ix. party, drinks, dance and kisses
9. fiesta, tragos, baile y besos
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La habitación de las chicas de Hufflepuff de sexto año siempre se encuentra relativamente tranquila. Su ventaja es que son solo tres y un amplio cuarto el cual se encargaron de dividir para que cada una pudiese tener su espacio necesario, como la estantería de Amelia Bones, que se encuentra en perfecto estado y donde la joven castaña pasa la mayor parte del tiempo; o el área de diseño que tiene Tamara, porque desea con todo su corazón llegar a tener una tienda de túnicas de gala y mudarse a Francia; dejando, por último, el desastre de Winifred.
Ni Tamara ni Amelia saben lo que la pelirroja puede tener entre sus cosas y es que en realidad es un misterio hasta para Winifred.
—¡Ay no encuentro mi túnica azul! —chillo cruzándose de brazos la pelirroja.
Amelia dejó de leer y soltó una risilla burlona—. ¡Accio túnica de Winifred! —dijo con su varita en lo alto.
De uno de los cajones trabados, salió una túnica azulada que voló hasta las manos de Amelia, quien la arrojó a Winifred. La chica aplaudió emocionada y miró a Amelia.
—Entonces, ¿no iras? —pregunto al ver a su amiga en pijama.
—No —negó sin levantar mi cabeza de su libro.
—Pero... será divertido —susurró Winifred.
Amelia ladeo una sonrisa viendo a su amiga—. Lo sé, pero... quiero estudiar —respondió haciendo que Winifred carraspeará—. Aparte, sabes que no me agrada Black y... no quiero ser hipócrita —admitió—. Así que no te preocupes por mí, disfruta la noche y... espero no los atrapen —murmuró rodando los ojos.
Tamara salió del baño tarareando, la joven morena viste una túnica color mostaza con una medias café y tiene unos botines con un poco de tacón, Winifred sonrió al verla con su adorable sonrisa.
—Tamara, oh, te ves divina —comentó Winifred con una sonrisa.
—Gracias Winnie, ¿tardarás mucho en estar lista? —curioseo.
Winifred se quitó la bata que tenía para ponerse la túnica azul, se sentó en su cama y atrajo sus botas que llegan por debajo de la rodilla, batallo solo un poco y una vez calzadas las botas tomo un labial rojo y pintó sus labios. Pasó una mano por su cabello y cuando lo considero listo dejo de tocarlo.
—¡Estoy lista! —anuncio abriendo sus brazos.
—No dejes que se acerque al whisky de fuego —susurró Amelia a Tamara que solo negó con una sonrisilla—. Bien, no lleguen tarde...
—Descuida mamá —corearon ambas con tono burlón, mientras que Amelia solo rodaba los ojos.
Que los merodeadores hicieras fiestas era algo usual y muy común que ocurrieran (en el cumpleaños de cada merodeador y después de los partidos de quidditch). Sólo habían sido atrapados en una ocasión, en el cumpleaños número dieciséis de James y Remus, donde Sirius se puso tan borracho que salió corriendo en calzones por los pasillos mientras aventaba bombas fétidas a las aulas para que se cancelaran las clases al día siguiente.
Claro que lo único que se canceló para Sirius fueron sus salidas a Hogsmeade.
Pero sabían que esta vez no los iban a atrapar, al menos no con todo tan bien planeado.
El reloj marca las ocho por lo que pueden fingir caminar por los pasillos con tranquilidad, pero como este año el aula de estudios muggles sería la que utilizarían como lugar de fiesta para el cumpleaños número diecisiete.
Al llegar al primer piso, se encontraron con James recargado en la pared, el joven está fingiendo leer mientras está silbando y a lo lejos, el profesor Slughorn de pociones va caminando muy curioso en el joven.
Del otro lado, Remus hizo unas señas que las chicas captaron.
—¡Ah! ¡Profesor Slughorn! ¡Justo lo estaba buscando! —dijo James abriendo sus brazos.
El profesor obtuvo la atención de James, y las Hufflepuff pasaron rápidamente hacia con Remus, quien ya había recibido a tres Ravenclaw que también iban a la fiesta. Remus abrió una puerta donde había un pequeño espacio seguido de otra puerta.
—Hola —dijo Remus sonriendo a las Hufflepuff.
Pero él saludó iba más para Winifred, a quien no podía dejar de ver con una sonrisa.
—Hola Remus —saludaron ambas y Winifred sintió sus mejillas calientes.
Tamara jaloneo a Winifred para que Remus cerrará la puerta y en se momento la otra puerta se abrió por arte de magia, dejando ver el aula de estudios muggles completamente diferente.
