iii. cramps or lunatic?


3. ¿dolores menstruales o lunáticos?


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Ambas pelirrojas consideraban que hacían un muy buen equipo en pociones, aparte Winifred aseguraba que  ambas tienen una conexión y juraba que era debido al color de su cabello. Lily no podía decirle que no tenía nada que ver el color de su cabello por que simplemente no podía soportar quitarle la emoción a su amiga. Una vez la clase de pociones terminada, Winifred guardó su libro de la Elaboración de Pociones Avanzadas y dejó el caldero reposando, Lily agito ágilmente su varita y la poción se asentó en el caldero mientras que ambas guardaban sus cosas para poder salir del aula. 

—Entonces, ¿a qué te llegó el olor? —curioseo Winifred mirando a Lily.

—Libros —respondió tomando su libro. 

Winifred achino los ojos mirando fijamente a su amiga y Lily suspiró.

—Solo libros —aseguró.

—Ay ajá —le codeo divertida, Lily negó rápidamente.

—Bien... escoba recién pulida —murmuró, Winifred fue capaz de escucharla, pero antes de que pudiese hablar alguien le llamó. 

—¡Winifred! —Lily brinco asustada al reconocer al portador de esa voz y dejó caer su libro del susto.

James rápidamente se agacho al mismo tiempo que ella para ayudarle a rejuntar el libro, Lily desvió su mirada y se paró rápidamente, fue James quien tomó el libro y se lo extendió a la joven Gryffindor.

—Ten —murmuró sonriendo un poco James.

—Gracias —musitó Lily tomando el libro, para guardarlo en su bolso con más cuidado. 

—Lo siento, no quería asustarte, solo quería pedirle Winnie que me acompañara a pulir mi escoba.

Lily maldijo en voz baja, sus mejillas tomaron un color carmesí. Winifred miró a Lily con sus ojos bien abiertos y luego a James, quien por su puesto, no entendió el extraño (y muy usual) comportamiento de su amiga. Cupido solo soltó un chillido cual puerquito emocionado. 

—¿Qué? —murmuró confundido James. 

—Nada, lo siento... —se disculpó Lily carraspeando y mirando a Winifred, en sus ojos rogaba que no dijera nada. 

Remus se unió a los tres y pasó una mano por los hombros de James—. ¿Vamos por Canuto y Colagusano?

—Sí, sí... entonces, Winnie, ¿te unes mañana con nosotros? —ella asintió.

—Claro Jamesie, nos vemos en el campo de entrenamiento —él asintió y James también abrazo a Remus.

El joven con cicatrices miró con una sonrisa a Winifred antes de irse junto con su amigo.

—Entonces... ¿James es tu olor favorito? —preguntó con una sonrisilla burlona.

—¡Oh claro que no, Winnie! —dijo Lily negando rápidamente—. Tengo que irme —musitó y salió caminando rápidamente lejos de su amiga antes de que descubriera su mentira.

Pero Winifred no tenía que descubrir nada por que su bola de cristal ya le había dicho todo y su bola de cristal nunca se equivoca.


💘 


La joven pelirroja se encontró con un chico de piel blanca y cabello negro como la noche, ella le hizo señas para que le siguiera y Winifred lo guío hasta la sala de artefactos que se encuentra en el piso inferior del castillo. Winifred cerró la puerta tras ambos entrar y se acomodaron frente a frente, dejando un espacio considerable para que la bola de cristal quedará en medio de ambos. 

—Entonces, ¿en qué puedo ayudarte? —preguntó con voz amigable y cariñosa. 

—Me gusta una chica —dijo suspirando—. Su nombre es Jessica Piers —murmuró, Winifred asintió—. Pero sale con Evan Higgs, el Slytherin de último año —comentó—. Y la verdad no sé qué hacer —admitió.

