xvi. power




16. poder

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La poción pimentónica fue todo un éxito y para la mañana siguiente ya todos los enfermos estaban nuevamente en clases y continuando con sus duchas con ayuda de sus varitas, algunos aprovechaban de ese pequeño inconveniente para tomar duchas acompañados.

Como Sirius, por ejemplo, quien no tenía problema en decirlo.

—James, te digo que Jane tiene un cuerpo espectacular —Winifred dejo de ver su libro de cartomancia para fulminar a Sirius con la mirada.

James está negando mientras suelta risitas y Remus rodó los ojos irritado.

—Sirius, no puedes andar por la vida diciendo el cuerpo de las personas, y todos los cuerpos son espectaculares —comentó la única mujer que se encontraba entre cuatro hombres.

—Sabes a lo que me refiero, Winnie —dijo divertido Sirius, ante el ligero enojo de su amiga.

—En realidad no entiendo —respondió con voz aguda—. Sirius, ¿alguna vez has amado a una mujer? O... persona —musitó rodando los ojos.

—Te amo a ti, ¿eso cuenta? —indagó con una ceja alzada, Winifred negó frenéticamente con su cabeza—. Amo a estos tres imbéciles, ¿tampoco cuenta? —Winifred soltó un suspiro.

—No... no me refiero a ese amor —musitó entre dientes y pestañeando un par de veces—. Como sea, ¿ya terminaron sus deberes de pociones? —preguntó mirando a James y Remus.

—Hum, no —negó James mirando a Remus, en busca de ayuda.

—Los termine por la noche, ¿necesitas ayuda? —preguntó rápidamente.

—¡Hey! ¿Por qué a mí no me ofreciste ayuda? —se quejó James cruzándose de brazos.

—Porque tú no eres Winnie —dijo burlón Peter mientras termina de escribir en su pergamino.

Un grupo de chicas pertenecientes a tres casas de Hogwarts paso no muy lejos del lugar donde se encontraban los merodeadores y Cupido. Winifred ondeó su mano con una sonrisa en su rostro, saludando a sus amigas y fue Dorcas quien regresó el saludó primero.

—Que sexy se ha puesto Amelia, eh —musitó Sirius entre diente mientras ladeaba una sonrisa y ondea su mano cual príncipe saludando al pueblo.

—¿Acaso no han visto a Lily? Es bellísima, miren ese cabello o... miren... ¡miren esos hermosos esmeralda que tiene en sus ojos! —Winifred soltó un chillido de emoción y jaloneo del brazo a James quien parece estar en un trance.

—¡Eso fue tan romántico! —aseguró la joven de cabellos ondulados.

—Me tiene loco —suspiró James con una sonrisa.

—Ew, iré a vomitar —dijo Sirius llevando su dedo a la boca y fingiendo vomitar.

—Uy no hagas ese sonido por que me dan ganas de vomitar —dijo Peter cerrando sus ojos con asco.

No debió decirlo ya que Sirius comenzó a hacer el sonido del vómito mientras Peter cubría sus oídos y procuraba no vomitar.

—Son unos puercos —susurró Remus al ver como Sirius corría detrás de Peter por los jardines del castillo.

—Si lo son —susurró Winifred con una ligera mueca.

—¡Cinco galeones a que vomita! —apostó Remus con James.

—¡Hecho! —ambos estrecharon sus manos y los tres comenzaron a ver la persecución entre el mayor de los merodeadores con el menor.

Hasta que Peter terminó vomitando cerca de un tronco.

—¡EW! —exclamó James cubriendo sus ojos mientras Winifred soltaba risitas y Remus aplaudía.

—Me debes cinco galeones —le recordó Remus con orgullo.

—Maldita sea, Remus, si seguimos haciendo apuestas terminarás quedándote con toda mi bóveda de Gringotts —farfulló el primogénito Potter mientras rebuscaba en los bolsillos de su pantalón.

—Así que... ¿apuestan? —curioseo Winifred.

—Por aburrimiento —respondieron ambos.

—Terminaran siendo viciosos, el vicio es malo —dijo abriendo sus ojos.

—¿Qué es malo? —preguntó Sirius tomando asiento al lado de Winifred.

—Los vicios —repitió la pelirroja.

—Sí, las chicas tienen un vicio por mis labios, a veces es cansado —soltó un suspiro y Winifred alzó una ceja con incredulidad.

—Tú estás dañado Sirius —acotó la chica.

—Sí, lo estoy, ahora, ¡bésame!