—¡Tam! ¡Winnie! ¡Qué bueno que han venido! —exclamó Sirius abriendo sus brazos.
El cumpleañero viste ropa muggle y a Winifred le recordó a uno de esos protagonistas de película que había visto una vez en casa de Lily. Con unos vaqueros negros, converse blancos, camisa blanca y una chamarra de cuero, Sirius Black es todo un personaje.
Después de abrazar a Tamara, Sirius cargo a Winifred con alegría haciéndola reír.
—¿Te encuentras mejor? —preguntó con una sonrisa.
—Mucho mejor —aseguró Winifred despeinando el cabello de Sirius.
—Y con esto más —Sirius le pasó un trago y Winifred lo aceptó con una sonrisa—. Bueno pequitas, es una fiesta, ¡a divertirse! —exclamó abriendo los brazos.
No había muchas personas dentro del aula, eran quizá veinte o treinta, pero la música creaba un ambiente de juventud y alegría, sin mencionar que la mayoría se encontraban un poco felices debido a las bebidas que habían logrado conseguir.
Winifred grito de alegría al ver en un rincón a Lily, la pelirroja está hablando con Alice y Frank mientras ella finge escucharlos.
—¡Lily-Flor! ¡Qué alegría verte aquí! —exclamó emocionada—. ¡Claro que también me da gusto verlos! —dijo rápidamente a Alice y Frank, quienes rieron por el entusiasmo de la pelirroja.
—¿Cómo estás, Winnie? —preguntó Frank sonriendo.
—Muy bien, ¿y ustedes? —ella les codeo con una sonrisilla coqueta.
Frank tomó un ligero color carmesí y llevó su mano hacia su nuca, mientras que Alce soltaba risitas divertida.
—Excelente, Winnie —dijo Alice con una sonrisa—. Supongo que quieres hablar con Lily...
—Ustedes deberían bailar —les propuso guiñándoles un ojo.
Tras decir eso, Alice tomó la iniciativa tomando la mano de Frank para dirigirse a la pista de baile.
—¿Qué me dices gnomo gruñón de jardín? —Lily miró indignada a Winifred quien comenzó a soltar risitas—. Sabes que bromeo, Lils, ¿qué milagro ha sucedido? ¡Marlene me dijo que te traería, pero no me dijo como!
—¡Es que ella me dijo que iríamos a estudiar! —comentó un poco sonrojada, haciendo que Winifred se carcajeara.
—Tierna e inocente Lily-Flor —dijo con cariño y voz soñadora—. Bueno, ya que estas aquí, ¿bailamos? —Lily hizo una mueca.
—No bailo, sabes que no coordino bien mis pies al bailar —murmuró apretando sus labios.
—¡Genial! Yo también soy una pésima bailarina —confesó Winifred jaloneando a Lily—. Pero no permito que eso me impida bailar.
Lily ni siquiera pudo alegar, Winifred la llevó en medio de la pista de baile, donde Marlene y Mary soltaron un grito de emoción al ver a Lily ahí y pronto las cuatro chicas comenzaron a bailar. Dorcas no tardó en unirse al grupo de amigas, alejando a un joven Ravenclaw que trataba de acercarse a Marlene.
Winifred ni siquiera noto cuando James y Remus entraron por fin a disfrutar de la fiesta después de que dieran las nueve y que todos los invitados se encontraran ya dentro del aula. Ambos amigos se acercaron a la mesa de bebidas donde se encontraron con Sirius y Peter.
—Bueno, todo va bien —anunció Peter con una sonrisa.
—Saldrá increíble, les aseguro eso —comentó Sirius con una radiante sonrisa, mientras veía a todos bailar, reír y beber.
—Y procuraré que no salgas en calzones —dijo Remus haciendo que los cuatro comenzaran a reír.
—Bien, ¡a conquistar chicas! —dijo Sirius.
Pero fue el único que se dedicó a hacer eso, si es que se podría llamar así.
Remus camino con su vaso en mano junto con James, escuchando a su amigo decir como Lily se veía tan hermosa sonriendo y asegurando que su sonrisa tiene la misma intensidad que el brillo de la luna llena.
—No menciones la luna —murmuró Remus—. No es nada romántico —aseguró.
—Winifred no piensa eso —comentó con burla.
Remus rodó los ojos—. Bueno, sí, pero Winifred... ya sabes... —James lo miró con una ceja alzada—. No sabe que soy un monstruo —dijo entre dientes.
Remus no debió haber dicho eso porque James le metió un fuerte golpe en el brazo, haciendo que el chico soltó un aullido de dolor.