—Oh, ya sé de quién hablas —comentó asintiendo—. Mira Brent, ¿puedo solo llamarte Brent? —él asintió confundido, al final de cuentas, ese es su nombre—. Te seré sincera, yo nunca miento a las personas —admitió—. Voy a leer mi bola de cristal, quizá tome algunos minutos, ¿sí? —él asintió—. Una vez vea lo que me ha mostrado yo te podré dar una respuesta correcta.

Winifred arregló el espacio, tomó asiento frente al chico que jugueteo con sus manos nervioso y Winifred paso sus manos por la bola de cristal. El joven admiró como un transparente humo dorado salía de sus manos envolviendo la bola de cristal en una nube.

El joven abrió sus ojos un tanto sorprendido por algo nunca antes visto y es que la magia de Winifred es simplemente extraordinaria. 

Los párpados de Winifred se movieron de un lado a otro mientras en la bola de cristal le proyectaba imágenes en la cuales pudo captar al joven Brent con una joven de cabellos dorados cual galeón recién pulido.

Winifred sonrío un poco y sus dedos se movieron ligeramente sobre la bola de cristal, soltando chispas rosadas, indagó más en el futuro de la relación del joven con la misteriosa rubia que nunca antes había visto.

—¿Sí? —preguntó el joven una vez que Winifred le miró sonriendo.

—Algo me dice que saldrás con una extranjera —el joven alzó una ceja, curioso—. Quizá francesa —murmuró—. Creo que era semiveela, era bellísima...

—Dices que...

—Lamentablemente no saldrás con Jessica —admitió soltando un suspiro—. Pero descuida Brent, la mujer de tu vida está más cerca de lo que crees.

—Oh... bueno es una lástima, pero... gracias —suspiró con una mueca.

—Relájate Brent, la adolescencia es una etapa difícil, creemos que estamos enamorados de alguien, pero en realidad... solo estamos sufriendo —comentó con una mueca—. Pero podemos encontrar el amor en nosotros mismos —aseguró sonriendo—, el amor propio es uno de los más importantes.

Brent sonrió ante lo dicho por lo pelirroja—. Muchas gracias, Cupido —el chico sacó unos sickles y los tendió a la joven.

—Cuídate Brent —guardó los cinco sickles en su bolsillo y el chico salió de la sala de artefactos, pero antes de que la joven pudiese guardar su bola de cristal, alguien más entró.

Se escuchó un «hum» y levantó su cabeza.

—¿James? —preguntó confundida.

—Por favor dime que este año saldré con Lily —rogó.

Winifred negó con una sonrisa—. James...

—¡Te daré 100 galeones!

—... James no...

—... ¡Por favor Winifred! —suplico haciendo ojitos. 

—¡James escúchame! —chilló desesperada la pelirroja, al ver como James rogaba y rogaba mientras daba brinquitos y apretaba sus puños. 

El chico dejó de hablar y miró a Winifred.

Ella tomó aire antes de pronunciar palabra alguna.

—James, amigo mío... ¿estás listo para saber en realidad si tú y Lily deben de estar juntos? —por la forma en la que Winifred lo dijo puso nervioso al chico.

—Y-yo... —Winifred lo miro impaciente.

Ella sabía que sus amigos terminarían juntos, incluso les había visto criando de un hermoso bebé con los bellísimos ojos de Lily, pero ella era la que no estaba lista para decirle a los jóvenes que su destino era estar juntos.

James era capaz de publicarlo en el profeta y eso solo empeoraría el pequeño proceso que han tenido ambos, ese pequeño proceso está claro que ha sido gracias a Winifred. 

—¿Y bien? —preguntó cruzándose de brazos.

Por fin, después de unos minutos de silencio, suspiró y bajó su cabeza—. No —musitó jugando con sus manos.

—Dale tiempo al amor, Jamesie... todo a su debido momento, ¿sí? —él asintió.

—Sí, sí... tienes razón —murmuró en un susurró. 

—¿Listo para pulir la escoba?

El joven movió su cabeza frenéticamente, asintiendo—. Será mejor irnos, Lunático debe estar sufriendo teniendo que soportar a Canuto y a Colagusano por sí solo.

