró en voz baja haciendo que Sirius soltará una risilla.

—Hay amor, lealtad, cariño; hay un gran hombre valiente y determinado que daría todo por la seguridad de las personas —susurró.

Los ojos de Remus se cristalizaron y mordió su labio internamente.

—Winifred te ama Rem —agregó Peter con voz tierna—, sabemos que tú también lo haces...

—No prolongues más ese amor —agregó James—, tienes la oportunidad ahora, no la dejes ir.

Remus asintió y jugueteo con sus manos, una sonrisa ladeada se asomó por su rostro y asintió con su cabeza.

—Sí... tienen razón —los amigos se miraron con emoción—. Amo a Winifred —dijo por fin—, demasiado.

—¡Ahora solo ve y robale un beso! —exclamó Sirius dando brincos emocionado.

—¿Por qué lo haría? —preguntó con el ceño fruncido.

—Son sexys —respondió alzando los hombros, entonces tomó las mejillas de Remus y lo beso en los labios haciendo que James y Peter soltaran carcajadas y silbaran—, ¿ves?, sexys —aseguró bajando y subiendo sus cejas.

Remus parpadeo dos veces y apretó sus labios—. Me alegra que hayas hecho eso antes de que confesará mi amor por Winifred.

—Bueno, tenía que hacerlo antes de que fueras papa casada —dijo alzando los hombros—. Ya besé a Peter y James, me hacías falta tu guapetón —lo señaló guiñandole un ojo.

—Aprovechador —gruño James.

—Ay cállate que te gustó.











Los besos refuerzan la amistad, ¿ok?

Bien intensa la Winifred, yo en lugar de Rem ya hubiese hecho mis maletas y me hubiera cambiado a Beauxbatons 👁👄👁

Lots of love, Cici x

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