único.


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happy birthday bakugou ! ໒꒱

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Probablemente se habrá llevado unos diez minutos contemplandolo como un artista a su musa o un niño a su chupeta. Completamente feliz y enamorado de su mera existencia.

Sea por donde lo viera, Katsuki se veía tan lindo arreglándose para salir junto a él, pues hoy Katsuki cumplía años y Eijiro le propuso salir de casa e ir por ahí, a donde el viento los llevara.

De tal manera que Katsuki sacaba sus mejores conjuntos del clóset y los ponía sobre la cama para elegirlos minuciosamente, comparando los anillos y cadena que hicieran mejor juego con su outfit, mientras estaba sin camiseta.

Sin. Camiseta.

No se trata de cualquier evento, con lo que respecta al pelirrojo.

¿Cuántos años deberían pasar en una relación para que entre la pareja se incorporen las costumbres del otro?

En su caso han sido dos años y medio, llenos de complicidad y cariño eterno. Exhibiéndose hasta los talones en la intimidad de su casa pero con la mirada afilada de su pareja siempre sobre él, silenciosa y enigmática.

No obstante puede ser que solo este semidesnudo porque vestirá su irresistible anatomía, y es su cabecita la que crea escenarios erróneos y rebuscados para llenarse así mismo de bonitos pensamientos ante su mal llevada emoción.

Porque siempre será una emoción salir con Katsuki, donde sea y cuando sea.

Suspiró ruidosamente para ser notado, solo para ver aquellos preciosos rubíes chocar a propósito con sus caídos luceros, necesitado de su dulce atención.

Y al mirarse fijamente como lo tenía previsto, Eijiro respondió con una relajada sonrisa a esa almendrada mirada, recibiendo una camiseta en la cara.

Brotó su dulce carcajada fuera de la vista del rubio, quien empezaba a vestir sus largar piernas.

...

—¿Qué, quieres que te diga algo cursi y bonito que haga retorcer tus entrañas por como te ves? —Katsuki preguntó al notarlo muy intenso, más mimoso y cursi de lo normal, tirándole un montón de halagos cuando tan solo lleva una toalla cubriendo sus partes nobles y él yace todo arreglado y perfumado desde hace rato. Pretendiendo llamar su atención y siguiéndolo a todos los malditos lados, incluso hasta al baño, donde salía después de tomar un baño.

—Si. —Eijiro respondió, secando los empapados cabellos rubios con otra toalla mientras su guapo novio se sentaba en el tocador a arreglar su carita.

Su Katsuki es tan bonito, que no le hace falta ponerse maquillaje en la cara, pero últimamente insiste en hacerlo cada que salen de paseo.

—Pues no.

Katsuki ensancha su sonrisa al ver el mohín de Eijiro desde el espejo. Es un lindo, más lindo que él, no puede fastidiarse con él aunque le hiciera tirones con el cepillo el muy bruto ahora que le ha dado por peinarlo.

—¿Ah, sí? De todas formas, se que ya me dijiste un montón de halagos bonitos en tu cabeza, pero como eres tímido...bueno, te amo tal cual eres, corazón. —sonreía, satisfecho con ese pensamiento en mente.

Dos años y medio de convivencia. Conoce la forma de ser de su novio tímido y enojon, y sabe que es un lindo cursi dentro de esa cabecita, él mismo se lo confesó en una borrachera.

—No viene al caso decirlo en voz alta entonces, como ya has de saber... —volvió a lo suyo, marcando con el corrector algunas manchas rosas regadas en sus pálidas mejillas.

Eijiro titubeó, para nada de acuerdo en acabar así la conversación.

—Am. Pero no está demás, mi cielo. Harías muy feliz a un novio en el mundo. —intentaba convencerlo, siendo más cuidadoso cepillado el cabello de su lindo rubio al ver las miradas con dedicatoria de muerte en cada jalón através del espejo.

Lo hacía esperar por una respuesta a propósito, viendo como torturaba sus magullados labios con esos afilados dientes tras su impaciencia.

—Qué crees que yo haya pensado, a ver, sabiondo. —cuestionaba sin hacer sonar su oración como una pregunta, dispuesto a juguetear un rato, sorprendentemente relajado, ahora rellenando con correcto la piel lila por debajo de sus ojos.

—Fácil. Por ejemplo...que estoy hecho un papasito. —cerró sus ojos y asentía con la cabeza, convencido de que su papirriqui opinaba lo mismo.

—Error. Ni de asomo.

—¿Queeé? ¿No piensas que tú dulce novio es un papasito? —sus minicejitas se curvaban en sorpresa, luciendo un ligero puchero en sus heridos labios.

—Estas hecho un papasito, por supuesto, sería estúpido si no lo pensara, pero no fue la palabra que usé.

Oh.

—¿Entonces fue algo cursi y bonito? Katsuki mi vida, ¿¿fue algo lindo?? —el hermoso cabello de diente de león de Katsuki podía esperar. Su interés y concentración máxima se encontraba através del espejo, brocheteandose la cara.

—Si, pero como estás así de intenso no te diré. —su voz salió firme y tosca, aunque realmente solo quería fastidiarlo.

—Malvadooo.

Eijiro lo veía reír mientras se ponía vaselina en los labios.

Su mente sumergida en un solo pensamiento:

"Cuando Katsuki sonríe, sus ojos almendrados se achinaban un poco, luciendo increíblemente más bonito."

—Amor, ¿por qué te maquillas? eres demasiado bonito sin necesidad de eso. —desde el espejo provocó un grato encuentro de miradas rojizas, aunque uno de ellos rodando los ojos con fastidio luego de un par de segundos.