No tuvo que decir más para que Winifred tomará su cofre y lo guardará en su bolso, ambos caminaron en dirección a los campos de entrenamiento, dos de los jóvenes más populares en todo Hogwarts eran saludados y recibiendo halagos por parte de los estudiantes.

En especial James.

—A veces, me incomoda que coqueteen tanto conmigo —admitió el pelinegro con una mueca.

Winifred hizo una mueca—. Deberías decirlo, ya sabes, pedirles que no lo hagan —el carraspeo.

—Es que no sé cómo hacerlo —confesó apenado y un tanto sonrojado. 

—Con la boca, James, ¡hablando! —James se dio un golpe en la frente haciendo que Winifred comenzará a reír.

—Winnie, ¿cómo es que das consejos de amor? —preguntó fingiendo sorpresa.

—Ja, ja, muy gracioso —dijo codeándole—. Pero ya sabes a lo que me refiero, si no les dices que no te gusta que coqueteen contigo, solo debes decirlo para que dejen de hacerlo —él asintió.

—Sí —murmuró—. Tienes razón...

—Siempre, mi querido Jamesie, siempre —aseguró.

—¡Hey Winnie-Freck! —exclamó Sirius a lo lejos.

Winnie levantó su cabeza en el momento en el que Remus pronunciaba su nombre junto con otro apodo el cual no logro escuchar, pero pudo ver como Peter soltaba una risilla. Frunció el ceño un tanto confundida y caminó hacia ellos.

—Hola merodeadores —saludó Winifred con una enorme sonrisa. 

Ella se abrazó de Peter despeinando su cabello.

—¿Cómo está nuestra pelirroja favorita? —le preguntó Peter.

—Nunca he estado mejor —aseguró.

Miró a Remus, el chico se ve más cansado que nunca, pero tiene una pequeña sonrisa.

—¿Otra vez enfermo, Remus? —curioseo la chica.

—Sí... —respondió con una mueca.

—Deberías comer más vitaminas, ¿le has pedido a Poppy? Ella siempre me da vitaminas —dijo sonriendo Winifred.

A Remus no le pudo parecer más adorable eso.

—Tomo mis vitaminas, descuida Winnie —aseguró sonriendo.

—Bueno, ¿y tú escoba Freddie? —preguntó Sirius apoyándose en su Cometa 220.

Algunas chicas a lo lejos admiraron lo guapo que se veía Sirius al posar de esa forma. 

—¡Accio Nimbus 1100! —la joven invoco su escoba y se balanceo sobre sus talones sonriendo mientras que Remus peleaba con Peter por una rana de chocolate.

—Ya te comiste dos, comparte Peter —gruño el chico jalando de la rana de chocolate. 

—Pero es mía —chilló Peter.

—Dámela —Remus le dio un fuerte manotazo haciendo que James comenzará a reír y Peter tuvo que aguantar sus lágrimas—. Perdón Colagusano... ya sabes —murmuró confundiendo un poco a Winifred.

Pero dejó de prestarles atención cuando su escoba llegó volando.

—¡Listo! —canturreó.

—¡A pulir! —exclamó James con voz grave.

—Que divertido —ironizó Remus tomando una escoba, haciendo reír a Winifred—. Por cierto, ¿de quién es esta escoba? —preguntó, pues él no cuenta con una propia, pero solo lo hacía para poder pasar tiempo de calidad con sus amigos. 

—De Dorcas —respondieron James y Sirius.

—Deberíamos empezar nuestra propia empresa pulidora de escobas —propuso Peter.

—¡Colagusano es una increíble idea! —exclamó James.

—La mejor que has tenido —continuó Sirius.

—No, creo que la mejor que ha tenido fue decirme que empezará con mi negocio de Cupido —recordó Winifred.

—Peter tienes una mente emprendedora, sigue así amigo —le animó Remus sonriendo un poco.

Winifred soltó una risita y Remus miró a la pelirroja, ella tragó saliva nerviosa y miró hacia su escoba para tomar un poco de barniz.