—¿¡Eso por qué?! —preguntó sobando su brazo.
—No-eres-un-monstruo —le apuntó entre dientes y completa furia—. En serio, Remus, vuélvete a decir así y ese golpe ira en tus bolas —le advirtió—. Dolerá tanto que las noches de transformación serán cosquillas —aseguró de manera que causó miedo en Remus.
James suele ser muy cariñoso con sus amigos, en especial con Remus, porque aunque el chico no suele mostrarlo es quien más sufre, por lo que procura hacerle saber que siempre estará ahí para él. Pero si algo le molestaba a James era cuando Remus hacia ese tipo de comentarios que siempre aborrecía.
Porque, aunque fuese un malcriado, egocéntrico y problemático bromista, a James Potter le enseñaron que no importaba la condición de las personas debían de ser respetados.
Claro que él no respetaba a los que no trataban con respeto a las demás personas, como por ejemplo el grupo de Slytherin con quienes se habían peleado hace una semana.
—¿Me escuchaste? —Remus asintió rápidamente—. Bien, ahora... fingiremos que nunca te golpee porque Winifred viene para acá —dijo llevándose su vaso a sus labios.
—¿Qué? —Remus rápidamente se giró para ver como Winifred va caminando hacia ellos mientras sostiene la mano de Peter.
—¡Hola! —se abrazó primero de James y luego de Remus—. No pude haberlos saludado propiamente cuando los vi —comentó aun sin quitar esa enorme sonrisa.
—No te preocupes, Win —dijo James sonriendo—. ¿Y bien? ¿Qué opinas?
—¡Es increíble! —comentó abriendo sus brazos.
Remus por un momento dejo de escuchar la música para solo enfocar su vista en Winfried, la chica está hablando de todo tan rápido que James y Peter apenas pueden seguirle el hilo de la conversación. Le fue imposible a Remus no soltar una risita.
—Entonces, ¿bailamos? —James aceptó la invitación, pero Remus negó rápidamente.
—No bailo —respondido, Winifred hizo un puchero—. No va a funcionar...
—Anda, Rem —ella hizo ojitos, Remus tuvo que mirar a otro lado, ella era simplemente adorable.
—Nop —Winifred gruño, hizo una mueca y una vez que Remus volvió a verla le mostró su lengua de manera infantil.
—Tú-te-lo-pierdes —puntualizó la joven.
Remus camino tranquilo a una de las sillas y se dejó caer relajándose un poco mientras miraba a sus amigos bailar en el centro de la pista. James está bailando con Dorcas, quien está intentando que él y Lily puedan quedar más juntos, Marlene está con Lily, quien también trata de acercarla a James. Winifred está de la mano de Peter y ambos dan vueltas por toda la pista; aún con la música bien en alto, Remus puede escuchar la hermosa risa de Winifred que tanto le gusta.
Jugó con su vaso un rato, sin despegar su vista de Peter y Winifred. A veces quisiera poder estar tan relajado como Peter cuando está con ella, pero le era muy difícil no ponerse nervioso o mostrar esa cara de estúpido enamorado, como Sirius le dice.
Y Remus no fue nada discreto, ya que Winifred encontró los ojos avellana de Remus mirándole con una sonrisa.
La pelirroja llevó su cabello hacia atrás y soltó una risita nerviosa al ver que Remus seguía viéndola, ondeó su mano en forma de saludo y Remus bebió de su cerveza de mantequilla. Nervioso, regreso el saludo, pero rápido desvió su mirada completamente sonrojado.
Debía ser menos... menos acosador, sí, eso.
—Estas babeando de nuevo —dio un brinco cuando vio a Sirius a su lado.
—¿No deberías estar conquistando a alguien? —preguntó Remus llevando una mano a su nuca.
—¿Tu no deberías estar conquistando a Winifred? —las mejillas de Remus tomaron un color carmesí y Sirius comenzó a reír—. Ah, cierto, lo olvidaba, ya la tienes bien conquistada —comentó burlón.
—Cállate Canuto —murmuró rodando los ojos.
—¿¡Qué haces aquí sentado!? ¡Ve a bailar con ella! —exclamó empujándolo.
—No bailo.
—Ah cómo chingados no.
Sirius tomó las manos de Remus, sin siquiera preguntarlo lo levantó de la silla arrastrándolo al centro de la pista, justo donde estaban Winifred, Peter, James y Dorcas.
—¡Lunático! —exclamó Peter emocionado al verlo ahí.
El chico apretó sus labios cuando Dorcas le jalo del brazo obligándolo a bailar.
