iv. flirting

(maratón 1/3)

4. coqueteos


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Los famosos merodeadores caminaban por los pasillos de Hogwarts abriéndose el paso entre los alumnos, era imposible que no los voltearan a ver, simplemente eran un grupo de amigos bastante popular y peculiar porque todos eran completamente diferentes, pero eso era lo que les hacía congeniar tan bien.

Encabezando a los cuatro chicos se encuentra Sirius Black, la deshonra de la familia Black; con su larga melena negra y esos ojos grises que llaman la atención de cualquier persona, esa característica sonrisa coqueta es capaz de enamorar incluso a los fantasmas, sin mencionar su forma tan distintiva de vestir el uniforme, con el nudo de la corbata mal hecha y esas botas negras le dan su estilo rebelde y de un completo... chico malo. 

A su lado derecho se encuentra James Potter, con sus redondos anteojos que a veces suele olvidar porque asegura que no lo hacen ver tan guapo se encuentra sonriendo a la vida, no hay nada más que James no aprecie como un nuevo día lleno de bromas, descubrimientos y emociones, oh sí, es lo que más le gusta, saber que todos los días son diferentes y aunque pudiese salir con cualquier persona, James sigue esperando y siéndole fiel a su adorable Lily-Flor.

Justo detrás de Sirius, pero visible para todos, Peter Pettigrew va caminando mientras juega con una varita de regaliz, es bastante raro para algunos ver como un chico tan callado puede estar con alguien como James y Sirius, a quienes no les para la boca en ningún momento. Peter sonrío a su varita de regaliz para continuar siguiendo a sus amigos sin escuchar como algunas chicas decían que se había puesto atractivo y que el verano le había sentado muy bien.

Y por último el que más dejaba de qué hablar, Remus Lupin se encuentra detrás de todos, pero es tan alto que no impide ser visto. Siempre escondiéndose detrás de los libros haciendo creer que es el que menos participa en las bromas, pero él es el cerebro de los merodeadores; aunque no estaban muy interesados en eso porque él siempre se notaba enfermizo, como si tuviese una constante alergia hacia la vida, contando incluso con algunas cicatrices que algunos creían que le hacía su conejo porque Sirius siempre mencionaba a su pequeño problema peludo.

Winifred que estaba recargada en una de las ventanas sonrió un poco viéndolos caminar y rodó los ojos al ver la exageración de Sirius al guiñar el ojo a unas chicas que comenzaron a reír, la pelirroja corrió hacia él arruinando su momento de película para lanzarse sobre la espalda de Sirius quien terminó por caer al piso.

—¡Winifred!

—¡Hola Canuto! —dijo despeinando el cabello de Sirius mientras que James y Peter están riendo.

Remus mostró una pequeña sonrisa al ver a la chica de rebeldes cabellos pelirrojos. 

—¡Arruinaste mi momento de belleza! —Sirius se llevó hacia atrás su larga y oscura melena.

—Ni tanto, Remus es más guapo que tú —le susurró en su oído haciendo que comenzará a reír.

—Sí claro, ¡oí Rem! ¡Dicen que eres más guapo que y...! ¿Dónde está Lunático? —preguntó al ver como ya no se podría burlar, Winifred agradeció al ver a Remus junto a una chica.

Esperen, ¿por qué Remus está junto con una chica?

—Oh Santísimo Merlín, ¡Remus no es gay! —exclamó Peter sorprendido, llevando sus manos a sus mejillas mientras su boca se encuentra en forma de o.

James negó—. No, aquí el único gay es Sirius —dijo señalándole.

—¿Qué traes loco? Soy más heterosexual que todos ustedes juntos.

Pero Winifred dejo de escuchar y enfoco su vista en Remus. Reconoció a Hestia Jones, una chica de Ravenclaw de cabello negro, mejillas rosada y ojos grandes que la hacen ver bellísima; la joven está apoyada en la pared y tiene sus libros en su pecho mientras le está comentando algo de Pociones a Remus, quien tiene una de sus manos dentro del bolsillo de su pantalón y bastante tranquilo está accediendo a ayudarle.