—Mira, pedazo de tonto, yo no me maquillo, yo solo me arreglo más de la cuenta, es todo. —regresó la vista a su reflejo, girando su cabeza de un lado al otro, verificando cualquier cosa y pensando seriamente si un poco de rubor le sentaría bien.

—Da igual, no lo necesitas y te demoras mucho, incluso te falta vestirte. —retomaba el recogido en el cabello de su rubiesito, devolviendo en su lugar un par de cabellos rebeldes, despejando su frente.

—Habló el tipo con la piel perfecta y que duerme ocho horas diarias. —suspiró profundamente. —Yo, por otro lado, tengo esta rosácea de mierda y me desvelo, mi cara es un mugrero, no sabes lo que hablas. —concluyó, sellando el corrector con polvo translúcido.

—Hm, si lo dices de esa forma...entiendo. —lo abrazaba sobre los hombros, picando su mejilla con cortos besos. —Te arrastraré de ahora en adelante a dormir temprano para que mejores las ojeras entonces. —Katsuki sentía el aliento caliente chocar en su mejilla y naríz, paralizado por su satisfactoria sensación.

—¿Y qué harás con la rosácea? —canturreó, viéndo a ambos desde el espejo, floreciendo una cálida sensación que envolvía a su rocoso corazón. Una sensación familiar y amorosa, cariñosa.

"Realmente Eijiro es tan precioso..."

—Podemos hacernos el skincare juntos. Ahorita que salimos compramos algunas mascarillas y en la noche las probamos. —Volvía a pescar un cachito de piel entre sus labios, regando besos esta vez en su oreja decorada en zarcillos de plata.

—Sabes que odio las mascarillas y todo tipo de mierdas en mi cara. —de tan solo pensarlo ponía una muy fea expresión, asqueado totalmente.

—Ay mi Katsuki...no me hagas recordarte cositas. —reía suavecito sobre su oreja, coloreando sus rellenas mejillas de un ligero color rosado mientras recordaba gratas escenas de hace una semana.

Katsuki intentaba excusarse torpemente, sin estar cerca de conseguirlo.

Ok, sí, puede ser que mascarillas y cremas sean un rotundo NO en la cara.

Pero lo que sale de Eijiro no le puede decir que no así de fácil.

Son sensaciones completamente diferentes.

...

—¿Amooooor, listo? —es lo que intentó expresar al hablar sobre la almohada, acostado boca abajo en la cama para pasar el tiempo en lo que Katsuki se cambiaba.

Sonreía chiquito al breve pensamiento de que Katsuki seguramente se encontraba emocionado por esta cita de cumpleaños.

Y no es que dejaran de tenerlas y esta sea una muy sorprendente sorpresa, para nada. Lo que le sobra a Katsuki son citas pendientes y mucho cariñito y detalles por su parte, siempre rodeado de Eijiro y su empalagosa compañía.

Simplemente, son cuatro años en total conociéndose y dos años y medio viviendo juntos, y Eijiro puede estar más que seguro cuándo es que Katsuki está muerto de emoción.

Y es tan obvio al ver lo indeciso que puede ser con algo tan simple como elegir un par de prendas, o cuando se produce demasiado y sin miramientos, cuando se deja ser y está menos malhumorado o cuando solo quiere escucharlo y recibir sus dulces besos, para devolvérselos luego.

No sabe con certeza el porqué será. Porqué su Katsuki actúa diferente siempre que salen a pasear, cuando entre ellos esto es tan normal.

De una u otra forma, lo hacía muy feliz verlo ansiandolo, verlo vestirse y arreglándose para ser un espectáculo andante a su lado.

Seguramente lo hacía para verse bonito, aunque eso bastaba conque existiera y punto.

Su dulce Katsuki, es tan bonito en cada aspecto, aunque un poco enojon y gritón, aún así no piensa que sea algo malo, solo es ese picante en su notoria personalidad.

Su corazón se sacudió sorprendido al sentir un par de dedos en su hombro de un momento a otro, pasmando el intercambio de pensamientos pasajeros.

Cuando voltió, sonrió inconscientemente al ver al bonito chico ojos rojitos que tenía a unos cuantos centímetros, mirándolo sin decir nada por unos segundos.

—Estoy esperando a que, ahora sí, me digas cosas cursis y bonitas que hagan retorcerme las entrañas. —bromeaba evidentemente, sonriendo a cada segundo mientras Eijiro se sentaba en la cama y deslizaba las manos alrededor de su cintura. Katsuki en su lugar, tomaba las mejillas rellenas, aún calentitas.

—Eres el cumpleañero más sexy y bonito del mundo entero, en serio, eres una cosita hermosísima. Y te amo demasiado, como de aquí hasta la luna.

Eijiro observaba los rasgados ojos rojos, viéndolos achinarse con cada empalagosidad que soltaba.

—Ei, eso no es demasiaaado lejos. —rodó los ojos, risueño, acariciando el adorable rostro del pelirrojo.

—¿De aquí hasta Diosito Santo? ¿hm?

—Vaya, ¿hasta dónde es eso, eh? —pellizcaba su naríz.

—Es tan, taan, taaan lejos que nadie sabe, amor. —aligeró sus manos para hacerlas caer hasta sus nalgas, apretandolo.

—Haces que mi cumpleaños sea el mejor, Ei. Siempre. —se encorvó un poco para poder besar la mejilla contraria, un beso ruidosos y chistoso que hacía reír a ambos varones.

—Porque te amo tanto, chiquito. Feliz cumpleaños.

—Yo también te amo mucho, precioso.

Bakugo susurró tan despacio solo para ellos dos, como si existiera algún temor a que alguien ajeno a ellos logre escuchar las palabras tan íntimas y llenas de amor que nadie más tenía permitido escuchar.


gracias por leer! 🧸

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