—¡Vamos Remus! ¡Solo siente la música! —exclamó la Ravenclaw emocionada.
Winifred soltó una risita divertida cuando vio como Remus procuraba no bailar. Ella sabía que a su amigo no le gustaba bailar.
—Deberías bailar con él —le dijo entre dientes Sirius a Winifred—. Ya sabes —le codeo con una sonrisilla coqueta y Winifred mordió su labio.
No lo pensó dos veces en ponerse frente a Remus, ambos se miraron por unos segundos y la chica estiró su mano hasta tomar las manos de Remus, las cuales son cálidas y le causaron un extraño cosquilleo.
Winifred se paró de puntillas para susurrarle en su oído—. Baila conmigo —pidió en voz baja .
El joven no pudo resistirse ante la mirada de súplica de la chica, aparte, ahí, sosteniendo su mano en medio de la pista de baile le hacía sentirse tan bien.
Ambos se tomaron de las manos, dejándose llevar por la música, mientras que la pelirroja melena de Winifred se movía libre, Remus la hacía girar haciéndola reír. Sus amigos por fin se veían orgullosos de verlos disfrutar ese momento juntos de una forma tan pura y linda.
Y Winifred sabía que eso era muy romántico.
Por que compartían miradas, risas, y sus manos se acariciaban sin querer soltarse, haciendo que se pusieran tan nerviosos y que cada corazón palpitara con una rapidez impresionante.
La música comenzó a cambiar drásticamente y Winifred vio a Sirius al lado de la bocina mágica, él había convertido el ambiente aún más romántico.
—¡Señoritas y señoritos! ¡Tomen a sus parejas y si no tienen embriáguense conmigo! —exclamó el cumpleañero levantando una botella de whiskey de fuego.
Winifred mordió su labio nerviosa y vio a Remus despeinar su cabello—. ¿Bailas conmigo? —preguntó el joven haciendo que una gran sonrisa se apareciera en el rostro de la chica.
—Me encantaría.
Las manos de Remus tomaron lentamente la cintura de Winifred, ella rodeo sus brazos hacia el cuello del chico, quien se inclinó un poco para que fuese más fácil bailar. Winifred comenzó a ver a su alrededor para ver como Frank y Alice bailaban juntos. Frunció el ceño al ver a Dorcas bailar con un chico de Gryffindor y busco a Marlene quien encontró en la mesa de bebidas junto con Lily.
—¿Todo bien? —indago Remus.
Winifred tuvo que asentir con su cabeza, no podía decirle que estaba preocupada de que Dorcas no saliera con Marlene.
—Remus, me gustan tus cicatrices —susurró la joven, quien lentamente llevo uno de sus dedos a la mejilla de Remus.
El corazón del chico comenzó a latir a un más rápido—. ¿Ah sí? —preguntó en un hilo de voz.
—Sí... te hacen ver... aventurero —susurró.
—¿Y eso te gusta? —preguntó con una sonrisilla.
—Mucho —confesó.
Remus tuvo que apretar su mandíbula para no soltar aquella pregunta que tenía el poder de arruinar su amistad.
No le iba a preguntar si le gustaba, tampoco era tan valiente.
—A mí me gustan tus ojos —confesó Remus, haciendo que Winifred levantará su cabeza—. Son muy... hermosos —susurró.
—¿Lo son? —preguntó con nerviosismo y emoción.
—Sí, tienen un color... color azul, pero de cerca puede verse el cielo y... son curiosos, me encantan —Winifred soltó una risita nerviosa y miro a Remus con emoción.
—Gracias —dijo con sus mejillas sonrojadas.
Sus miradas se encontraron, bailaban lentamente y no podían perder la conexión. Sus miradas se atraían tanto que es como si hubiesen estado destinados a encontrarse y a permanecer juntos, por siempre.
Al menos, así lo sentía Winifred, quien sin duda alguna tenía más experiencia en temas del amor.
O algo así.
Winifred llevo una de sus manos al cuello de Remus, acarició una cicatriz lentamente y su mano subió hasta acariciar la mejilla de Remus. El joven relamió su labio lentamente al ver los pequeños labios de Winifred y la chica sintió su corazón latir con rapidez.
Pero el momento se vio arruinado cuando la música cambió drásticamente, haciéndolos brincar por el repentino cambio.
—¿¡Quién fue el imbécil que la quito!? —exclamó Sirius dando un brinco.
—Y-yo iré a que Sirius no golpee a nadie —murmuró Remus separándose de la joven.
—S-sí, bien —murmuró Winifred.