Winifred quiso correr a la sala de artefactos y a leer su bola de cristal, porque, aunque Hestia Jones es muy agradable ella no quería verla saliendo con Remus.

Y es que, si aún no se dan cuenta, Winifred está muy enamorada de Remus.

Solo que primero vende su bola de cristal antes de confesarlo, no está preparada para ver como Remus la rechaza

—¡Hey Remus! —exclamó Sirius viendo como Winifred miraba aun con sus hermosos ojos azules muy abiertos en dirección a los jóvenes, en la mirada de la joven se veía reflejada la tristeza.

Remus giró su cabeza, mirando a Sirius un tanto curioso.

—¿Vienes o te quedas coqueteando? —preguntó burlón.

A Hestia le fue imposible no sonrojarse, pero Remus solo rodó los ojos.

—Nos juntamos en la biblioteca, ¿te parece? —ella asintió mientras Remus retrocedía hacia sus amigos.

—Claro, Remus —Hestia ondeó su mano y Sirius le guiño  coqueto haciéndola sonrojar aún más e irse rápidamente de ahí.

Winifred solo golpeo a Sirius—. ¡Deja de coquetear con todo lo que se mueve! —le regaño haciendo que Peter y James soltaran carcajadas.

—¡No coqueteo con todo lo que se mueve! —exclamó indignado.

—Sí lo haces —dijo Remus apoyando a Winifred.

Sirius soltó un grito dramático—. No lo dijiste —le advirtió señalándole con su dedo índice, Remus alzó sus hombros sonriendo de manera inocente.

Winifred miro al chico que tiene una pequeña sonrisa ladeada, lo cual lo hace ver completamente adorable, y aunque Remus es demasiado alto, se encuentra encorvado, como si no quisiera ser visto o más bien, pasar desapercibido.

—No tiene nada de malo que lo aceptes —aseguró Remus—. Sabemos que eres medio promiscuo.

—¿Medio? —murmuró Peter con una ceja alzada—. Yo diría muy.

—¡Epa! Eso sí que no, yo no soy promiscuo —negó Sirius con su cabeza, un tanto indignado—. Aparte, no he coqueteado con ustedes.

—Conmigo sí —dijo James levantando su mano.

—Solo es de broma —respondió rodando los ojos.

—Coqueteas con Remus todo el tiempo —señaló Peter.

Winifred miró con el ceño fruncido a Sirius y él levantó sus hombros inocentemente—. ¿Qué? No es mi culpa que sea guapísimo —le guiño un ojo y Remus tuvo que reprimir una risilla.

La pelirroja solo resoplo rodando los ojos y captando la atención de Remus, debido a aquel comportamiento.

—Y aparte, nunca he coqueteado con Winifred —continuó Sirius defendiendo su punto.

—Y más te vale que no lo hagas —le advirtió la chica.

—¿O qué? ¿Te da miedo enamorarte de mí, bebé? —le preguntó con voz gruesa y ronca, la miró con una sonrisa ladeada, subiendo y bajando sus cejas.

—Ew, traumático —susurró en voz baja.

Peter la abrazo—. No la mires, no la veas, no la toques —le advirtió el más pequeño de los merodeadores.

—Apoyo a Peter —señaló James.

—Sí, también yo —dijo en voz muy baja Remus.

—Bueno ya, solo bromeaba, Winnie-Freck es como mi hermanita —dijo Sirius—. No es como, en realidad, es mi hermanita —se corrigió y Winifred asintió con una sonrisa—. Y por eso, me encargaré de que ningún idiota se atreva a salir contigo —aseguró—. Es más, suéltala Colagusano, ush, ush, quita tus sucias manos de ratita lejos de la pequeña Winnie —Sirius golpeteo a Peter hasta que ambos dejaron de abrazarse y él mayor de los merodeadores la sostuvo en sus brazos de manera protectora, haciendo que Winifred soltará risitas divertidas y que muchas chicas desearían estar en su lugar.

—¡Hey! —dos voces se escucharon al final del pasillo.