Winifred soltó un grito agudo cuando Sirius le tomo de las mejillas y la chica trato de cubrir sus labios mientras él soltaba carcajada y fingía dar besos en el rostro de la pelirroja. La sonrisa de Remus se borró ligeramente de su rostro y frunció un poco el ceño mientras que James se carcajeaba.

—¡No vuelvas a hacer eso! —Winifred le dio un zape en la cabeza haciéndolo encorvarse de dolor.

—¡Auuu! Mi cabecita —lloriqueó mientras sus ojos se cristalizan y soba su cabeza con dolor.

—¡Hey Cupido! —la chica se giró para ver a un grupo de Ravenclaw—. ¿Tienes tiempo para hablar sobre el amor?

Una sonrisa se formó en el rostro de Winifred y se paró de un brinco.

—Siempre —respondió comenzando a caminar hacia los chicos.

—Diez galeones a que no quieren hablar sobre amor —apostó James y Remus lo miro furioso—. ¿Qué? —susurró con algo de miedo.

—Será mejor que te calles por que la luna llena es una semana y no tendría problema en hacer puré de ciervo...


💘


Winifred se abrazó de su agenda mientras su cabello ondea de un lado a otro, los pasillos se encuentran solitarios, pero son horas de clases por lo que tiene sentido, solo que, afortunadamente ella tiene un periodo libre, por lo que puede disfrutar de la tranquilidad de Hogwarts.

Hasta que se detuvo en el corredor del quinto piso cuando vio a un Slytherin apoyado en un ventanal.

Avery tiene sus brazos cruzados y su mirada está fija en el paisaje, Winifred dejo de dar brincos y borro lentamente su sonrisa. Se abrazó de los libros y pestañeo un par de veces para comenzar a caminar lento, para que sus pisadas no suenen.

Pensando si sería mejor regresar o pasar por ahí.

«Vamos Winnie, puedes ser valiente, ¿qué daño haría ese tonto?»

—¿Acaso te doy miedo, Cupido? —Avery se giró para verla con una sonrisa ladeada.

—No —respondió sin flaquear y alzando un poco su cuello.

—Qué bueno, porque ya no están tus amiguitos para salvarte —Winifred frunció el ceño y se detuvo en seco al ver como Avery se acercaba de manera peligrosa.

La distancia entre ambos se acortó, los ojos azules de Winifred trataban de estudiar los ojos oscuros del chico.

—¿Qué quieres Avery? —preguntó sin rodeos.

—A ti —respondió achinando sus ojos.

El puño de Winifred se abrazó de sus libros, trago saliva nerviosa y retrocedió un poco mientras Avery se acercaba más a ella.

Hasta que topo con la pared y no pudo seguir caminando.

«¡Winifred haz algo!»

—Creo que eres una mujer muy... interesante —susurró Avery llevando uno de sus dedos a los cabellos de la chica—. Prewett... podrías hacer cosas grandiosas si tan solo... si tan solo te dejarás guiar —dijo esta vez en su oído.

—¿A-a que te refieres? —preguntó en un hilo de voz la joven, un tanto confundida.

Avery apoyó una mano en la pared, acorralando a Winifred, relamió sus labios y ladeo una sonrisa.

—Tu poder es extraordinario, Prewett. Una magia tan peculiar, tan... única —sonrió con malicia al ver cómo el ceño de Winifred se fruncía ligeramente—, que... si me permitiera ayudarte... si tan solo me dejaras ayudarte, no estarías ayudando simplemente a dar tontas y absurdas citas para juntar parejas —la joven arrugó su nariz y alzó una ceja—. Cariño podrías tomar el mundo en tus manos —tragó saliva y apartó su rostro al ver como los labios de Avery quedaban a centímetros de los suyos.

—N-no se dé q-que hablas —respondió alejando su rostro del de Avery, pegando aún más su cabeza a la pared.

—Deberías, Prewett —Avery carraspeo—. Podrías dominar el mundo... o ayudar a dominarlo —comentó con frialdad—. Eres capaz de tenerlo y manejarlo a tu gusto... podrías crear hechizos impresionantes...

—Y si... y si mejor respetas mi espacio personal —susurró mirando hacia un costado.

Sus manos temblaron y al sentir como Avery le daba un beso en la mejilla, tan suave pero frío, que le helo la sangre y le provocó un dolor en su estómago, al igual que ganas de vomitar y gritar.

«Hazlo, ¡golpéalo Winifred!»

—¿Y si no?

Pero como si hubiesen emergido de la tierra, vio dos siluetas a espaldas de Avery, la chica cerró sus ojos al ver como Remus tiraba del cabello del Slytherin para apartarla de Winifred.