La joven se dio una vuelta rápidamente para caminar hacia Lily y Marlene, quien estaba sirviéndose otro trago de hidromiel.
—Winnie, creo que tendremos que mandar a Marlene a Alcohólicos Anónimos —murmuró Lily con una mueca.
—¿Qué ocurre? —preguntó la Hufflepuff confundida.
—Es como el décimo trago de hidromiel en menos de cinco minutos —comentó Lily quitándole la copa.
—¡Hey! ¡Eso es mío pelirroja! —dijo arrastrando un poco la lengua—. Nah, quédatelo, necesito algo más fuerte —ella carraspeó y con su varita atrajo la botella de whiskey de fuego—. Por Dorcas que sea feliz y por mí, la estúpida que se enamoró de su amiga —dio un trago directo de la botella y Winifred chillo para después quitárselo.
—¡Basta Mar! —exclamó la Hufflepuff—. ¡Dorcas te ama! ¡Es más iré por ella y...!
Lily codeo a Winifred, la joven rápidamente tomó de los hombros de Marlene para hacerla girar y que no vea el momento en que Dorcas se besaba con aquel chico.
—¿Qué? —Marlene giró su cabeza y jadeo un poco.
Cuando vio a sus amigas, los ojos de la chica se llenaron de lágrimas.
—Lennie —susurró Lily.
—Déjenme sola —pidió en voz baja Marlene.
—¡No! —Winifred le jaloneo del brazo—. No, no, Marlene, escúchame, tienes que escucharme —suplico tomando de las mejillas a la chica.
—No quiero escuchar nada —gruño.
—Tú y Dorcas estarán juntas —dijo haciendo que el rostro de la joven girara a verlo.
—No...
—¡Que sí! Las he visto, muchas veces —susurró con una pequeña sonrisa—. Estarán juntas. Eso es solo una piedra en el camino —señaló—. Tú eres la meta final —aseguró.
Marlene sollozo y se abrazó de Winifred—. La amo mucho, la amo demasiado.
—Lo sé, lo sé —admitió Winifred acariciando el cabello de Marlene.
—La amo con mi vida entera —ella hipo y Lily le entregó un pañuelo.
—Ella también te ama —aseguró Lily—. Se nota por la forma en la que te mira... lo hace, te ama Lennie.
La joven limpio sus lágrimas y se abrazó de la botella de whiskey—. Si me permiten, mi amigo whiskey y yo iremos a besarnos —llevó la boquilla de la botella a su boca para dar otro trago.
Lily y Winifred suspiraron pesadamente—. ¿Cómo puedes con tanto? —preguntó Lily a Winifred.
—Créeme, ni yo lo sé —confesó Cupido.
Su mirada vagó por el salón y trago saliva al ver como los merodeadores se encontraban rodeados de chicas. Mientras que James y Remus están sentados, con sus vasos en manos y diciéndose cosas entre dientes, Peter y Sirius están hablando con unas guapas chicas. Winifred vio a Lily de reojo, quien rápidamente desvió su mirada de James. La joven volvió a ver a los merodeadores y una mueca se formó en su rostro al ver como una chica estaba tomando asiento frente a Remus y otra tomaba asiento al lado de James.
Dejándolos acorralados.
—Iré a-a ayudar a Marlene —murmuró Lily señalando uno de los sillones donde su amiga está abrazada de la botella.
—Y-yo... bien, iré a buscar a Mary supongo —susurró en voz baja.
Ambas pelirrojas tomaron caminos distintos y Winifred sonrió al ver como Mary bailaba con un chico de Ravenclaw que tenía fama por cambiar el clima de los salones.
Se apoyó en la pared y carraspeo nuevamente encontrando a Remus, quien parece que está tratando de entender lo que la chica le está diciendo. Pero el joven en realidad, no estaba entendiendo absolutamente nada. Desvió su mirada de la joven en el momento exacto en que veía a Winifred observarle.
Remus ladeo una sonrisa y Winifred tomó una postura recta al notar que la había notado, sin poder evitarlo, Winifred sonrío de manera tierna, causando que el chico se sintiera tan bien.
Estoy a nada de shipper a Sirius y a Amelia.
¿Se imaginan? La Jefa del Departamento de Seguridad Mágica, ordenando al líder de los aurores a que busquen a su esposo prófugo de Azkaban, para que lo regresen a la celda o que le den el beso del dementor...
QUE ESCANDALO.
Bueno, me calmo, igual shippeo a Sirius con todxs, de que lo shippeo con Remus, con Winifred, con Amelia, con Tamara y hasta conmigo, ah queeeee.
Lots of love, Cici x
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