—Cinco galeones a que Winifred está enamorada de Remus —susurró James.

—Que sean quince —le respondió Sirius.


💘


Winifred sacudió sus sábanas de color amarillo, de fondo se escuchaba la banda de Los Hechiceros de Wampus, la joven tarareaba mientras sacaba un par de golosinas, pero dejo de hacer todo cuando una de sus compañeras entró sollozando y rápidamente dejó de hacer lo que estaba haciendo. Vio a la joven morena caminar a su cama y Winifred corrió hacia ella.

—¿Tamara? —susurró.

La chica se escondió entre las almohadas, soltando un sollozo más fuerte, haciendo que Winifred sintiera un dolor en su pecho al ver a su amiga en ese estado. Y es que así como Winifred es capaz de sentir el amor, puede sentir el dolor. 

—Tam... ¿pu-puedo ayudarte en algo? —preguntó con cariño.

—Lockhart me engaño —lloriqueo más fuerte y Winifred frunció el ceño, molesta.

Como odiaba a ese rubio.

—Me engaño con Olive, ¿puedes creerlo? —Winifred negó, ella abrazo a Tamara y la chica se acurruco en su pecho.

—Gilderoy es un idiota, Tam —aseguró acariciando el cabello negro de la joven—. Siempre he dicho que mereces algo mejor —susurró—. En realidad, tendrás a alguien mejor.

Tamara dejó de llorar y limpio sus lágrimas para ver a Winifred un tanto sorprendida.

—¿Tendré a alguien mejor? —susurró impresionada.

—Sí, así que estas lágrimas no valen la pena... menos si son por Lockhart —aseguró acariciando su cabello, la morena asintió con su cabeza, dándole la razón.

—Eso es cierto, Lockhart no merece mis lágrimas —rápidamente, comenzó a limpiar su rostro haciendo sonreír a Winifred.

—Nadie merece estás lindas lagrimas —aseguró la pelirroja ayudándole a limpiar su rostro—. ¿Quieres que te traiga un poco de chocolate? Ayuda al corazón —comentó sonriendo.

—No te preocupes, Winnie...

—¡No es molestia! —chillo dando un brinquito—. Iré por chocolate y hablaremos del nuevo álbum de Los Hechiceros de Wampus, ¿te parece? —Tamara asintió un poco más animada.

—Eso suena bien —susurró apenada.

—Es un plan espectacular —aseguró Winifred.

Salió de su habitación dando brinquitos, en la sala común de Hufflepuff, los pocos estudiantes que quedaban saludaron a Winifred con una sonrisa. La pelirroja miro con ternura Amos Diggory y a Heather Throne quienes están acurrucados en uno de los sillones, ambos leyendo un libro.

Aun recordaba cuando les hizo una cita a ciegas en la cafetería La Tetera Oscilante que se encuentra en el pueblo de Hogsmeade y ahora ambos llevan un año juntos de pareja y ya estaba esperando con ansias poder ver al futuro hijo de Amos y Heahter. 

Si hay algo que le pone más feliz a Winifred que predecir las parejas es verlas ser felices juntos.

Pero también le daba tristeza ver como algunos sufrían por amor, como en el caso de Tamara. Si algo odia Winifred con toda su alma son las traiciones, y estaba segura de que no iba a dejar las cosas así.

Se encargaría de decirle a los merodeadores que había un nuevo blanco en su mira.

Y como si los hubiese invocado, encontró a tres de cuatro en la cocina.

—No Canuto, Lunático odia el maní...

—¡Pero si es delicioso! —ella miró curiosa como Peter le daba manotazos a Sirius para que soltará el maní.

—Llevamos comida para animar a Rem por la mañana, no para que tu te la comas —le reprimió Peter.

—¿Remus está muy mal? —James gritó asustado y dejó caer la comida en mano.

Los tres se miraron con preocupación y trataron de esconder la comida.

—Eh... ¿no? —murmuró Sirius.

—Qué mal mentiroso eres, Orión —le dijo sonriendo.