—¡Dale en los huevos Remus! —exclamó James tomando de los hombros a Winifred—. ¿Estás bien? ¿Esta...?

—¡Crucio!

Winifred soltó un grito y cerró sus ojos de golpe. Afortunadamente, la maldición no golpeo en Remus que fue bastante rápido logrando esquivarla. Los dos Gryffindor y la Hufflepuff miraron estupefactos al Slytherin que corría aún con su varita en mano lejos de ellos.

—¿E-el, el...?

—Debe ser uno de ellos —susurró James achinando sus ojos—, de los que sirven al Mago Tenebroso, ¿quién más enseñaría eso? —Winifred apretó su mandíbula y cerró sus ojos.

—¿Te hizo daño? ¿Winnie? —preguntó Remus con preocupación tomando delicadamente las manos de la chica.

—Estoy bien —susurró mirando a Remus—. ¿Tu estas bien?

—Mejor que nunca —aseguró acariciando el cabello de la chica.

Remus se olvidó de que James estaba a su lado, soltó un suspiro y tomo en brazos a Winifred para darle un fuerte abrazo. Su mano se posó en la cabellera pelirroja de la joven a la cual le dio un tierno beso.

—Gracias —musitó en el pecho de Remus.

James ladeo una sonrisa con ternura, y aunque era un momento muy romántico y tierno tenía que hacer preguntas.

—Win, ¿qué es lo que quería? —preguntó James una vez que se separaron.

—Me dijo que... me quería a mi —Remus frunció el ceño y su varita en mano soltó ligeras chispas al sentir a su amo tan molesto.

—¿En qué aspecto? —indagó cautelosamente James.

—Mi poder —susurró—, o... espero que solo eso —agregó recordando como los labios de Avery estaban muy cerca de los de ella.

—Deberíamos decirle a Dumbledore —dijo James rápidamente—. Es uno de ellos y...

—¿Qué le diremos James? ¿Qué creemos que hay un mortífago en Hogwarts? —preguntó Remus con una ceja alzada.

—¿Uno? ¡Debe haber un grupo! No me sorprendería si se trata de su estúpido grupo —resoplo molesto.

—No tenemos pruebas, James —susurró Winifred.

—Pues las conseguiré —respondió con arrogancia—. Y que los expulsen a todos...

—Tenemos que andar con cautela si queremos descubrir si son o no mortífagos —comentó Remus soltando un suspiro pesado, para comenzar a caminar al lado de Winifred.

—Bien, eso lo veremos después —dijo James mirando a Winifred quien permanece en silencio—. ¿Qué más ocurrió? Por qué... Winifred te veías muy incómoda y... no t-te hizo nada, ¿v-verdad? —tartamudeo, nervioso, muy preocupado en realidad.

Winifred negó con su cabeza mientras sostenía con fuerza sus libros en su pecho.

—Win... sabes que puedes decirnos lo que pasó —murmuró Remus sintiendo una rabia de tan solo recordar la imagen.

La joven respiró un par de veces hasta que soltó un suspiro.

—Solo... se acercó mucho a mi... y... no me dejo moverme —respondió en voz muy baja, apenas audible.

—¿Dijiste que no te dejo moverte? ¿Te obligo a hacer eso? Porque sí así fue... —James apretó su puño molesto sin terminar la oración.

—Creo que deberías decirle a la profesora Sprout —dijo Remus tratando de conservar la calma.

Ya que James ya la había perdido y al menos debía haber uno que pensara con sensatez.

—No, no... no fue nada —dijo rápidamente.

—Mira no sé tú, pero Avery te acosa —soltó de golpe James—. Siempre te mira.... y... no me miren así, ¡yo no veo a Lily de esa forma!

—Nadie dijo nada —murmuró Remus alzando los hombros.

—¡Ugh! Es solo que... parecía que intentaba algo más... y parecía que no le iba a molestar al forzarte...

—Intento besarme —susurró haciendo que ambos dejaran de caminar—. O... algo así... pero... no fue como broma —comentó recordando la vez en la que Sirius le había intentado besar.

—Sabes que Sirius nunca te besaría si no quisieras, así es él, sabe aceptar cuando alguien quiere y cuando alguien no —masculló Remus apretando su mandíbula.

—Iremos con Dumbledore ahora mismo, sirve que lo expulsan de una buena vez por todas...

—No quiero tener problemas —musitó Winifred nerviosa.

—¿Problemas? Winifred, eso... eso es algo serio —James miro a Remus desesperado, esperando que diga algo para decirle, pero él parecía estar encontrando las palabras correctas para decirle a la chica—. Cariño, estás temblando —susurró James al ver como la mano de Winifred no dejaba de moverse.

