28 || midnight

Maxine se encontraba acostada en el sofá con una gruesa manta cubriendola del frío y un bowl lleno de palomitas a su lado, mientras se encontraba concentrada viendo The Flash en el televisor. Ya eran más de las doce de la madrugada y la chica aprovechaba que aquel día no tendría ningún compromiso laboral para quedarse despierta hasta tarde poniéndose al corriente con las series que le gustaban.

Se encontraba a la mitad de la cuarta temporada cuando su celular comenzó a vibrar al lado de ella. Frunció el ceño pues no imaginaba quién podría estarle llamando a esa hora, pero después pensó que tal vez sería Tom, así que se apresuró a tomarlo, dándose cuenta que realmente quien la llamaba era Shawn.

Max no se decepcionó, pero si frunció el ceño. Contestó y enseguida llevó el celular a su oreja—. Hey, ¿todo bien? Es algo tarde para llamar.

¿Te desperté? —preguntó el castaño con preocupación.

— No, estaba viendo The Flash, tengo el día libre mañana. Creí que seguías grabando, ¿no tendrías que estar durmiendo?

Mañana tengo que estar temprano en el estudio, pero... —Shawn hizo una pausa y Max lo escuchó soltar un suspiro—. Te prometí que te vería pronto y quería cumplir.

Max volvió a fruncir el ceño—. ¿Qué?

¿Te importa si me uno a tu maratón de The Flash? Aunque nunca la he visto, para ser honesto.

Max parpadeo incrédula y después soltó una pequeña risa—. Es broma, ¿no?

Nop —él canadiense hizo énfasis en la p—. Y será mejor que me abras ahora porqué hace frío y la comida se va a enfriar.

Shawn colgó la llamada y Max aún sin poder creerlo dejó el celular en el sofá y corrió a presionar el botón para darle acceso a el edificio al chico. Al cabo de unos minutos tocaron su puerta y supo que era él. Abrió con una sonrisa en su rostro y se encontró a él castaño con el cabello medio revuelto y las mejillas levemente sonrojadas, Max atribuyó aquello a que afuera hacía un poco más de frío.

— No sé si debe preocuparme más el hecho de que vinieras aquí a esta hora con comida o el hecho de que nunca has visto The Flash, ¿qué clase de persona eres? —Shawn rió mientras se quitaba la bufanda que rodeaba su cuello y la colgaba en el perchero de la entrada.

— Soy una persona muy ocupada —se encogió de hombros.

— Y es precisamente por eso es que no entiendo que haces aquí a esta hora.

— Bueno, me di cuenta de que mi agenda estaba muy llena como para venir a verte en los siguientes días, pero yo te lo prometí y no quería fallarte —Shawn se encogió otra vez de hombros y Max sintió su corazón derretirse—. Soy un hombre de palabra.

Un pequeño puchero se formó en los labios de la chica y en un impulso se acercó para tomar el rostro del canadiense entre sus manos y aplastar sus mejillas. Max no reparó mucho en la cercanía que ahora tenían, pero Shawn si y su corazón se detuvo por un momento.

— Shawn Mendes, eres un rayo de luz y definitivamente no te merezco —dijo aún mirándolo con ternura. Shawn sonrió y entonces Max se alejó un poco—. Por más que ame que estés aquí me preocupa que te desveles.

Shawn se encogió de hombros, restándole importancia—. Sobreviviré. Además, te traje comida, no puedes rechazar esta oferta. Vamos, sólo será un rato y regresaré al hotel.

Max negó mientras reía y tiró del brazo del canadiense para conducirlo al sofá, donde se dejaron caer y Shawn puso la bolsa con comida en la mesa de centro.

— Me parece gravísimo en verdad que no hayas visto The Flash —comentó la castaña mientras extendía la manta sobre ambos—. Así que es mi deber enseñarte lo que es bueno, yo salgo en algunos capítulos así que te va a gustar —se mofó al final la británica, quitando el capítulo en el que iba para poner la serie desde la primera temporada.

Shawn no lo diría en voz alta pero desde ya sabía que los capítulos en donde apareciera la británica iban a ser sus favoritos.

Se apresuraron a sacar las hamburguesas y papas que Shawn había llevado y las comieron mientras veían The Flash, ambos sentados uno al lado del otro con un distancia considerable pero lo suficientemente cerca para que la manta pudiera cubrirlos a los dos. Shawn de verdad prestaba atención a la serie porque sabía que era una forma más de entrar en el mundo de Maxine y de verdad le estaba gustando, incluso hizo la nota mental de ver las demás series del universo de DC cuando tuviera tiempo - en parte para impresionar a la chica y porqué le había llamado mucho la atención-. Aunque debía admitir que en varias ocasiones se distraía admirando la risa de la morena o las expresiones de su rostro.

Una hora y media después los envoltorios de comida vacíos se encontraban sobre la mesa de centro y Shawn veía atento la pantalla, hasta que escuchó un bostezo a su lado y se volvió para ver a Max, la chica se removió hasta quedar a su lado y se tapó un poco más con la manta antes de acurrucarse contra él. Shawn por instinto levantó un brazo y la rodeó por los hombros con este, permitiendo así que Max se acurrucara más contra su pecho. Shawn sonrió ampliamente y siguió regresó su atención a la serie.

Sabía que la chica aún no estaba dormida pero ya estaba cabeceando, luchando por mantener sus ojos abiertos. Él también comenzaba a sentir el sueño atacarlo pero eso significaría que tendría que irse y realmente no quería hacer aquello.

Al cabo de un rato Max por fin se quedó dormida, Shawn lo supo porqué su respiración se hizo más calmada y entonces dejó de prestar atención al televisor para observarla, cada vez luchando más por mantenerse despierto, aunque llegó un punto en el que ya no lo soportó y se acomodó recargando su cabeza sobre la de Max para después cerrar los ojos.

Aquel olor a durazno que desprendía el cabello de la chica lo relajó casi inmediato y cuando menos se dio cuenta ya estaba cayendo en los brazos de Morfeo, con un único pensamiento en la cabeza: Tal vez, sólo tal vez, se estaba enamorando de Maxine, y no tenía ningún problema con eso.

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