—¿Qué haces aquí mi querida Freddie? —preguntó Sirius tratando de hacer que la joven olvidará el hecho de que llevaban comida a su amigo.

—Eh... vengo por chocolate —murmuró levantando los hombros.

James le aventó unas barras y ella las atrapo—. Listo, ahí tienes chocolate... ¡adiós! —dijo ondeando la mano.

—Ustedes se comportan súper raros una vez al mes —murmuró achinando los ojos.

—Es el dolor menstrual —dijo Sirius tratando de hacer reír a la joven—. Ya sabes, también las hace comportarse extrañas...

Pero Winifred solo lo fulmino con la mirada, tomando eso como un chiste de mal gusto. 

—¡Congela! —Sirius quedó congelado al piso y James comenzó a reír fuertemente, señalando a su amigo para reirse a un más. 

—¡Winnie esto duele! —gimoteo Sirius.

—Ajá, como el periodo, para ver si así piensas antes de abrir la boca.

—¡Creí que éramos familia! —chillo indignado.

—Y lo somos, ¿con quién crees que practico mis hechizos? —preguntó burlona—. James, ni te atrevas a deshacer mi encantamiento —le advirtió la pelirroja.

James rápidamente guardó su varita eliminando su sonrisa.

—Pe-pero tenemos que irnos —tartamudeo Peter.

—Sí, Remus nos necesita —continuó James.

—Oh, bien... iré con ustedes y dejemos a Sirius aquí —propuso Winnie.

Pero los tres gritaron fuertemente en negación haciéndola brincar.

—Es que... son cosas... cosas personales —dijo James jugando con sus manos.

Winifred achino sus ojos.

—Son jodidamente raros —musitó—. ¡Finite! —Sirius dio un brinco y se inclinó para acariciar sus tobillos.

—No lo hagas de nuevo —rogó haciendo ojitos.

—No digas tantas pendejadas de nuevo —murmuró rodando los ojos—. Entonces, ¿Rem se pondrá bien?

—Sí, descuida —aseguró Peter sonriendo—. Tú no te preocupes de nada —la pelirroja hizo una mueca y asintió.

—De acuerdo, si así lo dicen —carraspeo e hizo una mueca—. Bueno, salúdenme a Remus, le dicen que espero verlo mañana y que se cuide —los tres asintieron.

Sirius particularmente, con una sonrisilla coqueta en su rostro.

—Descuida Freddie, tu amorcito Remus estará bien —la pelirroja fulmino con la mirada a Sirius, pero a ninguno se le escapó el sonrojo en las mejillas de Winifred.

—Nos vemos —gruñó dándose la vuelta y la Hufflepuff salió de las cocinas.

—Hey, ¿estás bien? —preguntó Amelia mirando curiosa a Winifred.

—Sí —murmuró, pero Amelia ladeo su cabeza—. Solo me topé con los merodeadores, actúan extraño.

—Siempre actúan extraño —comentó la joven restándole importancia.

—Me refiero a más extraños que nunca —aclaró—. Cada mes toman esa extraña postura misteriosa y tratan de ser sigilosos...

—Es la luna —bromeó Amelia, pero Winifred le miró sin entender muy bien—. Ya sabes, la luna llena pone extraños a muchos.

Winifred parpadeo dos veces y miró a Amelia.

—¿Sí me doy a entender? —preguntó la castaña—. Muchas personas suelen actuar extraño las noches de luna llena, esto debido a los signos zodiacales o al movimiento de los planetas —continuó—. Algunos incluso se ponen un poco lunáticos —concluyó soltando una risilla. 

«Lunáticos... o ¿lunático?»

—Lunático —musitó—. Sí, quizá sea eso...





Y así es como Winnie-Pooh se dio cuenta de que Remus es un lobito. 

Espero les haya gustado, les juro que los siguientes capítulos se pondrán mejor.

Btw estoy escribiendo el capítulo muerta de sueño, lit, tenía los ojos cerrados mientras lo escribía, so si ven un error, mil disculpas.

Lots of love, Cici x

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