—Es solo que n-no puedo dejar de pensar en lo que me dijo —comentó bajando su cabeza, con timidez.

—¿Qué? —preguntaron al mismo tiempo Remus y James.

—El di-dijo que si me dejaba ayudar podría tener el mundo en mis manos... el... él estaba hablando de mi poder —susurró mirando a James y luego a Remus.

—¿El ser cupido?

Negó con la cabeza—. No solo ser cupido... el... —ella frunció el ceño y tomo aire—. Miren, les voy a decir la verdad —susurró mirando a ambos lados, James y Remus se miraron y luego a la joven, quien se acercó a susurrar—. No solo... no solo puede ver cuando alguien está enamorado o... puedo ver el destino de algunas personas —soltó de golpe—, puedo... entiendo la magia...

—¿Cómo que la magia? —susurró Remus un tanto confundido.

—La siento, Remus, puedo sentir toda la magia del castillo... yo... yo puedo ver cuando alguien tiene buenas y malas intenciones y... las de Avery eran muy malas —susurró—. Perversas...

—Listo, vamos con Dumbledore —James tomó del brazo a Winifred, pero ella frenó de golpe—. ¿Qué? ¡Winifred tienes que decirle!

—¡Es que nadie lo sabe! —dijo con voz muy aguda—. No se cómo es que Avery lo sabía —susurró confundida y abrazándose de sus libros—. Ni siquiera yo lo acepto...

—¿Por qué? —interrogó Remus.

—Es muy difícil —dijo apenada—. Puedo... puedo hacer muchas cosas... —mordió sus labios internamente.

—Dices que... ¿también puedes hacer sufrir a las personas? —susurró James frunciendo ligeramente el ceño.

—Quizá —respondió apenas audible—. Puedo hacer que... cambien...

—Cómo si estuviesen embrujados —aportó Remus mirando a Winifred a los ojos, la chica desvió su mirada rápidamente.

—Sí —dijo después de unos segundos—. Es por eso que puedo ver a las parejas...

—¿Por qué tu las haces juntarse? —preguntó James confundido.

—No, yo solo les doy un empujón, no las hago juntarse. E amor es la magia más antigua que existe —musitó haciendo una mueca—, y la que todos pueden poseer si tan solo tuviesen la suficiente bondad para aceptarla —agregó ladeando una mueca—, y sin esa magia... bueno, te conviertes en un monstruo —dijo alzando los hombros.

—¿Te refieres a un mago oscuro? ¿Cómo ese tal Voldemort? —preguntó James alzando una ceja.

—Sí —murmuró con la mirada baja—. Pero no solo un mago oscuro, hay muggles malos... malvados, que no tienen ni una pizca de amor en su corazón... es por eso que hay tanta maldad en el mundo, en el mundo entero —susurró.

—¿Quién más sabe de tu poder? —susurró Remus.

—Nadie —tomó aire y soltó un suspiro—. O al menos eso creía pero debe haber alguien que me conozca incluso mejor que yo —susurró.

—¿No crees que sea él? —dijo cauteloso James.

—¿Quién? ¿El mago Oscuro? —preguntó Winifred con delicadeza.

—Sí, ¿no lo crees?

Hubo un silencio, James y Remus compartieron miradas y Winifred mordió su labio y terminó haciendo una mueca.

—No lo sé... no creo. Ni siquiera me conoce, no lo conozco, ¿cómo por qué conocería mi poder? —preguntó confundida.

—Por qué tiene infiltrados —respondió obvio James—. ¿Avery? ¿Mulciber? ¿Rosier? ¿Snape? —nombró con odio—. ¿Te suenan? Mortífagos...

—James, no puedes simplemente llamarlos así cuando no sabemos si realmente lo son —comentó Remus cruzándose de brazos.

—Conseguiré pruebas, se las voy a restregar en la cara y después le diré a Dumbledore. Pero ahora iremos con la profesora Sprout, no creas que se me ha olvidado que el imbécil de Avery trato de besarte y te acorralo contra la pared, Merlín Santo voy a matarlo.


💘


Winifred no podía creer que se encontraba en la oficina del director Dumbledore con Avery a su lado suyo, pero en medio de ambos había una gran distancia donde se encontraban el profesor Slughorn, jefe de la casa de Slytherin y la profesora Sprout, jefa de la casa de Hufflepuff.

Quien, por cierto, parece que pronto va a ir al invernadero, tomará una de sus tentáculos venenosas y se la arrojará a la cara a Avery.