Los gemelos Prewett van dando grandes zancadas en dirección a los merodeadores, exactamente dirigiéndose en donde se encuentran Sirius y Winifred. Pero Sirius, abrazó a un más fuerte a la hermanita de los gemelos y Gideon sacó su varita.

—Quita tus sucias manos promiscuas de nuestra hermanita —ordenó Gideon.

Sirius ahogó un grito indignado y James se carcajeo—. ¡Que no soy promiscuo! —dijo soltando a Winifred quien comenzó a reír.

—Freddie, ¿cuántas veces te hemos dicho que no te juntes con Sirius? —le preguntó Fabian negando lentamente.

—¡Hey! —se quejó Sirius, James tuvo que apoyarse en Peter para tomar aire y seguir riendo—. ¡Estoy presente! —dijo haciendo señas y apuntándose, mientras daba brincos para que los gemelos notaran su presencia. 

—Sí, puede dañar tu mente sana —continuó Gideon ignorando a Sirius.

—¿Mente sana? —preguntó burlón Peter y negando mientras Winifred le metía un golpe al joven.

—Es más, no te juntes con ninguno de los merodeadores...

—¡Hey! —se quejaron los cuatros haciendo que ahora Winifred soltará una carcajada.

—Con ningún hombre —concluyó Gideon y su hermano le dio la razón.

—Uy, sí que son idiotas —negó la chica cruzándose de brazos—. ¿Por qué no puedo juntarme con hombres? ¡Si su estupidez alegra mi día! —aseguró Winnie sonriendo—. Aparte, Sirius es como el hermano mayor que siempre quise tener —Sirius sonrió mostrando esa perfecta dentadura.

Fabián y Gideon se miraron indignados—. Fingiremos que no escuchamos eso —dijeron al mismo tiempo, con sus brazos cruzados. 

—De todas formas, nunca hago caso en lo que dicen —aseguró la niña sonriendo angelical—. Y ustedes son los menos indicados para decirme con quien me puedo juntar y con quien no —se cruzó de brazos alzando su cuello y viendo a sus hermanos de manera retadora.

—Te vigilaremos —dijeron al mismo tiempo.

—Todo el día...

—... mañana...

—... tarde...

—... y noche...

—Seremos tu sombra —finalizaron ambos moviéndose de un lado a otro.

Peter miró con susto a los hermanos, James rasco su nuca y Sirius comenzó a silbar, pero Remus miró un tanto divertido a los gemelos por lo dramáticos que son con su hermanita.

—Sí, sí, ya, ¿no tienen que ir a cumplir un castigo o algo así? —preguntó irritada.

—No aun —respondió Fabián.

—Adiós niños —Gideon despeinó a Peter y a Remus mientras que Fabián a Sirius y James.

Ambos gemelos besaron la cabeza de su hermanita para dirigirse a un grupo de chicas que se alegró de ver a los gemelos.

Remus fue el primero en hablar—. Tus hermanos son un poco...

—¿Paranoicos? Sí, lo son —dijo Winifred rodando los ojos—. Como sea, están dementes, mi familia entera lo está, creo que Molly es la más cuerda —ella se quedó meditando—. No, creo que yo soy la más cuerda.

Los merodeadores compartieron miradas, pero fue Peter quien se animó a hablar—. Hum, no es tan cuerdo ver imágenes en una bola de cristal —Winifred chillo.

—¡Peter nunca creí escuchar eso de ti! —dijo con una mano en su pecho, completamente ofendida.

—Es genial —agregó rápidamente—. Pero no es tan cuerdo...

—Bueno, no es mi culpa que su ojo interno esté tan cerrado —murmuró rodando los ojos.

—¿Cómo abres tu ojo interno? —preguntó interesado Remus.

Winifred tuvo que aguantar su emoción ante aquella pregunta.

—Para empezar, debes de estar dispuesto a abrirlo —comenzó la chica—, y me refiero a que no debes de verlo a manera de burla, sino de respeto, porque tomará tiempo y se debe tener paciencia; no es algo fácil de lograr y mucho menos de comprender —aseguró causando interés en Remus.

Porque aun el chico consideraba la adivinación una de las materias más escépticas que podía tener en Hogwarts, la forma en la que Winifred lo decía era simplemente cautivador.

Salvo por Sirius quien soltó un bostezo ruidoso.

—Que aburrido —dijo Sirius y Winifred le lanzó una mirada de odio.

James, Remus y Peter compartieron miradas de preocupación. Por más que Winifred sea un amor de persona, ella tiene un carácter similar al de un Colacuerno Húngaro.

Y los merodeadores estaban seguros de que un dragón saldría volando asustado si llegará a ver a Winifred enojada.

—Es interesante —dijo rápidamente Remus, salvando el pellejo de Sirius y haciendo que Winifred sonriera ante lo dicho por Remus.

—Bipolar —susurró James a Peter quien le soltó un codazo.

—Que no te escuche o te mata —chilló el pequeño.

—Bueno, yo venía a decirles que su próximo blanco para broma podía ser Gilderoy Lockhart, pero ahora solo me iré a hacer mis cosas aburridas —dijo un tanto indignada y alzando su cuello con orgullo.

—¿Broma? ¿Qué broma? —preguntó rápidamente Sirius.

Winifred miró a Sirius, solo un «hum» y giró su cabeza.

—¿Qué tienes en mente, Winnie-Freck? —preguntó Remus con voz más pacífica e interesada.

Winifred giró su cabeza en dirección a Remus, sin poder ignorarlo—. Bueno...

—Ahh, o sea que vas a ignorarme —le interrumpió Sirius cruzándose de brazos.

—No interrumpas a Winnie, Canuto —le regaño James—. Continua, Cupido —pidió el chico sonriendo y Winifred tuvo que reprimir una burla a Sirius.

Era muy normal verlos pelear, pero ambos se adoran.

—Bueno, el imbécil de Lockhart rompió el corazón de Tamara y estaba pensando que sería bueno romperle la mano o algo así —explicó sonriente.

Peter tosió—. Ustedes los Hufflepuff son un poco... poco...

—Vengativos y por eso me encantan —dijo Sirius sonriendo—. ¿Qué le hizo a Tamara? ¿Sería prudente si voy a hacerla sentir mejor? —Winifred chillo molesta..

—¡No-te-atrevas-a-coquetear-con-Tam! —dijo mientras golpeaba el brazo de Sirius con un pergamino que había sacado de su bolso.

—¡AU! —Sirius aulló, en ese momento, Remus se cruzó de brazos negando lentamente.

Como si estuviera decepcionado de aquel aullido.

—¿Qué te crees? ¿Hombre lobo o qué? —bromeo Winifred dejando de golpearlo.

James carraspeo y Peter miró a Remus nervioso.

Remus solo procuro actuar más normal que sus amigos.

—¿Hombre lobo? No, no, creo que lo mio es ser un poco más canino —comentó burlón.

—Si, eres un perro —comentó rodando los ojos.

Sirius alzó los hombros restándole importancia—. Aparte, si Tam se siente mal...

—¡Deja a mi amiga en paz! —ordenó apuntándole con su dedo.

—Oh vamos, primero me prohíbes salir con Amelia...

—Amelia dice que no eres agradable —aseguró la chica.

—... y ahora no me dejas ir con Tamara...

—¡Tamara es un solecito! Ella necesita protección —dijo haciendo una voz grave.

—Sirius, podemos solo concentrarnos —pidió Remus.

A veces, sus amigos se ponían a divagar y olvidan el tema central.

—Ah, sí, broma a Lockhart —asintió el mayor.

—Entonces, ¿quieres romper su brazo? —preguntó James.

—Brazo, muñeca, pierna, cráneo, lo que sea —dijo restándole importancia.

—Que alguien lo enamore y le rompa el corazón —bromeó Peter, mientras Sirius animaba aquella idea.

Pero a Winifred no le causo gracia—. No —dijo apuntándole con su dedo índice—. Eso no lo digas ni de broma Pete. Yo nunca le desearía que alguien tenga que pasar por eso, no es algo agradable de ver y nadie merece sufrir de esa manera, tan cruel e inhumana, nadie —los merodeadores borraron su sonrisa.