—He escuchado ambas versiones de la historia —habló por fin Dumbledore, a quien Winifred nunca había visto tan serio.

La joven tragó saliva sin poder mirar a otro lado que no sean los ojos azules del director.

—Y me da mucha lastima y coraje saber que ese tipo de abusos suceden en mi colegio —Winifred cerró sus ojos y apretó sus puños nerviosa. Sintió la mano de la profesora Sprout sobre su hombro, dándole apoyo—. He mandado una carta a sus padres y al consejo estudiantil; con suerte, solo con suerte no será expulsado —la joven abrió sus ojos de golpe y miró a Sprout, quien tiene una mueca—. Y aun sin tener respuesta me veo con la necesidad de darle un castigo por un mes... o hasta tener respuesta del consejo —agregó con una ligera mueca—. Donde ayudará al profesor Slughorn por todas las tardes a mantener limpio el salón de pociones, quizá empiece a valorar más su tiempo libre.

Winifred sintió una picazón recorrer por su cuerpo, Avery no estaba solo molesto, estaba furioso.

Furioso porque tenía una misión tan sencilla en la que había fallado.

—Ahora bien, la casa de Slytherin perderá 100 puntos ya que lamentablemente más de uno de sus compañeros está comenzando a tener el mismo comportamiento que usted, y espero que eso les sirva como advertencia.

Hubo un silencio, Slughorn miro a Avery con algo de molestia a Avery y solo rodo los ojos haciendo una desagradable mueca.

—Es todo, profesor Slughorn me haría el favor de escoltar al señor Avery a la sala común de Slytherin, por favor.

La silla de Avery se arrastró, se paró de golpe y lanzó una mirada de odio a Winifred, quien por suerte no fue capaz de verla. Ambos salieron de ahí dejando a la joven con la profesora y el director.

—Ahora, Winifred ya que se ha ido Avery, ¿está segura de que no pasó nada más? ¿Algo que le haya afectado? Porque si es así...

—No, profesor —susurró sin dejar de mirar al director.

Albus Dumbledore inclinó un poco su cabeza, para ver sobre sus anteojos de media luna, como si estuviese tratando de saber más.

—Pomona si eres tan amable de esperar a la señorita Prewett fuera del despacho, me gustaría hablar con ella a solas —pidió amablemente.

—Claro que sí, Albus, claro que sí —la profesora se fue de ahí sin decir nada más y en cuanto quedaron solos Winifred se cruzó de brazos.

—Puede por favor dejar de leer mi mente —pidió con voz aguda y algo temblorosa.

El director ladeo una sonrisa y apoyó sus brazos en el escritorio.

—No era mi intensión, es una muy mala costumbre que suelo hacer cuando quiero respuestas...

—Ya le di mis respuestas....

—No todas, señorita Prewett, no todas —agrego mientras metía su mano en un frasco repleto de dulces—. ¿Dulce de limón?

—Gracias —negó con su cabeza y observó al profesor disfrutar del dulce.

—Winifred, yo sé que usted posee un poder más fuerte que la magia —dijo por fin—. Lo supe desde el primer momento en que entró al Gran Comedor y fue seleccionada a la casa de Hufflepuff, sé que intenta reprimirlo, pero ¿no sería mejor explotarlo?

—No quiero ofender, pero suena como Avery, profesor —musitó con voz temblorosa.

—La diferencia entre el joven Avery y yo es que mientras él desea que usted aprenda todo el daño que puede causar con su poder, yo deseo que sepa lo mucho que puede ayudar a la comunidad mágica utilizando de manera apropiada el poder con el que ha nacido.

—¿Es posible? —susurró frunciendo ligeramente el ceño—. ¿Poder dominarlo por completo? Por qué... reprimir los poderes es muy... difícil —musitó.

—Todo es posible si tan solo uno cree —respondió agitando su mano, logrando sacar ligeras chispas doradas—. Me ofrezco personalmente como su tutor, donde ambos aprenderemos de su magia y... —el director meditó sus palabras por unos segundos—, será capaz de salvar incluso el mundo mágico...

—¿Cómo?

—Con el amor.

Winifred ladeo una mueca, pero una pequeña sonrisa se formó en sus labios y terminó por asentir con su cabeza.

—De acuerdo.














Otro cerdo pal matadero.

Hoy se cumplen 39 años de la muerte de James y Lily y este capítulo me puso re soft, James es un bebé, ¿si?

Sooo, happy halloween, coman muchos dulces y no salgan que hoy hay luna llena y los lobitos salen por ahí

Lots of love, Cici x

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