A veces olvidan lo importante y seria que podía ser Winifred en temas de amor.

—Era broma, Win, perdón —musitó el chico.

—Bueno, rompámosle el brazo —dijo James tratando de olvidarse de aquello—. Puedo lanzarle una quaffle...

—Puedo solo golpearlo —continuo Sirius.

—Hum... ¿puedo pegarle con mi zapato? —preguntó Peter.

—Propongo que lo lastimemos en donde más le duele —dijo Remus y todos lo miraron.

—¿En el pene? —preguntó Sirius.

—No —negó Remus tratando de no reír.

—¿Qué le dolería más que el pene? —inquirió James con una ceja alzada.

—¿En serio duele tanto cuando les golpean el pene? —curioseo Winifred.

—Demasiado —asintió Peter con una mueca.

—Lo están haciendo de nuevo —musitó Remus suspirando, al ver como ignoraban el tema central de la conversación.

—Disculpa Rem —dijo Winifred sonriendo un poco, el chico negó y ladeo su sonrisa—. ¿Qué le dolería más que un golpe en el pene?

—Pues que arruinen su cabello —comentó levantando los hombros.

Una sonrisa maliciosa se formó en el rostro de James—. Lunático, ¿qué haríamos sin ti?

—Probablemente estarían muertos —respondió llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón y encorvándose un poco.

—¡A preparar la broma! —chillo Winifred dando brinquitos.

Ella se colgó de la espalda de Sirius quien jadeo ante el repentino brinco de la chica—. ¡Al aula de pociones! ¡Arre unicornio!

—¡Ay no! ¡Yo quiero ser un Abraxan! 

—¡Sirius solo camina! —exclamó Winifred dándole un zape.

—¡Cuidado con mi cabello! 

—Bien, también sabemos que alguien más está obsesionado con su cabello —dijo burlón Peter.

—¿Y apenas te das cuenta? A los doce años no dejaba de hablar de su cabello —comentó James rodando los ojos.

—Con dieciséis años sigue hablando de su cabello —agregó Remus sonriendo.

—¿Están hablando de mí? —preguntó Sirius girándose, Winifred se tuvo que agarrar con fuerza del cuello de Sirius para no caer por el brusco giro.

—Pues sí —asintió Remus.

—¿Vas a aceptar que me amas ya? —preguntó burlón.

—Ni en tus más locos sueños —respondió Remus rondado los ojos.

Winifred mordió el hombro de Sirius haciéndolo gritar de dolor.

—¿Qué te pasa loca? —lloriqueo Sirius.

—Puedes dejar de coquetear con Remus frente a mi, por favor —musitó en su oído.

—Ay, nunca creí que fueras homofóbica —dijo burlón.

—Sabes que no soy homofóbica —gruño molesta.

—Lo siento Winnie, es que adoro verte celosa, te pones tan roja —comentó con ternura.

—Oh, cállate y camina imbécil —murmuró.

—Aparte, no se de que te quejas —continuó tomando con fuerza de las piernas de Winifred que le rodean la cintura—. Nunca saldría con Remus, sí te trae loca...

Winifred tuvo que ahogar un grito.

—No me trae loca —susurró en voz baja y un tanto acelerada.

—Sí claro, y mi madre me quiere...

—Probablemente muy en el fondo —aseguró.

—No lo dijiste... en serio, no lo dijiste —murmuró Sirius apretando su quijada, Winifred rodeo con fuerza el cuello de Sirius.

—Es broma, ella te odia —comentó tratando de enmendar su error.

—Ajá, mucho mejor —aseguró sintiendo.

—Pero yo te amo, ¿sí? —Sirius giro un poco su cabeza para ver a Winifred con una pequeña sonrisa, la pelirroja le dio un sonoro beso en la mejilla haciéndolo soltar una risita—. Mucho, Orión.

—Yo también te amo, Freddie. 






Quiero hacer a Sirius gay pero ya tengo un shipp para él y no lo sÉ

BTW, gracias por lo 4k seguidores, gracias, gracias les amo mucho <3 

Lots of love, Cici x

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